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i ZUBIA | 15 169-183 Logrofio 1997 LA SISMOLOGIA EN LA EPOCA DE ALFONSO REY PASTOR: LA ECUACION DE PROPAGACION DE LAS ONDAS SiSMICAS* Mariano Sanchez-Gabriel Fernandez-Giro** Cuando A. Rey Pastor inicia sus trabajos en Sismologta, (a comienzos de la década de los afios 20) esta cia era relativamente joven. En 1900, Oldham (1) aplicé la teorfa de la propagacién de las vibraciones en un medio eléstico a las per- turbaciones ocasionadas por los movimientos sismicos. Siguiendo al sismélogo ruso Principe Baltasar de Galitzine (1862-1916), uno de los principales cientificos que sentaron las bases de la Sismologia modema (2), he aquf c6mo se trata el problema que consiste en combinar la ecuacién fundamental de la Dindmica con la Teorfa de la Elasticidad: Se considera un punto P de coordenadas x, y, z, en el interior de un paralelepipe- do elemental (fig. 1) cuya masa vale dm = p dxdydz (1) siendo p 1a densidad, Este sdtido elemental estaré sometido a las fuerzas exteriores, en este caso las debidas al campo gravitatorio, y a las tensiones internas. * Conferencia impartida en el Instituto de Estudios Riojanos en 1996, dentro del I Simposio Julio Rey Pastor, © Universidad de La Rioja. 169 MARIANO SANCHEZ-GABRIEL FERNANDEZ-GIRO Sean X,, X,, y X; las componentes de la fuerza exterior F. Las tensiones internas presentan tres componentes X, Y, Z, dirigidas hacia los respectivos planos del triedro de referencia y cuyos sentidos son de dentro a fuera. A su vez, cada una de estas da lugar a otras tres segiin los respectivos ejes coordenados, por lo que resultan en total estas nueve componentes, xX, x, x, Y, y, Y, z Zz, Zz Siu, v, w, son las respectivas proyecciones de los desplazamientos del punto P sobre los ejes OX, OY, OZ y se introducen las tensiones normales y tangenciales, resulta el siguiente sistema de ecuaciones: 2, aa ae ee a OX ay a gw oT , aT, ON, en donde todas las fuerzas estan referidas a la unidad de masa y X=T; X=T, Y,=N, Y,=T, Z=T, . Observemos que, de acuerdo con la notacién moderna, en el sistema [2] aparecen los elementos del tensor eléstico representado por la matriz simétrica, N, Ts T, i; N qT, T, T, Ny En Sismologfa la fuerza F (X,, X,, X,), ligada al campo gravitatorio terrestre, es despreciable frente a las tensiones cuyas componentes normales y tangenciales pue- den expresarse en funcién de u, v, w y de los coeficientes de Lamé ). y ut: N, =A0+ 2p dup = ufaw , av ax 1 “(ge + zr. N, = 20 + 2u av T= wats ow’ (3] ay az x au N, = 40 + 2aw = az oy donde es la dilatacién ctlbica. 170 LA SISMOLOGIA EN LA EPOCA DE ALFONSO REY PASTOR: LA ECUACION... De acuerdo con lo que antecede y al tener en cuenta las [3] del sistema [2] se deduce este otro: au 38 Us wai 98 poe = udu + (tu) So Cia a0 14] Pag TA + Orn) 5 ew _ a6 ge = Baw + Gotu) © siendo con expresiones andlogas para v y w. Era corriente en aquella época utilizar el sim- bolo A para representar el primer miembro de la ecuacién de Laplace en coordena- das cartesianas, mucho antes de que se sistematizara el Célculo Vectorial Infinitesimal con la introduccién del operador “nabla” (V) que anteriormente se conocfa como operador de Hamilton (3) y (4). Las [4] son las ecuaciones del movimiento de un sélido en el que solamente actéian las fuerzas eldsticas, Derivando, respectivamente, con respecto a x, y, z, la 14,2. 3., al sumar las expresiones que resultan se obtiene finalmente Ia ecuacién, FO _ +2) id 5. | {5] con Ao= 29, #0, #6 ax ay” az? En general, la soluci6n de la [5] ser4 una funcién 8 = 6 (x, y, z, t) que, para un punto de coordenadas dadas, nos dard su evolucién en el transcurso del tiempo y, en un instante determinado, su variacién en los distintos puntos del sélido. Si 820 habrd, respectivamente, dilataciones o compresiones que, en todo caso, producen una vibracién que se transmite al sdlido (aquf se trata de la corteza terrestre). Si ahora derivamos con respecto a y la tercera ecuacién del sistema [4], con res- pecto az la segunda y restamos, obtenemos la primera del grupo que figura a conti- nuacién, deduciéndose por permutacién circular los términos 7 y € que aparecen en la segunda y tercera, respectivamente: 171 MARIANO SANCHEZ-GABRIEL FERNANDEZ-GIRO ow Boy io 0 § oy ba 6 ae mn [6] vu aba ae p e endonde ¢ _1yaw_ av 1 _yau _ ow ou) 7. 