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ESENCIA Y VIGENCIA DEL CANON EDITORIAL, EN LA EDICION DE TEXTOS Siy1a SeN7. BUENO. itor, corrector, traducorayxpeciita en ese etal RESUMEN En esta época de profundas e irreversibles transformaciones en el circuito de laedicién y la distribucién de libros, y de consiguiente vulgarizacion de la auto- cedicién y prolieracion de la autopublicacién, el conocimiento, dominio y apli- ceacién de los criterios inmanentes al canon editorial recobran vigencia como tuna de las pocas garantias de supervivencia de la figura del editor. Pataness c1ave: canon editorial, modelo de trabajo editorial, canon tipogri- fico, comunicacién escrta, c6digo escrito, eédigo tipografico, papel del editor, negocio editorial, fomento de la cultura, procesos de edicion y produccion de yy produccién, control de calidad editorial, pro- totipografia, diseito grifico, correccion, edicién, estilo editorial, libros de estilo, normalizacién. AnsTRACT. At this time of deep and irreversible changes in the circuits of book publishing and distribution, and the resulting vulgarisation of desktop publishing and self publishing proliferation, the knowledge, command and application of the inner criteria to the publishing canon recover their validity as ‘one of the few survival guarantees of the publiisher’s role. ‘Key wonos: Publishing canon, publishing process model, typography canon, written comunication, written code, typography code, publisher's role, publishing business, culture promotion, publishing and production of printed documents, editing and publishing technologies, publishing quality control, publishing professionals, typography, orthotypography, graphic design, ed printing, publishing style, style books, standardization, Para situar al lector en el tema que nos proponemos tratar tal vez pueda parecer que basta con darle una definicién lana y clara de lo “4 SILVIA SENZ BUENO. que se entiende, en edicién de textos, por canon editorial; que, con decirle que el canon editorial es el acervo de saberes y habilidades, produc- to de siglos de practica editorial y gréfica, que conforma un modelo de trabajo de edicion cuya aplicacién a un texto permite afinar y potenciar su capacidad ‘comunicativa, va a poder captar el concepto en todo su alcance. No es asi. Una definicién tan descontextualizada y aséptica jamas podra transmitir de qué modo el canon editorial establece sus funda- mentos y justifica su perdurabilidad. Por qué pese a que sus propios “inventores” parecen estar olvidndolo (cf. Senz, 2005)— constituye la esencia misma de la edici6n, capaz de dar a la obra editada segiin el arte canénico un valor afadido del que carecera cualquier otra obra dada a luz ptiblica por manos carentes de oficio. Con esa simple definicién resultara imposible entender que, en esta época de profundas ¢ irreversibles transformaciones en el circuito de In edici6n y la distribuci6n de libros’, y de consiguiente implantacion de la autoedicién y proliferacién de la autopublicacién, el conocé miento, dominio y aplicacién de los criterios inmanentes al canon edi- torial es una de las pocas garantias de supervivencia de la figura del editor. Que, en definitiva, la edicién del futuro inmediato apunta, necesariamente, hacia un regreso a sus origenes. 