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Cod.: Pol-s410
ETIMOLOGÍA
CASUÍSTICA POLICIAL. -
En la ética aplicada, la casuística se refiere al razonamiento basado en casos.
Se utiliza en cuestiones éticas y jurídicas, y a menudo representa una crítica
del razonamiento basado en principios o reglas.1 La casuística es utilizar la
razón para resolver problemas morales aplicando reglas teóricas a instancias
específicas.
Razonamiento basado en casos es el proceso de solucionar nuevos problemas
basándose en las soluciones de problemas anteriores. El razonamiento basado
en casos es una manera de razonar haciendo analogías. Es usado por las
personas para solucionar problemas, todo razonamiento es basado en casos
porque está basado en la experiencia previa.
Lo primero que vamos a hacer, antes de determinar el significado del término
casuística, es descubrir el origen etimológico del mismo. En este caso,
podemos determinar que deriva del latín y que es fruto de la suma de varios
componentes claramente delimitados:
-El sustantivo “causa”, que es sinónimo de “razón”.
-El sufijo “- ista”, que se usa para indicar “oficio” o como sinónimo de “partidario
de”.
-El sufijo “- ico”, que se emplea para indicar “relativo a”.
La idea de casuística se utiliza en el terreno de la ética aplicada para aludir a
un análisis de distintos casos específicos que son esperables en un cierto
contexto. De este modo la casuística se diferencia de aquellos razonamientos
que se basan en reglas o principios, es considerar casos particulares.
También es un método de razonamiento e incluso una base para el desarrollo
de jurisprudencia en el marco del derecho común.
Ejemplo:
Supongamos que un hombre que no tiene dinero ni trabajo decide robar
alimentos de un mercado para darle de comer a su hijo. Un razonamiento
basado en principios morales puede sostener que robar siempre es malo. De
acuerdo a estas reglas, el robo es intrínsecamente incorrecto desde el punto de
vista moral. Un enfoque que apele a la casuística, en cambio, prestaría
atención a las particularidades del caso específico y podría llegar a la
conclusión de que la conducta del hombre no constituye una falta moral. De
hecho, haber conseguido alimentos para su hijo es una opción que,
moralmente, trasciende al robo ya que con dicha acción logró la subsistencia
de su descendiente. Esto demuestra que un mismo accionar puede
considerarse de formas opuestas a partir de distintos métodos de
razonamiento.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
-Existe ya conocimiento de la casuística en la Antigua Grecia. En concreto, era
utilizada durante la época del filósofo Aristóteles.
-Se considera, no obstante, que el momento de mayor esplendor de la citada
casuística tuvo lugar entre mediados del siglo XVI y mediados del siglo XVII.
-Numerosas son las obras que se han publicado sobre la casuística. No
obstante, no podemos pasar por alto que uno de los trabajos más importantes
al respecto es “El abuso de la casuística: historia del razonamiento moral”.
-En el ámbito de la ciencia, también se utiliza con mucha frecuencia la
casuística. Buena muestra de eso es que es empleada, por ejemplo, para
poder observar y analizar ciertos fenómenos de la Madre Naturaleza. Lo que se
consigue a partir de ese trabajo es usar aquella para luego establecer distintas
teorías sobre, por ejemplo, patologías de diversa clase.
¿Y la casuística? La metodología de los casos (case by case) ha creado
expectativas que no siempre se pueden cumplir. En realidad, la Nueva
Casuística ofrece taxonomía, no soluciones, pues resulta imprescindible la
experiencia de cada uno para enfrentarse a casos reales. Además, habría que
contar con una estructura institucional, lo suficientemente amplia como para
examinar los casos, pros y contras, recabar información de expertos en cada
campo, hacer recomendaciones generales y justificarlas, incidir de algún modo
en las decisiones de los agentes. Una estructura que fuese por lo menos
análoga a la que permite la interpretación y aplicación de las normas legales.
Los comités de ética han desempeñado parte de esas funciones.
LA CASUÍSTICA CLÁSICA
Filosóficamente, el método casuístico hunde sus raíces en la filosofía de
Aristóteles, el primero en realizar una distinción entre el pensamiento teórico-
científico (episteme) que trata de descubrir las leyes naturales y el
pensamiento práctico (phronesis) que resuelven aquellos problemas prácticos
de la vida cotidiana de los hombres. Es decir, para Aristóteles la razón teórica
se caracteriza por:
1) objetos idealizados (como las características geométricas de los círculos o
los triángulos).
2) por su universalidad y atemporalidad.
3) por sus conclusiones necesarias.
En contraste, el pensamiento práctico se caracteriza por:
1) objetos concretos.
