Está en la página 1de 1

El recurso de la ley, a la costumbre y a la equidad: A falta de voluntad determinable, los

redactores del código civil incitan al juez a acudir a la ley, a la costumbre y a la


equidad. El acudimiento a la ley, se hace porque se presume que las partes, al guardar
silencio, han querido referirse a las disposiciones legales supletorias. La costumbre
esta considerada también como una regla supletoria a la que se presume que se han
referido tácticamente las partes: los artículos 1159 y 1160 del código civil no apelan a
ella sino a titulo subsidiario, cuando la voluntad de las partes no sea determinable.
Según los principales clásicos de interpretación, el juez debe intentar descubrir la
voluntad de las partes directamente por el propio contrato; a falta de ello, por las
circunstancias que lo hayan acompañado; o acudir además a la ley supletoria o a la
costumbre, porque se presume que corresponden a la voluntad tacita de los
contratantes. Por lo tanto, tan solo en último extremo y como recurso final, a falta de
una voluntad determinable, de una ley o de una costumbre supletoria, el juez deberá
acudir a la equidad.

Límites del poder soberano de los jueces: Los jueces del fondo no tienen el derecho de
modificar las obligaciones tal como han sido concretadas claramente en el contrato.
Incluso si esas obligaciones parecen rigurosas, el juez no puede dispensar a una de las
partes de cumplirlas. Al negarse a hacer que el contrato produzca sus efectos, el juez
no cometería un error de interpretación, sino que violaría el principio legal del efecto
obligatorio del contrato. Por medio de un alguacil, por medio de una entrega amigable,
por vía postal, notificación a personas o domicilio.

También podría gustarte