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DESCENTRALIZACIÓN Y REGIONALIZACIÓNEl sueño frustrado de la

descentralización

A seis años de iniciado el último proceso de descentralización no cabe sino


expresar con desasosiego la proximidad de su partida. La conversión del
aprismo y su giro previsible a la derecha parece haber contagiado a la
distribución territorial del poder, pues si en la década del 80 se apostó por
autonomías regionales incipientes, hoy la apuesta política de Alan García es
la centralización del poder bajo el velo de una descentralización iluminista
en su forma pero retrógrada en su esencia.

La promulgación de la ley 29230, ley que impulsa la inversión pública


regional y local con participación del sector privado, es una muestra
evidente de mi afirmación. En efecto, la norma prevé que vía convenios
inter institucionales el sector privado podrá financiar y/o ejecutar proyectos
de inversión pública, siempre que ellos cuenten con declaratoria de
viabilidad y que estén en armonía con los planes de desarrollo nacional,
regional o local. Me pregunto ¿El Perú tiene un plan nacional de desarrollo?
¿De qué plan habla el gobierno?

Sin duda, estamos otra vez ante una farsa del Ejecutivo. En el Perú los
únicos que hacen planificación para el desarrollo son las regiones y las
municipalidades. Los ministerios sólo tienen planes sectoriales
descoordinados y huérfanos de un objetivo común. El “Acuerdo Nacional”
tampoco se aproxima a lo que es un plan nacional de desarrollo. Sostener lo
contrario constituiría un despropósito mal intencionado, pues en el país no
se planifica desde hace 15 años. El Instituto Nacional de Planificación (INAP)
fue desactivado por Fujimori y el novedoso CEPLAN no existe
funcionalmente. Por lo tanto, no sabemos hacia dónde vamos, ni qué
proyecto de país queremos.

El Perú todavía sigue siendo un país altamente centralizado ya que según


Efraín González de Olarte, Lima concentra el 29% de la población nacional,
produce el 48% del PBI nacional, se genera el 55% del ingreso nacional,
produce el 70% del PBI industrial, concentra el 52% de los servicios
gubernamentales, recauda más del 90% de impuestos. Ante esto, las
regiones solo reciben algo más de un 15% del presupuesto nacional
convirtiéndolos en meros receptores de los ingresos del Poder Central.

¿Qué impide el proceso?

La Constitución de 1979 recoge estas demandas en tres frentes


principaleslas cualesson: la democratización de los gobiernos municipales
(provinciales y distritales); la regionalización del país y el establecimiento de
gobiernos regionales la desconcentración administrativa del poder
Ejecutivo. Sólo recientemente, a partir de la dación de la Constitución de
1979, los alcaldes y consejos provinciales y municipales son electos
democráticamente, en lugar de ser designados por el poder Ejecutivo sin
ninguna participación de la población local (esta práctica tuvo un
antecedente en la década del 1960 durante el gobierno del presidente
Fernando Belaunde Terry).

La Ley de Municipalidades (1984) otorga a los municipios provinciales y


distritales una amplia gama de responsabilidades de gobierno, pero en los
hechos los municipios cuentan con recursos muy limitados para que puedan
asumir efectivamente tales responsabilidades. Durante el gobierno aprista
de Alan García (1985-1990) se dio un fuerte impulso a la descentralización,
en cumplimiento del mandato establecido por la Constitución de 1979. Se
establecieron 13 regiones administrativas. Los presidentes de las asambleas
regionales fueron elegidos a través de votaciones generales y secretas en
cada una de las regiones constituidas. La Asamblea Regional estaba
compuestas por tercios: un tercio por los alcaldes provinciales y los otros
dos tercios compuestos de representantes de los partidos políticos y de las
organizaciones de base.

Este proceso de regionalización fue suspendido por la primera


administración del presidente Alberto Fujimori (1990-1995). Las autoridades
electas fueron cesadas y el ejecutivo nominó más bien, en calidad de
presidentes transitorios, a gente de su confianza. La producción de
estadísticas agregadas por regiones fue también suspendida.

•La nueva Constitución de 1993 modifica la normatividad de la


descentralización, dándole un carácter abierto y permanente, bajo la
iniciativa y mandato de las poblaciones locales.

