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EPISTEMOLOGÍA Y PEDAGOGÍA

La epistemología como aparato crítico que se mueve alrededor de todo lo imbricado


con el conocimiento, en realidad no llegaba más allá. Para superar esos límites,
habría que recuperar, entre muchas otras cosas, la distinción que el propio Hoyos
.
Medina formula entre la epistemología y la episteme De acuerdo con puntos de
vistas de este autor:

A pesar de las distintas acepciones de la palabra, en la actualidad, epistemología se


ha convertido en el término que alude a la teoría de la ciencia. A la ciencia, tal como
la concibe la conciencia positivista, ni bueno ni malo, pero sí diferente a las
expectativas de una conciencia crítica que busca condiciones de posibilidad para el
desarrollo del plano horizontal por mediación del conocimiento.

La epistemología se ha canalizado a una sola forma de conocimiento posible: la


científica. Epistémico alude, por otra vía, a abrir paso a condiciones de posibilidad
para otro tipo de intereses cognoscitivos. Epistémico, sin la precisión “lógica”, intenta
constituirse en continente y dar cabida a otras formas de conocimiento posible, tales
como la hermenéutica crítica, el pensamiento dialéctico, etc.

Se puede afirmar que la epistemología obedece a una racionalidad, o es una


racionalidad, toda vez que, la racionalidad estructura (o se estructura como) una
concepción de razón, entendida como criterio de verdad. La racionalidad es, además,
una lógica, una ordenación procedimental, ésta establece lo que ha de considerarse
racional y excluye lo que desde su albedrío considera irracional. Finalmente, toda
racionalidad internaliza formas de razonar, estrategias de razonamiento para pensar
la realidad y todo lo que ésta comprende, sea o no digno de registro: la subjetividad,
la cultura, el intercambio, la otredad. Las prácticas que realizan los sujetos y las
formas que tienen de interpretarlas, se adscriben a una racionalidad, a una óptica
epistémica.

Ahí donde la epistemología nunca importó, o era simplemente una ausencia o una
presencia negada, de pronto empezó a proliferar en las propuestas escolásticas. Se
convirtió rápidamente en referente estelar de cursos de investigación, de
metodología, en propuestas curriculares, seminarios de formación docente, curso
propedéuticos y hasta de proyectos de investigación. Esta invasión “epistemologista”
no siempre demarcó con nitidez su razón de ser.

En muchas ocasiones el epistemologismo aparece como si tuviera una importancia


apodíctica. Esto no es privativo de la pedagogía, pues ya no es posible encontrar
desde introducciones a la epistemología, epistemologías de la comunicación, del
trabajo social y hasta de la educación física. Más aún, han sido creados posgrados
en formación en epistemología o filosofía de las ciencias. Sin embargo, aún cuando
son propuestas muy serias, es notoria la complejidad del tema. Los asistentes de los
cursos se angustian, se confunden, se ilusionan, reniegan de la epistemología o,
como en algún lugar dudosamente se sugiere: construyen fantasías, mitos o
actitudes prepotentes como diciendo: - ¿Dios? Ah sí, ¡era epistemólogo!.

En epistemología y pedagogía, existen dos conclusiones básicas, la primera es una


reflexión construida con base en ideas de Michel Foucault: podría ser que la
pedagogía fuese más un saber que una ciencia. Y aunque en estricto sentido, el
concepto de saber se refiere a los conocimientos que no alcanzan a constituirse
como ciencia, el empleo que se le adjudica es más amplio y, deliberadamente, se
formulan problemas para dejarlos sin resolver: ¿Toda ciencia es un saber? ¿Qué es
ciencia? Además, persiste el rechazo a reducir lo pedagógico a los marcos de la
ciencia positiva, sin que ello signifique negar el rigor que toda racionalidad científica
busca o logra.

Como una segunda conclusión habría una interrogante: ¿cuáles son las razones
para empeñarse en que la pedagogía sea una ciencia?

La pedagogía no es ciencia y éste es su mérito. Se debe admitir que en la historia de


la pedagogía han existido perspectivas donde la han legitimizado en forma positiva,
con el costo de volverla menos crítica de la cultura y la subjetividad. Habría que dar
cuenta cuáles son los presupuestos que le inspiran y bajo qué episteme se conforma.

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