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CORAZONES

EN SINTONIA
CON DIOS
GUIA PARA MEJORAR EL CULTO FAMlllAR

JOHN Y MILLIE
YOUNGBERG
CORAZONES EN SINTONIA CON DIOS
¿Es, el mensaje adventista para la familia, una copia carbónica de lo
que cientos de otras iglesias cristianas enseñan acerca del matrimonio, la
comunicación, y el hogar, o tenemos una visión Y. un enfoque distintivo y
singular para la familia de hoy?
Creemos que la problemática de la familia debe ser vista dentro de un
contexto más amplio, dentro de una perspectiva cósmica. Esa visión consti-
tuye nuestra raison d'etre -la razón de nuestra existencia-, y nuestra con-
tribución singular al movimiento en pro de la vida de familia. ¿Cuáles son
estas perspectivas cósmicas de la familia?
Primero, creemos que el evangelio, las "buenas nuevas" para la fami-
lia, es parte del plan de REST AURACION TOTAL. Eso significa que de-
bemos volver al Edén para descubrir los hermosos dones que Dios dio a sus
hijos. Allí en el Edén debemos recuperar los propósitos originales del matri-
monio y la familia, y verlos en relación con su institución edénica gemela: el
sábado, el día de la familia, porque el sábado y la familia son instituciones
que van juntas.
El mensaje para la familia en el tiempo del fin, al que generalmente nos
referimos como "el mensaje de Elías" (Mal. 4:5,6), restaurará "todas lasco-
sas" (Marc. 9:12), y preparará a la familia terrenal para aceptar el privilegio
de unirse con la familia celestial.
Segundo, creemos que la familia es el punto focal en el GRAN
CONFLICTO entre Cristo y Satanás, en el escenario del tiempo del fin. El
último mensaje de Dios para la familia es un mensaje profético y debe cum-
plirse antes de la llegada del día grande y terrible de Jehová. Dios está ha-
ciendo un llamado final, en el espíritu y el poder de Elías, a volverse, a
cambiar el corazón, y a ponerlo en la misma sintonía que el suyo, con el
objeto de llevar a nuestra generación hacia El y unir al mismo tiempo a los
miembros de la familia entre sí.
Tercero, creemos que el ALTAR FAMILIAR matutino y vespertino
es ESENCIAL para este proceso de restauración y conclusión del gran
conflicto entre Dios y Satanás.
- John y Millie Youngberg

Los esposos Youngberg son directores del The Family Uft Workshop. El es director del Depar-
tamento de educación religiosa de la Universidad Andrews, y ella es profesora en la misma univer-
sidad. Juntos han conducido seminarios sobre el matrimonio y la familia alrededor del mundo.

oORo
CORAZONES
ENSINTONIA
CON DIOS
CORAZONES
ENSINTONIA
CON DIOS
GUIA PARA MEJORAR EL CULTO FAMIUAR

JOHN YMILLIE
YOUNGBERG
ASOCIACION CASA EDITORA SUDAMERICANA
Av. San Martín 4555, 1602 Florida
Buenos Aires, Argentina
Título del original en inglés: Heart Tuning. A Guide to Better Family
Worship. Review and Herald Publ. Assn., Hagerstown, MD, E.U.A.,
1985. Publicado también con el título: Rebuilding the Family Altar.
Meeting End-Tíme Chllllenges, Berrien Springs, MI, E.U.A., 1994.

Editor: Roberto Gullón


Traductora: Adriana l. de Femopase
Tapa: Richard Steadham (diseño)
Hugo O. Primucci (fotografía)

IMPRESO EN LA ARGENTINA
Printed in Argentina

Primera edición, 1994 (5.000 ejemplares)


Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

Es propiedad. © R&H Publ. Assn. (1985). © Marriage and Family


Commitment, lnc. (1994). © ACES (1994).

ISBN 950-573-414-X

Impreso, mediante el sistema offset, en talleres propios.


160294

-36277-
In dice

Introducción ............................................................................... 7
Capítulo 1 El cerco protector ............................................... 13
Capítulo 2 El culto familiar de Edén a Edén ..................... 23
Capítulo 3 Elías habla a las familias ................................... 35
Capítulo 4 ¿Adónde se han ido los padres? ...................... 45
Capítulo 5 Alguien que interceda ante mí ........................ 59
Capítulo 6 A solas con Dios ................................................ 67
Capítulo 7 Ellos también estarán solos .............................. 77
Capítulo 8 Cómo transmitir una herencia ....................... 86
Capítulo 9 Cómo mantener vivo el altar familiar .......... 97
Capítulo 10 Sugerencias creativas para el altar
de familia ....................................................... 112
Capítulo 11 Cómo mantener el fuego ardiendo ............ 126
Capítulo 12 Cambio y armonía del corazón .................. 133
Introducción

Características distintivas de la vida de la familia ad-


ventista del séptimo día
¿Es, el mensaje adventista para la familia, una copia
carbónica de lo que cien~os de otras iglesias cristianas en-
señan acerca del matrimonio, la comunicación, y el hogar,
o tenemos una visión y un enfoque distintivo y singular
para la familia de hoy? Un análisis cuidadoso revela que
los cristianos pertenecientes a denominaciones cristianas
conservadoras tienen un conjunto de principios sobre la
familia derivados de la Biblia, que los diferencia de los
principios seculares y humanistas acerca del matrimonio
y la familia, característicos de la cultura del siglo veinte.
Los adventistas del séptimo día apoyamos entusias-
tamente la riqueza de recursos para ayudar a la familia,
que provienen de esas denominaciones' cristianas herma-
nas. Somos así mismo conscientes de que la investiga-
ción secular sociológica y la ciencia de la familia contri-
buyen también con sus descubrimientos a la problemáti-
ca familiar. Y sin embargo, creemos que hay algo que to-
davía falta. Creemos que la problemática de la familia
debe ser vista dentro de un contexto más amplio, dentro
de una perspectiva cósmica. Esa visión constituye nues-
tra raison d' etre -la razón de nuestra existencia-, y
nuestra contribución singular al movimiento en pro de
la vida de familia.
¿Cuáles son estas perspectivas cósmicas de la familia?
Primero, creemos que el evangelio, las "buenas
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nuevas" para la familia, es parte del plan de RESTAU-


RACION TOTAL. Eso significa que debemos volver al
Edén para descubrir los hermosos dones que Dios dio a
sus hijos. Allí en el Edén debemos recuperar los propósi-
tos originales del matrimonio y la familia, y verlos en re-
lación con su institución edénica gemela: el sábado, el
día de la familia, porque el sábado y la familia son insti-
tuciones que van juntas.
Dios llama al mundo, a través de su último mensaje de
advertencia, a volver a los Diez Mandamientos que estable-
cen la verdadera jerarquía de valores del creyente: Primero
Dios (mandamientos 1-4), luego la familia (5), después los
demás (6-9), y por último, las cosas (10). Antes de pedir a
su pueblo que siga este estilo de vida, Dios se presenta pri-
meramente como el Redentor que ya los ha librado de la
esclavitud (véase Exo. 20:2). El mensaje para la familia en el
tiempo del fin, al que generalmente nos referimos como "el
mensaje de Elías" (Mal. 4:5,6), restaurará "todas las cosas"
(Marc. 9:12), y preparará a la familia terrenal para aceptar
el privilegio de unirse con la familia celestial. En esta res-
tauración reconocemos que Dios es el Creador y el Reden-
tor, el único digno de ser adorado y el único que puede res-
catar nuestras familias y nuestras almas.
Segundo, creemos que la familia es el punto focal
en el GRAN CONFLICTO, o controversia, entre Cristo
y Satanás, en el escenario del tiempo fin. Desde la caída
de la primera familia en el Edén y su decisión de sepa-
rarse de la familia Creadora, la familia es, por naturaleza,
aliada del Archirrebelde, del destructor de la familia. Sin
embargo, Dios ha estado paciente e inexorablemente, lla-
mando a la familia a salir de las filas del enemigo, invi-
tándonos a salir de Babilonia. El Mensaje de Elías es una
dimensión de ese motivo. El último mensaje de Dios pa-
ra la familia es un mensaje profético y debe cumplirse
antes de la llegada del día grande y terrible de Jehová.
INTRODUCCIÓN 9

Dios está haciendo un llamado final, en el espíritu y el


poder de Elías, a volverse, a cambiar el corazón, y a po-
nerlo en la misma sintonía que el suyo, con el objeto de
llevar a nuestra generación hacia él y unir al mismo
tiempo a los miembros de la familia entre sí.
Hoy día Satanás guerrea incesantemente contra la fa-
milia y reclama a todos como suyos, con el argumento
de que lo han seguido en la inmoralidad y la rebelión.
Sin embargo, Dios se propone, antes de su segunda veni-
da y en un despliegue final de su poder, presentar a la
familia redimida por su maravillosa gracia como eviden-
cia ante el universo de que su ley puede ser guardada
aún en este pecadora generación.
Tercero, creemos que el ALTAR FAMILIAR matuti-
no y vespertino es ESENCIAL para este proceso de res-
tauración y conclusión del gran conflicto entre Dios y
Satanás. El culto familiar tiene cinco dimensiones: (1)
adoración; (2) renovación del pacto; {3) sacrificio, en el
cual se reclaman los méritos del sacrificio de Cristo en la
cruz y que constituye la victoria de la familia sobre el
enemigo; (4) instrucción, para que la familia enseñe y
transmita su herencia religiosa a la siguiente generación;
y (5) celebración o fiesta de la familia.
El tema básico de controversia en los últimos días se-
rá la adoración. Las Escrituras identifican a los que obe-
decen el llamado final de los tres ángeles como aquellos
que adoran a Aquel que hizo los cielos y la tierra (Apoc.
14:7), en tanto que los que se pierden son identificados
como aquellos que rinden honores a un poder apóstata.
El culto de familia es una experiencia de renovación
del pacto, donde la familia renueva su lealtad, fidelidad
y obediencia a la única fuente de amor inagotable. Ello
pone a la familia aparte como algo sellado y protegido
por la sangre del Cordero. Pintar con u sangre los dinteles
de las puertas" mediante el culto matutino y vespertino,
10 CORAZONES EN SINTONfA

es mucho más que apartar diez minutos dos veces al día.


Incluye más que la mera forma externa del culto. El
amontonar doce piedras no alcanzaba para comprender
la esencia del culto en los tiempos antiguos. Era la inter-
nalización del significado del sacrificio vicario lo que lo
convertía en verdadera adoración.
Hay también una dimensión horizontal del culto fami-
liar. A medida que los miembros de la familia se acercan
más a Dios, se acercarán también más los unos a los otros.
El culto familiar es el foro, o la ocasión, para que se den
todo tipo de cosas buenas en la familia. Por medio de la
instrucción y la celebración, la identidad de la familia es
acrecentada y la herencia religiosa de los padres puede ser
transmitida con éxito a la siguiente generación.
Las familias cuyo culto no es una experiencia vibran-
te, renovadora del pacto, necesitan reexaminar su estilo
de vida. La ausencia del culto familiar, o su inefectivi-
dad, puede ser el síntoma de un problema grave. Quizás
eso signifique que están compartiendo los panes rancios
de la proposición en lugar de alimentarse del pan calien-
te, fresco, de nuestra comunión personal con Dios. O
quizás se haya apagado el fuego del Espíritu Santo en su
altar. Si el culto no está "funcionando", será necesario
dar una cuidadosa mirada para ver cómo es nuestro esti-
lo de vida, cuáles son nuestras prioridades, y cuál el rit-
mo de nuestra existencia. En algunos casos, el resultado
de esa mirada puede requerir una cirugía mayor, talco-
mo salir de las ciudades, cambiar de trabajo, o reordenar
nuestros compromisos. Pero si permitimos que el verda-
dero culto personal y familiar sean las varas de medir en
nuestras vidas, no detendrán su obra hasta que todo
nuestro estilo de vida esté en armonía con la voluntad de
Dios, hasta que nuestros corazones estén sintonizados
con Dios y los unos con los otros.
Este libro se escribió con el propósito de que sirva co-
mo una guía para que las familias tengan sus momentos
INTRODUCCIÓN 11

devocionales o, para usar un término de la época de Elías,


para reconstruir los altares familiares destruidos. Este li-
bro explica la forma racional del culto familiar, y propor-
ciona ideas que nos ayudarán a hacer el culto matutino y
vespertino de la familia más dinámico y significativo. La
familia puede usar Corazones en sintonía con Dios durante
su culto. Usted puede asignar tareas a los otros miembros
de la familia de entre las actividades de culto que apare-
cen al final de los capítulos. Con un poquito de investiga-
ción o de preparación, usted podrá alentar a todos a parti-
cipar activamente en el culto y a contribuir a que haya
una relación familiar positiva en la hora de la adoraCión.
Esta versión en español es una revisión del libro
Heart Tuning, publicado por la Review and Herald en 1985.
En 1992, L. Edgel Phillips terminó una importante inves-
tigación estadística que identificó las metas del culto fa-
miliar y los métodos para alcanzar esas metas. Además,
el continuo estudio de las Escrituras clarificó en la mente
de los autores las relaciones entre el culto de familia y los
desafíos que en el tiempo del fin enfrentaría la familia
predichos en la profecía bíblica. En esta edición se han
incluido porciones seleccionadas de estas nuevas percep-
ciones del tema.
Que las páginas de este sencillo libro puedan ser usa-
das por Dios para facultar o autorizar a las familias a re-
clamar la gracia divina tan gratuitamente ofrecida.
Que donde hay altares cuyas piedras están derruidas
y desparramadas, sean reacomodadas y levantadas de
nuevo.
Que donde hay altares que han permanecido firmes a
través de los años, puedan sus fuegos lucir más brillan-
tes.
Y que siempre tengamos presente que no es la pila de
piedras lo que cuenta, sino los incomparables méritos
del Sacrificio.
John y Millie Youngberg
El cerco protector
"Padres y madres, por muy urgentes que sean
vuestros negocios, no dejéis de reunir a vuestra
familia en torno del altar de Dios. Pedid el
amparo de los santos ángeles para vuestra casa."
-La conducción del niño, p. 492.

Ciento cincuenta metros quedaron atrás rápidamen-


te, como si Sandy estuviera bajándolos en un tobogán. El
declive del río Tuolumne, pulido por el glaciar, era tan
resbaladizo como el hielo. Ahora el rugido ensordecedor
de las cataratas de Le Conte atronaba en su oídos. ¿Có-
mo detendría su viaje al estilo Evel I<nievel, antes de caer
por las cataratas? Todo lo que ofrecía el río para aferrarse
eran algas verdes, asidas ellas mismas a las viscosas ro-
cas. Ese día, que había comenzado con tanta felicidad,
¿terminaría trágicamente debido a su paseo accidental en
aquel"tobogán acuático"?
Esa mañana la familia se había reunido alrededor del
fuego del campamento antes de cargar sus mochilas y
seguir su viaje a través de los bosques del parque nacio-
nal Yosemite. Las armoniosas voces del padre, de la ma-
dre, y de los seis hijos habían cantado:
"Padre, te agradecemos por la noche,
y por la hermosa luz matinal;
por el descanso, el alimento y por tu cuidado amante,
y por todo lo que hace tan bueno el día.
Ayúdanos a hacer las cosas que debemos hacer,
y a ser buenos y corteses con los demás.
Que en todo lo que hagamos, al trabajar o al jugar,
te amemos cada día más".
14 CORAZONES EN SINTON(A

Cuando las últimas notas del canto se perdierop en


el bosque, el padre pidió a Dios que, en su amante pro-
tección, colocara a su familia en las manos de los ángeles
protectores durante ese día. Y entonces iniciaron su ex-
cursión, atravesando primeramente seiscientos metros
de maravillosos saltos de agua, con las mochilas llenas
de provisiones para doce días.
A Sandy, que tenía diez años, le gustaba estar al aire
libre. Dios parecía estar tan cerca suya aquí. Pero una co-
sa que no podía soportar era que la dejaran atrás.
-¡Espérame! -gritó. Pero el papá, que tenía sus pro-
pios problemas en los cuales pensar, no la oyó. Tenía que
llegar, lo más rápidamente posible, hasta el próximo lu-
gar de campamento. Antes de que oscureciera tenían que
acampar, cenar y guardar la comida en bolsas, arriba en-
tre los árboles, como una medida de protección contra
los osos, para prevenir visitantes indeseados durante la
noche.
-¡Espérame! -gritó nuevamente. Sus ojos se llena-
ron de lágrimas. Quería aJcanzar a su papá. Trató de co-
rrer hacia adelante a lo largo del borde rocoso del sen-
dero pero, al hacer un movimiento rápido para correr, el
peso de su mochila se desbalanceó hacia un costado y su
cuerpo se inclinó hacia el precipicio que estaba a su dere-
cha.
-¡Oh, no! -dijo aterrorizada-, ¡me voy a caer! -Y
entonces, cuando se balanceaba en el borde mismo del
precipicio, le pareció que una mano invisible empujaba
su pesada mochila. El peso se corrió hacia la izquierda
y, gracias a eso, pudo pararse nuevamente y con seguri-
dad sobre la peligrosa cornisa.
Al llegar al lugar donde acamparían esa noche, se de-
sabrochó la mochila, se puso su traje de baño y se fue al
río a deslizarse en las torrentosas aguas. Al principio gri-
taba de alegría. Pensaba avanzar a favor de la corriente
sólo un poquito, en la parte más playa. Sin embargo, el
4 CERCO PROTECTOR 15

fonijo granítico del río tenía una caída más pronunciada


de 1\) que ella creía y, repentinamente, la arrastró la co-
rrierlte. Ahora avanzaba más y más rápido entre grandes
piedras y rocas, siguiendo el borde de la corriente torren-
tosa. Las viscosas algas verdes no le ofrecían nada de
donde asirse. ¡Si sólo pudiera aferrarse a una rama o
montarse sobre una roca!
-¡Jesús, ayúdame! -exclamó. Aunque lo intentó de-
sesperadamente, Sandy no podía detenerse. Su corazón
se llenó de temor a medida que la corriente la arrastraba
hacia el tramo final antes de llegar a los saltos.
Su hermana Carla, de 17 años, que venía caminando
por el sendero, llegó a los saltos justo a tiempo para ver
cómo las rápidas aguas empujaban a Sandy por la orilla.
La vio entrar a la zona de la cascada de dos saltos desde
la cual el agua caía después en caída libre hasta las pun-
tiagudas rocas de allá abajo. En menos de un segundo
las rugientes cataratas tragarían a su víctima. ¡Y enton-
ces Carla vio el milagro!. Allí, ante sus propios ojos, vio
cómo una mano invisible empujaba hacia atrás a Sandy.
En un momento, esa mano invisible la rescató de la cas-
cada, arrastrándola en contra de la corriente, hasta lle-
varla a un lugar donde ella consiguió aferrarse con las
piernas a una roca. Aunque estaba confundida y aterra-
da, Sandy logró subirse a la piedra y tropezando llegó
hasta una gran roca donde, finalmente, se derrumbó,
temblando y totalmente agotada. Carla corrió hacia el
campamento gritando para llamar a su padre. Este corrió
por el terreno rocoso hasta divisar a su hija acostada e in-
móvil sobre la roca, sin poder hablar. Luego Sandy co-
menzó a sollozar. Después de consolarla, el padre, que
era médico, la examinó y descubrió que no tenía ni si-
quiera un golpe o un rasguño en su cuerpo.
Esa noche, luego de la cena, los acampantes izaron
con un alambre sus alimentos hasta un lugar elevado en-
tre dos árboles, fuera del alcance de los osos hambrien-
16 CORAZONES EN SINTONf

tos. Cerca de 80 kilos de provisiones llegaron a su hjgar


mientras Carla y Pamela observaban desde abajo. Refen-
tinamente -¡snap! El anillo por el que pasaba el alam-
bre cedió y las bolsas se vinieron abajo, cayendo exacta-
mente en el sitio donde habían estado las niñas.
-¡Gracias, Pame! -dijo Carla casi sin aliento-, ¡me
salvaste la vida!
-¡Yo no hice nada! -farfulló Pamela-. ¡Pensé que
tú me habías empujado! -Ninguna mano humana las
había tocado.
Esa noche, una familia llena de gratitud agradeció a
Dios en el culto vespertino. Ninguno de ellos tenía du-
das en cuanto a que los ángeles habían intervenido para
protegerlos durante ese día. Dios había cumplido en el-
los su promesa: "Pues a sus ángeles mandará acerca de
ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te
llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra" (Sal.
91:11, 12).
¿Sintió su familia alguna vez que los ángeles coloca-
ban un cerco protector a su alrededor? La nuestra sí. Mi
esposa, Millie, nuestro hijo Wes y yo, estábamos regre-
sando en auto a nuestra casa en Míchigan, después de la
graduación de Wes en el Colegio Monte Pisga, en Caroli-
na del Norte. En el momento cuando el sol se ocultaba
en el horizonte, interrumpimos nuestra conversación y
cantamos:
"Confío en Dios dondequiera que me encuentre,
Sea en la tierra o en el mar.
Venga lo que viniere a lo largo de los días,
Sé que mi Padre celestial vigila sobre mí".

Repetimos un salmo y oramos mientras seguíamos


avanzando por la carretera interestatal. Tres horas más
tarde, pasamos a través de una zona en construcción. En
cada puente, las flechas nos desviaban al carril izquierdo
E\ CERCO PROTECTOR 17

y UJt.a valla cerraba el carril derecho. Ansiosos por llegar


a cafa, estaba manejando a demasiada velocidad. Nos
apro~imamos a un puente, y de nuevo una débil flecha
pintal'¡la sobre el pavimento nos desvió hacia la izquier-
da. Dirigí nuestro Honda hacia la izquierda. Al salir del
puente descubrimos, para nuestro asombro, que había
un desnivel de treinta centímetros al final del puente y
que nuestro carril desaparecía. La luz de nuestro auto re-
botó cuando caímos al pozo. Al tratar de dirigir el auto
nuevamente hacia la carretera, el neumático delantero
mordió el pavimento de quince centímetros. Totalmente
fuera de control, el auto viró hacia el otro lado de la ba-
rrera, a la derecha, y luego se salió del camino por la iz-
quierda, desviándose hacia el costado. Parecía que íba-
mos a volcar. Describimos un arco justo sobre la línea del
medio. Millie gritó al ver que cruzábamos los carriles co-
rrespondientes al tránsito que venía en sentido contrario
y que nos dirigíamos a la otra barrera. Y entonces, nos
pareció que caeríamos por un terraplén de nueve metros.
Pero en ese momento, inexplicablemente, el auto giró ha-
cia la izquierda y se detuvo, con el frente en dirección
opuesta a la que veníamos viajando. Nuestros corazones
latían fuertemente. Luego de juntar valor para evaluar la
situación, descubrimos que el único daño que habíamos
sufrido era un neumático pinchado -su sello de aire se
había roto con los virajes de un lado al otro. En los pocos
minutos que nos llevó cambiar la rueda, cayeron otros
tres autos en el mismo bache, casi perdieron el control
también.
Cuando estuvimos seguros nuevamente en la ruta,
hicimos una pausa para agradecerle a· Dios por el hecho
de que no habíamos muerto ni nos habíamos lastimado,
que el auto no estaba dañado, y que no venían otros au-
tos en sentido contrario cuando cruzamos la línea diviso-
ria del tráfico. Mientras seguíamos viajando meditando
en el poder protector de Dios, Wes dijo pensativamente:
18

-Estoy contento de que oramos pidiendo la pr tec-


ción del Señor en el culto de esta noche.
Protección espiritual ¡<

Sin embargo, el mayor peligro que nos rodea no es el


peligro físico o la pérdida de bienes materiales. Son los
poderes del mal, que ponen en peligro nuestra supervi-
vencia espiritual, al introducirse Satanás en los hogares
carentes de la protección de los santos ángeles de Dios.
Por ejemplo, aquel día comenzó igual que cualquier
otro día para cierta familia adventista del séptimo día.
Durante el culto, el padre pidió la protección de Dios so-
bre cada miembro de la familia, y en sus devociones pri-
vadas, él y su esposa oraron por su hijo Carlos, de 11
años. Más tarde ese mismo día, Carlos entró en la casa y
preguntó:
-Mamá, ¿puedo ir hasta el centro en bicicleta?
-¿Para qué quieres ir? -le preguntó la madre.
-¡Oh! Porque tengo ganas de ir --contestó. ·
-Bueno, pero ¿qué vas a buscar?
-Nada en especial. No me demoraré mucho.
Cuanto más insistía él, más le decía su intuición que
no debía dejarlo ir.
-Tengo la sensación ~e que tienes cierta urgencia de
ir al centro. ¿Quieres contarme por qué quieres ir?
Entonces, con honestidad, admitió que un niño del
vecindario le había enseñado a jugar a las cartas, y ahora
quería comprarse un mazo propio. La madre nunca ha-
bía imaginado que el juego de cartas podría llegar a ser
una tentación para su hijo. Le explicó los peligros a los
cuales lo podía llevar el juego de cartas y le sugirió algu-
na otra actividad. El incidente mantuvo a aquellos pies
inexpertos fuera del camino peligroso que lo podría ha-
ber conducido al juego o a otros vicios. Los padres de
Carlos creen que agentes celestiales intervinieron en el
caso de su hijo.
EL CERCO PROTECTOR 19

Pero el culto familiar no es una varita mágica, como


tampoco el cristianismo es un seguro de protección ga-
rantizada. Si eso fuera así, las bancos de la iglesia esta-
rían llenos de "creyentes". A veces nuestro Padre omni-
sapiente permite que le sobrevengan a sus hijos serios
accidentes. Nuestra razón para celebrar el culto familiar
no es primariamente para protegemos de las dificultades
o inconveniencias. Es verdad que deseamos la protección
de Dios para que podamos vivir para alabarlo. Pero en
el altar familiar reconocemos nuestra dependencia de él
y apreci~os l¡1 oportunidad de agradecerle por enviar a
su Hijo a morir por nosotros. A la mañana y a la noche
disfrutamos el compañerismo al comunicamos con el
resto de la, familia, .tanto con la celestial como con la te-
rrenal.
"Acudid con humildad, COI\ un corazón lleno de ter-
nura, sabiendo de las tentaciones y peligros que hay ante
vosotros y vuestros hijos, y por la fe ligad a estos últimos
sobre el altar, solicitando para ellos ,el cuidado del Señor.
Los ángeles ministradores guardarán los niños así dedi-
cados a Dios. Es el deber de los padres creyentes levan-
tar así, mañana y tarde, por ferviente oración y fe perse-
verante, una valla en derredor de sus hijos" (Joyas de los
Testimonios, t. 1, p. 175).
Al adorar juntos, cultivamos la unidad familiar y mi-
nistramos a las necesidades de los demás. En el altar fa-
miliar unimos nuestros corazones y testificamos ante el
universo que nos observa, que Jesús es el Señor de nues-
tras vidas, y que estamos de su lado en la lucha contra
nuestro enemigo, y contra el de nuestros hijos.
20 CORAZONESENSIJNTON~

Para su familia

A continuación presentamos seis actividades diferen-


tes para el culto familiar, de las cuales puede usted sa-
car ideas oportunas para el altar de su familia:
l. Lean historias de ángeles en La historia de la reden-
ción. Hagan una lista de lo que hicieron los ánge-
les en ocasiones tales como:
a. El cruce del Mar Rojo (p. 128).
b. El bautismo de Jesús (p. 201).
c. La crucifixión de Cristo (p. 231).
d. La prisión de Pedro (pp. 308, 309).
e. Discutan sobre cómo los ángeles pueden estar
interviniendo en nuestras vidas.
2. Lean la historia de la batalla de Manassas (conoci-
da también como llamada batalla de Bull Run,
Virginia) en la que un ángel intervino en ese gran
enfrentamiento de la Guerra Civil americana.
(Véase Testimonies, t. 1, pp. 266, 267).
a. Pregúntele a los miembros de su familia si re-
cuerdan alguna otra batalla en la haya interve-
nido un ángel. Respuestas posibles: en la reti-
rada exitosa de George Washington desde Long
Island bajo la niebla cuando los ingleses lo te-
nían atrapado; la derrota de Senaquerib {2 Rey.
19:35); etc.
b. ¿Alguna vez ha tenido usted alguna batalla per-
sonal, quizás con Satanás, en la que haya sentido
que un ángel intervino para ayudarlo a vencer?
EL CERCO PROTECTOR 21

3. Aquí presentamos un bosquejo más completo pa-


ra un culto vespertino. Tema: "Nuestro ángel
guardián". Canto. Oración: "Que podamos sentir
Tu presencia mientras te adoramos. Envía a tus
ángeles para que nos acompañen aquí". Lectura
bíblica: Salmos 34:7. Lectura de Elena de White:
Primeros Escritos, p. 39. Preguntas de reflexión pa-
ra la familia:
a. ¿Qué han hecho los ángeles por mí o por noso-
tros?
b. ¿Dónde están ahora nuestros ángeles?
c. ¿En qué ocasiones me han guardado los ángeles
de ceder a la tentación?
d. ¿Tiene nombre tu ángel guardián? ¿Qué nom-
bre te gustaría ponerle a tu ángel?
4. Tema: "Los ángeles en el nacimiento de Jesús".
Canto:
"Se oye un canto en alta esfera" (Himnario Adven-
tista 84). Lectura bíblica: Lucas 2:1-21. ¿Qué papel
desempeñaron los ángeles en la historia del naci-
miento de Cristo? Lectura de Elena de White: El
conflicto de los siglos, pp. 359-361.
a. ¿Qué hizo casi el ángel mensajero?
b. Si nosotros hubiéramos vivido en ese entonces,
¿habría encontrado el ángel a nuestra familia
esperando el primer advenimiento de Jesús? ¿Y
qué en cuanto a su segunda venida? Oración:
"Abre nuestros ojos a los acontecimientos que
nos dicen que estás por volver. Que tu ángel
nos pueda encontrar esperando".
S. Tema: "Los ángeles malos". Oración: "Que la pre-
sencia de Jesús mediante el Espíritu Santo nos
acompañe en nuestro culto. Aleja a todo ángel ma-
lo que pueda traer discordia". Actividad: Pídale a
los participantes que tomen nota de tantas activi-
dades de los ángeles malos como puedan encontrar
22 CORAZONES EN SINTON!A

en los pasajes leídos. Lectura de Elena de White: La


historia de la redención, pp. 208,209; Joyas de los Testi-
monios, t. 1, pp. 119, 120; Primeros Escritos, p. 191.
6. Tema: "Satanás y los ángeles malos en la muerte
de Cristo". Lectura bíblica: Mateo 27:45-50; Mar-
cos 15:33-39; Lucas 23:32-34; Juan 19:23-30: Lectu-
ra de Elena G. de White: La historia de la redención,
pp. 238-240, 249, 250.
a. ¿Qué hicieron los árl.geles malos cuando el án-
gel bueno descendió del cielo para abrir la tum-
ba de Cristo? .
b. ¿Qué significa para su familia la victoria de
Cristo en la cruz?
c. ¿Quieren estar en el lado de Satanás o en el de
' ?
Jesus. . .,.
d. ¿ReconocemQs que Satanás es un enemigo ven-
cido y que tenemos poder, por medio de Cristo,
para vivir l,llla vida cristiana victoriosa? (Prepa-
re un pequeño pergamino con estas palabras:
"Reconozco que Satanás es un enemigo venci-
do. Reclamo por :medio de la sangre de Jesús,
poder para vivir una vida cristiana victoriosa".
Invite a los miembros de la familia a que fir-
men el pergamino).