Conjuntamente con la descentralización, durante los años noventa también


se avanzó en la desconcentración del sistema de la administración pública.
Los ministerios, cuyas sedes se encuentran localizadas en Lima, fueron
redefinidos funcionalmente, asignándoseles la función normativa. La
ejecución pasó a la responsabilidad de órganos desconcentrados, con
direcciones departamentales, y unidades operativas en los niveles
provinciales y distritales. Todos estos órganos desconcentrados debían
articular sus funciones a través de las respectivas secretarías regionales en
los hechos, las sedes centrales de los ministerios retuvieron un amplio
control sobre la administración pública, situación que se ha acentuó durante
el gobierno del dictador Fujimori.

Luego de 11 años de la dictadura, en el Gobierno del presidente Alejandro


Toledo se eligen por votación popular los 25 Gobiernos Regionales que tiene
actualmente el Perú; es decir, que los departamentos se convierten en
regiones y que a partir de ello, tanto las CETARES como el Ministerio de la
Presidencia quedan completamente desactivadas. A partir de las elecciones
municipales y regionales en el año 2002, se inician nuevas reformas para
enrumbar una nueva república descentralista.

Las funciones del Gobierno Central debían ser la de seguridad, Defensa


Nacional, Estabilidad Económica, promoción del desarrollo del empleo, etc.
Al Gobierno regional le tocaba el rol fundamental de promover el desarrollo
mediante grandes proyectos de infraestructura. Además debe ser la
institución impulsora del desarrollo de la región atrayendo a capitales
extranjeros. Finalmente la labor de los Gobiernos Locales debían ser los
servicios y la preocupación por programas sociales, llámese salud,
educación, etc.

Luego con la creación de los Consejos de Coordinación Regional (CCR) y


Consejos de Coordinación Local (CCL), la aprobación de los Presupuestos
Participativos, la creación de organismos de participación.

Luego con la creación de los Consejos de Coordinación Regional (CCR) y


Consejos de Coordinación Local (CCL), la aprobación de los Presupuestos
Participativos, la creación de organismos de participación.

En diciembre del 2007, el Congreso de la República aprobó finalmente la


Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, con lo cual se completa el marco legal del
proceso de descentralización. La importancia de la norma radica en que
ordena la intervención del gobierno nacional en el desarrollo de las políticas
nacionales y sectoriales. Para ello, toma tres decisiones importantes. En
primer lugar, define las competencias exclusivas del Gobierno Nacional y
establece las relaciones de coordinación y cooperación intergubernamental
en cuanto a las competencias compartidas. En segundo lugar, crea el
Consejo de Coordinación Intergubernamental (CCI), cuyas principales
funciones son la coordinación y definición de políticas públicas, y la
supervisión de los avances del proceso de descentralización, estará
presidido por el Presidente del Consejo de Ministros, con la participación de
los Presidentes Regionales y una representación de alcaldes. En tercer
lugar, establece que las competencias compartidas entre los tres niveles de
gobierno serán definidas en las Leyes Orgánicas de los sectores.

El proceso descentralista enfrenta pues un doble desafío. Por un lado, el de


renovar un consenso social y político respecto de su consolidación y
profundización, tarea nada fácil teniendo a un gobierno que más allá del
discurso tiene muy poca voluntad política para hacer avanzar la reforma.
Por otro lado, los gobiernos regionales y municipales necesitan mostrar
resultados concretos de su gestión, ya que la descentralización es un canal
clave para impulsar gobernabilidad, participación, ejercicio de ciudadanía,
formación de una cultura donde predomine el respeto de los derechos y
obligaciones tanto individuales como colectivas, requiriendo una Reforma
del conjunto del Estado y de sus relaciones con el territorio y la sociedad.

Regionalización

En el Perú, la conformación de regiones o regionalización es el proceso aún


en desarrollo al 2008 por el cual se busca la conformación de regiones como
circunscripciones político-administrativas mayores del país, integradas para
instruir Gobiernos Regionales con autonomía económica y política que
permitan descentralizar la acción del Estado.