8=3[5 *a| neZ ia ~ ix] & "a 0 expresiones cuyo significado fisico aparece en la fig. 2: desde un punto M se traza el segmento MA perpendicular al eje OY. Un pequefio giro de angulo « lleva el punto Ma la posicign M, de forma que, si u y w son las proyecciones del desplazamiento de M sobre los ejes OX y OZ, respectivamente, la w deberd ir precedida del signo menos ya que la coordenada z disminuye mientras la x aumenta. Si MA =r, se deducen con facilidad estas relaciones: us rasenp =az W =-racosp = -ax i a1 pu _ ow de las que deducimes, © aay [> - que coincide con la 2.* de las [7]. En consecuencia, estas expresiones corresponden a rotaciones elementales alrededor de los ejes respectivos. Posteriormente se introdujo el vector denominado rotacional, curl 0 vértice (3) y (4) cuyas componentes son pre- cisamente el doble de las [7]. Zz Fig. 2 172 LA SISMOLOGIA EN LA EPOCA DE ALFONSO REY PASTOR: LA ECUACION... La integral general de la [5] es de la forma 8 =t R¢-V) Bl donde F, es una funcién arbitraria de las coordenadas y del tiempo y ai) A+ [9] V.= p cuyas dimensiones son, evidentemente, las de una velocidad. Alitener las [6] una estructura andloga a la [5] su soluci6n ser4, para la primera, seinen U9 en donde F es también una funcién arbitraria de x, y, 2, t, siendo ahora la velocidad de propagacién, % =| ean Las soluciones para las otras dos ecuaciones serén andlogas a Ia [10] con la misma expresién [11] para la velocidad. Lo expuesto nos conduce a la existencia de dos tipos de ondas: las producidas por dilatacién y compresién y las que resultan de las ecuaciones {6], denominadas de distorsién o deslizamiento. La determinacién de las funciones arbitrarias que aparecen en las i generales de la [5] y de las [6] exigen conocer, para cada caso, los valores i de contorno. El més sencillo es el de las ondas planas: el punto va a desplazarse en el plano determinado por los ejes OX y OZ (fig. 3). Fig.3 En primer lugar, supondremos que la direccién del movimiento coincide con 1a del eje OX: el ser onda plana exige que el desplazamiento (0 estado de vibracién) u sea idéntico para todos los puntos de un mismo plano perpendicular a dicho eje. ru Entonces, =o weo #2 ay 173 MARIANO SANCHEZ-GABRIEL FERNANDEZ-GIRO. y ta [5] queda reducida a la clasica ecuacién de d’ Alembert: Cae etek oo ia) ae pax? cuya solucién es w= (x-Vi0 (13) en donde &, es una funcién arbitraria de x y del tiempo y V, viene dada por la misma expresién [9] que nos da la velocidad de propagacién de estas ondas, Ilama- das longitudinales, caracterizadas por propagarse en la misma direccidn en la que vibra el punto material que las origina. En conjunto, como sabemos, la zona de la corteza terrestre afectada experimentard dilataciones y compresiones. Si ahora suponemos que todos los puntos situados en un plano perpendicular al eje OX se desplazan en la direccidn paralela al OZ, la materia no se comprime ni se dilata: las capas experimentan un deslizamiento mtituo segiin la vertical. Las ondas elésticas que asf se engendran se denominan transversales, ya que se propagan en direecién perpendicular al desplazamiento del punto material. En este caso, teniendo en cuenta que w depende de x, se deducen las siguientes relaciones: aw aw 36 ow ew. uso veo Mag Mag Bag Mao swo ay az az ox ax que conducen a la siguiente ecuacién deducida de la tercera del sistema [4]: aw p dw ow aw (14) ap ax de tipo andlogo a la [12], por lo que su integral general ser4, w = & (x-V,) 115] siendo ©, = ®, (x, t) una funcién arbitraria, correspondiendo a V, el valor dado por la [11], velocidad de propagacién de las ondas transversales 0 de distorsi6n. E] examen de los sismogramas nos muestra el cardcter periddico de las funciones , y ®, que, al menos en una primera aproximacién, pueden tratarse como senoi- dales. En la fig. 4 aparece el esquema de un sismégrafo que permite registrar tanto las componentes horizontales de los desplazamientos (masa inercial M,) como la verti- cal (masa inercial M,). La primera pivota sobre P actuando como péndulo invertido y la segunda est unida al resorte R;. El conjunto debe descansar sobre una base firme de forma que, al detectarse la sacudida, la inercia de las citadas masas hacen entrar en juego los resortes antagonistas R, y R, efectudndose los correspondientes registros. En la época de Rey Pastor las masas inerciales oscilaban entre los 700 y 1.000 kg, pero los avances tecnoldgicos de los tiltimos afios han permitido reducirlas considerablemente a la vez que se consegufa aumentar la sensibilidad de los instru- mentos. 