Nota: Para un estudio adicional acerca del ministerio de


los ángeles use una concordancia bíblica y el índice gene-
ral alfabético que aparece al final de las obras,de E. G. de
White.
El culto fa111iliar de
Edén a Edén
El culto familiar es una cadena de oro que
conecta el Edén con el Edén. Examinemos
algunos de los eslabones entre el hogar original
de la primera familia y el Paraíso restaurado.

El culto familiar en el jardín del Edén


Luego de pasar, Adán y Eva, un delicioso día, en el
que aspiraron la fragancia de las flores, comieron exqui-
sitas frutas, y acomodaron las ·enredaderas para formar
una glorieta para su nuevo hogar, observan ahora cómo
va poniéndose el sol en el oeste. Pareciera que el cielo y
la tierra estuvieran por tocarse a medida que los colores
dorados, naranjas, rosados y púrpuras del crepúsculo,
cruzan el cielo. Y entonces, maravilla de las maravillas,
la primera pareja escucha la voz de Dios llamándolos en
el jardín en el fresco del día. Ellos le responden a su ami-
go el Creador, lo invitan a su nuevo hogar, y le muestran
gozosos las glorietas de rosas, buganvillas y orquídeas
que entrelazaron con sus manos para formar las paredes
y el techo de su casa viva. Elevan sus voces y cantan ala-
banzas a Dios, y Dios habla con ellos. Los pájaros se un-
en a la melodía desde su verde catedral, y el coro angéli-
co que los rodea responde con un estribillo a diez voces.
Los corazones de Adán y Eva arden dentro de ellos
mientras que sus seis o siete, --o quizás diez- sentidos
perfectos y sin desgaste registran en sus memorias a
prueba de olvidos, la belleza de todo aquello. Jesús les
reafirma su amor inagotable, y al regresar al cielo, les di-
24 CORAZONES EN SINTONfA

ce: "Recordad que yo estoy con vosotros siempre". Se


detienen entonces y escuchan. Un león manso ronronea
por allí cerca. Los animales, cada uno en su propio len-
guaje, alaban a su Hacedor mientras se preparan para el
descanso nocturno. Ha terminado un día perfecto.
(Eso fue adoración, que es lo que sucede cuando el
Creador y la criatura se encuentran en una relación de
comprensión. Y fíjese, Dios había planeado que una eter-
nidad de días aún más felices seguirían para Adán y
Eva, y para sus hijos, y los h_ijos de sus hijos, y sus tatara-
tatara-tatara-nietos y, llegarían finalmente a nosotros, a
lo largo de los cuales aprenderíamos a conocer a Dios).
El arrullo de las palomas matutinas los despiertan a
la mañana siguiente nüentras et sol asoma sobre las on-
dulantes colinas. Sus primeros pensamientos son de ala-
banza a Dios. Con gozo .arrobador cantan glorias a su
Amigo. Un rebosante amor por la inimaginable belleza
llena sus corazones con alabanzas a su Creador. Un leo-
pardo que pasa por allí se detiene a escuchar mientras
que el cielo y la tierra unen sus voces en alabanza. Otros
mundos observan con deleite. Una armoniosa melodía
endulza la atmósfera de su perfecto jardín, apenas húme-
do por el rocío de la mañana.
La naturaleza, con la fragancia de sus delicadas flo-
res, une su nota de gozo al incienso de alabanza y adora-
ción. El perfecto follaje del paisaje habla del gran amor
de Dios y de su ley. Qué alturas de éxtasis debieron ex-
perimentar Adán y Eva cuando "se entretenían con las
hojas, las flores y los árboles, descubriendo en cada uno
de ellos los secretos de su vida" (Patriarcas y profetas, pp.
31, 32).
¿Puede usted agregar algo a esta escena, ya de por sí
majestuosa, al recordar que Dios mismo está allí, instru-
yéndolos y compartiendo su excitación al descubrir las
maravillas del universo? Adán y Eva aprendieron, du-
rante esas primeras horas de adoración, los misterios de
EL CULTO FAMILIAR DE EDÉN A EDÉN 25

la creación de labios del Creador. Cada descubrimiento


debe haber profundizado su respeto por el Padre. El
amor y la gratitud crecientes estallaron en alabanzas y
adoración. Cada día armonizaban más con la música di-
vina de amor que llenaba el mundo no caído.
Abrahán, el constructor de altares
-Mira más allá, viajero. Esta tarde lo vi reuniendo
de nuevo a su familia, tal como lo hizo esta mañana. He
visto ya sus altares en otras partes de la tierra. Los cons-
truye dondequiera que va. Y elige para ello un lugar
abierto, nunca un bosquecillo. Observa cuán cuidadosa-
mente arregla la leña. ¡Va a sacrificar al cordero!
El otro observador contesta:
-Acerquémonos un poquito más. ¿Qué significa esto?
Los dos hombres curiosos avanzan cautelosamente
hacia el campamento. Observan cómo el fuego consume
el cuerpo del cordero sacrificado, y escuchan al venera-
ble patriarca hablar a su Dios mientras la familia se le
une, arrodillada, en círculo alrededor del altar.
-Te escogemos a ti, Señor. Nuestra única esperanza
está en los méritos de la sangre que derramarás por no-
sotros algún día para salvamos. Gracias, Señor, por cu-
brir los pecados de nuestra familia -de Sara, de Isaac,
de Ismael- y de todos nosotros. Danos seguridad en la
sangre.
Los niños, que aman al cordero y que odian verlo
morir, derraman lágrimas por él. Entonan un himno de
alabanza, se abrazan unos a otros, y vuelven a sus tareas
vespertinas mientras el humo del altar parece elevar ha-
cia el cielo sus oraciones.
-Me parece -dice el primer observador, rompiendo
el silencio-, que este Dios es diferente de los dioses de
Canaán. Elle habla a su Dios como si lo hiciera a un ami-
go. ¿Será eso el secreto de la bondad de este hombre?
¿Podrá ser que de este altar emane el poder que hace que
26 CORAZONESENSllVTONtA

esta familia sea tan diferente de la gente de Canaán?


La Biblia describe a Abrahán como un constructor de
altares. Note lo que dice que sucede en el altar. "Y edifi-
có allí un altar a Jehová, quien le había aparecido" (Gén.
12:7). Cuando se mudó a Bet-el, donde años más tarde
su nieto Jacob tendría el sueño de la escalera celestial, la
Biblia dice que "edificó allí altar a Jehová, e invocó el nom-
bre de Jehová" (v. 8).
Luego de que Abrahán mintiera y representara mal
a Dios en Egipto, y se desanimara por su propia falta de
fe, volvió a Bet-el, donde Dios se le había aparecido ante-
riormente. Manos penitentes reconstruyeron el antiguo
altar, "e invocó allí Abram el nombre de Jehová" (Gén.
13:4).
Nosotros recibimos elleg~do del altar familiar de los
patriarcas de antaño. El primer altar mencionado espe-
cíficamente en la Biblia es el de Noé; en Génesis 8:20.
Dios se había acordado de él y de su familia durante la
terrible tormenta, y el primer acto de Noé al salir del arca
fue reunir a su familia y recordar a Dios. Levantó un al-
tar en gratitud y ofreció sacrificio.
Los primeros hijos nacidos en este mundo construye-
ron altares. La Biblia habla de los sacrificios de Caín y de
Abel, y podemos inferir que los ofrecieron sobre altares.
Otros altares familiares
Los fuegos de otros altares familiares, de los·cuales
sabemos poco, han cambiado el curso de la historia. ¿No
sería maravilloso poder espiar aquellos años secretos de
Nazaret y escuchar mientras José leía los rollos de los
profetas o de los salmos? Ocupado, tratando de ganar el
sustento de su familia, encuentra tiempo antes de abrir
su taller de carpintero, y luego de cerrar sus puertas, pa-
ra reunir a María y a los niños alrededor del altar fami-
liar. Su esposa nota las rápidas respuestas del niño Jesús
y las atesora en su corazón mientras observa crecer a su
EL CULTO FAMILIAR DE EDÉN A EDÉN 27

primogénito "en sabiduría y en estatura, y en gracia para


con Dios y los hombres" (Luc. 2:52). Santas lámparas de
sacrificio están siendo encendidas aquí, y se están crista-
lizando resoluciones que finalmente pondrán la salva-
ción eterna a nuestro alcance.
El culto familiar en un "hogar dividido"
Timoteo ·debe haber sido un muchacho de unos 15
años cuando Pablo lo conoció en Listra alrededor del año
45 d.C. La voluble multitud había arrastrado a Pablo fue-
ra de la ciudad y lo había apedreado. Probablemente Ti-
moteo se unió al grupo que rodeó el cuerpo aparente-
mente sin vida· de Pablo. Con gozo recibieron al golpea-
do y quebrantado hombre de Dios cuando se movió y
luego se levantó. Algunos•estudiosos de la Biblia creen
que Pablo se quedó esa noche en la casa de Timoteo, re-
poniéndose del ataque que había recibido. Si fuera así,
probablemente observó las práctica.s religiosas de Euni-
ce, la madre de Timoteo, y de Loida, su abuela, quienes
eran creyentes cristianas. El padre del muchacho era
griego (Hech. 16:1).
Algunas madres sienten que al estar en una situación
familiar dividida pueden hacer poco para transmitir una
herencia religiosa. Pero Eunice no pensaba eso. Pablo le
escribe a Timoteo: "Y que desde la niñez has sabido las
Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio pa-
ra la salvación por la fe que es en Cristo Jesús(' (2 Tim.
3:15). En otro pasaje dice: "Trayendo a la memoria la fe
no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu
abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que
en ti también" (cap. 1:5).
La madre y la abuela de Timoteo habían dado el
ejemplo, estableciendo su fe en las Sagradas Escrituras.
Cuando no tomamos el tiempo para reunir a nuestros hi-
jos para el culto, o para modelar la ternura de Cristo,
¿qué les estamos robando? Les estamos robando su posi-
28 CORAZONESENSlliTONM

bilidad de absorber y desarrollar amor y fe, como Timo-


teo bajo el cuidado de Loida y de Eunice. Y ustedes,
abuelas, nunca subestimen la importancia de sus conti-
nuas oraciones en favor de sus hijos y de sus nietos.
Hablando del hogar de Timoteo, se nos dice: "La re-
ligión era la atmósfera de su hogar. La piedad de su vida
hogareña no era una piedad barata, sino pura, sensible
y no corrompida por falsos sentimientos. Su influencia
moral era sólida, no vacilante, no impulsiva, no cambian-
te" (Elena G. de White, The Youth's Instructor, 5 de mayo
de 1898).
"Fe no fingida" quiere decir fe firme y persistente.
Aunque Timoteo no tenía talentos sobresalientes, la edu-
cación que recibió en el hogar de su niñez lo convirtió en
un misionero responsable a quien Pablo podía enviar en
las misiones más delicadas y confidenciales. Su última
espístola la dirigió a Timoteo, a quien el anciano apóstol
traspasó su manto.
¿Qué bien hizo Eunice al enfatizar la importancia del
altar familiar a su hijo Timoteo? Sólo la eternidad podrá
revelar la influencia de esa herencia de fe con sus ondas
cada vez más amplias, transmitida por una madre casi
desconocida, aliado del fuego en ese "hogar dividido"
de Listra.
El culto familiar en la tierra nueva
A lo largo de los años realizamos el culto en algunos
lugares extraños. Oramos en la cima del Monte Elbert, el
pico más alto de Colorado, y fuimos protegidos en me-
dio de una turbulenta tormenta eléctrica de la que sali-
mos ilesos, a pesar de que Millie sintió la descarga eléc-
trica de un rayo que cayó justo a nuestro lado. En la Re-
pública Dominicana adoramos debajo de los cocoteros
mientras las olas del mar rompían en la playa. Al viajar
en aviones, observamos reverentemente cómo el sol, cual
una bola roja ardiente, se hundía en las aguas del océa-
EL CULTO FAMILIAR DE EDÉN A EDÉN 29

no. Adoramos en nuestra cabaña de las montañas mien-


tras una tormenta primaveral de nieve, arrobadora por
su belleza, sorprendía nuestro encuentro familiar. Y has-
ta celebramos nuestro culto de familia a orillas del Gran
Cañón del Colorado. Pero todos esos recuerdos no serán
nada comparados con el culto familiar en la tierra nueva.
-Wes, tú eliges dónde tendremos nuestro culto esta
tarde.
-Buenísimo. Volemos por los anillos de Saturno, pa-
semos por ese cañón de 80 kilómetros de profundidad en
el planeta Zeno, en la constelación de Sagitario, y luego
alcancemos a Enoc y a su esposa que están visitando el
planeta Lapo a ¡25 mil millones de años luz de distancia!
Viajamos a la velocidad del pensamiento.
-Invitemos al abuelo y a la abuela para que nos
acompañen -sugiere John. ¡No hay más artritis ni enfer-
medades cardíacas! Nuestro descansado viaje nos lleva
a mundos lejanos. Wes hace una media luna sobre el Ca-
ñón Majestuoso mientras John ''bucea" en el Lago Sin
Fondo que se encuentra 80 kilómetros más abajo. Y aho-
ra seguimos hasta Lapo.
-¡Hola, Enoc! ¡Qué gusto verte nuevamente! -El se
da vuelta y dice:
-¡Sí, aquí están nuestros amigos del planeta Tierra!
Y mientras la familia se reúne a su alrededor, el pa-
triarca añade:
-Cuéntennos a mi esposa y a mí cómo era vivir en
la tierra en los días en que toda vuestra generación se de-
cidió en favor o e~ contra de Cristo. ¿Qué les pareció ser
redimidos de ese mundo perverso?
John y Wes, el abuelo y la abuela, y toda la familia
cuentan la experiencia. Millie comienza a describir con en-
tusiasmo cómo los grandes movimientos finales proclama-
ron en unas pocas y breves semanas alrededor del mundo
la historia del evangelio de un Cristo crucificado, resuc!-
tado, y próximo a venir, y el resto de la familia agrega de-
30 CORAZONES EN SINTONiA

talles personales. Bonnie, mi primera esposa, cuyo cuerpo


fue consumido por el cáncer mientras estábamos en la tie-
rra, está ahora con nosotros, bendecida con un nuevo cuer-
po glorioso y con la juventud eterna. (No se preocupen, no
habrá rivalidad. Dios se ocupará de eso también.)
Allí al lado, los ángeles nos observan con asombro y,
"mientras contamos la historia de la redención, doblan
sus alas, porque los ángeles nunca supieron el gozo que
nos trajo nuestra salvación". Hablamos de los aconteci-
mientos catastróficos del fin del mundo, pero el cielo
nuevo y la tierra nueva son tan maravillosos que nues-
tras pruebas más grandes parecen borrarse de nuestros
recuerdos. Nuestras voces se elevan arrobadas cantando:
"¡Aleluya!" "¡El cielo no fue demasiado caro! ¡Valía la
pena! ¡Gloria sea al Padre, y al Cordero, y al Santo Espí-
ritu, por siempre y siempre! ¡Gracias, Jesús, por tan gran-
de salvación! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!"
Fundamentos del altar familiar
Hemos dado un vistazo panorámico al altar familiar
desde el Edén hasta el Edén. ¿Cuáles parecen ser los fun-
damentos del altar familiar, según podemos deducir de
los registros bíblicos?
En primer lugar, y principalmente, el propósito del
"altar familiar" es adorar a nuestro Señor. En segundo tér-
mino, es renovar el pacto familiar con Dios y unos con
otros. El altar es un lugar para sacrificar, el lugar donde
reclamamos la sangre del Cordero de Dios para perdón,
protección y victoria. Es un lugar para instruir, de modo
tal que en una atmósfera de calidez y aceptación, poda-
mos transmitir nuestra herencia espiritual y nuestros va-
lores familiares de generación en generación (Deut. 6:6-
9). Por último, el altar es también un lugarpara celebrar la
familiaridad. En los tiempos bíblicos el pueblo de Dios eri-
gía altares para celebrar, festejar o para conmemorar
eventos (Jos. 22:26-28, 34).
EL CULTO FAlvHLIAR DE EDÉN A EDÉN 31

Los altares familiares necesitan cuidados permanen-


tes. En los tiempos bíblicos Dios le dio a su pueblo ins-
trucciones específicas para que no usaran mezcla o arga-
masa para levantar un altar. Si no se lo cuidaba, las pie-
dras del altar se venían abajo y eran pisoteadas por los
pies de los hombres o por los animales. Sin duda que los
patriarcas, cuando reconstruían con amor el altar, colo-
cando nuevamente las piedras en sus lugares, recordaban
la importancia que otorgaban a la función del altar. No,
el altar familiar no puede ser construido una vez y para
siempre, ni entonces ni ahora. En nuestros días, se requie-
re también cuidadosa. atención para cuidar fielmente el al-
tar familiar de las muchas distracciones existentes.
Los patriarcas nunca construían sus altares en los
bosques o cerca de los árboles. Las prácticas inmorales
que se llevaban a cabo en los bosquecillos caracterizaban
a Jos santuarios paganos. Hoy en día, nuestros altares fa-
miliares debieran diferenciarse de las costumbres o prác-
ticas mundanas. La televisión y los videocasetes se han
convertido en el altar moderno de Baal en muchos hoga-
res. Dios siempre pide nuestra lealtad indivisa, y no
compartirá un lugar de adoración con ningún otro dios.
El sacerdote de la familia colocaba el sacrificio sobre
el altar a la mañana y a la tarde. Hacemos bien en tener
un momento específico para el culto familiar, y en cele-
brarlo regularmente, porque debemos enfrentar los
asuntos de hoy con la dedicación y.. la oración de hoy, no
con la de ayer.
El padre dirigía las devociones familiares como sacer-
dote de la familia. Su deber, establecido por Dios, conti-
nuaba a lo largo de toda su vida. En los casos de un pa-
dre ausente, o de uno no crey~nte, la madre se hacía car-
go de la adoración familiar.
El reunirse alrededor del altar es un acto corporativo
de testificación familiar, donde la familia demuestra que
elige a Dios y su camino. Es una ocasión para encontrarse
32 CORAZONESENSflVTON[A

con Dios, para entrar en una relación y en amistad con El.


El punto central del altar familiar es la sangre, los mé-
ritos de la sangre de Jesús para salvarnos del pecado. Allí.
por medio de la fe, reclamamos el poder de la sangre, y
colocamos una señal o sello protector sobre nuestra fami-
lia, de modo que el destructor no pueda hacemos daño.
Definición de la adoración
¿Qué es la adoración?
La adoración es el asombro de la criatura al sentir la
presencia de su Creador. Es que alguien, que se siente in-
digno, muestre respeto y reverencia por Dios. Por medio
de ella conocemos a Dios, nos familiarizamos con El co-
mo con un amigo, y lo adoramos por sus muchos dones,
incluyendo el perdón de los pecados. Entramos en una
relación de pacto con El. Cuando esto ocurre dentro del
círculo de una familia, distingue a esa familia como pro-
piedad de Dios, como sellada y segura en la sangre de
Jesús, acercando así a sus miembros a Dios y los unos
con los otros. Esto es, en esencia, el culto familiar.

Para su familia
Actividades sugerentes para el culto
Incluya junto con estas actividades algún canto apro-
piado y conocido por la familia, una breve oración de
apertura pidiendo la presencia de Dios, y una oración de
cierre. Hemos planeado estos cultos para que sean activos,
no pasivos. Puede pedirle a los diferentes miembros de la
familia que preparen y dirijan algunas partes del culto.
l. Tema: "El primer culto a la puesta de sol en el
Edén".Lectura bíblica: Génesis 1 al 2:3. Lectura de
EL CULTO FAMILIAR DE EDÉN A EDÉN 33

Elena G. de White: Patriarcas y profetas, pp. 26, 27.


a. Imaginen cómo fue ese primer viernes de tar-
decita mientras Adán y Eva celebraban el co-
mienzo del primer sábado en la tierra. Sea crea-
tivo en sus pensamientos.
b. Pídale al Señor que le ayude a tener hermosos
cultos de viernes de noche en recuerdo de la se-
mana de la creación.

2. Tema: "El culto en el cielo". Lectura bíblica: Apo-


calipsis 22:3. Lectura de Elena G. de White: Pa-
triarcas y profetas, p. 371.
a. Comente cómo es el culto en el cielo ahora y có-
mo será cuando estemos allá.
b. ¿Cómo podemos hacer, como familia, para que
nuestra adoración al Rey de reyes y Señor de
señores sea más significativa y más hermosa?
Enumere las distintas ideas del grupo.

Oración: "Enséñanos a adorarte de la manera en


que eres digno".
3. Tema: "Jesús como niño". Lectura bíblica: Lucas
2:52. Lectura de Elena G. de White: El Deseado de
todas las gentes, pp. 69, 70.
a. Jesús aprendió a través de sus padres y de
Dios, tal como nosotros lo hacemos. Comenten
cómo puede su familia descubrir más de la ver-
dad y de la voluntad de Dios.
b. ¿De qué áreas espirituales le gustaría a los
miembros de la familia aprender más? Cite
cuatro o cinco ejemplos.
34 CORAZONESENSflVTONIA

c. Asigne estos temas a diferentes miembros de


la familia, para que los preparen y los presen-
ten en el culto familiar.
4. Un versículo de memoria para los padres y los
miembros de la familia que todos pueden repetir
a menudo al comenzar o terminar el culto:
"Pero yo y mi casa serviremos a Jehová" (Jos.
24:15).
Uno de los miembros más pequeños de la familia
podría preparar una placa o un pergamino con
este texto, añadiéndole el apellido familiar.
5. PACTO FAMILIAR sugerente (podría preparár-
selo como un pergamino, enmarcarlo y colgarlo en
la pared de la habitación donde hacen el culto):
"Nosotros, la familia hacemos
un pacto y nos comprometemos unos con otros a
buscar al Señor con todo nuestro corazón y con
toda nuestra alma. Es nuestro deseo y decisión
realizar el culto familiar a la mañana y a la tarde
como prioridad en nuestro hogar. Deseamos que
Cristo, por medio del Espíritu Santo, sea nuestro
maestro".
Firmado: - - - - - - - -

Fecha: - - - - - - - - - - -
Elías habla
a las familias
"A la verdad, Elías viene primero, y restaurará
todas las cosas" (Mat. 17:11).

La escena sucede unos nueve siglos antes de Cristo.


La sequía y la hambruna se apoderan de la tierra. Casi
todo el ganado está muerto. Miles de niños mueren de
desnutrición y hambre. El rey Acab y su corte suben por
la asoleada falda del Monte Carmelo. Cuatrocientos cin-
cuenta,profetas de Baal ocupan su lugar alrededor del al-
tar de su dios. Muy cerca, detrás de ellos, debajo de los
árbole$ ahora sin hojas de su bosquecillo, hay cuatrocien-
tos profetas de Asera, rodeando la estatua sagrada de
madera de su diosa de la fertilidad.
Enfrentando a esta impresionante comitiva hay un solo
hombre, sencillamente vestido, de facciones rústicas. Su
nombre, Elías, puesto por padres desconocidos de la pro-
vincia oriental de Galaad, significa "Jehová es mi Dios".
Está de pie al lado de un derrumbado altar de doce pie-
dras, donde años antes las familias acostumbraban adorar,
antes que los altares de Baal se hicieran tan populares.
Elías habla, y su voz llega hasta los-millares de Israel que
se han congregado entre los riscos y en el valle más abajo.
"¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamien-
tos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él"
(1 Rey. 18:21). La palabra Baal significa "señor". La religión
de Baal, corrupta por la inmoralidad, por la embriaguez, por
la grosera idolatría, negaba todo lo que Jehová ordenaba.
Los sacerdotes paganos construyeron un altar a Baal,
y comienza una ceremonia impresionante y sofisticada.
36 CORAZONES EN SINTONiA

Pronuncian hermosas palabras a las que le siguen extáti-


cos rituales. Nadie podría cuestionar que los devotos de
Baal creen en su dios. En efecto, están dispuestos a de-
rramar su propia sangre para probarlo. Pero, ¡no hay
fuego, no hay poder!
¿No es acaso eso lo que ocurre cuando uno adora a
otros dioses, aún a los dioses populares del siglo veinte?
El hombre es una criatura adoradora. Siempre está ado-
rando a alguien o a algo. Si no es al Dios verdadero, en-
contrará un sustituto, quizás él mismo.
Luego de unas seis horas de invocar a Baal, saltando
sobre el altar, y cortándose con cuchillos, el silencio des-
ciende sobre la montaña. Los profetas de Baal están afó-
nicos, sangrando y agotados. Todavía no hay fuego, no
hay señal de que su dios los esté escuchando. Se retiran
de la competencia.
A la hora del sacrificio vespertino, Elías se adelanta.
Al observar a la mayor parte de los israelitas, sus ojos
parecen penetrar sus almas. Lee en sus rostros las trági-
cas historias de los que buscaron la felicidad en otros al-
tares, que adoraron el dinero, la lujuria, el prestigio, el
placer. Ve los'brazos sin hijos de las madres que sacrifi-
caron ante dioses paganos las vidas de sus hijos a cambio
de una "buena vida", según pensaban. Sus ojos se en-
cuentran con los de los matrimonios rotos y los corazo-
nes rotos que llenan el país por todas partes.
Su gran corazón está lleno de amor por este pueblo
engañado. Extiende sus brazos, invitándolos a acercarse
a él. "Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar·
de Jehová que estaba arruinado" (v. 30). El camino de
vuelta a Dios comienza siempre con la reparación del al-
tar abandonado. Elías no construye un altar de la manera
que quiere o se le ocurre, lo construye de acuerdo con las
instrucciones que Dios mismo había dado cientos de
años antes. Y erige el"altar en el nombre de Jehová" (v.
32). La depravación moral del pueblo, la desenfrenada
desconsideración por los demás, el quebrantamiento de
ELlAS HABLA A LAS FAMILIAS 37

los mandamientos, se produce porque el pueblo no ha


buscado a Dios como su primera prioridad, no ha bus-
cado una amistad con El. Exactamente donde había co-
menzado la ruina, comienza Elías el retorno.
¿No le parece que ahora es el momento de atender el
mensaje de Elías y reconstruir el altar familiar para que se
produzca una armonía de los corazones dentro del hogar?
Reconstruyamos el altar familiar entre los adventistas
del séptimo día
En alarmante proporción, los adventistas del séptimo
día se están pareciendo mucho al mundo que los rodea.
Las vidas de miles de ellos testifican que su credo no
verbalizado es "Seamos como las naciones, como las de-
más familias de la tierra" (Eze. 20:32).
La úníca salida a este problema es el culto, el culto inte-
ligente. El apóstol Pablo nos hace una llamada de clarín:
"Así que, hermanos, os ruego por las misericordias
de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vi-
vo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racio-
nal. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento, para
que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta" (Rom. 12:1, 2).
¿Cuántos hogares adventistas del séptimo día están
adorando a Dios inteligentemente, con un altar familiar re-
gular, remodelando sus mentes y sus costumbres desde
adentro? Un estudio publicado en la Adventist Review (Re-
vista Adventista) del21 de abril de 1983, descubrió que de
los 8.223 hogares adventistas encuestados, el28 por ciento
"siempre" hacía un culto diario, y otro 20,3 por ciento "ge-
neralmente" hacía el culto familiar. Los miembros de las
familias donde se realizaba el culto eran significativamen-
te diferentes en comparación con los que no tenían culto
familiar, en lo que se refiere al estudio personal de la Biblia
y de los escritos de Elena G. de White, en la seguridad de
38 CORAZONESENSllVTONfA

estar bien con Dios, en una testificación exitosa, y en la ac-


titud positiva hacia su iglesia local. Nadie sabe cuántos ho-
gares adventistas realizan regularmente el culto matutino
y el culto vespertino. Sólo podemos conjeturar que el por-
centaje de los que realizan dos cultos por día sería conside-
rablemente menor, y que los beneficios potenciales de este
grupo serían considerablemente mayores.
La siguiente pregunta que necesitamos hacemos es
¿cuántas familias encuentran fortaleza espiritual, y compa-
ñerismo con Dios y unos con otros, al tener la experiencia
de realizar el culto familiar? Tememos que, para algunas de
las familias que realizan su culto familiar diariamente, el
culto sea apenas una forma y que en algunos casos, ni los
hijos ni los padres encuentren en él una verdadera fuente de
poder para enfrentar con éxito los múltiples problemas que
acosan la armonía familiar y sus propósitos como grupo.
¿Piensan los adventistas del séptimo día que el culto
familiar es importante? ¡Sí, definidamente! Pero tienen
problemas. Nosotros hemos tomado el pulso de sus preo-
cupaciones al dictar seminarios para matrimonios y fami-
lias en varios países. Un grupo de parejas jóvenes, col)
cuatro a seis meses de casados, mencionaron el"culto fá-
miliar" como su problema principal. Las parejas piden
ayuda: "No estamos haciendo el culto, pero sabemos que
deberíamos hacerlo. ¿Cómo podemos empezar?" Los pas-
tores y sus esposas dicen: "Queremos realizar dos cultos
diarios, pero sinceramente, estamos demasiado ocupados
para hacer el culto familiar". Algunas esposas informan:
"Mi esposo tiene tiempo para orar con todos, menos con- ·
migo". Las madres dicen: "Tengo que dirigir yo misma el
culto en mi hogar porque mi esposo no acepta ser el sa-
cerdote de la familia". Los padres se quejan: "Se me aca-
baron las ideas para el culto, ¿qué hay de nuevo?"
La mayoría de nosotros nos damos cuenta que Cristo
tiene que ser el centro de nuestros hogares. Hemos escucha-
do durante años que un hogar es como una rueda con Cris-
to en el centro, y que los miembros de la familia son como
ELlAS HABLA A LAS FAMILIAS 39

los rayos de esa rueda. Cuanto más cerca estemos de Cristo,


del centro, más cerca estaremos unos de otros. Todos cree-
rnos esto. El problema está en la implementación, en cómo
hacerlo. Tenemos alguna vaga idea de que para poner a
Cristo en el centro de nuestros hogares, necesitamos tener
cultos familiares. Pero cuando intentamos hacerlo, descubri-
mos que, a menudo, el culto se convierte en una carga, en
lugar de ser una delicia, y nos desanimarnos. En consecuen-
cia, muchos hogares se han dado por vencidos en cuanto a
la realización del culto familiar. No parece funcionar.
Una de las cosas más grandes que podríamos hacer
por el hogar hoy en día, aún por el hogar adventista, es re-
construir y revitalizar el altar familiar. Elena G. de White
dice: "Si hubo tiempo en el que cada casa_ debiera ser una
casa de oración, es ahora. Predominan la incredulidad y el
escepticismo. Abunda la inmor~idad ... Sin embargo, en
esta época tan peligrosa, algunoS-de los que se llaman cris-
tianos no celebran el culto de familia. No homan a Dios en
su casa, ni enseñan a sus hijos a amarle y temerle" (La con-
ducción del niño, p. 489). Y nuevamente nos dice:
"Los padres y las madres deberían elevar sus corazones a
menudo hacia Dios para suplicar humildemente por ellos
mismos y por sus hijos. Que el padre, corno sacerdote de
la familia, ponga sobre el altar de Dios el sacrificio de la
mañana y de la noche, mientras la esposa y los niños se
le unen en oración y alabanza. Jesús se complace en morar
en un hogar tal" (Patriarcas y profetas, p. 140).
Elena G. de White no consideraba la oración familiar
corno algo optativo, como algo bueno, si uno tiene tiem-
po para ello. Observen cuán firmemente habla sobre es-
to: "No conozco nada que me cause mayor tristeza que
un hogar donde no se ora. No me siento segura en una
casa tal por una sola noche, y si no fuera por la esperan-
za de ayudar a los padres para que comprendan su nece-
sidad y su triste descuido, no me quedaría" (Signs of the
Times (Señales de los tiempos, 7 de agosto de 1884).
40 CORAZONES EN SINTON[A

¿Qué ocurrirá cuando los altares sean reconstruidos?


