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lo. llegar al punto i “fs que lejos de ser helerogsnecr. guard una estrecho serie de doce interesantes una de las cuales trata con al mismo dominio espiritu, sin des- ls vevice ke nie hasta ooo oe de nuestro origen, de la : sonidos, colores, tiem- steer la familia y el iaeaos Presente edicién, que es la Primera aparecida en espafiol. ee Pee cierto la fundamental qua los lectores han de brin- a lal ihe ile ro. etc., , COMO no nos extrafard la No nos extrafia el éxito resonante ha alcanzado esta obra en toda als JI. VON UEXKULL BIBLIOTECA DE CULTURA CARTAS mi esposa, Gudrun BIOLOGICAS n. Coulise de Schwerin-Schwerinsburg. k i A UNA DAMA EMPRESA EOITORA ZIG-ZAG CARTA PRIMERA. — SONIDOS SENORA: El mundo que nos rodea esta Ileno de los més variados objetos, y para saber algo de ellos nos parece lo mas natural atacarlos inmedia- tamente. Mordemos una manzana para saber si es dulce. Nos sentamos en una silla para saber si es cémoda. Cortamos las hojas de un libro para saber lo que dice. Diariamente acrecentamos con expe- tiencias nuevas nuestro conocimiento, y de aqui in- ferimos con seguridad que sin la experiencia nada Sabriamos de los objetos. Partiendo de esta conviccién, las ciencias lla- madas experimentales — a las que pertenecen prin- cipalmente las ciencias naturales — se han dedica- do a investigar los objetos de la naturaleza en tor- no. Sus cultivadores no abrigan duda alguna de que van por el buen camino, cercando con todos los recursos de la observacién y la experimentacién el enigma que la naturaleza nos presenta en estos objetos. Esperan conseguir un dfa la solucién del misterio césmico, merced a la experiencia, cada vex més ampliada y refinada. ¥ esa solucién consistira en el descubrimiento de Ins supremas leyes natura- 10 J. Vow Usxxtn ee les de que dependen todos los objetos de la natura- Jeza, y, en ultimo término, nosotros mismos como ‘objetos de la naturaleza. Por el conocimiento mas Profundo de nuestro cerebro y de los procesos quimicos ¥ fisicos que se ‘esarrollan en é1, esperan los naturalistas averi- ®uar no sdlo las modificaciones perceptibles que se verifican en nuestro cuerpo, sino también los sen- tides mismos — nuestros pensamientos y senti- Mmientos —, demostrando que dependen de unas cuantas leyes naturales claras. A este impetu arrollador de las ciencias natu- Tales, que pretenden comprender el mundo hasta en sus ultimos elementos, merced a Jas leyes natu- Tales, tomadas de la experiencia, ha dado Kant el) alto, hace ya ciento cincuenta afios, planteando la. cuestién: ;Cémo se produce la experiencia? Mostré Kant, con incomparable genialidad, que hacer riencia es preciso que tenga- mos ya en nosotros 108 condiciones pre- merced a Ins cuales es Ia experiencia e. Logré hallar clertas leyes de nuestro espiritu, que anteceden a toda experiencia, y que son mucho mas importantes y fundamentales que todas las Te. yes naturales formuladas por los naturalistas. Han pasado ciento cincuenta aifios, Los pensa- mientos de Kant han influido repetidas veces en las investigaciones de las ciencias naturales. Pero han sido siempre expulsados como un cuerpo ex- trafio que contradijera toda Ia corriente espiritual de la época. Los brillantes descubrimientos de In quimica y Ia fisica parecian dar la razdn a los que ® Cantas Brovoarcas 4 uma Dawa i aren esperaban lograr el conocimiento del mundo exclu- sivamente por Ja via de la experiencia externa so- bre Los objetos. é La aparicién del darwinismo fortificd la con- viccién general de que Jas leyes de la vida no son sino derivaciones de las leyes fisico-quimicas, La vida misma fué considerada como un proceso qui- mico-mecanico, Pero en contraposicién a esta fe ingenua en la fuerza omnipotente de la experiencia externa, se ha desarrollado en. los wiltimos decenios la biol: moderna, Kan! ide, ante todo, In investigacién de las condiciones Ge toda experiencia. La experiencia supone un sujeto que la hace yun objeto sobre el cual es hecha, Bien se com- Prende que el menospreclo del suieto por las clen- clas experimentales haya sumido cada yez mas es- Ciencias en hy brar- se. Pues el conocimiento del sujeto es mucho mds “importante que.el conocimiento del objeto, a no ser que se admita que el objeto, como tal, pasa al suje- to. Pero de esto no cabe ni hablar. Las relaciones entre sujeto y objeto descansan siempre en accio- nes que parten del objeto y tocan los érganos sen- Soriales del sujeto, En los érganos sensoriales, estas acciones, sean fisicas © quimicas, se transforman en excitaciones nerviosas. Los érganos sensoriales de todos los seres vi- ¥os, que como sujetos se colocan frente a un objeto, son apropiados para la recepeién de un grupo de- terminado de acciones que se Jlaman estimulos, Las cualidades del objeto que envian estimulos llé- 2 Vow Urxxout. nofas. Desde luego, se claramen- teque mismo objeto se ofrece a dos sujetos que Posean diversos érganos sensorlales, las cualidades del objeto que hacen de notas tienen que ser dis- tas para cada sujeto. Por lo tanto, las experien- de las das sujetos, aunque referidas al mismo et han de contradecirse necesariamente, pues- que