174 LA SISMOLOGIA EN LA BPOCA DE ALFONSO REY PASTOR: LA ECUACION... En la parte inferior de la fig. se muestra un sismograma en el que se aprecian los dos tipos de ondas a los que hemos hecho referencia: las longitudinales o primarias, que se propagan con la velocidad V, dada por la [9] y las transversales o secundarias cuya velocidad, V,, se deduce de Ja [11]. Por copulacién de las ondas P y S aparecen en la superficie terrestre las ondas superficiales o de lord Rayleigh, mds lentas que las anteriores, causantes de los efectos de los terremotos. El método analitico nos conduce también a un modelo matemitico senoidal en Ja primera aproximacién, En el sistema de referencia (fig. 5) hay una masa m en el entomno del punto M que inicialmente se encuentra en equilibrio. La aplicacién de una fuerza F = f(u) en el sentido positivo del eje OX hard desplazar dicha masa a la posicién M’, apareciendo una fuerza igual y de sentido contrario que tiende a levar- laa su posicién de equilibrio, Si se aplica a f(u) el desarrollo de Mac-Laurin en el entomo de M, que ahora se toma como origen, tendremos, F(a) = (0) + tro u+ = Pou +. (16) Gndas S Ondas P ‘| Crans= Ondas L ( Longitudinales >| versaies)| (superficiales) Fig. 4 175 MARIANO SANCHEZ-GABRIEL FERNANDEZ-GIRO Z ° MoM OM, eae i fa ee Y Fig. 5 Puesto que f(u) ha de anularse para u = 0, f(0) = 0 y, al detenernos en el segundo término del desarrollo [16], resulta la siguiente ecuacidn al aplicar la fundamental de la Dindmica, [17] en donde indicando el signo - la reaccién inercial del medio que se opone al movimiento de la masa m disminuyendo la aceleracién, Para otro punto M, a una distancia x, del origen, un valor determinado de u alcanza a M, en el instante, tee 1 y la desviaci6n u, de M, referida a su posicién de equilibrio serd igual a la del punto Meneste otro, x-x Mi siendo V, la velocidad de propagacién de las ondas. De acuerdo con lo expuesto, Ia solucién de la [17] serd, t— u = asen Fex-vo + «| [18] que es de la forma, u =O (x-V) 176 LA SISMOLOGIA EN LA EPOCA DE ALFONSO REY PASTOR: LA ECUACION.. y que satisface a las ecuaciones de la Teorfa de la Elasticidad. Para las ondas transversales se obtiene una expresién andloga a la [18] sin mas que poner los valores correspondientes a la longitud de onda y velocidad: w= bsen[an(E-2) + y] 119) que también es de la misma estructura que la anterior, w = ®, (x-V,t) La energia desarrollada, €, se calcula teniendo en cuenta que es proporcional al cuadrado de la velocidad. Asi, para las ondas longitudinales o primarias al ser, du? ¢€=k\—, (4) y tener en cuenta la [18] que pondremos ahora en la forma, ae tx) us asen[2n (4 4) + | resulta la siguiente expresién para el valor medio de dicha energia: - em= 2K 120) que es igual a Ja mitad de su valor maximo, proporcional al cuadrado de la amplitud e inversamente proporcional al cuadrado del periodo. Los parémetros que figuran en Ja (20] nos pueden servir para evaluar la energia puesta en juego a la vista del sismo- grama correspondiente (fig. 4). Si se considera la absorcién del medio, la disminuci6n de la energfa con la dis- tancia x viene regida por una ley de tipo exponencial: e=eg — [21] en donde €, es una constante y k, el coeficiente de absorcién. La propagacién en todas las direcciones por ondas esféricas viene regida por las expresiones [8] y [10]: las deformaciones, dilataciones o compresiones en el primer caso y distorsiones en el segundo, disminuyen conforme nos alejamos del foco emi- sor. En lo referente a la energfa, esta disminuye en razén inversa al cuadrado de la distancia a dicho foco: al ser las superficies