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ISSN: 1405-6313
lacolmena@uaemex.mx
Universidad Autónoma del Estado de
México
México
Alighieri, Dante
La Divina Comedia. Infierno
La Colmena, núm. 48, 2005, pp. 112-120
Universidad Autónoma del Estado de México
Toluca, México
La Divina Comedia
Infierno
Canto xxxii
como el tal lago; pues si el Tambemic Yotro, que había perdido ambas orejas
o el Pietra Apuana encima le cayeran, a causa del helor, con la faz baja
niftóuna cuarteadura sufriría. medijo: «¿Qué te impulsa avernos tanto?
Y cual hacen las ranas cuando croan Si de estos dos aquíquieres saber
asomando el hocico al ras del agua, diré que todo el valle del Bisenzio
cuando la aldeana suefiaen espigar. fue de los dosy de Alberto, su padre.
yacían así los condenados, lívidos, Los hizo un mismo vientre; y aunque vayas
hasta el lugar en que el mbor asoma, por toda la Caína no hallarás
chasqueando con losdientes cual cigüeñas a nadie que merezca tantoel hielo;
Hacia el hielo inclinaban las cabezas, ni aquél al que le hendieron pecho y sombra
testimoniando con su boca el frío esgrimiendo la mano de unArturo,
y con los ojos la infinita pena. ni Foccaccia. ni éste que me impide ahora.
mil rostros vi. de tinte tan violáceo, Entonces lo aferré por la mollera
que desde entonces siempre me horroriza y le dije: «O me dasahoratu nombre
lavista de unestanque congelado. o no te vaa quedar un solo pelo».
Yyo: «Maesti'o mío. espera un poco, «¡Ah. malvado traidor, no quiero que me hables»
que acerca de ésteacósame una duda; ledije, «porque aumentaré tu afrenta
iremos luego aprisa cuanto quieras». al dar de ti noticias confirmadas».
De su yantar feroz alzó la boca pero estoy casi cierto deque ignoras
el pecador, limpiándola en las greñas la crueldad padecida hasta mi muerte;
que rodeban la herida de la nuca. te lo diré yverás tamaño ultraje.
Mas si han de ser simiente mis palabras por su hendidura habíame mostrado
para infamar al ruin que aquídevoro, muchas lunas, y vi en un mal sueño
me verás a la vez hablar llorando. cómo se abría el telón de mi destino.
Sus mismas lágrimas les veda el llanto «iOhl», exclamé, «¿conque muerto yaeres?».
que. topándose al punto con losojos, Yrespondióme: «Cómo esté mi cuerpo
se congela y redobla la tortura; allá arriba, en el mundo, no lo sé.
pues las primeras lágrimas del reo Esta merced nos hace Tolomea,
se hielan cual viseras de cristal pues a menudo aquícaen las almas
y adentro se desbordan sin alivio. aun antes que Atropos mueva sus dedos.
este hielo arrancadme de los ojos «Creo», repuse yo, «que tú me engañas;
a fin de que desahogue la aflicción pues BrancaDoria vive todavía
antes queel llanto forme nuevos hielos!» y come y bebe y duerme yviste ropa».
Le repliqué: «Si quieres que te auxilie, «Aún no había caído Michel Zanche»,
dimc quién eres; y si no te ayudo, agregó, «en el foso de Malasgairas.
te haré enestos hielos compañía». alládonde la pez terca rebulle,
Versión de G. F.
«Oh alme
hablaba.
Guillerma Fernández