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Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá

Facultad de Artes
Programa de Diseño Industrial
Curso. Introducción a la Historia y Teoría del Diseño
Profesores. Humberto Muñoz – Juan Fernando Parra
Estudiante. Laura Sofía Silvera Villegas

LO BELLO DE LAS COSAS, EL DISEÑO COMO ESPECTÁCULO


La obra, escrita por Anna Calvera en 2007 en colaboración con distintos escritores
especializados en diversidad de campos, es precursora en pensar en el diseño dentro de la
estética en la sociedad hispanohablante, para ello empieza por llevarnos de la mano por la
historia que los rodea y así poder entender la relación que se produce entre ambos
conceptos.

No obstante, el presente documento se centra en el décimo capítulo, escrito en conjunto


con los barceloneses Gae (Arquitecto y estudiante de humanidades) y Ramón Benedito
(diseñador y fundador del estudio Benedito Design). En estas 16 páginas los autores hacen
referencia constantemente al libro titulado La sociedad del espectáculo por parte del
filósofo, escritor y cineasta francés Guy Debord.

La construcción de este texto se apoya en fuentes escritas por otros filósofos tales como
Hegel, Marx y Lukács, quienes tenían ideales afines con el francés, porque su propósito
era mostrar una crítica hacia la nueva formación capitalista y consumista desarrollada
rápidamente durante la década de los 50. De las cuales surgieron las denominadas
sociedades postindustriales, estas, según Debord, dan constantemente un espectáculo
que logra cautivar a su población, pero que si se mira desde afuera se puede considerar
mediocre, es aquí donde se refiere al espectáculo como la forma más perfecta de una
sociedad que vive en abundancia (Sagué & Calvera, 2013).

Incluso si se quiere ser más específico, de estas construcciones sociales, el filósofo se


centra en dos puntos, primero, lo indispensable que es el consumo excesivo de bienes,
que no siempre suelen ser para mejorar la calidad de vida de los individuos, segundo,
cómo el poder otorgado hacia quienes organizan el espectáculo genera pobreza en los
trabajadores y control sobre ellos inclusive fuera de las horas laborales, haciendo énfasis
en el ocio (Debord, 1983).
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Estudiante. Laura Sofía Silvera Villegas

Es en ese momento de la historia cuando los diseñadores toman relevancia, si bien


cumplen con el objetivo de ayudar a generar un “mejor mundo”, en combinación con
contextos e ideales se generan dos formas de desarrollar y fomentar la adquisición de
bienes materiales. Por un lado, Estados Unidos tomaría la publicidad y el marketing para
su cometido, mientras que, por el otro, escuelas europeas como Bauhaus se centrarían en
la funcionalidad porque cada una se enfoca en el tipo de mercado que está comprando
sus soluciones (Debord, 1983).

Vale recalcar, no se está estigmatizando la situación, porque los objetos contribuyen a la


construcción e identidad de culturas a través de la historia, así que los diseñadores
también ayudan proporcionando ideas que generen una gama de posibilidades para la
autoconstrucción de cada individuo, según el tipo de consumo que genere. Por ello, no es
posible solo dejar de formar propuestas que marquen épocas a lo largo de los años, pero
si cambiar en cuanto a materiales y procesos de producción más sostenibles (Debord,
1983).

Lastimosamente, mientras esas alternativas se establecen, nuestra valoración como seres


humanos se seguirá traduciendo en nuestro poder adquisitivo y las economías
continuarán aprovechándose de ello.

Por todas estas razones, se debe tener cuidado con nuestras decisiones respecto a qué,
por qué y cuánto adquirimos, pues la suma inimaginable de objetos consumidos se
traduce en desperdicios contaminantes. Además, es preocupante cuando se “considera los
recursos del planeta Tierra ilimitados” (Sagué & Calvera, 2013), se trabaja con teorías
como la destructiva o conceptos como la ingeniería destructiva (ambas con el fin de que
se compren más bienes ya que sus desarrollos tienen una vida útil calculada) e incluso que
el diseño moderno trabaje con todos esos ideales.

Reconozco que es un punto de vista que está adquiriendo popularidad en las últimas
generaciones y que es gracias a este tipo de información que logramos concientizarnos de
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nuestro entorno, cómo lo afirma Sagué y Calvera (2013) “El individuo hoy puede ser más
crítico y más culto y, precisamente, ésta puede ser la base de su liberación”. En tiempos
modernos, tenemos la fortuna de acceder a infinidad de libros, artículos, documentales,
entre muchos otros medios que nos permiten ampliar la capacidad que tenemos para
comprender acerca de nuestra y bastantes otras culturas, sobre a quién le dejamos el
poder en sus manos para aprovecharse muchas veces de la ingenuidad de su pueblo e
incluso generar proyectos que ilusionen a los individuos para comenzar a madurar en los
comportamientos de consumo.

Por otro lado, no concilio con un punto específico en el apartado, donde se afirma que
“Desde el automóvil hasta la televisión, todos los bienes seleccionados por el sistema
espectacular constituyen asimismo las armas para el refuerzo constante de las
condiciones de aislamiento” (Debord, 1983), porque ya reconocemos que las
telecomunicaciones consiguen acercarnos como seres que, a pesar de ser diferentes,
tenemos diversidad de objetivos en común y que con esa unión podemos luchar por una
revolución que replantee muchas divisiones injustas de poder. Para este caso en concreto,
postular que la “sostenibilidad sería un límite lógico de detención del crecimiento” (Sagué
& Calvera, 2013) ayudaría a un progreso colectivo hacia la autorrealización a través de
cambios generados en la industria.

Para finalizar, asumo una posición afín con los dos colaboradores para este octavo
capítulo del libro e incluso con algunas tesis escritas por el filósofo Debort, debido a que
hay problemáticas que se han desarrollado desde hace décadas y en las cuales debemos
trabajar urgentemente. De manera que si los diseñadores aportaron en gran medida para
que las grandes industrias crearan su propia jerarquía, también podemos ser parte
esencial para la construcción de una solución, de ahí que Sagué y Calvera (2013) afirmaran
que “de nosotros depende buscar la creación de productos más sinceros y honestos que
apunten a un deleite continuado de larga duración y evitar un consumo desaforado”,
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pensamiento que me acompañará cada uno de mis días en los que profese esta labor y
con el cual estoy comprometida para acercarnos a la liberación.

REFERENCIAS

 Sagué, C. A., & Calvera, A. (2013). De lo bello de las cosas: Materiales para una
estética del diseño (GG Diseño). En R. Benedito & G. Benedito (Eds.), El diseño
como espectáculo (1.a ed., pp. 173–188). Editorial GG. https://cloudflare-
ipfs.com/ipfs/bafykbzaced5rdc7tiqj3pqrgd4d3bhstrqr7flrdkjfh2wy3c2khjrgpjzz7g?
filename=Anna%20Calvera%20-%20De%20lo%20bello%20de%20Las%20cosas
%20materiales%20para%20una%20estetica%20del%20dise%C3%B1o-Gustavo
%20Gili%20%282007%29.pdf
 Debord, G. (1983). Society of the Spectacle. Black & Red.
http://www.arquitecturadelastransferencias.net/images/bibliografia/debord-
sociedad.pdf

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