el objeto posee diferentes cualidades cada sujeto, 5 La funcién de los érganos sensoriales consiste hacer accesible al sujeto un grupo mis o menos amplio de estimulos del mundo exterior, yen apa- gar todas las demds acciones. Pero los estimulos no acceden directamente al Sujeto, sino que se con- vierten en excitaciones nerviosas. La excitacién es Un fendmeno inexplicado todavia, pero que parece Ser el mismo en todos los nervios, Segtin esto, todos Jos estimulos, por diferente que sea su indole, se transforman por de pronto en el mismo Proceso fl- slolégico. Las diferencias que existen entre los timulos no subsisten sino por cuanto producen la misma exci! nen diversos nervios. Los nervios alslados canducen Ja excitaclén a diversos centros que, en su mayoria, son células gangliares. El con- hervio y su centro se llama = Kinte del ¥ se persona ner- Las personas nerviosas de los Organos senso- rlales estén en multiples relaciones con Jas perso- nas nerviosas de los érganos efectores, musculos y glindulas. Estas relaciones forman el aparato di- rector del cuerpo en todos los animales, Merced a esta disposicién se consigue determ!- har lz maquina del cuerpo a diversos actos, que en- api Cartas Brouéarcas A uwa Dama 13 tonces se Haman reflejos o actos reflejos. Llamase arco reflejo al conjunto del aparato sensorial, apa- rato director y efector, conjunto que entra en ac- tividad al verificarse un reflejo. Distintas notas pueden disparar distintos re- flejos. Distintos sujetos pueden verificar distintos actos, bien porque sean distintas las notas que ac- ceden a ellos por medio de distintos estimulos, bien porque, slendo iguales las notas que acceden a ellos por iguales estimulos, sean distintos en cada sujeto, no sdélo los 6rganos sensoriales, sino tam- bién los érganos directores, aun cuando sean igua- les los Grganos efectores. ‘Si somos nosotros mismos los sujetos que estan frente al objeto, respondemos en algunos casos con reflejos; por ejemplo: ido cuando un cuerpo se acerca rapidamente a nuestros ojos. Pero la mayorin de las‘veces respondemos con una sen- sacién a un estimulo que llega a uno de‘nuestros érganos sensoriales. Si, por ejemplo, una vibracién del aire con de- terminada longitud de onda hiere nuestro ofdo, y éste transforma el estimulo en una excitacién ner- viosa. que llega hasta la persona nerviosa en el ce- rebro, tenemos una sensacién sonora completa- mente determinada. El proceso entero es una expe- riencia. ,Qué parte de ella pertenece al objeto y ‘cudl al sujeto? Evidentemente, al objeto que la produce sdélo pertenece la vibracién del aire. Para convertirse emi la experiencia es preciso que exista el oido del sujeto, con su aparato nervioso y su ca- pacidad de sensacién; de lo contrario, el proceso, cuando mas, se reduciria a un reflejo. Orane interme. Persons (Tranéformeder) serviesa. Gdjeie. ‘Aleh. Figura 1% Interpretamos la sensacién sonora saci a vibe mismos y consideréndola como ae os eto. Esta. propiedad se ha convertido pa- osotros en nota. Por consiguiente, la posibili- rimentar un sonido 1 le. ; de Ja actividad fisfoldgica del 1 cu sino tam la actividad ¥ bién sujeto. Ogica del espiritu procesos corporales pueden representarse fécilmente (fig. 1a). Tomemos A). , Por ejem campana. De este objeto parte la teinee weit que en nuestro ofdo interno, lor seecmante, Se transforma en la cxcitarlie nee Se-unt paren na nerviosa determinada. Por eso, este ae pu Mamarse resonador ° feanstor Bader, Pero Ja excitacién de la persona ee acompafiada de um& sensacién so- ; de lo contrario habria, si, modificaciones fi- sicas en el mundo exterior y proce: en nuestro cuerpo, pero no Zee mos tieloléeicos 3 Cartas Brouéorcas A uwa’ DAMA 18 Para la experiencia del sonido se requiere, an- te todo, Ia sensacién sonora. Esta, aunque latente, debe existir ya en el su! to antes de que se produz- ca ln encia. Gracias a ella es ible la ri niente usted representarse une sensacién de sonido, Pronto se convenceré de que és, precisa- mente, eso que solemos lamar un elemento. Sin @uda, puede ser mis fuerte o mis débil, es decir, puede variat de intensidad. Pero su cualidad es 2 go invariable e indivisible. No puede decirse nada Bias sobre ella. Pero produzcamos dos sonidos. No solo obtendremos dos sensaciones separadas, que nada tlenen que ver wna con otra, sino qué en sé guida sabremos que un sonido es mis alto que otro; nes se hacen muy estrechas cuando se produce un acorde entre los sonidos o cuando los sonidos for- man una disonancia. A medida que s¢ afaden nue- vos sonidos, estas relaciones van haciéndose més ricas, y nos damos cuenta, con asombro, de que todas estas sensaciones elementales, tan sustan- tivas e Independientes, pertenecen a una suerte de comunidad o. parentela, que las comprende y somete todas a leyes perfectamente determinadas. ‘Las leyes de afinidad que unen las sensaciones sonoras estan por completo fuera del espacio, Asi, el acorde de tres notas es una figura regular; pero las tres notas de que se compone no estan una al lado de otra, si bien pueden distinguirse una de La distincién de os sonidos en altos y bajos no

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