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ZAFFARONI-La Cuestion Criminal - 2da Edicion - Web
ZAFFARONI-La Cuestion Criminal - 2da Edicion - Web
Miguel Rep
ilustrado por
llevó adelante murales en Casa América de un estilo amable para un registro amplio de lectores, Raúl Zaffaroni pone en de una treintena de prestigiosas universidades
Cataluña, Barcelona, Santiago de Cuba y Alcalá de América latina y Europa. Entre los diversos
de Henares y en la ex Escuela de Mecánica de la evidencia en este libro aquello que se esconde detrás de lo obvio, de lo que premios y condecoraciones recibidas, se destacan
Armada, actual Museo de la Memoria. Su versión el premio Estocolmo de Criminología 2009
se presenta como natural, como un llamado para estar siempre un poco más recibido en la capital sueca junto a John Hagan, la
dibujada de Don Quijote de la Mancha, editado
por Castalia, acaba de aparecer en España. atentos sin perder nunca la gracia. Magistrado y dibujante, juntos a la par. Orden del Mérito del gobierno alemán, la Orden
de la Estrella de la Solidaridad Italiana y el premio
miguelrep.blogspot.com “Silvia Sandano” recibido en el Campidoglio de
miguelrep.com.ar Roma en 2010. Vicepresidente de la Asociación
Internacional de Derecho Penal y de la Société
Internationale de défense Sociale. Miembro
del Panel de Juristas Eminentes de la Comisión
Internacional de Juristas (Ginebra).
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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Eugenio Raúl Zaffaroni
LA CUESTIÓN CRIMINAL
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LA CUESTIÓN CRIMINAL
Eugenio Raúl Zaffaroni
Matías Bailone
Ilustrado por Miguel Rep
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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A los profesores doctores
Bernardo Beiderman y Elías Neuman.
In memoriam
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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Prólogo de Gianni Vattimo
Prólogo
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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Prólogo de Gianni Vattimo
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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Prólogo de Gianni Vattimo
olvidar que en los apuntes póstumos se habla también del primado del hombre
más moderado, que sabe mirar con cierta distancia irónica incluso hacia él
mismo y más allá de la propia voluntad de potencia). Pero desde la perspectiva
de este libro, contra este realismo de la fuerza se alza la voz de los muertos.
¿Estaremos acaso frente a una filosofía que exalta la vida como valor supremo,
que debiera servir como criterio último para valorar los sistemas morales e
incluso el derecho penal? Semejante identificación del derecho natural con
el derecho a la supervivencia es muy insatisfactoria desde el punto de vista
filosófico. En último análisis podría reducirse a propter vitam vivendi perdere
causas, según el aforismo latino: hacer de la supervivencia el valor último
significa dar vía libre a la violencia misma (bellum omnium contra omnes, que
sobrevivan los más fuertes, etc.), que sería el enemigo más evidente de los
propósitos de Zaffaroni (y también de nosotros, lectores). Entre otras cosas,
precisamente hoy, que la ciencia y la tecnología nos colocan con creciente
frecuencia frente al problema del valor o disvalor de la mera supervivencia, con
las relativas cuestiones de la eutanasia, atribuir a la vida como tal la función
de criterio supremo de valor conduce de inmediato a consecuencias de las que
–creemos– Zaffaroni no quisiera hacerse cargo. Más que en el valor definitivo
e indiscutible de la supervivencia, lo que hace de derecho natural en Zaffaroni
y limita los excesos positivistas es más bien la pietas, la mirada solidaria, diría
incluso la ternura, que el jurista-juez dirige al prójimo encarcelado y –hasta
alguna vez justamente– sometido a la pena. Desde el primer capítulo se
delinea la conclusión que me parece la única posible, en que se combinan la
conciencia de la inevitabilidad de la justicia penal –a condición de que sea
justa, es decir, igualitaria y no contaminada por los privilegios reservados a
los ricos y poderosos– y el reconocimiento de la insuperable violencia que
siempre caracteriza a toda imposición de cualquier pena. Ésta es la razón
por la que siempre se requerirá prudencia y cautela en todo uso del poder
represivo. Ningún juez puede condenar aplicando rigurosamente la ley sin
un poco de remordimiento y de mala conciencia, es decir, sin ese fondo de
humanidad (nunca agotable en la definición del derecho positivo) y sin el cual
toda justicia pasa a ser pura y simple barbarie.
Gianni Vattimo
Turín, enero de 2012
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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Advertencia preliminar a la segunda edición
E. R. Z.
Buenos Aires, febrero de 2012
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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La academia, los medios
y los muertos
quién sabe dónde (por no usar al- fundo de la cuestión, porque mira-
guna expresión poco académica). mos las piezas sin comprender las
Se habla, se dice, con ese se imper- jugadas del tablero de un ajedrez
sonal del palabrerío. Y lo más cu- macabro, en el que en definitiva se
rioso es que casi todos creen tener juega el destino de todos.
la solución o, por lo menos, emiten Cuando nos limitamos a esos
opiniones. juicios quedamos entrampados en
Claro que se habla al compás de doña Rosa. Es claro que debe re-
juicios asertivos en tono sentencia- solverse el problema de doña Rosa,
dor emitidos por los medios masi- pero la trampa del viejo manipula-
vos de comunicación, que a veces dor de los festivos años 90 consistía
están en manos de grandes corpo- en encerrarnos en el problema de
raciones trasnacionales enredadas doña Rosa. Debo aclarar que siem-
con otras que le disputan el poder a pre me ofendió lo de doña Rosa, en
los estados bastante impotentes del justo homenaje a mi abuela mater-
mundo globalizado. na, que se llamaba Rosa y vivía en
Es indispensable escuchar lo un barrio –como yo lo hice siem-
que se habla para no quedar soli- pre– y pensaba mucho más y mejor
loqueando, como suele pasar en el que el personaje de ficción con que
mundo académico. Y en nuestro el artífice de la comunicación de los
país y en otros por los que a veces años irresponsables sintetizaba su
me desplazo se habla de la cues- planteo tramposo.
tión criminal como de un proble- Cuando se abrió la posibilidad
ma local. Las soluciones pasan por de escribir estas entregas, confieso
condenar a uno u otro personaje o que me sentí seriamente desafia-
institución, pero siempre hablan- do. En todo el mundo académico,
do de un problema local, nacional, los dedicados al tema observan y
provincial, a veces casi municipal. critican el fenómeno de centraliza-
Pocos se dan cuenta de que se ción de la cuestión criminal, incluso
trata de una cuestión mundial, en con muy buen diagnóstico. Nin-
la que se está jugando el meollo gún concepto de los que exponga
más profundo de la forma futura en estas entregas ha sido creado en
de convivencia e incluso quizá del el plano científico por mi exclusiva
destino mismo de la humanidad creatividad ni mucho menos.
en los próximos años, que puede Pero todo se queda en el mundo
no estar exento de errores fatales e académico, porque pareciera que
irreversibles. no tenemos la capacidad de comu-
Si nos quedamos en el plano del nicarlo o –más bien– que la comu-
análisis local perdemos lo más pro- nicación es contaminante, que la
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La academia, los medios y los muertos
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culpable. O sea, ante todo debe ser razón se consideraba que eran un
una acción humana, es decir, dota- apéndice de la Constitución, dado
da de voluntad. En segundo lugar, que marcaban límites a la libertad.
debe estar prohibida por la ley, o En nuestro país, sin ir más lejos,
sea, que cada tipo es la descripción los códigos penales fueron proyec-
que la ley hace de un delito: ma- tados por Carlos Tejedor en 1866,
tar a otro, apoderarse de una cosa que fue gobernador de la provin-
mueble ajena, etc. En tercer lugar, cia de Buenos Aires y no llegó a ser
no debe estar permitida, con las presidente de la República en lugar
excepciones de la legítima defensa de Roca porque protagonizó la últi-
o del estado de necesidad. Por úl- ma guerra civil en 1880, y por Ro-
timo, debe ser culpable, o sea, re- dolfo Moreno (h) en 1917, que tam-
prochable al autor: no lo es cuando bién fue gobernador de la provincia
éste no sabía lo que hacía, estaba y precandidato a presidente para las
loco (inimputable), etc. elecciones de 1944, y fue derrotado
Esta es la estructura básica sobre en el interior del partido conserva-
la que se discute, respetando ciertos dor por Patrón Costas, lo que preci-
principios constitucionales como la pitó el golpe de 1943.
legalidad, por ejemplo, que impide Entre medio hubo varios pro-
que se imponga pena por algo que yectos, y el más importante fue el
no está estrictamente descripto en de 1891, obra de los fundadores de
una ley anterior al hecho, o como la nuestra Facultad de Filosofía y Le-
lesividad, que requiere que en todo tras, que eran los jóvenes brillantes
delito haya un bien jurídico lesio- de la época: Rivarola, Piñero y Ma-
nado o puesto en peligro. tienzo. Los tres fueron destacados
Como puede verse, el delito de personajes públicos y uno de ellos,
los penalistas es una abstracción Matienzo, fue candidato a la vice-
que se construye con un objetivo presidencia de la República.
bien determinado, que es llegar a La trayectoria jurídica, intelec-
una sentencia racional o por lo me- tual y política de estos proyectis-
nos razonable. Pero en la realidad tas prueba que se tomaban muy en
social este delito no existe, porque serio las leyes penales, lo que hoy
en el plano de lo real existen viola- cambió rotundamente, pues ahora
ciones, homicidios, estafas, robos, las hacen los asesores de los políti-
etc., pero nunca el delito. cos, conforme a la agenda que les
En otros tiempos los penalistas marcan los medios masivos de co-
también proyectaban los códigos municación.
y las leyes penales, porque se les Por eso, los penalistas tampoco
daba muchísima importancia y con hacen hoy las leyes penales y se ocu-
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
logos. Mucho más recientemente Estas son las etapas que recorre-
advirtió que el poder punitivo tam- remos después de dar un pantalla-
bién era causa del delito, y pasó a zo general sobre el poder punitivo
analizarlo y a cuestionarlo, con di- y su función real en el marco del
ferente intensidad crítica. poder planetario.
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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El poder punitivo
y la verticalización social
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La estructura inquisitorial
L os demonólogos elaboraron un
discurso muy bien armado para
liberar su poder punitivo de todo lí-
en combinación con las chicas terre-
nas. Por cierto que si alguien sos-
tuviese hoy esta tesis sería irremi-
mite, en función de una emergencia siblemente psiquiatrizado. Pero no
desatada por Satán y sus muchachos podemos quedarnos en la anécdota,
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Siempre hubo rebeldes
y transgresores
1532 hasta fines del siglo XVIII y en hacia la gravedad del mal que éste
función del cual quemaban mujeres pretende combatir y contra el que
los jueces del emperador del Sacro libra su guerra. Si el poder punitivo
Imperio Romano-Germánico y, una no sirve para lo que pretende, no es
vez disuelto éste, los de los príncipes cuestión de entrar en la discusión
que se consideraban herederos del acerca de la maldad de lo que dice
imperio desmembrado. combatir, sino –simplemente– de
Es curioso, pero Spee no era un mostrar que no lo hace.
jurista ni un criminólogo, sino un En las discusiones sobre las ac-
poeta y, según los especialistas, el tuales andanzas de Satán (o el ene-
mejor poeta alemán de su tiempo, migo) no tiene sentido debatir sobre
además de un destacado teólogo. si la cocaína es dañina, porque no
Pues bien: este rebelde canoso –o cabe duda de que lo es; lo importante
encanecido–, cansado de las bruta- es mostrar que la pretendida guerra
lidades e iniquidades de las que era a la cocaína provocó cuarenta mil
testigo (a lo que tal vez conviniese muertos en México en los últimos
agregar que las tinturas de su tiem- cuatro años, buena parte de ellos
po no eran buenas), decidió jugarse decapitados y castrados, cuando la
con todo en su libro y se despachó a cocaína hubiese demorado casi un
gusto, sin ahorrarse ningún detalle siglo en cargarse a la misma cantidad
ni adjetivo. de personas por efecto de sobredosis.
Spee no anduvo con vueltas y Tampoco tiene sentido discutir la
no se enredó en discusiones sobre perversidad del terrorismo, sino ha-
el poder de Satán ni de las brujas: cer notar que la supuesta guerra cau-
comienza diciendo que no discute só ya muchos más muertos inocentes
su existencia, pero afirmando que que el propio terrorismo. Spee supo
nunca conoció a ninguna y que no esto en 1631, aunque muchos comu-
había bruja alguna entre las muje- nicadores sociales no hayan caído en
res que había confesado antes de ser la cuenta hasta el presente. Tal vez a
quemadas. Por el contrario: afirma Spee le fue más fácil entenderlo por-
que con el procedimiento inquisito- que no veía televisión.
rial cualquiera podía ser condena- Nuestro encanecido jesuita se
do por brujería. preguntaba cómo era posible que
El canoso no era ningún tonto sucediesen esas aberraciones, qué
–nunca un buen poeta puede ser- era lo que permitía que continua-
lo– y, por ende, tomó el camino co- se semejante barbarie. En primer
rrecto en cualquier crítica al poder lugar lo atribuye a la ignorancia de
punitivo, evitando caer en la tram- la población, es decir, a la desin-
pa usual que desvía la cuestión formación, o sea, a la criminología
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su libro pasó sin pena ni gloria y En verdad, debo decir que todo
los jueces siguieron llevando ade- lo que estoy contando es muy
lante su alegre quema de mujeres poco conocido por los penalistas
conforme a las instrucciones del y criminólogos posteriores, has-
Malleus, que continuaba siendo el ta el punto de que el Malleus fue
libro de cabecera de los corruptos publicado en versión castellana
de la época. hace menos de cuarenta años por
Setenta años después de la apari- historiadores, en una edición que
ción de la Cautio, el filósofo Chris- está completamente agotada; hace
tian Thomasius releyó su obra. Tho- menos de una década vio nueva-
masius era un simpático señor que mente la luz otra edición. La Cau-
aparece en sus retratos con redon- tio criminalis nunca fue traducida
deado rostro rosado, sin que sepa- al castellano y hasta donde sé tam-
mos si era canoso, pues cubría su ca- poco la tesis de Thomasius. Todo
beza con una rubia peluca de largos esto se cubrió con un manto de
bucles. Al parecer, ese adminículo silencio, como si no formase parte
protegía un respetable contenido de la historia del derecho penal y
craneano, porque no dudó en reto- de la criminología. Insisto en que
mar los argumentos de Spee. se trata de ascendientes que estos
En 1701 Thomasius defendió pú- saberes han tratado de ocultar,
blicamente su tesis Dissertatio de cri- como el árbol genealógico de al-
mine magiae, en la que desbarataba gunas familias ilustres que se em-
los disparates del Malleus. Esta tesis peñan en disimular el origen de
fue traducida al alemán tres años sus fortunas.
más tarde y alcanzó gran difusión,
lo que era explicable, pues con Tho-
masius se anunció el Iluminismo y, Las corporaciones
como si esto fuese poco, echó las ba- y sus luchas
ses para una adecuada distinción en-
tre moral y derecho (pecado y delito),
aunque hasta hoy pululan muchos
que se niegan a comprenderla y que,
P ero en los años transcurridos
entre la Cautio y la Disserta-
tio –entre 1631 y 1701– se estaba
sin duda, si bien nuestra civilización profundizando otro fenómeno que
muestra cada día más defectos, es se acentuaría en el curso del siglo
una de sus mejores conquistas. XVIII, que fue el surgimiento del
Con este empelucado filósofo se sujeto público.
opacó el Malleus hasta desaparecer En el estado absoluto, el señor
y quedar reducido a una curiosidad ejercía el poder de vida y muerte,
histórica. que en realidad era sólo poder de
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Los contractualismos
relatado hasta ahora respecto de los nitivo de su tiempo. Todo esto, sin
siglos anteriores, sino que como no duda es criminología, pues la críti-
pudo ignorar el pensamiento del si- ca al poder punitivo, a la forma en
glo XVIII y el de la primera parte que se lo ejerce, a sus modalidades,
del XIX, prefiere afirmar que éste etc., difícilmente puede negarse
no era criminológico. que lo sea.