2) por su temporalidad y localidad.
3) por sus conclusiones probables con grados de credibilidad.
Un ejemplo de la razón práctica es cuando un médico recomienda un
tratamiento para un caso particular – un juicio para la acción -- basado en el
pensamiento teórico-científico de la biología.
Según Aristóteles en contraste con las ciencias teóricas, “los que actúan deben
de considerar siempre lo que es oportuno, como ocurre en el arte de la
medicina y de la navegación.”
Históricamente, el método casuístico fue usado comúnmente por judíos y
cristianos en los primeros siglos de la cristiandad. No obstante, su desarrollo
como método de ponderación y análisis de las acciones morales fue
desarrollado principalmente por los franciscanos durante los siglos XVI y XVII, y
utilizado por dominicos y jesuitas cuando la práctica católica enfatizaba la
necesidad de una confesión individual detallada y la absolución particular por
los sacerdotes. Por ello, era preciso que los sacerdotes tuvieran la habilidad
necesaria para calcular la gravedad de los pecados de los fieles y asignarles
una penitencia acorde a los pecados cometidos. La metodología empleada
consistía en analizar casos actuales y compararlos con los casos
paradigmáticos conocidos, teniendo siempre como referente las escrituras
sagradas, los comentarios de los padres de la iglesia y las obras de los
filósofos antiguos, la ley romana y canónica, la doctrina oficial de la Iglesia y las
opiniones de autoridades de expertos contemporáneos. Para aplicar estas
autoridades al caso en cuestión siempre se hacía alusión a la razón del juicio
prudente (phronesis) para una evaluación de las evidencias. A fin de cuentas,
la justificación casuística sobre las opiniones morales estaba basada en un
complejo de autoridades culturales.
Eventualmente en los siglos XVII y XVIII la práctica casuística eclesiástica
tendió a desarrollarse en un método complejo de distinciones minuciosamente
detalladas y relacionadas a diferentes casos. Esto dio al padre confesor un
poder y control, casi ilimitado, sobre las vidas privadas de los fieles. Esta fue la
queja de la parte protestante, la cual sustituyó el sistema de la casuística
confesional por la responsabilidad individual de la persona ante su propia
conciencia.
Desde la época de la Reformación hasta la Ilustración, tanto protestantes como
católicos atacaron el método casuístico tanto por sus complejidades como por
su abuso, por ejemplo, en la fabricación de pretextos para justificar las
acciones de los ricos, mientras se castigaba de manera rigurosa los pecados
de los pobres. Esta es la razón por la cual de manera común de hoy se usa la
palabra “casuística” en un sentido peyorativo, para indicar un procedimiento
complejo y engañoso.
Después, durante el s. XIX, pero sobre todo en la primera mitad del s. XX, con
el avance del pensamiento tecno-científico, se hace vigente la idea de que la
ética tiene que estar basada en un sistema racionalista de principios
universales de índole metafísica u ontológica, abandonándose el concepto de
la razón prudencial y la autoridad de las fuentes tradicionales. La ética aplicada
durante la primera etapa del s. XX estuvo considerada más como un cálculo
científico (episteme), partiendo de principios absolutos y universales. Según
este racionalismo, el concepto “casuística” era entendido como la aplicación de
los principios de manera hipotéticodeductiva desde los fundamentos de la ética
teórica para casos particulares.
Como vemos, involucró un diálogo entre los filósofos-teólogos actuales con
respecto a las opiniones del pasado que fueron aceptadas como criterio de
autoridad. En la época clásica de la casuística estas fuentes de autoridad eran,
por supuesto, en gran parte teológicas: la Escritura Sagrada, las obras de los
padres de la Iglesia y la ley canónica.
Con el advenimiento del Renacimiento, los casuistas empezaron a aceptar
como autoridad las obras de los antiguos filósofos e historiadores y esto
provocó una controversia considerable como bien era evidente en la quema de
literatura clásica en la Florencia.
Si hoy en día se considera que los juicios prácticos morales pueden ser
justificados casuísticamente, tenemos que considerar además de los casos
destacados de nuestra época, también las fuentes que ahora se pueden
aceptar como opiniones de autoridad y posturas fidedignas. Es al grado en que
se han tomado en cuenta estas fuentes de autoridad pertinentes y
contemporáneas, que uno está preparado para determinar cuáles opiniones
son más aplicables a un caso particular, y así, por este medio, tomar una
decisión moral o determinar una postura.
