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Fray Servando Obras y Legados,

Fray Servando cuenta con escritos que se hicieron antes, durante y después de la
guerra de independencia, el más conocido es Carta de un americano al Español e
Historia de la revolución de nueva España

A continuación, narrare una pequeña parte de su carta:


Historia de la revolución de nueva España:

Mientras llega Hidalgo al Saltillo, revolvamos nosotros sobre las provincias de Michoacán, y Jalisco
hoy Nueva Galicia. Estas son aquellas que su primer conquistador Nuño de Guzmán halló tan
pobladas y florecientes, que les impuso el nombre de la mayor España, sino que él mismo,
después de haber asolado la provincia de Pánuco, enviando en millares sus habitantes a vender
por esclavos en las Antillas, arruinó también estas otras mucho mayores, atormentando, matando
y quemando a los reyes, sus vasallos y sus pueblos. El Rey Catzóntzin, que había cedido
voluntariamente su reino de Michoacán y bautizándose, salió a recibirle con gran fiesta, y el tirano
después de crueles tormentos para que descubriese el oro que no tenía, le quemó a fuego lento:
desgracia que tuvieron otros Príncipes y Señores, y se deja entender cual sería la suerte de sus
súbditos. En Jalisco, que tenía lugares de casi siete leguas de población, quemó 800 pueblos,
atormentó a sus caciques, las mujeres mismas obligadas a cargar el equipaje de los Españoles, no
pudiendo llevar igualmente sus criaturas, las arrojaban a perecer por los caminos, las doncellas
que resistían al estupro eran asesinadas, los hombres aperreados, y cortados sus pies, manos y
lenguas, aunque estaban de paz con los Españoles, y hasta los niños a los pechos de sus madres
eran herrados por esclavos. De los mismos 200,000 Mexicanos, que llevó forzados Guzmán para
concurrir a sus horrores, no volvieron 200. Como si esto no bastase, vino después a completar la
desolación aquel otro tirano de Alvarado que había destruido los reyes de Guatemala y Nicaragua,
etc., “porque los Indios, dice Casas en su breve relación, reducidos por fin a la desesperación,
viéndose perecer todos tan cruelmente sin haber dado causa alguna, se alzaron y fueron a los
montes, y mataron muy justa y dignamente algunos Españoles.

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