Primera iniciativa de regionalización


•La primera iniciativa de regionalizacion se dio por don Juan Velasco
Alvarado pero fracaso, luego fue intentada por otros presidentes pero estos
no le dieron la importancia que le dio Alan García quien entre mayo y
diciembre de 1986 fomento foros, seminarios, convenciones y debates
sobre cómo llevar a cabo el proceso y qué regiones crear. El 20 de enero de
1989, el gobierno decretó la regionalización del Perú mediante la división y
fusión de los departamentos pre-existentes. En aquel entonces se crearon
doce regiones:
1 Región Amazonas
2 Región Andrés Avelino Cáceres
3 Región Arequipa
4 Región Chavín
5 Región Grau
6 Región Inka
7 Región José Carlos Mariátegui
8 Región Los Libertadores-Wari
9 Región Lima
10 Región Nor Oriental del Marañón
11 Región Ucayali
12 Región Víctor Raúl Haya de la Torre

Mediante un reférendum realizado el 24 de febrero de 1991, la población


del ex Departamento de San Martín decidió separarse de la Región Víctor
Raúl Haya de La Torre, derogándose su ley de creación el 17 de agosto de
aquel año.

•La premura de este proceso así como los consiguientes problemas


limítrofes originaron problemas que estancaron la iniciativa.

•Durante el gobierno del presidente Alberto Fujimori se anunció la supresión


de las regiones, realizada el 29 de diciembre de 1992, se creó 24 Consejos
Transitorios de Administración Regional (CTAR), instituciones a las que se
transfirió las funciones de los gobiernos regionales y se les dio por
jurisdicción el territorio de los departamentos.

Segunda iniciativa de regionalización


•En 2002, durante el gobierno de Alejandro Toledo, se expedió la Ley de
Bases de Descentralización para dar inicio a un nuevo proceso de
regionalización. Mediante ésta, se ordenó la supresión de los CTAR en enero
de 2003 luego de las elecciones de autoridades para la conformación de
Gobiernos Regionales, los cuales a su vez se encargarían de liderar la
conformación de nuevas regiones. Los Gobiernos Regionales (GR) entonces
formados fueron:

1.Gobierno Regional de Amazonas


2.Gobierno Regional de Ancash
3.Gobierno Regional de Apurímac
4.Gobierno Regional de Arequipa
5.Gobierno Regional de Ayacucho
6.Gobierno Regional de Cajamarca
7.Gobierno Regional del Callao
8.Gobierno Regional del Cusco
9.Gobierno Regional de Huancavelica
10.Gobierno Regional de Huánuco
11.Gobierno Regional de Ica
12.Gobierno Regional de Junín

13.Gobierno Regional de La Libertad


14.Gobierno Regional de Lambayeque
15.Gobierno Regional de Lima
16.Gobierno Regional de Loreto
17.Gobierno Regional de Madre de Dios
18.Gobierno Regional de Moquegua
19.Gobierno Regional de Pasco
20.Gobierno Regional de Piura
21.Gobierno Regional de Puno
22.Gobierno Regional de San Martín
23.Gobierno Regional de Tacna
24.Gobierno Regional de Tumbes
25.Gobierno Regional de Ucayali

Las macro-regiones
•En adelante, los Presidentes Regionales comenzaron a reunirse con el
objeto de comenzar a formular las propuestas para la conformación de
macro-regiones que aglutinarían a varias regiones de manera geográfica.
Una vez listas las 5 propuestas como sigue:
1.Región Norte
2.Region Nor Centro Oriente
3.Región Ica-Huancavelica-Ayacucho
4.Región Cusco-Apurímac
5.Región Arequipa-Puno-Tacna

Se realizó el referéndum 2005, dónde se rechazó todas las propuestas en


todos los departamentos concernientes salvo en el de Arequipa, el único
departamento donde la mayoría votó afirmativamente a la propuesta. A
pesar del sí arequipeño, la conformación de la región concerniente no se
realizó por la negativa de los departamentos Puno y Tacna.
•La Ley de Bases de Regionalización prevé un nuevo plazo de 4 años luego
de cada referéndum para que los Gobiernos Regionales presenten nuevas
propuestas de conformación de macro-regiones hasta que todos los
departamentos de la República hayan formado regiones, sin embargo en la
práctica se reúnen de modo macro-regional cada cierto tiempo para
resolver problemas comunes a las regiones que conforman la macro-región
respectiva, como puede ser, por ejemplo, el tendido de nuevas carreteras
enlazadoras.

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