Con el fin de revivir la perspectiva casuística en nuestros días, en mi parecer,
necesitamos una re-evaluación de lo que podría ser el significado de las
"opiniones fidedignas" en la cultura contemporánea para reemplazar la
apelación a las autoridades religiosas que caracterizó a la cultura medieval.
Además, diría que la discusión de opiniones fidedignas es lo que realmente se
encuentra en el discurso público de la bioética actual. Así pues, es preciso que
a continuación consideremos el papel desempeñado por autoridades expertas
en la metodología casuística.
EL RENACIMIENTO DE LA CASUÍSTICA
El renacimiento actual de la casuística comenzó a partir del trabajo de
estudiosos en el contexto de su participación en la Comisión Nacional en los
EEUU, después de la revelación de los experimentos médicos con seres
humanos. En el proceso de su trabajo descubrieron que había mucho más
acuerdo entre los teólogos, filósofos y científicos en la resolución de casos
particulares que en las discusiones sobre los principios, fundamentos y teorías
filosóficas de la ética teórica. Esto provocó una reconsideración del método
casuístico.
El sentido clásico de la palabra “casuística,” según estos estudiosos, es el del
análisis de problemas a partir de los casos precedentes sobre los cuales hubo
un acuerdo común.
La casuística en este sentido sería:
El análisis de asuntos y cuestiones éticas, utilizando procedimientos de
razonamiento basados en paradigmas y analogías, los cuales conducen a la
formulación de opiniones expertas sobre la existencia y el peso de las
obligaciones morales, expresadas en reglas y máximas generales, pero no
universales ni invariables.
Se puede caracterizar la casuística histórica en los siguientes puntos:
1. La casuística es un método para considerar y resolver problemas éticos, no
un sistema teórico que va a generar soluciones de manera lógica.
2. El método casuístico es pluralista: toma en cuenta consecuencias, motivos,
reglas, máximas, valores, ideales, dichos, aforismos, etc., que resultan de
casos concretos.
3. El resultado de este método es una conclusión probable, no cierta.
4. Diferentes individuos pueden llegar a conclusiones distintas usando este
mismo método.
5. Cada caso es distinto: tiene sus propias condiciones, personalidades y
consecuencias.
6. Se utiliza analogía y semejanza para clasificar los casos.
Para la ética aplicada este planteamiento constituyó realmente una revolución.
La idea central de la casuística es que en vez de deducir lo correcto desde
principios fundamentales, se use un método de comparación de casos
buscando opiniones establecidas por consenso común para lograr una solución
sobre un caso particular. Por lo tanto, entendida correctamente, la casuística es
un método para resolver problemas morales, no un sistema teórico para
generar soluciones de manera lógica. La casuística, desde esta perspectiva, no
pretende ofrecer una base final ni una fundamentación para un sistema de
ética.
A través de las últimas dos décadas del s. XX se desarrolló un fuerte
renacimiento del pensamiento casuístico. Hay varias formulaciones o
explicaciones de la perspectiva casuística.
Sucede lo mismo para la casuística religiosa, aunque aquellos de una
perspectiva religiosa toman la comunidad de fe como su sociedad de
referencia. Así, Stanley Hauerwas explicó una decisión sobre la resolución de
un caso con respecto a la comunidad Menonita, diciendo que afuera de esta
comunidad hay poca racionalidad en esta opinión.
Parece que una diferencia entre varios usos del método casuístico radica en la
comunidad de referencia. Desde la perspectivita casuística secular, el problema
con las perspectivas religiosas no es que basan sus opiniones en una cultura
de referencia general, sino que toman como cultura de referencia una
comunidad de fe muy restringida en vez de la cultura occidental y esta no
puede servir como base de discurso público.
Autoridad: Un aspecto olvidado de la casuística
La interpretación de la casuística de los estudiosos se enfoca en la justificación
de juicios morales sobre casos específicos por su analogía a casos
paradigmáticos aceptados en la cultura como éticamente aprobados. Sin
embargo, la analogía a casos paradigmáticos no es el único aspecto de la
justificación en la casuística clásica. Además de su uso de casos análogos, los
casuistas justificaron sus juicios por apelación a escrituras y obras que
provienen de autoridades de la tradición religiosa y cultural. En la práctica de la
metodología casuística no era sencillamente la identificación de casos
paradigmáticos la que justifica un juicio o una opinión con respecto a un caso
en cuestión, sino el peso de la evidencia de la opinión de fuentes fidedignas.
