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INFLACION EN BOLIVIA

Bolivia había llegado en 1952 a un punto de no retorno. El diagnostico de lo que represento el censo que
hizo el gobierno de Urriolagoitia en 1950, es país casi duplico su población en 50 años, de 1,8 a
3.019.031 habitantes. La población urbana creció, pero Bolivia seguía siendo en su mayoría indígena, en
1950 el porcentaje de la zona rural era de un 66% y de la zona urbana de un 33%.

Coherente con esta realidad el 70,5% de los bolivianos se dedicaba a la agricultura y apenas un 8% a la
industria, mas de la mitad eran mineros.
La minería era la principal fuente de ingresos, estaba manejada por tres grande empresas, propiedad de
los varones del estaño:Simon I Patiño, Mauricio Hoschild y caerlos victor Aramayo.

SIGNIFICACION DE LA REVOLUCION DE 1952

En un contexto de graves contradicciones politicas, sociales y economicas, la revolución de 1952 marco la


culminación de un proceso que se había desencadenado en la guerra del chaco.

La revolucion de 1952 es un hecho fundamental en la historia de Bolivia debido a los cambios que vivió
Bolivia, tales como la nacionalización de las minas, la reforma agraria, el voto universal, la creación de la
COB, y la reforma educacional, todo gracias al primer gobierno de victor Paz Estensoro.

LAS PRIMERAS ELECCIONES CON VOTO UNIVERSAL

El 1e de junio de 1956relizaron elecciones convocadas por el gobierno. Por primera vez el país ponía en
vigencia el voto universal. Se presentaron 4 candidaturas, la de Hernan Siles Zuazo de MNR, que gano
las elecciones de una manera abrumadora, luego estaba Oscar Unzaga de la Vega, Felipe Iñiguez y Hugo
Gonzales

LA ESTABILIZACION MONETARIA

El primer gobierno de la Revolución al realizar cambios de magnitud en la economía del país, había
producido desajustes graves en el sistema monetario, provocando una inflación galopante. El boliviano se
desvalorizaba diariamente lo que obligó a tomar medidas correctivas inmediatas. El proceso inflacionario
en el período 1954-1956 había superado el 900 % anual, que por entonces fue la inflación más alta de la
historia del país.
Siles tuvo que encarar y resolver el problema y lo hizo con valentía y responsabilidad aun a costa de su
popularidad. El 15 de diciembre de 1956 se dictó el decreto de estabilización monetaria concebido por
especialistas del Fondo Monetario Internacional y los Estados Unidos. La medida trajo consecuencias
inmediatas. Se organizaron manifestaciones de protesta. La COB se enfrentó frontalmente contra el
gobierno, comenzaba a producirse también un enfrentamiento entre izquierda y derecha dentro del propio
MNR.

El Presidente tomó una medida sin precedentes en la historia, se declaró en huelga de hambre en
defensa del plan de estabilización y sobre todo para evitar la violencia. La medida tuvo un efecto de
impacto muy importante, la huelga obrera fracasó. A raíz del fracaso nació la COB paralela (COB de
Unidad Revolucionaria), pro-gubernamental y de efímera existencia.

Finalmente, el vicepresidente Ñuflo Chávez Ortíz renunció al cargo en señal de protesta por la actitud
anti-obrera del plan, Chávez apostó a que su renuncia frenara el plan, reforzara al a la izquierda y
reforzara su propia figura. Perdió. Siles le aceptó la renuncia y el plan se aplicó.

DIVISIÓN DEL MNR. LAS ELECCIONES DE 1960

Durante el gobierno de Hernán Siles se produjeron varios hechos, que produjeron el inicio de la fractura
del MNR. El plan de estabilización monetaria originó, una ruptura entre dos alas del partido, la eliminación
del co-gobiemo con la COB y el enfrentamiento entre Siles y Nuflo Chávez. Siles estaba apoyado por
Wálter Guevara, su ministro de Gobierno, y Nuflo confluyó al ala izquierda liderada por Lechín.
La sucesión presidencial determinó la primera división pública del partido. Guevara rompió con el MNR y
fundó el PRA (Partido Revolucionario Auténtico) que proclamó su candidatura y fue a la oposición.

