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Pág. 41.
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Derechos patrimoniales (Págs. 65 - 104): Es la parte más importante, conteniendo
las posibles preguntas largas (usucapión, compraventa y propiedad pretoria).
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Págs. 94 y 95.
22) Las dationes. (P. larga en el examen de la 2º convocatoria en septiembre)
Págs. 96 y 97.
23) Dos ejemplos de causa inmediata y causa remota. (P. corta del primer examen)
Pág. 97, serían los dos ejemplos de datio ob causam.
24) Depósito y comodato.
Pág. 98.
25) El furtum.
Pág. 103.
26) La fianza: modos y caracteres.
Págs. 100 y 101.
27) Modos de extinción de las obligaciones.
Pág. 102.
28) La sucesión y sus dualidades.
Págs. 105 y 106.
29) El testamento: origen y naturaleza preferentemente testada de la primitiva
sucesión romana.
Págs. 106, 107 y 108.
30) El testamento: elementos, formas y principios.
Págs. 108, 109 y 110.
31) El testamento: contenido.
Pág. 110.
32) La sucesión ab intestato civil y la bonorum possessio sine tabulis.
Págs. 111, 112 y 113.
33) La sucesión legítima o forzosa: querella inofficiosi testamenti. (P. de examen)
Pág. 113.
34) La herencia yacente. (P. de examen)
Pág. 60 y mejor explicado pág. 64.
35) Modos de aceptación hereditaria.
Pág. 105.
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Resumen periodización. (El criterio utilizado son los acontecimientos jurídicos
del derecho privado, no los históricos)
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a la que sólo podían acceder consulares, es decir, quienes ya habían sido cónsules,
durante un periodo de 18 meses cada 5 años, es decir) y finalmente el dictador
(medida excepcional, prevista en la constitución republicana, para afrontar
circunstancias también excepcionales).
LA ÉPOCA PRECLÁSICA (s. 300 a.C. – 46 o 45 a.C.).
Cambió el estatus jurídico político o público, pero desde el punto de vista del
derecho privado las realidades se mantienen, siendo sus fuentes de producción las
mismas. Fue una época de esplendor para ambas y Octavio incidió en ellas.
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La jurisdicción pretoria empezó a girar en torno al príncipe porque los magistrados
de las estructuras republicanas eran políticos en definitiva y respondían ante el
Príncipe, aunque éste tuviese su propia administración paralela.
La jurisprudencia, por su parte, seguía siendo el mismo elemento libre de la
República, porque los juristas tenían una autoridad que no dependía del poder que
tuviesen, sino del saber que acumulaban y se les reconocía socialmente. Octavio
Augusto diseñó un par de instrumentos para intentar atraerse a la jurisprudencia y
convertirla en un elemento que funcionase al servicio del príncipe y del Principado,
en lugar de potencialmente en su contra.
En primer lugar constituyó el consilium o auditorium de juristas, que era una vieja
realidad no oficial de la época republicana, en la que los pretores tenían un consejo
de juristas a los que recurrían para hacer frente a un problema creando nuevas formas
jurídicas. Octavio la convirtió en una institución permanente, un consejo permanente
de juristas que le asesoraba y al que pretendió atraer a los mejores juristas del
Imperio.
Octavio, que como emperador podía promulgar leyes para reglar aspectos del
Derecho público, no tenía autoridad en el ámbito jurídico privado, pero empezó a
promulgar leyes en tal ámbito, que le era ajeno. Al robarse una autoridad en el
ámbito que no tenía y crear un honor ansiado por la mayor parte de los juristas casi
desde el momento inicial, Octavio terminó reforzando su posición y atrayendo a la
jurisprudencia, permitiendo generación tras generación que una ciencia jurídica que
vive la transición entre la República y el Principado, que parcialmente es contraria al
Principado, termine por trabajar toda ella para el príncipe.
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El Edicto Perpetuo de Adriano.
2. Los mandatos (mandata y mandatum en singular). Son leyes más concretas que
van dirigidas a los gobernadores de provincias y su ámbito de aplicación se reduce a
esa provincia en concreto.
Estas constituciones imperiales cada vez fueron más utilizadas por los emperadores
en el Alto Imperio para legislar sobre asuntos jurídico-privados, de forma más
evidente el rescripto, la cual permitía a los emperadores cada vez más introducirse en
materias jurídico-privadas, ir robando un poco de territorio a los pretores y a la
jurisprudencia.
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LA ÉPOCA POSTCLÁSICA O BAJO IMPERIO (235 d.C. - 526).
Esos juristas eran: Gayo, del siglo II y 4 del siglo III: Papiniano, Paulo, Ulpiano y
Modestino.
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Sus respuestas o dictámenes podían ser utilizados en juicio como autoridad
vinculante. En caso de que los pareceres de los juristas fuesen distintos o se
contradijesen, se interpretaban y si había empate, el parecer de Papiniano triunfaba,
pues lo consideraban en la época postclásica como el de más relieve clásico.
Su epílogo se produce entre el año 527 hasta el 565, con el reinado de Justiniano en
Bizancio, la Roma de oriente, que va a sobrevivir un milenio más.
Su estructura es:
I: fuentes y officia.
II-VIII: derecho privado, según el orden edictal usado en el Digesto.
IX: derecho penal.
X-XII: derecho administrativo y financiero.
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El brazo jurisprudencial: Tiene 2 obras, el Digesto y la Instituta.
6137 fragmentos son extraídos de los juristas de la Ley de Citas. Por orden
cronológico de Gayo, Papiniano, Paulo, Ulpiano y Modestino.
2470 son extraídos de 7 juristas del siglo II y III d.C. (Cervidio Escévola, Pomponio,
Juliano, Marciano, Javoleno, Africano y Marcelo).
El reparto es muy desigual, casi todo parte de los juristas de la Ley de Citas.
El Digesto es una recopilación relativa, porque muchas de las obras se han perdido,
ya que al ser los soportes materiales caros, perecederos y difíciles de manejar, todas
aquellas obras que cayeron en desuso durante una o dos generaciones, dejaron de
copiarse y desaparecieron. A partir de la publicación del Digesto en el 533, sólo se
copió el Digesto y dejaron de copiarse todas las obras extractadas que habían
sobrevivido hasta ese momento, perdiéndose. De todas formas, gracias a que el
Digesto nos ha llegado, se ha podido reconstruir el pensamiento jurídico romano, que
ha sido lo que ha permitido a Europa elevarse y volver a darse un derecho científico
que no pudo darse a sí misma durante el alto medievo. Triboniano no recogió en el
Digesto nada de las obras de Servio Sulpicio Rufo, el jurista más grande de la época
republicana, aunque los ecos de su voz si están en el digesto a través de juristas que
sí aparecen, los cuales citaron opiniones de Servio Sulpicio Rufo.
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Estructura del Digesto:
1ª parte: llamada Hpwta, ocupa los libros I – IV y recoge básicamente los
conceptos jurídicos generales, los principios de la jurisdicción y la introducción de la
instancia, así como un largo extracto histórico sobre la jurisprudencia romana y la
evolución del ius, extraído del enchiridion de Pomponio.
2ª parte: llamada pars iudiciis, ocupa los libros V – XI y trata de la teoría general
de las acciones, la defensa de la propiedad y los demás derechos reales, y, en general,
de la materia correspondiente al título edictal de his quae cuiusque in bonis sunt.
Los libros XXIII – XXVII, que integra las relaciones de familia y las instituciones
inherentes al ámbito familiar: matrimonio, dote, filiación y tutela.
6ª parte: innominada, ocupa los libros XXXVII – XLIV y se extiende por dos
bloques:
Los llamados libri terribiles (XLVII - XLVIII), acerca del Derecho penal público y
privado.
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Finalmente, el abigarrado (sin orden ni conexión) libro L, sobre el sistema municipal
y las normas interpretativas, que integran un título sobre el significado de las
palabras y otro sobre las reglas jurídicas de los antiguos.
La 1ª comisión trabajó con la masa a la que Bluhme llamó edictal, sobre la base de
los comentarios del edicto pretor que habían sobrevivido, fundamentalmente de los
comentarios edictales de Pomponio, Paulo y Ulpiano.
Gustav von Hugo, uno de los padres de la escuela histórica del derecho a la que
pertenece Bluhme, aportó a esta teoría la existencia de una cuarta masa a la que
llamó appendix y de la que se encargó la misma comisión encargada de la papiniana.
Otros autores, Hoffman y Peters, que criticaban desde el principio la teoría de las
masas bluhmianas como insuficiente, elaboraron la teoría del predigesto. Según esta
teoría, los justinianeos se encontraron ya los materiales jurisprudenciales porque en
la época postclásica habían trabajado en ellos y Triboniano lo que hizo fue utilizar
ese material compilado previamente y darle fuerza imperial, fuerza de ley.
Franz Wieacker, autor alemán nacido a principios del siglo XX, en el ámbito de la
teoría del predigesto, sostuvo que la labor compilatoria se vio ampliamente
favorecida por la previa de los maestros de las escuelas jurídicas de Oriente, que ya
habían recopilado escritos sobre los juristas que aparecen en el Digesto,
especialmente de Paulo, Ulpiano y Papiniano. Triboniano, al haberse formado en
estas escuelas, conocería esas ordenaciones y sistematizaciones previas.
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- La Instituta, promulgada también en el 533, es una obra compuesta por 4 libros
que recibe el nombre de la obra que hizo Gayo probablemente en la época de Marco
Aurelio, la primera obra o manual para estudiar derecho.
Justiniano creó una instituta propia muy similar a la de Gayo, a la que sustituyó por
la suya también en las escuelas de la parte oriental.
Estructura:
Libro 1: personas.
Libro 2: cosas y derechos reales, así como testamentos.
Libro 3: sucesión intestada, obligaciones contractuales y teoría general de las
obligaciones.
Libro 4: obligaciones delictivas, procedimiento privado y, a modo de apéndice, en el
último título, derecho penal.
Estos dos brazos y estas cuatro obras forman el Corpus iuris justinianeo, que es el
final de las tradición jurídica romana, pero el principio de la nuestra.
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profundidad en el problema jurídico y estableciendo en ocasiones soluciones distintas
a las propuestas por los juristas romanos.
La escuela de Bolonia pasa paulatinamente de una dependencia total del texto
jurídico romano a una progresiva independencia. Los juristas de plenitud de la
escuela, ya en el siglo XIII d.C., son grandes creativos y crean derecho hasta llegar a
la altura de los grandes juristas romanos. Esto no pasa al principio pero sí en la época
de Arzón o de Accursio, que son los grandes glosadores.
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medievales, por lo que los humanistas italianos del ámbito del derecho la
desarrollaron fuera de Italia.
El humanismo es el movimiento generador de la modernidad jurídica, pero no fue
el único si seguimos el itinerario desde el siglo XV, XVI del humanismo jurídico,
vemos que hasta llegar al presente (la codificación), nos encontramos que hay otros
movimientos no tan trascendente pero que caracterizan la recepción de las fuentes del
derecho romano en la época moderna. Son 3 los más importantes:
Hay que entender que hasta la codificación, el derecho romano no era derecho
histórico, sino derecho positivo, el derecho de Europa era el Derecho romano, el
Derecho romano visto por los juristas europeos. A partir de la codificación, que se
dio en el resto de la Europa continental, el derecho positivo ya no es el derecho
romano, sino que el derecho positivo es el que está en el código. Surgen entonces
disciplinas jurídicas que se consagran a partir del estudio de lo que hay en cada
código. Así surge la civilística, que es la rama de la ciencia jurídica que estudia el
código civil, surge la ciencia penal, aquella que estudia el código penal y surge la
ciencia mercantilista, que es aquella que estudia el contenido del código de comercio.
Y en todos los ámbitos codificados, va naciendo un ámbito científico de estudios de
ese sector, haciendo que los romanistas que a partir de entonces siguiesen
consagrándose a estudiar el corpus iuris fuese un romanista e historiador, en
definitiva, alguien que estudiaba un derecho útil y de enorme prestigio, pero del
pasado.
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Los grandes romanistas europeos del XIX y del XX, lo que han hecho es estudiar el
corpus iuris y otras fuentes del derecho romano en su evolución, reconstruyendo el
derecho arcaico de Roma, su derecho preclásico, el clásico, el bajoimperial, el
derecho justinianeo e incluso reconstruir el derecho romano medieval y en adelante
hasta llegar a la codificación.
Hay una figura muy importante, entre el siglo XIX y principios del XX, en la
romanística moderna, que es Otto Lenel (1849-1935), un jurista alemán y catedrático
del Derecho romano, con unos inmensos conocimientos filológicos e históricos que
pretendió reconstruir la esfera de la potestas jurídica romana (es decir, el derecho
pretorio) a través de la reconstrucción del Edicto Perpetuo de Adriano (Rudolf, un
jurista mayor que él, lo había intentado, pero modernamente se entiende que la
reconstrucción de Lenel es superior); y también pretendió recuperar la esfera de la
auctoritas a través de una obra a la que llamó Palingenesia iuris civilis, en la que
coge los 9142 fragmentos que aparecen todos mezclados y ordenados temáticamente
(por temas, sin seguir un orden histórico) en el Digesto y los reordena
alfabéticamente por orden de juristas y, dentro de los juristas, por títulos y obras.
Esta obra permitió un instrumento facilitador del estudio jurídico por épocas, y a eso
se ha consagrado la moderna romanística.
FIN.
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LA INTERPRETATIO PONTIFICAL.
Es la descripción de cómo poner en práctica lo recogido en las XII Tablas e
interpretar extensivamente aquellos supuestos de hechos que comenzaban a
escaparse de su contenido exacto, que corresponde a los únicos depositarios del saber
jurídico en la época arcaica, el colegio pontifical, los sacerdotes máximos en la
cultura romana.
El rol que desempeñaban los pontífices se convirtió en ineludible, ya que en las XII
Tablas no se hallaba incorporado la totalidad del ordenamiento jurídico privado
romano, sino un conjunto de principios jurídico o reglas concisas. Las XII Tablas
permitían al propietario saber que tenía un mecanismo procesal para pleitear y
defender sus derechos, pero no recogía cómo se tramitaba tal acción. Era necesario
acudir al colegio pontifical para buscar asesoramiento sobre cómo pleitear. No había
ningún tipo de discusión ni explicación, sólo una descripción del rito por parte del
pontífice. Generalmente el colegio pontifical designaba a uno de sus miembros como
encargado de atender a las cuestiones que le hiciese cualquier otro ciudadano, salvo
que el ciudadano quisiese que le respondiese un pontífice en concreto.