La escena que sigue luego de la reconstrucción del al-
tar sobre el monte Carmelo es una de las más dramáti-
cas de la historia bíblica. Elías ofrece una oración. No al-
go florido o complicado, dura alrededor de treinta se-
gundos. Imagine al profeta arrodillado al lado del altar,
con los brazos extendidos. Suplica que los méritos de la
sangre cubran los pecados del pueblo. "Cuando llegó la
hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías
y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea
hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel... Respóndeme,
Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que
tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón
de ellos" (1 Rey. 18:36, 37).
"Entonces cayó fuego de Jehová". Lo maravilloso de
esta historia es que el fuego, en lugar de caer sobre el
pueblo pecador, cayó sobre una víctima inocente. La san-
gre derramada de Jesús reclamada en ese altar cubrió a
los pecadores y permitió que los penitentes respondie-
ran: "¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!"
Hoy en día el altar de la televisión ha desplazado al
altar familiar en millones de hogares. Los padres se pre-
guntan por qué no encuentran fuego ni poder en sus vi-
das espirituales, por qué la tentación vence tan fácilmen-
te a sus hijos. Los padres deben darse cuenta de los peli-
gros que enfrentan sus hijos. Necesitamos reclamar la
victoria para nuestra familia, victoria que está a nuestra
disposición por medio de la sangre de Cristo. Angeles
ministradores guardarán a nuestros hijos cuando los ha-
yamos dedicado así a Dios.
El fuego de Dios, que es el fuego que consagra, caerá
sobre los hijos dedicados, y la lluvia tardía caerá sobre
las familias adoradoras. Entonces todos sabrán que Jeho-
vá es Dios, y que no hay ningún otro. Y recuerde, todo
comienza con un padre y una madre que reparan "el al-
tar de Jehová que estaba arruinado".
ELiA'f) HABLA A LAS FAMILIAS 41

Cuando los miembros de la familia se reúnen aquí en


la tierra alrededor de su altar, entran por la fe en el lugar
Santísimo de los cielos, donde reclaman los méritos de su
gran Sumo Sacerdote y derraman su alabanza y sus peti·
dones delante del trono de la gracia. Dios está midiendo
nuestras devociones personales y familiares. "Entonces
me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y
se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el al-
tar, y a los que adoran en él" (Apoc. 11:1).
Ha llegado la hora del juicio de Dios (véase Apoc. 14:7).
Necesitamos estar, al mismo tiempo que Jesús ministra los
beneficios de su expiación, en contacto diario con los asun-
tos cósmicos que nos rodean. Mientras el Mensajero del
pacto ministra por nosotros en el cielo, el otro mensajero,
el primero mencionado en Malaquías 3:1, debe hacer su
obra aquí en la tieq-a: "el cual preparará el camino delante de
mí". Isaías dijo: ''Voz que clama en el desierto: Preparad ca-
mino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro
Dios ... y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se
manifestará la gloria de Jehová" (cap. 40:3-5).
No significa que iba a aparecer Elías redivivo. Juan
el Bautista negó ser la reencarnación de ese profeta. Pero
llevó a cabo una gran obra "con el espíritu y el poder de
Elías" (Luc. 1:17), restaurando todas las cosas, y prepa-
rando el camino para la primera venida de Cristo.
Ahora, al final de la era, "antes que llegue el día gran-
de y terrible de Jehová", debe hacerse una gran obra. No
reaparecerá Elías en persona. Quienes así lo esperan se
chasquearán tanto como los judíos literalistas que recha-
zaron a Juan. Pero se presenta un mensaje profético pro-
clamado "con el espíritu y el poder de Elías". Su propósito
será restaurar todas las cosas, devolviéndole a cada institu-
ción estropeada por el pecado, su prístina belleza. Todo es-
tará arreglado en las vidas de los elegidos por Dios como
un testimonio de su gloria: el matrimonio, la familia, el sá-
bado. Cada una de esas instituciones ocupará el lugar y
cumplirá la función que Dios le había designado.
42 CORAZONESENSDVTONIA

"Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los ci-


mientos de generación y generación levantarás, y serás
llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas
para habitar" (Isa. 58:12).
El pueblo de Dios restaurará la brecha, tanto en el man-
damiento del sábado como en el de la familia. Pondrán nue-
vamente en su lugar los dos hermosos regalos confiados al
hombre en el Edén como joyas de Dios en su alhajero.
El pecado, que básicamente es el rompimiento de rela-
ciones, será puesto de lado bajo este poderoso mensaje, se
restaurará la unidad del matrimonio, los hijos y los padres
alejados se acercarán, y los corazones rotos serán sanados.
"He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que
venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará volver
el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los
hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tie-
rra con maldición'' (Mal. 4:5, 6). Cuando nuestros co-
razones se vuelvan hacia Dios, estarán en armonía con
El y con todos los que nos rodean.

Para su familia
Actividades sugerentes para el culto
1. Tema: ¿Hemos subido alguna vez al monte Car-
melo?
Lectura bíblica: 1 Reyes 18:17-46. ¿Qué mensaje
tiene Dios para nuestra familia en esta historia?
¿Qué cosas de las que siguen pueden ser dioses
en nuestro hogar?
_ _ambición _ _películas __trabajo
_ _deportes _ _dinero __tareas del hogar
_ _placer _ _educación __popularidad
ELlA~ HABLA A LAS FAMILIAS 43

_ _música rock _ _amigos __posesiones


_ _modas _ _TV __diversión

2. Tema: Nuestro altar familiar. Lectura de Elena G.


rlf White: Profetas y Reyes, pp. 106-113 (puede ser
lefda como una historia continuada durante tres ó cua-
tro cultos). ¿Cómo podemos comenzar a construir o a
reconstruir nuestro altar familiar?
Decisión Voto familiar: SI NO
a. ¿Será diario el culto familiar?
b. ¿El culto familiar será matutino
. ?
y,. vespertino.
c. ¿A qué hora de la mañana? _ _
¿Y de la noche? __
d. ¿Qué duración tendrá el culto?------
e. ¿Quién será responsable del culto?
Dgo. Lun. Mar. Mie. Juev. Vie. Sáb.
Mañana _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Tarde _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
f. Para comenzar, ¿qué materiales utilizaremos
para el c u l t o ? - - - - - - - - - - - -

3. Tema: Mi elección. Lectura bíblica: 1 Rey. 18:37-39;


Mat. 3:11.
a. Si Elías te dijera: ¡Elige a Baal o elige a Dios!, ¿a
quién elegirías?_ _ _ _ __
b. ¿Deseamos fuego y poder en nuestro culto fa-
miliar?
Sí _ _ No ¿Por qué? _ __

c. ¿Cuáles de estos pasos podrían sernos de ayuda


para que Dios pueda bendecimos plenamente?
_ _ Aceptar a Jesús como Señor de nuestras
vidas.
Amar al Señor con todo nuestro corazón.
Guardar los mandamientos de Dios.
44 CORAZONESENSnvTVNfA

_ _ Arrepentimos de nuestros pecados y pe-


dir perdón.
_ _ Arreglar las cosas con los miembros de
la familia y con los demás.
_ _ Amamos unos a otros como familia.
_ _ Pedirle al Espíritu Santo que bendiga la
familia y el culto.
_ _ Invitar a Jesús y a los ángeles para que se
nos unan en nuestro culto.
_ _ Quitar los ídolos de nuestras vidas.
d. ¿Qué pasos debemos dar para poder comenzar
a hacer lo anteriormente mencionado?

e. Sólo por curiosidad y para evaluar, ¿cuántas ho-


ras pasa cada miembro de la familia mirando te-
levisión?
Nombre Horas diarias Horas semanales

¿Están conformes con la cantidad?


Si no lo están, ¿qué puede hacer cada uno para
cambiar?
¿Adónde se han ido
los padres?
"Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a
vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y
amonestación del Señor" (Eje. 6:4).

Valijas, bolsas de dormir, comida, patinetas, y tres


adolescentes, llenaban cada centímetro de nuestro peque-
ño auto Honda que avanzaba hacia el sur, ¡en dirección a
Florida! Dieciséis horas más tarde las ruedas de las patine-
tas chirriaban bajo el sol de Florida. Subían, con sólo una
rueda en los cerámicos y tres en el aire, los tres metros se-
senta de las paredes de la pileta de natación vacía en el
parque para patinetas. Luego, ¡zum! para atrás con una
zambullida de potencia. Nuestro hijo Wes y sus dos ami-
gos habían planeado el viaje y compartían los gastos de
combustible. En esa época no había pistas para patinetas
en Michigan y una de las cosas que Wes deseaba era pati-
nar en una pista verdadera para patinetas. Las más cerca-
nas estaban a cientos de kilómetros de distancia.
Los tres patinaron seis horas el viernes, otro poco
el sábado de noche, y continuaron patinando el domin-
go hasta las cuatro de la tarde. Luego nos apilamos
nuevamente en el Honda y llegamos a casa totalmente
agotados para comenzar con el trabajo y la escuela el
lunes de mañana. N o era exactamente mi idea de un
fin de semana descansado, pero valía la pena por la re-
lación que me proporcionaba con mi hijo adolescente
y sus amigos, era hacer algo que Wes deseaba hacer.
46 CORAZONESENSDVTPNIA

¿Cuánto tiempo pasamos nosotros, padres crt·tianos,


a solas con nuestros hijos? Un grupo de muchac s, que
usaron cronómetros para hacer el control, descu rió que
habían pasado a solas con su padre un promedio de siete
minutos y medio en una semana. Cuando los padres ha-
blan con sus hijos es, a menudo, para darles una orden:
"Saca la basura"; "lávate las manos", etc.
¿Adónde se han ido los padres? A muchos lugares.
Pero lo más preocupante de todo, es que han salido de
las vidas cotidianas de sus hijos. No sólo muchos padres
no se relacionan con sus hijos, sino que además dan poca
educación religiosa o moral a sus familias.
Un padre y su hijo pequeño caminaban juntos por el
bosque. En algunas partes el terreno era abierto y el pe-
queño corría adelante ojugueteaba rodeand()Jos obstá-
culos. Pero luego de un rato llegaron a un lugar donde
había muchos arbustos y zarzales. El niño perdió la sen-
da y pronto se encontró enredado.
-¡Papá, me rasguñé las piernas!
El padre lo levantó de entre los zarzalesyle dijo:
-Hijo, sígueme y pisa donde yo piso.
En unos pocos minutos habían cruzado ese lugar es-
pinoso y llegaron a su destino.
En el viaje de la vida, feliz el niño que, cuando "se
rasguña las piernas" puede encontrar dirección y apoyo
en un padre sabio y amante. Un padre así no le dice al
niño durante el culto familiar qué es lo que debe hacer,
sino que modela mediante su propio estilo de vida cris-
tiano la mejor manera de hacer las cosas y dice:
-Hijo, pisa aquí donde yo piso.
Un modelo de padre fuerte y cálido en la niñez pue-
de evitarle a los hijos muchas espinas en el camino.
El papel del padre
Elena G. de White nos dio hace años consejos sanos y
una guía segura en relación a cómo prevenir una canti-
¿ADóNDE SE HAN IDO LOS PADRES? 47

dad d~problemas que hoy en día encontramos relacio-


nados on una pobre imagen paterna. En 1905 escribió:
"El pa re debe hacer que rijan en su familia las virtudes
más a teras: la energía, la integridad, la honradez, la
pacien~, la diligencia y el sentido práctico. Y lo que exi-
ja de su~ hijos debe practicarlo él mismo, dando ejemplo
de dicha!S virtudes con su comportamiento varonil" (El
ministerio de curación, pp. 303, 304).
Pero esta afirmación no es suficiente, porque la decla-
ración sigue diciendo: 11Combinad el cariño con la autori-
dad, la bondad y la simpatía con la firme represión. De-
dicad a vuestros hijos algunas de vuestras horas de ocio;
intimad con ellos; asociaos con ellos en sus trabajos y jue-
gos, y ganad su confianza. Cultivad su amistad, especial-
mente la de vuestros hijos varones. De este modo ejerce-
réis sobre ellos una poderosa influencia para el bien"
(lbíd., p. 304).
Actualmente, cuando su rol está bajo fuego y acosado
desde todas partes, el padre debe levantarse y ser teni-
do en cuenta. No debe renunciar al rol que Dios le dio, ni
rendirlo ante las ideas envilecidas de la cultura contem-
poránea. ¿Qué exige la paternidad cristiana?
Un padre debiera ser lo que quiere que su familia
sea.
¿Sacará la última gota del fondo de su copa, o dará
lo que rebosa de su propia copa llena? Va el padre "en
seco" al culto familiar y sale del paso consiguiendo al-
gún alimento instantáneo o predigerido? ¿Lleva pan
añejo, o tiene panes de la proposición recién horneados
en su camaradería personal con su Señor? El padre cris-
tiano debe tener una relación cálida y personal con Je-
sucristo, una relación que pueda compartir. El padre
debe buscar a Dios antes de poder transmitir la bendi-
ción a su familia.
Al igual que Abrahán, que mandaba "a sus hijos y a
su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová"
48 CORAZONES EN SINTqJNIA

(Gén. 18:19), el padre debiera ser la cabeza de~ogar.


Dios ha ordenado que debe ser el primero. ¿En ué for-
ma? El debiera ser el primero en amar; el primer en de-
cir "lo siento"; el primero en sacrificar, aun la v a mis-
ma, por el bienestar de su esposa y de sus hij". El pa-
dre debiera ser el primero en dar y el primero~n com-
partir el pan del cielo con su familia. 1
Mateo 20:25-28 explica dos modelos conflictivos de
supremacía. Cristo dijo que los gentiles ejercitaban el do-
minio sobre otros, pero que el líder cristiano debiera se-
guir el"modelo del siervo". En la relación de siervo está
entre, no sobre los que guía. "Y el que quiera ser el pri-
mero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del
Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y pa-
ra dar su vida en rescate por muchos".
Quizás la mejor ilustración de lo que es el liderazgo
cristiano es el modelo del pastor. El verdadero pastor de
ovejas no empuja a las ovejas (modelo autoritario). Tam-
poco se queda atrás y deja que elijan su camino (modelo
laissez-faire). Más bien va delante de ellas, y las ovejas, al
oír su voz, lo conocen y son conocidas por"él, y lo siguen.
Por eso, el modelo cristiano de liderazgo e~un modelo
en el cual hay una autoridad, pero no es autoritario. El pa-
dre cristiano guiará a su familia mediante la interrela:-
ción, pero estando siempre consciente de la autoridad di-
vina investida en él para relacionarse con sus hijos, y
también para refrenarlos cuando fuere necesario, a fin de
que puedan saber cuál es el camino del Señor. El padre-
líder cristiano tiene "fines elevados" y, basado en suco-
nocimiento de la voluntad de Dios, guía a su familia ha-
cia esas metas eternas.
El padre debe tomar la iniciativa
Para ser un líder efectivo en el hogar, el padre debe
tomar la iniciativa en los valores familiares, en la elección
de metas, y en las decisiones.
¿AJ)ÓNDE SE HAN IDO LOS PADRES? 49

ce años, cuando nuestros hijos eran pequeños, leí


y trat de practicar las enseñanzas de varios libros nue-
vos ac rca de dinámica grupal y toma de decisiones. Du-
rante arios años experimenté el sistema de grupos sin
líder e el medio familiar. La idea era crear un vacío de
lideraz o. La naturaleza aborrece el vacío y siempre trata
de llen lo. De modo que ese sistema decía que si yo no
mostraba un liderazgo estructurado, entonces nuestros
hijos se comportarían a la altura de las circuntancias.
Aunque· de vez en cuando intervenía, enfatizábamos
bastante lo que yo pensaba que era verdadero "liderazgo
democrático". Antes de mucho nosotros, los padres, ha-
bíamos perdido el control y estábamos respondiendo a
las iniciativas de nuestros hijos. Los muchachos se esta-
ban volviendo bastante "famosos" en el vecindario por
su obstinación y terquedad. Luego de pasar por algunas
experiencias difíciles, me di finalmente cuenta que debía
mostrar la iniciativa y dejar que ellos respondieran ante
mí. Siendo amante de la paz por naturaleza, encontré la
transición bastante difíciL Todavía creo en una "familia
democrática", pero sólo si el padre tiene metas claras y
definidas y si actúa con autoridad (no con autoritarismo),
y toma la iniciativa en la elección de metas, especialmen-
te en lo que se refiere a valores.
Algunos no han captado todo lo que involucra el go-
bierno familiar. Pensamos que estamos viviendo el
"mensaje de Elías", pero en realidad es el "mensaje de
Elí". Elí amaba la paz y cedía a la voluntad de sus hijos.
Reaccionaba a sus iniciativas: "¡Por favor, muchachos.
No hagan esas cosas. Los informes que me dan acerca de
ustedes no son buenos. Sean buenos muchachos!"
Pero Ofni y Finees se reían por lo bajo. Sabían que
papá no haría nada. Fueron suficientes unos pocos años
para conocer el fin de la historia: treinta mil hombres
asesinados en Afee, los hijos y el padre muertos el mis-
mo día, y el arca de Dios tomada. ¿Produjo el mensaje de
so CORAZONES EN SINTO}JfA

Elí armonía entre los corazones? ¡No! Su indulge~ci pro-


dujo quebrantamiento del corazón.
La historia bíblica de Dina ilustra lo que curre
cuando un padre no demuestra iniciativa y de · ón. Ja-
cob y su familia acampaban en Siquem. Su hij., Dina,
"salió... a ver a las hijas del país" (Gén. 34:1). J,Jstedes
conocen la historia. El príncipe Siquem la sedute y lue-
go viene con Hamor, su padre, a negociar un matrimo-
nio. Jacob vaciló. ¿Qué debía hacer? No sabía qué ha-
cer, así que no hizo nada. Esto creó un vacío de lideraz-
go que llenaron sus hijos. Ellos tomaron las :medidas
que tomaron porque su indeciso padre no actuó. El
asunto terminó en un arreglo engañoso, seguido por el
asesinato de todos los hombres de Siquem. ¿Qué podría
haber hecho Jacob? Paso número 1: "¿Dónde está Di-
na?" Había sido dejada en la casa de un hombre joven.
¿Era esa la voluntad de Dios? Plan de acción: "¡No hay
tiempo ni para hablar hasta que Dina no esté nueva-
mente bajo mi techo!" Por medio de una decisión firme
Jacob podría haber controlado una situación difícil en
lugar de dejar que lo sobrepasara.
Sí, Dios ha llamado al padre a tener 1~ inciativa en la
toma de las decisiones familiares. También espera que ac-
túe como una "banda para la casa" ("hou~e band", en in-
glés, de donde viene husband, que signific~ "esposo"), co-
mo una faja, correa, cinto o precinto, uniendo a toda la fa-
milia en una relación cálida.
Relación entre la falta del padre y la adaptación de los
hijos
Más del 10 por ciento -cerca de 8 millones-, de los
niños de los Estados Unidos de Norteamérica viven en
hogares sin padre en algún momento de su vida. Tres
veces esa cifra -24 millones- están sin padre durante
una gran parte de su niñez. En algunas zonas de las
grandes ciudades, más del 50 por ciento de los niños no
¿AJ)ONDE SE HAN IDO LOS PADRES? 51

tiene~ padre. Sin embargo, el problema más frecuente no


es la ~u.senda del padre, por triste que sea esto. El ma-
yor p$:>blema es el descuido en que los padres tienen a
sus hij~s en aquellos casos en que, aunque viven con sus
familiaa;, han perdido el contacto regular y cercano con
sus hijos. 1
El psiquiatra Irving Bieber, del Colegio Médico de
Nueva York, luego de dirigir un estudio sobre homose-
xuales que recibían tratamiento psicoterápico, que duró.
nueve aftos, declaró que nunca había entrevistado a un
homosexual que hubiera tenido una relación cálida e ín-
tima con su padre.~ El psicólogo Henry B. Biller dice que
los estudios sobre antecedentes familiares, tanto de hom-
bres como mujeres homosexuales, muestran una alta re-
currencia de falta de padre. 3
La presencia del padre o su participación en la vida
de los hijos, tiende a tener un efecto positivo en la rela-
ción de la hija con los muchachos. Las niñas privadas de
un padre a causa del divorcio, son más susceptibles de
llegar a "enloquecerse por los hombres", al buscar equi-
vocadamente el aprecio por una figura paterna, mientras
que aquellas que han perdido a su padre por muerte
pueden tender a evitar a los muchachos. 4
La falta de envolvimiento del padre con el hijo tiende
a disminuir la habilidad analítica del niño y su habilidad
para llevar a cabo el pensamiento productivo (el paso de
la etapa de los grandes planes a la etapa de la ejecución
de los mismos). 5
Por cierto, hay algunas familias maravillosas caren-
tes de padre, o con padres negligentes, que han tenido
éxito criando a sus hijos e hijas con la capacidad de for-
mar hogares felices y bien adaptados. Sin embargo, la ta-
rea parece ser mucho más fácil y más agradable cuando
el padre es una figura fuerte, dinámica y presente, en la
vida diaria de sus hijos.
52 CORAZONESENSLNTONiA

Los padres deben disfrutar la paternidad


El pastor comenzó su historia diciendo: "Yo n() renía
tiempo para mi hijo mayor, y cuando llegó a los 12 años,
él no tenía tiempo para mí. No sólo casi lo había perdido,
sino que había perdido también mi capacidad de influir
para bien en su vida; así que cuando nació su hermano,
me detuve e hice un inventario. Llegué a la conclusión
de que había privado a mi hijo mayor de conocer a su
padre, y lo que es peor todavía, me había privado a mí
mismo del privilegio de disfrutar de la paternidad -de
tener una relación cálida y trascendente con mi hijo. Así
que tomé en ese mismo momento una nueva resolución.
Mi hijo mayor todavía no me permite entrar completa-
mente en su círculo, pero estoy disfrutando de ser padre
como nunca antes"
Un estudiante del seminario de Andrews nos dijo que
cuando su hijo mayor cumplió 9 años, se dio cuenta de
que no lo conocía. Para evitar que le ocurriera lo mismo
con los tres hijos menores, decidió cambiar sus priorida-
des y llegar a comprender a sus hijos por primera vez.
Compró skies de campo-traviesa para toda la familia, aún
para su hijita de 3 años. Los do~gos dejaba de lado los
libros, y la tropa de seis salía junta por los campos cubier-
tos de nieve de Michigan. Más tarde compró bicicletas pa-
ra toda la familia. Ellos se pusi~ron de acuerdo en que la
"unidad" significaba "todo", toda la familia junta.
Los padres que toman la miciativa de desarrollar el
"sentido de familia", disfrutan al relacionarse en diver-
sas actividades con sus hijos e hijas. Un padre que viaja
bastante lleva a sus hijos con él en sus viajes de negocios.
Un camionero lleva como acompañante a un hijo dife-
rente cada semana durante las vacaciones de verano. De
este modo los hijos comienzan a ver el mundo y el mun-
do de sus padres también.
En cierto hogar, un visitante podría haber escuchado
al padre cantando: "No te sientes bajo el manzano con na-
¿ADÓNDE SE HAN IDO LOS PADRES? 53

die más que conmigo", mientras él y su hijita de 4 años es-


taban en cuclillas bajo el supuesto manzano (el piano de
cola). Jugar a las escondidas, viajar en un accidentado via-
je en camello sobre la espalda de su papá, escuchar histo-
rias especiales con toda clase de efectos sonoros, forma-
ban parte de la interesante niñez de esta hija. Su padre era
una persona muy importante en su vida. Ella sabe, sin lu-
gar a dudas, que su padre la considera como algo espe-
cial, y que la quiere. Ahora, aquella niña de 4 años es una
linda adolescente con altas normas cristianas.
Concozco a otro padre que comparte un programa
de desarrollo físico junto con su hija adolescente. No sólo
juegan juntos al tenis, sino que también al fútbol. Los do-
mingos de tarde es su momento especial. A veces miran
un partido de fútbol por televisión y en el intervalo salen
afuera a patear la pelota y hacer algunos pases. A la no-
che el padre, la madre y la hija hablan en forma natural
acerca de sus preocupaciones espirituales, y a veces tam-
bién de política.
Para otro muchacho, un viaje al cementerio de autos
para buscar autopartes que le sirvan para rehacer su vie-
jo auto es un acontecimiento importante. Después, un
observador podría ver cuatro piernas sobresaliendo de
debajo del viejo auto mientras, padre e hijo, trabajan jun-
tos en "su" sueño de hacer funcionar lo que será su orgu-
llo y su alegría. Cuando hay algún proyecto misionero,
no hay problemas. Es sólo otro momento divertido en el
cual la familia participa junta.
Jesús, en Marcos 9:12, habló de la profecía de Elías re-
firiéndose a Juan el Bautista y dijo que esta obra "restau-
rará todas las cosas". Debe restaurar a los padres, llevándolos a
ocupar a una posición activa, participativa, e incluso, poderosa,
en las vidas de sus hijos. ¿De qué otra manera puede uno cum-
plir Malaquías 4:6? "El hará volver el corazón de los padres
hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres". Nun-
ca es demasiado tarde para comenzar.
54 CORAZONES EN SINTONÍA

Sugerencias para actividades entre padres e hijos


l. Lleve a sus hijos a acampar, permitiéndoles que el-
los mismos hagan la mayor parte de los preparativos y
del trabajo.
2. Juegue con toda la familia algunos juegos de mesa.
3. Unase a sus hijos y sus amigos en algunos juegos y
deportes.
4. Lleve a sus hijos a caminar los sábados y a obser-
var la naturaleza.
5. Tenga un culto individual con cada uno de sus hi-
jos una vez por semana.
6. Trabaje con sus hijos en un "Diario de mi vida".
7. Dígale a su hijo una o dos veces por semana que
pasará cierto tiempo con él, en algún proyecto que él
mismo elija como, por ejemplo, arreglar su bicicleta, o
ayudarle con las tablas de multiplicar.
8. Trabaje con sus hijos en alguna especialidad de los
Conquistadores.
9. Si está de viaje, escriba una carta o una tarjeta espe-
cíficamente para cada hijo, o llámelo por teléfono en cier-
to momento preestablecidoi
10. Si los hijos están internos en un colegio, recorte
artículos o notas de los diarios locales relacionadas con
sus amigos, actividades, o acontecimientos, y envíeselas
junto con una jugosa carta familiar.
11. Lleve a sus hijos varones a comprar cosas de
hombres.
12. Trabaje junto con sus hijos varones en las repara-
ciones domésticas.
13. Lleve a su hijo a su lugar de trabajo, y si es posi-
ble permítale que le ayude en alguna tarea sencilla du-
rante un breve período de tiempo.
14. Léale algo a sus hijos en una noche determinada
de la semana.
15. Escuche sus historias y ayúdeles a resolver sus
problemas.
¿ADÓNDE SE HAN IDO LOS PADRES? 55

16. Tome alguna clase junto con sus hijos.


17. Lleve a cada hijo separadamente a comer afuera.
18. Ayúdele a su hijo a preparar sorpresas o algo es-
pecial para la madre o para algún otro niño.
19. Proporciónele a su hijo una variedad de experien-
cias enriquecedoras, y luego aliéntelo de acuerdo a sus
inclinaciones naturales.
20. Enséñele el oficio o el hobby paterno a los niños.
21. Unase a sus hijos pequeños en su mundo imagi-
nario.
22. Introdúzcase en los sentimientos de sus hijos,
aceptándolos, aunque difieran de los suyos.
23. Dígale a cada hijo que es amado. No tenga miedo
de los abrazos y de la cercanía.
24. Confeccione un calendario familiar y comience a
planificar actividades familiares importantes para los
próximos tres meses, incluyendo el tiempo para el culto
familiar.
25. Pruebe la idea de tener una noche de familia, con
actividades significativas y divertidas para la familia.
Túrnese con los otros miembros de la familia para elegir
lugares donde quieren ir y cosas que desean hacer.
26. Comience a tener concilios familiares en forma re-
gular, y agréguelos al calendario familiar.
27. Guíe a sus hijos en su preparación para el bautis-
mo.
28. Escriba notas de aprecio a sus hijos mencionando
sus rasgos de carácter positivos. Déjelas en sus dormito-
rios o léalas en el momento del culto.
56 CORAZONESENSLNTONiA

Para su familia
Actividades sugerentes para el culto
l. Tema: Una afirmación del padre.
Nota: La madre debiera dirigir este culto.
Canto: La familia de Dios.
Materiales necesarios: Biblias para todos.
a. Actividad bíblica: Instrucciones: El primero en
encontrar el texto lo lee e identifica una de las
buenas cualidades de Abrahán como padre.
Gén. 20:17 (oraba)
Heb. 11:8¡ Rom. 4:9 (tenía fe)
Gén. 21:8 (celebraba}
Rom. 4:3 (creía a Dios)
Gén. 26:5 (guardaba los
mandamientos)
Heb. 6:13-15 _ _ _ _ _ _ (tenía paciencia)
Juan,8:56 (se regocijaba en
Cristo)
Heb,. 7:2 --------(devolvía el
diezmo)
b. Lectura de Elena G. de White: "Abrahán, el
amigo de Dios (Sant. 2:23), nos dio un digno
ejemplo. Fue la suya una vida de oración. Don-
dequiet:a que establecía su campamento, muy
cerca de él, también levantaba su altar, y llama-
ba a todos los que le acompañaban al sacrificio
matutino y vespertino" (Patriarcas y profetas, p.
121).
c. Afirmación
¿ADÓNDE SE HAN IDO LOS PADRES? 57

Cada miembro de la familia le expresa al padre


aquellas cosas que le gustan de él; o los miem-
bros de la familia le escriben una cartita de
amor que leerán en el próximo culto.

2. Tema: "Un día especial para un padre especial".


Nota: la madre o uno de los hijos mayores de-
bería dirigir este culto.
Lectura bíblica: Dan. 7:9.
a. Enumere diez cualidades del Padre celestial
1 6 _______________
2 7 ______________
3 8 ___________
4 9 _____________
5 10 ______________
b. Comparta las cartas de afirmación previamente
escritas, con el padre, el sacerdote de la fami-
lia.
c. Reconstruya el árbol genealógico de Taré a lo
largo de cinco generaciones Oos. 24:2-4; Gén.
46:19).
d. ¿Qué significaba el nombre Abrahán?
RESPUESTA: Abram significa
"padre exaltado". Abrahán significa "padre de
una gran multitud".
e. Plan de acción. Nombre una comisión familiar
para programar la celebración del "Día del pa-
dre". Gasten tiempo homenajeándolo. Todos
contribuirán para que sea realmente un día es-
pecial para el padre.

