Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El énfasis puesto por Venezuela en colocar sus crudos en el mercado asiático encuentra asidero en
el Informe de la firma estadounidense McKinsey & Company, titulado Oil & Gas Práctica, Global
downstream outlook to 2035; y tiene como antesala el artículo arbitrado “Aspectos
internacionales de la industria de la refinación”, escrito por Rosìo Vargas y publicado por la revista
Economía, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Recién la agencia Reuters informó que en junio pasado Venezuela aumentó las exportaciones de
petróleo en un 63%, comparado con las cifras del año pasado. El crudo ha sido trasladado a través
de transbordos de Malasia que han impulsado los cargamentos a Asia.
La estrategia de diversificación también se ha visto avalada por la mayor demanda de crudos por
parte de los países del sur, donde se han construido y están en proceso de construcción la mayoría
de las refinerías, sobre todo en Asia Pacífico y Medio Oriente.
Enfocado hacia el parque mundial de refinación, McKinsey & Company vaticina que la demanda
mundial de líquidos de petróleo alcanzará su punto máximo en 2029 con 104 millones de barriles
por día (MMB / D), impulsada por el mayor consumo de combustible del transporte por carretera,
que rozará su más alto nivel en 2023.
La firma prevé un alza en la demanda en Europa y EEUU a corto plazo (aproximadamente 2025)
para luego declinar, requiriendo alrededor de 5 MMBD al cierre de 2035. Pero de inmediato alerta
que “…a largo plazo los márgenes estadounidenses y europeos declinan en promedio 2 dólares por
barril, los más bajos en 2031–2035 que en la historia reciente”.
“Asia y el Oriente Medio son las únicas regiones con grupos de valor en crecimiento en la década
de 2030”, afirma.
Otra variable que repercute en la mayor colocación de petróleo en los países del sur es que
muchas naciones industrializadas realizan inversiones para reducir el impacto ambiental de la
refinación y con ello atender a los cambios en las especificaciones de los productos.
“La descarbonización avanza. Hay objetivos ambiciosos para una transición con bajo carbón para el
2050. Algunas corporaciones están respondiendo a esos objetivos y toman acciones y elaboran
productos bajos en carbón. Entre las propuestas a realizar está la de reducir el contenido de azufre
en combustibles para el transporte. Como parte de las obligaciones con combustibles de
renovables para el transporte se establecen metas para los biocombustibles al 2032”.