Siles gobernó hasta 1960, cuando lo sucedió otra vez Paz Estenssoro, pero la continuidad del régimen de
la revolución se quebró cuatro años más tarde: El Gral. René Barrientos, quien era entonces
vicepresidente, retornó a la práctica de los golpes de estado tan habitual en la anterior política boliviana y
asumió directamente el poder con el apoyo de las fuerzas armadas.
Lo que siguió fue otro de esos típicos períodos de inestabilidad que tanto han contribuido a crear la
imagen que tuvo Bolivia como el país de los golpes de estado. Las elecciones de julio de 1978 fueron
cuestionadas y el propio candidato supuestamente triunfante dio un golpe incruento. A éste le siguió otro
golpe en noviembre, nuevas elecciones al año siguiente, un presidente interino elegido por el congreso,
otro golpe de estado, otro presidente designado por el congreso, nuevas elecciones y dos golpes de
estado más, hasta que finalmente el Gral. Vildoso, a la sazón en el poder, convocó nuevamente al
Congreso de la República para que, según la ley boliviana, designase al Presidente de la República, ya
que ningún candidato había logrado mayoría absoluta en las elecciones de 1980. El congreso eligió a
quien había obtenido la mayor votación en esa ocasión: se trataba nuevamente de Hernán Siles Zuazo
quien, habiendo abandonado el MNR hacía ya largo tiempo, encabezaba entonces la Unidad Democrática
Popular, una coalición de izquierda. En total se habían sucedido siete presidentes militares y tres civiles
en apenas cuatro años.

Cuando Siles asumió la presidencia en octubre de 1982 la situación política estaba muy lejos de haberse
consolidado y la economía, por su parte, manifestaba ya signos preocupantes de deterioro. La economía,
por otra parte, conducida por gobiernos débiles presentaba ya los signos característicos de la crisis final
del modelo de crecimiento hacia adentro. "Durante el período de 1976 a 1981, el déficit del sector fiscal no
financiero promediaba alrededor del 9,5% del PIB"(producto interior bruto), lo cual inducía ya una elevada
inflación y un progresivo endeudamiento. La situación financiera del país era grave: los ingresos fiscales
disminuían en términos reales. La economía, en conjunto, se precipitaba hacia una severa crisis.

LA HIPERINFLACIÓN

En estas delicadas condiciones llegó Hernán Siles Zuazo nuevamente a la presidencia de Bolivia. Bajo la
amenaza latente del retorno de los militares. Siles, lamentablemente, defraudó en buena medida tales
expectativas: si bien logró que la democracia se consolidara, su política económica resultó en definitiva
desastrosa, ahondando la crisis del país hasta un punto realmente inconcebible. La gran paradoja de su
actuación como gobernante es que, habiendo sido capaz de controlar la inflación provocada por Paz
Estenssoro en su primer gobierno, allá por los años cincuenta, Siles ahora acudió a una receta totalmente
inconveniente para enfrentar la crisis, llevando así a Bolivia a una hiperinflación que sólo puede
compararse con la que, en tiempos de guerra o de inmediata postguerra, tuvieron Alemania, Austria,
Hungría o Polonia.

El gasto fiscal aumentó bruscamente desde los mismos inicios de la nueva administración, mientras los
ingresos, paralelamente, acusaban un fuerte deterioro. El gobierno elevó los gastos de 1.442 a 9.056
millones de pesos bolivianos entre el tercer y el cuarto trimestre de 1982, en tanto que sus ingresos,
durante el mismo periodo, aumentaban apenas de 582 a 743 millones. Semejante desequilibrio, que se
mantuvo en los siguientes años de su gobierno, resultaba totalmente inmanejable y sometía a la
economía en su conjunto a una tensión que ésta era incapaz de soportar.
La administración, queriendo respetar los compromisos con los partidos de izquierda y los sindicatos,
impuso aumentos generales de sueldos por decreto, implantó la indexación salarial, congeló precios,
aumentó el número de empleados del estado y amplió los gastos de personal de las principales empresas
públicas, especialmente YPFB y la COMIBOL

El primer plan de "ajuste" del gobierno de Siles estableció un rígido control de cambios que abarcaba
todos los tipos de transacciones en moneda extranjera, una paridad fija para la moneda, aumentos en los
precios de los derivados del petróleo, nuevos precios máximos para todos los bienes regulados y un
aumento general del 30% en el salario mínimo,
Una de las medidas más negativas fue la que pretendía "desdolarizar" la economía, convirtiendo a pesos
bolivianos todos los contratos previamente existentes en dólares, u otras monedas, que se hubiesen
pactado entre particulares o con el sector público. La progresión del precio del dólar, durante esta época,
es fiel reflejo de lo que venimos exponiendo: éste se cotizaba, en el mercado libre, a 256 pesos bolivianos
en septiembre de 1982, antes de la asunción del nuevo gobierno, pero a fines de ese año había llegado
ya a la cifra de 283 pesos; nueve meses después alcanzaba un valor de 761 pesos, muy superior al de la
cotización oficial, que todavía se mantenía en 200 pesos
Año Mes $ Oficial $ Paralelo

1982 Diciembre 200 283

1983 Diciembre 500 1,244

1984 Junio 2,000 3,250

  Diciembre 9,000 22,100

1985 Enero 9,000 60,100

  Febrero 50,000 120,000

  Marzo 50,000 121,000

  Abril 50,000 156,600

  Mayo 75,000 248,500

  Junio 75,000 448,000

  Julio 75,000 801,000

  Agosto 75,000 1,050,000

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