Es muy curiosa esta posición, Esta negación de la dimensión
porque pareciera que la crimino- criminológica de los filósofos y ju-
logía así entendida no sólo se com- ristas del iluminismo y del pena-
porta como una familia que oculta lismo liberal obedece a una fábula
a sus antepasados poco presenta- inventada a fines del siglo XIX por
bles, sino que incluso niega todo Enrico Ferri, que fue el mentor del
parentesco con los que no puede positivismo italiano, de gran fama
ocultar porque el vecindario los en su tiempo y del que luego habla-
conoció bien y los recuerdan las remos con más detalle.
comadres del pueblo. Realmente, se Como buen positivista, Ferri se
trata de una ciencia a la que es nece- consideraba el abanderado de los
sario recordarle que su cuna fue un dueños de la ciencia, afirmando
conventillo alumbrado a querosén. que antes de él y sus muchachos
Si bien los autores de los discur- no había habido más que oscuri-
sos acerca de la cuestión criminal que dad, metafísica y charlatanismo.
provenían de las corporaciones de fi- Llegó a decir que todo lo que antes
lósofos de primerísima línea o de ju- se había dicho acerca de la cues-
ristas que siguieron sus pensamien- tión criminal era espiritismo, pero
tos, se dedicaron a criticar el poder con muchísima habilidad y pre-
punitivo de su tiempo y a proponer tendiendo tributarle un homenaje
reformas legislativas, no puede igno- llamó a todo el saber precedente
rarse que se apoyaban en una crimi- escuela clásica, para erigirse él
nología, pues partían de cierta con- mismo en el líder de la nueva es-
cepción del delito y del delincuente cuela : la scuola positiva.
y, por lo tanto, atribuían el origen del La invención de una escuela clá-
delito a algunas razones y propugna- sica que abarcaba todo lo pensado
ban penas dirigidas a eliminarlo o desde el siglo XVIII hasta las tor-
reducirlo. Para eso necesitaban par- pezas del positivismo racista de las
tir de cierta idea del ser humano y de últimas décadas del siglo XIX fue
la sociedad. la mejor fábula de Ferri, tan exitosa
Por otra parte, como proponían que aún se repite en los manuales de
reformas al sistema penal, eran nuestros días. No puedo menos que
fuertemente críticos del poder pu- recordar que así me lo explicaba en
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Los contractualismos
Algo muy parecido había pasado base a la ley previa qué era lo prohi-
un siglo antes en Praga con un ju- bido y lo no prohibido, sustrayén-
dío, pero éste no tuvo la suerte de dolo a la arbitrariedad de los jueces.
encontrar a su Voltaire. Los revolucionarios franceses qui-
En función de las ideas ilumi- sieron llevar esto hasta el extremo
nistas comenzaron a sancionarse de reemplazar las oraciones en las
códigos, es decir, que se derogaron escuelas por el código penal, para
las recopilaciones caóticas de leyes que todos lo supiesen de memoria.
y se trató de concentrar toda la ma- Menos mal que a nadie se le ocurrió
teria en una única ley, redactada en hacer lo mismo con los cuatro mil
forma sistemática y clara, conforme artículos de nuestro Código Civil.
a un plan o programa racional. Esta En cuanto al proceso, los juicios
tendencia legislativa era una deriva- se volvieron públicos. Foucault re-
ción del enciclopedismo, que había salta el cambio: en el antiguo régi-
llevado a la redacción de la Enciclo- men los juicios eran secretos y las
pedia en la Francia pre-revolucio- ejecuciones públicas; desde fines
naria, o sea, a intentar concentrar del siglo XVIII los juicios pasaron
sistemáticamente en un único libro a ser públicos y las ejecuciones se-
todo el saber de la época. cretas. El espectáculo era el juicio y
De este modo se procuraba po- no la ejecución, llevada a cabo pri-
ner claridad y que todos supiesen en vadamente y a la que podían asistir
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No todos son
gente como la gente
diferencia de los ingleses, que eran lo que decían los criminólogos que
mucho más astutos porque en la lo invocaban para el control de los
India evitaron mezclarse y de ese sumergidos europeos, resultaba
modo no habían generado una raza un esquema muy adecuado para
mestiza con amor a la tierra. Cabe los intereses de la clase que se iba
deducir que para Hegel nuestra in- acercando a la hegemonía: la pena
dependencia era obra de la incon- con límites quedaba reservaba a los
tinencia sexual de los españoles y de esa clase o a quienes se les pa-
portugueses. Gandhi lo habría des- recían; a los diferentes (locos, pa-
concertado, pues al no tener la India tibularios y molestos) que no eran
ninguna raza mestiza con los ingle- libres, como no realizaban conduc-
ses, no hubiese debido conocer el tas humanas, se los sometía a penas
amor a la tierra ni independizarse. sin límites a las que se rebautizaba
Tampoco aquí sé si estaba equivoca- como medidas. En cuanto a los te-
do Hegel o Gandhi. Sigamos. rritorios extraeuropeos poblados
La idea que Hegel tenía de Amé- por salvajes, podían ser ocupados
rica Latina provenía claramente de porque eran peligrosos para el es-
Buffon, que escribió muchos tomos píritu y, además, colonizarlos era el
de historia natural mientras cuida- modo de introducirlos en la histo-
ba los jardines reales. Para este con- ria, de llevarles ese espíritu.
de jardinero éramos un continente Es claro que el espíritu hegelia-
en formación, como lo probaban no avanzaba en la historia como
los volcanes y los sismos (supone- dominación colonial en lo planeta-
mos que ahora diría que Islandia rio y al mismo tiempo como domi-
está en formación). Como las mon- nación de clase en lo interno. Más
tañas corrían al revés (es decir, de que un espíritu parecía un mons-
norte a sur en vez de hacerlo co- truo que arrasaba con todo en su
rrectamente, de este a oeste, como avance masacrador y que, además,
en Europa), cortaban los vientos y a los sobrevivientes los arrojaba a
todo se humedecía y se pudría; por la vera de su camino de expolia-
eso había muchos animales chicos ción mundial: indios, negros, ára-
y ninguno grande y lo que se traía bes, judíos, latinos, asiáticos, etc.,
se debilitaba, incluso los humanos. o sea, a todas culturas que no al-
Para Buffon, en América toda la canzaban la claridad de Hegel, que
evolución estaba retardada. se sentaba complacido en la punta
El etnocentrismo de Hegel le- de la flecha de la historia, posición
gitimaba el colonialismo y abría el por cierto harto incómoda.
camino de los grandes relatos con Pero todo esto seguía siendo
centro en Europa. Combinado con idealismo, o sea que para Hegel el
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
guien también bastante raro, que pal función del estado para nuestro
fue Herbert Spencer, quien no era amigo ferroviario.
médico, biólogo, filósofo ni juris- Esto mismo es lo que hoy afir-
ta, sino ingeniero de ferrocarriles man los Think Tanks de la ultrade-
y que, además, decía que no leía recha norteamericana, que en ver-
a otros autores porque lo confun- dad son más Tanks que Think (por
dían. De ese modo logró concebir educación obvio abundar sobre el
los disparates más increíbles de real contenido de los Tanks), aun-
toda la historia del pensamiento, que como corresponde a su desho-
afirmando que llevaba a Darwin nestidad omiten el nombre del viejo
de lo biológico a lo social. Heriberto.
El pobre Darwin carga hasta hoy En cuanto al neocolonialismo,
el peso del llamado darwinismo so- afirmaba Spencer que los ocupados
cial, cuando en realidad fue el buen son seres humanos inferiores pero,
don Heriberto quien lo concibió. a diferencia de los pesimistas, no
Partiendo de que en la geología y en se debe a que hayan decaído, sino
la biología todo avanza a propulsión a que aún no evolucionaron. Por
por catástrofes, afirma que lo mis- eso no tienen moral, no conocen la
mo sucede en la sociedad, y que los propiedad, andan medio desnudos
seres humanos que sobreviven son y son sexualmente muy frecuentes.
los más fuertes y de ese modo todo De allí que, como la función hace al
va evolucionando, incluso el ser órgano, tengan la cabeza más chica
humano en la historia. Este catas- y los genitales más grandes, pero
trofismo se carga a los más débiles, con la piadosa obra de los coloniza-
pero para Spencer esto es un detalle dores, se volverían menos frecuen-
inevitable y sin mayor importancia. tes (posiblemente mostrándoles un
Por eso, sostenía que no se debía retrato de la reina Victoria) y de ese
ayudar a los pobres, para no pri- modo, bajo tan tierna protección,
varlos de su derecho a evolucionar, llegarían en unos siglos a tener más
que la filantropía era un error al grande la cabeza (y se supone que
igual que la enseñanza obligatoria más chicos los genitales). Aclaro
o gratuita, porque si no les costaba que nada de esto es fábula, sino que
nada no la valorarían y termina- está escrito en los libros del bueno
rían leyendo libros socialistas. De de don Heriberto, cuya transcrip-
este modo justificaba la renuncia a ción textual les ahorro.
cualquier plan social por parte de La conclusión práctica era que se
los gobiernos europeos. El control podía dominar pero no esclavizar a
de los insubordinados por medio los colonizados. Cabe precisar que
de la policía parecía ser la princi- los europeos no fueron muy sutiles
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Comienza el
apartheid criminológico
puesto que no parece gustarles que criminal nato como una especie
uno se meta en su vida privada (en particular del género humano (spe-
especial después de visitar Canadá, cie generis humani). La criminolo-
donde por todos lados hay carte- gía –que en su tiempo se llamaba
litos que dicen Take care with the antropología criminal– se ocupaba,
bears). Lo cierto es que lo reempla- por ende, de un objeto biológico
zó el león, a quien presumo con sa- diferenciado, lo que llevó a algún
nas costumbres sexuales, pero que extremista a sostener que era una
tampoco me atreví a indagar. rama de la zoología.
Una vez establecidas estas clasi- ¿Cómo explicaba al criminal
ficaciones humanas de los anima- nato? Por su semejanza con el sal-
les, hubo quienes pensaron que, por vaje colonizado, aduciendo que las
la semejanza de algunos humanos razas salvajes eran menos evolucio-
con ciertos animales, se los podía nadas que la raza blanca europea.
caracterizar psicológicamente. El En su tiempo se afirmaba que en
juego no podía ser más infantil: el seno materno se sintetiza toda la
primero clasificaron a los anima- evolución, desde el ente unicelular
les con rasgos humanos y luego hasta el ser humano completo (se
atribuyeron a los humanos los ras- decía que la ontogenia resume la
gos que antes habían puesto en los filogenia). El criminal nato era pro-
animales. Eso mismo se hace en la ducto accidental de una interrup-
esquina, donde los muchachos, sin ción de este proceso, que hacía que
pretender fundar ninguna ciencia, en medio de la raza superior euro-
clasifican a los que tienen pinta de pea naciese un sujeto diferente y
caballo, de burro, de zorro, etc. semejante al colonizado. Era, pues,
No obstante la simpleza, Giam- un blanco que nacía mal termina-
battista Della Porta en el siglo XVII do, sin el último golpe de horno y,
y Johann Caspar Lavater en el por tanto, era un colonizado.
XVIII escribieron hermosos trata- Los caracteres atávicos que lo
dos llenos de bonitos grabados con asemejaban al colonizado le daban
los que sostuvieron esta nueva cien- rasgos africanoides o mongoloides
cia de la fisiognómica, provocando (parecidos a los africanos o a los
una largo debate en el que incluso indios). Al igual que los salvajes, no
participó nada menos que Goethe. tenían moral, ni pudor y, además,
En el siglo siguiente –en 1876– eran hiposensibles al dolor (para
Lombroso dio a luz la primera que lo sintieran había que darles
edición de L’uomo delincuente, en más fuerte), lo que se verificaba
la que afirmaba que por los carac- porque se tatuaban. Me imagino el
teres físicos se podía reconocer al terror de Lombroso en una playa
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derecho procesal explicaba la forma reconocer las marcas del mal (los
de perseguirlo sin muchas trabas a caracteres del criminal nato). Todo
la actuación policial (incluso sin esto volvía a ser un discurso con
delito); la pena neutralizaba la peli- estructura compacta alimentado
grosidad (sin mención de la culpa- con los disparates del nuevo tiempo
bilidad) y la criminalística permitía histórico.
