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Psicología Social

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Influencia social 

La influencia que ejerce la sociedad sobre nosotros determina o modifica nuestras creencias, sentimientos
y conductas. Es decir, nuestras actitudes. Sin embargo, hay que hacer varias consideraciones al respecto.
De entrada, se puede ejercer influencia en una persona no sólo para que cambie su actitud, sino también
para que no la cambie. En segundo lugar, la influencia es tanto el resultado como el proceso. Y por último,
hay que tener en cuenta que se puede ejercer influencia no sólo sobre las actitudes, sino también sobre
nuestras percepciones, nuestra construcción de las normas sociales y nuestro autoconcepto.

Teoría de la comunicación persuasiva 

La teoría de la comunicación persuasiva se utiliza en el estudio de la influencia que se ejerce mediante la


comunicación en las sociedades occidentales y/o globalizadas. Al respecto, Lasswell definió el estudio de
la comunicación como el estudio de "quién dice qué a quién y con qué efectos". Es decir, qué fuente dice
qué mensaje a qué receptor y qué influencia le produce. Éstos son los elementos clave de la influencia
mediante la comunicación: fuente, mensaje y receptor. Carl Hovland lideró un programa de investigación
dirigido a descubrir los procedimientos más eficaces para influenciar a la gente mediante la comunicación.
Para ello estudió qué carácterísticas deben tener la fuente y el mensaje para ejercer más influencia, y a la
vez, qué características debe tener el receptor para ser más influenciable. Los resultados de esta
investigación son utilizados por políticos, publicistas y vendedores para influir en las personas y venderles
sus campañas y sus productos. Sin embargo, conocer estos mecanismos también es muy útil para las
personas sin intereses políticos ni comerciales, tanto a la hora de convencer a los demás como para
entender cómo pretenden influenciarnos en nuestra vida diaria.

Características de la fuente 

Según Hovland, éstas son las características que debe tener la fuente para ejercer más influencia:

 En primer lugar, vamos a interiorizar más su mensaje cuanta más credibilidad tenga. A tal efecto,
entendemos credibilidad como el grado en que consideramos que la fuente es competente para
tratar sobre un tema concreto. Si la fuente tiene la suficiente credibilidad, tomaremos como propia
su opinión, es decir, la interiorizaremos. Esta es la causa del llamado "sleeper effect", según el
cual, si interiorizamos el mensaje, aunque nos olvidemos de la fuente seguirá influenciándonos.
Hay que tener en cuenta que tendemos a generalizar la credibilidad de la fuente más allá del
campo en el que realmente es competente. Es el caso de los anuncios en los que sale un actor
cualquiera vestido con bata de científico hablándonos de las fantásticas propiedades del producto
que quieren vendernos. Además, la atención que prestamos a la fuente varía según su credibilidad.
Tanto si es alta como si es baja, nos centramos más en la conclusión que ofrece que no en su
argumentación, para aceptarla fácilmente en el primer caso y rechazarla en el otro. Sólo en el caso
de que presente una credibilidad media, nos detendremos a escuchar sus argumentos para
comprenderlos y valorarlos.

 En segundo lugar, cuanto más atractiva nos resulte la fuente, más nos vamos a identificar con ella,
ya sea porque queremos parecernos a ella o porque queremos estar vinculados con su mundo. Las
fuentes atractivas no necesitan argumentar sus opiniones, sólo con manifestarlas ya es suficiente
para influenciarnos. Hay que tener en cuenta que cuanto más nos parecemos a la fuente, o más
creemos que nos parecemos, más nos influye.

 Por último, una fuente que posea poder puede influenciarnos mediante la sumisión. A tal efecto
entendemos poder como la capacidad para administrar sanciones y recompensas. A fin de evitar
estas sanciones o conseguir las recompensas podemos aceptar su opinión aunque no la
compartamos, adoptando lo que llamamos una conformidad verbal. Si mantenemos esta
conformidad durante un tiempo, es posible que la terminemos interiorizando y adoptemos la
postura de la fuente autoritaria. Sin embargo, cuanto más poderosa es la fuente, más probabilidad
tiene de producir la conformidad verbal, pero no la interiorización del mensaje. 

Características del mensaje 

Siguiendo la investigación de Hovland, éstas son las características más importantes que debe tener el
mensaje para influir en el receptor:

 En primer lugar, la teoría de la instrumentalizad/valor muestra cuatro estrategias a seguir:

o Si nos informamos de los valores de las personas a las que queremos convencer, podemos
construir el mensaje de tal manera que compartir nuestra opinión les será beneficioso para
alcanzarlos. Éste es el caso de los anuncios que nos venden cualquier producto basura
mostrándolo como que es bueno para nuestra salud. Para la persona normal, que no
entiende qué ventajas le puede aportar un producto respecto a otro, el anuncio cuyo
mensaje se acerque más a sus valores será el que le convenza.

o Siguiendo a la primera estrategia, es posible aumentar el valor de los valores que estamos
tratando. Con el mismo ejemplo, al vender el producto no sólo diríamos que es el mejor para
tu salud, sino también para la salud de toda tu familia.

o Independientemente de las anteriores, o incluso añadido, el mensaje puede contaminarse


positivamente. Es el caso de los anuncios cuyo mensaje nos lo presenta una persona
atractiva en un entorno idílico consumiendo el producto que nos quieren vender.

o Por último también se puede suscitar ansiedad en el receptor. Para ello hay que resaltar los
inconvenientes y los peligros de no compartir nuestra opinión. Hay que tener en cuenta que
el efecto que causa la ansiedad funciona en forma de U invertida. Si suscitamos poca o
mucha apenas conseguiremos el efecto deseado. Es el caso de advertencias como las de
los paquetes de tabaco ("Fumar mata"), las cuales, por el escaso o el alto nivel de ansiedad
que suscitan, no tienen efecto.

 En segundo lugar, hay que tener en cuenta que todo mensaje va a tener opiniones a favor y en
contra. Para que el mensaje tenga efecto en las personas que están en contra es importante tener
en cuenta sus argumentos. Para ello, hay que decidir si el mensaje va a incluir o no argumentos
que refuten los argumentos en contra. El estudio realizado demuestra que es efectivo incluir estos
argumentos si:

o Hay discrepancia entre los receptores y la fuente.

o El tema tratado es controvertido, como es el caso de la eutanasia.


o Los receptores están instruidos en el tema.