de las ondas proporcionaies al cuadrado del radio, la energia por unidad de superficie debe decrecer en raz6n inversa a esta magnitud. La energia absorbida suele transformarse casi toda en calor. En la fig. 6 aparece el esquema simplificado de Mallet, segtin un dibujo de Rey Pastor, sobre propagacién de ondas sismicas. En Sismologia es fundamental la loca- lizacién del hipocentro, punto donde se produce la perturbacién. La recta que pasa por este y el centro de la Tierra corta a la superficie terrestre en otro punto notable, 177 MARIANO SANCHEZ-GABRIEL FERNANDEZ-GIRO el epicentro o foco aparente, en cuyas inmediaciones son més acusados los efectos del terremoto. También se dibujan las isosistas, curvas que unen los puntos donde el sismo ha tenido la misma intensidad. Como suele ocurrir, el fendmeno real no se corresponde con este modelo: asf, las isosistas aparecen con un trazado irregular como se muestran en el mapa adjunto confeccionado por Rey Pastor con motivo del sismo registrado en La Rioja Baja el 18 de febrero de 1929. Las isolfneas estén rotuladas de acuerdo con la escala de Forel-Mercali, ampliada por A. Sieberg (5), que era Ia utilizada entonces: abarcan desde el grado II (temblor ligero, no percibido por todos) hasta el VIL, en el epicen- tro e inmediaciones, que corresponde a temblor muy fuerte (caen los objetos pesados en el interior de los edificios y “tocan solas” las campanas de las iglesias, entre otros efectos observados). Por analogfa con la Optica se define el rayo sfsmico como el formado por las normales elementales a la superficie de las ondas, con lo cual el estudio de su propa- gacién se realiza mediante las vicisitudes que experimentan los rayos sfsmicos, que siguen siempre trayectorias extremales o braquistécronas. Del estudio de su marcha por el interior de Ja Tierra se deduce Ja naturaleza de los materiales de las distintas capas, as como la del nticleo. Los sismos provocados por explosiones subterréneas se utilizan como un método de prospeccién geofisica y, mediante el andlisis de los sismogramas, puede detectarse una explosién nuclear subterrénea y deducirse la energfa puesta en juego. Fig. 6: Propagaci6n de ondas sismicas —Teorfa central de Mallet—. La fig. 7 muestra las trayectorias de los rayos sfsmicos con sus reflexiones y refracciones en el interior de la Tierra, incluyendo el micleo, Los sismos se clasifi- can como lejanos cuando los epicentros estén a distancias superiores a los 1000 km del lugar donde se registran. Los telesismos superan con mucho este valor umbral. La fig. procede de un estudio de Rey Pastor sobre radiacién sfsmica (6). En la fig. 8 aparecen las distintas zonas del interior del Planeta deducidas del estudio de la propagacién de las ondas sismicas de acuerdo con el modelo de la €poca. Procede de la obra citada en (7). 178 LA SISMOLOGIA EN LA EPOCA DE ALFONSO REY PASTOR: LA ECUACION... En rigor, el foco sismico no se reduce a un punto: producida la perturbacién, las deformaciones procedentes de las ondas longitudinales vienen regidas por la [8] que aplicaremos a cada uno de los puntos y, al ser lineales las respectivas ecuaciones diferenciales, pueden superponerse todas las expresiones cuyo resultado satisface a las ecuaciones diferenciales del movimiento. El problema, aunque complicado, tiene solucién. Si se admite que todos los puntos en os que se produce una perturbacién Ilenan un mismo espacio de modo continuo, nos aproximamos de una forma mds real al concepto de foco o hipocentro del sismo. Las expresiones [9] y [11] que nos dan, respectivamente, las velocidades de las ondas Py § suelen transformarse poniendo los coeficientes de Lamé en funcién del médulo de Young, E, y del coeficiente de Poisson 0 de contraccién lateral, 0, que son féciles de calcular por vfa experimental (4), oa i = araya=3H ® obteniéndose la siguiente expresi6n para la relaciGn entre las dos velocidades: VeVeieo Gl Al carecer los materiales terrestres de isotropfa y homogeneidad, las propiedades elsticas varfan con la profundidad. Una primera aproximacién consiste en suponer que aquellas dependen exclusivamente de su distancia al centro de la Tierra, por lo gue