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Lectura y Vida
Cita sugerida:
Molinari, M.C. (2007). Identidades y diferencias en las primeras etapas del proceso de
alfabetización: Escrituras realizadas en papel y en computadora. Lectura y Vida, 28 (4),
18-30. En Memoria Académica. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.7468/pr.7468.pdf
IDENTIDADES Y DIFERENCIAS
EN LAS PRIMERAS ETAPAS DEL
PROCESO DE ALFABETIZACIÓN.
ESCRITURAS REALIZADAS EN PAPEL
Y EN COMPUTADORA
TABLA 1.
Frecuencia de los pares de palabras según el nivel de escritura y las categorías de análisis
Pares escritos Pares sin Pares con Pares con Pares con Totales
de manera... identidad identidad identidad alternancias
parcial total grafo-fónicas
pre-silábica 20 10 0 0 30
silábica inicial 8 14 0 0 22
silábica estricta 0 19 18 12 49
siláb.-alfabética 0 7 10 16 33
alfabética 0 3 40 1 44
Totales 28 53 68 29 178
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En la Tabla 1 presentamos los números ab- de la sílaba, se limitan a poner solo una de ellas?
solutos porque no nos interesa la frecuencia re- La fuerza de la hipótesis silábica para guiar la
lativa de aparición, ya que el corpus es reduci- producción escrita es impactante.
do, sino la relación entre los cruces vacíos y
Pasemos ahora a las alternancias propias de
llenos. Puede observarse que cuando los pares
las escrituras silábico-alfabéticas. Aquí las pre-
escritos son de tipo presilábico, hay apenas dos
guntas interesantes son las siguientes: ¿predo-
posibilidades: pares sin identidad o con identi-
minan los casos donde aparece una única letra
dad parcial (esta última limitada, en la mayoría
de la sílaba en la escritura manual y las dos le-
de los casos, a la letra inicial). En las escrituras
tras de la sílaba en la escritura en computadora?
de transición hacia el nivel silábico (silábico
Si fuera así, ¿en la escritura manual aparece de
inicial) ocurre lo mismo, pero las identidades
preferencia la consonante o la vocal?
parciales aumentan y dichas identidades pue-
den referirse tanto al inicio como al final de Tenemos registrados nueve casos donde
una secuencia gráfica. aparece solo una letra de la sílaba en la escritu-
ra manual y las dos letras en la computadora.
Las producciones silábicas estrictas (en el
Por ejemplo: S y luego SA para la sílaba “sa”; N
caso de esta investigación, con empleo de letras
y luego NE para la sílaba “ne”; G y luego GA
pertinentes para casi todas las sílabas) introdu-
para la sílaba “ga”. En 8 de esos 9 casos apare-
cen dos novedades: los pares con identidad total
ce la consonante en la escritura manual y la con-
y los pares con alternancias grafo-fónicas. Estas
sonante seguida de la vocal en la computadora.
alternancias perduran en las escrituras de tipo si-
Por lo tanto, tenemos una situación similar a la
lábico-alfabético pero desaparecen en el caso de
observada en las escrituras del nivel anterior.
las escrituras alfabéticas (el único caso que apa-
rece en la tabla se explica en la sección 7). Pero también tenemos registrado el caso in-
verso: dos letras en la escritura manual y solo
una en la computadora (para la misma sílaba).
6) Datos adicionales sobre Esto ocurrió en 6 casos. Por ejemplo: YO y lue-
go Y para la sílaba “yo”; RA y luego R para la
las alternancias grafo-fónicas
sílaba “ra”; NE y luego N para la sílaba “ne”.
En el caso de las alternancias que aparecen en Las frecuencias respectivas (9 casos contra
las escrituras silábicas estrictas una pregunta in- 6) no nos autorizan a indicar ninguna tendencia.
teresante es saber si, en la primera escritura, Pero el solo hecho de haber registrado alternan-
aparece la vocal de la sílaba y recién en la com- cias donde solo una de las letras ya utilizadas
putadora aparece la consonante. Si fuera así, manualmente aparece en la escritura con tecla-
podríamos decir que la dificultad reside en evo- do nos parece bastante sugestivo: las escrituras
car la forma correcta; al ver en el teclado la con- silábico-alfabéticas no se convierten en alfabé-
sonante, el niño la identifica y la selecciona. ticas simplemente porque se pongan todas las
Registramos en total cinco ocasiones donde pri- letras a disposición de los niños.
mero los niños escribieron la vocal y luego se-
leccionaron la consonante. Ejemplos: E y luego
N para la sílaba “ne”; A y luego D para la síla- 7) Pares de palabras con oscilaciones
ba “da”. Lo interesante es que registramos en en el modo de construcción
total diez ocasiones (el doble) donde ocurre lo
contrario: primero escribieron la consonante y En palabras con sílabas CV tenemos apenas
luego, en el teclado, eligieron la vocal. Ejem- cuatro pares de palabras cuyo modo de cons-
plos: J y luego A para la sílaba “ja”; S y luego trucción no corresponde exactamente al mismo
O para la sílaba “so”; N y luego E para la síla- nivel. La lista completa es la siguiente:
ba “ne”.7
mayonesa: MONA / MSNSA (Felipe A.)
