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CONSTRUCCIONES DE LA ALTERIDAD

EN LA CAUTIVA DE ESTEBAN
ECHEVERRÍA

CONSTRUCTIONS OF ALTERITY EN LA CAUTIVA


FROM ESTEBAN ECHEVERRÍA

Myriam Merchán Barros*

* Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Facultad de Comunicación, Lingüística y Literatura,


Quito, Ecuador (mmerchan@puce.edu.ec).
Revista PUCE.ISSN 1390-7719.Núm. 103. 3 de mayo de 2016-
3 de noviembre de 2016. Myriam Merchán Barros PP. 519-543

CONSTRUCCIONES DE LA ALTERIDAD
EN LA CAUTIVA DE ESTEBAN
ECHEVERRÍA

CONSTRUCTIONS OF ALTERITY EN LA CAUTIVA


FROM ESTEBAN ECHEVERRÍA

Myriam Merchán Barros

PALABRAS CLAVE: Alteridad, sensorium, conocimiento, identidad, paisaje social


y simbólico.
KEY WORDS: Alterity, sensorium, knowledge, identity, social and symbolic
landscape.

RESUMEN
Las expresiones culturales y ar- desde los preceptos de la “civilización”;
tísticas del s. XIX son importantes para en la etapa de la organización de los
entender el desarrollo de temas y pro- Estados nacionales donde interactúan
blemas que serían reescritos en las le- el liberalismo ideológico en el ámbito
tras de los siglos XX y XXI; entre ellos, político y el romanticismo en el arte se
el tema de la identidad de las naciones escribe La cautiva, poema de Esteban
latinoamericanas continúa pertinente. Echeverría.
La función política de las letras del s. XIX Proponemos reflexionar sobre las
formó y cimentó afectividades que se temáticas de cómo y a quién represen-
manifestarían en la organización y esta- tar: el desierto, los indios y la mujer, rela-
bilización de la vida civil conociéndola cionados con el dilema civilizatorio que
y comprendiéndola para organizarla en nos invita a discernir sobre dónde sitúa
los ámbitos sociopolíticos y culturales, la barbarie el poema La cautiva.

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ABSTRACT La literatura no surge en el vacío,


Cultural and artistic expressions sino en el seno de un conjunto
of the XIXth century are important for de  discursos vivos con los que
understanding the development of is- comparte muchas características.
sues and problems that would be re- No es casualidad que a lo largo de
written in the literature of the XX and XXI la historia sus fronteras hayan sido
centuries; including the issue of identity cambiantes. (Todorov, 2007: 16).
of Latin American nations that remains
relevant. The political function of litera- La expresión “política de la lite-
ture from the XIXth century formed and ratura” implica que la literatura
established affectivities that manifest hace política en tanto literatura.
themselves in the organization and sta- Supone que no hay que pregun-
bilization of civilian life by knowing and tarse si los escritores deben hacer
understanding it to be organized in so- política o dedicarse en cambio a la
cio-political and cultural fields, from the pureza de su arte, sino que dicha
precepts of “civilization”; at the stage of pureza misma tiene que ver con la
the organization of national states where política. Supone que hay un lazo
ideological liberalism interacts in poli- esencial entre la política como for-
tics and romanticism in art in which was ma práctica definida del arte de
written the poem La cautiva by Esteban escribir. (Rancière, 2011: 15)
Echeverria.
We propose to analyze the issues Todo acto de conocer trae un
of how and who to represent: the desert, mundo a la mano. (Matura-
the Indians, and the women, related to na, 2003: 13)
the civilizing dilemma that invites us to
discern where barbarism is found in the Narrar y poetizar la nación entre la
poem La cautiva. memoria y el olvido
Las propuestas actuales sobre el
análisis de las letras en el s. XIX nos recuer-
dan la necesidad de considerar el paisaje
social y simbólico en el cual se conforma-
ron los Estados nacionales en América La-
tina; este trabajo se propone analizar las
relaciones de alteridad que confrontan ci-
vilización y barbarie que se desarrollan en

