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MONICION DE ENTRADA
Queridos hermanos, bienvenidos a la casa de Dios para compartir el
Banquete eucarístico en el décimo cuarto domingo del Tiempo Ordinario.
La Liturgia de la Palabra de hoy nos hablan acerca del profeta que revela la
presencia de Dios entre los hombres. Los profetas y Jesús fueron
rechazados. Pero lo más importante es que Dios les da su gracia y
fortaleza, los ayuda en su soledad, en su sufrimiento y en la lucha por el
bien de los demás. También nos recuerda que la fuerza de Dios se
manifiesta en nuestra debilidad; su grandeza, en nuestra pequeñez, y que
la potencia de Dios es distinta de la que nosotros imaginamos: ella se
revela en la debilidad, en la contradicción y en el amor que vence al odio.
Sólo la pueden reconocer aquellos que ven más allá de las apariencias.
Presidente.
Con las ofrendas del pan y el vino, ofrezcamos también al Señor nuestras
dudas, para que él nos regale una fe profunda…
COMUNIÓN
Cristo, el Hijo amado del Padre, nos permite unirnos a Él, dándonos Su
Cuerpo y Su Sangre en el pan y el vino.
Que nuestra comunión nos vaya transformando a su imagen y semejanza,
pensando, sintiendo, hablando y obrando como él.
Acerquémonos con fe a comulgar.