Por lo tanto, estas alternancias grafo-fónicas
del nivel silábico resultan aún más interesantes, lechuga: LUG / LUGA (Celina)
ya que parecen provenir de niños que pueden
cera: SAR / SA (Celina)
evocar la consonante y la vocal pertinentes de
26 esas sílabas. ¿Por qué, si conocen todas las letras vaso: VACO / BSO (Valentín)
En el primer ejemplo (Felipe A.) aparece discontinuidad en un proceso que, como ya sa-
una escritura estrictamente silábica en papel, bemos, es un continuo donde los avances mo-
mientras que en el teclado logra desplegar la úl- mentáneos y los retrocesos también momentá-
tima sílaba (SA), lo cual es un avance, aunque neos son típicos de los momentos de transición.
hay un retroceso en la representación silábica de Lo que también es evidente es que el instrumen-
la segunda sílaba (la vocal correcta es sustituida to informático, de por sí, no genera avances. En
por una consonante no pertinente). Celina pre- dos de los cuatro pares presentados la produc-
senta una composición estrictamente silábica en ción en papel tiene “algo más” que la produc-
lechuga pero consigue desplegar la última síla- ción en pantalla. 8
ba en la computadora. En cera pasa lo contrario:
Aclaremos, finalmente, que en la Tabla 1
en escritura manual logra identificar la conso-
los pares que presentaban alguna discrepancia
nante de la segunda sílaba (aunque la posponga
en el modo de composición (como el caso LUG
a la vocal) mientras que en computadora la com-
/ LUGA para lechuga) fueron contabilizados en
posición es totalmente silábica. Valentín es un
el renglón correspondiente a la producción más
caso muy interesante: tiene una escritura alfabé-
avanzada, en este caso, silábico-alfabética). La
tica en papel (aceptando que C es una variante
columna, para todos ellos, es la de “pares con
ortográfica de S) y una silábico-alfabética en
alternancias”.
pantalla. Además, en el par, aparecen dos alter-
nancias ortográficas: V/B y C/S.
Es evidente que en tres de estos cuatro ca- Conclusiones
sos estamos en la tenue frontera que separa una
escritura silábica estricta de otra silábico-alfa- Retomemos las preguntas iniciales. En primer
bética (con apenas una sílaba representada con lugar, quisimos verificar si, al utilizar el tecla-
dos letras). Las etiquetas dan la impresión de do, los niños en niveles de conceptualización
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prealfabéticos, mostrarían avances conceptua- la misma palabra. Lo segundo no se deriva de lo
les. La respuesta es claramente negativa. Los primero, en términos evolutivos. Los criterios
niños que están en condiciones de monitorear para establecer diferencias son siempre menos
su propio proceso (particularmente los de nivel equívocos que los criterios para establecer
silábico estricto y los de nivel alfabético inicial) identidades, en todos los campos del conoci-
eligen cuidadosamente las letras y no se dis- miento y, en el caso que nos ocupa, la situación
traen con las opciones que les presenta el tecla- no es menos confusa: hay que aprender que las
do. Los que parecen distraerse con la variedad variedades tipográficas y las alternancias ma-
ofrecida en el teclado son los de niveles presilá- yúsculas/minúsculas no alteran las identidades,
bicos, precisamente los que carecen de criterios a pesar de los cambios gráficos efectivamente
para saber qué letras poner y en quienes, en oca- observados.
siones, las letras aparecen en pantalla según sea
Las identidades parciales, observadas ya
su vecindad en el teclado. Esto no quiere decir
desde niveles presilábicos, nos muestran que los
que estos niños pierdan control al escribir con el
niños tratan de repetir la misma serie de letras y
teclado. Todos ellos fueron observando el resul-
es asombroso que puedan recuperar algunos ele-
tado que aparecía en pantalla y mantuvieron el
mentos de la primera escritura al intentar la se-
criterio de variedad interna, borrando las letras
gunda, con un intervalo de varios minutos y, so-
que aparecían repetidas por presión reiterada
bre todo, después de haber escrito muchas otras
sobre la misma tecla.
palabras. Es quizás eso lo que explica por qué
Este resultado era previsible. Los los niños de nivel alfabético no explo-
niveles de conceptualización de la ran alternativas ortográficas sino
escritura no son dependientes del que se atienen rigurosamente a la
instrumento utilizado ocasio- alternativa que eligieron en la
nalmente para producir las primera producción.