Los pontífices, como luego los juristas romanos, los medievales y los actuales, no
entran a dilucidar realmente, salvo de forma excepcional, la cuestión de hecho, sino
exclusivamente la cuestión jurídica, elemento que se situará como parte de la esencia
de nuestra propia tradición jurídica.
No podemos hablar en la época arcaica de que exista una ciencia del derecho
porque faltan determinados elementos fundamentales para poder hablar de la
actividad científica. Para empezar es necesario que el científico hable en nombre
propio y no sea simplemente el portavoz de un colectivo, ya que la opinión del
científico se asienta en su propia autoridad individual y no que dependiese del mundo
al que pertenece. La autoridad de los pontífices se asienta en su pertenencia al
colegio, en cuyo nombre hablaban.
Una de las aportaciones o innovaciones que los pontífices crearon entre el 450 y
300 a.C. fue una 3ª modalidad de testamento llamada per aes et libram (testamento
por el cobre y la balanza), que supone la aplicación del rito de la mancipatio, que es
un modo de transmitir la propiedad, al ámbito testamentario.
Siguió haciéndose oralmente también, pero en cualquier momento y ante menos
testigos. Se superó el problema cada vez más acuciante socialmente de no poder
testar cuando se quisiese y al no ser tan en público, mitigaba un poco la
autolimitación moral resultante de la inexistente intimidad jurídica de las dos
modalidades de las Tablas. El hecho de que el testamento se pudiese hacer en
cualquier momento daba ya lugar a un testamento más reposado, menos solemne y
por tanto, a que se pudiesen hacer disposiciones más complejas.
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Con el per aes et libram empezó hacerse usual recoger la voluntad testamentaria
manifestada oralmente por escrito en un documento que llamaba nuncupatio. Pero la
validez del negocio testamentario no residía en el documento escrito, que era
voluntario, sino en la pronunciación oral, porque el rito seguía siendo oral.
Estructura:
- EL bloque procesal: tablas 1, 2 y 3.
- El bloque de derecho de familias y sucesiones: tablas 4 y 5
- El bloque patrimonial: tablas 6 y 7. Es el bloque en el que se integra la propiedad y
las obligaciones (obligaciones desgajadas del tronco de la propiedad, mezcladas pero
distinguibles en las tablas 6 y 7 que configuran el aparato, todavía un tanto
balbuceante, de los derechos patrimoniales. El orden un poco lo explica, porque las
doce tablas no se abren con los derechos patrimoniales sino que aparecen muy
atrasados en la propia sistemática).
- El bloque del derecho penal: tablas 8 y 9, que integran mezclados los delitos
públicos o crimina y los delitos privados o delicta (afectan al interés particular).
- El bloque del derecho funerario: tabla 10.
- El bloque del derecho complementario: tablas 11 y 12.
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TABLAS 1, 2 y 3: EL BLOQUE DEL DERECHO PROCESAL.
Una primera puramente técnica, fase in iure, entre el pretor y las partes para
dilucidar sobre qué se va a litigar. El momento final de esta fase se llama litis
contestatio, que es un acuerdo litigioso entre ambas parte forzado por el pretor, en el
que tiene que quedar claro el objeto del litigio, la causa, el fin, los sujetos que litigan
y se nombra a los jueces.
Una segunda fase llamada apud iudicem, la fase ante los jueces, la fase de las
alegaciones y las pruebas donde se dicta sentencia.
Acciones declarativas: son aquellas en las que el actor pretende declarar, denunciar
o formular que se ha producido un perjuicio en su contra, que quien lo ha hecho es el
reo y que se condene a éste a indemnizarlo. Las condenas tienden a ser pecuniarias.
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Existen 3 acciones declarativas y 2 acciones ejecutivas:
Acciones declarativas.
Por orden cronológico, la 1ª acción, la actio legis per sacramentum, defiende el
derecho de propiedad, el dominium en latín, el único derecho que existía antes.
El hecho de que se defiendan las 3 cosas con la misma acción significa que para los
que configuraron la acción esas cosas eran todas la misma cosa. Para un romano
antiguo, exigirle al deudor que pagase la deuda era lo mismo que perseguir al ladrón.
Una vez creada la 3ª acción, la 2ª acción siguió sirviendo para defender las
obligaciones formales (estipulaciones) pero no para las obligaciones reales ( en la pág.
89 se explican los 3 tipos de obligaciones voluntarias, que son las reales, formales y
consensuales).
Acciones ejecutivas.
Son dos, por orden cronológico, aunque es posible que en sentido estricto, ninguna
existiese antes de las XII Tablas.
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TABLA 4: DERECHO DE FAMILIAS.
En este mundo no cuenta la sangre (cognatio), sólo la potestas (adgnatio).
Contiene la reglamentación de la patria potestad, una estructura familiar donde se
percibe una diferencia entre dos componentes, un individuo preponderante que no
responde a derecho ajeno, sino a su propia potestad, denominado sui iuris y
considerado paterfamilias si es varón (patresfamilias en plural); y los alieni iuris,
aquellos sometidos a la potestad ajena del paterfamilias, que tienen una capacidad
jurídica limitada desde el punto de vista del derecho privado, pero no en el ámbito
del derecho público. La mujer puede ser también sui iuris, pero como ocurre con su
imposibilidad de intervenir en la vida pública de la civitas, pues no interviene en la
vida militar, no puede ser jefe de la familia, no existiendo el concepto jurídico de
materfamilias. Los libres y ciudadanos sui iuris hombre y mujer tienen ambos
capacidad jurídica en el ámbito privado, pero sólo los hombres tienen capacidad de
obrar, de ejercer derechos y obligaciones propios o ajenos. Pueden ser ajenos en la
medida en que la persona puede tener capacidad para obrar, pero no tener capacidad
jurídica (un esclavo por ejemplo), pudiendo ejercitar derechos, pero nunca propios,
porque no puede tenerlos. Son derechos propios si además de capacidad de obrar
tiene capacidad jurídica. La mujer no pinta nada a nivel de ejercicio, pero sí a nivel
de titularidad. Aunque lo normal en la época arcaica es que la mujer pase, tras el
matrimonio, de la potestad del padre a la del marido o la del padre del marido.
La tutela: Sirve para paliar la incapacidad de obrar por causa modificativa absoluta
si el incapaz es un sui iuris. Se ejerce sobre el infante y la mujer. Tiene unas formas
muy claras de nombrarse. Normalmente el paterfamilias nombra tutor por testamento
y si no, es el pretor.
La curatela: Sirve para paliar la incapacidad de obrar por causa relativa si el incapaz
es sui iuris. Sobre el pródigo (significa: dilapidador) y el furioso (el loco o demente).
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TABLA 5: SUCESIONES Y HERENCIA.
Dependiendo de lo que haga el causante (de cuius), y dependiendo de lo que el
heredero (heres) sea, nos encontraremos con diferentes tipos de sucesión.
Antes del testamento per aes et libram que la interpretatio pontifical desarrolló
posteriormente (entre el 450 y el 300 a.C.), en la época de las XII Tablas había sólo 2
formas de hacer testamento:
Los primeros que suceden son los sui heredes (suus heres en singular), los
individuos sometidos a la potestas del causante en el momento de abrirse la sucesión.
En caso de que no hayan o entren sui heredes, los que heredan son los agnados
(adgnati), aquellos individuos que estuvieron sometidos al mismo tronco de potestas
que el causante cuando el causante era un alieni iuris y estaba sometido a potestas.
Y finalmente los gentiles (gens), que son aquellos que pertenecen al mismo grupo
gentilicio que el causante, a la misma estirpe, que tienen una vinculación parental o
antepasado común.
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Un hijo emancipado de entrada no sucede por ley frente a sui heredes o agnados
más cercanos, porque es un paterfamilias si es varón y una sui iuris si es mujer, y por
tanto tienen su propia esfera. La sucesión testamentaria es preferente a la sucesión sin
testamento.
Derechos reales, iura in rem, haciendo referencia al término latino res - cosa,
derecho sobre cosas, aquellos en los cuales se establece una relación de contenido
patrimonial. Frente al hecho de la posesión y al derecho de propiedad, está el derecho
sobre cosa, que es la servidumbre, un derecho sobre cosa ajena, sobre una cosa que
tiene un propietario distinto a uno.
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2. El momento en el que muere. Su forma normal de extinguirse suele ser el
cumplimiento (obligatio solvere), pero hay otras. Ej: una de ellas es la condonación,
el acreedor puede perdonar al deudor.
La obligación real (obligatio re), llamada dación, datio en latín, que es aquella que
nace por la entrega que el acreedor hace al deudor de una cosa, esperando su
devolución u otra cosa en su lugar.
Junto al delito de hurto, hay dibujado en las Tablas, con menor rigor técnico, otros
dos delitos privados:
2 - El delito de daños, que será más tarde objeto de una ley promulgada ex profeso,
llamada lex Aquilia, que tendrá una transcendencia muy grande en la tradición
jurídica occidental. Regula el delito de daño (damnum) persiguiendo cualquier
comportamiento que produce un perjuicio físico o mágico en una cosa ajena. Como
por ejemplo, un esclavo dañado.
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3 - El delito de lesiones es el perjuicio que se produce en un individuo. La injuria
(iniuria) incorpora la lesión física y la lesión moral, que será el significado que
recibirá el término injuria como acepción fundamental. Luego, en la época más
avanzada de la República, habrá toda una legislación tendente a acabar con los
comportamientos que atentan contra la fama y el honor.
TABLAS 11 y 12.
Las últimas dos tablas tienen aún menos interés porque no son ni siquiera tablas
temáticas, sino un revoltijo de preceptos que inciden sobre instituciones dos años
antes recogidas. Se promulgaron dos años después por un colegio decenviral nuevo
en el que sólo repitió el presidente Appio Claudio el Decenviro y son tablas que en la
tradición posterior no siempre fueron bien recibidas o bien juzgadas, porque parte de
sus disposiciones parecen haber sido fruto más bien de reivindicaciones políticas que
las otras, que responden más bien a la consecuencia de traspasar un derecho
tradicional no escrito a unas tablas o compilación escrita.
FIN.
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La Jurisprudencia, fuente de producción no oficial y esfera de la auctoritas
(autoridad).
PERIODIZACIÓN JURÍDICA
(Clasificación extraída del libro: Compendio histórico derecho romano, Alfonso Castro,
pág. 42. En general, suele denominarse laica a la jurisprudencia que comienza a surgir a
partir del s. III a.C.)
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LA JURISPRUDENCIA.
Los juristas no tenían el poder de hacer cumplir sus creaciones intelectuales, pero
tenían una autoridad que era escuchada por todos, incluidos los políticos, lo que
permitió que por vez primera se produjese un derecho técnico.
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El segundo hito lo protagoniza Sexto Elio Peto Catón (cónsul en el año 198 a.C.),
que escribió la primera obra creativa de la ciencia jurídica, Los Tripetita, obra a la
que se llamó cunabula iuris, la cuna del derecho. Se dividía en 3 partes:
Manio Manilio, Marco Junio Bruto y Publio Mucio Escévola dieron un paso
más allá en los comentarios al derecho civil en su conjunto, pero fundamentalmente a
las XII Tablas, que cada uno de ellos escribieron. Por ello Pomponio, en la primera
historia del derecho romano conocida, el enchiridion, escrito en la época de Adriano
en el s. II d.C., cuando se retrotrae al s. II a.C., los considera los fundadores
científicos y literarios del derecho civil como una ciencia jurídica.
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El primer jurista moderno fue Servio Sulpucio Rufo, que aunque no se formó con
Quinto Mucio Escévola, sí lo hizo con dos discípulos suyos, con Cicerón en la
oratoria y con Aquilio Galo, el primer jurista especialista de la historia, aunque no
publicó nada que se sepa, como maestro en la jurisprudencia.
Aquilio Galo fue de forma expresa el primer jurista romano que renunció a seguir
con la carrera política que había iniciado y a todo lo que no fuese consagrarse al
estudio jurídico, concentrarse en el ámbito científico del derecho. Cuando Cicerón va
a presentarse a las elecciones consulares, le cuenta en una carta a su amigo Ático
cuáles son los candidatos con los que cree que va a tener que competir, desechando la
posibilidad de que Aquilio Galo, que había sido pretor en el 66 a.C. junto a él, se
presente a la candidatura, porque dice que se ha concentrado en su regnun iudiciale,
su reino jurídico, desechando todo lo demás. Cicerón nos cuenta incluso como
renunciaba a contestar siquiera a cualquier cuestión que no fuese exactamente de
derecho privado.
Entre Servio Sulpicio Rufo y Quinto Mucio Escévola hay una anécdota que se ha
podido reconstruir a través de Pomponio, Cicerón y otras fuentes menores.
Nos cuenta Pomponio como el joven Sulpicio Rufo, que era junto a Cicerón uno de
los abogados más prometedores, se acercó a Quinto Mucio Escévola y le hizo la
consulta técnica del pleito que llevaba. Quinto Mucio le contestó y Servio Sulpicio le
volvió a preguntar porque no entendió la respuesta, a lo que ya con cajas
destempladas, le afeó Quinto Mucio Escévola que un aristócrata como él no supiese
nada de derecho al necesitar una 2ª respuesta. Esta anécdota fue la que motivó a
Sulpicio Rufo para que se dedicase al estudio del derecho con pasión y escribiese
mucho, 180 libros, siendo 2 de ellos los primeros comentarios del derecho positivo.
Los juristas anteriores fueron aristócratas que tenían una visión conservadora y
nunca habían comentado el edicto del pretor, porque consideraban que era una cosa
menor. Comentaban las Tablas y en la medida en que el edicto pretorio ya era el
cauce del derecho positivo, hilaban la institución nueva a la vieja institución del
Derecho Civil.