3. Tema: "Dios escogió a papá".


Lectura bíblica: Gén. 18:18, 19.
a. ¿Por qué eligió Dios a Abrahán?
58 CORAZONESENSmTONiA

b. ¿Por qué ha elegido Dios al padre y sacerdote


de nuestro hogar?
Lectura de Elena G. de White: Patriarcas y profe-
tas, p. 140:
"Que el padre, como sacerdote de la familia,
ponga sobre el altar de Dios el sacrificio de la
mañana y de la noche, mientras la esposa y los
niños se le unen en oración y alabanza. Jesús se
complace en morar en un hogar tal... De estos
hogares, de mañana y de noche, la oración as-
dende hacia Dios como un dulce incienso, y las
misericordias y las bendiciones de Dios des-
cienden sobre los suplicantes como el rocío de
la mañana".
c. Se nos dice que en cada lugar donde Abrahán
ponía su tienda levantaba un altar. "Como los
patriarcas de la antigüedad, los que profesan
amar a Dios deberían erigir un altar al Señor
dondequiera que se establezcan" (Ibíd.).
¿Porqué? _____________________________

1
Henry Biller y Dermis Meredith, Father Power. N. York: David MacKay Co.,
1975, págs. 8, 9.
' Ibíd., p. 172.
'Lester Velie, "Where Have All the Fathers Gone?" Reader's Digest, Abril,'
1973, pág. 157.
'Biller y Meredith, op. cit., pp. 176, 177.
5
Ibíd., pp. 211-215.
Alguien que interceda
ante m.í
"He buscado entre ellos alguno que construyera
un muro y se mantuviera de pie en la brecha ante
mí, para proteger la tierra e impedir que yo la
destruyera, y no he encontrado a nadie" (Eze.
22:30, Biblia de Jerusalén).
"Vio que no había nadie y se maravilló de que no
hubiera intercesor" (lsa. 59:16, Biblia de
Jereusalén).

Se aproximaba un corredor, esperado ansiosamente


por los dirigentes de la ciudad. Casi sin aliento informó
que miles de feroces tribeños bien armados se encamina-
ban hacia ese lugar. El temor se apoderó de los líderes.
La ciudad no estaba preparada para soportar un ataque
así. ¿Qué podían hacer para proteger sus hogares, sus hi-
jos y su ciudad? Estaban todavía debatiendo qué hacer,
cuando una larga línea de hombres a caballo, armados
con espadas y lanzas que refulgían con la luz del sol,
apareció en la cima de la montaña al norte de la ciudad.
No había más tiempo para discutir. Sólo una acción in-
mediata podría salvar su capital.
-¡Corten el puente! -ordenaron imperiosamente.
Los hombres que trabajaban afanosamente para destruir
la estructura estaban con todos sus músculos en tensión, y
con los rostros bañados por el sudor. Mientras las hachas co-
mían los grandes troncos, oían el ruido de los cascos de los
caballos de los enemigos que descendían de la montaña.
60 CORAZONESENSllVTONfA

¡Rápido! Alguien debía pararse en la brecha y defen-


der el angosto puente hasta que los hacheros pudieran
terminar su tarea. ¿Quién iría? Horado se puso rápida-
mente la armadura y tomando su espada y su escudo,
corrió a lo largo del puente y se colocó en su angosta en-
trada mientras los enemigos tomaban sus posiciones.
-¿Quién piensa que es? -dijo burlonamente el co-
mandante enemigo. Una gran carcajada fue la respuesta
de las tropas. El paladín enemigo se acercó orgullosamente
al frente y se trabó en lucha con el defensor, sólo para que
una brillante espada lo cortara en pedazos. Otro, y aún
otro, lucharon con Horado, que se mantuvo en su puesto.
Los minutos parecían horas mientras el valiente Horado
mantenía a raya a miles de invasores. Entonces el puente
crujió, tembló, y finalmente cayó al Tíber. Sólo entonces
Horado se zambulló en la corriente. El agua enrojedó por
las heridas del valiente soldado que se esforzaba con to-
das sus fuerzas por alcanzar la otra orilla. El peso de la ar-
madura lo hacía, a veces, desaparecer debajo de las olas,
sólo para reaparecer de nuevo luchando por avanzar. Un
grito de gratitud y victoria se elevó desde la ciudad cuan-
do llegó a la otra orilla. ¡Roma había sido salvada porque
alguien había estado dispuesto a pararse en la brecha!
La Biblia presenta a Dios deseando salvar la tierra, las
almas de los hombres, pero impedido de hacerlo porque
no encuentra a alguien que se pare en la brecha. Es como
si el enemigo estuviera entrando como una inundación
porque en la muralla hay una abertura. Dios está ansioso
de salvar la ciudad. Pero necesita un hombre, una mujer, o
un niño, que interceda, que reclame el terreno que los
otros han cedido al enemigo, a Satanás, y que se le una a
El en su gran búsqueda de salvar a otros. "He buscado en-
tre ellos alguno que construyera un muro y se mantuviera
de pie en la brecha ante mí, ... y no he encontrado a nadie"
(Eze. 22:30nn. Dios está buscando intercesores hoy en día
que eleven oraciones en apoyo de los miembros de la fa-
ALGUIEN QUE INTERCEDA ANTE Mi 61

milia y de los amigos durante la dura batalla entre el bien


y el mal. ¡Debe tener a alguien que se pare en la brecha!
El valor de la oración intercesora
Los niños pequeños no comprenden los asuntos re-
lacionados con la lucha entre el bien y el mal. Pero los
padres y las madres son los custodios de sus almas y tie-
nen derecho a interceder por ellos ante Dios.
Pero lo que infunde un sentido de reverencia es que
nuestra autoridad va más allá de la posibilidad y necesi-
dad de "interceder o interponernos" por nuestros hijos.
El cristiano que dice que Dios es su Padre, debe conside-
rar a todos los hombres como sus hermanos y parientes.
Durante la lucha cósmica con el enemigo, y a medida
que el conflicto arrecie, notaremos que algunos de nues-
tros camaradas de armas son fieramente acosados por el
enemigo. Quizás están vacilando en medio de la batalla,
o están inseguros del poder de su armamento. Nosotros
los cristianos tenemos el privilegio de "interponernos" e
interceder por cualquier individuo por el cual Cristo mu-
rió. Eso es de lo que trata la oración intercesora.
Las Escrituras registran no menos de 105 oraciones
intercesoras. La intercesión de Abrahán hubiera salvado
la ciudad de Sodoma si en la ciudad hubieran habido
diez individuos justos (Gén. 18:22-32). Moisés "se inter-
puso", identificándose con los pecados de su pueblo, y
salvó a la nación cuando merecía la destrucción (Sal.
106:23; Exo. 32:32). Los tres amigos de Job fueron perdo-
nados luego de que él oró por ellos (Job 42:8); y la inter-
cesión de Daniel (Dan. 10:12, 13) trajo a Cristo mismo a
la escena de la refriega para cambiar la mente del obsti-
nado rey de Persia, de modo tal que Israel pudiera vol-
ver a la tierra prometida.
En el Nuevo Testamento, Jesús le dijo a Pedro que Sa-
tanás estaba tratando de zarandearlo como al trigo, pero
que El había orado por él para que su fe no flaqueara, y
62 CORAZONES EN SINTONfA

que El había reclamado la victoria para el débil y vacilante


discípulo (Luc. 22:31, 32). Pablo fue el gran apóstol de la
intercesión, y en casi todas sus epístolas encontramos
ejemplos de oraciones intercesoras. El vio que el cristiano
tiene al alcance de sus manos un poder, un arma que es
poderosa "en Dios para la destrucción de fortalezas, derri-
bando argumentos ... y llevando cautivo todo pensamiento
a la obediencia a Cristo" (2 Cor. 10:4, 5). Cristo intercede
(Heb. 7:25), el Espíritu Santo intercede (Rom. 8:26, 27), y
nosotros debemos interceder por los demás (1 Tim. 2:1).
Debemos interceder por los miembros de la familia
La intercesión tiene la virtud de traer aliados sobre-
naturales a la batalla. Los que están desalentados y des-
fallecientes encuentran nuevas fuerzas, y los que están
bajo la esclavitud del enemigo son liberados de su cauti-
vidad para que puedan tener nuevamente la posibilidad
de elegir libremente si quieren servir o no a Dios. Las
continuas oraciones de Ana por Samuel trajeron a su la-
do agentes sobrenaturales que lo protegieron de las ma-
las influencias de los hijos de Elí. Job ofrecía sacrificios•
"todos los días" en favor de sus hijos (Job 1:5).
La historia del muchacho con el espíritu mudo ilustra
el modo como esto opera. Satanás había poseído al jo-
ven. Los nueve discípulos no pudieron hacer nada. Cris-
to apareció y el padre imploró: "Si puedes hacer algo, ten
misericordia de nosotros, y ayúdanos". Jesús le devolvió
la pelota al padre y le dijo: "Si puedes creer, al que cree
todo le es posible". Note que el sanamiento del hijo depen-
día de la fe del padre (véase Mar. 9:22, 23). La fe del padre
permitió que Jesús interviniera en favor de una tercera
persona. Satanás se resistió desesperadamente, pero fi-
nalmente tuvo que abandonar a su cautivo.
· Durante varios años estuvimos orando por cierta fa-
milia. Los padres y sus hijos ya grandes apenas si se ha-
blaban, y habían suprimido todo contacto social. La hija
ALGUIEN QUE INTERCEDA ANTE Mf 63

casada enfermó de cáncer y las palabras que su madre le


había dicho cierta vez durante una pelea todavía resona-
ban en sus oídos. "¡No quiero volver a verte!", le había
dicho su madre. Tratamos de construir un puente hacia
la hija, sólo para ser rechazados.
Un sábado de tarde estudiamos con la madre la profe-
cía de Malaquías 4 y, arrodillados luego en un círculo, in-
tercedimos con lágrimas para que Dios volviera y templara
los corazones de la madre y de la hija, acercándolos el uno
al otro. Reclamamos con fe que Dios sanara la relación en-
tre ellas, aunque no podíamos ver evidencia visible de ello.
El domingo de mañana la madre nos llamó tan tem-
prano como se atrevió. Con gozo en su voz nos preguntó:
-¿Saben quién me llamó por teléfono anoche? ¡A las
2 de la mañana sonó mi teléfono y una tímida voz en el
otro lado de la línea susurró: "Mamá, te amo"! ¡Era nues-
tra hija Nelda!
Hablaron más de una hora, abandonando sus largas
hostilidades y perdonándose mutuamente.
Respondimos con un:
-¡Alabado sea Dios! -y nos regocijamos con ella.
¿Fue pura coincidencia esa llamada? Creemos que no.
Creemos que Dios intervino directamente para respon-
der nuestra oración intercesora.
Hemos visto la mano de Dios moviéndose para inter-
venir en las vidas de nuestros hijos. Habíamos estado
preocupados durante algún tiempo por una amistad que
tenía uno de nuestros hijos. Parecía ser poco saludable pa-
ra todos. Así que, como padres, pedimos un día reverente-
mente la intervención de Dios. Esa misma semana los dos
rompieron su relación. ¡Usted no nos podrá convencer de
que Dios no actuó para responder nuestras oraciones!
La oración intercesora significa una diferencia en la
disciplina hogareña también. Un familiar nuestro nos
contó cómo su hijita de 3 años estaba pateando y hacien-
do un escándalo porque no quería bañarse. La madre ha-
64 CORAZONESENSINTONiA

bía tenido un día difícil y el enfrentamiento la molestaba.


Repentinamente la niña se detuvo y dijo:
-Mamá, ora por mí.
La madre y la hija se arrodillaron al lado de la bañe-
ra, y la madre oró por su hijita. Apenas la madre había
dicho amén cuando la pequeña, con una gran sonrisa,
salt6.a la bañera y se bañó.
Cuando estamos frente a una confrontación con
nuestros hijos por algún asunto delicado, a menudo yo
me ocupo del asunto mientras Millie se retira a otra habi-
tación a interceder en oración. En repetidas ocasiones he-
mos visto cómo cambia la marea mientras los agentes so-
brenaturales intervienen en esos puntos críticos de sus
vidas, y hemos alabado a Dios juntos por la victoria.
No hace mucho tiempo visité a una amiga que estaba
terriblemente desanimada por la vida de su hijo. Estaba
desarrollando un espíritu de rebelión contra su hogar,
contra el colegio y contra la sociedad. El día anterior, ella
y su esposo se habían sentido impresionados a asistir a
una reunión en la cual hablamos de la intercesión por
nuestra familia. Varias veces expresó su seguridad de
que el Señor los había enviado allí para recibir exacta-
mente lo que necesitaban. Luego confesó:
-Las cosas andaban tan mal que casi me he dado
por vencida con mi hijo.
-No puedes -le respondí rápidamente-. Eso es
exactamente lo que quiere Satanás. Tienes que luchar por
él. La batalla entre el bien y el mal está rugiendo en su
vida. Debes pelear en oración por él.
Entonces ella dijo:
-Pero, lo que sucede, es que no me gusta pelear. Eso
no es parte de mi naturaleza.
Nuevamente arremetí:
-Pero tienes que hacerlo. ¡Debes enfrentarte al ene-
migo y apoyarte en el Todopoderoso pidiéndole que te
dé fuerzas y reclamando la salvación espiritual de .tu hijo!
ALGUIEN QUE INTERCEDA ANTE Mi 65

Nos arrodillamos y elevé una oración intercesora de


batalla, y el Señor escuchó. La semana siguiente las co-
sas fueron mucho mejor. Hoy, es un joven cristiano que
está creciendo espiritualmente.
Nuestro derecho a orar por nuestros hijos no termi-
na el día que se van de casa. Tenemos el bendito privi-
legio de interceder por ellos aunque sean grandes y ten-
gan sus propias familias. A continuación aparece una
promesa que John y yo reclamamos continuamente pa-
ra nosotros, para nuestros hijos y para, cuando se casen
nuestros hijos, nuestros futuros nietos. (Complete los
espacios en blanco con los nombres de la lista de ora-
ción de la familia.)
"Y éste será mi pacto con , dijo Jehová; El Es-
píritu mío que está sobre _ , y mis palabras que puse
en_ boca, no faltarán de _boca, ni de la boca de tus
_ _ _ , ni de la boca de los hijos de __ hijos, dijo Je-
hová, desde ahora y para siempre" (Isa. 59:21).
Hace poco, un grupo de estudiantes de uno de
nuestros colegios se reunió en una vigilia de oración de
toda la noche. ¿Saben qué tipo de oración predominó?
La persona que la dirigió nos dijo que había pensado
que los estudiantes orarían por sí mismos, y por sus
propias necesidades, pero que su mayor preocupación
resultó ser la condición espiritual de sus padres. La ora-
ción intercesora no siempre es de padres orando por
sus hijos, sino que, gracias a Dios, muchos hijos están
orando también por sus padres para ayudarlos en sus
crisis espirituales.
Cuando enseñaba en una escuela en Texas, invité a
los niños a que compartieran sus pedidos de oración. Un
hermano y su hermana pedían a menudo que oráramos
por su padre, que no conocía al Señor. Después de va-
rios años, un sábado de noche en una reunión de evan-
gelización el pastor hizo un llamado mientras el coro
cantaba y las oraciones intercesoras ascendían al cielo. El
66 CORAZONESENSINTONfA

padre vaciló, pero luego se puso de pie y caminó hasta el


frente. Esta respuesta a las oraciones de un hijo y de una
hija por su padre conmovió a la congregación hasta las
lágrimas. El coro dejó de cantar por la emoción. Cada co-
razón estaba lleno de gozo porque otra familia avanzaba
junta hada el reino de los cielos.
Nada le agrada más a Dios que su Palabra sea citada
en oración y que sus promesas sean reclamadas en favor
de la salvación de los perdidos. Se deleita cuando en ora-
ción entramos a las fortalezas del enemigo para rescatar
a sus cautivos. Dios no se propone forzarlos a entrar al
cielo en contra de su voluntad, pero los libera de su cau-
tividad para que nuevamente puedan hacer una elección
libre, en favor de Dios o de Satanás. Nuestras oraciones
autorizan a Dios a cruzar los límites de Satanás y para
intervenir una vez más en sus vidas. El Señor puede ini-
ciar una cadena de acontecimientos que en última ins-
tancia llevarán a muchos (en efecto, a la gran mayoría)
de vuelta a El. Esto es lo que significa ser un sacerdote.
Es el sacerdocio de todos los creyentes (Exo. 19:6; 1 Ped.
2:9), padres, madres, hijos, intercediendo por otro, oran-
do unos por otros a lo largo de los momentos difíciles de
la vida, y avanzando juntos hacia el reino.
"Forma parte del plan de Dios concedemos, en res-
puesta a la oración hecha con fe, lo que no nos daría si
no se lo pidiésemos así" (El conflicto de los siglos, p. 580).
Pudiendo conseguir todas estas bendiciones celestia-
les sobre nuestras rodillas en oración, ¿no es extraño que
oremos tan poco? Bien puede preguntarse el Todopode-
roso: "Y vio que no había hombre, y se maravilló que no
hubiera quien se interpusiese" (Isa. 59:16).
Dios dice: "Dí la sangre de mi vida para redimir a tu
hijo, a tu hija, a tu amigo. No puedo entender por qué no
estás intercediendo por tu propia carne cuando yo me dí
te
por entero. ¿No pararás tú en la brecha?"
A solas con Dios
"Prepárate, pues, para mañana ... y preséntate
ante mí sobre la cumbre del monte. Y no suba
hombre contigo" (Exo. 34:2, 3).
"Todos los que están en la escuela de Dios
· necesitan de una hora tranquila para la
meditación, a solas consigo mismos, con la
naturaleza y con Dios" -(El ministerio de
curación, p. 37).

"Si usted no tiene su culto personal, ¡olvídese del cul-


to familiar!" Esta declaración me chocó. ¿Había escucha-
do bien? Habíamos enviado cartas a algunos dirigentes
cristianos muy conocidos pidiéndoles su punto de vista
sobre el culto familiar. Pero fue la carta que no recibimos
la que más nos impresionó. Morris Venden no nos envió
una respuesta, pero nuestros viajes coincidieron y nos
encontramos en Costa Rica donde ambos debíamos ha-
blar en una asamblea ministerial de la Unión Centroame-
ricana. Cuando Mortis nos vio, se disculpó diciendo:
-¡Oh! En relación a la carta que les debo. Lo que ten-
go que decir acerca del culto familiar puede resumirse en
una frase. Si ustedes no tiene su culto personal, ¡olvíden-
se del culto familiar!
En un primer momento me quedé aturdido. Luego
comencé a argumentar con él en mi mente. Pero, Mortis,
si uno no tiene su culto personal, entonces necesitaría to-
davía más el culto familiar antes de comenzar el día, ¿no
le parece?. En mi mente formé dos columnas paralelas:
una con las razones por las cuales pensaba que Morris
68 CORAZONES EN SINTONiA

estaba equivocado, y otra con las razones por las cuales


él podría estar en lo cierto. Los cambios mentales que vo-
laban dieron, finalmente, marcha atrás. ¡Morris está en
lo cierto!, acepté finalmente. La devoción personal debie-
ra venir primero, y el culto familiar no puede sustituirla.
¿Por qué tener cada mañana la devoción personal pri-
mero?
l. Uno no puede compartir lo que no tiene. La fami-
lia no quiere pan añejo en la fiesta matutina, sino
pan fresco de la proposición, con el calor todavía
del rescoldo de nuestra propia comunión con
Dios.
2. Ningún sacerdote en el santuario de la antigüe-
dad presentaba un sacrificio en favor de otros
hasta no haber obtenido primero la limpieza para
sí mismo.
3. Al pedir el Espíritu Santo en nuestro culto perso-
nal, El nos convencerá y enseñará, guiándonos
para saber cómo presentar luego, en el culto de
familia, principios que satisfagan las necesidades
individuales de los miembros de la familia.
4. Si todos los miembros de la familia tienen prime-
ro su momento de encuentro personal con el Se-
ñor, estarán más en "sintonía" y serán más recep-
tivos para la experiencia corporativa del culto fa-
miliar.
Tiempo libre para mamá
En un partido de béisbol, cualquier jugador tiene de-
recho a pedir tiempo y detener el juego. Sin embargo, en
el juego de la vida, mamá a menudo no tiene un momen-
to libre. Se "supone" que su primera responsabilidad es
ayudar a su esposo, a sus hijos, y a menudo a ella mis-
ma, a estar listos para ir al trabajo o a la escuela.
Toda madre necesita tener su hora con el Señor y tie-
A SOLAS CON DIOS 69

ne derecho a tener un tiempo para su devoción personal.


¿De qué otra manera se podrá fortificar, si no, para en-
frentar las frustraciones del día, y para nutrir las mentes
en crecimiento de sus hijos, con el poder del Espíritu
Santo? Satanás mantendrá a las madres demasiado ocu-
padas haciendo cosas buenas para que no tengan tiempo
de hacer cosas mejores. Incluso nos hará sentir culpables
cuando pongamos a Dios en primer lugar, susurrándo-
nos que no debemos abandonar a la familia, qu~ necesi-
taremos más tiempo para preparar el desayuno, para
preparar el almuerzo, y para despacharlos a sus queha-
ceres.
Pero ¡deténgase! Darle prioridad a ese momento, en
vez de robarle tiempo, lo prepara en realidad para en-
frentar las tareas urgentes y las pruebas del día, porque
promo descubrimos que muchas pruebas, que de otra
manera nos frustrarían, desaparecen cuando comenza-
mos el día con el Señor.
Apuntes de mi diario
Mis papeles de esposa, madre, nuera, y profesora
universitaria, me enfrentan con exigencias urgentes en
relación con mi tiempo. Este era uno de esos días. Los
duraznos se estaban pudriendo en los canastos. Unos bi-
chos amarillos estaban comiendo las plantas de papas en
la huerta. La abuela tenía que ir al dermatólogo, y visitas
inesperadas iban a venir a cenar. Wes rompió la abraza-
dera de su ortodoncia, así que lo llevé al ortodoncista. Y
además tenía que preparar clases, dar unas charlas, asis-
tir a comisiones, y los Rogers habían venido a pedirnos
ayuda porque su matrimonio no andaba bien.
Antes me parecía que tenía más tiempo. Cuando era
soltera, pasaba regularmente una hora por día dedicada
a la oración y lectura de la Biblia o de los escritos de Ele-
na G. de White. Pero luego el ritmo se había acelerado.
Exigencias conflictivas comenzaron a robarme esa pre-
70 CORAZONES EN SfNTON[A

ciosa parte de mi día: las asistencia a clases para obtener


el doctorado, la construcción de una casa nueva (tratar
de decidir si la alfombra debía ser verde o color oro), y
decidir también, al mismo tiempo, entre ser una señorita
o una señora.
Un noviazgo maravilloso y un casamiento fantástico
llenaron mi vida de emoción y actividad. Como John era
viudo y padre de dos hijos de 11 y 12 años, llenos de
energía, todo cambió para mí repentinamente. ¡En un
mismo año obtuve los títulos de Doctora en Educación y
de Señora, y dos títulos de Maestrías!
Sjempre me consideré a mí misma como una persona
solícita. En efecto, John me ha mencionado que se sintió
atraído a mí porque era solícita y me interesaba en los
demás. Siempre había alumnos en mi puerta pidiendo
ayuda. Pero ¿era todavía la misma persona en mis nue-
vos roles? Cocinar para cinco bocas (la abuela estaba con
nosotros), era diferente que cocinar para una. Como no
estaba todavía familiarizada con mis nuevas limitacio-
nes, acepté aquel verano una carga pesada de clases, de
estudios independientes, proyectos de las maestrías, y
talleres, tratando de agradar a todos. Era demasiado pa-
ra mí.
Las presiones del tiempo, producidas por mis múlti-
ples actividades, hicieron que surgiera de mi interior una
hostilidad que yo ni sabía que tenía. No me gustaba a mí
misma.
Me parece como si hubiera estado jugando a ser dios
sin el poder de Dios, ¡tratando de salvar todos los matri-
monios y hogares; dando clases; dirigiendo talleres; sien-
do una esposa perfecta; una madre ideal; y la esposa de
un granjero pretendiendo trabajar en la huerta, hacer
conservas, congelar etc., para ayudar a las finanzas fami-
liares! Sentía como si fuera un "Corre, corre, mira como
Millie corre .. .!" ¡Sólo que Millie no estaba llegando a
ninguna parte!
A SOLAS CON DIOS 71

Una noche, después de un día terrible con los chicos


en casa, un día en el que las exigencias de los otros en mi
mundo fueron demasiadas para mí, el Señor y yo tuvi-
mos un enfrentamiento.
"Señor, esta noche estoy demasiado agotada como
para dormir. Mi corazón late demasiado rápido, y ya
estoy hiper pensando en todo lo que hay que hacer ma-
ñana. John está de viaje y yo no doy más con los chi-
cos, que nos necesitan a los dos al mismo tiempo. Estoy
cansada, frustrada, y desanimada, sólo corriendo en
círculos. ¿Es esto todo lo que hay, correr y correr, pero
sólo dando vueltas? ¿Tratando de ayudar a los hijos
para que crezcan en gracia para con Dios y los hom-
bres, y viendo un progreso muy lento a veces? ¿Quie-
res que siga sirviendo a los demás, sin que tenga tiem-
po para mí o para mis devociones? ¿Es eso lo que de-
seas? Parece como si estuviera tratando de salvar el
mundo sola. Débo hacer cosas por mi cuenta, cosas que
Tú nunca tuviste la intención de que hiciera. Señor,
¿qué quieres de mí? Te entrego mi vida, para que la
cambies. Quiero pasar más tiempo contigo. Háblame,
Señor. Muéstrame lo que es esencial Controla mi vida.
Estoy segura que no me estoy desempeñando bien". Fi-
nalmente, en las primeras horas de la mañana, el sueño
llegó.
De la depresión a una nueva relación con el Señor
Sería impresionante si les dijera que un ángel me ha-
bló, que "escuché una voz que me dijo ... ", pero no, no
ocurrió nada tan espectacular. No obstante, ese fue el
comienzo de una nueva y más estrecha relación con el
Señor. Ese día pegué un papel sobre el refrigerador, que
decía: "Señor, reduce mi velocidad". Y El comenzó a
abrirme los ojos, mostrándome algunas de las motiva-
ciones de mi apuro: ambición, orgullo, y hostilidad.
Dentro de mí surgió la decisión de separar tiempo para
72 CORAZONES EN SINTONÍA

mi culto matutino y convertirlo en algo sagrado e im-


portante. Comencé a tener más paz y tranquilidad en
mi vida. John y yo descubrimos nuevas maneras de es-
tudiar la Biblia. Ocurrieron otros cambios. Nos invita-
ron a un círculo de oración con otros tres matrimonios
amantes y temerosos de Dios, que nos guió a nuevas
fronteras con Jesucristo.
A medida que luchábamos en nuestros momentos de
oración con nuestros deberes y con nuestros llamamien-
tos, comenzaron a suceder cosas extrañas. Unos días an-
tes de volar a un seminario para matrimonios que íba-
mos a dirigir fuera del estado, sonó el teléfono. "Nos
sentimos muy avergonzados, pero el cupo para el semi-
nario no se ha completado y tendremos que cancelarlo",
dijo la voz en el teléfono. "Está bien -respondí-, enten-
demos. Por favor no se preocupe". Cuando colgué el te-
léfono, John y yo nos abrazamos gozosamente y excla-
mamos: "¡Alabado sea el Señor!" Luego llamó una pareja
a la que habíamos estado aconsejando. Ella había conse-
guido un nuevo trabajo, las cosas habían mejorado, y no
podrían seguir asistiendo a su cita de los martes por la
noche. Otros compromisos tampoco se concretaron. El
decano del Departamento de Educación de la Universi-
dad me llamó y suavemente me sondeó. "Millie, temo
que está trabajando demasiado. ¿Qué puedo hacer para
aliviarle la carga?"
Pasó la crisis, y ahora el Señor me está dando nuevas
y emocionantes ideas en los momentos de mi devoción
personal. Oro para que el Señor centre mis energías en
los puntos más importantes de· Su agenda para mí. No
quiero correr "como a la ventura", ni boxear "como
quien golpea el aire" (1 Cor. 9:26). Estoy totalmente com-
prometida a pasar un tiempo a solas con Dios, para que
"la voluntad de Jehová" sea en mi "mano prosperada"
(Isa. 53:10).
A SOLAS CON DIOS 73

Corrida sin sentido versus el programa venturoso de


Dios
Descubrimos que el día, al igual que el proverbial to-
ro, debe ser tomado por las astas. De otra manera co-
mienza con una estruendosa corrida y termina en un
completo desastre. Y todos hemos experimentado ese de-
sastre. Observemos un caso típico. La madre se levanta y
se viste. Descubre que es tarde, así que hace una oración
rápida yquizás lee un texto, prometiéndose a sí misma
que a la noche tomará tiempo para estudiar la Biblia y
orar. Luego sale corriendo a preparar el desayuno, y al
mismo tiempo prepara las meriendas para los chicos,
contesta el teléfono y le ayuda a los niños a encontrar la
ropa que han perdido. Mientras ella se prepara para el
"éxodo", su esposo está tratando de completar la decla-
ración de impuesto a la renta antes de irse a la oficina.
En el momento apropiado (o inapropiado), el padre lla-
ma a un culto familiar breve y al punto. Los hijos co-
mienzan a aparecer, después de la tercera llamada. Jorge
parece no poder terminar una larga discusión telefónica
con su amigo Juan sobre cómo solucionar un problema
de álgebra de la página ochenta y dos.
El padre, con el rostro marcado por las arrugas de la
tensión, llama nuevamente a la familia. "¡Vamos, apu-
rénse! Así podemos hacer el culto. Córtala, Jorge. Sién-
tate bien, David. María, deja de jugar con el gato".
·Esto no suena mucho como "Dulce comunión la que
gozo yo", ¿verdad?
El momento para empezar es la noche anterior. Bíbli-
camente el día comienza a la puesta de sol, de modo que
eso tiene sentido. Una noche en familia, la disminución
del ritmo y el acostarse temprano, prepararán el clima y
la salud emocional de la familia para los deberes de las
horas diurnas venideras. Recarga las baterías emociona-
les y espirituales. Los programas de trasnoche de la TV
han torpedeado las horas diurnas de muchos días. Por
74 CORAZONESENSLNTON[A

eso, ahora tratamos de comenzar bien el día acostándo-


nos temprano en un estado de ánimo pacífico, con las
principales prioridades del día siguiente debidamente
establecidas. Si usted no hace planes la noche anterior,
la comunión matinal con Dios quedará muy probable-
mente afuera y la familia, como un hato de ganado en es-
tampida, correrá sin saber adónde.
En nuestro hogar estamos ahora tratando de termi-
nar las tareas alrededor de las 7:00 o de las 8:00 de la no-
che. Elena G. de White nos anima a no continuar lasta-
reas del día en la noche. Longfellow dijo que entre la ho-
ra del crepúsculo y la hora de dormir hay un tiempo que
él llamó "la hora de los niños". La noche realmente de-
biera ser "la hora de la familia", el momento adecuado
para desarrollar relaciones significativas con los otros
miembros de la familia. Generalmente desconectamos
los teléfonos alrededor de las 8:00, de modo que poda-
mos acostarnos entre las 9:00 y las 10:00, y nos levanta-
mos a las 5:00 o 5:30 de la mañana para tener nuestras
devociones personales.
La primera cosa que hacemos a la mañana es alabar a
Dios y elegirlo como el Señor y Salvador de nuestras vi-
das y de las de nuestros hijos durante ese día. Invitamos
al Espíritu Santo para que nos guíe y le pedimos su sabi-
duría y su buen juicio en todo lo que hagamos. John en-
trega nuestra familia al Señor, colocándonos bajo su
sombra protectora. Luego le entregamos nuestros hijos a
Dios, para que El haga con ellos lo que nosotros no. po-
demos hacer. La "sangre es colocada en el dintel" por
medio de la oración, y creemos que los ángeles de Dios
vigilan entonces nuestro hogar. Finalmente, tenemos
nuestras devociones individuales.
John y yo disfrutamos de estas devociones persona-
les en nuestros "lugares privados", que se encuentran en
lugares separados de la casa, ya que me resulta difícil re-
sist\r el deseo de interrumpirlo y compartir con él alguna
A SOLAS CON DIOS /5

cita especial que acabo de descubrir o de hacerle alguna


pregunta histórica-filosófica que ha surgido de mi estu-
dio. Hemos descubierto que es mejor compartir nuestras
experiencias después de realizar nuestro culto individual.
Además, tenemos más libertad para arrodillarnos, para
escribir, hablar o llorar ante el Señor, cuando estamos a
solas en nuestro monte de oración.
A las 6:00 hacemos el culto con uno de los hijos que
debe estar en el trabajo a las 6:30, y luego continuamos
con nuestro hora tranquila privada hasta las siete de la
mañana, hora en la que nos zambullimos en la pileta de
natación de la Universidad de Andrews. Algunos pue-
den preferir salir a correr o a caminar. Así uno obtiene
las energías necesarias para el día, tanto espirituales co-
mo físicas.
El culto de familia: no es una ceremonia, sino un estilo
de vida
Una vez publicamos una lista de noventa y seis su-
gerencias para el altar familiar. La lista corrió bastante y
supongo que hizo algún bien. Pero aún si expandiéra-
mos la lista a 1.096 ideas, podría no salvar a nuestras fa-
milias. En muchas familias, el culto no está yendo a nin-
guna parte, porque todo el estilo de vida está en desar-
monía con el plan de Dios. Si el culto no es una experien-
cia vital, necesitamos dar una mirada honesta a nuestra
forma de vida, a nuestras prioridades, al ritmo de nues-
tra vida. Unos pocos parchecitos no serán suficientes si
es necesaria una cirugía mayor.
Un amigo nos dijo confidencialmente: "Durante los pri-
meros cincuenta años de mi vida pensé que el secreto del
éxito era trabajar, trabajar, y trabajar. Descubrí ahora que
mis prioridades estaban equivocadas. ¡El secreto del éxito
es orar, orar, y orar!" ¿Necesitan nuestras familias pensar
en vivir más sencillamente, con más tiempo para orar? Si el
culto de familia no encaja en nuestras vidas, ¿por qué será?
76 CORAZONES EN SINTON[A

¿Estamos decididos a no conformarnos con menos de


lo mejor a la vista de Dios? ¿Y estamos dispuestos a colo-
car todo en el altar de Dios para que sea retenido o dese-
chado según lo indique su providencia? Si en nuestra si-
tuación particular, lo mejor, a la vista de Dios, llegara a
significar un cambio de trabajo, salir de la ciudad para
vivir una vida más sencilla, o hacer una reorganización
radical de nuestros horarios sobrecargados, ¿estaríamos
dispuestos a pagar el precio? La generosa recompensa de
Dios es que recibiremos cien veces más en esta vida ... y
vida eterna en el reino venidero.
David dijo: "Oh, Jehová, de mañana oirás mi voz; de
mañana me presentaré delante de ti, y esperaré" (Sal.
5:3). Dios le dijo a Moisés: "Prepárate, pues, para maña-
na ... y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte. Y
no suba hombre contigo" (Exo. 34:2, 3).
¡A solas con Dios! ¡Qué mayor honor podría existir!
Al salir de nuestro monte, nuestros rostros resplandece-
rán y nuestros corazones arderán dentro nuestro. Las
alas de los ángeles disiparán las nubes de oscuridad que
pueden haber rodeado nuestros pies. Luego, al reunirnos
todos alrededor del altar, se cumplirá la promesa de
Isaías: "Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y
se multiplicará la paz de tus hijos" (Isa. 54:13).
Ellos tam.bién
estarán solos
"No necesitamos temer que nuestros hijos se
mantengan en alto delante de los hombres si se
han inclinado delante de Dios".