 El orden en que presentamos los argumentos del mensaje también es importante. En el caso de
los mensajes largos, la atención de los receptores varía de un punto inicial máximo a un punto final
mínimo, debido a un proceso de saturación. En el caso de los mensajes cortos, la atención varía en
forma de U invertida. Basándonos en esto, el estudio muestra que es mejor reservar los mejores
argumentos para el principio o para el final, ya que de por sí llamarán la atención. De esta manera
podemos conseguir que la atención se mantenga alta durante toda o la mayor parte de la
presentación del mensaje.

 Por último, un mensaje pensado para cambiar nuestra opinión sobre un tema presenta unos
argumentos más o menos lejanos a los que damos por buenos. Si el mensaje presenta una opinión
cercana a la nuestra se produce un fenómeno de asimilación. Es decir, el receptor lo ve muy
parecido a lo que él piensa y no cambia su opinión. Si por el contrario presentamos una opinión
muy alejada, el receptor la rechaza inmediatamente. Por ello, lo mejor es que la opinión mostrada
sea lo más alejada posible sin llegar a producir este rechazo inmediato. 

Características del receptor 

En cuanto a las características que hacen que el receptor sea más o menos influenciable, se trabaja
principalmente con variables como la edad, el género, el nivel de inteligencia, el nivel de instrucción, el
nivel de auto-estima, etc. Sin embargo, los resultados presentan mucha variabilidad y son confusos, así
que no podemos asegurar nada.

Teoría de la disonancia cognitiva  

De tanto en tanto, alguna secta pronostica el fin del mundo en alguna fecha concreta. Éste fue el caso de
una secta sueca que en los años 50 pronosticó que el fin del mundo llegaría en Navidad. El investigador
Leon Festinger se interesó por saber qué pasaría con las creencias de esta secta cuando, al llegar
Navidad, no pasara nada y tuvieran que admitir que su creencia era falsa y estaban equivocados. Al día
siguiente de Navidad, la explicación que recibió fue "Es verdad que el mundo iba a desaparecer, pero
como nosotros hemos visto y aceptado esta verdad, hemos creído firmemente en ella. Por ello, nuestra fe
ha evitado que el fin del mundo aconteciera". Lo que está claro es que al día siguiente de Navidad, los
miembros de esta secta sabían dos cosas: primero, que habían creído en el fin del mundo; y segundo,
que no había ocurrido. Por lo tanto, tenían dos pensamientos, es decir, dos cogniciones, que se
contradecían entre sí. A raíz de la explicación que Festinger le dio a este suceso, surgió la teoría de la
disonancia cognitiva.
     El tener conciencia de que estamos afirmando a la vez cosas contradictorias nos produce malestar,
tensión e incomodidad psicológica, es decir, una disonancia cognitiva. Para solucionarlo buscamos una
salida, una justificación que nos permita recuperar la coherencia cognitiva, tal y como hizo esta secta en
la explicación que dio. Cuanto mayor es la intensidad de esta disonancia, más energía invertiremos para
eliminarla. Por ejemplo, si el tema nos importa poco, podríamos simplemente dejar de lado una de las dos
y aceptar la otra, pero si nos importa mucho, podríamos dejar de lado nuestras tareas habituales para ir a
buscar información activamente. La estrategia más habitual consiste en modificar uno de los elementos
contradictorios, el que resulte más fácil, para eliminar la disonancia o que nos afecte menos. También,
como es el caso de la secta, puede crearse un motivo que dé sentido a los dos a la vez. En conclusión, la
actitud puede modificarse por factores internos, además de por los factores externos que muestra la
teoría de la comunicación persuasiva.
     Profundizando en este tema, Festinger realizó un experimento similar al siguiente: 
Pretendemos hacer un debate sobre la intervención de la policía en las manifestaciones. Para ello,
escogemos a diez estudiantes universitarios que están en contra de la policía y los separamos en dos
grupos de cinco. Uno de los dos grupos deberá hablar en contra y el otro defender la posición de la
policía, a pesar de que realmente están en contra de ésta. Dentro del grupo que la defiende, por
separadado, a unos les diremos que a cambio de hablar a favor les vamos a pagar una gran cantidad (por
ejemplo, 200 euros), y a los otros, que no disponemos de mucho dinero y que sólo les podemos
recompensar con una pequeña cantidad (por ejemplo, 20 euros). Nótese que lo relevante aquí no es el
dinero que recibirán, sino el hecho de que a unos se les da una recompensa importante y a otros no. El
debate se realiza y obtenemos unos curiosos resultados. Del grupo que ha hablado a favor, las personas
que han recibido la menor recompensa por defender una postura contraria a la suya, se han visto
fuertemente influenciadas y han cambiado su actitud hacia la policía. En este grupo, tanto para los bien
pagados como para los que no, se ha producido una disonancia cognitiva. Por un lado, saben que están
en contra de la policía, pero por otro han recurrido a todos los argumentos que han podido para
defenderla, manteniendo dos cogniciones contradictorias. Sin embargo, los que han recibido una buena
paga se libran fácilmente de la disonancia. Lo atribuyen a una presión externa, el dinero que han cobrado
a cambio, y recuperan su coherencia cognitiva. Pero los que apenas han cobrado a cambio no pueden
recurrir a esa justificación. Tampoco pueden atribuirlo a una presión externa porque saben que lo han
hecho porque han querido. Por ello, la única solución que les queda es acercar las dos posturas y
asimilarlas, adoptando una actitud menos negativa hacia la policia.
     En conclusión, disponemos de otra manera de influir en la opinión de la gente y modificar su actitud.
Tan sólo tenemos que hacer que defiendan o hagan algo que vaya en contra de sus creencias, pero de tal
manera que no se sientan fuertemente presionadas para hacerlo, es decir, que tengan la impresión de
estar haciéndolo libremente. Esto quizá no suene tan peligroso si no se tiene en cuenta las llamadas
sumisiones ínfimas de la vida cotidiana. Entendemos por sumisión ínfima cualquier situación en la que
decimos o hacemos cosas con las que no estamos del todo de acuerdo, para evitar sanciones o
conseguir beneficios. Mientras aceptemos estas pequeñas sumisiones "libremente", nuestras creencias
irán cambiando en la dirección marcada por la presión social. Esto constituye el mecanismo más eficaz de
reproducción y mantenimiento del orden social establecido. Como dice la célebre frase: "Actúa como
piensas o pensarás como actúas". 

