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¿Qué es un don espiritual?

¿Todo el mundo tiene uno?

 La Biblia enseña que estos «dones» son habilidades sobrenaturales, dadas por Dios, que todo
seguidor de Jesús posee con el propósito de edificar y animar el cuerpo de Cristo. La palabra griega
original para don espiritual es la palabra carisma. Usted podría pensar inmediatamente en una
«iglesia carismática,” que usualmente se refiere a una iglesia que se enfoca en dones espirituales
milagrosos. Sin embargo, según la definición bíblica de los dones espirituales, cada cristiano es
carismático porque cada seguidor de Jesús tiene por lo menos un don espiritual. Si usted NO tiene
un don espiritual, significa que no es un seguidor de Jesús. Sin embargo, hay muchos cristianos que
podrían tener un don dormido o subutilizado.

Entonces,

¿qué es exactamente un don espiritual?

No es un talento. Los talentos se refieren a varias habilidades y destrezas dadas por Dios que cada
persona posee, sean o no cristianos. La habilidad musical es un talento maravilloso que puede ser
usado para la gloria de Dios, pero no es un don espiritual. Los dones espirituales tampoco son un
rasgo de carácter del fruto del espíritu, cosas como el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la
bondad, etc.

Pedro divide los dones espirituales en dos campos: los dones hablados y los dones de servicio. Los
dones de hablar incluyen el don misionero, la predicación y la enseñanza, o la profecía. En Efesios
capítulo 4, estos dones se dividen en los dones de evangelismo, aliento, discernimiento, sabiduría,
liderazgo y hablar en lenguas. Los dones de servicio consisten en el don de fe, administración, dar,
sanar, milagros, hospitalidad, misericordia, ayuda y servicio.

Si te estás preguntando acerca de tu propio don espiritual, pídele a Dios que comience a revelártelo
hoy. (Hay muchas encuestas sobre los dones espirituales que pueden ayudarte a descubrir tus
dones.) Si usted ha ignorado u olvidado sus dones espirituales particulares, pídale a Dios que le
muestre cómo usarlos nuevamente para Su gloria. Si nunca has dado tu vida a Cristo en fe, ahora es
el momento. Dios anhela ayudarnos a caminar en vidas abundantes y con propósito, descubriendo y
usando nuestros dones espirituales en el ministerio.

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