1, ORIGEN Y FUNCION DEL CANON EDITORIAL. ‘Toda sociedad humana ha de ser capaz, para desarrollarse y pro gresar, de generar y aplicar conocimiento nuevo, que, para que se sedimente, se extienda y prolifique, requiere a su ver de métodas de conservaciin perdurables y de formas eficaces de transmisién y difusion. AL “En los limos cineo altos, aproximadamente, la aparicion en la red de diversas empre- sas de autopublicacin, y de utlidades digitales y vances tecnolgicos en los errenos de lt ‘dicion laimpresion, la gestion de derechos, la promocién, la comercializcion, ya gest ¥ busqueda documentales, ha hecho pole que muichos autores puedan publicar x4 obra y Control su rendimiento y difusin facilmente, con tn recurso minimo a intermediarios {agentes lterarios,editores, compaginadores,correctores, dseiadores grificos, publicists, ireros..), mayoresgamancias y costes muy asumibles. Despues de la revolucion que supuso la aparicién de la autoedicién en 1985, que permitiéagilizar y abaratar—y también vulgar za (cL Sikia Senz, 2005, y Jorge de Buen, 2007)~ enormemente el trabajo de edicion € Iimpresion, la Hamat “edicion 20° hace posible que “cualquier persona digitalmente alta: betizaday com acceso a los medios yredes necesrios® pueda no solo diselary compomer x ‘obra, sino generar, difundi y consumir contenidos exeritos o audiovsuales, prescindiendo, {eéricamente -sempre que los duction de ls redes lo permitany no aderecen un suculento neyocio de acceso restringido por pago a determinados contenidos de la intermediacion de los agentes que hasta e fade hoy monopolizaban Ia produccin y emis ce esos mie: ‘mos contenidos" (Rodriguez, 2007) [ESENCIA VVIGENCIA DEI. CANON EDITORIAL EN LA EDICION DE TEXTOS “6 mismo tiempo, el ser humano siempre ha buscado vias de esparci- miento y evasién, que lo abstraigan de la dureza del trabajo diario. Por su riqueza, versatilidad y complejidad, el lenguaje verbal ha sido siempre el repositorio del ingenio humano, el canal que le ha permit do expresar, transmitir y engrandecer, mediante el intercambio, ese ctimulo de saberes y usos estables que denominamos cultura, € incluso dar forma a quimeras y mundos ficticios. Convencionalmente trans- formado en signos tangibles, el lenguaje verbal ha permitido, por medio de la escritura, hacer que toda la creacién humana y social pueda registrarse de manera perdurable ¢ inteligible, En el mundo occidental, el cédigo escrito y los sistemas de reproduccién escrita se transformando y afinando, en buena medida, para agilizar el proceso de escritura y de copia, para facilitar y extender la lectura y para opt mizar la interpretacién del mensaje escrito, Como respuesta a estas necesidades humanas y sociales de evasién, y sobre todo de ereacién, plasmacién, almacenamiento y difusién de con- tenido cultural, surge también la figura polédrica del editor (impresor en su inicios), que combina una faceta eminentemente mercantil, en tanto que cexplota comercialmente la satisfacci6n de estos requerimientos, con otra mas humanista, de mayor alcance social, en tanto que actita como catali- zador de la produccién de nuevo conocimiento y como puente de acce- soa la comprensién y el disfrute de una creacién escrita. Desde su aparicién, como mercader que es en competicién con otros productores ¢ intermediarios, el editor ha necesitado hallar maneras de distinguirse del resto y de atraer la atencién del compra- dor. En virtud de su funci6n de facilitador de la lectura (0 mediador de la comunicaciin escrita) ha tenido asimismo que buscar el modo de garantizar al lector el entendimiento y aprovechamiento del texto impreso. Paso a paso, a lo largo de la historia de la imprenta y la edici6n, el editor ha ido descubriendo y perfeccionando una formula magistral que, combinando ingredientes, técnicas, métodos y proto- colos especificos, le ha permitido elaborar productos particularmen- te apetecibles y satisfactorios con la mayor eficacia posible (esto es, obteniendo el maximo rendimiento productive y comunicativo con la maxima economia de recursos). Esta formula, sujeta a variaciones pero esencialmente inmutable, la conocemos con el nombre de arte edi- torial canénico, 0 canon editorial. 