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el poema La cautiva de Esteban Echeve- identidad: …el fenómeno nacional no


rría. Hemos elegido reflexionar sobre las puede ser correctamente analizado sin
temáticas de cómo y a quién representar: tomar en cuenta y con mucho cuidado,
el desierto, los indios y la mujer, relacio- la invención de la tradición. …lo esencial
nados con el dilema civilizatorio que nos de una nación se encuentra en el hecho
invita a discernir sobre dónde se sitúa la que todos sus individuos comparten su
barbarie en el poema La cautiva.   patrimonio común, pero también en el
En América Latina, las repúblicas hecho que todos hayan olvidado mu-
–en su proceso de configuración– ne- chas otras cosas:
cesitaron ser narradas o poetizadas para
identificarse como una nación: “Después El olvido y yo diría que, hasta
de ganar la independencia, los criollos el error histórico, son un factor
volcaron sus esperanzas hacia conquis- esencial en la creación de una
tas internas” (Sommer, 2004: 31), que nación, de modo que el pro-
les permitieran pasar a reconocerse a sí greso de los estudios históricos
mismos y diferenciar-se de los “otros”, en es a menudo un peligro para la
un ámbito cargado de un “Romanticis- nacionalidad. La investigación
mo heroico que […] se caracteriza por histórica, en efecto, proyecta luz
su desconocimiento a lo aborigen, su sobre hechos de violencia que
negación a la etapa colonial y una con- ocurrieron en los orígenes de
cepción de lo nacional acorde con el todas las formaciones políticas,
surgimiento de los Estados Nacionales.” incluso aquellas cuyas conse-
(García Yépez y Rodríguez Rojas, sf.) Los cuencias han sido más beneficio-
escritores intervenían activamente en la sas. La unidad se hace siempre
vida pública y se comprometían con la de modo brutal. [Ernest Renan.
acción política, necesitaban comprender ¿Qué es una nación?]  (Pecchi-
y organizar la sociedad civil; la literatura nenda, 2000: 60)
configuró imaginarios en el proceso de
formación del ciudadano como agente La función política de las letras del
de civilización  -para ciertas élites-, esta- s. XIX formó y cimentó afectividades que
bleció acciones fundacionales donde la se manifestarían en la organización y es-
imaginación  tenía como objetivo con- tabilización de la vida civil conociéndola
ferir forma y sentido a una subjetividad y comprendiéndola para organizarla en
“nacional” desde el autoconocimiento los ámbitos sociopolíticos y culturales,
que demandaba la construcción de la desde los preceptos de la “civilización”:

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…formar al ciudadano, al agen- pertenecen a la región latinoame-


te civil y civilizado de las nue- ricana. (Pecchinenda, 2000: 59)
vas repúblicas…Es así como el
hombre de letras, además de Echeverría se involucró con el
estar creando una incipiente li- desarrollo de la idea fundamental de
teratura nacional, reflexionaba nación; con el proyecto de la formación
y participaba activamente en la de una conciencia nacional, fue el líder
formulación de ideas y proyec- de la “Joven Generación”, planteó un li-
tos constitucionales, legislativos, beralismo moderno, fue un visionario y
educacionales, etc., como otra consiguió transformar el sensorium de
manera de contribuir a la cons- su época desde algunas líneas de fuga:
trucción de las nuevas repúbli- introducción del romanticismo europeo
cas. (Osorio, 2000: 43)   en Hispanoamérica, inauguración de la
literatura nacional moderna al incorporar
Estudiar las expresiones cultura- temas locales, aunque no haya alcanzado
les y artísticas del s. XIX es importante a asumir su realidad en toda su compleji-
para entender el desarrollo de temas y dad : “…con la incorporación del paisaje
problemas que serían reescritos en las de la pampa que llama <<el desierto>>-,
letras de los siglos XX y XXI, especial- el enfrentamiento entre criollos e indios
mente si consideramos que la reflexión y la naturaleza salvaje, la temática na-
sobre el tema de la identidad de las na- cional se hace centro de la obra.[…]En
ciones latinoamericanas continúa sien- Echeverría se ilustra con bastante pro-
do pertinente: piedad la manera nacional  específica
en que el romanticismo se manifiesta
A través de la idea de la nación, en América… (Osorio 2000, 42)  como lo
que en el fondo es una innova- propone Osorio-, donde interactúan el
ción histórica bastante nueva, liberalismo ideológico en el ámbito polí-
se puede comprender mejor la tico y el romanticismo en el arte,  estuvo
importancia crucial de la relación acentuada por el interés de los valores
entre “memorias” y “tradiciones propios, pues los proyectos de integra-
inventadas” en el proceso de ción continental se habían disuelto en
construcción de los Estados mo- guerras civiles, enfrentamientos entre
dernos, sobre todo por lo que se caudillos, que dieron como resultado
refiere a los más jóvenes, como el desgobierno que señalaba el camino
son seguramente todos los que hacia la anarquía y que produjo como

