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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL

DE LOS LLANOS OCCIDENTE

EZEQUIEL ZAMORA

UNELLEZ.

Introducción a la Teoría crítica y teoría de las Ideas en


el pensamiento Latinoamericano

Profesora: participante:

Lic.: Teresa Ereu Milkaris Rumbos

CI. 15627558.

San Carlos, julio 2021


La Teoría crítica:

La teoría crítica presta especial atención al contexto de la sociedad y se opone a las


teorías cerradas, apostando por una construcción del saber de tipo dialéctico, se opone a
la separación entre el sujeto y la realidad. Todo conocimiento depende de las prácticas y
de la experiencia.

La teoría crítica es una doctrina de pensamiento que se funda en la crítica al


marxismo y que propone, a partir de allí, un nuevo cuerpo teórico conocido como neo-
marxismo, fue desarrollada en la Escuela de Frankfurt por un grupo de pensadores e
intelectuales entre quienes contamos a Walter Benjamín, Theodor Adorno, Max
Horkheimer, Herbert Marcuse, Jürgen Habermas y Erich From, entre otros.

Como corriente de pensamiento, la teoría crítica se oponía a la teoría tradicional,


basada en los postulados de las ciencias naturales y el positivismo (tan en boga para la
época), a la cual acusaba de reducir el conocimiento a una reproducción conceptual de
los datos que la realidad aportaba, de hecho el adjetivo de “crítica” viene a indicar su
postura cuestionadora de los saberes precedentes.

La teoría crítica, en este sentido, propone que el conocimiento está mediado por


la experiencia del sujeto, así como por su contexto histórico, político, económico y
social, y sostiene que tanto los intereses teóricos como los no teóricos influyen en la
forma en que se organiza, forma y constituye el conocimiento.

No hay, para la teoría crítica, una teoría pura, divorciada del individuo, su
experiencia y su contexto histórico. El conocimiento solo es posible si se lo considera
en su relación con la vida social, pues todos los aspectos de la realidad tienen un valor
teórico que determinan en cierta medida la forma en que se produce el conocimiento
científico. De allí, pues, su propósito de realizar una actualización teórica del marxismo,
puesto que la crítica teórica reconoce que tanto la situación económica como la política
y social en que aquel cuerpo teórico fue creado han venido cambiando desde entonces,
al punto de no ser ya aplicable
Características de la teoría critica.

Una característica importante de la crítica, como método, ya se utilice en el nivel


individual o en el de grupo, es la incertidumbre de sus resultados o productos, debida a
la diversidad de valores de los participantes y a los contextos cambiantes de la creación
de conocimiento. Por eso, los resultados de la reflexión crítica y el diálogo no pueden
anticiparse. Debemos la apertura sin fin (en sentido realmente kantiano) de la TC, al
análisis, reflexión y teorización crítica de Adorno Su método consistió en la
yuxtaposición de pares de conceptos antitéticos (ciencia-magia, moralidad-barbarie,
progresión-regresión, naturaleza-historia, etc.), que convergían en patrones que
revelaban la irreconciliabilidad entre los conceptos y la realidad que se esperaba
definieran .

El pensamiento latinoamericano.

El pensamiento latinoamericano se basa mayormente en las culturas arcaicas, no se


debe descifrar necesariamente como tipologías de la mente humana fundada en una
discrepancia tanto potencial como de hecho, del desplazamiento de definición que tenía
el individuo en períodos lejanos con respecto al siglo XXI y en asimilación con el
suceder histórico- épocas intermedias, sino como la manera de aclarar los fenómenos, lo
no noúmeno de las cosas y acontecimientos que se producían en ese determinado
tiempo observado y sufrido por las personas diacrónicamente.

 Cuando hablamos de pensamiento latinoamericano este incluye al pensamiento


filosófico y a una gama de diversos otros pensamientos realizados desde diversas
disciplinas del pensamiento científico social, científico natural, humanístico y literario.

El pensamiento Filosófico, es un pensamiento crítico, activo, inquieto, inconformista,


libre, racional, no empírico, y especialmente especulativo (poco práctico) que indaga
buscando respuestas sobre aquellos hechos esenciales que la ciencia aún no ha podido
responder, y que eleva al hombre como ser racional en su plenitud. 