2. INMANENCIA, VARIEDAD Y PERDURABILIDAD DEL. CANON EDITORIAL En la cultura occidental, el canon editorial esta basicamente consti tuido por lo que se denomina canon (0 cédigo) tipogrifico, definible 6 SILVIA SENZ BUENO, como el conjunto de reglas de composicién y disposicién tipograticas (reglas de escritura tipografica) de los elementos de un texto, forjadas durante siglos de practica en las imprentas y las editoriales europeas, ¥ perfeccionadas gracias a los avances tecnol6gicos y a la aplicacién six tematica de criterios de estética y funcionalidad tipograficas y de eficacia ‘comunicatioa, segiin los cuales se toma como formas modélicas de com- posicién y disposicion tipogrifica aquellas mas capaces de guiar la vista en el proceso de lectura, de reducir el esfuerzo perceptivo y cognitivo que realiza el lector, y de reforzar el cédigo escrito potenciando sus cualidades y supliendo sus carencias mediante la adicién de funciones y valores (diacriticos, enfiticos, estructurales...) convencionalmente asignados a las formas y recursos tipogritficos. ‘Como compilacién de una forma de elaboracién especifica de un escrito (la composicién tipogritica) con fines productivos y comercia- les, el canon editorial no s6lo recoge un modelo de escritura tipogri- fica, sino aquellos procedimientos y técnicas que, en cada periodo tec- nolégico ¢ industrial del trabajo de edicién, se han revelado especialmente titiles para lubricar el engranaje de la fabricacion de impresos y para mejorar la calidad y el rendimiento productivos. En este tiempo de crisis en la aplicacién del canon. tipogritico cunde la idea de que la defensa de este saber se sustenta sobre todo en actitudes conservadoras y tradicionalistas, en el desconocimiento de os nuevos imperativos metodologicos que imponen las nuevas tecno- ogias aplicadas a la edici6n, y en simples modas estéticas. Es asi en cier- to modo. A fin de cuentas, parte de los conocimientos y habilidades que conforman el canon editorial estin matizados por los gustos de cada productor de impresos y obedecen a la fluctuacin de corrientes y modas estilisticas. Y qué duda cabe que la idiosinerasia de cada cul- tura escrita (los usos, mecanismos y tradiciones en la lectura y la eseri- tura de cada area lingiiistico-cultural) da lugar a cénones bien distin- tos. No puede negarse, tampoco, que cada nueva revolucin tecnolégica en los procesos de creacién tipografica, edicién y produc- cin, y en los sistemas de difusién de publicaciones, y el acomodo de la industria editorial a nuevos modelos econémicos que conllevan nuevas pricticas empresariales, suponen a su vez sustanciales modificaciones en los métodos de trabajo tipografico y editorial. Y no puede ser de otro modo. Parece que nada se podria objetar, pues, a quienes sostienen que, como cualquier otra convencién formal, el cédigo tipografico puede perfectamente reformularse integramente y acomodarse a nuevos gus tos y necesidades; y que, como trabajo sujeto a los vaivenes de la tec- nologia y los modelos econémicos, la labor editorial no puede fijarse en un modelo permanente. Pero, ciertamente, s6lo lo “parece”, pues, | | ESENCIA VVIGENCIA DEL. CANON EDITORIALEN LA EDICION DE TEXTOS ” como veremos, no todos los fundamentos del canon editorial tienen tun carcter tan subjetivo, variable y efimero. Existen elementos del mode- lo editorial que hallan su razén de seren las propias caractristicas del cédigo CarsaMicnan, HL, VA. Tesix (1909): Las casas del decir, Manual de andliss det dis- curso, Barcelona, Ariel [BSENCIAY VIGENCIA DEL CANON EDITORIAL EN L4 EDICION DE TEXTOS a Cassany, D. (1996): Deseribir el eserbin, = (1996): La cocina de ta escritura, 4. ed., Barcelona, Anagrama, CASTHLLA, J. M. (1996): De la frase al tet, 2." ed, Barcelona, Empiiries. CoLoDRON, V. (2004): “EL territorio de La Mancha: libros, lengua y.. dinero. (Unidad y diversidad del espaiiol en el “espacio comin det libro")", en Cuaderno de Lengua: erinicas personales del idioma espaol, n.* 24, 26 de febrero dde 2004; en: , Dr BUEN, J. (2000): Manual de dsenio eitorial, México D. 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