Sulpicio Rufo fuel el primero que no se acercó a las instituciones del derecho
pretorio a través del comentario al Derecho Civil, sino que directamente comentó el
derecho pretorio en su ámbito o cauce natural, que es el edicto. Este primer
comentario al edicto pretor, que luego va a ser un género literario utilizado por los
juristas del imperio con profusión, se llamó libri ad Brutum.
Hay una polémica sobre quién era ese Bruto. Algunos autores, como Antonio
Guarino, sostienen que era Marco Junio Bruto del s. II a.C., uno de los tres juristas
considerados por Pomponio fundadores científicos y literarios del Derecho Civil.
Otros autores, como Alfonso Castro, sostienen que era su íntimo amigo Marco Junio
Bruto, el supuesto hijo de César que participó en su asesinato, porque en la época en
la que se escribió dicha obra, años 46 o 45 a.C., Bruto era pretor pero no jurista y el
edicto estaba creciendo y haciéndose cada vez más técnico, no siendo de extrañar que
éste le solicitase a Sulpicio Rufo una especie de vademécum, una guía no solamente
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que comentara los edictos anteriores sino que le permitiese promulgar y mejorar el
suyo propio. Se sabe que eran íntimos amigos porque se habla de la amistad que
tenían en muchas obras, a pesar de que había una diferencia de edad de unos 20 años,
Sulpicio Rufo nació en el 105 a.C. y Bruto en el 85 a.C.
Servio Sulpicio Rufo fue el primer jurista en la historia de Roma que mostró una
preocupación teórica o por la sistemática, porque hasta entonces, los juristas eran
sólo prácticos y sus obras no tenían una preocupación sistemática ni más interés que
el de resolver casos y en ocasiones crear derecho, porque las soluciones que daban se
convertían en vinculantes, sobre todo si la autoridad del jurista era muy importante.
Fue el primer jurista que atendió a las quejas de algunos intelectuales romanos no
juristas sobre el inmenso caos que para ellos era el saber jurídico y que demandaban
ordenar o darle al acerbo jurídico casuístico romano un empaque teórico aplicando la
dialéctica para sistematizarlo.
Los discípulos de Servio Sulpicio Rufo, que se denominaban auditores Servii, los
que escuchan a Servio, son juristas a caballo entre el periodo preclásico y el clásico,
a caballo de la República y el Principado. Entre ellos hay algunos juristas notables:
Alfeno Varo.
Lo primero que se sabe de él es lo que cuenta el poeta Catulo. Alfeno Varo aparece
en los poemas 10, 22 y 30 del Corpus Catuliano. Perteneció también a los modernos
poetas Novi, escribió una obra dramática en verso llamada Thyestes y fue protector
del poeta Virgilio. En el año 39 a.C. fue cónsul. Por el Digesto sabemos que escribió
un tratado casuístico de materias ordenadas de todo el derecho privado al que llamó
con un nombre destinado a tener éxito duradero, digesta. En él, no sólo se hace eco
de sus propias opiniones, sino de las opiniones de Servio Sulpicio Rufo. El romanista
Mario Bretonne considera que la obra de Alfeno Varo es una espléndida antología
severiana porque está llena de pensamientos del maestro. Fue poeta, se formó con
Sulpicio Rufo, llegó a ser el mejor jurista de su generación y triunfó en la carrera
política llegando a ser cónsul.
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Cayo Trebacio Testa, que fue discípulo de un jurista del que se sabe poco llamado
Quinto Cornelio Máximo y maestro de Labeón. Trebacio Testa fue íntimo amigo de
Cicerón, íntimo amigo de Julio César, íntimo amigo del poeta Horacio y muy amigo
de Octavio Augusto. Nació en los años 80 a.C. y vivió más de 80 años. No se dedicó
a la política y defendía la espiritualización de la occupatio y traditio de la pura visión
materialista de la posesión que defendían la mayoría de juristas.
En primer lugar asesoran a sus clientes sobre la acción o vía procesal que tienen
que utilizar a la hora de ir a un pleito. Esa función se denomina agere, verbo en
relación con el sustantivo actio.
Generalmente se limitaban a asesorar sobre la cuestión de derecho, no tenían como
misión prevalente la de acompañar al cliente a juicio. Quien acompaña al juicio al
individuo es el orador (orator), lo que modernamente llamamos con un término que
los romanos introducen en la época clásica, el abogado (advocatus o togatus en
singular y advocati o togati en plural), que puede no saber nada de derecho. Su
ciencia no era la jurídica sino la retórica, sabían hablar en público…
La 2ª función era la que los romanos llamaban cavere, donde se recogía toda la
asesoría que tenía que ver con las cautelas, precauciones o medidas de garantía.
El romano antiguo estaba obsesionado con las garantías.
Estas funciones se unen a otras no tan específicas del jurista, por cuanto tienen
relación con otros elementos del derecho.
Los juristas asesoran a los pretores, aquellos que tienen la jurisdicción y hacen el
derecho positivo, políticos que no tenían por qué saber de derecho.
También desarrollan la cobertura técnica en las leyes del derecho privado.
JURISPRUDENCIA CLÁSICA.
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1. Jurisprudencia de las escuelas.
En la época de Octavio Augusto hubo dos juristas que destacaron sobre todos los
demás en el Principado: Labeón y Capitón.
Los proculeyanos.
De Labeón deriva la escuela de los proculeyanos, que se inicia con Nerva pater
y con Próculo, que da nombre a la escuela y que era el discípulo de Labeón y de
Nerva pater. Próculo es el que da el nombre a la escuela, en lugar de Nerva pater,
porque Nerva fue íntimo amigo de Tiberio y cuando éste se inclinó a la tiranía y lo
avergonzó con sus actos, Nerva pater se suicidó. Lo que avergonzó a Nerva pater fue
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la mezcla que hizo Tiberio de asuntos públicos con privados. Después de Próculo, se
discute si llegó a dirigir la escuela Nerva filius , que fue el padre del emperador
Nerva, después Pegaso. Tras Pegaso, el jefe proculeyano fue Neracio Prisco y
luego Juvencio Celso pater y Celso filius.
Los sabinianos.
Paralelamente a esta escuela se desarrolla aquella que entronca con Casio Ateyo
Capitón, que formó a un discípulo llamado Masurio Sabino, que a diferencia de los
demás juristas procede de la clase media de provincias, de la ciudad de Verona. Tuvo
un discípulo llamado Cayo Casio Longino, 10 años más joven que él, del que se
discute que era bisnieto o tataranieto de uno de los asesinos de César llamado Casio.
Ambos dan nombre a la escuela, Sabiniana o Casiana. Después de ellos rige la
escuela Celio Sabino. Para Cannata es Celio Sabino quien da nombre a la escuela,
porque defiende que hasta ese momento la escuela de Capitón se llamaba Casiana y
no Sabiniana y que Masurio Sabino fue un hombre irrelevante desde el punto de vista
social, mientras Celio Sabino llegó a ser cónsul. Esta tesis se discute. Después viene
Javoleno Prisco y luego Salvio Juliano , el codificador del Edicto Perpetuo de
Adriano.
Las escuelas en el ámbito del derecho más bien se rigen por relaciones de lealtades
personales que de acepciones desde el punto de vista técnico. No hay tantas
diferencias entre unos y otros como para hacernos pensar que las diferencias de
pensamiento dividían las escuelas. Si miramos los 9.142 fragmentos básicamente
casuísticos del Digesto vemos que en muchas ocasiones juristas de la escuela
sabiniana se contradicen entre ellos y se apoyan en testimonios de la escuela
contraria y a la inversa. Aunque también es cierto que en muchas ocasiones nos
encontramos con polémicas que reflejan una distinción clara de escuelas en
determinados ámbitos.
Podemos defender con prudencia que la escuela sabiniana fue más dada a la
sistemática que la escuela proculeyana, que fue más rabiosamente casuística. Los
sabinianos son juristas más conservadores, que tienden a percibir su acción más con
la idea de la seguridad jurídica, mientras que los proculeyanos son juristas más dados
a innovar o flexibilizar. Los juristas antiguos no debatían sobre que ninguna
34
intención de poseer las cosas fuese algo digno de tener en consideración, sobre quién
tenía intención o no de poseer lo que se detentaba. Según el Digesto, en el siglo I
a.C., un jurista llamado Trebacio Testa, maestro de Labeón, empieza a reflexionar
sobre que no todas las señorías de hecho tienen o no la intención de poseer. Labéon,
que discutió con su maestro Trebacio sobre algunos aspectos de esta visión volitiva o
anímica de la posesión, aceptó lo esencial, aceptándolo también Nerva y Próculo.
Los proculeyanos eran más proclives, quizás por ser formados por juristas más
innovadores de forma natural, aceptaron que el animus possidendi era fundamental
para catalogar a un individuo de poseedor o no. Mientras, los sabinianos, más
conservadores, no fueron muy proclives a aceptar el animus possidendi como un
componente realmente efectivo a la hora de determinar quién era el poseedor.
Tenemos algunos textos de Sabino que están más bien en la línea de los viejos
juristas pontificales que consideraban que el poseedor era el que tenía la cosa
simplemente, no pudiendo ser el poseedor quien no tiene la cosa. Juliano es el primer
jurista sabiniano que la acoge sin problemas. Hay varias respuestas de Salvio Juliano
en las que utiliza el animus possidendi sin ningún problema.
Hay una segunda fase, la jurisprudencia de los antoninos, porque viene a coincidir
con esta casa imperial y que se caracteriza porque ya no hay escuelas. Salvio
Juliano, el último jurista jefe de la escuela sabiniana, supera la diferencia de las
escuelas porque su competidor, Celso filius, que fue un jurista más brillante que su
padre, fue una persona de trato imposible, áspero, que se burlaba de todo el mundo,
ridiculizando a sus alumnos y a todo el que le consultaba.
Eso, probablemente, más allá de que el acervo común de los sabinianos se impusiese
a los de los proculeyanos, hizo que la generación siguiente a Juliano y a Celso fuesen
todos discípulos de Juliano. Juliano tenía un pensamiento muy ecléctico y se
preocupó en recuperar lo que le parecía adecuado del pensamiento de los
proculeyanos para adecuarlo a su propio pensamiento.
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Salvio Juliano, al codificar el edicto, lo divide en 5 partes:
2. La segunda parte se llama De iudiciis, sobre los juicios e incorpora todas las
vías procesales ordinarias, menos las exceptiones. Contiene todas las acciones y es
gigantesca.
Pero los dos juristas que han tenido realmente más transcendencia en la historia han
sido dos que fueron irrelevantes en su época: Pomponio y Gayo, que al contrario
que Marcelo y Escévola, no recibieron de los emperadores el ius publice
respondendi, derecho a responder en nombre del emperador, que revestía la respuesta
de algunos juristas y no de otros de una autoridad excepcional que el emperador no
tenía pero que confundía con el poder que sí tenía. Lo otorgaban los emperadores
desde la época de Octavio Augusto a los juristas más importantes e influyentes y
tenía una extraordinaria importancia porque los jueces que dictan sentencia en los
procesos privados en la época clásica, lo hacían en razón del dictamen de algún
jurista, apoyándose en base de lo que algún jurista había desarrollado técnicamente y
dictaminado por su cuenta en algún caso concreto. En ese carácter vinculante de
facto de la actividad de los juristas, los juristas que habían sido bendecidos con el ius
publice respodendi por los emperadores tenían una preponderancia absoluta sobre los
que no habían sido bendecidos con tal honor.
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Pomponio fue un jurista menor que escribió en la capital unos 500 libros, 140 de
ellos de comentario al edicto pretorio. Se caracterizó por haber dejado una obra de un
género que hasta entonces no había sido cultivado, creando la primera historia del
Derecho, que se llamó enchiridion. Tuvo probablemente dos ediciones distintas y
recogía la historia del derecho romano desde los orígenes hasta la época de Juliano,
que probablemente fue su maestro.
Gayo estaba incluso fuera del ámbito, pues probablemente fue un maestro de
escuela en oriente. Escribió, probablemente en la época de Marco Aurelio, la
Instituta, aunque él la llamó Comentarios, un manual teórico de 4 libros para enseñar
los fundamentos del Derecho, la única obra que nos ha llegado de los juristas
romanos por un conducto diferente, porque todo lo demás que sabemos de los juristas
romanos es lo que Justiniano recopiló en el Digesto en el 533.
3. Jurisprudencia severiana.
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Sus discípulos son:
Estos tres junto a Papiniano y Gayo son los que se incluyeron en la Ley de Citas
que Valentiniano III promulgó en el s. V d.C.
FIN.
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El siglo III a.C. es el siglo de la expansión romana, en la que Roma pasa en un
periodo de tiempo muy pequeño de ser una potencia local prácticamente marginal
desde el prisma griego a ser la gran dominadora del Mediterráneo.
IUS GENTIUM
Según Tito Livio, en el año 242 a.C., la pretura, que era la única magistratura del
cursus honorum romano no colegiada hasta entonces, se colegia y se crea junto al
pretor urbano, que es el que dirige los procesos de los ciudadanos, un segundo pretor
denominado praetor peregrinus, creado precisamente para hacer frente a todos
aquellos pleitos en los que intervengan al menos un extranjero.
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Mientras el pretor urbano aplica el derecho propio y exclusivo de los ciudadanos
romanos, el ius civile, el pretor peregrino no tiene derecho que aplicar y crea figuras
nuevas y necesarias para hacer frente a las nuevas necesidades.
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4. Como último principio, la buena fe (bona fides), que tenía importancia social
pero carecía de importancia en el ámbito jurídico en el viejo derecho, comienza a
utilizarse como un principio digno de defensa, creando todo un mundo de derechos,
de vías procesales fundadas en la buena fe. Lo que los romanos llamaban fides-
officium, una relación de buena fe en la que un individuo deposita una confianza en
otro (fides) y ese otro debe responder a esa confianza que voluntariamente ha
aceptado que se deposite en él (officium).
IUS HONORARIUM
Es el conjunto de vías procesales para defender ciertas instituciones y principios
jurídicos que ya estaban incorporados previamente en el edicto del pretor peregrino,
que el pretor urbano comienza a introducir en su edicto después de que sus
destinatarios, los ciudadanos romanos, se percatasen de que el derecho destinado a
los extranjeros era mejor que el suyo propio.