El proceso de normalización según M. Sheriff

Sheriff indagó sobre cómo los miembros de un colectivo social llegan a establecer patrones de juicio
comunes y conductas semejantes. Para ello se sirvió de un experimento en el que utilizó el efecto
autocinético, una ilusión perceptiva que ocurre cuando, estando en una sala completamente oscura, se
concentra la vista en un punto luminoso y la luz parece desplazarse en un curso poco uniforme,
generalmente circular alrededor de su posición inicial. En la primera fase del experimento situó a un grupo
de personas, individualmente, en una sala oscura con esta ilusión perceptiva y le solicitó a cada uno que
indicara en distintos momentos la amplitud del movimiento que percibía. De esta manera, cada sujeto
creó su propio patrón de respuestas. En la segunda fase, situó a todo el grupo junto en la misma sala y
les hizo la misma prueba. De esta manera, aunque al principio los sujetos daban respuestas muy
dispersas, se produjo un proceso de convergencia y las respuestas se fueron agrupando en torno a una
tendencia central. El resultado fue un patrón de respuestas muy similar entre todos los sujetos,
aunque los patrones individuales de la primera fase eran muy diferentes respecto a éstos. En la tercera y
última fase del experimento, Sheriff volvió a pasar la prueba individualmente a todos los sujetos. El
resultado fue que cada sujeto mantenía el patrón de respuestas que había adoptado en la segunda fase.
Como conclusión, Sheriff distinguió dos tipos de influencia grupal:
 Por un lado, el grupo ejerce influencia informacional, ya que constantemente corroboramos nuestra
información con la suya. De esta manera, si opinamos algo diferente a lo que el conjunto opina,
adoptamos su punto de vista para evitar estar equivocados.

 Por otro lado, ejerce influencia normativa, ya que mantener opiniones diferentes puede afectar a la
integridad del grupo y ocasionar rechazo. Para conseguir que nos acepten, tendemos a aceptar
como propias sus opiniones.

Estos dos mecanismos de influencia se refuerzan mutuamente. Además, junto a la sumisión ínfima,
muestran por qué la sociedad no tiene que ejercer violencia sobre nosotros para que aceptemos los
puntos de vista y las normas dominantes.

El proceso de conformidad según S. Asch  

Asch confiaba plenamente en la capacidad de las personas para mantener su propia opinión y resistir la
presión social. Según él, los resultados del experimento de Sheriff se debían a que el estímulo era
ambiguo, por ello diseñó un experimento similar pero en el que el estímulo no daba lugar a error. Creó un
falso experimento sobre la capacidad de juicio visual de las personas en el que ponía a prueba dicha
capacidad mediante la comparación de pares de líneas. En un lado mostraba una línea vertical de una
determinada longitud y al lado mostraba otras tres líneas de diferentes longitudes, como se observa en la
siguiente imagen.

El grupo de personas con el que experimentaba consistía en unas ocho personas, de las cuales, todas
excepto una, eran cómplices de Asch, dejando un sólo sujeto de experimentación real. La pregunta que
realizaba al grupo de sujetos era: "¿Cuál de las líneas de la derecha tiene la misma longitud que la de la
izquierda?". La situación de los sujetos estaba diseñada para que el sujeto real fuera el último en
responder. El experimento consistía en un total de 18 comparaciones, de las cuales los sujetos cómplice
tenían la indicación de responder erróneamente en 12. No obstante, debían comenzar respondiendo bien
y comenzar a equivocarse a partir de la tercera. El sujeto real realizaba las dos primeras pruebas sin
problema y de acuerdo con el resto del grupo, pero a partir de la tercera quedaba muy extrañado por las
respuestas erróneas y respondía la correcta cada vez con más ansiedad, e incluso a veces cedía y
respondía erróneamente. El 70% de los sujetos reales cedieron al menos una vez, y los que no lo hicieron
experimentaron una gran ansiedad. En conclusión, Asch tuvo que aceptar que las personas ceden a la
presión grupal con mucha facilidad. El siguiente vídeo muestra un resumen de este experimento:

La obediencia a la autoridad según S. Milgram

Milgram estudió hasta qué punto las personas somos capaces de obedecer a una figura autoritaria
cuando ésta nos ordena que realicemos acciones que van en contra de nuestros valores. Para ello realizó
un falso experimento sobre capacidad de memoria. En este experimento, un sujeto debía memorizar una
relación palabras y otro sujeto le decía una palabra clave y cuatro opciones, de las cuales sólo una era la
que se relacionaba con la palabra clave. Si el sujeto que debía memorizar no respondía correctamente,
recibía una descarga eléctrica por parte del sujeto que leía las palabras clave. Con cada error, la
intensidad de la descarga se incrementaba, hasta llegar a unas intensidades potencialmente mortales.
Ambos sujetos estaban en salas separadas, ya que uno de ellos, el que memorizaba las palabras, era en
realidad cómplice de Milgram. En cuanto al sujeto que leía las palabras, el sujeto real, estaba
constantemente vigilado por una fuente autoritaria (un investigador con bata blanca) que le exoraba a
continuar con su tarea. Las descargas no eran reales, a pesar de que el sujeto estaba convencido de que
realmente las estaba aplicando a otra persona, y el sujeto real podía escuchar los gritos de dolor del otro
sujeto a través de unos altavoces, aunque en realidad se trataba de una grabación. El auténtico propósito
del experimento consistía en dar continuas respuestas erróneas y comprobar hasta qué punto el sujeto
real era capaz de llegar administrando descargas eléctricas y escuchando los gritos de dolor. Aunque
todos los sujetos mostraron malestar y deseo de abandonar el experimento, la mayoría continuaron
cuando la fuente de autoridad, el investigador, les exoraba a seguir.
     Como conclusión, este experimento dejó todavía más claro la facilidad con la que las personas
sucumben a la presión y hacen cosas que van totalmente en contra de lo que consideran adecuado.
Según Milgram, esto se debe a que delegamos el criterio y la responsabilidad de nuestras acciones a las
fuentes de autoridad. El siguiente vídeo muestra un resumen del experimento y los resultados:

En 2009 se realizó un falso programa televisivo que emulaba el experimento de Milgram: "El juego de la
muerte". Este documental presenta una visión más detallada del experimento, del efecto de obediencia y
de sus resultados:

Teoría de la influencia minoritaria o teoría de la conversión

A lo largo de la historia, los distintos grupos sociales han experimentado cambios en sus creencias,
costumbres y formas de ser. Todos estos cambios fueron defendidos por una minoría antes de convertirse
en una opinión mayoritaria. Serge Moscovici investigó sobre el tema y terminó por proponer esta teoría,
según la cual ocurren dos procesos básicos:

 Cuando una fuente mayoritaria dotada de algún atributo de influencia (credibilidad, atractivo o
poder) consigue influenciarnos, aceptamos su postura más en términos de consentimiento que en
términos de convencimiento. Aceptamos lo que dice la fuente, pero sólo superficialmente, ya que
en realidad no cambiamos nuestra convicción. Se trata más bien de un proceso de comparación
social como el descrito por M. Sheriff como influencia normativa.