El pensamiento crítico latinoamericano supone un modo de abordaje de la


realidad social que parte de considerar la particularidad e idiosincrasia de la región, está
firmemente enraizado en sus tradiciones intelectuales y constituye una alternativa al
pensamiento único que, de la mano del neoliberalismo, tiñe el análisis de los diversos
planos de la vida social

Asimismo, se puede comprender que el pensamiento latinoamericano está ligado


con el concepto familiar, es decir el tema de las restricciones de concluir, el parentesco.
El pensamiento latinoamericano, ha desempeñado un papel importante en el tema de la
crítica, una de las corrientes nativas más significativas del siglo XX fue
llamada “filosofía de la liberación”, etiqueta que no obstante, desborda a quienes se
idearon a sí mismos como partes de esta escuela, dando una buena idea del espíritu con
el cual se ejecutaron muchas contribuciones.

Por ejemplo, los argentinos Arturo Roig y Rodolfo Agoglia exponen que el


pensamiento latinoamericano está basado básicamente la noción de “presente vigente”,
contiene conclusiones y aspiraciones espontáneamente registradas en la historiografías,
como la creencia de la dependencia de la miseria y de la riqueza, de la relación entre el
respaldo, libertad y personalidad propias de los pueblos, de la esencia de la economía y
la política, de la legalidad de la descolonización y de composición de las naciones, de la
raíz y empleo popular de la cultura, de la función social de la educación, el arte y la
literatura, de la gestión pedagógica y liberadora de la filosofía y de la religión, de la
sumisión de la ciencia y de la técnica a la totalidad del saber y a la etnicidad y en
conclusión la posibilidad de la desideologización y humanización de las personas por
la historia, como práctica y conocimiento.

El pensamiento latinoamericano en el ámbito de las ideas: Esa diversidad de


corrientes, orientaciones y perspectivas teóricas formula la complicación de la realidad
latinoamericana y de las diferentes definiciones ideológicas y de clase social en relación
a la dinámica de la sociedad y de sus propias evoluciones. Por otra parte, el pensamiento
latinoamericano es un compuesto diverso de teorías, ideas y procesos de investigación
que buscan alcanzar la naturaleza de los países y sociedades en un contenido histórico
global encerrado en los acontecimientos del esparcimiento del capitalismo mundial, así
como de los contextos propios, locales y regionales de cada país en particular. La
perspectiva teórica y la forma en que se afrontan esos asuntos (método), es lo que le
concede el barniz determinado a cada una del estándar de pensamiento.
EL PENSAMIENTO CRÍTICO EN AMÉRICA LATINA

El pensamiento crítico que sostiene el marxismo en América Latina y el Caribe tiene


raíces importantes en la Revolución Rusa de 1917 y el nacimiento de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), así como a partir de una oleada de
inmigrantes europeos que desde fines del siglo XIX, trajeron la experiencia de la lucha
socialista y anarquista a través de sindicatos, publicaciones y formación de agrupaciones
políticas con estas perspectivas y, posteriormente, la fundación de partidos comunistas.
En cada país, la influencia tuvo características diferentes, dependiendo de la dimensión
del dominio oligárquico, el intervencionismo estadounidense y el alcance de las luchas
populares.

Tras la consolidación de la URSS y la constitución del Comintern, surgen, por


un lado, partidos políticos que se alinean con el estalinismo y, por el otro, una
generación de marxistas latinoamericanos separada de los esquemas dogmáticos del
socialismo soviético, destacando Mella y Mariátegui y, posterior al triunfo de la
revolución cubana en 1959, Fidel y el Che, quienes se distinguen por mantener una
visión apegada a sus propias realidades, al antiimperialismo, a la tradición de lucha de
sus pueblos y, en el caso excepcional de Mariategui, al papel de los pueblos indígenas
en la revolución socialista y los procesos de liberación nacional.

La revolución cubana constituye el parteaguas del pensamiento crítico


latinoamericano a partir de la experiencia de ser el primer país en lograr una revolución
que, en su radicalidad e integralidad, establece el primer territorio en lograr su segunda
independencia, construir el socialismo, y erigirse en el bastión de la dignidad y el
antiimperialismo de América Latina y el Caribe. Cuba se convirtió en la principal
trinchera de lucha, trinchera que subsiste hasta hoy, con todas las problemáticas del
mundo actual y las dificultades internas generadas en gran medida por el bloqueo
estadounidense. Cuba, frente a la desaparición de la URSS y el campo socialista, la
entrada de China y aún Vietnam a la economía de mercado, y la situación peculiar de
Corea del Norte, se erige como un ejemplo de resistencia en el ámbito planetario.
.