La pequeña Sulvig tenía 8 años y su hermana Chris-


ta, 6. Cuando la gente llegó a la casa de reuniones, vieron
que había pequeños grupos por los rincones. Cautelosa-
mente Sulvig se acercó un poquito y aguzó sus oídos pa-
ra tratar de escuchar qué estaba susurrando la gente
grande. "El hermano Olafson fue llevado a la cárcel hoy"
-dijo un adulto-, "y los gobernantes de la ciudad dije-
ron que cualquier hombre o mujer que predique pública-
mente en contra de las enseñanzas. de la iglesia del esta-
do diciendo que Jesús vendrá pronto, será encarcelado
inmediatamente".
Era la hora de comenzar la reÚnión. Cuando la gente
estaba sentándose, entró un policía y se sentó en el últi-
mo banco. Sulvig notó las miradas que intercambiaban su
papá, que era diácono, y el anciano de la iglesia. Nadie se
movía. Había tanto silencio que le parecía que podía es-
cuchar los latidos de su propio corazón. Podía ver cómo
se movían los labios de su madre, aunque sus ojos esta-
ban cerrados. Seguramente su madre estaba orando. Lue-
go de unos instantes alguien comenzó a cantar y todos se
unieron al canto, pero nadie se atrevía a hablar.
Repentinamente, Sulvig se encontró a sí misma cami-
nando hacia la plataforma. ¿Quién estaba a su lado? Era
78 CORAZONESENSLNTON{A

Christa. Sulvig comenzó a hablar, no porque quisiera ha-


blar. De alguna manera parecía como si Jesús y los án-
geles estuvieran hablando a través suyo. La niña no tenía
miedo. La gente estiraba el cuello tratando de verla, pero
el papá vino al rescate y las colocó a ella y a Christa so-
bre la mesa. Todos los textos que había aprendido pare-
cían salir por sí solos. Eran las mismas promesas que ha-
bía escuchado en el culto familiar. Sin temor le dijo a la
gente que Jesús vendría pronto. Su hermana, que ni si-
quiera podía leer todavía, habló en contra de beber alco-
hol. Sulvig observó al borracho del pueblo caer sobre sus
rodillas, suplicando: "Dios, ten misericordia de mí, pe-
cador". Otros también comenzaron a pedir misericordia
a Dios, y un Sr. Johnson, que le había robado algo a su
papá hacía muchos años, cruzó el pasillo y con lágrimas
en los ojos pidió disculpas. Todos se veían felices ahora,
excepto el policía que había palidecido. Repentinamente
se puso de pie y salió. Sulvig se sentía bien, ya que aun-
que la gente grande no podía decir nada, Dios había ha-
blado a través de sus labios y había podido compartir las
buenas nuevas del pro~to regreso de Jesús.
La historia registra estos métodos de esparcir el evan-
gelio durante la década de 1840 en los países escandina-
vos. Cuando la ley prohibió que los hombres y las muje-
res predicaran, el Esríritu Santo descendió sobre los ni-
ños que comenzaron a proclamar el mensaje. ¿Ocurrirá
esto nuevamente en alguna ocasión? Elena G. de White
nos dice:
"En las escenas finales de la historia de esta tierra,
muchos de estos niños y jóvenes asombrarán a la gente
por su testimonio de la verdad, que darán con sencillez,
pero con espíritu y poder. Se les habrá enseñado el te-
mor de Jehová y su corazón habrá sido enternecido por
un estudio cuidadoso de la Biblia, acompañado de ora-
ción. En el cercano futuro, muchos niños serán dotados
del Espíritu de Dios, y harán en la proclamación de la
ELLOS TAMBIÉN ESTARAN SOLOS 79

verdad al mundo, una obra que en aquel entonces no


podrán hacer los miembros adultos" (Consejos para los
maestros, p. 127).
¿Cómo podemos animar a nuestros hijos a orar?
Una de las razones por las cuales los niños no han
aprendido a orar seriamente es porque muchos han vi-
vido vidas tan protegidas, tan faltas de aventura, que no
encuentran nada urgente por qué orar. Uno de nuestros
hijos tuvo una temprana experiencia de la importancia
de la oración en un momento de necesidad en los bos-
ques del norte.
John hijo remaba solo mientras yo estaba sentado en
el frente de la canoa estudiando el mapa. "Encontrarás
el desaguadero de este lago hacia la derecha, luego de
pasar esa saliente" -le dije, y añadí: "¡Oh, oh! Parece
que vamos a tener que cargar la canoa para pasar unas
caídas de agua, y antes de llegar al parque provincial
lvanhoe, tendremos que cargar la canoa durante unos
tres kilómetros. ¡Ya me siento cansado!"
Estábamos en una hermosa región. Habíamos viajado
durante un día y medio sin ver a ningún otro ser huma-
no en los grandes bosques canadienses. Era una aventu-
ra para hombres, que requería· cada onza de energía y de
inventiva que pudiéramos reunir. Mientras bajábamos la
canoa con soga, centímetro por centímetro, por algunos
rápidos, zozobramos (nos dimos vuelta), y si John hijo,
de 14 años, no hubiera hecho el trabajo de dos o tres,
nuestra canoa de cinco metros estaría ahora envolvien-
do alguna roca en los rápidos de Ontario. Luego vino la
larga caminata llevando la canoa. Motivados por un en-
tusiasmo loco, decidimos llevar la canoa y toda la carga
en un solo viaje. Como al mirar el mapa vi que tendría-
mos que cruzar varios arroyos, derramé para aligerar la
carga toda el agua potable que teníamos. Luego de lu-
char durante un kilómetro y medio por el difícil terreno,
80 CORAZONES EN SINTONA,4.

sentíamos que las marcas de los travesaños de aluminio


en nuestros doloridos hombros se estaban volviendo in-
delebles. Jadeamos hasta llegar al primer arroyo y lo en-
contramos seco. Otra media hora de agonía y llegamos
al segundo arroyo. ¡También estaba seco! Nuestras len-
guas parecían hinchadas y cada célula de nuestros cuer-
pos gritaba pidiendo agua.
Sentándome en la orilla rocosa, me recosté contra
un tronco. ¿Por qué me había arriesgado insensatamen-
te derramando toda nuestra agua? Mientras tanto John
hijo exploraba el arroyo. Espiaba entre las rocas sobre
sus rodillas y sus manos. Sí, podía ver el reflejo del
agua allí abajo. ¡Podía oírla correr! Pero no tenía forma
de llegar hasta ella. Inmediatamente oró: "Señor, ten-
go una sed terrible. Tú has dicho que podemos depen-
der de Ti cuando estamos en problemas. A yúdame a
encontrar alguna manera para beber un poco de agua.
En el nombre de Jesús, amén". Luego abrió los ojos y
miró a su alrededor. Justo al lado suyo había una briz-
na de hierba alta, delgada y seca. La cortó con su cu-
chillo, le cortó la punta y la deslizó hacia abajo entre las
rocas. Era una pajita natural. El bebió, y yo bebí. Esa
noche al hacer el culto a orillas del siguiente lago, deja-
mos que las brasas de nuestra fogata se consumieran, y
luego, sentados, observamos conmovidos el show de
Dios. Aparecieron las grandes lumbreras del norte, res-
plandeciendo y danzando a través del cielo. Nunca ol-
vidaremos ese día. En nuestro museo familiar aún con-
servamos la "pajita" natural que usamos para beber
agua en ese sendero seco y polvoriento. Y aún conser-
vamos en nuestra memoria la certeza de que las necesi-
dades de los jóvenes son las oportunidades de Dios pa-
ra inculcar hábitos de confianza en un Padre celestial
que es fiel y que es capaz de satisfacer todas sus necesi-
dades.
BLLOS TAMBIÉN ES TARAN SOLOS 81

Orando y testificando personalmente


Como padres debiéramos evitar los cultos familiares
de una sola vía, y debiéramos encontrar formas de invo-
lucrar a nuestros hijos como participantes activos en esta
experiencia. Deseamos que se contagien del hábito del
culto como si fuera sarampión, con un doble resultado:
(1) que oren, testifiquen y tengan su propia devoción
personal, y, {2) que estén preparados para continuar con
los cultos familiares creativos en sus propios hogares al
madurar, independizarse y casarse. ¿Cómo podemos
guiar a nuestros hijos hacia tales hábitos?
Una vez, mientras ejercíamos nuestros ministerio
en Hawai, fuimos huéspedes en un hogar en una de las
islas. La hija nos cedió gentilmente su dormitorio du-
rante las dos noches que estuvimos allí. Dos cosas nos
impresionaron en su habitación, una fue su prolijidad,
la otra, una cartilla aparentemente preparada por su
madre. No puedo recordar exactamente que decía, pe-
ro era algo así:

7:30 Levantarse, orar, devociones personales


Lavarse la cara y las manos, vestirse
Tender la cama y ordenar la pieza
7:55 Culto y desayuno
Ayudar a limpiar la cocina
8:30 Ir a la escuela
15:30 Hora de juego; actividades al aire libre,
leer buenos libros, o jugar juegos de mesa
16:00 Practicar piano
16:30 Tareas de la casa, doblar ropa o alguna otra
tarea asignada
Luego tiempo libre
18:00 Cena y ayudar a limpiar
18:45 Culto
19:00 Tareas escolares
82 CORAZONES EN SINTON/A

21:45 Estudiar la lección de la Escuela Sabática y ~er


la oración nocturna
22:00 Se apaga la luz

Me encantó el horario diario de la hija. Lo que más


me gustó fue el tiempo establecido para la oración indi-
vidual, el estudio de la lección de la escuela sabática y el
culto familiar.
A algunos jóvenes nadie les enseñó en su niñez a rea-
lizar su culto personal. Pero luego, como adolescentes,
debieran ser alentados a hacerlo. Una madre preguntó
una vez: "¿Cómo se puede lograr que los adolescentes
practiquen su devoción personal? Como familia tenemos
nuestro tiempo a la mañana y a la noche para cantar,
orar y leer algún libro devocional o la Biblia, pero de nin-
guna manera puedo hacer que mis hijos adolescentes
tengan su momento de devoción personal. Ellos se que-
jan: '¡Pero, mamá, dos veces por día es suficiente! Ade-
más, en el colegio hacemos el culto otra vez"'.
Es recomendable, tanto para padres como para hijos,
hacer del estudio personal de la Biblia y de la oración un
hábito para la vida. Nuestros dos hijos son tan normales
como el resto de· los jovencitos adventistas del séptimo
día, así que no pintaré aureolas sobre sus cabezas. Son
niños americanos-chilenos (ambos nacieron en Chile)
con sus altos y sus bajos. Cuando eran más pequeños a
menudo los alentábamos a que pasaran algunos momen-
tos a solas con el Señor. Les hemos dicho: "Cuando ha-
cen su propio culto personal, no necesitamos preocupar-
nos tanto por ustedes".
Los niños comienzan esta experiencia significativa
con el Señor a diferentes edades. Algunos nunca sienten
la necesidad. Puede ser alguna prueba o alguna dificul-
tad lo que hace que algunos disfruten de la oración y del
tiempo de estudio. O quizás algún profesor que los ani-
ma a encontrar una vida más significativa. De alguna
~LLOS TAMBIÉN ESTARÁN SOLOS 83

manera se enciende una chispa. ¿Recuerda usted cuán.-


do comenzó a tener sus devociones personales? ¿Cuál
fue el factor que lo motivó? ·
Cuando nuestros hijos tenían alrededor de 12 y 13
años de edad, nos convencimos más firmemente de que
cada, uno de ellos debería tener su propio culto personal.
Esforzamos nuestras mentes para encontrar alguna técni-
ca ingeniosa para inspirarlos a formar el hábito de leer
sus Biblias, de estudiar la lección de la Escuela Sabática,
y de arrodillarse para orar. De alguna manera queríamos
que desarrollaran un hábito consecuente.
Como padres no siempre sabemos cuál es el creci-
miento espiritual que se está desarrollando detrás de la
puerta cerrada del adolescente, y a menudo tememos lo
peor. A veces nos equivocamos. Millie y yo descubrimos
señales de lectura de la Biblia y algunos folletos de Es-
cuela Sabática subrayados. John hijo trataba de mantener
su destreza en el conocimiento del castellano leyendo la
Biblia en ese idioma, pero ¿era eso un hábito consecuen-
te? ¿Estaba creciendo espiritualmente o sólo estaba prac-
ticando la lengua? Probamos varios trucos de modifica-
ción de conductas como, por ejemplo, p"agarles cinco
centavos por cada capítulo leído, o 25 centavos por cada
buen libro leído. Durante un tiempo alentamos a todos
a tener la devoción personal antes del culto matutino pa-
ra luego compartirlo en el culto familiar. Eso como que
no funcionó. Luego todos leíamos juntos nuestros folle-
tos de Escuela Sabática en forma silenciosa al comenzar
el culto matutino, pero eso tampoco era algo natural y
tampoco funcionó. Finalmente decidimos que no los for-
zaríamos a desarrollar hábitos de devoción personal, pe-
ro que los alentaríamos.
Si desde una edad temprana hay en el hogar un pe-
ríodo establecido de silencio en el cual todos, incluyendo
los niños, van a su lugar privado para tener su celebra-
ción espiritual individual, existen mayores probabilida-
84 CORAZONESENSllVTONf~

des de que esta práctica continúe en la adultez. Podemos


guiar a los niños pequeños suave y gradualmente, con
materiales apropiados a su edad y a su desarrollo.
Una familia tiene un rincón especial en el dormitorio
como lugar de culto de los niños pequeños, completo
con libros con figuras y actividades para el hijo que no
sabe leer, y libros fáciles y materiales adecuados para el
que está aprendiendo a hacerlo. La madre ha delineado
los pasos para sus devociones personales y para su ins-
trucción espiritual. Durante esos momentos especiales,
no sólo leen la lección de la Escuela Sabática, sino que
también memorizan versículos y aprenden historias que
luego comparten con la madre en la sesión de retroali-
mentación. Mientras hacen esto, la madre tiene su mo-
mento tranquilo en un lugar cercano, para estar a mano
en caso de que los niños requieran de su ayuda. Al final
les pregunta: "¿Tienen alguna pregunta o necesitan que
les ayude con algo?" Luego la madre y los niños buscan
juntos las respuestas bíblicas.
En otro hogar, los padres de dos niños de 2 y 4 años
de edad usan el franelógrafo para contar la historia en el
culto familiar matutino. Las figuras para franelógrafo
permanecen en el atril y los niños juegan al culto durante
el día, volviendo a contarse la historia uno al otro. A la
noche la comparten con papá y mamá. ¡Es verdad que
distorsionan algunos de los hechos, pero las pequeñas
mentes están aprendiendo y creciendo!
Usted puede también grabar las historias de la Escue-
la Sabática en casetes, o incluir casetes de Mi Historia Fa-
vorita en el rincón bíblico individual de los niños. El ni-
ño puede, incluso, tener sus propios auriculares, como
para que los padres puedan disfrutar de su propio mo-
mento de quietud. Con todo lo que produce el Departa-
mento de Escuela Sabática, el culto individual de los pe-
queños es una realidad en aumento. Los casetes con can-
tos de los versículos de memoria, y los materiales auxi-
ELLOS TAMBIÉN ESTARÁN SOLOS 85

liares están disponibles para que los niños los disfruten.


El principal propósito es ayudar al niño a ha~er de la de-
voción personal un hábito, y a ir disminuyendo gradual-
mente su dependencia de los padres.
\Atreverse a ser un Daniel
Daniel era sólo un muchacho cuando fue alejado
abruptamente de su medio familiar y llevado contra su
voluntad por un ejército enemigo a Babilonia. Allí, una
corte pagana lo acosó con todas sus tentaciones y corrup-
ciones. Allí no había padre ni madre que lo pudieran vi-
gilar, y en verdad, una estricta obediencia a Dios bien le
podía costar la vida en ese nuevo medio. Pero Daniel ha-
bía aprendido desde nifio a pensar por sí mismo. Sin du-
da había practicado su propia vida de oración y de devo-
ción personal. "Y Daniel propuso en su corazón no con-
taminarse" (Dan. 1:8). ·
"Y más de un muchacho de hoy día que crezca como
Daniel en su hogar de Judea, estudiando la Palabra de
Dios y sus obras y aprendiendo lecciones de servicio fiel,
se hallará aún ante asambleas legislativas, en tribunales
de justicia, o en cortes reales, como testigo del Rey de re-
yes" (La educación, p. 255).
Nuestros hijos bien pueden tener que defenderse so-
los. Preparémoslos alentándolos en su devoción perso-
nal y en su vida de oración.
Cóm.o transmitir
una herencia
"A menos que tengamos hoy madres como
Elizabet y como María, será difícil tener hijos
como Juan el Bautista y como Jesucristo".

Alguien ha dicho: "Todo lo que necesito es un garage


para estacionar mi auto, un ropero para guardar mi ro-
pa, un refrigerador lleno de provisiones y un horno de
microondas". La sociedad actual pretende que la guar-
dería infantil torne sociable al niño pequeño, que la es-
cuela lo eduque, que la comunidad lo entretenga, y que
el gobierno le dé su pensión de vejez y lo entierre.
¿Transmitirá esto una herencia? La religión cristiana
siempre está a sólo una generación de distancia de la ex-
tinción. Lo está tan ciertamente como el cóndor califor-
niano, o como la grulla blanca, en esta nuestra cultura
con su secularismo que todo lo permea, y con sus rápi-
dos cambios. Los ideales no sobreviven sencillamente
por ser grandes o verdaderos, sobreviven sólo cuando
son implantados en las vidas y en los caracteres de los
niños y de los jóvenes. ¿Qué papel tiene el hogar en esto?
¿Cómo podemos hacer que sea un puesto de relevo en
el que se pase la antorcha de la verdad a la siguiente ge-
neración?
En una época, el hogar asumía las responsabilidades
básicas de la mayoría de las actividades valiosas de la vi-
da. El trabajo estaba centrado en el hogar. Era una uni-
dad económica en la que padres e hijos trabajaban jun-
CÓMO TRANSMITIR UNA HERENCIA 87

tos para sobrevivir. La gente nacía en la casa, cuidaba a


los ancianos; y moría en ella, rodeada por los seres queri-
dos. El hogar fue la escuela original, la primera iglesia,
el principal centro de entretenimientos. Pero en las últi-
mas décadas del siglo veinte, el hogar para muchos es
sólo una estación de servido.
¿Por qué debería el hogar transmitir una herencia?
Porque es el principal responsable de la educación reli-
giosa y de la formación de valores en la generación más
joven. Aunque la sociedad tecnológica de avanzada pue-
de requerir que reemplacemos ciertas funciones de algu-
na otra manera, esta dimensión, esta responsabilidad del
hogar, no puede ser transferida, es algo que no es nego-
ciable.
La interacción familiar es vital para la transmisión
de la herencia religiosa. Se pueden lograr mejor algu-
nas metas específicas a través de la interacción perso-
nal y de la conversación, y al trabajar y jugar juntos. Pe-
ro utilizar esas oportunidades exige planificación. La
planificación nos permite satisfacer las necesidades sin-
gulares de cada hijo. El culto familiar se convierte en un
punto de integración y en un foro en el que la planifica-
ción puede surgir.
¿Por qué tenemos el culto familiar?
El plan de Dios es que las· familias cristianas deten-
gan todas sus actividades a la mañana y a la noche para
reconocer al Dios vivo por medio del canto, de la alaban-
za, de la lectura bíblica, y de la oración. Este corto servi-
cio se convierte en un momento especial de camaradería
en el que el Espíritu Santo y los ángeles traen la presen-
cia divina a nuestros hogares, obteniendo como conse-
cuencia paz y una mayor armonía familiar. Es el momen-
to del sacrificio matutino y vespertino, es el momento en
el cual se puede impartir la instrucción religiosa.
Hay quienes sienten que se necesita un programa ela-
88 CORAZONESENSThiTONM

horado en forma muy compleja. Sin embargo, esto no es


necesario. Todas las actividades de Dios están caracteri-
zadas por la sencillez. Pero eso no significa falta de pre-
paración. Preparamos las cosas con antelación, para el
trabajo, la recreación, las fiestas y las comidas, pero ¿qué
en cuanto al culto de familia? ¿Se supone que debe salir
bien con poca o ninguna preparación? Elena G. de White
nos dice: "A fin de dar al culto el carácter que debe te-
ner, es necesaria alguna preparación" (La educación, p.
181). Muchos de nosotros somos culpables de no haber
hecho nada más que tomar un libro mientras corremos
a tocar la campana llamando al culto.
Generalmente podemos leer y comentar uno o dos
versículos de la Biblia, cantar una estrofa de un himno y
hacer una corta oración. Tal reconocimiento de Dios en
el culto sólo toma cinco a diez minutos. No hay necesi-
dad de hacerlo largo y complicado a menos que uno de-
see tomar más tiempo, tina 6 dos veces por semana, para
impartir instrucción religiosa o para alguna celebración.
Si los hijos no asisten a una escuela de iglesia, los padres
pueden querer enseñarles diariamente la clase de Biblia,
quizás con los mismos libros de texto que se utilizan en
nuestras escuelas de iglesia. Esto puede requerir cierto
tiempo adicional de preparación.
Cómo determinar las necesidades
Generalmente, cuando los educadores preparan el
currículo para los estudiantes llenan un formulario lla-
mado "determinación de necesidades". Investigan lo que
saben o no saben los estudiantes, y evalúan sus actitu-
des, estudiando el progreso potencial. Los padres, en el
hogar, también pueden llevar a cabo una determinación
sencilla de las necesidades de su familia.
En nuestro hogar, mientras orábamos pidiendo que
nuestros jóvenes hijos crecieran en gracia para con Dios
y los ho~bres, a menudo realizábamos los domingos
CÓMO TRANSMITIR UNA HERENCIA 89

una determinación de las necesidades familiares. Co-


menzábamos haciendo dos columnas con signos positi-
vos y negativos, de acuerdo con las virtudes y las debili-
dades de cada uno de los muchachos. Nos ayudaba a es-
tar más conscientes de las necesidades y nos motivaba a
planificar la instrucción adecuada para. satisfacerlas.
También nos guiaba en la elección de nuestros temas de
oración y de adoración.
Luego de determinar las necesidades, escribíamos
un plan de acción y enumerábamos nuestras metas. Es-
tos planes incluían la decisión sobre cuáles serían los
temas del culto, qué hablaríamos en las charlas indivi-
duales con nuestros hijos, y cuáles serían los más agra-
dables diálogos familiares. Orábamos también para
que Dios guiara a otros para que enseñaran a nuestros
hijos de manera tal que reforzaran la instrucción recibi-
da en el hogar. La charla informal en la mesa se ocu-
paba de algunos de estos temas. Otros eran discutidos
mientras sacábamos malezas en el jardín, en el viaje al
consultorio del dentista, o al hacer la limpieza después
de la cena. Siempre buscábamos la dirección de Dios al
instruir en el espíritu del gran modelo bíblico que en-
contramos en Deuteronomio 6:7-9: "Y las repetirás a
tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y an-
dando por el camino, y al acostarte, y cuando te levan-
tes ... Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus
puertas".
Nada de lo que se haya escrito antes o después, so-
brepasa esta instrucción en cuanto a la enseñanza de
nuestros hijos. Pero observe que antes de que podamos
presentar la voluntad de Dios a nuestros hijos, el versícu-
lo anterior nos recuerda: "Amarás a Jehová tu Dios de to-
do tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuer-
zas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre
tu corazón" (vv. 5, 6). Aunque hemos fallado muchas ve-
ces, hemos intentado, por la gracia de Dios, ser modelos
90 CORAZONESENSLNTONM

de la vida cristiana y enseñarla en forma incidental y en


pequeñas dosis a nuestros hijos.
La preparación es importante, porque si los padres
no hacen ninguna, ¿cómo podemos determinar las me-
tas y, mucho menos, alcanzarlas? Los niños crecerán co-
mo pámpanos sin tutor en la viña, sin llevar fruto. Pero
Dios recompensará ricamente nuestros esfuerzos al seña-
lar áreas de necesidad y al pedirle resultados específicos.
Al comienzo, no le pedimos a nuestros hijos que par-
ticiparan en nuestra determinación de las necesidades fa-
miliares. Pero a medida que fueron creciendo, podíamos
hablar entre todos acerca de nuestras debilidades fami-
liares, expandiendo la lista de necesidades para que nos
incluyera a todos. Wes tenía una preocupación por el es-
tado físico de la familia. Cuando llegó su turno de dirigir
el culto, ¿cuáles suponen que fueron sus temas? ¡El ejer-
cicio, el aire libre, y la dieta! Entonces la familia comen-
zaba a correr nuevamente, a disminuir los dulces y a tra-
tar de vivir vidas más equilibradas.
La determinación de las necesidades familiares nos
permite hacer el culto familiar y la instrucción "a medi-
da". Puesto que cada familia es diferente, los resultados
variarán. Pueden señalar la necesidad de una mayor par-
ticipación de los padres en actividades familiares diverti-
das, de vida temperante, del mejoramiento de las habili-
dades de comunicación, de unidad entre hermanos, de
educación del carácter, guía en la utilización de las finan-
zas, uso positivo del tiempo, o cambios en el comporta-
miento social.
Si sucediera que el aspecto negativo o la debilidad
de la familia fuera la ira, permita que la familia lea lo
que Dios dice acerca de esta emoción, y busque las ra-
zones por las cuales ustedes se enojan dentro de la fa-
milia. Luego, en el concilio de familia, busquen formas
de resolver los problemas que causan el enojo dentro
del hogar. Quizás la familia necesita familiarizarse con
CÓMO TRANSMITIR UNA HERENCIA 91

algunos de los libros que tratan acerca del mejoramien-


to de la comunicación y de los conflictos.
Una regla básica es que no se deben abordar en ningún
culto temas escabrosos que puedan producir resentimiento a
causa de la situación del momento. No venimos al culto a
"pegarnos" unos a otros con los escritos inspirados, sino
que nos reunimos en una b:úsqueda común para descu-
brir, y luego seguir, la voluntad de Dios como familia. El
culto no es el lugar ni el momento para desplegar una
acción disciplinaria o para establecer leyes. Deje eso para
la junta de familia, o mejor aún, para el momento de
aconsejamiento individual. Nosotros descubrimos que
para nuestros cultos, resultaban más apropiados temas
como la felicidad, el orgullo, las actitudes positivas, la
envidia, el amor a los demás, la comunicación, el temor,
el servicio, hacer lo mejor posible, etc. Otras áreas pro-
blemáticas exigen un tratamiento especial.
Una segunda regla básica es desarrollar los puntos fuertes
de la familia, en vez de machacar sobre sus debilidades. Si la di-
ficultad es la ira, enfatice entonces el valor de la paz, y bus-
que formas de expresarla en la vida hogareña. Enfatice el
rasgo opuesto al problema. La Biblia dice: "No seas vencido
de lo malo, sino vence con el bien el mal" (Rom. 12:21), así
que edifique sobre los puntos fuertes, en lugar de sermo-
near sobre las debilidades. ¡Acentúe lo positivo!
Descubra los intereses
Un inventario de intereses proveerá las herramientas
necesarias para que los padres satisfagan las necesidades
descubiertas por la evaluación. Si descubre que su hijo
disfruta de la naturaleza, use mariposas, abejas, u otros
animales para desarrollar las lecciones espirituales que
necesita. Cristo utilizó muchas lecciones objetivas de la
naturaleza y de la vida diaria. Eso puede exigir más pre-
paración, pero el tiempo empleado traerá satisfacción a
toda la familia. Cuando nuestros hijos estaban apren-
92 CORAZONESENSflVTONiA

