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Hasta hace unos 20 años se pensaba que las jirafas

(Giraffa camelopardalis) eran animales solitarios que no


llegaban a establecer lazos fuertes con sus congéneres, lo
que sí se había demostrado para otros grandes mamíferos,
como los elefantes.
En un estudio publicado en la revista Mammal Review, el equipo de la bióloga Zoe Muller de la
Universidad de Bristol (Reino Unido) descarta ahora esa idea, demostrando que son animales sociales y
que pasan más del 30 % de su vida en un estado post-reproductivo.
Se ha demostrado que la presencia de hembras en edad post fértil tiene grandes beneficios para la
supervivencia del grupo
Por comparar, otras especies de mamíferos con gran complejidad social, como los elefantes y las orcas
pasan un 23 % y un 35 % de sus vidas respectivamente en este estado posterior a la menopausia.
En estos animales, se ha demostrado que la presencia de hembras postmenopáusicas beneficia a la
supervivencia de su grupo, en lo que se conoce como la hipótesis de la abuela.
Según este planteamiento, las hembras de los mamíferos –humanos incluidos– viven largo tiempo
después de perder su función reproductiva, cambian su rol, y ayudan a las nuevas madres en el cuidado
de sus crías, preservando así sus genes.

Importancia de las ‘abuelas’
La presencia de jirafas en edad post fértil en los grupos estudiados funcionaría, según los autores, de la
misma manera, donde los individuos más ancianos cooperan en la cría colectiva de los más jóvenes.
"Es desconcertante que una especie africana tan grande, emblemática y carismática como las jirafas sea
tan poco estudiada”, comenta Muller, autora principal del artículo. “Este estudio reúne pruebas que
sugieren que son una especie social muy compleja, con sistemas sociales intrincados, comparables a los
de los elefantes, los cetáceos y los chimpancés”, continúa.

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