El derecho honorario es, según Papiniano, el derecho que está concebido para
ayudar, suplir y corregir por razones de utilidad pública al derecho civil.
EDICTO PRETORIO
41
Conceptualmente se divide en tres:
Actiones.
Las acciones dan lugar a procesos más lentos y densos que las vías extraordinarias
porque se dilucidan cuestiones de fondo jurídico. Se dividen en dos fases, herencia
de las XII tablas:
Una primera fase in iure, puramente técnica entre el pretor y las partes para
dilucidar sobre qué se va a litigar. Esta fase lleva a la litis contestatio, que es el
acuerdo litigioso entre las partes forzado por el pretor, en el que tiene que quedar
muy claro el objeto del litigio, la causa, el fin y por supuesto, los sujetos que litigan,
para luego nombrar a los jueces (que eran ciudadanos normales, que no tenían que
saber derecho y que, de la misma forma que el pretor se asesoraba por juristas
cuando tenía una duda o incluso para introducir las vías procesales en su edicto,
solían asesorarse sobre cuestiones técnicas por medio de juristas o libros jurídicos e
incluso sabemos que había juristas que eran elegidos con frecuencia como jueces).
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Después de la litis contestatio concluye la primera fase y se abre la segunda fase:
apud iudicem, la fase ante los jueces, la fase de las alegaciones y las pruebas en la
que intervenía el abogado, orator, el orador, que en la República era todavía en
ocasiones un jurista, mientras que en el Principiado ya era rarísimo. Se dicta
sentencia, cuyo tenor procede del sentido de los jueces y se hace cumplir por el
imperio del pretor.
1- Interdictos (interdicta).
3- Embargos (missiones).
1. INTERDICTOS:
Son vías procesales extraordinarias que sirven para defender ante todo la
posesión, que es el hecho jurídico por antonomasia, el más importante. El individuo
que creía que se le amenazaba la posesión de un bien acudía al pretor con la fórmula
simple dirigida contra el presunto amenazador de la posesión y el pretor abría una
audiencia donde escuchaba a ambos y con su imperio dictaba la actio ex interdictum,
concediendo la razón o no al solicitante del interdicto en virtud de criterios
estrictamente posesorios. (Nota: No defienden la PROPIEDAD, sino la POSESIÓN).
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INTERDICTOS PROHIBITORIOS O DE RETENER LA POSESIÓN :
Son utilizados por aquel poseedor que teme sufrir un despojo, pero que aún no lo ha
sufrido. Son dos:
Interdicto utrubi.
Defiende la retención de la posesión de bienes muebles, los que se mueven. Bien
porque se mueva solo ese bien sabiendo que se mueve (esclavo), bien porque se
mueva el mismo sin saber que se mueve (animal), o bien porque uno lo pueda mover,
cualquier otro bien mueble (objeto). Triunfaba quien de los dos más tiempo hubiera
poseído el bien en el último año a contar desde el ejercicio del interdicto, salvo que
hubiese mediado violencia, clandestinidad o concesión en precario.
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INTERDICTOS POSESORIOS ADJUDICATORIOS O DE ADJUDICACIÓN DE LA
POSESIÓN:
Es cuando el individuo que utiliza el interdicto no es el poseedor, no ha sido el
poseedor pero dispone de un título jurídico que le permite que se le adjudique la
posesión y como no se le adjudica voluntariamente, utiliza el interdicto de
adjudicación para que se le adjudique la posesión que no ha tenido. El interdicto
adjudicatario por antonomasia se llama interdictum Salvianum, nombre que viene de
su inventor Salvio. Es un interdicto hipotecario, el que en Derecho Romano permitía
al acreedor hipotecario hacerse con los bienes hipotecados cuando la obligación
garantizada con la hipoteca no se cumplía.
2. ESTIPULACIONES PRETORIAS:
Son vías de garantía o caucionales que un individuo le exige a otro para evitar un
perjuicio. Es decir, un individuo acude al pretor y le solicita que obligue a otro
individuo a que le garantice que una determinada realidad se va a producir o no. El
pretor abre una audiencia y escucha a las dos partes para ver si debe obligar o no a
que se preste la garantía. Esto en derecho romano era muy frecuente, porque era un
derecho obsesionado con las garantías, que tenían mucho cauce procesal.
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Extrajudiciales, también llamadas extraprocesales:
Son las que no dependen del desenvolvimiento de ningún proceso ordinario, sino
que el puro desenvolvimiento de la práctica negocial puede hacer que una persona
quiera que otra le preste un mecanismo de garantía, y en caso de que se niegue,
habiendo una serie de supuestos que lo permiten, se acude al pretor con una vía
procesal extraordinaria que se llama estipulación pretoria. El pretor escucha a las
partes y estima si fuerza a una a que cumpla la garantía. Esto ocurre por ejemplo con
la cautio usufructuaria. El usufructo es un derecho real de garantía sobre cosa ajena,
vitalicio además, en el que el usufructuario debe garantizar que va a usar y disfrutar
de la cosa sin perjudicar su sustancia. Si el usufructuario no presta la caución
usufructuaria voluntariamente, se puede acudir al pretor, que forzará a que se preste
haciendo previamente un pequeño procedimiento extraordinario en que se escuchan
ambas partes.
(Nota: No hay que confundir las estipulaciones pretorias con los derechos obligacionales
que nacen verbalmente y reciben el nombre de estipulación, explicado en la pág. 100).
Embargos preventivos:
Son aquellos que se solicitan y se conceden previa audiencia con ambas partes en
un pequeño proceso extraordinario, en el que se busca evitar los perjuicios que se
pueden suceder de una determinada circunstancia. Un embargo preventivo típico es
la missio in bona inventrix nomine (en nombre del vientre), que consiste en que si
una mujer embarazada y viuda teme que los herederos de su marido se queden con
los bienes de éste perjudicando al nasciturus, es decir, al niño que va a nacer
póstumo, se puede solicitar en nombre del vientre un embargo preventivo para
asegurarle su cuota hereditaria, porque habría de nacer con los mismos derechos que
los demás herederos.
Embargos ejecutivos:
Son aquellos en los que se busca hacer efectivo un determinado título jurídico,
fundamentalmente una sentencia. Los embargos ejecutivos por antonomasia son
aquellos que hacen efectiva una sentencia de una acción ejecutiva, aquella que
confirma una acción declarativa que ha condenado a un reo que no cumple. Tras
haber demandado al reo en un proceso ordinario ejecutivo y éste haya concluido, se
tiene que abrir uno pequeño extraordinario, en el que se vuelve a escuchar de nuevo
al reo ejecutado y en caso de que la decisión sea la misma, se procede al embargo de
los bienes y luego a la subasta.
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4. RESTITUTIO AD INTEGRUM:
Manifestación de la ficción, quizás máxima, que concibió el Derecho romano para
retrotraerse al momento previo a aquél que provocó el perjuicio que se quiere paliar.
Es un mecanismo retroactivo que se solicita por quien ha sufrido un perjuicio para
que se retrotraiga por ficción jurídica a la situación previa a aquella que provocó el
perjuicio. Es una vía extrema, puesto que es una ficción extrema y era un recurso que
sólo se concedía si no existía algún otro mecanismo procesal para obtener el mismo
fin, sólo si no había más remedio se podía solicitar y conceder. El pretor abría una
audiencia de partes, escuchaba a quien solicitaba la restitutio y a aquel a quien ésta
podía alterar y luego, la concedía o no. Las causas de restitutiones estaban tasadas: la
ausencia, el engaño, el dolo, el miedo intimidatorio, etc. Lo que se buscaba cuando se
producía cualquiera de estas situaciones, si producía un perjuicio para el individuo,
es que se retrotrajese al momento previo a la ausencia, al engaño, al fraude… que
había causado el perjuicio que ahora se quería paliar.
Estas cuatro vías extraordinarias dan lugar a procesos sumarios rápidos, en una sola
fase, sin jueces, sin litis contestatio y sólo con la intervención del pretor, a cuyo
imperium se acudía para que él decidiese. Son procedimientos más administrativos
que jurídicos y en sentido técnico, no concluyen siquiera con una sentencia, porque
no hay jueces, sino una decisión pretoria. Si hubiese algún derecho en juego, el
individuo, si no queda satisfecho con lo que ha ocurrido en esta vía, más de imperio
que de jurisdicción, puede acudir a la vía ordinaria.
En ocasiones, también, las vías procesales extraordinarias nada tienen que ver con
ninguna ordinaria, como es el caso de la cautio usufructuaria. Pero estos procesos
extraordinarios, que eran muchos, aún siendo menores, tenían una tipología muy
variada. En cualquier caso, el peso específico de las vías extraordinarias en el aparato
procesal en su conjunto es menor, puesto que los procesos fundamentales son los
procesos ordinarios, es decir, las acciones.
La diferencia del procedimiento del edicto pretorio frente al de las XII Tablas es,
junto a la mayor riqueza de figuras, junto a la existencia de vías extraordinarias junto
a las ordinarias de las XII Tablas y junto a la creación pretoria de las exceptio, sobre
todo que el procedimiento de las XII tablas era íntegramente oral, mientras que el del
edicto pretorio era formulario, escrito. La primera fase era enteramente escrita. En la
segunda fase ya había que defender oralmente alegaciones y pruebas, lo que se había
firmado en los escritos, pero como en el nuestro, la importancia de la escritura es
clara. Todas estas vías procesales aparecen en el edicto pretorio formuladas; de ahí
47
que al procedimiento pretorio se le llame procedimiento formulario (agere
per forum), porque se litiga por fórmulas escritas. Esto significa que tanto acciones
como excepciones y todas las vías procesales extraordinarias aparecen formuladas,
como una especie de vaciado abstracto, de descripción tipo del proceso que luego
hay que llenar del contenido de cada uno. El Derecho Pretorio que comenta más
sintéticamente Sulpicio Rufo y más por extenso Aulo Ofilio al final de la República
trae muchas fórmulas, pero el procedimiento formulario de la época del Principado
es inmenso, lleno de fórmulas, de acciones.
Las fórmulas complejas son aquellas en las que se vierte la acción. La acción
aparece siempre en el edicto como una fórmula compleja, es decir, aparece dividida
en párrafos distintos y cada párrafo es una parte, que tiene una función dentro de la
fórmula. A esos párrafos los llamamos parte de la fórmula compleja y esas partes
pueden ser ordinarias o extraordinarias.
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Las partes ordinarias de la fórmula compleja son:
1. Demonstratio.
Es la tercera parte pero según Gayo se colocaba delante de la intentio. Es una
explicación que ya está hecha que exige derechos muy complejos. Es una
profundización en lo que va a hacer la intentio. No todas las acciones tenían
demonstratio, pero si tienen hay que rellenarlo. Las acciones más sencillas no tienen
demonstratio.
2. Intentio.
Es el núcleo de la fórmula, la parte conceptualmente primera de la fórmula
compleja en la que se vierte la acción, donde se describe sucintamente el supuesto de
hecho tipo del proceso y donde hay que sustituir los nombres genéricos por los de los
implicados. Siempre tiene que aparecer el nombre del actor y, dependiendo del tipo
de acción que sea, será o no necesario poner el nombre del reo. Por ejemplo, si es una
acción que defiende obligaciones como una deuda, hay que poner el nombre del
deudor, es decir del reo, ya que es una relación entre dos individuos. Ahora bien, si
es una acción de defensa de un derecho real, de un derecho sobre una cosa, no hace
falta poner el nombre del reo porque quien vulnera ese derecho es ajeno al derecho.
3. Condemnatio.
Es la segunda conceptualmente y la tiene que rellenar el actor para legitimar a
unos jueces no nombrados todavía para condenar al reo, aunque también pueden
absorberlo. Tiene siempre que aparecer el nombre del reo, porque se tiene que
identificar a quien se tiene que condenar.
4. Adiudicatio.
Alternativa a la condemnatio en un juicio divisorio. Cuando hay juicio divisorio, no
se pide siendo actor que se condene a nadie, sino que se adjudique la cosa común y
por tanto, no hay condemnatio sino adiudicatio. Permite legitimar a los jueces,
no nombrados todavía, a adjudicar la cosa común a unos, a dividirla en partes
proporcionales a las cuotas si es divisible la cosa.
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- Las partes extraordinarias no hay por qué rellenarlas, se rellenan o no
dependiendo de lo que interese al reo o al actor, ya que hay partes a disposición del
reo y otras a disposición del actor, pero no son imprescindibles para que el proceso
continúe. Si el reo y el actor no introducen ninguna, el proceso continúa, pero no
continúa si el actor no rellena las partes ordinarias. Son:
1. Exceptio.
En el plano formulario es una parte extraordinaria que el reo utiliza o no si quiere,
siendo una respuesta a la intentio de la acción, una destrucción del hilo lógico que
une a la intentio con la condennatio. La coloca el reo.
2. Replicatio.
La tiene el actor para responder a la exceptio del reo si quiere.
3. Duplicatio.
La tiene el reo para responder a la replicatio del actor. Gayo habla hasta de
triplicatio y no se sabe hasta dónde podía llegar este tinglado formulario.
4. Praescriptio.
Se colocaba al principio si se quería por el actor o el reo y era una suerte de preaviso.
Las praescriptiones pro reo, con el paso del tiempo y la evolución del edicto pretorio
se terminaron convirtiendo en exceptiones, que se colocan, no al principio, sino entre
la intentio y la condennatio.
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EN RESUMEN…
Las ordinarias son aquellas que defienden derechos y tanto el actor como el reo
disponen de ellas. La acción permite al actor demandar y la excepción permite al reo
defenderse del intento procesal del que lo demanda. Existen dos vías de defensa
ordinaria pero dan lugar solamente a un tipo de proceso ordinario, que recibe el
nombre de acción, porque la excepción no es un proceso autónomo, sino parte del
desarrollo del procedimiento ordinario de la acción, en el que el reo la utiliza para
defenderse si quiere.
1- Interdictos (interdicta).
2- Estipulaciones pretorias (stipulationes praetoriae).
3- Embargos (missiones).
4- Restituciones al íntegro (restitutiones in integrum).
Quien quiere utilizar alguna de las vías procesales tiene que escoger el párrafo o
párrafos formularios y llevarlos ante el pretor.
