LOS NUMEROS ANTES DE ENTRE DESPUES DE 100 101 238.945 238.947 5.001.349 999.999 500.000 681.999 8.999.799 2.CONTESTA LAS PREGUNTAS TOMANDO EN CUENTA LOS PRECIOS DE CADA PORCIÓN DE FRUTA: - ¿Cuáles son las porciones de frutas que están al mismo precio? - ¿Cuál porción de fruta es la de mayor valor? - ¿Cuál es la porción de fruta por la que se debe pagar menos? - ¿Cuáles son las porciones de frutas más económicas que la de piña? - ¿Qué valen dos porciones de patilla? - ¿Qué cuestan 26 porciones de banano? - Si Camila compra una porción de cada fruta ¿Cuánto dinero debe pagar? - Si Camila pago las porciones de fruta con un billete de $5.000 ¿Cuánto recibió de vueltas? 3. Organiza de forma horizontal las siguientes operaciones, resuélvelas y luego escribe en letras el resultado de cada operación. 5.986 X 4 9.753 X 32 789.567 + 537.283 654.820 - 309.675 ACTIVITY IN CLASS TRADUCE AL INGLES LAS SIGUIENTES ORACIONES ❖ ESTE ES UN GATO ❖ LA MARIPOSA ES DE COLORES ❖ LA BALLENA ES GRANDE ❖ LA MANZANA ES ROJA ❖ LAS UVAS SON PEQUEÑAS ❖ ANDRES ES MI SOBRINO ❖ EL CUADERNO ES AMARILLO ❖ LA REGLA ES LARGA ❖ MI HERMANO Y MI HERMANA SON PEQUEÑOS CASTELLANO COPIA EN EL CUADERNO Y APRENDE LOS SIGUIENTES TRABALENGUAS TRABALENGUAS EL CLORO NO ACLARA LA CARA DEL LORO CON ARO DE ORO. PERO EL CLORO ACLARA EL ARO DE ORO EN LA CARA DEL LORO.
EL PERRO DE SAN ROQUE
NO TIENE RABO PORQUE RAMÓN RAMIREZ SE LO HA CORTADO. Y AL PERRO DE RAMÓN RAMIREZ ¿QUIEN EL RABO LE HA CORTADO? ETICA Copia en el cuaderno EL VALOR DE LA DISCIPLINA La disciplina es la capacidad de las personas para poner en práctica una serie de principios relativos al orden y la constancia tanto para la ejecución de tareas y actividades cotidianas como en sus vidas en general. La disciplina nos enseña a acatar las normas, el autocontrol, la responsabilidad y la autoridad. Para ser disciplinados debemos ser ordenados con nuestros hábitos, involucrarnos y tener compromiso con lo que vamos a hacer. Lee la siguiente historia escribe con tus palabras el resumen, realiza el dibujo y escribe la enseñanza que te dejo. Zach El karateca Zach era el más aventajado de los alumnos del curso de karate más prestigioso de la ciudad. No había nada que se le resistiera, entrenaba diario y siempre se prestaba voluntario para lo que hiciera falta. Y cuando alguno de sus compañeros necesitaba ayuda ahí estaba Zach para echarle una mano. Todos admiraban a Zach. Nunca antes había pasado por el curso un alumno tan comprometido y tan motivado. Y nunca ningún otro había conseguido tantos trofeos, en los torneos locales o regionales. Zach estaba a punto de convertirse en el primero de su ciudad en competir a nivel nacional. Estaba muy emocionado, así que empezó a entrenar todavía más, incluso de noche. Su maestro y sus compañeros pudieron ver los cambios. Zach era cada vez más fuerte y más resistente y también más hábil. Sin embargo, entrenaba tanto que ya no tenía tiempo para ayudar a sus compañeros y muchas veces prefería seguir el entrenamiento por su cuenta, porque iba mucho más adelantado que los demás. Llegó la semana del torneo nacional. Se había entrenado tanto que estaba convencido de que se llevaría la medalla de oro. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió. Quedó en cuarto lugar. El maestro le felicito, pues era el primer novato que alcanzaba un puesto tan alto en su primera competición en varias décadas. Los entrenamientos siguieron, pero Zach no cambio la manera de entrenar. Estaba convencido de que si seguía haciéndolo conseguiría ganar el siguiente campeonato. Se acercaba el final de curso y el maestro recordó a todos los alumnos que la entrega de insignias se realizaría en pocas semanas. Todos estaban muy emocionados. Las insignias que entregaba el profesor eran un premio al reconocimiento de su trabajo y esfuerzo. Sólo los alumnos que de verdad se lo merecían recibían una. La insignia de más valor era la roja, seguida de la naranja, la azul y la amarilla. El maestro solo había entregado una insignia roja una vez, y de eso hacía ya mucho tiempo. Y sólo Zach había recibido la insignia naranja. Zach estaba seguro de que este año recibiría la insignia roja. Sin embargo, recibió la insignia naranja otra vez. Además, su compañera Lidia recibió una insignia naranja también. ¿ No me he merecido la insignia roja esta vez, maestro? Preguntó Zach, sorprendido. Todavía no, Zach, dijo el maestro. ¿Es por no haber conseguido una medalla en el campeonato nacional? Pregunto Zach. Precisamente tu excelente trabajo para competir en este campeonato es el motivo por el que sigues conservando la insignia naranja, dijo el maestro. ¿Puedo preguntar porque Lidia también tiene una insignia naranja, profesor? pregunto Zach. Ella no ha competido ni una sola vez este año. Lidia ha tenido un problema de salud y hemos considerado que era mejor esperar para competir, dijo el maestro. Pero a seguido entrenando y, desde que tú empezaste a entrenar para el Campeonato nacional, ella ha estado ayudándome en los entrenamientos, sin faltar a uno solo, y ha demostrado ser un alumna disciplinada y dispuesta a ayudar en todo momento. Y, a pesar de no haber competido, ha estado en todas las competiciones ayudando y animando a sus compañeros. Siento no haber estado ahí, dijo Zach. Está bien esforzarse para ser lo mejor que uno puede ser, dijo el maestro, pero eso no significa que tengas que dejar de lado todo lo demás. A partir de ese día Zach empezó a combinar su nuevo entrenamiento con las clases habituales. Descubrió que ayudando a los demás se aprende mucho, no sólo sobre lo que enseñas, sino sobre ti mismo. En la siguiente competición nacional no consiguió la medalla de oro, aunque si la de bronce. Pero lo que más valoro Zach fue conseguir la ansiada insignia roja de su maestro de karate, que era el verdadero reconocimiento a su esfuerzo. Eva María Rodríguez