 Cuando una fuente minoritaria que carece de estos atributos de influencia defiende su postura, es
poco probable que consiga convencernos, se va a producir un rápido rechazo. No obstante, este
rechazo será superficial en realidad, ya que por debajo va a conseguir influenciar mínimante y
modificar algo, aunque sea levemente. Esto es debido a que se produce un proceso de validación
de la postura de la minoría, similar a lo que M. Sheriff describía como influencia informacional.

Al respecto, Lage y Naffrechoux, colaboradoras de Moscovici, realizaron un experimento conocido como


el experimento del paradigma azul-verde. Se componía de tres fases:

 En la primera fase, los sujetos, individualmente, observaban diapositivas que iban desde un
evidente color azul a un evidente color verde, pasando por tonalidades intermedias en las que no
quedaba tan claro si se traba de azul o verde. En esta fase se establecía para cada sujeto su
umbral perceptivo. En este caso, se anotaba cuántas de las diapositivas intermedias veía como
azules y cuántas como verdes.
 En la segunda fase, cada sujeto era puesto en una situación de grupo al estilo de Asch, un sujeto
real y en este caso seis cómplices. La prueba a realizar era la misma, pero en esta fase sólo se
ponían diapositivas que el sujeto percibía como azules, sin conocimiento de ello por parte del
sujeto real. Además, en esta ocasión, a algunos sujetos reales se les ponía en una situación de
influencia mayoritaria y a otros en una de influencia minoritaria:

o En la situación de influencia mayoritaria, dos cómplices se decantaban por el color azul y


cuatro por el verde. De esta manera, los sujetos reales cedían a la presión y declaraban ver
de color verde algunos que antes veían como azules.

o En la situación de influencia minoritaria, cuatro cómplices se decantaban por el color azul y


dos por el verde. De esta manera, los sujetos reales no tenían problema en mantener su
criterio y volvieron a declararlas azules.

 En la tercera fase se volvía a pasar la misma prueba que en la primera, individualmente a cada
sujeto. Los resultados observados dependen de la situación a la que fueron expuestos en la
segunda fase:

o Los que fueron expuestos a una situación de influencia mayoritaria y cambiaron su criterio
(declarando ver más verdes), al volver a una fase individual volvían a declararlos azules.

o Los que fueron expuestos a una situación de influencia minoritaria y no cambiaron su criterio
(declarando que seguían viendo azules), al volver a una fase indicidual declararon ver más
verdes.

Según Moscovici, estos resultados se deben a que las minorías nos obligan de alguna manera a
reexaminar y cuestionar las bases de nuestras creencias, ya que tienen la capacidad de producir
conflictos cognitivos. Aunque nos resistamos públicamente a adoptar su punto de vista para proteger
nuestra imagen social, las minorías nos influencian a nivel privado, inconsciente o indirecto.
     Ante la ambigüedad que podía suponer el experimento del paradigma azul-verde, Bernard Personnaz
diseñó un experimento prácticamente idéntico, excepto porque en su caso utilizó el llamado "after effect".
Este efecto consiste en que al fijar nuestra atención en un color intenso y muy luminoso, si de repente se
proyecta una superfície blanca vemos una mancha del color complementario al que estábamos viendo.
En este caso, el complementario del azul es un rojo que tiende a naranja y el del verde es un rojo que
tiende a rosa. Las fases del experimento se sucedieron de esta manera:

 La primera fase fue idéntica a la del paradigma azul-verde.

 En la segunda fase también se creó una situación de influencia mayoritaria y otra minoritaria, pero
el procedimiento fue diferente. En vez de utilizar cómplices simplemente se le dijo a cada sujeto
una de estas dos versiones:

o Para generar influencia mayoritaria se les dijo que el 88% de las personas veían verdes
esas diapositivas y un 12% azules. Estos sujetos también declararon ver de color verde las
que previamente habían declarado como azules.

o Para generar influencia minoritaria se les dijo que el 88% de las personas veían azules esas
diapositivas y un 12% verdes. Estos sujetos también consiguieron mantener que las seguían
viendo azules.
 En la tercera fase, sin embargo, en vez de volver a pasar las diapositivas otra vez, aplicó el "after
effect" tras la exposición en la segunda fase. Del mismo modo, el resultado depende de la situación
a la que habían sido expuestos:

o En la situación de influencia mayoritaria, los sujetos declararon que las veían verdes, pero
su "after effect" era un rojo anaranjado, el complementario del azul. Aunque decían verlas
verdes, en realidad las veían azules.

o En la situación de influencia minoritaria, los sujetos declararon que las veían azules, pero su
"after effect" era un rojo rosado, el complementario del verde. Aunque públicamente
rechazaban adoptar la postura de la minoría, lo cierto es que se habían concentrado en los
pigmentos verdes, modificando su percepción.

Para Personnaz, esto confirma la teoría de la influencia minoritaria de Moscovici.

Las minorías 

La psicología social establece tres conceptos de minoría:

 Por un lado coincide con el concepto habitual que define la minoría como una menor parte de un
total

 La estructura social puede verse como una clase dominante frente a una clase subordinada. Esta
clase subordinada, aun cuando no sea minoría según el primer concepto, puede compartir la
misma situación.

 La normativa social también establece una división entre los que la cumplen y aquellos que van
contra ella. Los grupos que van contra las normas sociales establecidas pueden considerarse
como minorías incluso cuando no cumplen con el primer concepto.

Además, es posible establecer tipos de minoría siguiendo los siguientes criterios:

 Según su propósito:

o Si se apartan de las normas dominantes y tienen la voluntad de producir cambios sociales,


hablamos de minorías nómicas.

o Si no tienen voluntad de cambio, simplemente se oponen a las normas dominantes y no


quieren imponer su manera de vivir, se trata de minorías anómicas.

 Según su propuesta de innovación:

o Si pretenden cambiar las leyes dominantes por unas nuevas, como por ejemplo el
feminismo, son minorías heterodoxas.

o Si lo que pretenden es radicalizar las leyes dominantes, como por ejemplo la extrema
derecha, son minorías ortodoxas.

Existen una serie de características que influyen en la capacidad para influenciar de la minoría:
 Si genera conflicto público, atraerá la atención de la gente y les obligará a replantearse sus ideas.

 Es importante que el grupo minoritario mantenga una alta consistencia diacrónica y sincrónica. La
consistencia diacrónica se consigue al mantener una posición estable a lo largo del tiempo,
mientras que la sincrónica se consigue cuando los miembros no se contradicen entre ellos.

 La minoría tiene que ser percibida como un grupo autónomo y fiable, y no como actuando por
intereses individuales.