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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Los crímenes de la criminología
racista: campos de exterminio
y eugenesia
distinguía entre ciencias naturales al estilo del viejo Ferri (que había
y ciencias culturales. Como el dere- muerto unos años antes) y, por
cho era una ciencia cultural no po- cierto que le ganó al de Munich,
día contaminarse con otra natural. que de pronto tartamudeaba algu-
Había algunas dificultades, como nas cosas incomprensibles. Por su-
que la criminalización –que era una puesto que ninguno de ambos vol-
decisión política– fijaba los límites vió al tema después de la guerra y
de una ciencia natural, pero los pe- siguieron escribiendo y publicando
nalistas lo resolvieron rápidamente, –y siendo citados entre nosotros–
afirmando que no existía ninguna con la mayor naturalidad, pero ese
ciencia natural llamada crimino- es otro tema.
logía, sino un conjunto de cono- Los criminólogos del rincón
cimientos auxiliares del derecho continuaron postulando la esterili-
penal que eran convocados cuando zación, investigando a los mellizos
éste lo consideraba conveniente y univitelinos y proponiendo medi-
nada más. La criminología posi- das de segregación radicales, como
tivista biologista pasaba a ser un Franz Exner, quien junto con el pe-
orden de conocimientos serviles al nalista más citado entre nosotros
derecho penal. del neokantismo –Edmund Mez-
Con la inquisición y el positivis- ger– hizo un proyecto para mandar
mo la criminología mandaba sobre a toda la mala vida (extraños a la
el derecho penal; con el neokantis- comunidad, los llamaba) a los cam-
mo, el derecho penal subordinaba pos de concentración en 1944.
a la criminología. Pero la crimino- Exner había estado en Estados
logía que quedaba en el rincón se- Unidos en la década anterior y vol-
guía siendo exactamente la misma vió a Alemania muy contento con
del reduccionismo biologista y tan sus colegas racistas norteamerica-
racista como antes. Se trataba de nos. En su libro –que fue lectura
una cuestión de prioridad académi- recomendada en nuestras cátedras
ca, en la que todo quedaba igual en durante años– decía que la abun-
cuanto al contenido. dancia de afroamericanos en las
Prueba de eso es que se registró prisiones era resultado de que la
un vergonzoso debate en 1941 –en sociedad norteamericana les exigía
plena guerra mundial– entre los un esfuerzo que no estaban en con-
profesores de Munich y de Milán, diciones biológicas de afrontar.
disputando quién tenía el mejor Esa criminología del rincón de
discurso para legitimar las leyes la facultad de derecho enriqueció
penales del nazismo. El de Milán su biologismo con las novedades
defendía la prioridad del discurso médicas, fundamentalmente con
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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El parto sociológico
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
dos por los inmigrantes. Habían del territorio del principal deman-
prohibido la marihuana para rea- dante, provocando las masacres
firmar su puritanismo frente a los en curso en México (cuarenta mil
mexicanos, pero ahora les llegaba muertos, decapitados y castrados,
la cultura de la taberna de la mano en cuatro años) y América Central,
de los católicos y los luteranos. en tanto que dentro del territorio
Para reafirmar su supremacía cul- del gran consumidor sólo se distri-
tural puritana emprendieron una buye, lo que es a la vez la actividad
cruzada contra el alcohol, impul- menos violenta y más rentable del
sada por viejas locas que rompían tráfico. Algunos sospechan que
tabernas a los alaridos y que logra- proporcionó parte de los recursos
ron imponer una reforma consti- necesarios para los salvatajes ban-
tucional que prohibía la venta de carios en la reciente crisis.
bebidas alcohólicas. Pero volvamos a los roaring
Toda prohibición que reduce la twenties y a la jazz age. Era obvio
oferta y deja en pie una demanda que estos problemas debían llamar
rígida, hace que la porquería pro- la atención de los sociólogos nor-
hibida adquiera una plusvalía que teamericanos. Como es sabido, una
la convierte en oro y desata com- de las grandes virtudes de Estados
petencia por su producción y dis- Unidos es su considerable espacio
tribución en el mercado ilícito. En de libertad académica, sólo opaca-
el caso del alcohol, tanto su produc- do en la posguerra con la campaña
ción relativamente barata como su del senador McCarthy. En uso de
distribución se realizaban dentro este espacio, el pensamiento acadé-
del propio territorio. mico se separó y denunció la ideo-
La contención de la oferta era ne- logía que dominaba en los cuadros
cesaria para mantener el efecto alquí- de la administración.
mico de la prohibición, pero desató Por efecto de la autonomía aca-
una violencia competitiva con altísi- démica, una cosa fue la adminis-
mo grado de corrupción del aparato tración y el gobierno (y la Suprema
punitivo y político, provocando una Corte), que seguían en la línea del
letal simbiosis de criminalidad astuta spencerianismo racista admira-
y violenta nunca antes vista. do por Hitler en Mein Kampf, y
Este fenómeno de los años 20 fue otra lo que ocurría en las univer-
aleccionador, porque con la cocaína sidades, donde se respiraban otros
se apeló a una distribución interna- aires: Franz Boas renovaba la an-
cional del trabajo: la producción y tropología y sentaba las bases del
el control de la oferta –con su con- culturalismo, que dejaba de lado
siguiente violencia– quedan fuera los pretendidos naturalismos bio-
130
El parto sociológico
Todo esto parece muy complica- les, éxitos súbitos, ídolos surgidos
do, pero no lo es en absoluto. En de- de la noche a la mañana y sin ma-
finitiva, esta criminología socioló- yor esfuerzo adorados por mujeres
gica elaboró conceptos que rondan hermosas, ofertas de autos lustro-
en cualquier mesa de café donde sos, cuando estos objetos no están
alguien pregunte por las causas del al alcance de la generalidad de las
delito y se opine con cierto sentido personas. Esta es la esencia de las
común desde la ingenuidad de des- teorías de la tensión.
conocer el papel del propio aparato Por último, habrá alguno que
represivo. observe que reina un individualis-
Confieso que debo contener la mo en el que cada uno tira para su
sonrisa cuando escucho en algu- lado, que todos son grupos de inte-
nas sobremesas lanzar estas teorías reses que chocan y se matan entre
por quienes ni sospechan que hubo ellos. No es muy diferente la base
quienes las envolvieron para regalo sobre la que se elaboraron las teo-
con todo el arsenal del vocabulario rías del conflicto.
sociológico. Era niño cuando escu- Pero todas estas opiniones de
chaba a los gorilas afirmar que la in- sentido común –que la criminolo-
vasión de cabecitas negras a la ciu- gía sociológica sofisticó entre 1920
dad había desorganizado todo. Con y 1970– no son incompatibles. Los
un sentido político más democráti- contertulios de la sobremesa o del
co, por cierto, pero esta es la esencia café discuten, pero en definitiva –si
de la teoría ecológica de la Escuela saben escuchar al otro– no termi-
de Chicago de los años 20 y 30. narán en una gresca, y hasta no
¿Quién no ha oído a alguien faltará quien pretenda compatibili-
afirmando que el delito juvenil zar las opiniones con cierto asenti-
obedece a la falla de la familia, de miento general.
la escuela, etc., a la consabida falta ¿Qué es lo que permite hacer
de educación? Estas son las teorías compatibles estas opiniones? Si lo
del control. pensamos un poco, veremos que
Otros hay que en la sobremesa es el fondo común de confianza en
sostienen que se crían en la villa, que la sociedad puede mejorar y
donde hay narcos y delincuentes. superar esos factores o causas. Es
Un poco más sofisticadamente, es la opinión de que tenemos que ir
cierto, pero en el fondo eso se res- para adelante, que Pepe, Pancho o
pira en la teoría de la asociación Quique son unos corruptos que hay
diferencial. que echar o con los que hay que aca-
No falta el que denuncia que la bar, pero que al final podemos tener
televisión muestra riquezas fáci- una sociedad mejor.
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El parto sociológico
134
Desorganización,
asociación diferencial
y control
presas, pero las tienen tácitas y son ponde al paradigma etiológico legi-
importantes. timante ni al de la reacción social,
Estas posiciones sistémicas ex- sino al de la pura represión como
tremas reconducen al organicismo, necesidad del sistema, en la medida
porque en definitiva lo único im- en que sea necesario para producir
portante para ellas es el sistema y su consenso, lo que para Wilson sería
equilibrio. Pero a diferencia del vie- equivalente a satisfacer las exigen-
jo organicismo criminológico po- cias de la publicidad vindicativa
sitivista racista, ya no les preocupa de la demagogia mediática: si la
la etiología del crimen, sino única- opinión pública pide encerrar a to-
mente lo que el sistema debe hacer dos los negros, debemos invertir
para no desequilibrarse o para ree- doscientos mil millones de dólares
quilibrarse. anuales para hacerlo.
De este modo, podría concluir- Cabe aclarar que a Parsons y
se que si la criminología mediática a Luhmann podemos criticarlos,
crea una realidad que genera tal pero son sociólogos, en tanto que
pánico en la sociedad que ésta re- James Q. Wilson no es un sistémi-
clama una represión enorme, habrá co, sino un reaccionario con espa-
que darla porque es necesaria para cio mediático que no creo que haya
normalizar la situación y reequili- estudiado mucho a nadie.
brar el sistema. No es puro azar que Los conflictivistas son los que
las consecuencias prácticas de las parten de la idea opuesta de socie-
versiones más radicales de esta teo- dad, concibiéndola como resultado
ría coincidan con lo postulado por de los conflictos entre diferentes
el politólogo norteamericano de grupos que en ocasiones encuen-
extrema derecha James Q. Wilson, tran algún equilibrio precario, pero
que afirma que es inútil pregun- que nunca es un sistema. Sus ante-
tarse por las causas del delito, pues cedentes se remontan a Marx y a
lo único eficaz que puede hacer el Simmel, pero la primera expresión
estado no es neutralizar esas causas moderna del conflictivismo crimi-
sino reprimir el delito. Es claro que nológico fue la del holandés Willen
para quienes pretenden reducir el Bonger, quien a comienzos del siglo
estado a casi nada para dejar todo pasado rechazaba todas las tesis que
en manos del mercado (al estilo subestimaban los factores sociales
Reagan-Bush), lo único bueno que del delito, enfrentando al positivis-
debe hacer ese cadáver insepulto mo y en particular a Garofalo.
del estado es castigar a los pobres. Desde una perspectiva marxis-
La teorización sistémica acaba ta afirmaba que el sistema capita-
en una criminología que no res- lista generaba miseria por imponer
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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¡Se cayó la estantería!
Dilemma, ponía de relieve los efec- The Power Elite, donde trata de
tos de los prejuicios de los blancos establecer quién tiene el poder en
sobre el comportamiento de los la sociedad norteamericana y ob-
negros. Los informes de Alfred C. serva visionariamente que a una
Kinsey sobre las prácticas sexuales verticalización y burocratización
despertaron un griterío histérico iba correspondiendo una sociedad
sin precedentes. de masas y no de públicos. Hacía
Algunos aportes de la microso- notar que desaparecían las aso-
ciología iban por igual camino. Wi- ciaciones voluntarias y los medios
lliam Foote White en La sociedad masivos manipulaban la opinión.
de la esquina, metido en medio de En una tercera obra –La imagina-
un grupo de inmigrantes italianos ción sociológica (1959)– le tomaba
(método del observador participan- el pelo a la sociología sistémica de
te) puso de manifiesto en 1947 que Parsons, la llamaba la gran teoría
el líder no era el más hábil, sino que y la acusaba de escamotear el pro-
era el más hábil porque era el líder, blema del poder con lenguaje os-
lo que es importante para com- curo (decía que aún era necesario
prender la resistencia a cualquier traducirlo al inglés).
cambio en las agencias del sistema Como vemos, es incuestionable
penal (y de la política en general: que las cosas no surgen de la nada,
no me cambien las reglas del juego, sino que las palabras de la acade-
porque con estas estoy ganando y mia tienen una continuidad y nunca
con las nuevas puedo perder). son obra de alguien que las inventó
En la teoría sociológica general mientras se afeitaba o se maquillaba.
la tónica la daba Charles Wright En este clima creado por la so-
Mills, un sociólogo difícil de clasi- ciología general a lo largo de más
ficar, pero buen demoledor de pre- de veinte años, la criminología so-
juicios. Hay tres obras de este autor ciológica no podía seguir pregun-
que son señeras. tándose por las causas del delito sin
En White Collar (1951) describe reparar en el poder punitivo.
e ironiza la formación de la clase Hasta ese momento nadie había
media, cercana a la clase obrera analizado el ejercicio del poder repre-
pero diferenciándose en estatus sivo. El delito podía atribuirse a mu-
y prestigio. Observa que no es un chos factores, incluso al poder mismo,
grupo homogéneo, sino una pirá- pero del sistema penal en particular
mide superpuesta a otra pirámide. nadie se ocupaba. No obstante, no se
Sus ironías son válidas para buena podía seguir avanzando sin tomarlo
parte de nuestras clases medias la- en cuenta y, al hacerlo, podemos decir
tinoamericanas. Otra es sin duda que se cayó la estantería.
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¡Se cayó la estantería!
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
taron no suponían que estaba loco; formulan las demandas de rol co-
en el segundo caso me explicarán a rrespondientes al asignado porque
mí que fue imprevisible la presencia se espera que se comporte como tal,
de los borrachos. también nos enojamos cuando no
Esos episodios que generan agresi- las responde en la forma adecuada
vidad cuando no se responde a las de- al rol. Al igual que con el vecino del
mandas de rol se llaman disrupciones y mameluco, nos preguntaremos por
nos enojamos porque cuando adviene qué ese aparato asume las caracte-
una disrupción no sabemos cómo se- rísticas de un ladrón y nos confunde.
guir, nos quedamos sin libreto. Goffman analizó con este es-
Esto sucede en todos los actos quema las instituciones totales, que
de la vida. Si nuestro vecino sale son aquellas en las que la persona
siempre con un mameluco y una desarrolla toda su actividad vital,
caja de herramientas y un día le desde que se levanta hasta que se
pedimos que nos ayude a hacer acuesta, trátese de manicomios,
arrancar el automóvil y nos dice prisiones, internados, asilos, etc.
que lo lamenta, pero que no sabe, Los círculos separados de trabajo,
porque en realidad es el catedrá- diversión y descanso se unifican y
tico de biología molecular de la reglamentan, no hay esferas inde-
universidad, aunque disimulemos pendientes de la vida, la persona se
nos quedaremos desconcertados y desculturaliza, la división entre el
en nuestro fuero interno seremos personal y el internado es tajante.
agresivos preguntándonos por qué El internado debe acostumbrar-
este aparato (o algo peor) se viste se a pedir por favor antes de hacer
de esa manera y sale con una caja lo que en la vida libre es obvio, se
de herramientas. sufre el efecto de ceremonias de de-
Los roles pueden ser socialmente gradación, la persona queda librada
positivos o negativos, lo que no im- a profanaciones verbales por parte
porta en cuanto a su funcionamien- del personal y además pierde toda
to, pues operan de la misma mane- reserva, incluso en los actos más ín-
ra. Por lo general solemos responder timos es invadida y controlada.
a las demandas de rol para que los La persona sufre ataques al yo,
otros no se enojen y evitarnos así o sea, que pierde autonomía, queda
las disrupciones. Esto es lo que va a merced del personal y de sus hu-
configurando nuestro mi, o sea que, mores, incluso los jerarcas pueden
en buena medida, somos como los darse el lujo de ser más bondadosos
otros nos demandan que seamos. que los subalternos, asumiendo la
Cuando al que se asigna un rol función del rey bueno y gracioso de
negativo (ladrón, por ejemplo) se le los cuentos infantiles.
