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Otras funciones de la alimentació n que tienen que ver con las necesidades más

inmediatas y cotidianas y con los arreglos más prácticos y posibles para resolverlas.
Por ejemplo, las razones relativas a otros imperativos circunstan ciales como la
disposició n del tiempo, presupuesto, bú squeda de placer o sociabilidad, entre otros,
que condicionan y determinan del mismo modo, incluso más, las maneras de comer. En
este sentido, entender, tanto la llamada modernidad alimentaria como la medicalizació n
del comportamiento ali- mentario, ayudaría a comprender el fenó meno de "esas maneras
de comer" como son el "no comer voluntario" o comer alimentos bajos en calorías o
realizar excesivas actividades físicas con el propó sito de no aumentar de peso. Hablar de la
modernidad alimentaria implica retomar las inquietudes facul- tativas, las incertidumbres
econó micas y sociales y el cambio de compor- tamientos alimentarios. Se escucha
reiteradamente decir que las personas de las sociedades modernas son enfermos de la
abundancia y de la civilizació n, por lo que el modelo alimentario actual promueve una
mayor demanda de consejos nutricionales en materia de alimentació n. En este orden de
ideas, el proceso de medicalizació n se construye a partir de la definició n de un mode- lo
centrado en instaurar la "normalidad dietética" en los comportamientos
humanos ante la comida.

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