 Tiene que mantener un estilo de negociación apropiado. Pueden ser más flexibles y estar
dispuestos a ceder y alterar la posición inicial, o bien, más rígidos y mantener una negativa total a
ceder.

 Un efecto de bola de nieve puede ser muy beneficioso para la minoría. Este efecto se produce
cuando alguien importante en la mayoría pasa al bando minoritario. Al hacerlo, está forzando a
refelxionar a sus antiguos compañeros.

A su vez, la mayoría tiene estrategias que han demostrado ser útiles para resistir la influencia minoritaria:

 Puede negar la validez del mensaje minoritario tachándolo de falso, idealista, irracional, utópico,
etc. Por ello, es importante para la minoría elaborar un mensaje claro, transparente y realista.

 Puede censurar la difusión de sus contenidos, aunque esto generalmente aumentará el interés por
ellos. Por ello, la mayoría debe asegurarse de no dejar huellas si quiere aplicar la censura con
éxito.

 Puede atacar a las características de la fuente en vez de a su mensaje mediante procesos


conocidos como psicologización o sociologización. Si consigue crear una visión estereotipada o
infravalorada de las personas en sí que componen la minoría, su mensaje perderá valor. Es lo que
se utiliza, por ejemplo, contra los okupas, a los cuales se les tacha de sucios e inmaduros. Al
expandir estas características negativas sobre los individuos que componen una minoría, la
mayoría ni siquiera contempla su mensaje.

Para T. Ibáñez, sólo las minorías activas que propongan posturas compatibles con la dirección de las
tendencias sociales futuras podrán tener éxito. Una minoría, por sí misma, no puede producir cambios
sociales. Su objetivo debe centrarse en influenciar a la mayoría con sus ideas, ya que finalmente, sólo la
mayoría tiene el poder para cambiar la sociedad.

Carl Hovland Iver (12 junio 1912 a 16 abril 1961) fue un psicólogo que trabaja principalmente en la
Universidad de Yale y por el Ejército de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial que
estudió actitud de cambio y la persuasión . Se informó por primera vez el efecto de cama después de
estudiar los efectos de la Frank Capra 's película de propaganda Por qué luchamos contra soldados en el
Ejército. En estudios posteriores sobre este tema, Hovland colaboró con Irving Janis, quien más tarde se
haría famoso por su teoría del pensamiento grupal . Hovland también desarrolló la teoría del juicio
social.de cambio de actitud . Carl Hovland pensó que la capacidad de alguien para resistir la persuasión
de un determinado grupo dependía de su grado de pertenencia al grupo.
Con el advenimiento de la propaganda gubernamental en apoyo de la participación de los Estados Unidos
en la Segunda Guerra Mundial, los artefactos que vale la pena investigar ayudaron a aumentar la
comunicación persuasiva con la intención de afectar el comportamiento, la actitud y los valores. Estos
artefactos tenían una gran cantidad de dinero invertido en ellos, sin embargo, ¿eran efectivos?  Este
concepto de efectividad y cambio afectivo dentro de los individuos, las relaciones interpersonales y la
persuasión son exactamente lo que le interesaba a Hovland. Las contribuciones de Carl Hovland al
campo de las comunicaciones eran tres. Primero, enfatizó el análisis a nivel micro, luego se interesó por
todas las facetas de la comunicación interpersonal y finalmente revolucionó la investigación persuasiva.

Muzafer Sherif (n. Odemis, Esmirna, Turquía, 29 de julio de 1906 - † Fairbanks, Alaska, Estados Unidos de América, 16


de octubre de 1988) es considerado uno de los fundadores de la Psicología social, asimismo como uno de sus
principales representantes. Su trabajo sobre los procesos grupales y el surgimiento de conflictos al interior de los grupos
debido a normas sociales contribuyó con el desarrollo de la teoría de juicio social.

Nació en la ciudad de Esmirna - Turquía bajo el nombre de Muzafer Serif Basoglu, el cual cambió posteriormente a
Muzafer Sherif. Obtuvo su bachillerato el año 1927 en el American International College de su ciudad natal mientras que
su primer MA fue obtenida en la Universidad de Estambul en 1929. Luego de ello, viajó a los EE. UU. y obtuvo su
segundo MA el año 1932 en la Universidad de Harvard. Pasó un tiempo en Berlín estudiando con Kohler.
El año 1935 obtuvo su doctorado en la Universidad de Columbia, con una tesis titulada Some Social Factors In
Perception. Luego de ello volvió a Turquía, donde pasó un tiempo en prisión debido a su oposición al movimiento nazi.
Retornó a los EE. UU. el año 1944 gracias a la intervención del departamento de estado norteamericano, que además le
otorgó una beca.
El año 1945 se casó con Carolyn Wood, con quien condujo muchas de sus investigaciones.
El año 1954 publicó, junto a otros investigadores, el artículo Intergroup Conflict and Cooperation: The Robbers Cave
Experiment que se ha constituido como un clásico de la psicología social.
Publicó 24 libros y 60 artículos. En su carrera recibió muchas distinciones, como por ejemplo:

 Rockefeller Fellow (1935-36)
 Kurt Lewin Memorial Award de la Society for Psychological study of Social Issues
 Guggenheim Foundation Fellowship (1967)
 Distinguished Scientific Contribution Award de la American Psychological Association (1968)
 Distinguished Senior Social Psychologist Award de la Society for the Study of Experimental Social
Psychology (1978)
Falleció a los 82 años el 16 de octubre de 1988 en Fairbanks, Alaska por causa de un paro cardiaco.

Solomon Asch fue un psicólogo polaco-estadounidense mundialmente conocido y prestigioso debido a sus trabajos
pioneros en psicología social.
Nació en Varsovia, Polonia, y emigró a los Estados Unidos en 1920. Recibió su grado de bachiller en el College of the
City of New York en 1928. Luego, en la Universidad de Columbia, recibió su grado de maestría y de Doctor,
en 1930 y 1932, respectivamente. Fue profesor de psicología en el Swarthmore College durante 19 años, donde trabajó
con destacados psicólogos, incluyendo a Wolfgang Köhler
Se volvió famoso en la década del 1950 debido a los experimentos que condujo sobre la conformidad, donde se
demostró que la presión social sobre las personas puede inducirlas voluntariamente al error.
El referido experimento sobre conformidad fue uno en el cual a los participantes se les mostraba una tarjeta con una
línea impresa en ella, seguidamente se les mostraba otra tarjeta en la cual aparecían tres líneas impresas, cada una con
una etiqueta diferente (a, b, y c). Se solicitó a cada participante en el experimento que indicara cuál de las líneas
etiquetadas coincidía con la línea mostrada en la primera tarjeta. Al principio, el participante se sentía muy confiado, en la
medida que daba respuestas correctas junto a los otros participantes. Pero luego, los otros "participantes", ubicados en
frente del sujeto, empezarían a dar en conjunto una respuesta errónea. Solomon Asch pensaba que la mayoría de las
personas no se conformaría con algo obviamente erróneo, pero los resultados mostraron que un alto número de
participantes dieron la respuesta incorrecta.