155
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
Si bien sin etiqueta no hay de- venden a los dos bandos en guerra
lito, no es cierto que ésta crea el o a los narcotraficantes en lucha.
delito, ni Becker ni nadie sostuvo Los envases pueden contener
esto. Sin contrayentes tampoco mucho, poco o nada de material
hay matrimonio, pero el matri- etiquetable, pero eso es indiferente
monio no crea a los contrayentes para la arbitraria distribución de
como novios anteriores al acto; el las etiquetas, que las fija en envases
testamento no crea al causante ni vacíos o llenos, pero no se ocupa de
tampoco lo mata, aunque sin tes- otros realmente llenos.
tador muerto no hay sucesión tes- Esta es la cuestión que no debe
tamentaria. confundirnos nunca: lo que Becker
Hay etiquetas que se colocan en prueba es la arbitrariedad del eti-
material más etiquetable que otro; quetamiento y esto pone en crisis
sin duda que en el caso de los ase- todos los argumentos con que el
sinos seriales hay mucho material derecho penal trata de darle racio-
bien etiquetable, así como entre nalidad al poder punitivo. No en
los fumadores de marihuana hay vano el artículo de Baratta me cau-
poco y entre los homosexuales só tanta impresión y alarma. Se me
no hay nada, pero lo cierto es que caía la estantería, por cierto.
eso no interesa al etiquetamiento, El panorama del interaccionis-
que lo hace en unos pocos casos y mo simbólico lo completó desde
de modo arbitrario, pues no siem- Gran Bretaña Denis Chapman con
pre se etiqueta como homicidas a un libro llamado Sociología y el es-
los que matan. Sin detenerme en tereotipo del criminal (1968), en el
las ejecuciones sin proceso, en los que esclarece cómo se selecciona
escuadrones de la muerte, en los para criminalizar conforme a este-
asesinatos masivos genocidas y en reotipos que son creados como sín-
otros horribles crímenes impunes, tesis de los peores prejuicios de una
lo cierto es que tampoco se etique- sociedad y que no responden sólo a
tan como homicidio la guerra, las cuestiones de clase ni de capacidad
muertes por polución ambiental, económica.
las penas de muerte por error, el El concepto de estereotipo es hoy
cierre de hospitales, de puestos sa- indispensable para explicar cómo
nitarios, la desidia en el cuidado de funciona la selección criminalizan-
las rutas, ni los fabricantes y ven- te policial o judicial. En el barrio lo
dedores de armas son etiquetados suelen llamar pinta de chorro y es
como cómplices de homicidios, una suerte de uniforme del outsi-
aunque sean sus cooperadores ne- der, pero por efecto de las deman-
cesarios, ni siquiera cuando las das de rol no es algo sólo externo,
157
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
que está la cosa, él salta mostrando de otro modo. No en vano una pri-
que la tal cosa no existe. Es el que sión impacta como una suerte de
dice que el rey está desnudo. Si bien internado para adultos infantiliza-
cumple un papel dinamizante fun- dos y lo importante sería propor-
damental, pues propone una visión cionar un trato que neutralice hasta
alternativa, asume una posición donde sea posible ese proceso de re-
marginal y tiene necesidad de un socialización. En esta terminología,
grupo que lo defienda. el tratamiento penitenciario debe-
¿Cómo se explica esta opción ría evitar la re-socialización.
por la marginalidad propia del inte- Es bastante clara la influencia de
lectual? Los autores creen que surge Heidegger en Berger y Luckmann:
de una disparidad entre la socia- el ser humano, en vez de percibir-
lización primaria (que tiene lugar se como productor del mundo, lo
en la infancia) y la secundaria (del hace como producto de éste. Los
adulto). Se trata de una insatisfac- significados humanos ya no son vis-
ción personal del agente adulto con tos como algo que se produce por el
su socialización primaria. Parecie- mundo, sino como productos de la
ra que cuando niño, el intelectual naturaleza de las cosas. Así se vio la
no ha estado muy satisfecho con las esclavitud, el colonialismo, la gue-
respuestas –y órdenes– de los adul- rra y tantas otras aberraciones en el
tos o después se dio cuenta de que curso de la historia.
eran bastante tontos. Cabe señalar que con lo expuesto
En ocasiones se producen im- no agotamos el cuadro de la crimi-
portantes transformaciones en las nología crítica que hemos llamado
personas, que ellos llaman alterna- liberal, pero tampoco nos propo-
ciones y que provocan redefinicio- nemos hacerlo. Simplemente, reco-
nes o procesos de re-socialización gemos los elementos que luego nos
semejantes a la socialización infan- serán útiles para esclarecer el fenó-
til. Según lo hemos visto, el etique- meno de la criminología mediática y
tamiento desata un proceso de re- en especial para escuchar la palabra
socialización forzado. La persona es de los muertos y fundar nuestro pro-
forzada a cambiar, a autopercibirse yecto de criminología cautelar.
160
La vertiente radical
de la criminología crítica
173
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
174
¿De la criminología crítica
se pasó al desbande?
debía dar la máxima libertad para mos y al negro que molesta le cor-
permitir eliminar a los más débiles. tamos la cabeza. (A esto se debería
Herbert Spencer estaría feliz con agregar: Los indios del sur deben
ese mundo y afirmaría que no es producir cocaína y matarse para no
más que la confirmación de sus teo- mandarnos más de lo necesario para
rías; podría pedirle a Satanás una mantener alto el precio; nosotros nos
revisión extraordinaria de su juicio. ocupamos de que sólo nos llegue la
Hay razas inferiores, que somos los que podamos distribuir a precio alto
habitantes de los países periféricos y quedarnos con la mayor ganancia
y los inmigrantes y excluidos de y el beneficio del reciclaje).
los países centrales. Las razas supe- Tienen ustedes razón si acaso
riores, que son los incluidos de los les llama la atención la claridad de
países centrales y sus procónsules estas expresiones, dado que hoy
designados en los periféricos, de- no se manifiestan de esa manera,
ben defenderse de los inferiores. El pues quienes lo plantean no tienen
estado debe limitarse a mantener la la sinceridad del viejo Spencer, de
supremacía de las razas superiores Garofalo, de los positivistas racis-
sin privar a los inferiores de un de- tas. Sinceramente extraño a los vie-
recho a la lucha que los haga fuertes jos racistas, porque por lo menos
y que permita que de vez en cuando eran sinceros, auténticos oligarcas,
alguno salte el cerco, participando hablaban claro, sin tapujos, no se
de Gran Hermano o haciéndole un disfrazaban de democráticos ni de
espacio en algún negociado. generosos, eran abiertamente elitis-
El brutal salto del sistema pe- tas y lo confesaban. ¿En qué mundo
nal de Estados Unidos, la exclusión vivimos, que nos permite encontrar
definitiva del criminalizado y su por lo menos algún motivo para
familia, la pena desproporcionada añorar a los viejos racistas?
por la menor infracción conforme Hoy las cosas son más compli-
a la tolerancia cero del demagogo cadas y es más fácil confundirse.
municipal de Nueva York (que le Ahora, cuando el estado gendar-
cobró una cifra increíble a los inge- me llegó como búmeran al propio
nuos empresarios mexicanos para centro, tanto en el centro como
darles una conferencia absurda), no en la periferia hay clases medias
es más que un terrorismo de estado desclasadas, desconcertadas, anó-
contra los pobres, un modelo neo- micas (en el sentido originario de
estalinista en marcha. Durkheim), amenazadas por los
El estado gendarme es eso, su de arriba –que les reclaman fideli-
pensamiento descarnado dice los dad– y por los de abajo, a quienes
negros en su lugar, nosotros manda- consideran sus únicos y mortales
177
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
enemigos. Son pasto fácil para in- da del racismo de nuestros días. Y
ternalizar la publicidad mediática es eficaz, porque eso permite que
de un ellos enemigo compuesto de incluso entre los propios excluidos
pobres, inmigrantes y adolescentes tenga éxito la publicidad televisiva
de barrios precarios. que los erige en un ellos enemigos de
Pero no es sólo la clase media la sociedad.
empobrecida por la demolición Volveremos sobre todo esto con
del estado de bienestar. Insistimos mayor detalle, pero no puedo dejar
en que lo más artero de este spen- de señalarlo ahora, porque de lo
cerianismo actual es hacer que se contrario parece que la criminolo-
maten entre los pobres, que la vic- gía crítica ha desaparecido, cuan-
timización cunda entre los propios do en realidad ha sucedido todo lo
excluidos, a lo que se agrega que contrario: se ha vuelto más realista
entre ellos también se selecciona a y profunda estallando en varios
la policía. sentidos.
La técnica de control de los ex- Los criminólogos se hallan aho-
cluidos responde a la idea que se ra frente a una realidad del poder
maten entre los negros, así no mo- punitivo por completo diferente a la
lestan. Esta es la lógica no confesa- de los años 70. No podrían seguir
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¿De la criminología crítica se pasó al desbande?
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
mos en América Latina el mismo Por eso, cuando echamos una mi-
desarrollo teórico de la criminolo- rada sobre la crítica criminológica
gía central, siempre lidiamos con el de nuestros días, muy lejos de creer
poder punitivo descarnado al que que no existe, lo que ocurre es que
ahora ellos se enfrentan y, por ende, se desbandó en diferentes sentidos.
los elementos críticos que nos lle- Si bien esto desconcierta al prin-
gan nos resultan mucho más ade- cipio, es muy saludable, porque el
cuados a los fenómenos de poder poder punitivo es un fenómeno
que debemos controlar que los que muy complejo, que no puede en-
nos proveían con la crítica al poder cararse con simplificaciones que
punitivo del estado de bienestar. satisfacen al académico porque
En décadas pasadas, cuando quedan redonditas y cierran, pero
exponíamos nuestra realidad en que no muerden bien la realidad
el centro, no dejaba de haber un del poder.
cierto dejo de bueno, son países en Tampoco se trata de una diso-
vías de desarrollo. Hoy tenemos lución, sino de abrir la cabeza para
problemas comunes y, además, incorporar otras visiones críticas.
la famosa globalización facilita la Por último, este desbande de la mi-
comunicación. radas críticas no es un caos, como
Recordemos que cuando las al principio parece, sino que bien
brutalidades colonialistas pasaban mirado es perfectamente lógico
en África o en Sudamérica, en el frente a la necesidad de encarar la
centro las atribuían a la inferiori- agresión violenta de un poder puni-
dad de estas sociedades, pero cuan- tivo desenfrenado y brutal.
do el mismo poder neocolonialis- Cuando ante esta necesidad los
ta se enroscó y pasó a Europa, ese criminólogos se preguntaron qué se
discurso no pudo seguir vigente y estaba dejando de lado y por qué no
la comunidad internacional tuvo habían advertido el peligro antes,
la necesidad de declarar solemne- sus miradas se orientaron en cua-
mente una obviedad: todo ser hu- tro direcciones básicas y que en el
mano es persona. No es lo mismo fondo no son excluyentes.
lo que pasa en la actualidad, claro, (a) Por un lado, al tratar de ex-
pero corre el riesgo de serlo. plicar el poder punitivo y centrar
La necesidad de profundizar la la atención en su ejercicio, se sub-
realidad del poder punitivo hizo estimó el daño real que provoca el
que las miradas se dirigieran en di- delito. El delito tiene víctimas y el
ferentes direcciones y se encontra- reparto de la victimización es tan
ran con otras que ya habían repa- selectivo como el de la criminali-
rado en esos fenómenos del poder. zación. No en vano las clases subal-
180
¿De la criminología crítica se pasó al desbande?
de Hans von Hentig (que fue un cri- la gama de posibles matices en tor-
minólogo alemán antinazi y muy no del innegable fenómeno civiliza-
creativo) y de la que se considera torio de subordinación de la mujer.
fundador a Benjamin Mendelsohn, En el fondo del debate feminis-
criminólogo rumano radicado en ta creemos hallar el fundado temor
Israel. de que su potencial transformador
En un principio, la victimología –que es enorme– pueda ser neutra-
se dedicaba a las víctimas de delitos lizado por un pensamiento falocén-
comunes y en especial a su com- trico o –como dicen en el barrio–
portamiento como determinante machista, susceptible de cooptarlo.
o facilitador de estos, pero hoy ha Más allá de los extremos a los
ampliado su campo de observación que pueda conducir este temor, lo
hasta llegar a abarcar casi todo lo cierto es que el feminismo conmue-
que toman en consideración los que ve las bases mismas del poder pla-
postulan ir más allá de la crimino- netario, teniendo en cuenta –como
logía y ocuparse de todo el daño vimos– que éste se preparó jerar-
social. quizando a las sociedades coloniza-
Uno de los más destacados teó- doras mediante la regulación de las
ricos de la victimología en nuestro relaciones sexuales para erigir a sus
tiempo fue el siempre recordado primeros sargentos en la pirámide
Antonio Beristain, que había elabo- del ejército colonialista.
rado el concepto macro-víctimas en El temor de las feministas no es
referencia a los conflictos armados o otro que un capítulo importantísi-
a lo que se denomina terrorismo. En mo de las trampas que nos tienden
la Argentina, esta perspectiva fue todas las racionalizaciones del po-
ampliamente desarrollada por Elías der y todas sus naturalizaciones.
