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Los principios bioéticos son normas que rigen la conducta del profesional ante la vida,
los cuales ayudan a crear un enfoque ante problemas o dilemas que puedan
presentarse al momento del ejercicio médico, y la repercusión de las decisiones
tomadas en el futuro del paciente, actuando justificadamente ante estas situaciones.
Beauchamp y Childress plantearon los principios fundamentales, universalmente
reconocidos en la bioética:
Beneficencia: Se refiere a la obligación de prevenir o aliviar el daño hacer el bien u
otorgar beneficios, deber de ayudar al prójimo por encima de los intereses particulares,
en otras palabras, obrar en función del mayor beneficio posible para el paciente y se
debe procurar el bienestar la persona enferma. (1)
La práctica médica está fundamentada en este principio, ya que se debe asistir a las
personas que lo requieran, buscando el mayor beneficio para el paciente en todo
momento.
No Maleficencia: Este principio es uno de los más antiguos en la medicina
hipocrática: Primum non nocere, es decir, no hacer daño al paciente, es la formulación
negativa del principio de beneficencia que nos obliga a promover el bien. Los
preceptos morales provenientes de este principio son no matar, no inducir sufrimiento,
no causar dolor, no privar de placer, ni discapacidad evitables (2,5).
En tal sentido debemos evaluar el riesgo-beneficio ante los procedimientos,
tratamientos y/o practicas medicas a efectuarse con el paciente, antes de realizarlos y
va de la mano con el principio de beneficencia, en donde tendríamos que velar por
brindar un el mejor trato al paciente.
Autonomía: Este principio es la base para una nueva relación paciente-profesional de
la salud, ya que al paciente se le trata como adulto responsable con la capacidad y el
derecho de decidir entre las opciones presentes, en una determinada situación clínica
(3).
Los pacientes tienen la plena libertad de elegir si someterse a un procedimiento
diagnostico o un tratamiento, una vez que estos sean explicados por el médico
tratante, en caso de los menores de edad, serán sus padres o tutores quienes decidan
por ellos, todo esto será plasmado en el consentimiento informado.
Así mismo debemos recordar que en situación en donde la vida del paciente se
encuentra en riesgo por una decisión personal de no querer un procedimiento o
tratamiento, debemos aplicar los otros principios por encima de este, avisando a
instancias superiores. En caso de estos dilemas serán los principios de beneficencia y
no maleficencia los que deben primar.
Justicia: Este principio está relacionado con la norma moral de dar a cada quien lo
que necesita, de la cual se derivan diversas obligaciones, como realizar una adecuada
distribución de los recursos, proveer a cada paciente de un adecuado nivel de
atención, y disponer de los recursos indispensables para garantizar una apropiada
atención de salud. (4)
Los pacientes deben ser tratados por igual ante situaciones médicas, sin importar su
condición, religión o política; siendo de este modo igualitario el trato para todos y se
deben de poner a disposición de los pacientes los recursos necesarios para su
atención.
Los principios bioéticos si deben ser aplicados en los pacientes con enfermedad
terminal, aunque en algunos casos son vulnerados siendo la no maleficencia el más
obviado en estos casos, debido a la ocultación de información, lo cual en algunos
casos no permite tomar una decisión adecuada, y la justicia el cual conlleva al acceso
del derecho de cuidados paliativos, esto a fin de evitar la ortotanasia.
En estos casos de pacientes terminales tienen un punto de vista con respecto a los
cuidados intensivos, en donde los pacientes son apoyados con equipos médicos de
soporte vital los cuales prolongan la vida de manera artificial en algunos casos, esto
debe ser evaluado a fin de evitar el encarnizamiento terapéutico innecesario.
Caso clínico:
Sobre el caso clínico presentado; la familia se niega a la realización del procedimiento,
en este caso están haciendo uso de su autonomía; sin embargo ante el peligro de
poner en riesgo la vida del menor, amparado en el código deodontologico y médico y
las leyes que rigen en el país, el médico debe hacer caso a los principios de
beneficencia y justicia, los cuales buscan el bienestar del menor ante toda situación y
la accesibilidad a los servicios de salud sin importar las condiciones; cabe señalar que
el medico actuó en base a estos criterios ya que el fin primordial de la practica medica
es salvar la vida al paciente y brindar las condiciones y tratamientos oportunos
adecuados.