Fue el inspirador del controvertido psicólogo Stanley Milgram, a quien dirigió en su tesis doctoral en la Universidad de
Harvard. También cooperó con Herman Witkin e inspiró muchas ideas de la Teoría del Estilo cognitivo.

El experimento de Milgram fue una serie de experimentos de psicología social llevada a cabo por Stanley


Milgram, psicólogo en la Universidad de Yale, y descrita en un artículo publicado en 1997 en la revista Journal of
Abnormal and Social Psychology bajo el título Behavioral Study of Obedience (Estudio del comportamiento de la
obediencia) y resumida en 1974 en su libro Obedience to authority. An experimental view (Obediencia a la autoridad. La
perspectiva experimental). El fin de la prueba era medir la disposición de un participante para obedecer las órdenes de
una autoridad aun cuando estas pudieran entrar en conflicto con su conciencia personal.

El investigador (V) persuade al participante (L) para que dé lo que éste cree son descargas eléctricas dolorosas a otro sujeto (S), el
cual es un actor que simula recibirlas. Muchos participantes continuaron dando descargas a pesar de las súplicas del actor para que
no lo hiciesen.

Los experimentos comenzaron en julio de 1961, tres meses después de que Adolf Eichmann fuera juzgado y sentenciado
a muerte en Jerusalén por crímenes contra la humanidad durante el régimen nazi en Alemania. Milgram ideó estos
experimentos para responder a la pregunta: ¿Podría ser que Eichmann y su millón de cómplices en el Holocausto solo
estuvieran siguiendo órdenes? ¿Podríamos llamarlos a todos cómplices?
Milgram resumiría el experimento en su artículo Los peligros de la obediencia en 1974 escribiendo:
Los aspectos legales y filosóficos de la obediencia son de enorme importancia, pero dicen muy poco sobre cómo la mayoría de la
gente se comporta en situaciones concretas. Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor
infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad
se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando
en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos
de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio.

Stanley Milgram. The Perils of Obedience (Los peligros de la obediencia. 1974)

Serge Moscovici (nacido como Srul Herș Moscovici; Brăila, Rumania, 14 de junio de 19251 − París, Francia, 16 de


noviembre de 2014)2 fue un psicólogo social rumano, nacido en Brăila.
Fue Director del Laboratorio Europeo de Psicología Social (Laboratoire Européen de Psychologie Sociale, en francés),
que co-fundó el año 1975 en la Maison des sciences de l’homme en París, Francia. Era miembro de la Academia
Europea de Ciencias y Artes y Oficial de la Legión de Honor, así como miembro de la Academia de Ciencias Rusa y
Miembro honorario de la Academia de Ciencias Húngara.
Su hijo Pierre Moscovici es un conocido político francés militante del Partido Socialista, y fue designado Ministro de
Economía, Hacienda y Comercio Exterior en el gobierno de François Hollande y Jean-Marc Ayrault.