las propiedades fisicas son invariantes en la misma capa esférica. Esta hipotesis se basa en las investigaciones de Helmet, Hayford y Tittman que a su vez se apoya- ban en la teorfa de Plalt sobre la disposicién isostatica de las masas de la corteza terrestre. Las velocidades de las ondas P y S pueden determinarse si se conoce el instante en el que se produce la sacudida y los instantes en los que Ilega cada tipo de onda al lugar de observacién. Zépprintz y Geiger obtuvieron los siguientes valores para las capas superiores de la corteza: V, = 7,17 km/s V, = 4,01 km/s Las variaciones de densidad pueden dar algunas discrepancias hasta los 120 km de profundidad. En los estratos més profundos, la distribucién de los materiales se rige por las leyes de la Hidrostatica. Los valores obtenidos no difieren mucho de los que se obtienen del modelo teéri- co, como puede comprobarse sustituyendo en la [22] el coeficiente o por 1/4, valido para muchos materiales. 179 MARIANO SANCHEZ-GABRIEL FERNANDEZ-GIRO = CARTA DE ISOSISTAS A. Rey Pastor: El sismo de La Rioja baja del 18 de febrero de 1929. 180 LA SISMOLOGIA EN LA EPOCA DE ALFONSO REY PASTOR: LA ECUACION.., MARIANO SANCHEZ-GABRIEL FERNANDEZ-GIRO Al atravesar la superficie de separacién de dos medios, las ondas P y S dan lugar a sendas ondas reflejadas y refractadas. En la misma superficie de separacin apare- cen las ondas superficiales, largas o de lord Rayleigh que, segdn vimos, resultan de Ia copulacién de las P y S. Aqui, Ia superficie terrestre es el medio que separa la cor- teza de la atmésfera. Para el estudio de estas ondas se elige un sistema de coordena- das con origen en el epicentro, el eje OX en la direccién N, el OY hacia el E y el OZ seguin la vertical (fig. 9). ! ot a eK : oaks Fig.9 Las ondas L fueron analizadas por el matemético inglés A. Lamb. En primer lugar se considera istropa la capa de Ia corteza més proxima a la superficie y, para el estudio del movimiento en ella, hay que fijar las condiciones frontera: la densidad del aire se considera despreciable frente a Ja de las capas terrestres en contacto con el suelo y, como las tensiones sobre el elemento de superficie interior son debidas a la accién de lo que rodea al elemento de volumen al que aquella pertenece, serén nulas las tensiones normales y tangenciales en la superficie de la ‘Tierra. Como el elemento de superficie es normal al eje OZ, tendré que ser =0 obien N,=7,=7,=0 Z=X, De acuerdo con lo que antecede, el sistema [4] admite las siguientes soluciones que definen el desplazamiento de un punto interior muy préximo a la superficie terrestre: u=Ae’ v=Be™ w-=Ce® [23] siendo o = ~qz+V-1 (fx+gy-pt) en donde q, f, g, y p son constantes a determinar con la condicién de que las [23] satisfagan al sistema [4], obteniéndose de esta manera dos series de valores para las citadas constantes: 182 LA SISMOLOGIA EN LA EPOCA DE ALFONSO REY PASTOR: LA ECUACION... o =~ gz +V¥-1Ex+g,y-pit) O = qe +V—1 (Bx + gay — prt) y la integral general del sistema [4] sera u =A,e% + Ae v =B,e% +B,e% w =Cye% + Ce Para la velocidad de propagacién de estas ondas se obtiene la expresién, V, = 09194 0,9194 V; que justifica la denominacién de lentas. El valor observado en la préctica es de 3,53 km/s, mientras que el modelo matematico nos da una velocidad de 3,69 km/s, resul- tado bastante aceptable si se tiene en cuenta la complejidad del fenémeno. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS, (1), Oldham, R. D. 1900. On the propagation of Eartquake Motion to great distan- ces. London. (2). Principe Baltasar de Galitzine. 1921. Conferencias sobre Sismometria. Tra- ducidas de la adaptacién alemana de O. Hecker por V. Inglada, Garcia Sifieriz y W. del Castillo. Madrid. (3). Rey Pastor, J. 1929. Curso de Célculo Infinitesimal. Buenos Aires. (4). Palacios, J. 1949. Mecdnica Fisica. Madrid. (5). Las Informaciones Macrosismicas. 1923. Servicio Sismolégico. Instituto Geo- grafico. Madrid. (6). Rey Pastor, A. 1935, Radiacién Sismica, Separata de la Revista Ingar. Madrid. (7). Garefa Rodriguez, B. 1961. Estudio de la Tierra. Edit. Estudio y Vida. Madrid. 183

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