EL CONCEPTO DE “AUTORIDAD” EN LA CASUÍSTICA MODERNA
En la época moderna hay mucho escepticismo y duda sobre el concepto de
autoridades morales y las referencias por parte de los casuistas clásicos a la
autoridad de textos antiguos; una apelación a la tradición no nos parece hoy en
día una justificación adecuada de una perspectiva ética. Parece más una ética
autoritaria, basada simplemente en la moralidad de la iglesia o de otra
institución tradicional. Los filósofos modernos se preguntan: ¿Cómo se puede
justificar un juicio moral por referencia a la moral tradicional o a la teología
moral?
Al contestar se puede decir que los casuistas modernos no usan la palabra
“autoridad” en el sentido probatorio o autoritario, sino para indicar que un caso
paradigmático, o una opinión de una persona experta en la materia en cuestión,
representa una postura de confianza o perspectiva fidedigna, la cual merece
consideración o respeto debido al prestigio de la fuente como sabio.
La apelación a la autoridad no quiere decir una “prueba” en un sentido moderno
ni una postura oficial. Significa, y en mi opinión significó en la época clásica, el
darse cuenta de los precedentes tradicionales y los principios comunes de la
cultura común. En este sentido se puede decir razonablemente que existe
“autoridad” por una opinión moral sin implicar que la autoridad es una autoridad
final o una prueba absoluta. Esto es lo que significa la idea de que es el “peso”
o la “gravedad” de evidencia autorizada lo que da credibilidad a una opinión o a
un caso paradigmático. Se puede considerar una “autoridad” como un principio
“prima facie” que queda abierto a revisión, cualificación o especificación. En
este sentido pueden ser autoridades tanto en pro como en contra de juicios
morales particulares.
ACCIÓN DIRECTA
METODOLOGÍAS Y PROCEDIMIENTOS OPERATIVOS.
ACCIÓN DIRECTA.
Procedimiento obligatorio de la actuación preventiva policial que debe realizar
el primer o los primeros policías que llegan al lugar tras asumir conocimiento
directo o ser informados de la existencia de un hecho que atenta contra la Ley
penal, la seguridad, integridad de las personas, altera el orden público u otra
situación que amerite la intervención de personal de la Policía Boliviana.
Se constituye en un protocolo técnico mínimo de actuación policial sumamente
importante, y de su buena o mala ejecución depende el éxito o fracaso de la
labor policial de la unidad u organismo especializado para resolver el caso, por
lo que debe ejecutarse cada paso verificando cuidadosamente los detalles.
PROCEDIMIENTO
Si la intervención se produce durante una agresión o comisión de falta o
delito, el primer acto será cesar, contener y/o neutralizar el riesgo, la
agresión y/o el hecho contravencional o delictivo, para posteriormente
realizar la acción especializada que se requiera para poder resolver el
problema.
1. Auxilio de Victimas, Lesionados y personas en peligro inminente. Es la
primera tarea, pues la vida humana es el bien jurídico protegido superior,
debe realizarse incluso dejando de perseguir a sospechosos, Estos son los
pasos más adecuados para realizar con éxito esta tarea:
Verificar si la víctima continúa con vida, está muerta o presenta una muerte
aparente, inmediatamente se deben buscar los signos vitales como:
respiración, latido cardiaco, pulso arterial, temperatura, etc., que si están
ausentes constituirán los SIGNOS NEGATIVOS DE LA VIDA.
a) Signos negativos de vida. Estos son:
- Ausencia de latido cardiaco o pulso, lo cual se puede verificar en las
muñecas, las arterias carótidas, de la sien y los tobillos.
- Ausencia de la respiración, los que se verifica con un espejo sobre la
boca para ver si se empaña.
- Ausencia del reflejo pupilar fotomotor. Con la muerte, las pupilas se
dilatan (midriasis) o se contraen (miosis).
- Signos encefálicos, o del sistema nervioso central, que se verifica
explorando los cinco sentidos y finalmente los signos osteotendinosos
para verificar los actos reflejos.
a) Protocolo de aprehensión:
• Determine quien dará las ordenes o los comandos, y quien cubrirá.
• Aborde al sujeto de acuerdo a su peligrosidad.
• Forme un Angulo de 45 grados entre el sujeto, su pareja y usted.
b) Comandos de esposamiento:
• Levante las manos
• Gire lentamente hacia la pared
• Coloque las manos sobre la cabeza y entrelace los dedos
• Acérquese a la pared lo más que pueda
• Una sus talones y separe las puntas.