Ibáñez Tomas, Psicología Social constructivista, Universidad de Guadalajara 2001

Psicología social
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La psicología social es el estudio científico de cómo los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las
personas son influidos por la presencia real, imaginada o implícita de otras personas. 1Junto con la psicología clínica, la
educativa y la organizacional, la psicología social es una de las cuatro grandes ramas de la psicología, así como una de
las ramas clásicas de la sociología. Sus orígenes se remontan a 1879 con la aparición de
la Völkerpsychologie o Psicología de los pueblos, desarrollada por Wilhelm Wundt y que actualmente es una de las
especialidades de estudio, focalizando el individuo en la sociedad y la incidencia de esta en el individuo ya que lo
humano y lo social están estrechamente relacionados y se complementan mutuamente.
Según la definición anterior, científico se refiere al método empírico de investigación. Los
términos pensamientos, sentimientos y comportamientos incluyen todas las variables psicológicas que se pueden medir
en un ser humano. La afirmación de que otras personas pueden ser imaginadas o implícitas sugiere que, de manera
indefectible, estamos influenciados socialmente, incluso cuando:
 a) no hay otros individuos presentes -como cuando vemos la televisión
 b) seguimos normas culturales internalizadas.
La Psicología Social es definida también como la ciencia que estudia los fenómenos sociales e intenta descubrir las
leyes por las que se rige la convivencia. Investiga las organizaciones sociales y trata de establecer los patrones de
comportamientos de los individuos en los grupos, los roles que desempeñan y todas las situaciones que influyen en su
conducta.
Típicamente, los psicólogos sociales explican el comportamiento humano como resultado de la interacción de estados
mentales y situaciones sociales inmediatas. En la heurísticade Kurt Lewin, el comportamiento puede ser visto como una
función de la persona y el medioambiente, C=f(P, M). En general, los psicólogos sociales tienen una preferencia por los
hallazgos empíricos basados en laboratorios. Sus teorías tienen tendencia a ser específicas y enfocadas, en vez de
globales y generales.
La psicología social es un proyecto interdisciplinario que salva el espacio entre la psicología y la sociología. Durante los
años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, había una colaboración frecuente entre psicólogos y
sociólogos.2 Sin embargo, las dos disciplinas han mirado hacia una actitud cada vez más especializada, aislándose la
una de la otra. En años recientes, los sociólogos se han centrado en macro variables (por ejemplo, la estructura social),
yendo hacia una extensión mucho más grande. No obstante, los enfoques sociológicos de la psicología social se
convierten en una contraparte importante a la investigación psicológica en el área.
Además de la ruptura entre la psicología y la sociología, ha habido una diferencia bastante menos pronunciada en el
énfasis, entre los psicólogos sociales estadounidenses y los psicólogos sociales europeos. Haciendo una amplia
generalización, se puede decir que, tradicionalmente, los investigadores estadounidenses se han centrado más en el
individuo, mientras que los europeos han prestado más atención a los fenómenos a nivel de grupo. 3
Aunque el actual predominio anglosajón en esta disciplina ha pretendido establecer el origen de la misma en los Estados
Unidos, la realidad es que serán los trabajos de Gustave Le Bon, especialmente su Psicología de las Masas (1895), y
muy especialmente los de Gabriel Tarde, especialmente obras como Las Leyes de la imitación (1890) y La opinión y la
multitud (1901) quienes la inician. En los Estados Unidos, el primer estudio publicado en esta área fue un experimento
sobre el fenómeno de facilitación social. 4 Durante los años de 1930, muchos psicólogos de la Psicología de la Gestalt,
entre ellos Kurt Lewin, huyeron de la Alemania Nazi, hacia los Estados Unidos. Fueron instrumentales en el desarrollo
del campo como algo distinto a las escuelas de psicología conductista, comportamental y psicoanalítica que fueron
dominantes en ese momento, y la psicología social ha seguido manteniendo el legado de sus intereses en la percepción,
la cognición y el acto de consciencia individual y colectivo. Las actitudes y una variedad de fenómenos de grupos
pequeños fueron los temas más estudiados durante esta era.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los psicólogos sociales estudiaron la persuasión y la propaganda para los militares
estadounidenses. Después de la Guerra, los investigadores se interesaron por una variedad de problemas sociales,
incluyendo los asuntos de género y prejuicio racial. Durante los años sesenta, existió un interés creciente en una
variedad de nuevos temas como la disonancia cognitiva, el efecto espectador, y la agresión. Sin embargo, por los años
setenta, la psicología social en los EEUU había llegado a una crisis. Había un debate acalorado sobre la ética y
la deontología en la experimentación en el laboratorio, si las actitudes predicen el comportamiento de verdad o no, y
cuánta ciencia podría ser hecha en un contexto cultural. 5 Paralelamente, un enfoque situacionalista radical desafió la
relevancia del yo y la personalidad en la psicología. En la década del '60 Enrique Pichon-Rivière crea la Psicología Social
Argentina, con los vínculos como objeto de estudio y con foco en los grupos, instituciones y comunidad. La psicología
social alcanzó la madurez en teoría y método durante los años 1980 y 1990. Cuidadosos estándares éticos regulan
ahora la investigación, y han emergido más perspectivas pluralistas y multiculturalistas. Los investigadores modernos se
interesan por una variedad de fenómenos, pero la atribución, la cognición social y el concepto del yo son quizás las áreas
que más han aumentado durante los últimos años. Los psicólogos sociales han mantenido sus intereses aplicados, con
contribuciones a la psicología de la salud y medioambiental, además de la psicología legal, y la estrecha relación con
la psicología clínica, especialmente desde el psicoanálisis y sus posteriores corrientes y tendencias (ej. la Gestalt) que,
finalmente, fueron las que dieron origen a la psicología social.
"Estudia la interrelación dinámica entre lo individual y lo social y en su atravesamiento con la historia, la cultura, la
política, la lengua, y otros aspectos presentes en la realidad. Desde la perspectiva de la psicología social se estudian los
comportamientos individuales y sociales, la formación de los grupos, los fenómenos de masa y otras problemáticas de la
escena contemporánea. Desde su comienzo, la psicología social fue entendida como un campo de confluencia entre la
psicología y la sociología. Sin embargo en las últimas décadas son muchas más las disciplinas que lo constituyen:
antropología, lingüística, historia, comunicación, economía. La psicología social construye conocimientos de formas
interdisciplinarias y lo aplica a distintos campos de la realidad. La cultura de fin del siglo XX y de los primeros años del
nuevo milenio fue afectado por cambios acelerados y definitivos de una velocidad que no se había producido en épocas
anteriores de la humanidad, ocasionadas en gran parte por los avances tecnológicos y productivos y posibilitados, muy
especialmente por los medios de comunicación. Este determino cambios en la forma de ser de las personas y en los
grupos que moldearon nuevas “subjetividades” en relación con este particular momento histórico social.
La llamada globalización es un fenómeno que comenzó en la esfera economica y consiste en la expansión de los
grandes mercados de capitales más allá de las fronteras de sus propios países, produciendo un fuerte impacto en las
demás naciones, en un intercambio claramente favorable para aquellas con economías más potentes. Éste fenómeno
global se extendió muy pronto a los ámbitos políticos, culturales, sociales, ecológicos y casi todas las esferas de la
sociedad. Una de las consecuencias de ese modelo fue la fragmentación de la sociedad y la exclusión de grandes
sectores de la población del mundo del trabajo y la falta de satisfacción de las necesidades básicas. Este fue el
panorama en la argentina y en muchos países de américa latina al comienzo del siglo XXI. En los últimos meses de 2008
se produjo una importante crisis financiera en los países más ricos del mundo, con inevitables consecuencias para el
resto; hasta el momento no es posible evaluar el impacto de estos cambios económicos en otras esferas de la sociedad.
Por ello es que estudiar los comportamientos sociales sin la inclusión de la dimensión histórica es insuficiente. Por
ejemplo, las marcas que imprime la globalización en la juventud son muy distintas de las que “subjetivaron” a las
generaciones de 1960 y 1970.
La perspectiva histórico-social ha incidido en los nuevos desarrollos teóricos y en los trabajos de campo de la psicología
soci
– Influencia social: http://www.youtube.com/watch?v=72UtDHQgp0s (experimento en aula)
– Influencia social: http://www.youtube.com/watch?v=aaAqNXsW9A4 (experimento en ascensor)
– Influencia social: http://www.youtube.com/watch?v=IcZmPPZHaXg (experimento con brownie salado)

Conformismo: ¿por qué nos sometemos a la


presión del grupo?
Varios experimentos, como el de Asch, explican por qué los humanos tendemos a ser
conformistas.
Probablemente, alguna vez te has planteado por qué la mayoría de la gente tiene tendencia a seguir
los dictados de la mayoría. 

Desde la psicología se ha tratado de averiguar qué hace a las personas plegarse a la presión del grupo,
cuáles son las causas del comportamiento gregario, cuál es la naturaleza de la presión grupal y hasta qué
punto un individuo es capaz de renunciar a su propio criterio en favor de las masas.

Conformismo: definición
El conformismo puede definirse como aquellas modificaciones o cambios que se producen en el
comportamiento u opinión de una persona como resultado de la presión real o imaginaria de
personas o grupos de personas.

Varios experimentos que nos acercan al fenómeno del conformismo


Uno de los experimentos psicológicos más significativos fue el realizado en la década de los 50
por Solomon Asch. Os propongo que os pongáis vosotros mismos en la siguiente situación.
Acudes como voluntario para participar en un experimento sobre juicio perceptivo. En una sala junto
con otros participantes, el experimentador os muestra a todos una línea recta (línea X), al mimos tiempo
os muestra otras tres líneas de comparación (líneas A, B y C). La tarea consiste en determinar cuál de las
tres líneas tiene la misma longitud que la línea X.