marcas. Esos niveles expre-
Pero ¿qué pasa con las
san algo muy profundo: la
alternancias grafo-fónicas?
manera en que se concibe un
De alguna manera ya las co-
sistema de marcas social-
nocíamos, sin haberlas nom-
mente construido.9
brado de esa manera. En efec-
Sin embargo, la escritura to, cuando los niños obtienen,
sucesiva de la misma lista de pa- involuntariamente, la misma es-
labras en dos superficies y con dos critura para palabras diferentes, y se
instrumentos diferentes nos ha permiti- confrontan ambas pueden ocurrir varias
do poner de manifiesto ciertos hechos que per- cosas, una de las cuales es la producción de una
manecían ocultos sin ese contraste. Nos referi- alternancia grafo-fónica. Un ejemplo entre mu-
mos, específicamente, a las alternancias grafo- chos: un niño de nivel silábico que escribió ga -
fónicas. Al respecto, es necesario hacer una to y pato con AO, al ver el resultado modificó la
aclaración. El contraste papel / pantalla consti- segunda escritura y la convirtió en PO, produ-
tuyó una excusa razonable para obtener la pro- ciendo en este caso la alternancia grafo-fónica A
ducción de la misma lista de palabras en la mis- / P. (Claro que los niños pueden hacer muchas
ma sesión. Es posible que resultados similares otras cosas, incluido el dejar las escrituras tal
se hubieran obtenido confrontando escrituras cual, por más insatisfactorias que resulten.)
sucesivas en la misma superficie (ya fuera pa-
Lo que ahora sabemos es que esas alternan-
pel o pantalla). Lo que nos importa es conocer
cias grafo-fónicas para representar la misma sí-
cuales son las condiciones que le permiten al
laba aparecen también en el período silábico,
niño recuperar el modo de construcción de una
sin la intención de generar una representación
serie gráfica.
diferenciada sino todo lo contrario, o sea, para
Una cosa es que se necesiten letras distintas escribir la misma palabra. El caso de Santiago
(o las mismas pero en otro orden) para que en lo es ejemplar porque nos muestra que conoce to-
escrito se puedan leer palabras diferentes. Otra das las letras de las palabras salame y soda pero
cosa es que se requieran exactamente las mismas no puede poner aún dos letras para cada sílaba,
28 letras, en el mismo orden, para que se pueda leer porque eso va en contra de la hipótesis silábica,
con la cual se siente seguro de saber lo que es- 2. Jardín de Infantes de la Escuela Graduada “Joa-
tá haciendo. quín V. González”. Universidad Nacional de La
Plata.
Es probable que estas letras alternativas pa-
ra el mismo segmento silábico expresen las po- 3. Para transcribir las verbalizaciones de los niños
utilizamos las siguientes convenciones: cuando
sibilidades de los niños de este nivel de centrar-
están nombrando una vocal pondremos esa vocal
se cognitivamente no solo en el núcleo vocálico entre barras; las verbalizaciones sucesivas apare-
sino también en el ataque consonántico de cada cerán separadas con puntos suspensivos, cual-
sílaba. Se trataría de centraciones sucesivas, sin quiera haya sido la longitud de la pausa entre
coordinación, que probablemente aparezcan ha- ambas.
cia el final del período silábico, expresando lo
4. “La creencia de que existe una letra que se co-
más avanzado que se puede lograr en ese perío-
rresponde a un sonido silábico (que existe una
do y preanunciando su propia crisis. ‘te’, una ‘me’), muchas veces lleva a los niños
Las coordinaciones (momentáneas, no sis- a incorporar letras consonánticas que conocen
temáticas) caracterizarían las escrituras subsi- solo por su forma. En estos casos los niños no
guientes (silábico-alfabéticas) donde por mo- tienen la certeza de haber colocado la letra ade-
cuada, pero de todas maneras las utilizan y estas
mentos –pero no a través de todas las sílabas de
pasan a funcionar como comodines silábicos.
la palabra– se logra dar cuenta de los dos ele- Estos comodines en última instancia son un caso
mentos CV (ataque y núcleo) en la representa- particular del uso de letras en función de susti-
ción escrita. En ese sentido, las alternancias tuta, porque las colocan para sustituir a una letra
grafo-fónicas del período silábico nos parecen que están seguros debería ir en la palabra escri-
constituir el nexo, hasta ahora faltante, entre el ta, pero que no saben cuál es” (Quinteros,
período silábico y el silábico-alfabético (¿uno 1997:39).
