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En su pesado rincón, los jugadores (reposar llenos de nada, sea el sueño que

rigen las lentas fichas. El tablero sea)


los tarda hasta el amanecer en su severo seguimos escuchando que el ruido se
ámbito en que se aborrecen dos colores. avecina…
Sintiendo que en mi espíritu afligido
la ternura romántica surge,
voy a besar la estrella vespertina dime una palabra antigua para ir a Angbala,
sobre el agua engañosa de la fuente. con mi fardo de ideas sobre la cabeza.
Quiero lanzarlas a ahogar al agua.
Al caminar por el puerto,
regresando de aquel pueblo Una palabra que me sea útil para volverme
donde nos conocimos oscuro,
escuche las sirenas de los buques Estarme el día entero bajo de una palma,
y sentí, de nuevo, y olvidarme de todo al borde del agua.
la humedad de tu piel.
El agua clara, de vastos cielos, doméstica se Dime una palabra antigua para regresar a
arrulla. Angbala
Pero ya en la presa, salta la bella fuerza , la más anticuada de todas, la palabra más
, con majestad de ganado que rebasa los sabia.
pastales. Una que sea tan profunda como el pez en el
Y un ala verde, tímida, alza toda la planicie. agua.

El guayacán
Nos predican la guerra con águilas feroces de copa
, gerifaltes de antaño vienen a los puños ahusada
, mas no sobresalen las glorias de las vencido
antiguas hoces, de racimos de flores
No encontramos Rodrigos, ni Jaimes, ni hay amarillas
Alonsos ni Nuños. qué llamarada

Es una calle extensa y silenciosa.


Camino en tinieblas y tropiezo y caigo
y me alzo y piso con pies ciegos
las rocas mudas y las hojas secas
y alguien a mis espaldas también las pisa

Pedíamos chubascos, y no hubo


ni relámpagos ni truenos,
pedíamos el sol, y se acercaron los hielos
. Cuando basta para nosotros el cabeceo del
sueño

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