Relatoría: Transmitir la Empresa y un Psicoanalista.
Mariana Aguirre Chavarría.
Abril 11 de 2021.
Entendiendo la transmisión de la empresa como el hecho de que el dirigente renuncie
de manera parcial o incluso total a la dirección de su compañía puede resultar bastante difícil, no solo a para la estabilidad económica sino para la estabilidad de la persona. Frecuentemente, el empresario crea una relación psicológica fuerte con su empresa, por lo cual, la sucesión de la firma esta ligada a un ideal del yo con respecto a los posibles candidatos a asumir la responsabilidad. Ahora bien, esta situación puede ser perjudicial para los trabajadores, la toma de decisiones y los proyectos de la empresa.
Por tanto, es necesario aprender a separarse de la empresa, combatir el narcisismo que
no permite desprender el funcionamiento de la compañía de los objetivos propios para poder cumplir los objetivos reales de la misma. De modo que, para llevar a cabo la transición de la empresa, es necesario crecer, salir de la ilusión del poder y perfección. Con el fin de escuchar diferentes opiniones antes de determinar lo que se tiene que hacer, tener en cuenta la capacidad que tienen lo otros y el dirigente para opinar, aceptar puntos de vista y recomendaciones. Es decir, fortalecer el trabajo en equipo y el compromiso de las personas que conforman la empresa.
Algo realmente importante desde mi perspectiva consiste En el hecho de desprenderse
de la empresa, pero guardar un lugar especial. Dado que es fundamental que el dirigente inicial de una empresa es una piedra angular para el funcionamiento de la misma. Es decir, es necesario desprenderse de la empresa de manera personal, dejar de relacionarse psíquicamente con ella. Pero es necesario conservar una figura de fundador que permita tener un pasado conocido, una base de la historia empresaria, es decir mantener la memoria de la compañía aceptando que la dirección y el control pueden estar en manos de alguien más con capacidades diferentes, pero apto para seguir impulsando la empresa. Finalmente, con respecto al último capitulo es un poco difícil comprender el papel del psicoanalista dentro de la empresa. Sin embargo, según la distinción del autor de que el psicoanalista no debe ser un asesor gerencial, entiendo que debe referirse en mayor medida a las relaciones interpersonales de la empresa o el proyecto personal de los empleados. Entonces, el psicoanalista estudia las diferentes situaciones individuales, desde un contexto empresarial. Supongo que se podría decir que fuera de dar diagnósticos, debe buscar un análisis profundo que permita una relación interpersonal lo bastante sana que permita el pleno desarrollo de las labores institucionales, es en cierto sentido un soporte para la conexión de los proyectos individuales.