Enfoques de pensamientos Latinoamericanos:

América Latina como subcontinente puede ser estudiada desde varios enfoques. Dos
de los más importantes son:

a) Como producción propia desde sus pensadores, debatiendo entre ellos si lo que
produce el subcontinente es propio o no, si los modelos que proponen son los más
adecuados o no para superar la pobreza y el subdesarrollo, como en la célebre y siempre
presente polémica entre Leopoldo Zea (1982) y Augusto Salazar Bondy (1968) o entre
los dependientitas moderados y radicales (Cardoso/Faletto y Marini/Gunder Frank)

b) Como un objeto de estudio académico, efectuado por latinoamericanos o no, en


nuestras universidades y centros de investigación o en los centros metropolitanos
europeos y norteamericanos. Sólo en esta última modalidad es admisible el empleo del
concepto “latino americanismo” que es un imaginario asociado al “macondismo” de
García Márquez, donde los países latinoamericanos, para el europeo o norteamericano,
guarda una serie de características fijas surgidas de su “mentalidad” y de la relación que
establecen con la realidad. Expresión de un “pilotaje”, por denominarle así, de los
modelos políticos y económicos transferidos como lata de atún a nuestros países.

En cualquiera de estas dos formas, pesan tres grandes componentes para el que
quiera examinar nuestro pensamiento subcontinental

Etapas fundamentales del pensamiento latinoamericano:

A partir de la década de los 60 y 70 aparece en América Latina la preocupación


acerca de los problemas que vinculan a la ciencia y la tecnología con la sociedad. Entre
los años 50, 60 y 70 el pensamiento latinoamericano realizó importantes contribuciones
al estudio del desarrollo social. Dos paradigmas del pensamiento social aportaron las
mayores contribuciones en este terreno: el estructuralismo Cepalino, respaldado por los
trabajos realizados en el marco de la Comisión Económica para América Latina
(CEPAL) y las teorizaciones sobre la dependencia (Sonntag, 1988).
La década de los 80 no sólo marcó un retroceso en la teoría del desarrollo sino
también en su práctica. CEPAL la llamaría por ello la "década perdida". Desde esta
perspectiva crítica y mirando al futuro CEPAL inició los años 90 con un conjunto de
nuevas propuestas que giran en torno al propósito de lograr una "transformación
productiva con equidad" (TPE) (1990). Basados en conocimientos científicos ya
difundidos en los sesenta y setenta, estas nuevas tecnologías tienden a generar un nuevo
patrón tecnológico, que implica, potencialmente, la conformación de una nueva base
tecno-económica y nuevas formas de organización socio-institucional.

ANALISIS:

El proceso de construcción histórica del sujeto latinoamericano. 

El pensamiento latinoamericano siempre ha tendido hacia lo social y político. Entre


los 60 y 70 se levantó con fuerza en Latinoamérica la idea de un pensar filosófico
identitario. Tal movimiento estaba en coincidencia con el alza de la actividad política
revolucionaria que en todo el sur efervescía. Esta filosofía se declaraba no
complaciente, crítica, compartiendo y acompañando el ascenso de las luchas populares.

Por otra parte , en gran medida asumía el carácter de una “filosofía de la liberación”
que entre su programa reclamaba la construcción de una sola patria latinoamericana,
considerándose en términos generales “herramienta constante en la búsqueda de
definiciones de nuestras realidades nacionales y sociales ” y en términos específicos,
una filosofía que “tiene como punto de partida la afirmación de un sujeto plural,
concreto, histórico, que parte del auto y héteroreconocimiento de la dignidad humana
como principio y que intenta conocerse así mismo en sus modos de objetivación y, por
tanto, de autenticidad y de alienación” .

 La llamada globalización nos obliga a mirar movimientos de inmigrantes y


borroneas de fronteras, las que disuelven su concretad para dar paso a meta espacios,
redes que conviven con grandes y reales bolsones de atraso y miseria. Pero también bajo
esta impresión, la de vivir una época radicalmente no homogénea, es que de una
manera más confusa, con una fe más económica y menos utópica se remueve el
fantasma de la integración.

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