Está en la página 1de 1

El niño observará constantemente y aprenderá según el ejemplo trasmitido por parte del

adulto, pues no es suficiente decirle al niño que no mienta o no robe si lo que observa son
esos comportamientos de quien lo está educando. El niño entenderá que robar, mentir o
agredir es malo, pero aun así lo hará, ya que es lo que está observando en el medio que lo
rodea. Para que un adulto pueda educar correctamente a los niños, necesita integridad, la
cual es la relación entre lo que dice y hace, para que no exista una contradicción. El niño
siempre estará observando atento al adulto, y ese comportamiento lo imitará y lo realizará
en todas las facetas de su vida.
Esta idea fue demostrada por Bandura por medio del experimento el muñeco con forma de
payaso llamado “bobo”, en donde demuestra que los niños no sólo aprenden al recibir
recompensas o castigos, sino que también pueden aprender por observación. Los niños
aprender por modelos o imitación del comportamiento adulto, por lo que si el docente,
adulto o padre desea trasmitir de forma precisa conocimientos éticos, morales, autonomía o
responsabilidad, deberá actuar de la misma forma. Un adulto con ética demostrará al niño
como debe actuar, y siempre deberá ser congruente entre la enseñanza verbal y la forma en
que se comporta diariamente.
El docente o adulto debe guiar en el proceso de aprendizaje al niño, no obligando a que
aprenda un contenido de memoria o una guía de cómo ser un buen ciudadano, sino
permitiéndole que participe de forma activa en diversas actividades de índole ético y de
responsabilidad por medio del juego, esto permitirá que poco a poco el niño pueda
interiorizar el conocimiento, apropiarlo entenderlo y ponerlo en práctica cando la situación
lo requiera. Este tipo de método no generará un aprendizaje condicionado, sino que
resaltara el altruismo y empatía, para que actúe no desde el miedo al castigo sino desde el
amor al prójimo.

También podría gustarte