Claramente sabes que la respuesta correcta es la línea B y así se lo indicarás al experimentador
cuando llegue tu turno. Sin embargo, el primer participante responde que es la línea A, lógicamente te
sorprende su respuesta. Cuando llega el turno de la segunda persona, responde también la línea A,
probablemente esta segunda respuesta te sorprenderá aún más y comenzarás a pensar ¿cómo puede ser,
si claramente es la línea B? Pero cuando llega el turno del tercer participante y también dice línea A,
examinas una vez más las líneas y comienzas a dudar y plantearte si puedes estar equivocado. Un cuarto
participante, responde en su turno claramente la línea A. Por último, llega tu turno y naturalmente
respondes la línea A, lo sabías desde el principio.

Este es el conflicto que experimentaron los participantes del estudio de Asch. El experimento era
sencillo: consistió en reunir a estudiantes universitarios y mostrarles las diferentes cartulinas con la línea
estándar y con otras tres líneas para comparar. Los participantes tenían que responder en voz alta, y el
sujeto experimental nunca estaba situado en las primeras posiciones para responder, con el fin de que el
resto de participantes cómplices del experimentador pudieran dar la respuesta incorrecta acordada antes
que el sujeto.

La presión del grupo ‘modifica’ nuestra percepción


Los resultados del experimento mostraron que cuando el sujeto no estaba sometido a la presión del
grupo y se les permitía hacer a solas una serie de juicios sobre la longitud de las líneas, había una
ausencia casi total de errores, dada la sencillez de la tarea. En los casos en que el sujeto se veía
enfrentado a una mayoría unánime que respondía de forma incorrecta, aproximadamente un 35 por 100
de todas las respuestas eran incorrectas, se plegaban a los juicios incorrectos realizados por los
cómplices.
Otros experimentos similares al de Asch
El experimento de Asch ha sido replicado en más de cien estudios en distintos países mostrando
resultados idénticos. Los resultados muestran que ante una mayoría que emite un juicio erróneo, las
personas tienden a conformarse con la percepción social equivocada.

En una situación en la que no existían restricciones a la individualidad, ni sanciones contra el


inconformismo, los participantes tendían al conformismo. ¿Por qué los participantes se plegaban a la
opinión de los demás?

Las causas y factores de la conformidad


La conformidad era debida a dos posibles causas: quedaron convencidos, ante el juicio unánime de la
mayoría, de que su opinión era equivocada o siguieron la opinión de los demás con el fin de ser
aceptados por la mayoría o evitar el rechazo que produciría el desacuerdo en el grupo. Es decir, los
sujetos tenían dos metas: estar en lo cierto y congraciarse con el resto del grupo. En muchas
circunstancias, ambas metas pueden satisfacerse con una única acción.

En el experimento de Asch, si la opinión de los demás sobre la longitud de las líneas, fuese la misma
que la suya, ambas metas podrían satisfacerse. Sin embargo, ambas metas entraban en conflicto,
produciéndose el efecto de la conformidad. El efecto de acomodarse a las respuestas de los demás no
tiene tanto que ver con la imitación sino con la necesidad de reducir la disonancia entre la propia
percepción y los juicios emitidos por los demás.

Factores que aumentan o reducen el conformismo

1. Unanimidad

La unanimidad o falta de unanimidad en la opinión de la mayoría, es uno de los factores cruciales que
determinan la propensión del sujeto al conformismo. Si uno de los miembros del grupo da una respuesta
diferente a la mayoría, se reduce drásticamente la presión hacía la conformidad y aumenta las
probabilidades de que el sujeto esté más inclinado a dar su opinión.

Es decir, basta con que una sola persona proporcione una respuesta distinta para que se reduzca el
conformismo y el poder del grupo disminuya. Sin embargo, si hay unanimidad, no es necesario que el
volumen de la mayoría sea elevado para que provoque el máximo conformismo en una persona. La
tendencia a adaptarse a la presión del grupo, con una mayoría unánime es prácticamente la misma
independientemente del número de personas que conformen esa mayoría.

2. Compromiso

El compromiso es uno de los factores que puede reducir el conformismo, cuando los individuos se han
comprometido públicamente con un juicio o una opinión antes de escuchar la opinión de la
mayoría, existen más probabilidades de que la persona mantenga su opinión y no se acomode a las
de la mayoría.

3. Variables individuales: autoestima y capacidad

Existen determinadas variables individuales que aumentan o reducen el conformismo. En general, las


personas con una opinión pobre sobre sí mismas tienden más a plegarse a la presión del grupo con el
fin de evitar el rechazo, que aquellas personas con una alta autoestima. Otro factor a tener en cuenta es
la creencia de la persona en su propia capacidad para realizar la tarea con éxito, por ejemplo en el
experimento de Asch a aquellos sujetos que se les permitió previamente al experimento juzgar la
longitud de las líneas indicando la respuesta correcta, tendieron menos al conformismo que a aquellos a
los que no se les permitió realizar la tarea previamente.

4. Composición del grupo

La composición del grupo que ejerce la presión es otro de los factores que modulan el efecto de la
conformidad. Así, un grupo será más efectivo para inducir al conformismo si está compuesto por
expertos, si los miembros son importantes para el individuo y si son de algún modo semejantes o
comparables al individuo, como por ejemplo compañeros de clase.

5. Sentimiento de pertenencia grupal

La valoración de la pertenencia al grupo influye en el grado de conformidad. Así, quienes valoran la


pertenencia al grupo y se sienten solo moderadamente aceptados mostrarán mayor tendencia a
adaptarse a las normas y pautas creadas por el grupo que los que se sienten totalmente aceptados.

6. Autoridad
Por último, la autoridad aumenta el conformismo. En aquellas situaciones en que la opinión o juicio
proviene de una figura de autoridad, la apariencia de autoridad puede otorgar legitimidad a una
opinión o petición y generar un alto grado de conformidad. Tal y como se constató en otro de los
experimentos más famosos de la psicología, el experimento de Milgramen el que la mayoría de los
participantes mostraron obediencia a la autoridad.

Conclusiones
En conclusión, este experimento manifiesta la gran influencia que tienen los demás sobre nuestra propia
elaboración de creencias y opiniones. También muestra que en algunos casos somos fácilmente
manipulables y podemos variar nuestras creencias más subjetivas tales como ideales, tendencias
políticas e incluso los propios gustos.

Referencias bibliográficas:

 Aronson, E. (2000). El animal social: Introducción a la psicología social (8a ed. en Alianza
Editorial.). Madrid: Alianza.
 Paéz, D., y Campos, M. (2005). Cultura e Influencia Social: Conformismo e Innovación.
Psicología Social, Cultura y Educación. (pp. 693-718) Dialnet. Recuperado
de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codig...

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