Eso en la vía procesal extraordinaria carece de importancia porque son fórmulas
simples de un solo párrafo.
Pero en las vías ordinarias, en las acciones, que son procesos complejos divididos en
dos fases con una litis contestatio en medio (que es un acuerdo litigioso entre las
partes forzado por el pretor y en el que se nombran los jueces que decidirán una
sentencia que luego se cumplirá con el imperium o potestas del pretor), son también
complejos desde el escrito formulario, siendo fórmulas complejas divididas en partes
ordinarias, que tienen que rellenarse obligatoriamente y partes extraordinarias, que
no son imprescindibles para que el proceso continúe.
Demonstratio.
Intentio.
Condemnatio.
Adiudicatio.
Exceptio.
Replicatio.
Duplicatio.
Praescriptio.
51
2º CUATRIMESTRE - INSTITUCIONES DE DERECHO ROMANO.
52
HAY 4 PARTES EN LA ASIGNATURA:
1. Persona y familia.
2. Derechos reales.
3. Derechos obligacionales
4. La sucesión, también llamado derecho de herencias.
1. Persona y familia.
La 2ª causa modificativa era la del sexo y era menos rotunda que la primera.
Cuando el hombre alcanza la pubertad se libera por completo de la causa
modificativa de la edad que lo aprisionaba, mientras que la mujer sustituye esa
primera causa modificativa por la del sexo y sigue sin tener capacidad de obrar en el
ámbito jurídico.
53
ACCIONES DE TUTELA Y CURATELA.
Existen instituciones de Derecho de familia en el ordenamiento jurídico romano
que velan por aquellos individuos sui iuris que están inmersos en una de las causas
modificativas. Cuando el incapaz de obrar no tiene capacidad jurídica, es alieni iuris,
no hay que paliar nada porque ya existe un sui iuris sobre el incapaz de obrar. Estas
instituciones ya existían en las XII Tablas y son:
- Tutela legítima: prevista según el orden de la propia Ley, que llama como tutores a
agnados y gentiles. En caso de vulneración del officium tutoris existe la actio
rationibus distrahendis.
- Tutela dativa: a la que se acude sólo si es imprescindible, mediante el
nombramiento por parte del magistrado de un tutor. En caso de vulneración del
officium tutoris existe la actio tutelae y la actio tutelae utilis.
Para ser tutor hay que tener capacidad jurídica y de obrar, pero con el paso del
tiempo se permitió a las abuelas y a las madres ser tutoras y se permitió también a los
alieni iuris ser tutores.
El tutor de los impúberes tiene más facultades que el de las mujeres, porque la
causa modificativa de la edad es más rotunda que la del sexo. En la época arcaica,
cuando el varón alcanzaba la pubertad no había una tutela sobre él. En cambio, la
mujer se sometía a una ulterior tutela propia de su género, la tutela mulierum, aunque
perderá progresivamente su sentido original en época clásica. Al tutor de las mujeres
no se le reconocía la gestio del patrimonio porque la mujer podía gestionar su propio
patrimonio sin problema, sólo se le exigía que para homologar jurídicamente
cualquier acto o negocio jurídico necesariamente existiese el revestimiento de la
autoridad del tutor.
54
LOS 3 ESTATUS PARA SER TITULAR DE DERECHOS Y OBLIGACIONES.
Las causas por las que se puede ser esclavo son múltiples:
Por nacimiento, en segundo lugar, por condena (hay determinadas condenas que
llevaban aparejadas la esclavitud) e incluso voluntariamente (uno se convierte en
esclavo voluntariamente).
De la misma forma, también se puede pasar de la situación de esclavitud a
la situación de libre mediante determinados expedientes denominados en Derecho
romano manumisión, en latín manumissio.
La manumisión puede ser de dos tipos: desde el punto de vista del Derecho civil y
del Derecho privado:
Existen tres manumisiones civiles que utilizaron negocios jurídicos del Derecho
civil antiguo y llevaban aparejada a la libertad la ciudadanía.
Pero además de la manumissio civile, existían otros más livianos, menos formales,
los llamados procedimientos de manumissio praetoria. No necesitan un negocio
jurídico del Derecho civil, pero esa inferioridad de solemnidad hace que lleven
acompañada menos consecuencias, se adquiría la libertad pero no la ciudadanía, sino
un estado intermedio que es la latinidad.
Los latini priscis o veteres (antiguos) , que son aquellos que habitaban el viejo
Lacio, los más antiguos.
Los latini coloniarii, latinos coloniales, los de aquellas colonias fundadas fuera de la
península romana.
Los latini iuniani, los antiguos esclavos manumitidos por una manumisión pretoria.
Estos latinos no tienen exactamente los mismos derechos entre ellos y no llegan a
ser plenamente ciudadanos.
55
En una cultura como la romana el cautiverio era una realidad que se daba mucho.
El ciudadano convertido en esclavo, como el hecho preso por ejemplo por un
extranjero, capitis deminutio maxima (pierde la libertad), podía recuperar la libertad
a través del ius postliminii, recuperando también los plenos derechos que había
tenido anteriormente, todas las titularidades jurídicas anteriores, menos dos
situaciones que para el ordenamiento romano no eran titularidades
jurídicas y que, por tanto, no se recuperaban a través del ius postliminii. Son la
posesión, que no es un derecho y el matrimonio, que no es una institución jurídica,
sino una situación de hecho con relevancia jurídica. Para recuperar la posesión de la
casa había que recuperarla físicamente y el matrimonio se recuperaba casándose de
nuevo. La fictio legis Corneliae (81 a.C.) permitía al captivus muerto como tal, que
no había podido reintegrarse en su previa posición jurídica mediante el postliminium,
la ficción de una muerte libre, justo antes de caer prisionero, permitiendo la validez
de sus disposiciones testamentarias.
56
concedió a toda la Bética, a lo que es más o menos Andalucía hoy, el estatus de
latinidad. En el 212, a través de un edicto imperial, la Constitutio Antoniniana,
Antonino Caracalla concedió la ciudadanía a todos los habitantes del imperio.
Había otras dos formas muy peculiares para que se adquiriese la ciudadanía:
57
PERSONAS JURÍDICAS.
Existen dos tipos de entes colectivos a los que se les puede reconocer personalidad
jurídica: el llamado ente asociativo y en segundo lugar el ente fundacional.
58
Para que el ente que sea se trate de personas jurídicas, deben darse una serie de
circunstancias y fundamentalmente estas 3:
1º. Es necesario que exista una independencia clara hacia dentro del ente y de las
personas que funcionen en el.
59
FENÓMENOS DEL DERECHO PRIVADO QUE CONDUJERON AL
RECONOCIMIENTO DE SUJETOS DE DERECHO COLECTIVOS.
Por eso Salvio Juliano creó otra teoría que miraba al polo contrario, en vez de mirar
a la esfera fugitiva o difusa del heredero se fijaba en la esfera perfectamente conocida
del causante y se fingía (teoría de la personalidad congelada del causante) que la
herencia yaciente representaba al causante. Esto suponía una cierta personificación
de la herencia.
60
EL MATRIMONIO.
En el Libro 23 del Digesto, se salvó una definición de Modestino del matrimonio
(estaba en su libro de definiciones) que decía: “Consortium omnis vitae, coiunctio
maris et feminae, divini et humani iuris communicatio” “Consorcio para toda la vida
y la unión entre hombre y mujer para la comunicación de los derechos divino y
humano”.
2. En segundo lugar es necesario tener una capacidad natural, una cierta idoneidad,
incluso física, una cierta madurez para casarse.
Entre las semejanzas entre ambos encontremos que ambos cónyuges sean de sexo
distinto necesariamente, ambos establecen un consorcio para toda la vida y en ambos
el consentimiento es fundamental. En el canónico, que ambos cónyuges sean de
distinto sexo es porque así lo establece su código de normas pero en el romano es
porque el matrimonio estaba pensado fundamentalmente para asegurar la pervivencia
de la comunidad a través de la procreación en una época en la que ésta estaba
amenazada siempre.
61
RÉGIMEN ECONÓMICO DEL MATRIMONIO.
(Nota: suus heres es el singular de sui heredes, es decir, filii in potestate sui heres,
aquellos sometidos a la potestad del causante en el momento de su muerte).
62
3. El régimen dotal. La dote responde a una realidad del mundo antiguo, a que se
entendía que la mujer no es productiva al estar su autonomía para intervenir en el
tráfico jurídico bastante limitad, así que tiene que aportar al matrimonio por ello.
Existe tanto en los matrimonios cum manu como en los matrimonios sine manu.
Podía hacerse como una obligación formal ante testigos en la que se establecía cuál
era la cuantía. En caso de que eso se incumpla, existen vías procesales para exigirlo,
pero incluso algo más sencillo, que es repudiar a la mujer y punto.
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HERENCIA YACENTE.
Hay determinados textos en los que se habla de la herencia como persona, como
domina o dueña del esclavo. La jurisprudencia romana a efectos prácticos personificó
la herencia yacente, representase al heredero o al causante.
FIN
64
Los Derechos patrimoniales se dividen en 2:
1. Derechos reales.
2. Derechos obligacionales.
DERECHOS REALES.
Los derechos reales son aquellos en los que se establece una relación de contenido
patrimonial, jurídico-económico por tanto, que une a un individuo, sujeto de derecho
y a una cosa, objeto de derecho. De hecho, el nombre de Derecho real viene por el
latín res, que significa cosa: iura in rem (Derecho sobre cosas).
- Los derechos reales limitados de garantía son la fiducia y las dos modalidades de
prenda, la pignus datum y la pignus conventum (hipoteca), aquellos que sirven para,
facilitándole un poder sobre una cosa al acreedor, garantizarle la deuda. El deudor
facilita un poder sobre una cosa bajo su capacidad dispositiva al acreedor y el
acreedor con ese poder que se establece mientras la deuda dura sobre ese objeto, ve
garantizado el cumplimiento de la obligación. Si la obligación se cumple por el
deudor garantizante la garantía desaparece y si no cumple con la obligación
garantizada, el derecho real se ejecuta.
Los derechos de propiedad y los derechos reales limitados de goce tienden a durar
mucho en el tiempo y duran menos los derechos reales de garantía, porque tienden a
durar lo que dura la obligación que garantizan, pero en cualquier caso son derechos
que se extienden en el tiempo y que tienen una realidad espacial sobre cosas.
LA POSESIÓN.
65
En latín possidere (en verbo) y possessio (en sustantivo). Las obligaciones
dependen menos de la posesión que los derechos reales, pero en cualquier caso, es un
edificio que se construye sobre la posesión. La posesión es un hecho prejurídico
defendido por vías procesales extraordinarias. Es pura facticidad, hasta cierto punto
accidental y no desaparece cuando la propiedad se inventa, que es “un edificio con
cimientos” que tiende a mantenerse y se defiende mediante acciones. Durante
muchísimo tiempo la posesión se identificó como detentación, es decir, como
tenencia material de la cosa. Cayo Trebacio Testa fue el primer jurista que empieza a
distinguir entre posesión y detentación. Para él la posesión se ejerce de dos formas
(que son sus elementos):
Durante siglos, quien tenía el corpus era el poseedor. Hubo un momento en que la
sociedad entendió que no todas las tenencias son iguales y estableció un mecanismo
de defensa de la posesión en virtud de una serie de criterios. En el siglo I a.C. se
introduce el criterio de animus possidendi, y se entiende que es absolutamente
fundamental para calibrar quién es el poseedor. El siguiente paso fue crear la
propiedad.
3. Contrectatio rei, que en su forma más antigua recibía el nombre de amotio rei.
Equivale a la sustracción, cuando se produce una aprehensión posesoria de un bien
que tiene un previo poseedor que no ha entregado el bien.
LA ESPIRITUALIZACIÓN DE LA POSESIÓN.
66
Hasta Trebacio Testa, la pura visión materialista había sido la única posible y
siguió durante más de un siglo para los juristas posteriores de la escuela sabiniana,
hasta Salvio Juliano, que acabó aceptándola. Dos dictámenes de Trebacio nos
transmiten su visión:
Esto hará que sea posible por la manifestación del animus possidendi
adquirir la propiedad por occupatio y traditio cualificada. Se podrá convertir no
sólo en poseedores, sino también en propietarios, bastando que a esa ocupación o
tradición espiritualizada, pro-ánimo, volitiva, se unan los requisitos cualificadores
que elevan de rango a la ocupación (que sea un bien mueble, que no haya ni poseedor
ni propietario y que se sustente en una justa causa) y a la tradición (que sea una res
nec mancipi, voluntad concorde de tradens y accipiens y existencia de una iusta
causa).
67
TABLA DE POSEEDORES.
Puede darse quien se creyese con derecho a poseer y luego no lo fuera, pero la mala
fides superveniens non nocet decían los romanos, la mala fe que sobreviene no vicia
la posesión, porque la buena fe se mide en el momento en que uno se convierte en
poseedor, cuando se convalida.
3- Poseedor de mala fe. El que hurta, el ladrón, es un poseedor tan pleno como los
otros dos. La mala fe acredita que tiene animus possidendi, que es lo que a partir del
siglo I a. C establece la distinción entre el que detenta simplemente el nombre ajeno
y el poseedor. Es poseedor pleno al tener el corpus también.
5- El precarista¸ aquel individuo que recibe la posesión por parte de quien la tiene
bajo la condición de que se le podrá retirar en cualquier momento, concediéndole la
posesión en precario, precarium en latín.
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DETENTADORES.
Hay individuos que detentan la posesión pero que no tienen el animus possidendi y
por tanto no son poseedores, no tienen el interdicto. Los romanos hablaban de
possessio naturalis, posesión natural y no civil como la de la tabla de poseedores.
DEFENSA DE LA POSESIÓN.
69
La defensa la tiene el poseedor y puede ser calificado como poseedor quien tiene
sólo animus possidendi.
Son utilizados por aquel poseedor que teme sufrir un despojo, pero que aún no lo ha
sufrido.
Son dos:
Interdicto uti possidetis. Sirve para retener la posesión de bienes inmuebles, los
que no se pueden mover, los llamados bienes raíces, es decir, las casa, fincas….
