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CASO PRÁCTICO

En el caso de producció n de bienes, la GCO implica que tanto el diseñ o, como la

producció n y la venta, la calidad de los materiales utilizados y los procesos

seguidos se ajustan a unos patrones de calidad establecidos con antelació n.

Algunas veces este patró n viene definido por la ley; por ejemplo, la legislació n

relativa a la seguridad y materiales empleados en la fabricació n de juguetes, o la

legislació n que regula las emisiones contaminantes de los coches. La importancia

otorgada durante los ú ltimos añ os al control de calidad es una respuesta a la

competencia japonesa basada en la calidad. Sin embargo, fue un asesor econó mico

estadounidense, W. Edwards Deming, el que señ aló que «el consumidor es la parte

má s importante de la línea productiva», y el que enseñ ó a los japoneses los

distintos métodos de control de calidad. Otro estadounidense, Joseph Juran,

también desempeñ ó un papel crucial a la hora de promocionar la idea de vigilar la

calidad y crear métodos de control. El entusiasmo creado en torno a la idea de una

GCO durante la década de 1980 ha tenido como primer efecto el que las empresas

tengan entre uno de sus objetivos prioritarios el control de calidad, y en segundo

lugar ha conseguido eliminar el liderazgo en calidad de las empresas japonesas. En

efecto, un reciente estudio realizado por las universidades de Boston y Waseda, en

Tokio, y del Instituto Europeo de Administració n de Empresas, demuestra que

algunas compañ ías estadounidenses superan en calidad a empresas japonesas.

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