muchas cosas, se preocupaba por los sombreros, los zapatos, por las nubes, por la lluvia y así la lista sigue, sus padres intentaban tranquilizarlo por las noches, no te pasará nada, son cosas que solo suceden en tu imaginación, pero Ramón aun así seguía preocupado.
Un día pasó la noche en casa de su abuelita, pero
estaba tan preocupado que no podía conciliar el sueño, se sintió un poco tonto y se levantó a contárselo a su abuelita.
La abuelita le comento que cuando ella tenía su edad
también se preocupaba por muchas cosas, pero por suerte tenía unos muñequitos que aliviaban su pesar, los quitapesares, le contó que a estos muñequitos podría contarle todas sus preocupaciones antes de dormir y colocarlos debajo de su almohada, así podría dormir mejor y ellos lo cuidaría y se preocuparían por él.