diendo acerca de los pájaros en la clase de biología, a me-


nudo leíamos acerca de los pájaros y sus hábitos en el
culto, buscando las lecciones que Dios tiene para noso-
tros por medio de estas criaturas.
Supongamos que Fredy está interesado en el montañis-
mo. Planee una salida familiar a las montañas, y termíne el
día con un culto alrededor de la fogata. Cuente una histo-
ria relacionada con el montañismo, quizás la de Mallory y
de Irvine quienes en la década de 1920 fueron vistos por
última vez, a través de binoculares, desde un campamento
base, acercándose a la cima de la montaña más alta del
mundo, el monte Everest. Nunca sabremos en esta vida
qué les sucedió, pero sabemos que murieron ascendiendo.
¿Cuál es la montaña más difícil de escalar? Es el monte
Calvario, es el abandonar las ambiciones egoístas y sacrifi-
carnos por otros. Describa cómo ascendió Jesús esa monta-
ña. ¿Habrá montañas en el cielo? Describa cómo podemos
ascender, o volar, si lo preferimos, al monte Sión. "El ideal
que Dios tiene para sus hijos está por encftna del alcance
del más elevado pensamiento humano" (La educación, p.
16). ¿Le parece que un culto así puede ejercer una gran in-
fluencia sobre la vida de Fredy?
Se requiere algo de tiempo para planear un culto
orientado a los intereses de la familia, pero la recompen-
sa es emocionante. Si el padre no tiene el tiempo necesa-
rio, quizás la madre podría investigar sobre el tema. Pue-
de archivar historias apropiadas y joyas de la naturale-
za. Una preparación con oración, hará que el Espíritu
Santo guíe e inspire.
Todos tienen su turno
Aunque es el padre quien, como sacerdote de la fa-
milia, generalmente dirige el culto, debemos recordar
que la Biblia enseña el sacerdocio de todos los creyentes.
Por lo tanto, la madre y los hijos también son sacerdotes
y debieran tener su turno de ministrar al resto de la fa-
CÓMO TRANSMITIR UNA HERENCIA 93

milia. En nuestro hogar papá John de vez en cuando


anuncia: "John hijo, tienes el culto el lunes de noche,
Wes el martes y mamá el jueves". Esto promueve la par-
ticipación de todos y asegura variedad en la experien-
cia del culto, Una vez, cuando me tocó el turno de diri-
gir, le d~A/cada uno una tarjeta y un lápiz y les pedí a
todos que escribieran las letras del abecedario en una
columna vertical. Luego les pedí que escribieran una ca-
racterística de Dios, o que escribieran otra palabra que
representara a Dios, en cada una de las letras. Luego de
tres minutos, compartimos lo que habíamos escrito y leí
un texto acerca de la Trinidad. Todos disfrutaron de la
participación, y de las ideas creativas y singulares de los
muchachos.
En un hogar que conozco, los hijos tradicionalmente
planifican los cultos del viernes y del sábado de noche.
Durante la semana buscan algo especial para el culto del
viernes de noche, y durante las horas del sábado están
ocupados preparando una representación, con vestimen-
tas y todo, de alguna de las historias de la Biblia para el
culto de despedida del sábado. Traen al culto tanto gozo
y creatividad que estoy segura que hace que hasta los
ángeles sonrían.
Cierto fin de semana, dos familias que tenían niños
de la misma edad, pasaron el sábado de tarde escribien-
do un guión sobre un personaje bíblico para usarlo en el
culto. Lo presentaron con vestimentas, mobiliario, con
todo. Los padres lo grabaron para poder compartirlo con
otros más adelante. Muchas risitas y risas "conformaron
recuerdos" de un hermoso sábado de tarde.
Recursos y materiales
Si necesita historias, su mayor fuente son las expe-
riencias de su propia niñez y vida. Los niños nunca se
cansan de escuchar acerca de la protección de. Dios en
94 CORAZONESENSmTON[A

nuestras propias vidas, de las respuestas a nuestras ora-


ciones infantiles (o adultas), o de las experiencias de
nuestros viajes. Cuando John se va en viaje de trabajo,
vuelve lleno de historias especiales y de experiencias
providenciales. Para no olvidarlas, a menudo las regis-
tra en una ficha de 10 por 15 cms. Yo también disfruto
coleccionando material y tengo un cuaderno especial en
el que archivo experiencias, ideas creativas, e historias
para cultos familiares futuros.
Al buscar materiales y coleccionarlos, debemos tener
en cuenta la edad y el desarrollo de cada hijo. En las fa-
"milias en las que hay desde niños pequeños hasta ado-
lescentes, los padres necesitan abordar sabiamente el
asunto con una mente creativa. Nuestros amigos Warren
y Carolina complementan la hora del culto general con la
lectura individual de historias y las lecciones de la Escue-
la Sabática para los pequeños, a la hora de ir a la cama.
No es fácil, y como padres que estamos luchando, no
siempre logramos hacerlo todo. Las lecciones de la es-
cuela sabática proveen un excelente material auxiliar.
Elena G. de White sugiere en Consejos sobre la obra de la
Escuela Sabática, p. 41, que deberíamos apartar cierto
tiempo cada día para el estudio de la lección de la escue-
la sabática con los niños. A medida ql;le crecen, debería-
mos animarlos a que estudien su propia lección de la es-
cuela sabática.
Aún las interrupciones y las llegadas tarde pueden
convertirse en recursos interesantes para cultos especia-
les. Algunas de las mejores charlas de corazón a corazón
que hemos tenido con nuestros hijos, han sido el resulta-
do de orar y leer la Biblia con un hijo que inevitablemen-
te no podía llegar a casa a tiempo para celebrar nuestro
culto regular. Cuando somos perseverantes y fieles en
realizar el culto y al mismo tiempo mantenemos cierta
flexibilidad, Dios puede aprovechar las situaciones irre-
gulares y con~ertirlas en uno de los mejores momentos
CÓMO TRANSMITIR UNA HERENCIA 95

para comunicarse con nosotros.


Las publicaciones de nuestras casas editoras y de
otras librerías religiosas son importantes fuentes de re-
cursos para la instrucción religiosa. Los padres pueden
conseguir material para franelógrafo, juegos, casetes, his-
torias, juegos de preguntas, y materiales de enriqueci-
miento recomendados por el Departamento de Ministe-
rios de la iglesia de la Asociación General para comple-
mentar la lección de la escuela sabática. Con todo este
hermoso material, la hora del culto se ha convertido en
muchos hogares en el momento más entretenido del día.
La música es uno de los recursos más útiles para
alentar la participación de todos en la alabanza a Dios.
La compra de suficientes himnarios -uno para cada
persona-, es una inversión importante. Nos gusta can-
tar el mismo canto varios días hasta que lo aprendemos
de memoria. Algunos padres forman una banda de mú-
sica familiar, en la que cada hijo tiene su propio instru-
mento. Una noche por semana puede ser su hora del
"concierto". ~e estado en un hogar en el que todos los
hijos de una gran familia tocaban uno o más instrumen-
tos. Los viernes y sábado de noche todos unían sus ta-
lentos para alabar a Dios. De vez en cuando sonaba al-
guna nota equivocada, causando algunas risitas, pero era
una experiencia gozosa tanto para los participantes co-
mo para los oyentes.
Armonicemos los corazones
La preparación más importante para el culto tiene
que ver con el corazón. ¿Ha notado usted que nos benefi-
ciamos muy poco de la experiencia del culto si alberga-
mos ira en nuestros corazones o malentendidos no re-
sueltos? Muchas personas sienten que deben arreglar sus
problemas para poder tener un culto vespertino sincero.
Cierta pareja que tenía serios problemas matrimonia-
les buscó la ayuda de un consejero. Luego de discutir sus
96 CORAZONES EN SINTONiA

dificultades, el consejero cristiano les preguntó si hacían


el culto familiar juntos. La respuesta fue No. El consejero
entonces les preguntó si leerían juntos un libro devocio-
nal, si se lo daba, a lo cual accedieron. Pasaron los meses,
y la pareja no volvió para tener más sesiones de aconseja-
miento. Algún tiempo después los tres se encontraron en
la calle, y el consejero les preguntó cómo iban las cosas.
Ellos respondieron: "¡Muy bien! ¡El libro devocionallo lo-
gró! Nunca nos pareció bien hacer el culto cuando estába-
mos disgustados el uno con el otro, así que decidimos
que cuando tuviéramos desavenencias, nos reconciliaría-
mos antes de hacer nuestro culto matutino o vespertino".
Luego de veinticinco años todavía siguen felizmente
casados. Pedir perdón es preparar el corazón. Puede ser
que los individuos necesiten inclinarse ante el Señor y
decirle a Dios, y quizás el uno al otro, "lo siento". Las pa-
labras "lo siento, ¿me perdonas?" producen mucho sa-
namiento. He tenido que hacer esto varias veces, y lo he
encontrado difícil, pero fundamental para restaurar las
relaciones, no sólo con Dios sino también con los miem-
bros de la familia.
Como padres, formamos el eslabón vivo entre la di-
rección providencial de Dios en el pasado, y el futuro
glorioso de victoria que se abre ante nuestros hijos. No
podemos transmitirles lo que no se ha convertido en par-
te de la experiencia de nuestro propio corazón. A medi-
da que el ejemplo de nuestra vida apoye nuestra instruc-
ción sistemática y sostenida, el Dios que nos ha hecho to-
do lo que somos, obrará poderosamente en las vidas de
nuestros hijos. La herencia será transmitida y nuestra fa-
milia será testigo viviente de la grandeza de nuestro Se-
ñor y Salvador.
Cómo mantener vivo
el altar de la familia
"Se necesita sólo una chispa para que el fuego
comience"

La familia debe ser llamada al culto


Un misionero y su familia, que trabajaba en la selva
de un país tropical, fueron trasladados a la ciudad capi-
tal y llevaron consigo un loro mascota. Un pariente que
los visitaba observó que, al acercarse la hora del culto, el
loro llamaba a todos diciendo: "¡Ding! ¡Ding! ¡Ding!"
imitando la tradicional campana de la estación misionera
que llamaba al culto matinal. El loro testificó ante el visi-
tante la regularidad con la que el sacerdote de esta fami-·
lia reunía a su esposa y a sus hijos para la oración. Lo
que quiero decir es que, aunque hay un momento desig-
nado para este acontecimiento especial del día, la familia
todavía necesita ser llamada, de alguna manera, de las
demás actividades.
En México compramos una campana antigua, que
hacíamos sonar cada mañana para llamar a la familia.
Nuestra perra Rulitos siempre llegaba primero. Sabía
que Wes le daría de comer cuando llegara a la sala de es-
tar, y estaba tan condicionada a la campana como los pe-
rros de Pavlov. La campana lograba la respuesta perfec-
ta, tiempo con los muchachos y con el perro. Más ade-
lante, sin embargo, nuestros hijos nos informaron que el
áspero sonido tan temprano en la mañana les alteraba
los nervios, y ya no les gustaba más. Lo mismo ocurre
98 CORAZONESENS~TON[A

con una voz fuerte que grita: "¡Al cuullllto!" Es mucho


más agradable que alguien toque el piano, o que se ~s­
cuche una grabación especial, o que alguna persona de
voz suave sea la encargada de anunciar la reunión. Es un
momento en que la familia terrenal se une a la celestial,
en la adoración, en la acción de gracias y en el estudio, y
la forma en que comienza da el tono para todas las acti-
vidades que siguen.
La familia debería ponerse de acuerdo en cuanto al
mejor momento para la hora del culto. Tener un horario
fijo es bueno, porque así todos pueden planificar sus ac-
tividades de acuerdo con ello. Puede no ser justo espe-
rar que todos vengan "ya mismo!', sin ninguna adverten-
cia previa, cosa que puede causar sentimientos negativos
en los niños. Un adolescente señaló: "No me molesta el
culto, pero como estoy tan ocupado, me gustaría tener la
certeza de que comenzará y terminará a una hora fija,
para poder planear mis cosas". El tener un horario fijo
hace que desaparezca la inseguridad de lo desconocido.
Cuando el padre no llama al culto a tiempo, esto puede
trastornar los horarios de toda la familia. La regularidad
de esta parte de la rutina diaria también crea la impre-
sión de la importancia que le otorgamos.
Elena G. de White sugiere que tengamos un culto dos
veces al día. "Padres y madres, cada mañana y cada no-
che, juntad a vuestros hijos alrededor vuestro, y elevad
vuestros corazones a Dios por humildes súplicas" (Joyas
de los testimonios, t. 3, p. 93).
El momento ideal para el culto vespertino es la hora
de la puesta del sol, pero puede que en algunos hogares
esto sea imposible. Quizá alguno no volvió todavía del
trabajo o del estudio, y puede ser que otro ha llegado
muerto de hambre, más interesado en el alimento físico
que en el espiritual. Por ello, muchas familias designan
otra hora que les venga bien a todos. Si tienen niños pe-
queños, debe ser alrededor de las seis de la tarde, o ense-
CÓMO MANTENER VIVID EL ALTAR. .. 99

guida después de la cena. A nuestros hijos también les


gusta hacer el culto vespertino a continuación de la ce-
na, porque parece como si se extendiera el momento de
camaradería, y el compartir las actividades del día les
proporciona un respiro antes de volver a sus estudios.
Un culto breve y al punto puede ser más efectivo que
uno largo y extendido. John y yo hemos notado, sin em-
bargo, que aunque nuestros hijos prefieren cultos cortos
cuando nos toca dirigirlos a nosotros, sus cultos a menu-
do duran quince o veinte minutos. No es la cantidad, si-
no la calidad, lo que recordamos. Puede ser que la fami-
lia lea tan sólo unos pocos versículos, pero si los com-
prenden, todos sus miembros pueden experimentar una
verdadera bendición. Elena G. de White dice: "Los cultos
deberían ser breves y llenos de vida" (La educación, p.
186). Una vez, cuando la familia White estaba muy apu-
rada, parecía que no iban a tener tiempo para el culto.
Sin embargo, Jaime White insistió en que lo tuvieran y
leyó un capítulo de la Biblia. Eligió el Salmo 117, el ca-
pítulo más corto de la Biblia, de sólo dos versículos.
A veces tendrá lugar una experiencia espiritual afor-
tunada e inesperada. Los participantes sentirán el derra-
mamiento inesperado del Espíritu Santo, y cada uno de
ellos deseará permanecer en su presencia. Cuando uno
percibe la acción profunda del Espíritu Santo, dejará que
la agenda del Espíritu tenga prioridad sobre otros com-
promisos.
Abandonar el hábito de celebrar los cultos matutinos
y vespertinos es fácil, especialmente cuando surgen con-
flictos de horarios. Una mujer profesional que trabajaba,
casada con un médico y con dos hijos adolescentes, es-
tudiantes universitarios, preguntaba: "¿Qué puede hacer
una familia cuando no coinciden los horarios de todos?"
Hemos descubierto que éste es uno de nuestros pro-
blemas también. Démosle una mirada. En primer lugar,
la familia debe decidir. que realmente quiere controlar el
100 CORAZONESENSLNTONfA

horario de la mañana. En nuestro caso le pedimos a


nuestros hijos universitarios que no se inscribieran en
clases que comenzaran a las 7:30, y nosotros no nos com-
prometeríamos con nada antes de las 8:15. Sin embargo,
cuando nuestro hijo menor aceptó un trabajo en el cual
debía estar a las 6:30 de la mañana, tuvimos que hacer
algunos ajustes nuevamente. Nos levantamos con tiem-
po como para hacer el culto con él a las seis de la maña-
na. Cada trimestre debemos reexaminar nuestro horario.
Es verdad que en ciertas ocasiones alguno puede lle-
gar tarde o ausentarse, pero el resto de la familia procede
de acuerdo con lo establecido. Si el sacerdote de la fami-
lia va a estar ausente, él asigna su función a otra persona.
Para las familias que deben salir a diferentes horas de
la mañana, uno podría dejar afuera el libro devocional
para que todos lo lean, y luego todos pueden comentarlo
a la noche. Esto es un poco difícil, pero posible. El padre
también podría preparar una grabación para la familia.
A menudo las madres se hacen cargo de la hora del culto
cuando el padre debe salir muy temprano. Algunos pa-
dres están tan fuertemente convencidos de que debieran
estar presentes en el culto matutino que han llegado a
cambiar de trabajo para poder hacerlo. Su trabajo y su
estilo de vida como consecuencia de ese empleo no les
permitía proveer a la familia d~ la prioridad que sentían
que ésta se merecía. Mi propio esposo cambió tres veces
de trabajo por el bien de la familia.
Nuestra hora de culto es una ocasión celestial en la
que no estamos solos. Elena G. de White dice: "Tengan
siempre en cuenta los miembros de cada familia que es-
tán íntimamente unidos con el cielo. El Señor tiene un in-
terés especial en la familia de sus hijos terrenales. Los án-
geles ofrecen el humo del fragante incienso de las oracio-
nes de los santos. Por lo tanto, en cada familia ascienda
hacia el cielo la oración matinal y en la hora fresca de la
puesta del sol, preséntense delante de Dios los méritos
CÓMO MANTENER VIVID EL ALTAR. .. 101

del Salvador en favor nuestro. Mañana y noche, el uni-


verso celestial toma nota de cada familia que ora" (La
conducción del niño, p. 491).
Ideas para el culto de familia
El teléfono sonó en nuestro reducto en las montañas
justo cuando comenzábamos a escribir esta sección. Idal-
mi, que llamaba desde cientos de kilómetros de distan-
cia, nos dijo que acababa de leer nuestros artículos acerca
del culto familiar. Continuó diciendo que le había gus-
tado el hecho de que fuéramos más allá de la mera iden-
tificación de los problemas de los hogares adventistas
del séptimo día y que ofreciéramos también sugerencias
para solucionarlos. Ese es el objetivo específico de esta
sección: presentar algunas ideas para resolver los proble-
mas del altar familiar.
Idalmi nos dijo también que su hijo de 9 años, y su
hija de 11, no se van a la cama sin su culto vespertino. A
veces cuando su esposo ha tenido que regresar más tar-
de a casa y ella se ha quedado dormida por el cansancio
en el sillón, sus hijos, no queriendo molestarla, han bus-
cado algún libro de historias y lo han leído para hacer su
culto. Luego han orado juntos y se han ido a dormir. Los
ángeles deben deleitarse con tales momentos de adora-
ción y de alabanza que ascienden como incienso fragante
al Señor.
Y ahora, he aquí algunas ideas creativas. El cielo es
el límite, porque ciertamente el Espíritu Santo es el direc-
tor de las actividades del culto. Tenemos algunas suge-
rencias generales acerca de cómo dirigir el culto, de có-
mo usar la Biblia y también los libros de Elena G. de
White, de cómo enriquecer el culto y la alabanza a Dios
por medio de la música y de la poesía, y terminaremos
mencionando algunas actividades o estrategias que per-
miten una mayor participación de los presentes. Luego
de probar algunas de las ideas sugeridas podrá usted ha-
102 CORAZONESENSLNTONiA

cer las adaptaciones necesarias, y desarrollar después al-


gunas otras formas creativas y propias para que su fami-
lia adore al Señor.
Uso de la Biblia
En primer lugar sugerimos que deje de leer la Biblia.
¡Sí, leyó correctamente! Deje de leer o escuchar la Biblia y
comience a estudiarla con su familia. Leer es sólo una ex-
periencia pasiva. La parte final y más importante del pro-
ceso del aprendizaje es la transferencia, transferir el men-,
saje a la realidad vivencia!, haciéndonos la pregunta:
"¿Cómo cambiaría mi vida si yo realmente viviera lo que
está diciendo este versículo?"
Las Sagradas Escrituras son definidamente lo más
importante en la experiencia del culto. Podemos desarro"'
llar otras actividades en el culto, pero éstas resultan ina-
decuadas si no incluimos también la Palabra,.porque la
Escritura talla el carácter de Dios en la vida d"ellector.
Tampoco debiéramos acercamos a las Escrituras sin an-
tes orar pidiendo la dirección divina para su correcta in-
terpretación y para verlas dentro del contexto apropia-
do. No es suficiente simplemente conocer las palabras,
ya que aún Satanás citó con habilidad las Escrituras en el
monte de la tentación. La familia debería orar pidiendo
que Dios les dé una clara comprensión de su plan y los
ilumine por medio del Espíritu Santo mientras estudian.
Sugerimos que todos tengan su propia Biblia durante
el culto, o que haya suficiente provisión de ellas en la sa-
la de culto y que, para evitar confusión, todas sean de la
misma versión. Entonces todos pueden seguir la lectura,
subrayar o memorizar. La discusión o los comentarios
son más significativos si todos pueden releer y analizar,
masticar y digerir el pasaje seleccionado. Una razón por
la cual a veces no comentamos un texto es que a menudo
ya lo hemos olvidado.
Toda la familia puede ahondar en busca de la ver~
CÓMO MANTENER VIVID EL ALTAR. .. 103

dad, o concentrarse en un versículo hasta que éste sea


memorizado y aplicado a la vida diaria. (En El conflicto de
los siglos, p. 575, se nos advierte, sin embargo, que no de-
bemos buscar lo que es inusual o curioso). A menudo se
requiere un esfuerzo mental al abrir la Biblia. Memori-
zar no es fácil para muchos, pero es altamente satisfac-
torio. Los adultos pueden tener más dificultad, pero los
niños están en la edad de oro para esto.
Cierta vez llegamos a un hogar, justo cuando la fami-
lia estaba terminando el culto vespertino, resultó una ex-
periencia interesante para nosotros. Los padres y los hi-
jos adolescentes estaban memorizando el libro de Santia-
go. Les preguntamos: "¿Cómo les está yendo?" Riéndose
contestaron: "¡No muy bien en cuanto a la memoriza-
ción, porque vamos muy lento. Pero realmente nos di-
vertimos mucho tratando de descubrir qué es lo que nos
está diciendo Santiago a nosotros!"
Muchos niños memorizan pero no saben lo que signi-
fican las palabras. John nos cuenta que cuando era niño
cantaba en el culto: "Dulce arvejilla, regalo del amor de
Dios", hasta que años más tarde descubrió que el canto
no hablaba acerca de flores, sino de la "paz" (En inglés
"dulce paz" suena muy parecido a dulce arvejilla, N. T.).
Por lo tanto, resulta positivo un análisis del texto, segui-
do de la visualización del pasaje. Luego comienza la me-
morización.
Un joven vino a nuestro grupo de oración a compar-
tir su técnica para aprender capítulos enteros de la Biblia.
Su secreto consistía en recortar los versículos de una Bi-
blia vieja, pegarlos sobre tarjetas, y luego releerlos conti-
nuamente hasta que comenzaban a ser "parte de él".
Siempre llevaba sus tarjetas para releerlas en los momen-
tos libres. Al darse cuenta de que ya había memorizado
automáticamente grandes porciones, hada un esfuerzo
luego para memorizar el resto. La familia puede fabricar
su propio juego de tarjetas y practicar esta técnica. Una
104 CORAZONES EN SINTONIA

vez por semana pueden repasar juntos los pasajes. Los


versículos memorizados pueden ser utilizados en los cul-
tos mientras están de viaje y 1o cuando no hay Biblias
disponibles.
Algunas porciones frecuentemente memorizadas son
los Salmos 23,91 y 121; Exodo 20:1-17;Apocalipsis 14:6-
12; Mateo 5:1-12; y Juan 3:16. Una conocida nuestra re-
cuerda con cariño que en su niñez, la familia siempre re-
petía el Salmo 91los viernes de noche. No sólo podemos
memorizar versículos de la Biblia sino también partes se-
leccionadas de El Deseado de todas las gentes, que hablan
de los sufrimientos de Cristo. Una cantidad de jóvenes y
de adultos están memorizando el último capítulo de El
conflicto de los siglos titulado "El fin del conflicto".
Durante nuestro momento de culto en pareja, John y
yo memorizamos el Salmo 121. En lugar de aprenderlo
al pie de la letra, lo pasamos a primera persona. El perso-
nalizar las Escrituras las hace más significativas. Otro pa-
saje excelente para personalizar es Romanos 5:1-10. Hici-
mos una copia mecanografiada (a doble espacio) para ca-
da uno para el culto de familia. Mientras escuchábamos
música de fondo, todos alteramos el texto tachando la
tercera persona, insertando la primera persona, y varian:-
do las palabras de acuerdo con ello.
Para ayudar a los niños más pequeños a mejorar su
habilidad para localizar diferentes porciones de la Biblia,
se pueden usar "ejercicios de la espada". Una persona
menciona un texto, una promesa, o un versículo doctri-
nal, y todos tratan de encontrarlo rápidamente. Comien-
ce con las Biblias cerradas. El primero que lo encuentra,
lee el texto, y luego él o ella elige el siguiente texto para
que busque la familia.
¿Ha probado alguna vez leer la Escritura y luego pe-
dir que cada uno dibuje la historia o que grafique con
símbolos su significado? Una de las mejores maneras pa-
ra comprender un texto es realizar un mapa o diagrama
CÓMO MANTENER VIVID EL ALTAR. .. 105

del pasaje. Eso ayuda también a la concentración ya que


muestra el contexto. Cuando uno visualiza la historia, es
más fácil recordarla. Un buen lugar para comenzar a di-
bujar o a graficar es el libro de Apocalipsis.
Una elección de lectura de la Biblia para los adoles-
centes, especialmente para los varones, es el libro de
Proverbios. Tiene treinta y un capítulos, uno para cada
día del mes. Todos leen silenciosamente el capítulo, su-
brayando las partes que le llaman particularmente la
atención, orando para que Dios le hable de manera es-
pecial. Luego, todos mencionan lo que más le impresio-
nó en ese capítulo. También se puede seguir el libro de
Proverbios estudiándolo por palabras. Busque todos los
textos en los que se mencionan las palabras sabio, necio,
justo, joven, etc.
Un área importante del estudio de la Biblia es el de
las doctrinas de la iglesia. Cada vez más, los padres no
dejan este deber a cargo únicamente del maestro de la
escuela de iglesia o del pastor, sino que están instruyen-
do ellos mismos a sus propios hijos. La familia puede de-
dicar un culto por semana a un estudio doctrinal, asig-
nando a cada uno de sus miembros un tema diferente.
En la secretaría de publicaciones se pueden conseguir
guías para el estudio de las doctrinas bíblicas. Una ma-
dre me contó del gozo que sintió al hablar acerca del
plan de salvación con su hijo de doce años, y al ver que
aceptó a Jesucristo como su Salvador personal por pri-
mera vez en ese momento. La presencia del Espíritu San-
to y la hermosa relación entre madre e hijo constituye-
ron para ella una experiencia inolvidable.
La siguientes veinticuatro sugerencias pueden ayu-
dar a utilizar la Biblia en el culto familiar:
l. Identifique rasgos de carácter de Cristo al leer los
evangelios. Dialogue acerca de cómo pueden los miem-
bros de la familia desarrollar esas características tan ad-
mirables en sus propias vidas.
106 CORAZONESENSLNTON[A

2. Algún viernes o sábado de noche, cuando tengan


suficiente tiempo, juegue a las veinte preguntas bíblicas.
Identifique si es un animal, vegetal o mineral.
3. Lea historias narrativas en una versión moderna de
la Biblia y prepare preguntas de repaso acerca de ellas.
Trate de recordar los hechos. De vez en cuando, algún
viernes de noche, pueden repasar las preguntas fácticas.
4. Represente o dramatice las historias bíblicas. Tenga
una maleta vieja llena de disfraces y elementos para t~les
ocasiones. Los niños pueden escribir los guiones e imagi-
narse qué decían los personajes bíblicos. Haga que un
narrador lea siempre lo que dijo Jesús. Evite que alguno
de los niños sea Judas.
5. Busque en las Escrituras textos que hablen de los
padres, de las madres, de los esposos, de las esposas, de
los niños, de los jóvenes, o de los ancianos. Elija una no-
che para leer los textos relacionados con la madre y per-
mita que todos la homenajeen esa noche.
6. Lean juntos un capítulo de la Biblia. Luego, en for-
ma privada, escriban sus sentimientos acerca de alguna
porción de él. Todos deben visualizarse haciendo lo que
Dios ordena y deben, después, hacer planes para actuar
de acuerdo con sus instrucciones al día siguiente.
7. Seleccione un pasaje de la Biblia relacionado con
Cristo en los Evangelios, tal como Juan 15:1-15; Lucas
4:7-14, etc. Comente el argumento y la escena. Luego, ca-
da uno debe escoger un versículo del pasaje y mencio-
nar por qué es significativo para él. Personalice el mensa-
je de Jesús como si El estuviera hablando. Pida a todos
que escriban qué piensan en cuanto a lo que Jesús les es-
tá diciendo y que luego compartan sus reflexiones con
los demás.
8. Consiga una versión de la Biblia con las palabras
de Jesús en letras rojas. Permita que los niños pequeños
que están aprendiendo a leer, lean las palabras en rojo,
mientras que los demás leen el texto en negro.
CÓMO MANTENER VIVID EL ALTAR... 107

9. Subraye en las Biblias de culto de cada persona to-


dos los textos doctrinales con verde. Más tarde haga una
lista de referencia en cadena por temas. Luego de que ha-
yan subrayado las doctrinas básicas, pida a algún miem-
bro de la familia que los dirija en un estudio doctrinal.
10. Subraye todas las promesas con color azul. Luego
tómese el tiempo para memorizar los textos y dónde se
encuentran en la Biblia. Comience con Mateo, aprenda
todas las promesas en ese libro, y luego siga con Marcos.
También se puede hacer lo mismo con los textos doctri-
nales. Continúe libro por libro.
11. Haga una colección de promesas bíblicas e identi-
fíquelas si son promesas de dirección, de ayuda, de sa-
nidad, del don del habla, etc. Utilícelas en los cultos
cuando las necesite algún miembro de la familia.
12. Haga un estudio biográfico concienzudo de per-
sonajes bíblicos y evalúe la acción de Dios en sus vidas.
Estudie y enumere las causas y el efecto de las eleccio-
nes hechas por ellos.
13. Haga un estudio temático usando la concordan-
cia como ayuda. Palabras tales como sabiduría, Espíritu
Santo, guía, paz, esperanza, fe, pueden constituir buenos
temas.
14. Guíe a la familia a lo largo de cursos bíblicos por
correspondencia.
15. Asigne un texto a la familia para que lo analice.
En algún momento del día, cada persona escribirá lo que
ese texto le dice a él y luego lo compartirá en el culto ves-
pertino.
16. Memorice los hechos de la semana de la creación
y conversen sobre el tema de la evolución.
17. Enseñe a la familia cómo usar las notas de pie de
página en la Biblia o las ayudas marginales.
18. Lea en voz alta porciones de Job, Isaías, y de los
Salmos como ejemplos de la poesía bíblica. Disfrute la
belleza del estilo literario.
108 CORAZONES EN SINTONiA