Neuman, lamentablemente falleci- El feminismo ha aportado dos
do este año (2011). conceptos que hoy son de uso co-
rriente y sin los cuales nos faltarían
letras claves en el abecedario que
Los daños que oculta usamos para describir la jerarqui-
la criminología mediática zación naturalizada que nos vende
el poder planetario: son el de pa-
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
188
Los homicidios estatales
o crímenes de masa
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
202
¿Somos todos neuróticos?
taja con bolsillo?, se preguntaría el portan poco y donde los que ejer-
flaco filósofo en la esquina). cen el poder nos enroscan la víbora
Son preguntas que no podemos para que nos cuidemos sólo de los
ignorar y quedarnos en lo que pasó ladrones mientras venden armas al
en los últimos siglos. Nadie preten- por mayor, no podemos eludir la
de legitimar con esto las masacres cuestión de la agresividad y dejar
neocolonialistas, la Shoá o Hiroshi- de preguntarnos por su posible raíz
ma y Nagasaki, sino sólo pregun- última en la civilización.
tarnos: ¿Qué es lo que antes de ellos En el siglo pasado muchos se
conectó el arranque? preguntaron por esto, en particu-
La pregunta se impone porque lar en la psicología y más a partir
se va haciendo urgente averiguar si de Sigmund Freud, que fue un per-
es posible desconectar el arranque y sonaje bastante molesto para sus
parar el motor. contemporáneos. No en vano se
Quizá se objete que estemos lo compara con Copérnico y con
yendo demasiado lejos, pero por Darwin: como si no fuera suficien-
desgracia no nos va quedando otro te que uno dijera que no éramos
recurso, porque si no paramos el tan centrales y el otro que tenía-
motor corremos el riesgo de acabar mos al mono como primo, vino
con las condiciones de vida huma- Freud a decir que ni siquiera so-
na en el planeta. Que el último sa- mos racionales.
que la basura y apague la luz ya no Pues bien: entre las molestias
es una cuestión que sólo plantea un causadas por Freud, una de las
aguafiestas. más interesantes es haberse re-
Esto no es broma y no lo arre- montado hasta la etnología, o sea
glamos dejando de usar el desodo- más allá –antes– de la historia,
rante en aerosol: en el último siglo para explicar la destructividad
hemos deteriorado estas condicio- humana. De este modo, fue quien
nes mucho más que en todos los ubicó el terreno en que se debía
milenios anteriores en que cami- buscar la respuesta.
namos sobre el planeta y con esta Además de su teoría del padre te-
proyección no falta mucho para rrible de la horda, del parricidio ori-
llegar al límite. Además, la des- ginario y de las limitaciones que los
tructividad actual no se ejerce con hermanos se impusieron para conso-
ballestas y flechas. lidar el nuevo sistema (tesis que sus
Por eso, al plantear la cuestión mismos seguidores miran con des-
criminal y darnos cuenta de que confianza), la consecuencia antropo-
se inserta en un mundo donde las lógica que sostuvo en 1930 en El ma-
muertes masivas y no masivas im- lestar en la cultura es muy penetrante.
205
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
209
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
214
La criminología
mediática
nas no conoce esa palabra, sino que la convierte en miedo a una única
vive en el mundo de la criminología fuente humana.
mediática. Por eso siempre ha existido la
No puede ser de otra manera, criminología mediática y siempre
porque las personas por lo general apela a una creación de la realidad a
no frecuentan los institutos de cri- través de información, subinforma-
minología ni leen los trabajos espe- ción y desinformación en conver-
cializados, porque tienen otras cosas gencia con prejuicios y creencias,
que hacer. En algunos momentos basada en una etiología criminal
tampoco fue muy deseable que lo hi- simplista asentada en causalidad
cieran, porque vimos que hay libros mágica. Aclaramos que lo mágico
peligrosos y encubridores. no es la venganza, sino la especial
Lo cierto es que las personas que idea de la causalidad que se usa
todos los días caminan por las ca- para canalizarla contra determi-
lles y toman el ómnibus y el subte nados grupos humanos, lo que en
junto a nosotros, tienen la visión de términos de la tesis de Girard los
la cuestión criminal que constru- convierte en chivos expiatorios.
yen los medios de comunicación, o Esta característica no cambia,
sea, que se nutren –o padecen– una lo que varía mucho es la tecnología
criminología mediática. comunicacional (desde el púlpito y
Esto ha sucedido siempre y lo la plaza hasta la televisión y la co-
que hemos visto de René Girard lo municación electrónica) y los chi-
explica claramente: si el sistema pe- vos expiatorios.
nal tiene por función real canalizar El poder de la criminología
la venganza y la violencia difusa mediática fue detectada por los
de la sociedad, es menester que las sociólogos desde fines del siglo
personas crean que el poder punitivo XIX. Con motivo del poder de los
está neutralizando al causante de to- diarios en el caso Dreyfus, Gabriel
dos sus males. Tarde afirmaba que en el presente
¿Pero por qué las personas lo [en el año 1900], el arte de gober-
aceptan o están indefensas frente nar se ha convertido en gran me-
a esa construcción de la realidad? dida en la habilidad de servirse de
La disposición a aceptarlo obedece los diarios. Denunció claramente
a que de ese modo se baja el nivel la fuerza extorsiva de los medios
de angustia que genera la violencia masivos (en su tiempo los diarios),
difusa. Volveremos sobre esto más la gran dificultad para neutrali-
adelante, pero la regla es que, cuan- zar los efectos de una difamación
do la angustia es muy pesada, me- periodística y la explotación de la
diante la criminología mediática se credulidad pública.
216
La criminología mediática
Pero Tarde fue más lejos, desta- hecho referencia y sobre el que no
cando el poder inverso al de la ex- insistiremos.
torsión, o sea, el del silencio cómpli- La característica central de la
ce, como el que tenía lugar ante el versión actual de esta criminología
genocidio armenio o el negociado proviene del medio empleado: la te-
de Panamá. Sin duda que fue el so- levisión. Por eso, cuando decimos
ciólogo quien descubrió el inmenso discurso es mejor entender mensaje,
continente de la construcción so- pues se impone mediante imágenes,
cial de la realidad que anunciaba su lo que lo dota de un singular poder.
creciente poder. Los críticos más radicales de la
El socialista Jean Jaures había televisión son Giovanni Sartori y
denunciado en la Cámara de Dipu- Pierre Bourdieu. Para Bourdieu la
tados francesa en 1896 el silencio televisión es lo opuesto a la capaci-
cómplice de la gran prensa ante las dad de pensar, en tanto que Sartori
masacres de armenios, porque sus desarrolla la tesis de que el homo
principales directivos eran benefi- sapiens se está degradando a un
ciarios de empresas otomanas y los homo videns por efecto de una cul-
diarios llevaban adelante su cam- tura de puras imágenes.
paña antisemita –preludio europeo La tesis de Sartori es un tanto
de la Shoah– difundiendo el inven- apocalíptica, aunque no es necesa-
to de los Los Protocolos, encabeza- rio compartirla en su totalidad para
dos por el delirante Édouard Dru- reconocer que le asiste un alto grado
mont y por Charles Maurras, quien de razón. En efecto: una comunica-
terminaría sus días imputado como ción por imágenes necesariamente
ideólogo del régimen vergonzoso se refiere siempre a cosas concretas,
de Vichy. Recientemente Umberto pues eso es lo único que pueden
Eco reconstruyó esos años en su mostrar las imágenes y, en conse-
novela El cementerio de Praga. cuencia, el receptor de esa comuni-
Por ende, no hablamos de nada cación es instado en forma perma-
nuevo, aunque, como es natural, nente al pensamiento concreto, lo
la criminología mediática actual que debilita su entrenamiento para
tenga características propias. El el pensamiento abstracto.
discurso de la criminología me- El pensamiento abstracto es la
diática actual no es otro que el base del lenguaje simbólico que ca-
llamado neopunitivismo de Esta- racteriza lo humano. Me explico más
dos Unidos, que se expande por claramente: cuando un psiquiatra
el mundo globalizado. Se trata del interroga a un paciente y sospecha
fenómeno que analizan Garland, que puede tener un defecto de inteli-
Wacquant y Simon, al que hemos gencia –cierto grado de oligofrenia,
217
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
220
La criminología mediática
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
228
La criminología mediática
y la víctima-héroe L
interesa el que muere en una riña aunque se lo haya liberado por li-
entre borrachos, porque no produ- brar un cheque sin fondos y resulte
ce el mismo entusiasmo comunica- después involucrado en la violación
cional que el homicidio por robo o de una vecina.
morboso, pero sería un festín si el En esto el pensamiento mágico
tóxico no fuese el alcohol, lo que apela a la pura causalidad física y
casi nunca sucede. en el fondo queda la sensación de
La criminología mediática lati- que la criminología mediática pre-
noamericana tiene una particular tende que no se libere nunca más
preferencia por los shows en los que a un preso, lo que sólo por desopi-
se enfrenta a algunas víctimas con lante no se hace manifiesto en su
los responsables de la seguridad publicidad.
(policías, políticos y si puede al- Por supuesto que para estos
gún juez). Es obvio que el daño o la shows se seleccionan las víctimas,
pérdida sufrida por una víctima no pero si el seleccionado tiene pudor,
tienen solución y que lo único que reclama en sede judicial correcta-
puede hacerse respecto de ella es mente, es sobrio en sus expresiones,
respetar su dolor y asistirla psico- no le interesa mucho a la crimino-
lógicamente. Pero el show se monta logía mediática, porque no es idó-
presuponiendo un estado que, si no neo para trasmitir su mensaje de
evitó la desgracia, fue por negligen- venganza.
cia o por ineficacia, lo que fija en el Pero en ocasiones, la crimino-
imaginario colectivo la peligrosa logía mediática da con la víctima
idea de que el estado debe ser om- ideal, capaz de provocar identifi-
nipotente, pretendiendo que se pre- cación en un amplio sector social
vengan hasta los delitos y acciden- y en tal caso la convierte en vocera
tes más patológicos e imprevisibles, de su política criminológica, con-
y que en ningún país del mundo sagrándola como víctima héroe.
pueden evitarse. El procedimiento revela una par-
Quien no ratifica lo que las víc- ticular crueldad, porque lo que la
timas o sus deudos expresan es es- criminología académica llama víc-
tigmatizado como tibio, peligroso y tima-héroe es un conejillo de Indias
encubridor, además de insensible al al que se infiere un grave daño psí-
dolor de la pobre víctima. quico; lo que se hace con él es poco
Si el delincuente pasó por la cár- menos que una vivisección psíquica.
cel y fue liberado, poco importa si Toda víctima de un hecho vio-
debía o no ser liberado, pues el ho- lento grave sufre una pérdida con
micidio se atribuye a quien dispuso daño psíquico considerable que
su libertad o a la justicia en general, muchas veces demanda una asis-
232
La criminología mediática y la víctima-héroe
235
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
240
La criminología mediática
y los políticos
L os movimientos políticos de
restauración del estado de bien-
estar actuales no son inmunes a la
ce en una permanente ambivalencia
frente al fenómeno, o sea, que no pa-
recen saber cómo manejarse frente
criminología mediática y suelen a la agresión que llevan adelante los
caer en sus juegos, lo que se tradu- partidarios del estado spenceriano.
241
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
L a criminología mediática es a la
académica más o menos lo mis-
mo que el curanderismo a la me-
pasar al acto de homicidio?
Es indudable que esas cifras
abarcan una cantidad de personas
dicina. Cabe preguntarse por qué que no son los criminales que la cri-
tiene éxito, cuando nos movemos minología mediática muestra ale-
en un tiempo en que la ciencia tie- gremente todas las veces que puede
ne enorme prestigio. Más aún: con y en algunos países ha llegado al
244
La criminología mediática y los políticos
bro racista The Bell Curve junto fusión que no hace más que ocultar
a Richard Herrnstein, al que me un renacimiento del peor reduccio-
referiré en un segundo. Murray nismo biológico.
participa de la tesis del escritor de En líneas generales me atrevo
Newsweek y, según su disparatada a decir que concurren cuatro acti-
teoría, los jóvenes de clase pobre tudes diferentes: (a) la estafa cien-
delinquen porque se los trata bené- tífica de algunos escribidores; (b) la
volamente mediante programas de ingenuidad de algunos científicos
desempleo y otros semejantes. Se- serios, que no son capaces de re-
gún este pensador, los jóvenes an- conocer los límites de sus propios
dan con una computadora hacien- conocimientos, o sea, que saltan de
do un cálculo de costo-beneficio, al la biología a la filosofía sin escalas;
igual que las adolescentes, que se (c) la ideología burdamente racista
embarazan prematuramente para de algunos científicos; y (d) el ho-
cobrar un subsidio. Su propuesta rrible guiso que cocinan los comu-
consiste en suprimir esos progra- nicadores o formadores de opinión
mas y ghetizar a los beneficiarios mezclando todo lo anterior para
para que se maten o mueran de reforzar la imagen puramente indi-
hambre en sus encierros. vidual del crimen, al que proyectan
Este es uno de los mayores repre- como el único riesgo social.
sentantes del think tank de Wash- En esta suerte de puchero o san-
ington, aunque más bien parece cocho mediático –u olla de bruja– re-
sólo del tank, obviando respetuosa- surgen cosas tales como la tesis de la
mente la naturaleza del contenido. meritocracia biológica según tests de
Los best seller criminológicos habilidad disfrazados de tests de in-
norteamericanos se comentan en teligencia, la investigación de melli-
generosos espacios en diarios que zos univitelinos, los estudios de he-
se suponen serios, dando lugar a rencia falsificados de los años 20, etc.
una verdadera industria de fabrica- Estos estudios fueron renovados por
ción de embustes criminológicos que el profesor de Columbia Henry E.
se venden en los aeropuertos, junto Garrett, que después de su jubilación
a las novelas policiales y a las revis- pasó a la Universidad de Virginia,
tas pornográficas en sobre sellado. donde sus ideas fueron sostenidas
Todos ellos proyectan la imagen por el senador Harry Byrd, notorio
del crimen como un fenómeno in- promotor de la resistencia masiva
dividual. Para eso publicitan mu- a la integración racial. Garrett fue
chísimo las novedades descubiertas apoyado financieramente por la Pio-
por los biólogos y genetistas, pero neer Foundation, creada en 1937 por
terminan incurriendo en una con- el millonario textil Wickliffe Draper,
249
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
toman una muestra de sangre y ve- población para evitar las peleas?
rifican que todos tenemos un altísi- En síntesis y, lamentablemente,
mo nivel de adrenalina. si bien pocas cosas son más irra-
¿Será la adrenalina la que nos cionales que la criminología me-
hace energúmenos o será que la diática, lo cierto es que las decisio-
adrenalina subió por causa de nes de poder se adoptan siguien-
nuestra conducta de energúme- do sus incoherencias y su base de
nos? A todos los que se pelean les causalidad mágica, al más perfecto
sube la adrenalina. ¿Sería una so- estilo völkisch. Spee volvería a es-
lución bajar la adrenalina a toda la cribir su libro.