3. Proteger el Lugar del Hecho. La protección del lugar del hecho tiene un
carácter preventivo, para evitar mayores daños u otras personas lesionadas,
así como preservar indicios y evidencias, hasta que llegue el personal
especializado:
a) Aislar y contener el lugar, las salidas y entradas claves con cuerdas o
cinta perimétrica policial, para evitar que personas ajenas pueden
estorbar el trabajo policial, sustraer cosas o contaminar el lugar.
b) Si fuera necesario se deben armas barricadas de seguridad a prudentes
distancias del lugar del hecho central, especialmente si hubiera incendio,
riesgo e colapso de edificios, derrumbes, peligro explosivo o se tenga
rodeados a delincuentes muy agresivos, armados o peligrosos.
c) Si encuentra un artefacto explosivo o verifica que ha habido una
explosión, de la voz de alerta inmediatamente a los demás policías en el
lugar y llame a la Brigada Contra Explosivos
d) Jamás utilizar teléfonos celulares, ni la radio portátil cerca de los
artefactos explosivos, porque las ondas eléctricas y magnéticas puede
iniciar la detonación.
e) Cubrir los sectores del lugar del hecho que puedan verse afectadas por el
sol, la lluvia, el humo, polvo, etc. Tratando de que, a la llegada de los
investigadores, se encuentra lo más intacto posible.
f) Controlar el tráfico de vehículos y peatones, para facilitar el trabajo
especializado.
g) Impedir la movilización o extracción de cosas que puedan constituir
evidencia.
4. Registrar Información sobre el Lugar del Hecho. Esta etapa incluye
entrevistas preliminares, que de manera informal debe realizar el policía de
acción directa, para obtener el máximo de información previa a la llegada de
la unidad especializada o investigadores; debe registrar:
a) Fecha, hora y forma en la que tomo conocimiento del hecho.
b) Identificación del denunciante, si es que lo hubiera personas que se
encontraban presentes a su llegada.
c) Registro de las situaciones, información, indicios y evidencias más
importantes o relevantes.
d) Fecha y hora de llegada al lugar del hecho. Si por realizar acciones
urgentes, desconoce la hora exacta, poner la hora aproximada.
e) Testigos por el orden de importancia de la información que proporcionan
f) Identificación de los Policías que intervienen.
g) Ubicación exacta del incidente. Si es en el área urbana, anotar zona, calle
y numeración exacta. Si es en el área rural, use distancias en metros,
kilómetros y tome como puntos de referencia las localidades cercanas del
lugar de los hechos.
h) Condiciones climatológicas en el lugar del hecho.
i) Comunicar a la central de Bol-110.
5. Dar Parte a la Unidad Pertinente. Dadas las características de nuestra
organización y funcionamiento institucional, el procedimiento normal es
notificar al BOL 110, para que según el caso reporten por radio a la Unidad
Especializada respectiva, como FELCC, FELCV, FELCN, DIPROVE,
Tránsito, Bomberos, y en su caso solicitar la presencia de los servicios de
emergencia (Defensa Civil, Reten de Emergencia municipal, EPSAS,
COTEL, energía eléctrica) brigada contra explosivos, bomberos,
ambulancias, personal policial, etc., de tal manera que se puedan llegar al
lugar del hecho en el menor tiempo posible.
6. Informe al personal de la unidad u organismo especializado. A la llegada
del personal especializado, los Patrulleros o Policías de la acción directa,
deben informarle de todo cuanto haya logrado averiguar sobre el hecho
sucedido, de tal forma que tengan la suficiente base para iniciar su trabajo y
pueda planificar las acciones que realizará a continuación para resolver el
caso o investigarlo si correspondiera.
7. Elaborar el Informe de Acción Directa. Una vez que el personal
especializado asuma el caso, los Patrulleros o Policías que hayan llevado a
cabo la acción directa, deben elaborar un informe pormenorizado que podrá
ser preimpreso en formulario o manuscrito, pero que contenga al detalle,
todo cuanto haya logrado realizar, la naturaleza del hecho, información
recabada e indicios encontrados, la ubicación exacta del lugar del hecho,
hora de llegada, estado del clima, personas involucradas, testigos,
identificación de las víctimas, datos del o los sospechosos, instrumentos
utilizados, vehículos, etc.
En hechos delictivos la acción directa ES EL PROCEDIMIENTO O
METODOLOGIA PARA REALIZAR LA DILIGENCIA PROCESAL DE LA
INTERVENCIÒN POLICIAL PREVENTIVA; que no concluye en el lugar del
hecho ni con el informe, que es un documento importante toda vez que será
parte del cuaderno de investigaciones y se constituye en la base de la posterior
testificación durante el juicio, por lo que los policías que intervinieron podrán
ser, convocados como testigo y rendir testimonio, sobre su trabajo y cuanto
haya podido averiguar durante su intervención para poderla explicar, aclarar o
ratificar como testigo de cargo en el juicio.