Tiene dos modalidades:
1. Como sistema caucional en los viejos tipos procesales donde el poder público
tiene menos fuerza coactiva y donde la iniciativa privada es lo básico y
fundamental, existiendo una obsesión por garantizar con cauciones el final del
proceso. Cayó en creciente desuso en el procedimiento formulario.
2. Lo normal es que este interdicto se hiciese per formulam petitoriam, es decir, por
la fórmula interdictal que el pretor incluía en el apéndice de la quinta parte
dedicada a los interdictos en el edicto perpetuo (de interdictis).
Era un procedimiento muy sumario y muy rápido. Por eso muchos propietarios que
veían amenazada su posesión utilizaban el interdicto de retenerla antes que demandar
con la acción, porque utilizar ésta exigía un procedimiento mucho más lento.
70
En primer lugar, era un interdicto denominado doble, ambos asumían la misma
posición.
En segundo lugar, es una figura de carácter relativo, se dilucida cuál de los dos
individuos que litigan por la posesión del objeto tiene mejor posición respecto del
otro, con independencia de que haya un tercero que tenga mejor posición.
En tercer lugar, existe un criterio valorativo que otorga el triunfo sobre un objeto
posesorio concreto que se defiende, que es la retención de bienes inmuebles.
Significa que va a ganar siempre el poseedor actual salvo que haya obtenido de su
rival, al que ha demandado con el interdicto diciendo que le está perturbando la
posesión, salvo que lo haya obtenido de él previamente mediante violencia, mediante
engaño (clam) o bien porque ha recibido de su rival la posesión en precario, es
precarista por tanto, y cuando quien le concedió la posesión en precario quiere
retirársela, no solamente no se la devuelve sino que encima le demanda con un
interdicto. Quien se agarra a la cláusula de posesión viciosa tiene que probar
vicio de la posesión que esgrime como demolición de la actualidad
posesoria.
Interdicto utrubi.
71
Defiende la retención de la posesión de bienes muebles , los que se mueven.
Bien porque se mueva solo ese bien sabiendo que se mueve (esclavo), bien porque se
mueva el mismo sin saber que se mueve (animal), o bien porque uno lo pueda mover,
cualquier otro bien mueble (objeto).
Tiene los mimos caracteres que el anterior, es relativo, doble y también juega la
cláusula de posesión viciosa, pero al ser sobre bienes muebles y no un inmueble,
tiene un criterio valorativo que otorga el triunfo al de la mayor duración en la
posesión del objeto en el último año a contar desde el ejercicio del interdicto. Es
decir, gana el que de los dos, más tiempo haya poseído el bien.
INTERDICTOS RESTITUTORIOS.
Son aquellos en los cuales ya se ha producido un despojo por violencia y el
despojado quiere recuperar la posesión perdida. Estos interdictos sirven para
recuperar la posesión sólo de bienes inmuebles. El interdicto utrubi se basta y se
sobre para defender los bienes muebles.
Restituye en la posesión de una finca a aquel al que despojaste con violencia, salvo
que haya mediado a su vez violencia, clandestinidad o concesión en precario.
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El texto (en traducción libre) de la formula simple decía:
Aquí no hay cláusula de posesión viciosa, aquel individuo que despoje con violencia
armada a otro de la posesión de un bien inmueble no puede argüir nunca ante el
pretor, que previamente fue él objeto de violencia por parte del individuo al que él ha
despojado luego con violencia armada. Se pierde por tanto el proceso siempre que el
que lo utiliza pueda probar que ha sido despojado con violencia armada, ya sea con
armas o con un grupo.
LA PROPIEDAD.
La propiedad es el único derecho real que existe sobre cosa propia. Todos los
demás derechos reales son sobre cosa ajena. El derecho real de propiedad es el que
integra todo lo que para el ordenamiento jurídico es legítimo tener sobre un objeto
concreto.
Hay cuatro facultades propias de la propiedad que pueden ejercerse sobre un objeto:
El frui, la facultad de percibir los frutos (civiles o naturales) que la cosa produzca.
El resto de los derechos reales se sustentan sobre una o varias de estas facultades.
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TIPOS DE PROPIEDADES:
1. Propiedad civil, llamada por los romanos dominium ex iure Quiritium, dominio
según el derecho de los quirites, los primigenios ciudadanos de Roma. Estaba ya
contenido en los mores maiorum y luego en las tablas VI y VII de las XII Tablas, a
mitad del siglo V a.C. La ejercen los ciudadanos sobre los bienes muebles de su
propiedad donde quiera que se encuentren y sobre los inmuebles en principio sólo en
Italia. No se puede ser propietario civil de un inmueble que no esté en Italia en el
marco del derecho clásico. Esto luego se va fracturando, sobre todo en la época
postclásica cuando se concede la ciudadanía a todos los habitantes del imperio. Se
defiende con la actio legis per sacramentum en las XII Tablas y con la actio
reivindicatoria, también llamada reivindicatio, que es una acción del procedimiento
formulario que tiene una fórmula compleja.
PROPIEDAD CIVIL.
Los modos adquisitivos se pueden clasificar de diversos modos:
Los universales o de Derecho de gentes son aquellos modos que el Derecho romano
entiende que sirven para adquirir la propiedad civil pero no como rasgos distintivos
de la propia cultura por cuanto se dan en todas las culturas jurídicas. Los modos
emblemáticos son la occupatio y la traditio.
Los modos civiles son aquellos exclusivos del Derecho romano, aquellos que no
hayan parangón en otro derecho propio, entre estos tenemos la mancipatio, la in iure
cessio o la usucapio.
Los modos jurídicos son los demás. La mancipatio, la in iure cessio y la usucapio.
74
3. Modos causales y modos formales.
Los modos causales son aquellos en los que el efecto adquisitivo del modo de
adquirir se hace depender de una realidad previa al modo. Son la occupatio, traditio
y usucapio pero necesitan de una justa causa para cumplir el efecto adquisitivo.
Los modos originarios son aquellos en los que se produce la adquisición sin un acto
de transmisión. Son la ocupación y la usucapión y los modos pseudocupatorios.
Los modos derivativos son aquellos en los que el efecto adquisitivo se hace depender
de un acto transmisivo, habiendo por tanto una evidente bilateralidad. Son la
mancipatio, la in iure cessio y la traditio.
MODOS ORIGINARIOS:
La ocupación.
Es un modo de derecho universal o de gentes, posesorio, causal y originario de
adquisición de la propiedad civil, que consiste en la aprehensión posesoria de un bien
desocupado. Se distingue entre ocupación simple, que propicia sólo la adquisición de
la posesión; y la ocupación cualificada, que propicia la adquisición de la posesión y
la propiedad. Lo que diferencia a una ocupación de otra es que junto al acto
ocupatorio concurran algunos requisitos que propician la adquisición de la propiedad.
Son 3:
Los que consideran que sólo puede propiciar la adquisición de la propiedad si el bien
es mueble.
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Los que sostienen que la ocupación por sí misma no propicia la adquisición de la
propiedad civil de ningún tipo de bien, que sólo propiciaría la adquisición de la
posesión y nunca de la propiedad.
La usucapión.
Los requisitos de la usucapión clásica, que son los que podemos reconstruir,
son:
5. Es necesario que el objeto que se usucape sea res habilis, es decir, que sea
usucapible. No todos los objetos pueden usucapirse, como los objetos que están fuera
del comercio y fuera del patrimonio humano: un sepulcro, una muralla… Algunos
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objetos que están dentro del comercio y del patrimonio de los hombres tampoco se
pueden usucapir por las especiales circunstancias en las que se ha producido la
adquisición de la posesión, como por ejemplo la res furtivae, las cosas hurtadas que
en sí mismas serían usucapibles si no hubiese habido hurto.
2. Usucapio pro herede. Tiene lugar cuando alguien se apoderaba de bienes de una
herencia yacente y los posee ininterrumpidamente durante un año, convirtiéndose en
heredero.
Ambas son extraordinarias porque el plazo es un año aún en caso de que sea un
inmueble y porque no se exige la buena fe, aunque la usucapio pro herede cambia en
la época de Adriano.
1. La usucapión surge para completar las mancipaciones fallidas allí donde debería
haberse producido una mancipatio pero no se ha realizado o se ha hecho mal.
77
Evolución de la usucapión.
La usucapión puede que sea incluso más antigua que la de las XII Tablas, de la que
básicamente mantiene sus características hasta la época postclásica, donde tras la
constitutio Antoniniana, que acaba con las diferencias entre ciudadanos y
provinciales, se fusiona con la praescriptio longi temporis, que es una institución
jurídica romana pensada para el ámbito provincial, donde no se podía aplicar la
usucapión. La prescripción de largo tiempo permitía por la desaparición del poder del
propietario provincial por desuso la adquisición de la propiedad provincial a aquel
que hubiese poseído ininterrumpidamente durante mucho tiempo un bien no utilizado
por su propietario provincial. La usucapión recibió en la fusión los plazos de aquella
praescriptio, que eran más amplios. (Nota: Los siguientes plazos fueron preguntados
expresamente en el examen): El tiempo para bienes inmuebles (arts. 1957 y 1958
del Código civil) es de diez o veinte años si la usucapión es ordinaria y de treinta si
es extraordinaria. La usucapión ordinaria se consuma por la posesión de diez años
entre presentes y de veinte entre ausentes, entendiéndose por ausente el que reside o
ha residido, durante el tiempo que la usucapión ha durado, en país extranjero o en
ultramar. La usucapión extraordinaria se consuma por el transcurso de treinta años
sin necesidad de título o de buena fe y sin distinción entre presentes y ausentes. Y
para bienes muebles (art. 1955 del Código civil) es de tres años con buena fe en la
posesión ordinaria ininterrumpida y de seis años sin necesidad de ninguna otra
condición en una posesión extraordinaria ininterrumpida.
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MODOS DERIVATIVOS:
Son más importantes y son tres: traditio, mancipatio e in iure cessio.
La traditio.
1. Que sea de res nec mancipi, cosa no mancipable. Es decir, todo lo que pueda
enajenarse mediante entrega (animales menores, dinero). Todo lo que no sea res
mancipi. Los bienes mancipables son todos los inmuebles y algunos muebles
fundamentales para el mantenimiento de la economía familiar y explotación agraria:
animales de tiro y carga, aperos de labranza o invecta et illata, esclavos y
servidumbres. Para su enajenación requieren las formas solemnes de la mancipatio o
la in iure cessio.
La mancipatio.
Establecía una suerte compleja de instrumentos jurídicos que la dotan de una gran
complejidad y que luego fueron utilizados para la creación de la compraventa.
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accipiens. El deber de auctoritas está pensando para que aquellos que mancipaban un
bien que no era propio, supiesen que tendrían que responder procesalmente.
Aunque no era necesario para la validez del negocio mancipatorio, cada vez fue
más frecuente incorporar un documento escrito, generalmente en tablillas, al que
llamaban nuncupatio, del verbo nuncupare (nombrar y afirmar públicamente), en el
que se recogían diversos datos relativos al bien mancipable transmitido. El mancipio
dans respondía de lo allí recogido, derivándose una responsabilidad si en la
nuncupatio adherida a la mancipatio los datos incorporados eran erróneos.
La in iure cessio.
80
PROPIEDAD PRETORIA.
La propiedad pretoria o bonitaria (in bonis esse o in bonis habere) surge en el siglo
I a.C. en el marco de una colaboración ya muy estrecha, secular entra la
jurisprudencia laica y la jurisdicción pretoria para paliar los problemas del sistema de
adquisición de la propiedad civil, en especial el de la usucapión interrumpida.
Se considera que aquel que por traditio causal recibe la posesión es propietario
pretorio, que hace que a diferencia de antes, que no disponía de un mecanismo de
defensa ordinario porque no tenía ningún título jurídico y sólo disponía del interdicto
de recuperar la posesión si era un bien inmueble y el interdicto utrubi, disponga de
una batería de mecanismos para defender la propiedad:
81
LOS DERECHOS REALES LIMITADOS DE GOCE SON:
servidumbre, usufructo, uso, habitación, enfiteusis y superficie.
El usufructo (ususfructus).
El usufructo es un derecho real limitado de goce que se puede definir con una
definición de Paulo:
Ususfructus es ius alienis rebus utendi fruendi salva rerum substantia. El usufructo
es un derecho sobre cosa ajena de uso y disfrute salvando la substancia de la cosa.
Se crea posiblemente a finales del s. III a.C. para paliar el subsiguiente régimen de
separación de bienes de los crecientemente mayoritarios matrimonios sine manu, en
los que las viudas, al no haberse sometido a la potestas marital, dejaban de suceder
ab intestato al marido como suus heres, experimentando un descenso en su posición
social y económica en caso de no haber testamentum previo que las beneficie. La
jurisprudencia republicana creó un poder sobre cosa ajena que, salvaguardando el
dominium de los heredes, garantizara a la uxor una facultad jurídica y económica
sobre la cosa. Triunfó y se extendió a otros supuestos.
La acción prohibitoria es más desconocida. José Luis Murga sostenía que la acción
prohibitoria permitía al propietario civil oponerse al titular de un derecho real
limitado de goce que excedía o abusaba en su ejercicio, extralimitándose en las
facultades que se reconocían a ese título jurídico limitado de goce e invadiendo las
que permanecían a la propiedad del dominus, del propietario civil.
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Mientras que la acción negatoria niega la existencia del derecho real limitado de
goce, la acción prohibitoria prohíbe el uso excesivo del titular de un derecho real
limitado de goce que sí existe legítimamente.
83
La servidumbre (servitus).
1. La acción negatoria, que sirve para negar la existencia de un derecho real limitado
de goce cuando quien lo esgrime no tiene un título legítimo.
2. La acción prohibitoria, que según José Luis Murga, existiendo un derecho de real
limitado de goce legítimamente constituido, podría prohibir el abuso del ejercicio.
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Modos de extinción de la servidumbre:
Existen otros cuatro derechos reales limitados de goce que tienen una
importancia mucho menor:
El uso (usus), donde el usuario titular de tal derecho puede usar la cosa pero no
percibir los frutos. La cautio usuaria garantiza al propietario la conservación de la
cosa utilizada por otro.
85
DERECHOS REALES LIMITADOS DE GARANTÍA.
La fiducia.