253
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
254
El fin de la criminología
negacionista: qué,
cómo y dónde
los de guerra. Este cálculo del 2% de Comencemos por las tres pri-
la población mundial asesinada fue meras (¿Qué? ¿Cómo? y ¿Dónde?).
recientemente ratificado por el pro- Para empezar a recorrer este ca-
fesor de Harvard Daniel Jonah Gol- mino no nos sirve la definición legal,
dhagen, quien tampoco descarta las que en este caso sería la de genocidio
estimaciones más altas, que llegan del derecho internacional, acuñada
al 4% de la población mundial. Este a partir de la propuesta de Raphael
cálculo pesimista indicaría que casi Lemkin y establecida en la fórmula
un habitante por cada veinticinco de la Convención para la prevención
fue eliminado por los estados fuera y sanción del delito de genocidio de
de las situaciones de guerra real. las Naciones Unidas de 1948.
Manteniéndonos con el más No nos sirve porque fue ela-
prudente 2%, no podemos dejar borada a la medida de las grandes
de alarmarnos, por escasa que sea potencias al comienzo de la Guerra
nuestra sensibilidad frente a las Fría y, por ende, no abarca el ani-
matanzas, y no menos alarmante es quilamiento de los grupos políticos
que la criminología lo haya ignora- porque no le convenía a Stalin, exi-
do casi por completo y no los regis- ge aniquilamiento para dejar fuera
tren las estadísticas de homicidios. las matanzas neocolonialistas de los
Siempre los genocidas temie- europeos y –también– para evitar
ron a los cadáveres, por lo que los que entren en la definición las bom-
redujeron a cenizas, los ocultaron bas de Hiroshima y Nagasaki.
en fosas comunes o los arrojaron Si bien la consagración inter-
desde aviones en vuelo, pero que la nacional del crimen de genocidio
criminología comparta ese temor logró sacar a la luz unos cuantos
es demasiado fuerte. No podemos millones de cadáveres (lo que fue
seguir haciendo una criminología muy positivo), lo cierto es que hubo
que mire de frente sin hacernos otros muchos millones más cuyos
cargo de los cadáveres: mi abuela se gritos se intentaron acallar en el
enojaría muchísimo. La criminolo- curso de las negociaciones.
gía negacionista llega a su fin. Una Como consecuencia de este re-
criminología en serio debe empe- corte microquirúrgico del concep-
zar por escuchar que estos muertos to, en todas las masacres posterio-
están muertos. res se plantearon dudas jurídicas.
Para adentrarnos en el tema, re- Aunque parezca mentira, se dudó si
currimos al camino de las siete pre- eran genocidios las masacres de los
guntas de oro de la criminalística: japoneses en China, Corea y otras
¿Qué? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? regiones; de los chinos desde que
¿Con qué? ¿Por qué? ¿Quién? en 1950 ocuparon el Tíbet (se cal-
257
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
261
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
Hanna Arendt dijo con razón en el nordeste del Brasil, quizá in-
que los europeos practicaron sus cluso nuestras insensatas guerras
brutales métodos colonialistas y civiles y contra vecinos, etc.
acabaron trasladándolos al propio Esta herencia europea se con-
corazón europeo, pero –quizá por cretó más cercanamente en forma
quedarse tomando el té con Hei- de autocolonialismo. Tal vez por su
degger– llegó tarde al cine: antes proximidad no hemos percibido su
los romanos lo habían practicado verdadera naturaleza, pues en al-
sobre casi toda Europa, los caste- guna medida hemos asimilado al
llanos habían colonizado a los is- colonizador, demasiado parecido y
lámicos del sur (aunque hablan de cercano a nosotros.
reconquista) y habían expulsado a La expresión autocolonialismo
los judíos, etc. no debe descartarse por el hecho
Si nos instalamos en el cine an- de que haya habido una clara in-
tes que Hanna y miramos la pelícu- jerencia de intereses foráneos en
la completa, veremos que existe una su establecimiento, porque si bien
suerte de pulsión masacradora que esto es incuestionable, no lo es me-
se extendió por Europa, que luego nos que sin condicionamientos en-
ésta expulsó hacia otras socieda- dógenos favorables el fenómeno no
des indefensas a las que sometió a hubiese sido posible.
su control y explotación policial Cuando Francia luchaba por
y que a la larga rebotó y volvió a mantener su poder colonial sobre
su territorio. Esto indicaría que la Indochina primero y sobre Arge-
tendencia a expandirse, someter y lia más tarde, se encontró con que
hegemonizar a costa de masacres debía luchar contra pueblos, pues
estatales forma parte de la civiliza- la mayor parte de la población les
ción que Europa planetarizó. prestaba un considerable apoyo y,
Tan cierto es esto que la pla- en particular, los ocultaba al per-
netarización masacradora siguió mitir que se mimetizasen con ella.
funcionando entre nosotros des- En esas circunstancias los mili-
pués de nuestras independencias: tares franceses inventaron la tesis
las masacres de pueblos origina- de que no se trataba de una guerra
rios también fueron practicadas clásica, sino de combatientes irre-
por gobiernos patrios, como la gulares que no respetaban las leyes
llamada Campaña del Desierto ar- de la guerra y, por ende, se conside-
gentina, la contención de las mo- raban liberados de la obligación de
vilizaciones del Altiplano contra respetarlos y habilitados para sem-
la tentativa de reposición de un brar el terror en la población y de-
Wilka alrededor de 1900, Canudos tectar a los combatientes valiéndose
265
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
266
¿Cuándo se cometen
las masacres?
Veamos cómo operan estas categorías cipar de una supuesta prueba cien-
en el discurso de los masacradores. tífica en la que un actor simulaba
La negación de la propia respon- sufrir descargas eléctricas progresi-
sabilidad en las masacres se carac- vas que el invitado produciría con
teriza por definir situaciones como un aparato, verificando que entre el
de extrema necesidad y creadas por 60% y el 80% de los invitados no se
el grupo al que se pretende aniqui- detenía ante la simulación de dolor
lar. Por ende, el chivo expiatorio en del actor. La autoridad de la ciencia
toda masacre debe ser alguien que generó un verticalismo obediente
haga creíble la atribución de un en personas normales, que no para-
enorme poder capaz de generar el ron ante el sufrimiento.
pánico moral. Cabe aclarar que el pánico mo-
Para eso se acude a una causali- ral es casi siempre ilusorio pero no
dad mágica, basada siempre en una alucinado, es decir, que deforma la
urgencia de respuesta. El reclamo realidad, pero rara vez la inventa
autoritario siempre es de urgencia: del todo. Esto obedece a que es más
Deme una respuesta. Si esto no le sencillo alterar la percepción de un
gusta ¿qué propone? Baje a la reali- objeto real que promover la de uno
dad. ¿Qué me dice frente a esto? Son inexistente. La existencia de un ob-
expresiones que escuchamos todos jeto portador de algo de peligro o
los días por parte de los formado- capacidad de hacer daño facilita la
res de opinión de la criminología tarea de manipularlo hasta hacer
mediática. creer que es necesario aniquilarlo
Cuando el contenido mágico para sobrevivir.
es muy evidente, se lo disfraza de En ocasiones se alimenta el pá-
científico: cuando quedó demodé nico moral con un hecho desen-
atribuir a la relación con Satanás la cadenante, cuya autoría queda en
capacidad de los judíos para causar el misterio, como el incendio del
las pestes, se les imputó la posesión Reichstag o el misil que mató al
de un veneno tan potente que podía presidente de Ruanda. En menor
matar a toda la población; se pasó medida, las agencias policiales au-
del diablo a la química. tonomizadas se valen de iguales
El nazismo se rodeaba de cien- tácticas: dejan que se causen homi-
tíficos para legitimar sus disparata- cidios, provocan o incitan saqueos
das tesis y los renacimientos cícli- o desórdenes, liberan zonas, para
cos de la frenología lo confirman. precipitar el pánico moral.
Recordemos el experimento de Si bien la fuente de la pretendida
Stanley Milgram en la Universidad emergencia es un hecho deforma-
de Yale: invitó a estudiantes a parti- do, sería demasiado ingenuo creer
270
¿Cuándo se cometen las masacres?
más recientes, las de la segunda mi- bieron libros, pero con elaboración
tad del siglo XX y en especial las de simplista e importada, reiterando
seguridad nacional. los elementos emponzoñados del
Creo que no podemos confun- autocolonialismo. Por cierto que
dir a un ideólogo que por lo menos hubo intelectuales al servicio de
presenta algunos ribetes originales nuestras dictaduras masacradoras,
–por disparatados que sean– con pero estos escribas ocasionales no
repetidores de tesis francesas o merecen ese nivel de consideración.
norteamericanas. Gobery do Couto La ideología de nuestras masacres
e Silva y Augusto Pinochet escri- era por completo colonizada.
279
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
280
¿Por qué?
venganza. También vimos cómo el gamos por ese camino que vamos
saber señorial, o sea, la ciencia del bien, al estilo de Carl Schmitt.
Dominus, lleva a la cosificación de Esta lógica masacradora podía
la persona e impide cualquier diá- sostenerse en el siglo pasado con
logo, acabando en un fenómeno de cierto gesto de indiferencia y hasta
retroalimentación peligroso. de soberbia, porque las masacres
La neurosis civilizatoria tanto mataron a un habitante del planeta
como la acumulación señorial de por cada cincuenta, pero quedaron
saber, apoyadas ambas al igual que cuarenta y nueve.
la venganza sobre la idea lineal del Michel Serres sostuvo en su
tiempo, si bien explican mucho en Atlas (1994) que desde Hiroshima
forma convincente, parecen que- aparece el temor a una nueva muer-
darse en hechos del último milenio. te: la de la especie. Pero desde hace
Pero las masacres no se limitan a tiempo se viene observando que
nuestra civilización dominante, mo- el avance tecnológico habilita hoy
derna y premoderna. Las masacres la posibilidad de una masacre que
suelen encubrirse con visiones reli- afecte a toda la especie, y no ya me-
giosas y son tan antiguas como la re- diante un conflicto bélico, sino por
ligión y, al igual que ella, son pre-es- el propio sistema de producción que
tatales, pues aparecen en sociedades en su búsqueda de acumulación de
con organizaciones muy diferentes a bienes no se detiene ni siquiera ante
las modernas y también muy distin- el riesgo de aniquilamiento total de
tas entre sí. la vida humana.
Esta verificación abre el espacio Cuando nos referimos a la caute-
para una tesis que subyace en Hob- la de Spee, lo cierto es que –con este
bes y que se deforma hasta la abe- u otro nombre– su recomendación
rración en todo el inmoralismo que sobrevuela el pensamiento contem-
pretende legitimar el estado de po- poráneo. Es claro que responde a
licía como única forma posible de este principio la ética de la respon-
organización social, que es la natu- sabilidad de Hans Jonas, cuyo im-
ralización de las masacres. perativo podría sintetizarse en la
Según esta tesis, la persistencia fórmula obra de tal manera que los
y antigüedad del fenómeno respon- efectos de tu acción no destruyan la
dería a razones biológicas, o sea, posibilidad futura de la vida.
a algo no mutable de la biología El naturalista francés del Sahara,
humana. La lógica naturalizante Theodor Monod, candidateó a los
es impecable: si venimos fallados cefalópodos del fondo de los mares
genéticamente y el gen perverso para que después de algunos millo-
nos lleva a la violencia, adelante, si- nes de años reemplacen a los hu-
283
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
286
¿Por qué?
287
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
punitivo, pero mucho peor es negar lar, debemos comenzar por analizar
su existencia y, además, es suicida el funcionamiento del aparato de
hacerlo cuando en cualquier mo- poder punitivo, o sea del sistema pe-
mento puede ser uno mismo el que nal, y desde sus características des-
quede debajo de la sábana. tacar los puntos de mayor riesgo de
Para adentrarnos mínimamente desborde y las modalidades que éste
en un esbozo de criminología caute- puede asumir.
294
El aparato canalizador
de venganza
porque todos nos espían. Nos delei- A medida que avanzaba el siglo
tamos con programas de televisión XX, este modelo de policía asumió
que muestran hasta las conductas formas más complejas como resul-
más íntimas, pero no sabemos si nos tado de los movimientos de amplia-
contemplan cuando vamos al baño, ción de ciudadanía. No obstante, se
y si lo supiésemos no descarto que mantuvo con variables más o me-
alguien se alegraría por considerar- nos técnicas y acomodándose a las
se a salvo de los homicidas seriales nuevas condiciones sociales.
que muestra la ficción televisiva. Lo cierto es que en la región
Ignoro hacia dónde conduce hasta el momento no existe un
esta creciente invasión de la pri- modelo propio de policía, demo-
vacidad. ¿Vamos hacia una nueva crático y adecuado a nuestras so-
ética? ¿Veremos con naturalidad lo ciedades y necesidades. Sobrevi-
que hace cualquiera en su dormito- ven prácticas del siglo XIX junto a
rio o en su baño? ¿No quedará acto segmentos tecnificados y algunas
privado alguno? ¿Nos dejará de im- iniciativas ordenadoras, pero sin
portar eso? Excede mi imaginación dejar el esquema jerarquizado mi-
esta perspectiva. Pero sigamos. litarizado, todo complicado con
En América Latina hemos co- los innumerables tráficos globali-
piado la Constitución de Estados zados y manifestaciones de crimi-
Unidos, pero no el modelo de po- nalidad económica.
licía comunitaria norteamericano, El descuido de las policías indica
sino el borbónico de ocupación te- un bajo nivel de inteligencia políti-
rritorial con orden militarizado, es ca de la dirigencia, que se confor-
decir que no hemos salido mucho mó con emparchar su organización
del modelo colonialista. a medida que fueron chocando con
En el siglo XIX, cuando nues- inconvenientes insoslayables.
tros países se organizaron más o Por lo general, los políticos no
menos precariamente, las autori- tienen una idea clara de la cuestión
dades políticas pactaron con las policial, lo que es grave, pues no
agencias policiales la concesión de hay país sin policía, puesto que es
áreas de recaudación autónoma a una institución imprescindible en
cambio del control de las mayorías la vida social moderna y su descui-
como garantía de gobernabilidad, do señala una falla de imprevisibles
sin ocuparse de los medios de los consecuencias políticas generales.
que éstas se valían, habilitando Recordemos que Spee responsabili-
toda forma de violencia, siempre zaba a los príncipes, porque no con-
que recayese sobre las clases subal- trolaban lo que hacían sus funcio-
ternas y los disidentes. narios. En realidad no los contro-
299
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
300
301
La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
sino del estereotipo alimentado por del simbólico sepelio militar funcio-
el modelo institucional suicida tole- nal a la imagen bélica y a la pasajera
rado por una política insensata. manipulación mediática.
