Dios bendiga cada uno de ustedes, hoy quiero agradecer a Dios por haberme permitido
cumplir 10 años de caminar con El.
Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él. Salmo 34:8 Hace 10 años mi vida era una vida triste, vacía, llena odio y resentimiento, al punto de sentir que no merecía, que me pasara nada bueno. Mi infancia estuvo llena de violencia intrafamiliar, llena de violencia física y verbal. Crecí en un hogar totalmente disfuncional, donde no había amor, unidad ni cariño. Crecí sintiéndome solo todo el tiempo y creyéndome aquellas palabras que mis padres y mis maestros en la escuela me decían: Eres un inútil y no sirves para nada. Crecí inseguro, sintiéndose inadecuado e insuficiente. Básicamente era una persona infeliz. En tres ocasiones intente acabar con mi vida, pero en cada intento me acobardaba y me decía a mí mismo ni para eso sirves. En silencio sufría, ya que veía que a nadie le interesaba ni importaba. Pero hace 10 años alguien me dijo: Gustad, y ved que es bueno Dios. Y dije dentro de mí: ¿Qué tengo que perder si mi en mi vida no hay esperanza, nunca me ha pasado algo bueno? Y esa persona me invito a una iglesia como esta y al escuchar al Pastor hablar, el dijo: Dios tiene un propósito para tu vida, para tu familia y con amor eterno te ha amado. Su nombre es: Jesús Y la mayor prueba de su amor fue dando su vida en la cruz por ti. ¿Quieres conocerlo? Al día de hoy puedo decir que después de ese domingo 8 de agosto del 2010, decidí conocerlo y todo en mi vida cambio. El odio, el rencor, el resentimiento, la falta de perdón desaparecieron y el vacío en mi corazón se lleno de gozo, paz, alegría. Todo cambio. Sentí que volví a la vida, cuando antes solo sobrevivía. El le ha dado propósito y sentido a mi vida. He probado a Cristo durante estos 10 años y puedo decir: Que nunca mas me he sentido solo, porque el ha prometido estar a mi lado todos los días de mi vida. Nunca mas me he sentido infeliz, porque su gozo es mi fortaleza. Nunca mas he sentido que nadie me ama, porque amor eterno me ha amado y su amor lo demostró dando su vida por mi en una cruz. Durante estos 10 años en ocasiones la enfermedad ha tocado a la puerta y el me ha sanado y en los momentos más difíciles el ha caminado conmigo y me ha dicho yo soy tu Dios que te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. Si El hizo un cambio en mi vida, también lo puede hacer en ti.