Se asemejan en que:
86
El acreedor fiduciario o el acreedor pignoraticio han asumido con carácter previo la
obligación de devolver aquello que recibieron como garantía de una deuda que se ha
pagado.
Es una modalidad más moderna de prenda, del siglo III a.C. sostienen algunos
autores, a la que los romanos terminaron por nombrar por su nombre griego
hypotheca, hipoteca. Lo que garantiza la deuda no es la transmisión de la propiedad o
dación de la posesión antes de su incumplimiento, sino el convenio de prenda, de que
se va a transmitir la posesión del objeto por parte del deudor hipotecante sólo en caso
de que se incumpla la deuda garantizada.
El interdictum Salvianum dejó paso a una vía procesal ordinaria que con carácter
general permitía la ejecución de la hipoteca para cualquier acreedor hipotecario que
no viese saldada en tiempo y forma la deuda garantizada con la hipoteca. Esa actio
Serviana parece ser que recibió el nombre del jurista Servio Sulpicio Rufo en el siglo
I a.C., donde la hipoteca ya era un derecho real ampliamente difundido en el tráfico
jurídico.
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DERECHOS OBLIGACIONALES.
Las obligaciones más antiguas (creditum decenviral) son todas unilaterales, hay un
acreedor y un deudor; pero las obligaciones que la jurisprudencia laica y el edicto
pretorio van introduciendo a partir del siglo III a.C. en adelante (contractus pretorio)
son obligaciones básicamente bilaterales, recíprocas, hay dos partes pero ambas son
acreedoras y deudoras.
88
iniuria datum, iniuria y rapina) se persiguen por la víctima con acciones penales,
que están también en el edicto y son también pecuniarias pero son acumulables.
Las obligaciones voluntarias, las que Gayo llama contractuales, pueden ser de tres
tipos:
Llamada datio, es aquella que nace por la entrega que el acreedor hace al deudor de
una cosa, esperando su devolución u otra cosa en su lugar, naciendo en ese mismo
instante la obligación para el deudor. La obligación puede dirigirse a un dar (dare), a
un hacer (facere) o a un no hacer (non facere) algo concreto. Ejemplos: el trueque
(datio ob rem) y el préstamo (datio mutui o mutuum).
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A continuación se explican las 4 obligaciones consensuales: compraventa,
arrendamiento, sociedad y mandato.
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mancipi y basta con una traditio causal, siendo la propia compraventa la iusta causa
traditionis para transferir la propiedad, pero una mercancía es una res mancipi que
hay que mancipar, siendo el esclavo la mercancía por antonomasia.
91
Obligaciones del vendedor.
92
que había incumplido con la actio de modo agri. Como obligación accesoria del
vendedor, al no ser la transposición exactamente la misma, la responsabilidad por
vicios ocultos está tutelada en el edicto edilicio por dos acciones, pero no persiguen
al vendedor que miente conscientemente, sino simplemente al vendedor que vende
algo diciendo que es una cosa que no es.
Para algunos, como Gayo, la compraventa que funciona como justa causa para
transmitir la propiedad es el acuerdo, siendo éste el momento en que se transmitiría
la propiedad al comprador. Mientras que para otros, como Justiniano, tenía que
producirse el acuerdo y el comprador tenía que haber pagado o haber garantizado el
pago, ambos tendrían que darse para que se produzca la adquisición de la propiedad.
93
Los otros contratos consensuales: arrendamiento, sociedad y
mandato.
Hay tres obligaciones que nacen consensuales desde el principio en el edicto
pretorio poco después de la compraventa. Por orden cronológico, el arrendamiento o
locatio conductio (es posible que ya existiera en el s. III a.C.), la sociedad o societas
(s. II a.C.) y el mandato o mandatum.
Existen tres vertientes de esta figura, que para los romanos era un ámbito
homogéneo, pero que modernamente se escinde casi en tres figuras:
94
La obligación principal del arrendador y la obligación principal del arrendatario se
tutelan con dos acciones denominadas civiles in ius de buena fe. La actio locati, a
disposición del locatio o arrendador y la actio conducti, a disposición del conductor
o arrendatario.
2. Sociedad (societas).
Es un contrato consensual de buena fe, bilateral, en virtud del cual dos o más
personas, socios (socii), ponían en común actividades y/o bienes para la realización
de un determinado fin. (Nota: No confundir con las asociaciones de la pág. 58)
3. El mandato (mandatum).
El mandato, es el último contrato consensual en aparecer en el edicto pretorio,
aunque como figura social y humana es antiquísimo. El mandato puede definirse
como un contrato consensual, bilateral imperfecto en virtud del cual, un individuo, el
mandante, encarga a otro, el mandatario, la realización de un determinado cometido,
pudiendo derivarse gastos para el mandatario que éste podría exigir al mandado.
La acción del mandato, llamada actio mandati existe de forma directa para que el
mandante exija responsabilidades al mandatario que voluntariamente se comprometió
a realizar el mandato y luego no lo realizó, pero a su vez, el mandatario dispone de la
actio mandati en sentido contrario.
Junto a las obligaciones formales, daban lugar a lo que los romanos llamaban
creditum. Existen 4 dationes que se encontraban en las XII Tablas (la datio mutui, la
95
datio ob rem o llamada por los postclásicos y hoy día permuta, la datio ob causam y
la datio ex eventu) y luego otras cuatro figuras (comodato, prenda, depósito y
fiducia) que son incorporadas al ordenamiento jurídico romano por el edicto pretorio,
creadas intelectualmente por los juristas y coactivamente por los pretores.
1. Mutuo.
La acción que defiende el mutuo es, originalmente la actio legis per iudicis
postulationem y luego la actio legis per condictionem en las XII Tablas y en el edicto
la condictio, que es una acción de derecho civil in ius de derecho estricto que sirve
para defender derechos más antiguos que los propios pretorios.
2. Trueque.
96
en sentido estricto, lo que busca no es la recuperación del objeto, sino su valor. Antes
del final de la evolución del trueque, cuya consensualización posiblemente llevara a
la invención de la compraventa, hay un estadio intermedio, que es cuando se
perfecciona la figura al idearse un procedimiento para exigir el valor de la
contraprestación acordada. Eso se consiguió con la invención de una acción ya por el
pretor en el s. III a.C., la actio praescriptis verbis, una acción in factum, es decir, una
acción que se concede a un hecho que no tiene en sí relevancia jurídica hasta que se
concede la cobertura procesal.
3. Datio ob causam.
4. Datio ex eventu.
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Puede que la sintonía entre estas figuras no sea la tradicionalmente mantenida, sino
la mostrada abajo, porque si indiscutible es que el comodato es una figura real y que
lo es la prenda, eso no está claro en el depósito y muchísimo menos en a fiducia.
Es como un contrato real en virtud del cual un individuo, comodante, presta el uso
de un objeto a otro individuo, comodatario, que se obliga a usarlo y devolverlo en el
plazo convenido. Es un contrato gratuito, pero en un ámbito mercantilizado se vuelve
ya económicamente oneroso.
2. DEPÓSITO (depositum).
No está tan claro que el comodato recibiese también esa acción de buena fe, esa
cobertura dual, porque en la única fuente disponible, en el listado de acciones de
buena fe de Gayo extraído de una de las partes de su Instituta, que sólo se ha podido
reconstruir conjeturalmente, no está incluida la del comodato, mientras que sí está
incluida la del depósito. Esto ha hecho que muchísima doctrina romanística sostenga
que el comodato no se consensualizó ni recibió una acción de buena fe, cuando pudo
ser posible que ocurriese con el comodato.
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Es la obligación de devolver el objeto dado como garantía de una obligación
anterior por parte de quien la recibió, acreedor pignoraticio, en favor de quién se la
dio, deudor pignorante. Deriva del derecho real de prenda, en virtud del cual, un
individuo deudor pignora un bien a un acreedor garantizándole una obligación y
convirtiéndolo en poseedor anómalo antes del vencimiento de la deuda garantizada.
Si cuando llega el momento de la solutio de esa obligación principal la deuda se
salda en tiempo y forma, el acreedor pignoraticio que recibió el bien tiene que
devolverlo, siendo su obligación como deudor.
Es una obligación real sin duda, no hay una acción de buena fe que demuestre que
esa figura se consensualizó, sólo existe una acción, parece que in factum (supuestos
nuevos no reglados en el derecho civil), la actio pignoraticia in rem, que sirve para
que el deudor pignorante, que en la obligación de prenda es el acreedor, pueda
exigirle la devolución del objeto pignorado al acreedor pignoraticio, que en la
obligación de prenda es el deudor, si ha cumplido el deudor pignorante la obligación
principal, no teniendo derecho a retenerlo el acreedor pignoraticio.
4. FIDUCIA.
Es la obligación accesoria y calificada en general como real que deriva del derecho
real de fiducia, un derecho real sobre cosa ajena que mientras existe lo es sobre cosa
propia, porque consiste en que un deudor fiduciante transmite por mancipatio o in
iure cessio la propiedad civil de una res mancipi para garantizar una deuda al
acreedor fiduciario, convirtiéndolo en propietario del objeto fiduciado hasta que la
deuda garantizada se salda, teniendo que dejar de serlo.
El paralelismo con la prenda en que hay una obligación accesoria que deriva de un
derecho real y que priva del derecho real, es lo que hace que muchos autores la
califiquen como figura obligacional real, pero en todo caso es bastante dudoso
calificarla de una obligación real por varias razones:
1. No tiene por qué haber entrega si lo desea el acreedor fiduciario, siendo lo usual
que el deudor fiduciante conservarse la posesión del bien transmitido en propiedad al
acreedor fiduciario para garantizarle la obligación.
3. En tercer lugar, la acción que defiende la fiducia se llama actio fiduciae y aunque
no es expresamente de buena fe, procesalmente se parece bastante a las acciones de
buena fe.
Todo esto alude a un ámbito donde esta figura es una figura consensual, en el que
la fiducia exactamente es un acuerdo. Y si la fiducia no es una figura plenamente
consensual, está bastante consensualizada.
99
Pueden ser de dos categorías, dependiendo de que la forma sea verbal o escrita.
100
Aunque existe una acción de regreso entre el fiador y el deudor, donde si el fiador
paga la deuda al acreedor, hay una vía procesal de regreso para exigir el reembolso al
deudor si se quiere. Sirve para garantizar sólo obligaciones verbales porque eran
prácticamente la mayor parte de las obligaciones que se daban en el tráfico jurídico
antiguo.
La responsabilidad más grave que existe se denomina dolo y es cuando uno que no
cumple porque tiene intención de incumplir. Junto a la cobertura procesal que se
deriva de la realidad jurídica que sea, existe una acción y una excepción de dolo
subsidiarias.
101
Otro grado menor de responsabilidad es la culpa, cuando uno no tiene intención de
incumplir pero no pone los medios necesarios para cumplir y termina incumpliendo,
equivale a la negligencia.
También está la responsabilidad por custodia, que hace que en algunas obligaciones
que exigen el cumplimiento las causas de exoneración que la responsabilidad
subjetiva tolera y comprende no funcionen.
1. El ámbito del ipso iure, se produce la extinción de forma inmediata una vez se
produce la circunstancia o situación que produce el principio de la extinción sin que
haya que realizar ningún tipo de comportamiento.
102
OBLIGACIONES FORZOSAS o DELICTIVAS.
Son las que nacen por comportamientos ilícitos. El deudor se convierte en tal
voluntariamente, mientras que el delincuente se convierte en obligatus de la víctima
quiera o no. Mientras que las obligaciones contractuales se tutelan con al menos una
acción reipersecutoria del edicto pretorio y se encaminan a una valoración
exclusivamente económica, los delitos se persiguen por la víctima con acciones
penales que están también en el edicto y son también pecuniarias pero son
acumulables, que quiere decir que, por un lado que la acción penal se acumula a la
acción reipersecutoria: la víctima del hurto podía ejercer a la vez la acción
reivindicatoria y la actio furti; por el otro significa, que si el delito era cometido por
varias personas, cada uno de los delincuentes debía pagar la multa completa.
Las acciones penales traían aparejada la tacha de infamia, que es lo que denota la
diferencia sustantiva entre un tipo de violación y otra.
1. El hurto (furtum).
En primer lugar, tiene que haber lo que los antiguos romanos llamaban amotio rei y
posteriormente llamada contrectatio rei, tiene que haber una sustracción.
El hurto no es perseguido por la autoridad en Roma, sino por la propia víctima con
la actio legis per iudicis postulationem, que se utiliza además para otras cosas. Los
juristas crearon intelectualmente y los pretores introdujeron formalmente en el edicto
todo un abanico de acciones penales para los delitos y una muy importante contra el
hurto, la actio furti, primero como alternativa a la 2ª acción de las XII Tablas y
luego, en la época clásica, ya todo el mundo utilizará sólo el procedimiento
formulario.
103
2. El delito de daño (damnum iniuria datum).
4. El robo (rapina).
FIN.
104
BLOQUE 3: LAS SUCESIONES.
3ª. Existe otra dualidad que depende de lo que el heredero sea, no de lo que haga.
Dependiendo de lo que sea la sucesión será:
1. A través de la cretio, que es una aceptación formal ritual que existe en el derecho
arcaico y cuyo verbo utilizado cernere, que utilizado por el llamado a suceder
implicaba la aceptación expresa de la herencia.
105
Esta dualidad, como la de la sucesión testamentaria y la ab intestada, ha
permanecido en nuestro ordenamiento jurídico, pero la dualidad entre la sucesión
voluntaria y la automática ha desaparecido, en la medida en que la aceptación
automática empieza a decaer a efectos prácticos ya en el propio tránsito de la época
clásica y postclásica en Derecho romano, ya que se inventa un expediente pretorio, el
ius abstinendi, que permite al sucesor automático a abstenerse a entrar en los bienes.
5ª. Hay una dualidad más que no es inicial, que es fruto de la evolución del derecho
sucesorio con el hecho de que el derecho preclásico y clásico romano se edifica sobre
un instrumento distinto al de la ley de las XII Tablas, que es el edicto pretorio, que
crea su propio ordenamiento sucesorio, en la tercera parte del edicto perpetuo, que se
llama bonorum possessio y que ayuda, suple y corrige a la anterior.