Este fenómeno, que puede neu- Como el estereotipo se intro-
tralizarse en buena medida respec- yecta, no es difícil que en muchos
to de la oficialidad, lo sufre más casos –y como por lo general se
fuertemente el llamado personal de trata de jóvenes– esta internaliza-
tropa, que es el que está en contacto ción la faciliten algunas caracterís-
con la misma población de la que ticas de omnipotencia que de este
se selecciona a los criminalizados modo se extreman.
y victimizados con los que debe Sinceramente, me resulta muy
convivir como resultado de su per- difícil determinar si este modelo
tenencia al mismo segmento social conduce a una violación de dere-
y al mismo vecindario. chos humanos más grave en los cri-
No es el mejor estado psicoló- minalizados que en los policizados;
gico el de un funcionario con con- no sé de qué lado opera con mayor
diciones precarias de trabajo, que crueldad el modelo. Cuanto más
desarrolla actividades riesgosas, y deteriorada esté la institución poli-
que está sometido a la arbitrarie- cial en un país como resultado de la
dad sancionadora y al aislamiento vigencia de este modelo, mayor será
provocado por una estigmatización el grado de deterioro que provoque
negativa estereotipada. en su personal y, por supuesto, me-
Si a eso sumamos las condicio- nor el grado de eficacia específica.
nes de estrés de la actividad laboral, Pero lo cierto es que así como
su salud física y mental no parece se selecciona a los criminalizados
estar a salvo de riesgos, pero la ins- y policizados, la victimización se
titución sólo suele ocuparse en se- reparte de igual modo selectivo
rio de su personal cuando sufre un sobre los segmentos más carencia-
accidente fatal de trabajo. Entonces dos de los barrios más peligrosos.
inmediatamente se organiza un se- Como no pueden pagar seguridad
pelio militar, mostrando al soldado privada, a veces quedan en manos
caído en la batalla. Cuando cual- de justicieros locales o de trafican-
quiera de los integrantes de otra tes que controlan el territorio, y en
agencia del sistema penal es víctima cualquier caso padecen las conse-
fatal de un hecho violento vincula- cuencias de un servicio de seguri-
do a su función, pasa a ser un héroe dad deteriorado y con personal en
y la publicidad es enorme; cuando el que no confían.
lo sufre un policía, es una noticia La vulnerabilidad victimizante
sin mayor trascendencia, más allá se reparte de modo tan desparejo
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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El resultado: la prisionización
reproductora
el cálculo talional, pero el límite del nes de tortura blanca (sin predomi-
talión impide sacar del medio a los nio de violencia física) y en los po-
molestos para la policía, que come- bres en campos de concentración,
ten infracciones menores. Para esos con muertes frecuentes (masacre
se inventaron penas desproporcio- por goteo) y brotes de muertes ma-
nadas respecto de la gravedad de sivas (motines).
la infracción. La más drástica, his- La intervención penal por des-
toricamante, fue la deportación en viaciones primarias genera otras
Australia, la Isla del Diablo, Siberia secundarias más graves y la reclu-
o Ushuaia. sión de adolescentes prepara carre-
La patología política de Estados ras criminales. La prisionización
Unidos y su criminología mediática innecesaria fabrica delincuentes, al
revivieron la deportación, aplicando igual que la estigmatización de las
a los molestos penas de veinticinco minorías es una clara profecía auto-
años por delitos ínfimos: apodera- rrealizada (jóvenes con dificultades
miento de un guante, posesión de de identidad asumen los roles des-
un grabador robado, tratar de co- viados imputados mediáticamente,
brar un cheque de cien dólares, usar reafirmando los prejuicios propios
una licencia de conducir falsa, etc. del estereotipo).
Se trata de la vieja mala vida po- Las cifras no mienten: Estados
sitivista, pero como no pueden de- Unidos es el único país con alto
portarlos ni tampoco matarlos, se ingreso per capita que no logra re-
los encarcela. Dado que la mayoría ducir el número de homicidios. Su
de su población penal es afroame- tasa es casi análoga a la argentina
ricana, se le añade el factor racista, (5,5 por 100.000) y superior a ésta
como sustituto de la tentativa de –pese a las mentiras del demago-
deportación de los afroamericanos go Giuliani– en Nueva York (8,65)
a México en el siglo XIX. De ha- y San Francisco (8,10). Estas tasas
berlos aceptado el presidente Be- son mucho mayores que la de Ca-
nito Juárez, hoy no habría tantos nadá (1,77 por 100.000), pese a que
afroamericanos presos en Estados Estados Unidos tiene un índice de
Unidos y México habría ganado prisionización de casi el 800 por
muchos campeones deportivos y 100.000 y Canadá sólo 116. Uru-
la mejor música norteamericana. guay registra una tasa de homici-
Algo me recuerda la pena de muer- dios dolosos de 4,7 por 100.000 y
te estalinista, por usar un boleto de Bolivia de 3,7 sin ninguna inver-
ferrocarril falso. sión astronómica.
En los países ricos, las cárceles El modelo norteamericano ha
tienden a convertirse en institucio- cobrado autonomía y es difícil de-
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El resultado: la prisionización reproductora
tenerlo, pues generó una poderosa lo que revela que no tienen mucha
industria de la seguridad, que in- eficacia preventiva.
cluso inventó la privatización carce- Inversamente, entre los países
laria como panacea. que hacen un uso muy inferior de la
Se trata de empresas que cons- prisión se hallan Finlandia con 71
truyen cárceles premoldeadas que por 100.000 (menos de una décima
alquilan a los gobiernos hasta que, parte de la tasa norteamericana) y
pasados algunos años y una vez una tasa de homicidio de 2,90; Aus-
que los presos las han destruido, tralia con 117 por 100.000 habitan-
las dejan en propiedad de los países tes y una tasa de homicidio de 1,87;
que las compran. Algunos gobier- Canadá –como vimos– con 116 por
nos otorgan créditos a ese efecto, 100.000 y una tasa de homicidio de
con la condición de que las cárceles 1,77; Nueva Zelanda con 118 presos
se encarguen a sus empresas; para por 100.000 habitantes y una tasa
eso, envían corredores que van de homicidio de 2,50.
por el mundo haciendo gala de sus La explicación convencional
bondades y economía, pese a que según la cual hay más prisioniza-
el costo de la cárcel privada es muy ción porque hay más homicidios
superior al de las públicas, por lo es falsa, porque si fuese cierta, con
que en Estados Unidos no se ha ge- los largos años que llevan, las altas
neralizado esta privatización, que tasas debían haber hecho descen-
se usa para exportación. der los homicidios y las bajas tasas
Este juego maléfico lo explica deberían haberlos subido, nada de
muy claramente la baronesa Vivien lo cual ha sucedido. La conclusión
Stern en un magnífico libro de 2006 es clara: el mayor uso de la prisión
titulado precisamente Creando cri- no tiene efecto preventivo de los ho-
minales. Las tasas de uso de la pri- micidios, y cabe sospechar que tiene
sión en el mundo varían al infinito: un efecto contrario.
en la cúspide se halla Estados Uni- Igualmente llama la atención la
dos con los casi 800 por 100.000 enorme diferencia en las tasas de
mencionados, seguida por la Fede- prisionización de países vecinos:
ración Rusa con cerca de 600 por los 800 por 100.000 de Estados Uni-
100.000 habitantes. Cabe observar dos y los 117 de Canadá, los 600 de
que estos campeones de la prisio- Rusia y los 71 de Finlandia. ¿Será
nización registran en Nueva York porque los canadienses y los finlan-
la mencionada tasa de homicidios deses sueltan a todos los asesinos y
de 8,65 por 100.000 y Moscú la de violadores seriales? No parece razo-
18,38 por 100.000 (la tasa total de nable: en cualquier país del mundo
Rusia es nada menos que de 22,10), los autores de crímenes graves son
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
desapareciendo, de que lo van de- Parte del negocio del preso son
jando solo. La vida cotidiana redu- los privilegios vendidos a quienes
cida a ámbitos pequeños o limitados pueden pagarlos, que van desde
condiciona una sensación fóbica alojamientos especiales hasta pro-
a los espacios abiertos a la hora de visión de presos jóvenes para uso
recuperar la libertad (agarofobia), sexual. Esta es la pequeña indus-
aunque luego se disipa. tria del preso, porque la gran in-
Si la prisión es prolongada, el dustria está representada por los
preso pierde la dinámica cultural fabricantes de prisiones y dispositi-
y tecnológica externa, sale a un vos de seguridad.
mundo que no es el que conocía, Todos estos elementos demues-
es un Robinson que vuelve a la ci- tran que la tan mentada ideología
vilización. re es muy difícil de concebir en los
Los motines estallan a veces por términos tradicionales y que la cár-
nimiedades: se apaga un televisor o cel más bien opera en sentido con-
la luz, se prohíbe la visita ese día trario, pero la razón principal por
o se acorta el horario o, simple- la que le reconocemos el papel de
mente, por nada, salvo por el estrés máquina fijadora de roles desviados
y la tensión creciente. El acoso que es una característica estructural.
sufren algunos niños en las escuelas La sociedad carcelaria –como
y que en Estados Unidos provoca la llama Elías Neuman– tiene su
homicidios múltiples, tiene lugar propia jerarquía interna y los pre-
entre los presos. Con frecuencia los sos asocian al recién llegado a un
buchones o los que son estigmatiza- estereotipo conforme al delito co-
dos como tales, son eliminados en metido (pesado, estafador, chorro,
los motines o fuera de ellos. violeta, estafeta, escruchante, etc.) y
Una administración carcelaria en razón de éste y de características
corrupta hace del preso un peque- personales se lo vincula a un esta-
ño negocio mediante el tráfico de mento de esa jerarquía.
elementos prohibidos, en particular El preso debe comportarse res-
tóxicos, práctica que se conoce des- pondiendo al rol que demanda el
de el siglo XIX. Con mayores nive- estereotipo, pues de lo contrario
les de corrupción puede llegarse al provoca las disrupciones (reaccio-
extremo peligro de que introduzcan nes agresivas) que pueden costar-
armas de fuego. Las armas blancas le la vida. Asumiendo ese rol se
no se introducen, sino que las fabri- adapta a la vida carcelaria. Los es-
can los propios presos: son las fa- tereotipos se internalizan y se rea-
mosas púas, afiladas durante horas firman con las nuevas y constantes
contra los muros. demandas de rol, con lo que cabe
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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La criminología cautelar
preventiva de masacres
potencial masacre, sólo que éste las abstracciones con que el poder
contiene también elementos que punitivo legitima sus desbordes e ir
impiden su desarrollo. a lo más concreto. Su única verdad
No obstante, como la natura- era la realidad, y la realidad eran
leza de cualquier sistema penal es las cenizas de los cadáveres de mu-
inestable, un desequilibrio de ori- jeres inocentes.
gen interno (entre sus agencias) o En nuestro tiempo, la máxima
externo (del ambiente) puede des- abstracción es la idea mediática de
controlar sus agencias ejecutivas o seguridad.
permitir que otras más agresivas En todo gobierno existe un
asuman su función, provocando área de seguridad, porque de algún
el efecto letal. Por eso, el sistema modo es menester denominar a las
penal es siempre un aparato peli- policías y sus aledaños. A partir de
groso, cuyo funcionamiento debe esa denominación, la criminología
ser atentamente vigilado. mediática construye una realidad
Dejemos a otros mejor dotados de seguridad bastante difusa, pero
intelectualmente la noble tarea de de ella deduce de inmediato –y los
pensar en sociedades futuras libe- juristas degluten– un derecho a la
radas de la venganza, pero hasta seguridad.
que semejante mutación tenga lu- En esa invención se halla el nú-
gar –si es que alguna vez lo tiene–, cleo del discurso autoritario, plan-
muchos aparatos podrían descon- teado como la falsa opción entre li-
trolarse y producir cientos de miles bertad y seguridad, en un plano de
o millones de nuevos cadáveres si- máxima abstracción.
lenciosos e incluso poner en riesgo La trampa consiste en pretender
la vida humana en el planeta. la existencia de un volátil derecho a
Por ello, ahora y aquí, es indis- la seguridad. Se trata de un recurso
pensable que el criminólogo inda- retórico de clonación de derechos y
gue cómo controlar en el corto y realidades. Ninguna víctima tiene
mediano plazo el aparato para pro- afectado un abstracto derecho a la
curar evitar que se desequilibre de seguridad, sino un real y concreto
mala manera. derecho a la vida, a la integridad
El camino táctico lo señaló en física, a la libertad sexual, a la pro-
1631 Friedrich Spee. El jesuita poe- piedad, etc. Si alguien lo duda bas-
ta no discutió si los aquelarres eran taría preguntarle a cualquier vícti-
reales, todo es posible –dijo–, pero ma de violencia qué es lo que le han
lo único cierto era que todas esas lesionado.
mujeres inocentes estaban muer- Siguiendo la táctica de Spee, lo
tas. Su método consistió en eludir más concreto que hallamos son los
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La criminología cautelar preventiva de masacres
cadáveres. Al incorporar las ma- nuestra región todos los datos que
sacres a la criminología, abrimos hacen a la seguridad –si es que al-
nuestros ojos a una realidad ca- guien los recoge– son secretos por
davérica tan concreta que no deja razones de seguridad.
lugar para ninguna abstracción En Latinoamérica estamos inti-
manipulable. midados por el descrédito que nos
Cautela proviene de la raíz in- puede acarrear la publicidad nega-
doeuropea keud, que indica prestar tiva, por las difamaciones de las que
atención, percibir, que en sánscrito podemos ser víctimas, por las repre-
da kaví que significa inteligente y en salias que en algunos países pueden
latín caveo, estar en guardia. Es la pa- tomar las agencias ejecutivas si nos
labra exacta, y no en vano es la esco- involucramos con la realidad.
gida por Spee. Nuestra academia no se anima
Ante las montañas de cadáveres, a decir lo mismo que muchos cri-
la civilización pareció inclinarse minólogos norteamericanos dicen
por la vía de la cautela después de la de su propio sistema (y cuando no
Segunda Guerra Mundial. Pero eso se lo dicen ellos los ingleses lo ha-
no evitó nuevas masacres y parece cen y nadie les impide circular por
que hoy perdió toda prudencia, en Estados Unidos y enseñar en sus
especial en Estados Unidos. universidades).