19. Aprenda los libros de la Biblia haciendo de ello un


juego.
20. Lea la Biblia buscando el plan de salvación. Anote
los textos. Luego pida a cada uno que practique en algún
culto cómo guiaría él a otra persona a aceptar a Jesucris-
to como su Salvador personal.
21. Estudie los mapas bíblicos para que las historias
cobren más significado.
22. Haga un viaje imaginario al Medio Oriente. Cada
persona puede compartir cómo eran ciertos lugares: Be-
lén, Jerusalén, Nazaret, Jericó.
23. Lea Joel y Malaquías. Conversen sobre qué cosas
mencionadas allí ocurrirán en los últimos días.
24. Pida a los niños que están comenzando la escuela
que practiquen su lectura con Génesis l. La mayoría de
las palabras son cortas, y la repetición hace que sea una
porción ideal de la Biblia para ser usada como primer li-
bro de lectura.
Uso de los libros de Elena G. de White en el culto familiar
Cuán afortunados somos, nosotros los adventistas, al
tener tantas y tan hermosas vislumbres de la Biblia a tra-
vés de la pluma de Elena G. de White. Aunque sus es-
critos nunca deben reemplazar a la Biblia, pueden actuar
como un telescopio espiritual. No crean nueva luz, por-
que la luz ya existe, lo que hacen es permitimos verla,
acercarla a nuestros ojos, hacerla visible. La Biblia debie-
ra ser nuestro gran libro de referencia para el culto fami-
liar. Es una carta infalible que nos dirige y nos guía. Po-
demos utilizar también los escritos de Elena G. de White
como un comentario de la Biblia.
En nuestros cultos de familia tratamos de no usar sus
escritos para martillar algún punte en particular. Básica-
mente no son libros de "no-noes", y tratamos de no pre-
sentarlos así ante nuestros hijos. Creemos que esta es una
de las razones por las cuales ellos aprecian los libros y
CÓMO MANTENER VIVID EL ALTAR ... 109

ahora los leen por su cuenta. Si debemos corregir a los


niños en relación con alguna conducta impropia, trate-
mos con el problema fielmente, pero no golpeemos a
nuestra familia con declaraciones duras de Elena G. de
White, a menudo sacadas de su contexto de aliento y
preocupación.
Se cuenta la historia de un hombre que citaba profu-
samente a Elena G. de White en los cultos familiares, ge-
neralmente del libro específico que estaba leyendo ese
mes. Hacía referencia a él como su "libro del mes"(Book
of the Month Club). Sus hijos, sin embargo, cambiando el
orden de las palabras, se referían a él como el "palo del
mes" (Club ifthe Month Book "Club", en inglés significa,
según como se lo use, club, palo o garrote. N.T.). Utilice-
mos estos escritos inapreciables en forma positiva, cui-
dando que en la mente de los niños no se identifiquen
con reprensiones negativas.
La siguiente lista de veinte sugerencias puede ser útil
para planear los cultos utilizando los escritos de Elena G.
de White como referencia:
l. Lea acerca de los profetas bíblicos e imagine cómo
habrá sido poseer el don profético.
2. Estudie las pruebas bíblicas de un verdadero pro-
feta.
3. Lean juntos como familia un libro devocional, co-
mo por ejemplo La historia de la redención, teniendo cada
persona un ejemplar del mismo.
4. Forme una colección de promesas que se encuen-
tran en la Biblia y en el Espíritu de Profecía. Cada vez
que alguien encuentra una promesa, la registran en el
"Libro de las promesas" de la familia.
5. Utilice el Comprehensive Index to the Writings of Ellen
G. White (lndice comprensivo de los escritos de Elena G.
de White), o el índice alfabético que aparece al final de
sus libros, para encontrar pasajes sobre la felicidad, la
compasión, la salvación, o la dirección divina.
110 CORAZONES EN SINTONfA

6. Lea acerca de la mayordomía y luego decidan si de-


sean tener una caja de sacrificio destinada a las actividades
misioneras.
7. El padre o la madre puede leer La historia de la re-
dención durante su devoción personal para ver qué dice
acerca de, por ejemplo, los ángeles. Después, utilizando
varios cultos, le lee a la familia las historias de ángeles
que aparecen en dicho libro, comentando entre todos có-
mo participan los ángeles en la vida de una familia cris-
tiana.
8. Estudie la vida de Elena G. de White. Busque rela-
tos de incidentes y experiencias interesantes de su vida.
9. Prueben tener un cuaderno con "los frutos del Es-
píritu" preparado por la familia, buscanqo en los índices
alfabéticos de sus libros temas tales como el amor, el go-
zo, la paz, etc., y registrando citas escogidas.
10. Tome El Deseado de todas las gentes y lea los capítu-
los "La niñez de Cristo" y "Días de conflicto", tratando
de identificar en primer término los rasgos de carácter de
Cristo como niño y luego como joven. Haga una lista pa-
ra la familia y decida qué rasgos le gustaría desarrollar a
la familia.
11. El día del cumpleaños de los hijos mayores, lea al-
guna de las cartas que Elena G. de White le escribió a sus
hijos en sus cumpleaños.
12. El jueves de noche o viernes de mañana lea en el
culto las instrucciones referentes a la preparación para el
sábado.
13. El sábado de mañana lea algo relacionado con có-
mo mantener santo el sábado. Escriba alguna informa-
ción en el libro devocional familiar y vaya agregando co-
sas frecuentemente, y reléalas luego durante los cultos
del sábado.
14. Pida a cada miembro de la familia que investigue
en los libros de Elena G. de White su comentario acerca
de alguno de los Diez mandamientos y que luego com-
CÓMO MANTENER VIVID EL ALTAR. .. 111

partan durante la hora del culto el significado que hayan


descubierto, continuando así hasta que la familia haya
abarcado todos los mandamientos. Escriba los resultados
en el cuaderno devocional de la familia.
15. Elija una promesa selecta de uno de los libros de
Elena G. de White para que la familia dialogue sobre ella
analizando las palabras, visualizando lo que dice el pasa-
je, y decidiendo cómo podrá poner en práctica cada uno
ese día el mensaje de Dios. Memorícela y agréguela al
cuaderno devocional familiar.
16. Permita que los miembros de la familia elijan un
rasgo específico del carácter de Dios que les gustaría po-
seer, rasgo que deberán investigar en los escritos de Ele-
na G. de White. Oren para que el Espíritu Santo los ayu-
de a desarrollar ese rasgo.
17. Pida a los niños que lean acerca de los primeros
años de Elena G. de White en Primeros escritos.
18. Lea la primera visión de Elena G. de White, que
se encuentra en Primeros Escritos, pp. 14-20. Pida a la fa-
milia que cuente qué es lo que imaginaron y visualiza-
ron al leer la historia. (Esto podría formar parte de una
serie.)
19. Lea, junto con sus hijos adolescentes, en los cul-
tos vespertinos, algunas de las narraciones que aparecen
en los libros de la serie "El conflicto de los siglos" (cada
uno debe tener su ejemplar del libro en cuestión).
20. Algunos de los temas que puede estudiar la fami-
lia con la ayuda del índice temático que aparece en los
libros de Elena G. de White son: valor, simpatía, decisio-
nes, tendencias, cortesía, pensamientos, mente, dar, hábi-
tos, agradecimiento, utilidad, sabiduría, generosidad,
pruebas, estudio, respeto propio, y paciencia. Combine
sus declaraciones con textos bíblicos.
Sugerencias creativas
para el altar
de falllilia
Dinámica-relacional de los cultos de familia

En 1992, L. Edgel Phillips, defendió su tesis doctoral


titulada Investigación sobre los propósitos y los métodos del
culto de familia en la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Este
es el estudio más completo hecho hasta ahora sobre el
modelo del culto de familia. Utilizando los datos propor-
cionados por 446 familias que habitan en la región de
Los Grandes Lagos, así como la opinión de expertos, Phi-
llips clasificó 31 finalidades del culto familiar. Después
condensó los factores analizados bajo los títulos de: "Pro-
pósitos orientados hacia Dios" y "Propósitos orientados
o dirigidos hacia la familia". Ambos factores tienen una
dimensión de espiritualidad fundamental.
Los factores "orientados hacia Dios", incluyen asun-
toscomo:
l. Hacer a Jesús real en la vida.
2. Llevar a la familia más cerca de Dios.
3. Tender una línea entre Dios y la familia.
4. Reclamar los méritos de la sangre de Cristo para el
perdón de los pecados.
Los factores "orientados hacia la familia", incluyen
ítems tales como:
l. Promover la herencia religiosa de la familia.
SUGERENCIAS CREATIVAS PARA EL ALTAR... 113

2. Vivir momentos memorables.


3. Proporcionar la ocasión para enseñar los valores
familiares.
4. Unir más estrechamente a los miembros de la fa~
milia entre sí.
En los diez factores que las familias encuestadas decla~
raron que usaban para alcanzar sus propósitos devociona~
les, se encontraron cuarenta y ocho métodos o ítems. Fue
interesante descubrir que los métodos que ayudan a las fa~
milias a alcanzar los "propósitos orientados hacia Dios",
son muy similares a los métodos que ayudan a las fami~
Has a alcanzar los "propósitos orientados hacia la familia".
¿Cuáles fueron los métodos que la investigación en~
contró que eran más provechosos en la tarea de llevar a
las familias a estar más cerca de Dios, y más cerca los
unos de los otros, en la experiencia del culto o altar fa~
miliar?
El método más poderoso de entre los encontrados
fue el "descubrimiento de la relación personal". Los
ítems listados en este factor incluyen asuntos tales como:
l. Pedir perdón por las faltas cometidas entre los
miembros de la familia.
2. Hablar acerca de lo que Dios significa para cada
uno.
3. Saludar y dar la bienvenida los unos a los otros.
4. Discutir los problemas del día.
5. Expresar agradecimiento por las cosas buenas que
han sucedido.
6. Compartir las experiencias del día.
7. Hacer pedidos de oración.
8. Invitar al Espíritu Santo a mi vida.
9. Citar promesas bíblicas.
El segundo factor en importancia en cuanto a méto~
dos fue la "afirmación". En este factor hay asuntos tales
como:
114 CORAZONES EN SINTONfA

l. Un sentido personal de bienestar.


2. Una atmósfera de aceptación, y afirmación.
3. Tiempo adecuado para el culto.
El tercer factor en cuanto a métodos fue la "oración".
Bajo este factor los encuestados expresaron que para lo-
grar una atmósfera de oración significativa se necesita-
ba un espacio de tiempo tranquilo, sin prisas. Otros
ítems en este factor incluyen:
l. Oración en círculo.
2. Oraciones participativas hechas con una frase pro-
nunciada espontáneamente por cada uno, sin orden pre-
fijado, mientras están con las manos tomadas.
3. Oración por turnos.
4. Orar tanto a la mañana como· a la tarde.
Lo que surge del estudio hecho por Phillips sobre las
devociones de la familia es un modelo de dinámica rela-
cional del culto de familia. Los factores descubiertos su-
brayan la importancia de compartir y de tener una expe-
riencia devocional, en vez de realizar meramente un ri-
tual. Esto contrastó marcadamente con el culto más "tra-
dicional", donde un miembro principal de la familia lee
una pasaje de la Escritura, o lee la página del libro devo-
cional para ese día, y entonces oran. Nuestras familias
necesitan más que pan viejo, tienen hambre del"pan ca-
liente" de la proposición, recién salido del horno de
nuestra propia y personal experiencia. Esto ocurre más
a menudo cuando los miembros de la familia han teni-
do previamente sus propias devociones individuales.
Nuestra devoción individual afecta no solamente la ex-
periencia de la devoción familiar, sino también todas
nuestras actividades durante el día. Nuestra jornada dia-
ria con el Señor nos da entonces cosas y motivos para ha-
blar y mencionar en el culto vespertino.
Por supuesto, hay que guardar un balance entre te-
ner un momento fijo y determinado, un lugar y un pro-
SUGERENCIAS CREATNAS PARA EL ALTAR... 115

grama para el culto, por un lado, y sentirnos libres para


hacer diferentes cosas en el culto, tal como el Espíritu
Santo nos impresione, por la otra. Demasiado a menudo
hemos tenido las doce piedras colocadas en su debido
lugar, pero no ha habido fuego en el altar. Hay el ritual,
pero no hay poder y ayuda para la familia. El poder en el
culto familiar es el resultado de la percepción y aprecia-
ción de los méritos del Sacrificio que está sobre el altar,
al reconocer el poder salvador de la sangre de Jesucristo.
Esto nos lleva a expresar librement~ lo que Jesús signifi-
ca para nosotros, y a hablar de sus providencias durante
el día, de su bondad, y de cómo ha cambiado nuestras
vidas. Esto no nos aleja de la Escritura, sino que la aplica
a nuestra experiencia y nos hace apropiamos de sus pro-
mesas.
El culto con los niños puede ser adaptado al nivel de
edad de los niños presentes. El uso de materiales auxi-
liares de enseñanza y aprendizaje que puede utilizar una
familia intergeneracional será para todos una experiencia
relacional enriquecedora.
Phillips sugiere un culto en el que los distintos facto-
res vayan en secuencia. Por ejemplo:
Inicio del culto familiar:
Todos se saludan y se dan la bienvenida.
Compartiendo: Todos comparten las experiencias
del día.
Dan gracias por las buenas cosas que les sucedieron
durante el día.
Sinceramiento: Discusión sobre los problemas del día.
Se pide perdón por las faltas cometidas contra los
demás.
Espiritualidad: Hablar acerca del significado de Dios
en la vida.
Citar promesas bíblicas.
Invitar al Espíritu Santo a formar parte de la vida.
Hacer pedidos de oración.
116 CORAZONESENSllVTON[A

Oración: Orar en círculo y 1o


Oración compuesta de frases pronunciadas por
cada uno.
Orar cada día uno.
Afirmación: Afirmarse unos a los otros. (L. Edgel
Phillips, An Exploratory Study of the Aims and Methods of
Family Worship in the Seventh'day Adventíst Church, Ph.D.
Dissertation, Andrews University, 1992, p. 158).

Este modelo de dinámica relacional es un hito en la


investigación y estudio del culto de familia. Aquí hemos
tocado apenas algunos de los hallazgos de dicha investi-
gación. Se necesita continuar el estudio sobre otras im-
plicaciones. Aunque estas actividades relacionales son
importantes, no excluyen ni eliminan la necesidad del es-
tudio de la Palabra de Dios, o de la lectura elevadora de
los libros devocionales, que son.nna fuente de ayuda pa-
ra la vida cotidiana. Sin embargo, el modelo dinámico-
relacional sugiere que relacionemos lo que se lee o se es-
tudia con las experiencias personales de los miembros de
la familia, y que nos apropiemos de ese verdadero poder
para vivir nuestras vidas, mientras tengamos que vivir-
las. Ahora veamos algunas otras dimensiones que pue-
den dar significado al altar familiar.
La música en el culto de la familia
"Cántese en el hogar cantos dulces y puros, y ha-
brá menos palabras de censura, más de alegría,
esperanza y gozo". -La educación, p. 168).
Los niños normales y sanos se vuelven en ocasiones
inquietos y poco cooperativos durante el culto familiar.
Si usted supiera que hay algo que los ayudaría a ser un
poco más dulces y felices, ¡por supuesto que querría
hacer uso de ello! La música puede satisfacer esa nece-
sidad.
SUGERENCIAS CREATIVAS PARA EL ALTAR... 117

"Y esa clase de canto tiene un poder maravilloso. Tie-


ne poder para subyugar naturalezas rudas e incultas, pa-
ra avivar el pensamiento y despertar simpatía, para pro-
mover la armonía en la acción, y desvanecer la melanco-
lía y los presentimientos que destruyen el valor y debili-
tan el esfuerzo" (La educación, p. 168).
Cuando el Señor guió a sus hijos a través de su pere-
grinación por el desierto, que fue una experiencia de
frustración, desaliento y prueba, los alentó por medio de
la música. Luego de que los Diez mandamientos resona-
ran en la majestuosidad del Sinaí, no fueron guardados
en el arca. Por instrucción directa de Dios, los israelitas
les pusieron música.
Algunos eran cantados mientras la gran multitud
viajaba por el desierto. Deben haber tenido un ritmo len-
to, distintivo, un ritmo que podía ser seguido por todos.
Izquierda, derecha, izquierda derecha, "Yo soy Jehová tu
Dios, que te saqué de la tierra de E-:gip-to". Los acompa-
ñaban instrumentos musicales, parecidos a las cornetas
y tambores de un desfile escolar, y el pueblo cantaba si-
guiendo el compás mientras devoraban los largos y calu-
rosos kilómetros. Los mandamientos, las promesas y las
bendiciones deben haber resonado hasta muy lejos en
aquel desolado desierto.
"De ese modo se apartaban sus pensamientos de las
pruebas y dificultades del camino, se calmaba el espíritu
inquieto y turbulento, ... y la fe se fortalecía" (La educa-
ción, p. 39).
A Jesús le gustaba mucho cantar durante su niñez, su
juventud y su ministerio. "Con himnos de acción de gra-
cias amenizaba las horas de labor, y llevaba la alegría del
cielo a los rendidos por el trabajo y a los descorazona-
dos" (El ministerio de curación, p. 34).
Al aprender cantos en el culto familiar, los niños van
construyendo un reservorio de poder para usarlo en el
trabajo y en el juego, en los momentos de ala~:?anza y en
118 CORAZONESENSIJNTON!A

los de desaliento. Cristo también fue nuestro ejemplo en


esto. "El alba le encontraba a menudo en algún retiro, su-
mido en la meditación, escudriñando las Escrituras, o en
oración. Con su canto daba la bienvenida a la luz del
día" (Ibfd.).
El canto era una parte vital del culto matutino y ves-
pertino de los primeros creyentes adventistas, que les
brindaba calma y gozo. Nuestros pioneros cantaban
adondequiera que fueran, tanto mientras hacían sus ta-
reas cotidianas como cuando iban en sus carruajes tira-
dos por caballos a sus reuniones. Cantaban con un po-
der electrizante en sus servicios de canto.
"Cuando Jaime y Elena White encontraban un grupo
de adventistas tristes y deprimidos, el pastor White le
sugería a su esposa: 'Ven~ Elena, cantémosles'. Los dos
se ponían de pie y cantaban y, a medida que sus dulces y
armoniosas voces transmitían un mensaje de alegría a los
corazones fatigados, parecía como si se abrieran nueva-
mente los canales de paz celestial" (Ella White Robinson,
Beloved Hymns of Ellen White [Los amados himnos de Ele-
na G. de White], tapa del disco).
Los White siempre cantaban en sus cultos matutinos
y vespertinos. Uno de sus hijos, William, nos dejó una de
estas experiencias: "A las siete de la mañana todos se
reunían en la sala para el culto matutino. Papá leía un
texto apropiado de las Escrituras, sobre el cual hacía al-
gunos comentarios, y luego dirigía los cantos matutinos
de alabanza o de súplica, en los cuales todos nos unía-
mos. El himno usado más frecuentemente era:
"Por la maftana, ¡oh Señor!
Elevo a ti mi voz;
A tu buen nombre doy loor
con gratitud, mi Dios'.
"Este o algún otro canto de características similares
era cantado con ánimo y fuerza, y luego mi padre ora-
ba" (W. C. White, "Sketches and Memories of James and
SUGERENCIAS CREATIVAS PARA EL ALTAR... 119

Ellen G. White" [Reseña y recuerdos de Jaime y Elena


White], Review and Herald, 13 de febrero de 1936).
La Biblia es muy clara en cuanto a que el canto debe-
ría formar parte del culto matutino y vespertino. "Bue-
no es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre,
oh Altísimo; anunciar por la mañana tu misericordia, y
tu fidelidad cada noche" (Sal. 92:1, 2).
La familia puede disfrutar cantando uno de los him-
nos favoritos utilizados por Elena G. de White en sus
cultos familiares. Uno de sus favoritos era "Cariñoso Sal-
vador" (H.A. 420). Otros himnos cantados frecuentemen-
te en el hogar de los White eran: "Da gloria al Señor",
"¿Qué me importan?", y "Oí la voz del Salvador" (H.A.
2, 253 y 219).
Un padre nos confió que sus hijos adolescentes no se
sentían muy alegres durante el culto. Pero había descu-
bierto que cuando participaban tocando el piano o el cla-
rinete, parecían entrar en el espíritu del culto y les resul-
taba una experiencia más placentera. El poder que hay
en el canto sagrado puede enriquecer la hora espiritual
de la familia.
Un ministro joven decidió ayudar a sus hijos a rela-
cionar el culto del hogar con el culto del sábado en la
iglesia. Les pedía que le ayudaran a encontrar los textos
apropiados para la lectura bfblica del sermón del sába-
do siguiente, y les hacía aprender los himnos que se can-
tarían. De ese modo el servicio de adoración del sábado
resultaba más significativo para su familia.
Una madre nos contó que su hijo, que tenía buena
voz, pasaba mucho tiempo entreteniéndose tocando y
cantando versículos bíblicos. Toda la familia puede tratar
de aprender y cantar diferentes versículos cada noche,
reforzando así su aprendizaje bíblico. Las Escrituras se
grabarán indeleblemente en la memoria, y serán un te-
soro que nunca se olvidará.
Una familia copió en ·tarjetas todos los versículos bí-
120 CORAZONES EN SINTON1A

blicos a los cuales se les ha puesto música, y cuando lle-


ga el turno para que un miembro de la familia elija un
canto para el culto, retira una tarjeta del mazo. Aún si se
trata sólo de un versículo o un estribillo, el cantar breves
porciones de la Biblia a las cuales se les ha puesto músi-
ca, enriquece cualquier experiencia de culto.
Cuando nuestro hijo volvió a casa después de ha-
ber trabajado como consejero en un campamento de jo-
vencitos, sugirió que pasáramos más tiempo cantando
en nuestros cultos como lo habían hecho en el campa-
mento. En respuesta a su sugerencia, compramos sufi-
cientes himnarios para que cada uno tuviera el suyo.
Nuestra familia disfruta compartiendo numerosos can-
tos, especialmente los viernes de noche. Durante los
primeros años de la adolescencia hay a menudo un pe-
ríodo en el que a los varones no les gusta cantar, pero
afortunadamente la mayoría de los muchachos supe-
ran esa etapa.
Un canto memorizado va adondequiera que vaya el
que lo aprende. Cuando viajamos, no siempre tenemos
himnarios con nosotros, pero si hemos memorizado al-
gunos cantos, igualmente podemos disfrutar cantando
juntos. Conocemos una pareja que se está preparando
para el tiempo en que las biblias y los himnarios proba-
blemente nos sean quitados. Cuando recorren los kiló-
metros que los separan del colegio y del trabajo, los
aprovechan para memorizar nuevos cantos. A pesar del
polvo del verano o de la nieve invernal, ellos caminan,
aprenden y cantan cientos de versículos que de otra ma-
nera no sabrían.
Los padres pueden preparar un himnario encarpeta-
do para cada miembro de la familia, que contenga los
himnos específicos que la familia está tratando de me-
morizar. Algunas familias premian a cada hijo que
aprende las palabras del canto en menos de una sema-
na. Los cantos grabados que se escuchan durante el culto
SUGERENCIAS CREATIVAS PARA EL ALTAR... 121

a menudo nos ayudan a grabar las palabras en la memo-


ria. En nuestra familia, tradicionalmente escuchábamos
un disco para despertar a la familia los sábados de ma-
ñana y teníamos otro para la hora de ir a dormir. Cuan-
do Wes volvió a casa después de pasar un año interno
en el colegio, quería oír ese disco tradicional. Para él, se
había convertido en el símbolo de la oración vespertina
de la familia.
Algunas familias proyectan diapositivas con paisajes
naturales mientras entonan cantos apropiados. La fami-
lia misma puede tomar sus propias diapositivas y elegir
los cantos para acompañarlas. Uno o más miembros de
la familia pueden buscar material escrito apropiado, y
pueden incorporar música grabada o tocar ellos mismos
un instrumento. Este podría ser un programa especial
para el culto de un viernes de noche.
Una orquesta de botellas también puede ser una deli-
cia. Llene las botellas con distintas cantidades de agua.
Se puede hacerlas sonar golpeándolas con un objeto du-
ro. Los niños podrían pasar algún tiempo preparando
esas botellas para tenerlas listas para la hora del culto.
¡Sólo nuestra propia imaginación puede limitar el culto
musical creativo!
Haga una encuesta familiar y determine los diez
himnos favoritos de su familia. Cántelos una vez a la se-
mana durante la celebración sabática. Naturalmente, hay
que revisar la lista a medida que los hijos van creciendo
y van cambiando sus intereses. Otras familias compo-
nen sus propios cantos. Así como muchas familias tienen
un escudo de armas que representa las características
que las distingue, ¿por qué no escribir un canto acerca de
su propia familia y su crecimiento espiritual? Si no tie-
nen suficiente talento como para componer la música,
podrían escoger un himno conocido y escribirle otra letra
acerca de ustedes mismos. Recuerde, la creatividad y el
culto van juntos. A medida que extraemos la creatividad
122 CORAZONES EN SINTONfA

que hay en nosotros, estamos en mejores condiciones pa-


ra honrar al Creador.
He aquí algunas otras ideas para utilizar la música en
la familia: deje copias de la letra de los cantos nuevos en
diferentes lugares de la casa para que los miembros de
la familia puedan, en sus momentos libres, aprender
unas pocas líneas más. Más tarde, todos pueden repasar
esas letras cantando juntos durante el culto familiar.
Cuando los niños son pequeños todavía, es importante
estudiar cuáles son los tipos de música más apropiados
para que la familia cristiana escuche antes que el malig-
no ocupe el terreno. El índice alfabético que aparece en
los libros de Elena G. de White, es una guía de referencia
muy útil. Escuche música hermosa, clásicos religiosos,
para sensibilizar el gusto de sus hijos. Si somos los pri-
meros y ocupamos el terreno con lo mejor, nuestras fa-
milias no tendrán deseos o lugar para lo inferior.
Satanás también emplea la música para enfatizar
ciertos pensamientos en nuestras mentes. ¿Por qué no
usarla entonces para reforzar.,pensamientos sagrados y
para glorificar a Dios mediante cantos de alabanza? La
música sagrada puede traer paz y gozo al culto familiar,
acercándonos a Dios. Nos ayuda a memorizar más fácil-
mente las verdades de Dios y puede ser tan poderosa co-
mo la oración. La música nos alienta a lo largo del día y
fortifica la mente con las verdades espirituales; Nuestro
canto sagrado en esta tierra es un ensayo para la ocasión
en la que nos unamos a los redimidos y a los ángeles, en
la gran coronación de nuestro Salvador, al entonar el
canto de Moisés y del Cordero.
La oración y la alabanza COli\O culto
En la escuela de los profetas se enseñaba a los jóve-
nes cómo orar. Los discípulos aprendieron de Jesús có-
mo orar. Ellos le pidieron al Señor: "Enséñanos a orar".
Las familias que han estudiado la ciencia de la ora-
SUGERENCIAS CREATIVAS PARA EL ALTAR... 123

ción y conocen las condiciones para que las oraciones


sean contestadas, tienen una relación íntima con el Se-
ñor. La oración por los niños de brazos induce a los in-
fantes a repetir las frases expresadas por los padres. Lue-
go, poco a poco, el niño llega a la etapa en la que pro-
nuncia ya sus propias oraciones originales. Con cada eta-
pa del desarrollo, las oraciones pueden llegar a ser más
complejas y. más poderosas. Pero debemos admitir que
a veces el niño tiene más fe que el adulto.
Qué maravilloso es cuando el niño aprende a orar
desde pequeño. Aunque mi esposo John aprendió a orar
desde muy pequeño, yo no aprendí a orar hasta que abrí
un nuevo capítulo de mi vida al asistir a un colegio cris-
tiano y verme obligada a estar en un grupo de oración
por los reglamentos det colegio.
A muchos esposos les gustaría dirigir el culto en el
hogar, pero se sienten incómodos orando frente a otros.
Esa es la razón por la cual es tan esencial comenzar tem-
prano. ,
La alabanza es una parte de la oración y es una forma
de adoración. Podemos usar los textos de alabanza en la
Biblia como oraciónl tanto en nuestras devociones per-
sonales como en las familiares.
Más sugerencias de oración y alabanza para el altar fa-
miliar
l. Estudie las condiciones que pone Dios para res-
ponder las oraciones.
2. Haga oraciones temáticas. Cada persona ora so-
bre algún tema, tratando de ser bien específico. Por
ejemplo, en la primera ronda de oración, todos oran
por la obra del Espíritu Santo en su vida. Luego cada
participante ora nuevamente por una persona que ne-
cesita la conducción de Dios. Una tercera vuelta puede
ser de alabanza y fe en que Dios ha contestado las ora-
ciones.
124 CORAZONESENSllVTONfA

3. Comience una lista de oración bien específica con


sólo cinco cosas en ella. Añada un nuevo motivo cuan-
do uno de los pedidos haya sido contestado. Elija sabia-
mente los pedidos, de modo tal que los niños no se desa-
nimen.
4. Pida que cada uno busque un texto de alabanza
con el cual comenzar el culto.
5. Confeccione una lista con palabras de alabanza ex-
traídas de los salmos de David.
6. Si tiene niños pequeños, que toda la familia se
abrace y se bese después de orar.
7. Conversen sobre cómo,orar y por qué cosas orar.
8. Al orar, no sólo pida, reclame también el cumpli-
miento de las promesas.
9. Mantenga a la vista de todos (en la puerta del refri-
gerador o en el espejo del baño) los pedidos especiales
de oración del día.
10. Agradezca a Dios por las oraciones contestadas
antes de que sean contestadas.
11. Explique la razón por la cual oramos en el nom-
bre de Jesús.
12. Cante oraciones tales como "Oh Dios si he ofendi-
do un corazón" o "Quiero, Jesús, contigo andar".
13. Anime a los miembros de la familia a elevar ora-
ciones espontáneas a lo largo del día.
14. Tómense de la mano y arrodíllense de frente unos
con otros formando un altar mientras oran. Evite el no
darse la cara al orar.
15. Invite la presencia divina al culto por medio de
una breve invocación.
16. Toque la cabeza de la persona por la cual está
orando el resto de la familia.
17. Algunas veces oren en forma silenciosa.
18. Use una oración textual, como por ejemplo: "Sean
gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi cora-
zón... ".
SUGERENCIAS CREATIVAS PARA EL ALTAR... 125

19. Concéntrense en un proyecto diferente de oración


cada día de la semana.
20. Confeccionen un diario especial de oración en el
cual escribirán en una fecha dada, sus necesidades y pe-
didos especiales. Al lado escriban aquellas promesas que
reclamarán en relación con los pedidos. A medida que
los problema sean solucionados y sus oraciones sean
contestadas, escriban en rojo, a la derecha del pedido, la
fecha y la forma en que Dios lo contestó.
21. Ore por quienes les mandan tarjetas navideñas.
Tome ur.ta tarjeta de Navidad por día y ore a lo largo de
ese día por esa persona. Luego escnoale a la persona in-
formándole que ha orado de manera especial por ella.
Continúe a lo largo del año hasta que haya orado por to-
dos los que les enviaron tarjetas.
22. Elija una persona diferente Cétda semana por la
cual orar específicamente, como por ejemplo· un amigo
misionero, un alumno, un vecino, una persona inválida,
o alguien que le pide que ore por ella. Escríbale a la per-
sona, contándole que está orando por ella.
23. Mantenga un registro de las oraciones contesta-
das en un libro de milagros.
24. Tenga una lista especial de oración para el sábado
de mañana o para el culto del vi~rne8 de noche. Al co-
menzar un nu~vo año, comience una nueva lista y colo-
que la antigua en el libro de oración, rededicando cada
persona al Señor.
25. Lea las cartas de los familiares y luego ore por
ellos.
26. Haga una caminata de oración. Mientras camina,
hable con Dios durante veinte a veinticinco minutos. Es-
to puede hacer q~e uno esté más sano física y espiritual-
mente.
27. Ore para que Dios lo ayude en la preparación de
los temas para el culto.
Cóm.o m.antener el
fuego ardiendo
"Todos los que consagran su alma, cuerpo
y espíritu a Dios, recibirán constantemente una
nueva medida de fuerzas físicas y mentales. Las
inagotables provisiones del Cielo están a su
disposición". -El Deseado de todas las gen-
tes, p. 767).

