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PLEGARIA DE LA SECRETARIA

Ayúdame Señor;

A tener la capacidad para contestar cuatro teléfonos amablemente,


A atender al mismo tiempo a dos visitantes,
mientras escribo la carta que debe estar lista esta tarde,
aunque sé bien que la firmarán mañana.

A no perder la paciencia, al tener que pasar horas en el archivo,


buscando un papel que, tal cual yo sospechaba, está en el bolsillo de mi
jefe.

A tener una memoria de computadora, para recordar hechos


que ya pasaron desapercibidos a mi Jefe hace mucho tiempo atrás,
y que, según él, estoy obligada a recordar fácilmente.

A tener la sabiduría de varios profesores universitarios,


aunque mis estudios hayan sido simplemente secundarios.
A saber dónde está mi Jefe, qué está haciendo y a qué hora volverá,
aunque eso no lo sepa nadie, y mucho menos su esposa.

A que, cuando el año termine, tenga la perspicacia necesaria,


para no obedecer la orden de mi Jefe de destruir esos archivos,
que me pedirá una semana después.

A tener la habilidad de un prestidigitador,


para hacer desaparecer a las personas que mi Jefe no quiere recibir,
después de que me ha dicho que “no está”
y, de repente, me habla en voz alta.

Finalmente, Señor, déjame ser atractiva a mi Jefe,


ser un monstruo para los visitantes fastidiosos,
y pasar completamente ignorada a los ojos de su esposa.

¡Gracias os doy, Señor mío!

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