Quizá pueda alguien pensar que A ellos les proporcionan fondos
me ha dado un brote antinorteame- para que investiguen; a nosotros no
ricano. Nada más equivocado, pues nos dan nada, y menos si nos saben
casi todo lo que hemos observado críticos del poder punitivo, pues a
no tiene otras fuentes que los pro- nuestros ministros de turno no les
pios colegas criminólogos esta- hace gracia que nos metamos a ver
dounidenses, quienes nos informan lo que hacen las policías autonomi-
y advierten el riesgo, manejando zadas con las que pactan sus cuotas
datos ciertos acerca de su sistema de recaudación autónoma. Nues-
penal, pues tienen acceso a la infor- tros gobiernos nunca sentarían en
mación y espacio para investigar la nuestras cámaras a una criminólo-
realidad. ga como la baronesa Vivien Stern
Nosotros no disponemos de ese para que denuncie que su sistema
espacio: tememos a la criminolo- penal está fabricando criminales.
gía mediática, no la denunciamos Mucho es criticable de Estados
con todas las palabras que merece Unidos y de la cultura anglosajona,
y, si lo hacemos, no disponemos pero también mucho tenemos que
de los elementos que nos permiten aprender e imitar. No podemos ig-
evidenciar su falsedad, porque en norar que en el juego de luces y som-
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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No se puede prevenir
lo que no se conoce
general. Esta última es una razón socio-ambiental (en todos los expe-
más para reafirmar la cautela en el dientes se hace); 9) motivo presun-
ejercicio del poder punitivo. to; 10) presencia de tóxico (alcohol,
Todo lo que los estados destinan otros; en caso afirmativo, grado de
a la represión, por precario que sea, alcoholemia, etc.); 11) circunstan-
es muy caro, lo que no es un dato cias en que se conoció el hecho; 12)
menor, teniendo en cuenta las nece- hallazgo del cadáver.
sidades de nuestros países, que de- Si pudiéramos responder a estas
ben invertir en desarrollo e infraes- preguntas en todos los homicidios y
tructura. Todo lo que se destine a luego trabajáramos sobre los datos
evitar la violencia es economía en el obtenidos, podríamos responder
mediano plazo, pues, por lo menos, además muchas otras preguntas in-
importa un ahorro en represión. teresantes: ¿Cuáles son los homici-
Cuando se pregunta por las me- dios más frecuentes? ¿Por violencia
didas preventivas concretas, las res- familiar, celos, disputas entre bo-
puestas son vagas: se aconsejan me- rrachos, grescas entre bandas, robo,
didas en salud, educación, asistencia secuestro, etc.? ¿Qué perfiles tene-
social, deporte, etc. Siempre se supo mos de víctima? ¿Quiénes están
que subiendo el nivel de vida, baja el en mayor riesgo? ¿En qué circuns-
delito violento y sube el astuto; así tancias aumentan los riesgos de
lo señalaba Niceforo hace un siglo victimización? ¿En qué segmentos
(baja el homicidio y sube la estafa). sociales predominan unos y otros
Pero el criminólogo no se pue- riesgos? ¿Qué perfil de victimario
de quedar sentado esperando que tenemos? ¿A qué faja etaria corres-
suba el producto y aconsejando ponden según los diferentes tipos
medidas de sentido común. ¿Qué de homicidios? ¿Qué signos de ries-
debe hacer? go previos existen? Y muchas más.
Tomemos como ejemplo indi- Además, si hiciéramos esto du-
cador el homicidio. El universo de rante cuatro o cinco años, veríamos
homicidios dolosos de un país del cómo varía la dinámica del homi-
Cono Sur no es muy grande. Escri- cidio en el país, cuáles aumentan,
bamos en una planilla una docena cuáles bajan y cuáles se mantienen.
de preguntas elementales: 1) lugar; Es bastante sencillo y elemental.
2) hora; 3) circunstancia; 4) rela- Pero nadie lo ha hecho.
ción entre víctima y victimario; 5) Si queremos ocuparnos de los
medio usado; 6) datos personales adolescentes de barrios precarios
de la víctima (edad, estado civil, en conflicto con la ley (no digo ho-
profesión, instrucción, domicilio, micidas, porque el número es muy
etc.); 7) del victimario; 8) informe reducido y por lo tanto no es signi-
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
antes de obturar los canales de re- representación del estado que tiene
caudación ilegales y procurar la el habitante –y a veces la única–,
distribución equitativa de los nue- por lo cual debe tener un mínimo
vos beneficios legales. En este senti- de entrenamiento para manejar la
do, no cabe duda de que la sindica- conflictividad cotidiana, aconsejar,
lización del personal policial puede orientar a la población, derivar los
aportar soluciones más igualitarias. planteos a las diferentes agencias
Debe tenerse en cuenta que los del estado que tengan capacidad
nuevos beneficios no pueden limi- para resolverlos.
tarse a mayores emolumentos, sino La comisaría, la escuela, el hos-
a un general cuidado de las condi- pital y el municipio deben coordi-
ciones laborales, sanitarias, asis- narse, porque de eso depende que se
tenciales, previsionales, etc., lo que resuelvan muchos conflictos que de
requiere un interlocutor que sea ex- otro modo pueden volverse violen-
presión de todo el personal. tos e incluso costar vidas humanas.
En la actualidad, la policía todo Los cuerpos policiales no deben
terreno tiende a desaparecer, reem- ser demasiado numerosos, pues
plazada por policías especializados números tan excesivos que incluso
conforme a las diferentes funciones superan en algunos países los de las
y, sobre todo, a la distinción entre la Fuerzas Armadas, dificultan en ex-
función de seguridad pública y de tremo toda posibilidad de control.
investigación criminal. Debe suprimirse la pura meri-
La tecnificación policial no obe- tocracia estadística, que deriva en
dece sólo a mayores conocimientos, prácticas viciadas. La calidad del
sino también a la formación cívica servicio debe ser valorada confor-
e ideológica del personal. Si bien me a criterios de eficacia preventi-
en toda institución debe primar va y no de puro número. En defi-
un criterio pluralista, el límite son nitiva, si en un circuito policial no
las ideologías incompatibles con la sucede nada grave, es natural que
convivencia democrática y las ga- tampoco haya un número elevado
rantías constitucionales. de procedimientos. La regla de oro
El personal debe formarse de debe ser la menor molestia posible
preferencia en las universidades y a la población.
no ser por completo entrenado en Con lentitud pero sin pausa se
ghetos profesionales; esto permitirá debe pensar en una aproximación
abatir prejuicios absurdos y des- al modelo comunitario, a una po-
truir estereotipos. licía con inserción barrial, muni-
Por otra parte, el personal poli- cipal, local, porque para la pre-
cial es muchas veces la más próxima vención es fundamental la imagen
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No se puede prevenir lo que no se conoce
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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Criminología cautelar
y contención jurídica
con alcohol, la de tres o cuatro he- que nadie entiende. Los policías ha-
chos análogos; el uso de inhalables blan elevando partes, los jueces en
con explicación del procedimiento, audiencia, los fiscales dictaminan-
su divulgación imitativa; etc. do, los abogados defendiendo.
Negar esta evidencia es ridículo; Desarmar una construcción de
lo correcto es reconocerla e investi- la realidad no es tarea fácil, pues
garla técnicamente: ¿Cuáles son los quienes la construyen usan técnicas
hechos que desatan efectos repro- mediáticas que, aunque a veces no
ductores de esta naturaleza? ¿Cuá- sean muy refinadas, no dejan de ser
les son los datos concretos de cada técnicas. En medio de la revolución
hecho que promueven la reproduc- comunicacional es urgente entrenar
ción? ¿Cómo se podría informar a los operadores del sistema penal y
sin efectos reproductores? criminólogos para la comunicación
Si alguna vez nuestros gobier- social, pues es el terreno en el que
nos se deciden a impulsar la inves- deben actuar cada día más y cuyo
tigación de campo y disponemos de desconocimiento condena al fraca-
resultados verificables, podremos so toda empresa deconstructora del
pensar la forma de entablar un diá- mundo paranoide.
logo responsable con las agencias Todos los mundos paranoides
mediáticas para evitar estos cadá- se instalan sobre prejuicios dis-
veres, pero jamás por la vía de la criminatorios previos. Estos pre-
censura, sino por la del autocontrol juicios generan violencia abierta
ético con base científica. con los crímenes de odio, cometi-
Los censuristas –que los hay– dos contra una persona por su sola
objetarán que, en la práctica, si las pertenencia al grupo, sin importar
agencias mediáticas no se avienen su individualidad: no importa si es
al llamado ético, no se podría hacer Juan o Pedro, sino que es un judío,
nada. No es verdad: la propia co- un negro, un gay, un inmigrante,
municación las puede exhibir como etc. Aunque siempre recaen sobre
responsables de las consecuencias. una persona, son crímenes contra
Las faltas éticas en la comunicación el grupo, al que de ese modo se en-
no se resuelven con censura, sino vía un mensaje sangriento de ame-
con mayor comunicación. naza colectiva.
Es absurdo pretender bajar los Cuando la criminología mediá-
niveles de violencia de la sociedad tica pone demasiado en descubierto
sin conocimientos de comunicación su objetivo político contrario al es-
social, pero vemos a diario muy tado de bienestar, la venganza que
buenos profesionales que no saben promueve ya no es sólo contra los
comunicar y hablan en su dialecto, sectores subalternos como chivo ex-
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
allanó o detuvo sin orden judicial, dría clientes. Además, la trata nu-
por ejemplo, porque estaba investi- merosa, internacional y desplegada
gando el acto excepcional –acopio en el tiempo, no puede practicarse
de armas, terrorismo– y, casualmen- sin complicidades en el más alto ni-
te se topó con una planta de mari- vel. Los obstáculos para regularizar
huana. No hay forma de invalidar la situación de los inmigrantes se
radicalmente estos procedimientos ven reforzados cuando se coloca a
desplazados, pues la agencia ejecu- muchísimas personas en situación
tora prestamente hallaría en un ar- de alta vulnerabilidad social.
mario el cadáver de la abuela y ale- El tráfico de personas es un ser-
garía que el homicidio debió quedar vicio potenciado en las últimas dé-
impune por culpa de los jueces que cadas por efecto de las diferencias
invalidan los desplazamientos. entre el mundo central y el perifé-
Si bien el más publicitado de rico. Produce miles de cadáveres;
estos servicios ilícitos es el tráfico los hay en el estrecho de Gibraltar,
de tóxicos prohibidos, lo cierto es en Sicilia, en contenedores en la
que los otros no son precisamente frontera mexicana, bajo los trenes
detalles menores. El tráfico de ar- europeos, arrojados al mar por los
mas es directamente una fábrica de capitanes de buques, etc. Son mi-
muerte; basta pensar en su efecto les los cadáveres fabricados anual-
en los países africanos. El de pro- mente por las políticas migratorias
ductos falsificados tiene importan- y de asilo.
cia económica cuando se trata de En el colmo de la insensibilidad,
carteras de marca, pero no sucede la inmigración ilegal ha sido definida
lo mismo cuando son medicamen- como un crimen contra el nuevo or-
tos o repuestos de aviones. La trata den económico mundial. Cabe pensar
y el tráfico de personas son cosas que es el orden de los muros infran-
diferentes: la trata es una suerte de queables de la pobreza, alimentado
esclavitud con fines de explotación, en los países centrales con racismo,
principalmente de prostitución, en xenofobia, crímenes de odio y políti-
tanto que el tráfico es producto de cas de extrema derecha.
las regulaciones migratorias. No he hecho más que aplicar una
En cuanto a la trata de personas lógica de mercado a la cuestión del
es incuestionable que es la activi- llamado organized crime, sin apelar
dad en la que resulta más notoria la a ninguna teoría macro. Me limito
complicidad del sistema penal, pues a preguntar si estoy equivocado, y
no es concebible que haya mujeres deseo estarlo porque, de no ser así,
secuestradas en un prostíbulo en- creo que toda la política criminal
teramente secreto, dado que no ten- frente a la criminalidad de mercado
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La cuestión criminal. Raúl Zaffaroni
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Índice
LA CUESTIÓN CRIMINAL
Prólogo de Gianni Vattimo............................................................. 7
Advertencia preliminar a la segunda edición.............................. 13
La academia, los medios y los muertos...................................... 15
El poder punitivo y la verticalización social............................... 29
La estructura inquisitorial.......................................................... 41
Siempre hubo rebeldes y transgresores...................................... 53
Los contractualismos.................................................................. 67
No todos son gente como la gente.............................................. 79
Comienza el apartheid criminológico......................................... 93
Los crímenes de la criminología racionista:
campos de exterminio y eugenesia........................................... 107
El parto sociológico................................................................... 121
Desorganización, asociación diferencial y control................... 135
¡Se cayó la estantería!................................................................ 149
La vertiente radical de la criminología crítica.......................... 161
¿De la criminología crítica se pasó al desbande?..................... 175
Los homicidios estatales o crímenes de masa......................... 189
¿Somos todos neuróticos?........................................................ 203
La criminología mediática......................................................... 215
La criminología mediática y la víctima-héroe........................... 229
La criminología mediática y los políticos................................. 241
El fin de la criminología negacionista: qué, cómo y dónde...... 255
¿Cuándo se cometen las masacres?......................................... 267
¿Por qué?................................................................................... 281
El aparato canalizador de venganza.......................................... 295
El resultado: la prisionización reproductora............................ 309
La criminología cautelar preventiva de masacres..................... 323
No se puede prevenir lo que no se conoce................................ 337
Criminología cautelar y contención jurídica............................ 349
FIN.............................................................................................. 365
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