No es fácil mantener el fuego ardiendo


Ser padre no es participar en un concurso de popula-
ridad. No siempre es fácil hacer cultos familiares que
agraden a todos, especialmente a los adolescentes. Es di-
fícil competir con la televisión y con los otros medios de
comunicación. Un estudiante de nivel terciario, de 19
años, le dijo a su padre que él hacía su culto personal,
que hacían un culto en el trabajo, y otro en la universi-
dad al comenzar las Clases, y que no quería tener que
asistir más al culto familiar. El padre sabiamente no dis-
cutió ni se puso a la defensiva. Dijo: "Hijo, tu apellido es
Miller. La familia Miller tiene ciertas características otra-
diciones, cosas que sencillamente siempre hacemos jun-
tos. Los Miller van a la iglesia los sábados de mañana, te-
nemos la costumbre de estar todos juntos por lo menos
en una de las comidas del día, y tenemos un breve culto
a la mañana y a la noche reconociendo que Jesús es el Se-
ñor de la familia Miller y pidiendo su ayuda en nuestras
relaciones familiares. Estamos orgullosos de tenerte co-
mo miemb~o de la familia Míller, y esperamos contar
CÓMO MANTENER EL FUEGO ARDIENDO 127

con tu apoyo en el culto familiar". El muchacho continuó


asistiendo al culto familiar. Billy Miller pronto se gra-
duará. Al salir a la vida a establecer su propio hogar, lle-
vará consigo la tradición de que el altar fal!Üliar-es im-
portante y que uno no se lo saca de encima fácilmente.
¿Qué mejor herencia podría haberle dado su padre?
Un estudiante del seminario Andrews contó cuánto
había estudiado para cierto examen, privando a su espo-
sa y a sus hijos de su tiempo, y dejando de asistir al culto
familiar. Su nivel de ansiedad era muy alto, y sentía que
no tenía tiempo para ninguna otra cosa. Justo antes del
examen salió corriendo de la casa sin despedirse ni be-
sar a su esposa y a sus hijos. Mientras se dirigía a su cla-
se en el semina;rio, se dio cuenta de lo que estaba hacien-
do y decidió. que no le gustaba. Llegó a la sala del exa-
men unos minutos antes de la hora, se dirigió al profesor
y le contó su problema. "Este no es mi estilo de vida -le
dijo-, "y lo aborrezco, y no voy a someter a mi familia a
este tipo de comportamiento". Luego le pidió que lo ex-
cusara de hacer el examen y se fue a su casa. Cuando lle-
gó, tocó el timbre y sonrió cuando su sorprendida esposa
lo saludó. Luego de explicarle lo qué le había pasado, tu-
vieron su culto personal y familiar con sus pequeños hi-
jos. Después .salieron los cuatro a pa,sar un día en familia.
¿Eran correctas sus prioridades?
Roberto, un apuesto y bronceado surfista y jugador de
fútbol americano, nos contó su historia en Hawaii. El y su
esposa habían tenido una experiencia nueva con el Señor y
sabían que la única manera de mantenerse en estrecha re-
lación con Jesucristo era a través de sus devociones y del
culto de familia. Un día llegó la hora de ir a trabajar pero,
por alguna razón, no habían hecho todavía el culto. Rober-
to salió corriendo como un huracán, pero no llegó muy le-
jos, sólo hasta donde estaba su auto. Entonces, dándose
cuenta que sus prioridades eran incorrectas, "Decidí" -
nos dijo- "volver a entrar en la casa, y hacer el culto con
mi esposa aunque llegara media hora tarde al trabajo".
128 CORAZONES EN SINTONfA

Ese mismo día, Roberto, que era electricista, tuvo que


realizar cierto trabajo en el que era necesario subir a un
poste de una línea de alta tensión. El trabajo asignado
era peligroso debido a la complejidad de los cables de al-
to voltaje. Cuando ya estaba sobre el poste se dio cuenta
que no estaba protegido por algunos elementos del equi-
po de seguridad que usaba normalmente, pero siguió
adelante de todas formas, tratando de ser cuidadoso.
Mientras trabajaba, tocó repentinamente un cable vivo.
Algunas chispas salieron volando y también Roberto. La
corriente pasó por su cuerpo y dejó una gran quemadura
en el arco de su pie. Otro empleado tuvo una experiencia
similar con el mismo voltaje, pero no vivió para contar
la historia. Los amigos de Roberto presenciaron el acci-
dente con asombro e incredulidad. "¡No moriste porque
tienes un buen estado físico y estás tan sano!" -le dije-
ron. Pero Roberto testificó: "El Dios vivo estaba vigilan-
do sobre tní". Esa noche él y su esposa alabaron al Señor
en su culto por haberle salvado la vida. Sentían que fue
un ángel el que lo impresionó a volver a la casa esa ma-
ñ.a_na Ra~a que él y su esposa oraran pidiendo la protec-
Clondivma.
Mi sueño: tener un lugar exclusivamente destinado
al culto
A todos nos gusta soñar despiertos de vez en cuan-
do. Uno de nuestros sueños ha sido tener una capilla en
la casa totalmente dedicada a la adoración de Jehová.
¿No sería hermoso tener un santuario en la casa exclusi-
vamente para el culto familiar e individual, una pieza
con una buena aislación de modo que no se escuchen los
ruidos externos que distraen, que tenga ventilación ade-
cuada y que esté decorada en forma atractiva con luces
indirectas, un mural escénico o bíblico en la pared, y
plantas verdes que creen una atmósfera especial? La pie-
za de culto podría dar a un patio interior con helechos y
CÓMO MANTENER EL FUEGO ARDIENDO 129

flores y con un banco para meditar. Por supuesto, dentro


de la pequeña capilla habría alfombras mullidas para
arrodillarse y cómodos sillones. Un equipo de música
enriquecería la atmósfera con cintas,y discos apropiados,
y un piano o un órgano para los amantes de la música.
Una biblioteca prolijamente organizada sobre una de las
paredes sería deseabale también, con un escritorio para
escribir. Es sólo un sueño, y demasiado costoso para la
mayoría, pero qué lindo sería, ¿no le parece?
En lugar de eso utilizamos diversos lugares de nues-
tro hogar para realizar el culto. Elena G. de White habla
de la posibilidad de tener el culto en la mesa del desa-
yuno o junto a la chimenea. Podría ser en la habitación
de los niños o sobre el césped del patio en verano. Cuan-
do nuestros hijos eran menores y tenían una energía ina-
gotable, pasábamos a veces un día en la naturaleza, y lo
terminábamos con el culto en el bosque o aliado de un
arroyo. No importa dónde estemos, la presencia de Dios
está donde esté nuestro altar familiar.
Un sábado fuimos a las playas arenosas del lago Mí-
chigan al atardecer. Mientras nuestro perro Rulitos corría
entre uno y otro de nosotros totalmente extasiado, nos
sentamos sobre una duna de arena bastante aislada y
elevamos nuestras voces al Señor con el canto "Nuestro
sol se pone ya". Recuerdo que mientras observábamos
cómo se hundía el sol en el horizonte del lago Míchigan,
nuestra familia estaba sentada alabando al Señor por sus
bendiciones. Estábamos agradecidos por las patinetas,
por los buenos trabajos que teníamos, por la cálida casa,
por las almohadas suaves, por el agua para bañarnos,
por el perro Rulitos, por la buena salud, por el apetito (a
esa hora el apetito de nuestros hijos era muy bueno), por
los amigos, por el amor de Jesús, por las bicicletas, por
la abuela que vive con nosotros y ora por nosotros, por
los ángeles que nos ayudan, y la lista continuó hasta que
el atardecer se convirtió en noche. Abandonamos ellu-
130 CORAZONES EN SINTON[A

gar con mucho pesar, dejando aquel altar de Dios en su


belleza, pero registrando ese momento especial de nues-
tras vidas en nuestro libro vital de recuerdos.
Más súgerencias generales para el altar familiar
l. Lea una historia continuada que sea apropiada pa-
ra todas las edades.
2. Tenga un concilio familiar una vez por semana pa-
ra discutir proyectos, metas, y rutinas (luego de un culto
breve).
3. Hable de la educación sexual en el culto como par-
te del hermoso plan de Dios para la humanidad.
4. Escriba notas de aprecio a los miembros de la fa-
milia una vez por mes.
5. Haga el culto con algún amigo inválido de la fami-
lia.
6. Prepare una "lista de gratitud" a la que contribuya
cada miembro de la familia.
7. Practique la presencia de Cristo en el culto.
8. Pida perdón por los errores específicos del día.
9. Tenga algún servido de culto en la naturaleza, jun-
to a un arroyo, al océano, en las dunas, o en los bosques.
10. Utilice objetos de la naturaleza para extraer leccio-
nes objetivas espirituales.-Juegue a algún juego bíblico
confeccionado por la familia o utilice algún juego com-
prado.
11. Realice el culto en los dormitorios de los diferen-
tes miembros de la familia.
12. Practique un ayuno ligero cuando deban tomar
decisiones familiares cruciales.
13. Para los cultos especiales de cumpleaños, cuente
la historia de las circunstancias del nacimiento y conver-
sen sobre las metas personales en el nuevo año de vida.
14. Dédiquen a Dios a los nuevos bebés durante el
culto.
15. Experimente un culto a la luz de las velas o de la
CÓMO MANTENER EL FUEGO ARDIENDO 131

chimenea los viernes de noche.


16. Coloque un plato extra en la mesa de Navidad e in-
vite al Huésped celestial a adorar con la familia. Quizás
pueda invitar a una persona de edad, sin hogar, o enfer-
ma, para que se siel)te en ese lugar, representando a Jesús.
17. Cante con algún casete de acompañamientos en el
culto.
18. Haga pruebas escritas sobre doctrinas.
19. Utilice franelógrafos o luz negra.
20. Pida a todos los miembros de la familia que escri-
ban sus opiniones y sentimientos en relación con algún
asunto espiritual.
21. Celebre alguna ocasión especial, tal como el ani-
versario del bautismo (segundo nacimiento) de alguno
de los miembros de la familia,· un cumpleaños, la culmi-
nación de la escuela primaria o secundaria, etc..
22. Lea libros acerca del matrimonio.
23. Comience el culto pidiendo a cada uno que cuen-
te las cosas buenas que le acontecieron durante el día.
24. Escriba una carta a Dios como si fuera a un amigo.
25. Establezca una hora específica para el culto y trate
de mantenerla.
26. Invite a sus vecinos a que compartan el culto con
su familia un día determinado.
27. Indique que ha llegado la hora del culto tocando
el piano, o escuchando un determinado casete o disco, o
haciendo sonar una campana suave, etc.
28. Celebre un ágape sólo para la familia, para agra-
decerle a Dios por sus bendiciones. Coloque velas blan-
cas y un menú del Edén consistente sólo en frutas fres-
cas, nueces y pan. Evite la conversación general. Conver-
sen sobre la bondad de Dios, compartan textos bíblicos, y
den testimonios de fe y de esperanza.
29. Haga temprano el culto con los niños muy peque-
ños, tan pronto como los tenga vestidos para la cama.
30. Tenga un libro especial de historias para los pe-
132 CORAZONESENSINTONiA

queñitos de modo que también tengan su parte en la ho-


ra del culto.
31. Adapte los temas al lenguaje de los niños.
32. Estudie la lección de la Escuela Sabática silencio-
samente y luego compartan entre todos las partes signifi-
cativas. Tenga la lección de Escuela Sabática de los niños
de Cuna, separada de la de los niños mayores.
33. Recuerden los episodios importantes de la histo-
ria familiar y de cómo guió Dios la conversión y las deci-
siones importantes de sus mayores.
34. Lean la Devoción matutina.
35. Realice un culto de necesidades. Cada participante
escribe dos o tres de las necesidades que tiene en una tar-
jeta y luego las lee. Entonces pida que cada uno contribu-
ya con una promesa que podría ayudar il satisfacer la ne-
cesidad de alguno. Luego arrodíllense para orar. La per-
sona A ora por las necesidades de B, B ora por las de C, y
C ora por las necesidades de A.
36. Tenga un rincón de la casa dedicado al culto para
los niños de cuna, en el que haya un franelógrafo, figuras
de Jesús, libros religiosos para colorear, y objetos de la
naturaleza para enseñar lecciones. Los niños pueden re-
pasar la historia del día usando las figuras para franeló-
grafo durante el día. En el culto vespertino ellos le cuen-
tan la historia a la mamá y al papá.
37. En tarjetas separadas escriba los nombres de per-
sonas por las cuales orar. Saque una tarjeta en cada comi-
da y oren por esa persona.
38. Invite a los miembros nuevos de la iglesia a hacer
el culto con su familia.
39. Deje un pensamiento devocional o de las Escrituras
en la mesa del desayuno para los que se levantan más tarde.
40. Comience el viernes de noche, a la hora de la
puesta del sol, encendiendo una vela para que los niños
sepan cuándo comienza el sábado.
Calllbio y arlllonía
del corazón
"He aquí, yo os envío el profeta Elías,
antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.
El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos,
y el corazón de los hijos hacia los padres"
(Mal. 4:5, 6).

¿Se ha agitado alguna vez su corazón, o ha palpita-


do más rápidamente, o ha golpeado un poco más fuer-
te, al ver. a alguien que usted ama? Quizás vengan a
nuestra mente los días de los romances adolescentes. Ese
amor era una respuesta total a alguien especial. Dios está
tratando que eso mismo suceda hoy, entre los cónyuges
y entre los padres y los hijos. Esto puede ocurrir de mu-
chas maneras. Consideremos dos de las más importan-
tes: las celebraciones y las tradiciones familiares.
Las celebraciones
Wes estaba un poco deprimido. Su estilo de vida
siempre tan activo y su participación en varios deportes,
habían llegado a un fin abrupto. Un salto en la patineta
lo había cambiado todo. Había perdido el equilibrio y se
había quebrado la muñeca. El yeso y el cabestrillo le pa-
recían una prisión. Millie y yo nos sentíamos apremiados
financieramente con "mucho mes todavía al final de
nuestro dinero". La solución a nuestras depresiones era
celebrar, y sabíamos que tendría que ser una celebración
casera. Toda la familia entró en el espíritu de este aconte-
134 CORAZONES EN SINTONfA

cimiento sorpresa. Al entrar Wes al garage/ se encontró


con un gran cartel pegado sobre un caballete que decía:
"¡Estás invitado a un acontecimiento importante! Sigue
el sendero para obtener más información". Habíamos
marcado el "sendero" con algunos retazos de sobrantes
de cinta engomada sobrante. El sendero tenía varias pa-
radas, y lo llevaba hasta su dormitorio. Entonces papá le
pidió que saliera y viera si había correspondencia en el
buzón para la abuela. En el buzón encontró un sobre de
60 por 80 cms. La "estampilla" era la foto de una persona
famosa, ¡una fotografía de Wes! Entró nuevamente en ca-
sa, bastante sorprendido, y abrió el sobre. El folleto que
encontró al abrir el sobre reseñaba los acontecimientos
importantes de su vida. Le habíamos puesto algunas ca-
ricaturas, y contenía mensajes de cada miembro de la fa-
milia, que se completaban con un "¡Feliz cumpleaños nú-
mero dieciocho!". Pegado a la tarjeta había un cheque
por US$ 15 que ayudó a levantarle el ánimo. Los mensa-
jes eran afirmaciones de su persona y expresaban con-
fianza en que Dios lo había llamado a una obra y un pro-
pósito importantes. Fuimos entonces a la cocina y nos
servimos "la torta de los pobres", unas galletitas blandas
con velitas sobre ellas. Luego papá sacó su diario de ha-
cía dieciocho años y leyó el relato del nacimiento de
Wes. Contó con vívidos recuerdos que cuando Wes na-
ció él estaba fuera de casa, en un viaje misionero, y que
cuando le avisaron salió apresuradamente de una reu-
nión nocturna, en una zona rural de Chile, para poder
llegar a tiempo a la clínica para el nacimiento de su hijo a
las 4:00 de la mañana. Concluimos el culto con una ora-
ción rededicando a Wes y al resto de la familia a Dios.
Fue una celebración de cumpleaños divertida que ateso-
ramos en nuestro depósito de recuerdos. La disfrutamos
como padres y afirmó la personalidad de Wes como al-
guien especial.
Es divertido celebrar las ocasiones espirituales tam-
CAMBIO Y ARMONfA DEL CORAZÓN 135

bién. Nuestros hijos llegaron a la mesa del desayuno, se


sentaron y una mirada perpleja se extendió sobre sus ros-
tros. Debajo de sus platos había un colorido mantel indivi-
dual hecho a mano que decía: "¡Felicitaciones en tu día es-
pecial! ¿Sabes qué ocurrió en esta fecha?" John miró a Wes,
y éste le devolvió la mirada. Perplejo, John dijo:
-No es mi cumpleaños. No es tu cumpleaños. ¿Qué
estamos celebrando?
-5 de diciembre... hmm...
-Ya sé. ¡Es nuestro aniversario de bautismo!
Sí, cinco años antes, nuestros hijos habían sido bauti-
zados juntos. Era su cumpleaños espiritual. Pasamos sus
certificados de bautismo, firmados por ellos, alrededor
de la mesa, y también algunas fotografías de esa ocasión.
Luego leímos un pasaje bíblico apropiado y expresamos
algunas cálidas palabras de agradecimiento por cómo
habían crecido en el Señor a lo largo de esos cinco años.
Luego de una oración de rededicación, mamá sirvió un
desayuno especial con sus platos favoritos. ¡Nadie se
quejó de que el culto de esa mañana fue aburrido!
Existen muchas maneras .de celebrar la vida. En nues-
tra familia, si nos dan media excusa, ya estamos listos
para celebrar. Las celebraciones dan sabor a la experien-
cia del culto familiar. El recuerdo de esas celebraciones
fortalece las relaciones familiares y hace que los corazo-
nes se vuelvan unos a otros.
La importancia de construir tradiciones familiares
Cuando ciertas expresiones o celebraciones se repiten
habitualmente, se convierten en tradiciones familiares. Y
son poderosos agentes transmisores de la herencia reli-
giosa.
Pablo y yo asistimos juntos a una escuela de iglesia.
Luego nuestra familia se mudó y perdimos contacto.
Treinta y cinco años más tarde nuestros caminos se cru-
zaron nuevamente y lo invitamos a nuestro hogar, a una
136 CORAZONES EN SINTONfA

comida de camaradería para recordar los viejos tiempos.


Sabía que Pablo había tenido algunos momentos espiri-
tuales muy duros en su niñez y me sorprendí al saber
que ahora ocupaba un puesto importante dentro de la
iglesia mundial. Luego de la cena le sacamos el polvo a
nuestro viejo anuario de la escuela. Varios de nuestros
compañeros de curso habían muerto, muchos estaban di-
vorciados y, tristemente, un asombroso número de ellos
había dejado de caminar con el Señor.
-Pablo -le pregunté-, ¿a qué atribuyes tu fortale-
za y tu fidelidad al estilo de vida cristiano?
Se detuvo a pensar por un momento.
-Bueno, John, he tenido mis subidas y bajadas, pero
hay una cosa que nunca pude olvidar en mi vida. Cada
vez que salía de casa mi amante madre estaba allí. Ella po-
nía su mano sobre mi hombro y tiernamente decía en su
mal inglés: "Hijo, ve con Dios". Esas palabras resonandc
en mis oídos tuvieron una gran fuerza magnética. Siem·
pre sentí que la presencia de Dios estaba conmigo.
En muchos hogares, el culto familiar se ha convertirle
en parte estable de la tradición familiar. Aunque los hijm
dejen el nido, saben exactamente qué están haciendo pa·
pá y mamá a la hora del sacrificio matutino y vespertino
Liz era una mujer joven que se había rebelado espiritual-
mente. Pero extrañas nostalgias le volvían constantemen
te a la memoria. Cuando se despertaba a la mañana, su1
pensamientos se dirigían hacia su hogar. ¿Qué estabar
haciendo mamá y papá? Miraba el reloj y sabía que esta
ban terminando sus devociones personales y podía ver·
los yendo a la sala para el culto familiar tal como lo ha
cían cuando ella era niña. Cantarían, leerían la Biblia er
voz alta, y orarían juntos. Liz no guardaba el sábado, pe
ro cuando llegaban las horas sagradas, recordaba el sá
bado en casa. Al atardecer del viernes, su madre tocabé
"Nuestro sol se pone ya" y la familia se unía en el canto
Los bollos con nueces hacían especial la cena del viernes
CAMBIO Y ARMONfA DEL CORAZÓN 137

La cocina estaba reluciente, con el almuerzo del sábado


ya preparado y listo para meterlo en el horno cuando re-
gresaran a casa de la iglesia. Recordaba la expresión de
dolor en el rostro de su madre cuando ella, todavía ado-
lescente, había declarado su independencia de su hogar
y de la iglesia. A menudo no lograba conciliar el sueño
en la noche al darse cuenta del dolor que había ocasio-
nado al corazón de sus padres quienes, aunque la ama-
ban tanto, estuvieron dispuestos a dejarla ir. Su dureza
había sido recompensada con bondad. Los extraños sen-
timientos de su corazón hacia ellos y hacia Cristo la apre-
miaban. Los recuerdos de lo que significaba su hogar,
inspirados por el Espíritu de Dios, ayudaron a conven-
cerla. Un día tuvo que rendirse: "Aquí estoy, Señor -ce-
dió al fin-. Soy tuya. ¡Tú eres el vencedor!"
Renovación
,_. del pacto familiar ·
La renovación del pacto familiar es otra forma de sin-
tonizar nuestros corazones con Dios, y los de unos con
los de los otros. De tiempo en tiempo todos nos enfrenta-
mos con la necesidad de hacer alguna elección, y hacer o
renovar una entrega en relación con algunos de los va-
lores significativos de la vida. Nosotros podemos planifi-
car un servicio de entrega que resulte inolvidable. Sin
embargo, uno de nuestros pactos familiares no fue pro-
gramado, pero sucedió en circunstancias inolvidables.
Hacía poco tiempo que Millie y yo estábamos casa-
dos (mi primera esposa había fallecido). Era la época de
vacaciones, y habíamos planificado una salida con la fa-
milia a las montañas del estado.del Colorado. Todavía
estábamos ajustándonos unos a otros; los muchachos se
estaban adaptando a su nueva madre, y ella a ellos.
Viajábamos cuatro personas -amontonadas hora
tras hora en un pequeño auto- hacia el oeste, a las mon-
tañas Rocallosas y, naturalmente, los niños nos estaban
poniendo nerviosos a nosotros y nosotros a ellos. Para
138 CORAZONESENSDNTON[A

colmo, estábamos tratando de escribir un libro sobre ·el


compromiso matrimonial, y en cada lugar en que acam-
pábamos escribíamos unas pocas páginas más. En aquel
momento particular todos estábamos completamente
frustrados.
Ocurrió en Ouray, estado de Colorado. Estábamos en
el hermoso camping del Anfiteatro, donde Dios y la na-
turaleza parecen unirse. John y Wes disfrutaron de un
show de "ala delta" en la cercana ciudad de Telluride, y
Wes disfrutó deslizándose hacia abajo con su patineta un
kilómetro y medio hasta el pintoresco pueblo. Todavía
recuerdo ese día. Aunque era una mañana hermosa, no
nos hablábamos. ¿Se imaginan qué día de la semana era?
Era sábado. Parece que en ese día Satanás trabaja más
fuerte tratando de enojar a las personas unas con otras.
Aquella mañana, Millie no daba más. Estaba casi por
devolver su "diploma de mamá". Pensando que podría
ayudar, los invité a salir a caminar y realizar nuestro cul-
to en la naturaleza. Ascendimos por un sendero hasta
una curva desde donde podíamos contemplar el campa-
mento, allá abajo, y las. montañas a la distancia. En eso,
comenzó a llover, así que nos detuvimos debajo de un
gran pino y nos sentamos sobre un tronco. Entonces co-
menzamos a evaluar nuestra familia y nuestros proble-
mas. Comenzamos a comunicamos sin emociones nega-
tivas. Luego de un rato, dije: "Realmente, todos nosotros
tenemos las mismas metas. ¿Por qué no nos damos las
manos, formando un círculo, y hacemos un pacto con
Dios, prometiendo apoyamos unos a otros y decidiendo
ayudarnos unos a otros?"
Mientras la lluvia caía sobre nuestro pequeño círculo,
la paz del Espíritu Santo también descendió sobre noso-
tros. Oré yo. Millie oró pidiéndole a Dios que la ayudara
a ser una buena madre. Mi hijo John oró pidiendo a Dios
que nos ayudara a pulir las partes ásperas de nuestras
vidas. Wes le agradeció a Dios por la oportunidad que
CAMBIO Y ARMON[A DEL CORAZÓN 139

teníamos de comprendernos mejor los unos a los otros.


Después los muchachos corrieron montaña abajo, y yo
pregunté: "Milp.e, ¿te parece que Dios contestará nues-
tras oraciones?
"Sí", contestó ella, "estoy ~gura".
Hace poco, algunos compromisos de trabajo nos lle-
. varon a la costa oeste. Mientras viajábamos en avión de
vuelta a nuestro hogar en Berrien Springs, Míchigan, se
oyó la voz del capitán por los altoparlantes, diciendo: "A
la derecha de la nave, tienen ustedes una excelente vista
de Telluride, Colorado". Mis ojos siguieron el sinuoso
camino desde el pueblo, a través de las cañadas, hasta
Ouray, a unos cincuenta kilómetros de distancia. Podía
ver las majestuosas sierras sobre el camping del Anfitea-
tro, y en alguna parte allí abajo, en una curva del sende-
ro, debajo de un pino, había un lugar sagrado en la histo-
ria de la familia Youngberg. Había pasado más de una
década. Hemos tenido nuestras pruebas y nuestros ma-
los. entendidos, como se supone· que los tienen cuatro
personas que viven en cercana proximidad. Pero, por de-
bajo de todo eso, hay algo sólido e inmutable: un pacto
hecho con Dios y unos con otros, de que confiaremos y
aceptaremos su plan para nuestros vidas, y que nos apo-
yaremos los unos a los otros.
Era la tarde del sábado anterior a la graduación de
nuestro hijo John del nivel terciario. Sonó el timbre, y
cuando John fue a abrir se encontró, para sorpresa suya,
con el profesor que había sido su consejero, con el hom-
bre que había significado más que cualquier otra persona
en su carrera. Unos pocos minutos más tarde, el timbre
volvió a sonar, y entraron el presidente y el director eje-
cutivo de Maranatha Flights International (Vuelos inter-
nacionales Maranatha), que dirigían la organización de
servicio para la cual trabajaba John, los hombres que lo
habían inspirado a una vida de servicio. Obviamente, al-
go estaba sucediendo. Ayudamos a la abuela, de 92 años,
140 CORAZONES EN SINTONiA

a subir desde su departamento en el entrepiso, subimos


en varios autos, y nos dirigimos al cementerio.
Los familiares más directos y las personas que más
habían influido en la vida de John se reunieron alrede·
dor de la tumba de su madre, que había muerto doce
años antes; Su lápida sería un testigo silencioso· de esta
ceremonia de pacto. Como padre de la familia, saqué un
documento en el que había estado trabajando durante
horas. En ese documento recordaba su niñez y los mo·
mentos cruciales de decisión. Recordaba su bautismo y
su solemne decisión de seguir a Jesús. Hablaba también
de su inclinación hacia la construcción, enfatizando el
hecho de que el edificio más grande y duradero que esta-
ba construyendo era su propio carácter. Traía a la memo-
ria las miles de oraciones que su madre Bonnie había he-
cho por él. Los recuerdos lo amonestaban a ser fiel a
Dios, a la familia, y a sí mismo.
Luego, aquellas personas que tanto significaban en la
vida de John, expres~ron palabras de afirmación. Millie
le recordó que ella ahora había formado parte de su vida
tanto tiempo como lo había hecho su primera madre.
Wes le dio sus consejos fraternales. Sus supervisores aca-
démicos y laborales le aseguraron su apoyo y le presen-
taron desafíos. Cuando todos terminaron, le pedimos
diera su respuesta. Después de rededicar públicamente
su vida a hacer la voluntad de Dios y al servicio a la hu-
manidad, nos tomamos todos de la mano formando un
círculo alrededor de la tumba de su madre. La abuela se-
lló el pacto con una oración pidiendo que su nieto, con el
que había convivido la mayor parte de los 24 años de su
vida, pudiera ser fiel, y que todos nosotros pudiéramos
reunirnos nuevamente en un círculo inquebrantable en
el hogar eterno de Dios. Guardamos en el corazón de
una manera muy especial el recuerdo de esa celebración
y de ese pacto, puesto que la abuela ahora descansa a
unos pocos metros de Bonnie esperando el día por el
CAMBIO Y ARMONiA DEL CORAZÓN 141

cual oró. Ella se ha ido, pero agradecemos a Dios porque


manos más jóvenes han aceptado llevar la antorcha.
En los tiempos del Antiguo Testamento Dios dejó in-
dicaciones para que su pueblo renovara periódicamente
el pacto en una ceremonia impresionante. El libro de
Deuteronomio registra una de esas ocasiones. Al final de
la ceremonia el pueblo repitió las bendiciones y las mal-
diciones, y luego Moisés llamó al cielo y a la tierra como
testigos, mientras los desafiaba a escoger entre la vida y
la muerte (véase Deut. 30:15, 19). Cada siete años debía
leerse nuevamente el documento del pacto en la fiesta de
los Tabernáculos. Una generación más tarde, Josué reno-
vó solemnemente el pacto antes de su muerte. Desafió al
pueblo diciéndoles: "Escogeos hoy a quién sirváis;... pero
yo y mi casa, serviremos a Jehová" Gos. 24:15). En tiem-
pos de Ezequías, Josías y Esdras, los dirigentes de Israel
releyeron el libro de la ley (Deuteronomio) al pueblo y
agregaron los actos salvíficos más recientes de Dios a la
lista. De esta manera el pacto fue renovado. El registro
histórico nos dice que un gran reavivamiento y reforma
acompañaron cada una de estas ocasiones. Hoy en día
los padres debieran recordarles a sus hijos los actos sal-
vadores de Dios en sus vidas, e invitarlos a unirse en un
solemne pacto de fidelidad a Dios y unos con otros.
Afinemos las cuerdas
Una familia es como un violín en manos del maestro.
El maestro desliza el arco sobre una de las cuerdas y la
encuentra demasiado aguda. Prueba otra, y descubre
que es demasiado grave. Otra, aunque suena bien cuan-
do se la toca sola, está sin embargo fuera de tono. Otra
más está demasiado floja y necesita ser ajustada. El
maestro deja de tocar las cuerdas y hace sonar una nota
verdadera en su diapasón, y comienza entonces a afinar
las cuerdas. Tensa un poquito acá, afloja otro poco allá.
No espera que todas las cuerdas suenen igual. Ahora
142 CORAZONESENSllVTONiA

desliza nuevamente su arco sobre las cuerdas y todas se


unen en una música armoniosa.
El mensaje de Elías para hoy está volviendo el cora-
zón de los miembros de la familia unos a otros, y está afi-
nando los corazones de modo que la familia pueda unirse
en una hermosa armonía. Algunos padres han entregado
su instrumento a otro maestro que está tocando sus pro-
pias notas discordantes y causando confusión. Otros es-
tán dejando que Dios toque algunas notas y que Satanás
toque otras. El mensaje de Elías les dice a ellos: "¿Hasta
cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si
Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos qe él". Debe
llamarse a los miembros de la familia a oír una nota clara
-la ley de Dios-, y a ajustar entonces, y afinar, sus vi-
das de acuerdo a ella. Los lugares altos deben ser derri-
bados, y los lugares bajos deben ser levantados. Algunos
miembros de la familia son demasiado ásperos y deben
ser suavizados. Otros están tan flojos que necesitan per-
mitir que el Maestro los tense y los discipline.
El telón se está abriendo. Usted está allí, en el centro
del escenario, como si fuera un violín vivo. Dos maestros
compiten y luchan por el control de sus cuerdas. Un
mundo y un universo esperan expectantes en el audito-
rio para ver quién tocará finalmente las notas. ¿No colo-
caremos a nuestras familias en las manos quebrantadas
por los clavos del amante Maestro, para que afine nues-
tras notas; para que los hombres y los ángeles pued~ es-
cuchar música arrobadora; para que cada cuerda, aun-
que diferente, suene unida con las otras en una hermosa
sintonía con Dios?

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