de los “eslabones perdidos”, en términos evolu- 5. Felipe I. es un niño cuyas cuatro primeras pala-
tivos?). Un análisis teórico más acabado de es- bras (tanto en escritura manual como en compu-
ta filiación excede los límites de este artículo. tadora) son de nivel silábico inicial. Muestra un
notable avance en las dos últimas palabras que
escribe, precisamente las que tienen similitud so -
Notas nora con el inicio de su propio nombre. Este
avance, registrado en la escritura manual, se sos-
1. En lo que sigue se reporta una parte de los datos
tiene en la escritura en computadora. Es un caso,
correspondientes a la tesis de maestría en Cien-
entre varios, en donde es preciso distinguir entre
cias con especialidad en Investigaciones Educati-
la valoración del total de la producción del niño
vas sustentada por Claudia Molinari en el DIE-
(en este caso, un niño con escritura silábica ini-
CINVESTAV, México, bajo la dirección de Emilia
cial en transición hacia el nivel silábico estricto)
Ferreiro. Dicha tesis fue aprobada en examen el
y la valoración de cada uno de los pares que pro-
27 de junio de 2007.
duce.
7. En la Tabla 1 aparecen 12 pares escritos de ma- Ferreiro, E. (2001). La “mise en page” en contexto
nera silábica estricta y aquí estamos hablando de informático: los problemas del investigador y las
15 ocurrencias de alternancias grafo-fónicas, soluciones de los niños. Tópicos del seminario
porque algunas escrituras presentan más de una (Universidad Autónoma de Puebla), 6, 77-91.
alternancia. Ferreiro, E. (2004). Alfabetización digital ¿De qué
8. Los datos que poseemos sobre otro tipo de síla- estamos hablando? En 12ª jornadas de bibliote-
bas (CVV y CVC) son muy esporádicos y no nos cas infantiles, juveniles y escolares (13-32). Sa-
autorizan a extraer ninguna conclusión. Otras in- lamanca: Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
vestigaciones, centradas en esas sílabas, serían Ferreiro, E. (2006). Nuevas tecnologías y escritura.
necesarias. En el cuerpo del texto hemos mencio- Docencia. Revista del Colegio de profesores de
nado el caso de Felipe, quien escribe la primera Chile, 11(30), 46-53.
sílaba de “felpudo” con la alternancia F / FL. Hay
que agregar a la lista dos casos más, en la escri- Ferreiro, E. y Kriscautzky, M. (2003). Del texto con-
tura de carne, Gabriela escribe el par KAN / CA- tinuo al formato gráfico: soluciones de los niños
NE. La primera sílaba es CVC pero ella la repre- para la poesía tradicional. Rivista di psicolin-
senta como CV, con una alternancia ortográfica; guistica applicata, 3 (1), 91-107.
la segunda sílaba presenta una alternancia igual a Luquez, S. y Ferreiro, E. (2003). La revisión de un
las ya analizadas. Valentín, en cambio, escribe texto ajeno utilizando un procesador de palabras.
este par como XRNE / KERNE. La consonante Lectura y vida, 24 (2), 50-61.
“difícil” de la sílaba (la R, en posición coda) ya
había sido identificada en la primera escritura. La Nunberg, G. (comp). (1998). El futuro del libro.
computadora le permite encontrar la consonante Barcelona: Paidós.
inicial (el ataque) que provisoriamente había re- Quinteros, G. (1997). El uso y función de las letras
presentado con una X y agregar la vocal de esa en el período pre-alfabético. Tesis 27. México:
sílaba, aunque no se trata de la vocal correcta. DIE-CINVESTAV.
9. La interacción temprana con distintos instrumentos
y superficies de escritura ha brindado a los niños de
este estudio la posibilidad de poner en juego sus Este artículo fue recibido en la Redacción de LECTURA
ideas sobre el sistema de escritura. Es a partir de es- Y VIDA en agosto de 2007 y aceptado ese mismo mes.
ta frecuentación con el instrumento informático –y
no en su ausencia– donde han tenido oportunida-
des de resolver los problemas que la escritura les
plantea; no en soledad, sino en el marco de inter-
venciones didácticas específicas. No hay razones * Claudia Molinari
para pensar que el procesador de textos no deba Profesora adjunta ordinaria de “Didáctica de
ser introducido de manera temprana en la educa-
la Lectura y la Escritura”, Facultad de Huma-
ción inicial. La interacción con el procesador pue-
de ofrecer a los niños buenas oportunidades para nidades y Ciencias de la Educación, Universi-
aprender el sistema de escritura, en situaciones de dad Nacional de La Plata, Argentina.
producción que tomen en cuenta las prácticas socia-
les. Resulta necesario contar con investigaciones * Emilia Ferreiro
específicas para saber cómo resuelven los niños
problemas de escritura con este recurso informáti- Investigadora del CINVESTAV (Centro de In-
co (en cada uno de los niveles de conceptualiza- vestigaciones y Estudios Avanzados), México
ción y en situación escolar) y bajo qué condiciones D.F.
30 didácticas se favorece el aprendizaje.
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