La diferencia entre las instituciones de la sucesión civil de las XII Tablas y las
instituciones de la bonorum possessio pretoria es que las instituciones sucesorias se
dan per se, de forma natural, sin tener que activarlas mientras que los instrumentos
pretorios de la bonorum possessio tienen que ser solicitados por el interesado
necesariamente, hay que activarlos.
Nota: No confundir usucapio pro herede, que es un tipo de usucapión extraordinaria, con
la pro herede gestio, que es un tipo de aceptación tácita de la herencia en una sucesión
voluntaria.
Existe una polémica doctrinal entre aquellos que consideran que la primitiva
sucesión romana fue testamentaria y aquellos otros que sostienen que no, que el
testamento y la primitiva sucesión romana, la de las XII Tablas, funcionaban como
un elemento auxiliar de la sucesión principal, que era la sucesión legal.
Hay algunos autores que sostienen que la libertad testamentaria era absoluta y que
el causante, el paterfamilias fundamentalmente, podía disponer testamentariamente
como quisiera y que en nada limitaba en términos jurídicos su libertad testamentaria
el hecho de que tuviese hijos sometidos a su potestad, filii en términos jurídicos.
El que construyo esta teoría desde el punto de vista doctrinal con mayor
detenimiento es Prieto Bonfante, que publicó en las primeras décadas del s. XX un
corso donde estudia todo el Derecho Romano en varios volúmenes y en cuyo tomo
dedicado a la familia y tomo dedicado a sucesiones sostiene que el entorno familiar
romano era más bien un entorno político de poder, donde el paterfamilias funcionaba
como una especie de soberano absoluto y el testamento era el negocio jurídico
fundamental diseñado para encauzar su sucesión en términos políticos en la
soberanía en la familia, pudiéndose hacer por tanto en el caso de que uno tuviese
hijos de familia.
106
Contra esta teoría reacciona una corriente posterior y de moda en las últimas
décadas, formulada fundamentalmente por romanistas alemanes, entre otros Max
Kaser y Franz Wieacker (el que defendía la labor compilatoria de los maestros de las
escuelas de oriente en la posterior elaboración del Digesto de Justiniano ) y que fue
luego acogida en Italia por Pasquale Voci, que sostiene que el paterfamilias no puede
disponer testamentariamente si tiene hijos sometidos a potestad, pues éstos
sucederían por ley y sólo en caso de no haber hijos sometidos a potestad es cuando el
paterfamilias dispondría del testamento para estructurar según su voluntad su
sucesión mortis causa.
Existen varias razones o argumentos en contra de esta última teoría que niega que
en el viejo ámbito la sucesión preferente fuera la testada, defendiendo que era la
sucesión legal.
La tercera razón tiene que ver con el papel que el paterfamilias tiene en el contexto
familiar y social, teniendo derecho de vida o de muerte sobre las personas que están
bajo su potestad (ius vitae necisque), pudiendo vender a sus hijos (ius vendendi), si el
hijo delinquía podía entregarlo a la víctima (ius noxae dandi). Todas esas cosas podía
hacerlas el paterfamilias como ius, como derecho, con un hijo sometido a potestas,
siendo absurdo por tanto que no pueda en cambio hacer testamento si los tiene.
107
social. No había que limitar al paterfamilias para nada porque la autolimitación que
éste sentía para disponer en contra del camino prefijado moralmente era tan elevado
que sólo se dispondría en contra de los hijos por causas justificadísimas, solamente si
los hijos eran claramente indignos, siendo lo normal que dispusiese a favor de ellos.
El orden de la tabla V responde al orden moral de la sociedad, donde los primeros
son los hijos sometidos a potestad. El testamento lo que permitía era ejercer el poder
en público y además unir a la heredis institutio toda una serie de disposiciones que
no pueden reflejarse en una sucesión ab intestato, donde lo máximo que se puede
hacer es decir quién va a suceder, no pudiendo nombrar tutor, ni manumitir esclavos,
ni instituir legados beneficiando a alguien en concreto...
Por tanto, cabe rechazar lo que ese importante sector doctrinar sostiene a la hora de
diagnosticar que la vieja sucesión era legal y el testamento exclusivamente se
utilizaba cuando no había hijos sometidos a potestad, siendo los cambios que
posteriormente despolitizan la herencia y la convierten fundamentalmente en algo
patrimonial lo que hace que el testamento se termine convirtiendo en el epicentro y
se cree entonces la sucesión legitima para limitarlo.
El testamento puede definirse como un acto de última voluntad en virtud del cual
un individuo, el testador, expresa su última voluntad de acuerdo con el marco
jurídico mortis causa.
108
El testamentum in procinctu. La otra forma era estando en las legiones, antes de
entrar en batalla, los legionarios que querían, disponían testamentariamente ante sus
compañeros.
Empezó a ser frecuente también que en los testamentos per aes et libram se
recogiese también el nombre de los herederos en la nuncupatio, que por sí misma
carecía de eficacia testamentaria, que seguía dependiendo de que el ceremonial
mancipatorio se hubiese celebrado con precisión. Fue una vía para que con el paso
del tiempo y la pulsión de la escritura por introducirse en todos los ámbitos de la
cultura jurídica romana propiciara probablemente la aparición del testamento escrito,
como progresiva independización de la nuncupatio, que evidentemente ya no se
llamó nuncupatio. Hubo algunos casos que se producen en el ámbito de la
jurisprudencia y que llegan incluso al pretor, en los cuales se produce una alteración
por parte del testador de la nuncupatio sin que se llegue a enunciar el cambio
testamentario en el testamento per aes et libram. La opinión de los juristas empezó a
ser cada vez más defendible que lo que debía prevalecer era el escrito y por tanto, a
través de esa válvula se independiza el escrito y lo que se crea es el testamento per
tabulae, que consiste en que un individuo, el testador, recoge su voluntad
testamentaria en un escrito que presenta a una serie de testigos, 5 o 7, dependiendo
de los momentos, que sellan con su sello particular un pliego cerrado que se lacraba.
En la época preclásica y clásica los ciudadanos acudían a un jurista para que les
asesorasen sobre el contenido de los testamentos escritos y los testigos solían ser
elegidos entre las mayores personalidades de la sociedad, incluyendo muchas veces
a algunos juristas, ya que orlaba de garantía a los testamentos en una época en la que
todavía el testamento protocolizado notarialmente no existía. Luego, en la época
postclásica fundamentalmente, se va imponiendo la necesidad de que sea un fedatario
público, una persona con esta función específica el que de fe y preste una suerte de
garantía más profesionalizada de que aquello cuyo contenido no se conocía era un
testamento, naciendo la figura del tabellio o notarius.
109
o II a.C., más o menos en la época en la que el testamento escrito ha triunfado, la
sucesión legítima formal ya existe, imponiendo al testador la necesidad de nombrar a
sus hijos en su testamento, aunque no los instituya. La sucesión legítima real extrae
de la capacidad dispositiva del causante unos porcentajes y probablemente surgió
después del testamento escrito, obedeciendo precisamente al triunfo del testamento
escrito.
Hay una serie de testamentos más específicos que comienzan a surgir en la época
clásica, uno de ellos es el testamento de los militares, que termina ya de barrer por
completo al viejo testamento in procinctu, cuando el ejército, que no era un elemento
de presión específica en la época preclásica, pues era un ejército patriótico que no
configuraba una entidad aparte, en el siglo I de nuestra era, en el Principado, el
ejército son militares profesionales a los que hay que pagar.
El codicilo surge a finales del siglo I a.C. o en el siglo I d.C. y es Gayo Trebacio
Testa el que se convierte en la primera gran autoridad en los codicilos. El codicilo es
un documento, en derecho romano, que se adhiere a un testamento para aclarar
alguna cuestión que no era simplemente patrimonial.
Tutela testamentaria.
110
CAPACIDADES DEL TESTAMENTO.
La indignitas supone que el individuo ha podido heredar los bienes pero el Estado
le despoja por indigno (el caso emblemático es el de aquellos que matan al causante
y encima se benefician de ser sus herederos).
SUCESIÓN LEGAL.
Si no se hacía testamento o éste era inválido, la sucesión era ab intestato, sin
testamento. También era llamada sucesión legal, porque lo que regía entonces la
sucesión era precisamente el orden de la tabla 5ª, que incorporaba un orden de
sucesión, determinando qué personas sucedían si no había testamento en un
llamamiento simultáneo:
111
1. Los primeros que suceden, excluyendo de suceder al resto de órdenes inferiores,
son los sui heredes, los individuos sometidos a la potestas del causante en el
momento de abrirse la sucesión. Suceden de forma automática sin poder rechazar la
herencia y por estirpes, rigiendo el derecho de representación. En caso que haya sui
heredes pero no entrasen en la herencia por la razón que fuese, los órdenes
previamente excluidos en el momento del llamamiento simultáneo no suceden,
quedando bacante la herencia. Esto se soluciona en el derecho pretorio, en los
órdenes pretorios con llamamientos sucesivos y además, inspirado e instigado por los
juristas, el pretor inventa el ius abstinendi, el derecho a abstenerse y a no entrar en la
herencia. Las mujeres sui iuris no pueden ejercer potestas, por lo que al morir y no
haber sui heredes, los llamamientos simultáneos se hacen a los agnados y gentiles.
2. Sólo en caso de que no hayan sui heredes, los que heredan son los agnados o
adgnati, aquellos individuos que estuvieron sometidos al mismo tronco de potestas
que el causante cuando éste era un alieni iuris y estaba sometido a potestas. Suceden
por acto de aceptación, por acto de adición (aditio) y por cabezas (per capitas), en la
medida de que los más cercanos excluyen a los posteriores.
112
Los órdenes de la bonorum possessio son:
1. El primer orden (unde liberi) incorpora a los hijos del causante, aquellos que
tienen una vinculación cognaticia directa con el causante. Junto a los sui heredes, que
forman parte de este primer orden, también pueden solicitarla los hijos emancipados,
pero para ello tienen que colacionar sus propios bienes con los de la masa hereditaria,
que luego se dividirá entre todos los herederos. Este procedimiento, denominado
collatio bonorum, la colación de los bienes, fue ideado por los juristas y pretores para
no perjudicar injustamente a los sui heredes que no tienen una esfera patrimonial
propia por haber estado sometidos a la potestad del causante, mientras que los hijos
emancipados sí han podido desarrollar una esfera patrimonial.
3. El tercer orden (unde conagti) incorpora a todos aquellos que, sin estar incluidos
en los dos órdenes previos y siendo los llamamientos sucesivos, tienen una
vinculación cognaticia con el causante.
4. El cuarto orden (unde vir et uxor) rige la sucesión recíproca entre el marido y la
mujer por la muerte de uno de ellos. Este panorama es transformado posteriormente
en la época clásica y postclásica a través de la legislación imperial mediante
senadoconsultos.
El derecho clásico imperial creó fuera del orden pretorio, del ordo iudiciorium
privatorum, un procedimiento específico de la sucesión legítima propio de la
cognitio extra ordinem del princeps, que se llama querella innofficiosi testamenti, la
querella de testamento inoficioso. Un instrumento que puede utilizar un heredero
legítimo (descendiente, ascendiente o colateral, incluso hermanos de un sólo vínculo)
en caso de que ya no tenga otro instrumento procesal a su alcance, en cinco años
desde la delación de la herencia para declarar inoficioso el testamento en el cual no
se les ha instituido al menos en la cuarta parte de lo que les hubiera correspondido si
se hubiese abierto la sucesión ab intestato.
FIN.
113
PAGINACIÓN (Lecciones de Roma. Nueve estudios de Derecho romano [Sevilla, El
Giraldillo, 2007]) CORRESPONDIENTE A POSESIÓN:
PROPIEDAD Y SERVIDUMBRE:
- Modos causales y formales de adquirir la propiedad: pp. 273-284
- Modos originarios: pp. 273, 275, 282-284
- occupatio: pp. 273, 276, 279-282, 309-310, 312-313, 316, 324-326
- usucapio: pp. 273-274, 297-302, 343, 352, 357
- pro derelictio: pp. 297-298
- por traditio insuficiente: pp. 301-302
- otros: pp. 282-284 (y nt. 26)
- Modos derivativos: p. 273
- mancipatio: pp. 273, 275-276, 341-342, 347
- in iure cessio: pp. 273, 275-276
- traditio: pp. 273, 275, 280, 284-285, 346-349, 356-357
- Concepto de iusta causa: pp. 277-279, 352-354
- Propiedad pretoria y actio Publiciana: pp. 111-112, 114, 280, 357-358
- Defensa de la propiedad civil: pp. 339-340
- Probatio diabolica (de la propiedad): pp. 341-344, 357
- Servidumbre: pp. 86-87
SUCESIONES:
- Concepto y generalidades: pp. 420-421
- Sucesión testamentaria: pp. 68-70, 418-419
- Etimología, originalidad y substratos del testamentum: pp. 68, 418, 431
- Prelación sobre la sucesión intestada: pp. 68-70, 431-432
- Voluntas testantis: pp. 75, 466-467
- Formas originarias de testamento: pp. 432-434
- Nuevas formas: pp. 434-437
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- Testamenti factio, dignitas, capacitas: pp. 440-441, 443-445
- Contenido del testamento: pp. 446-451
- Heredis institutio: pp. 446-447
- Legados, manumisiones y tutelas testamentarias: pp. 449-451
- Interpretación, invalidez y defensa testamentarias: pp. 456-458
- Sucesión ab intestato: pp. 68-71
- Sucesión legítima, preterición y desheredación: pp. 448-449, 451, 463-465
- Consortium inter fratres: pp. 71-73
- Sucesión automática: p. 70
- Sucesión voluntaria y tipos de aceptación hereditaria: pp. 74-76
- Bonorum possessio: pp. 113, 458-461
Las acciones de buena fe son aquellas donde el pretor concede al juez un amplio
margen para valorar la pretensión del demandante conforme a la buena fe, que nacen
en el derecho de gentes, tuteladas por el pretor peregrino para proteger los contratos
consensuales entre individuos pertenecientes a culturas distintas.
El Título XIX del edicto perpetuo que trata de los juicios de buena fe, contiene los
siguientes contratos:
fiducia
depósito
compraventa
arrendamiento
sociedad
mandato
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