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resultado luchas caudillistas, guerras in- lectura esencialmente referida a su poe-


ternas,  (Osorio 2000, 40)  y descontento ma protagónico inicial además de poner
manifiesto contra el despotismo. bajo la consideración de la opinión pú-
La cautiva, calificada como un blica en general el grado de su conoci-
relato en verso, aparece en un contexto miento certificado –todas las referencias
socio-político complejo: en 1833, Rosas que utiliza, las relaciones de transtextua-
había emprendido la Campaña, su expe- lidad que desarrolla para evidenciar la
dición al desierto para eliminar el “pro- episteme que fundamentaba su posición
blema del indio” y con ello, la barbarie; se frente al arte: su designio es “pintar algu-
había propuesto imponer la “civilización”; nos rasgos de la fisonomía poética del
el dictador afirmaba que había conse- Desierto” –sería importante recordar que
guido su objetivo, pero, aunque murie- “…en el siglo XIX lo que estaba más allá
ron miles de indios pampas, “el proble- de la frontera suponía una amenaza pero
ma” persistía: también encerraba un deseo de apropia-
ción, de incorporación, era una zona ci-
El concepto de “civilización”, es vilizable”  (Rodríguez 2010)-;  se propuso
de data reciente, fue utilizado situar en el Desierto  a “dos almas ideales”
por los franceses en el siglo XVI- unidas por el vínculo del amor infortu-
II para oponerlo al de “barbarie”; nado; declaró que  la poesía entraba en
tal como lo define Huntington el dominio de lo posible, presentaba  la
(1997): “la civilización es el agru- energía de la pasión: “Para los primeros
pamiento cultural más elevado y románticos: […] el arte sigue siendo
el grado más amplio de identidad conocimiento del mundo. La única no-
cultural que tienen las personas vedad, de haberla, es su juicio de valor
[…] son el nosotros más gran- sobre los diferentes modos de conoci-
de…”(García Yépez and Rodrí- miento. Aquel al que se accede por la vía
guez Rojas, sf: 48). del arte les parece superior al de la cien-
cia”. (Todorov, 2007: 67) Echeverría critica
Este poema es el primero de la la poesía “facticia” de ideas altisonantes y
antología Rimas, donde además de La follaje pomposo, las voces “campanudas”
cautiva, encontramos Himno al dolor, Al que se usan para referirse a “nimiedades”;
corazón y Canciones.  (Echeverría, Rimas es contrario a los oradores “gerundios”
1984) La edición cuenta con una adver- y a las poetas sin alma, pues la función
tencia, paratexto que devela la poética de la verdadera poesía es representar
romántica de Echeverría, una clave de lo bello“<<La finalidad del verdadero

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arte no es imitar la naturaleza, sino crear y la expresión más elevada de nuestras


belleza>>” señalaba Winckelman  (Todo- ideas dominantes… sentimientos, pasio-
rov, 2007: 72)-; propone imágenes que nes e intereses sociales.” (Jitrik 1967, 23)
relacionan al poeta con las prácticas –la Declara también que el verdadero poeta
techne-  de otros campos artísticos que idealiza, busca sustituir las imperfeccio-
tiene como fin conseguir lo bello: “La be- nes de la realidad, tratar sobre la belleza
lleza se define como aquello que, en el física y moral que interrelaciona ideas,
plano funcional, no tiene un fin práctico, afectos y acciones: “La belleza en sí no
y a la vez como aquello que, en el plano es un concepto ni objetivo (que pueda
estructural, se organiza con el rigor de un establecerse gracias a indicios materia-
cosmos.” (Todorov, 2007: 50) Reivindica la les) ni subjetivo, es decir, que dependa
originalidad en la poesía: no se limitará del juicio arbitrario de cada quien; es in-
a adecuarse a un patrón dado, no cree tersubjetiva y por lo tanto, pertenece a
en la poesía como acción mecánica que la comunidad humana.” (Todorov, 2007:
demuestra la carencia de la “facultad ge- 70-71) No le interesa “cuadrar la forma
neratriz”, ya que así solo produciría una normal”, se propone buscar la realización
poesía falsa, destinada exclusivamente de su pensamiento, arrebatar y mover
para los sentidos; pedestre, pues adole- con sus palabras; reivindica lo romántico
ce de sencillez prosaica, copia lo vulgar en lo estético, en la libertad, se empeña
y no puede ver lo poético esencial, hace en dejar rastro en el corazón y el en-
gala en verso y rima, pero se vacía de tendimiento; elige los octosílabos pues
significado; esto da pie a la convicción lo apasionan; sostiene que la poesía se
que la poesía miente y exagera; Echeve- completa únicamente con el ritmo pues
rría declara su aversión a las preceptivas armoniza la inspiración que ayuda a ajus-
neoclásicas que pretenden catalogar: no tarse a los movimientos de los afectos:
hay que seguir moldes conocidos ni imi-
tar modelos, la poesía real ni miente, ni El metro, o mejor, el ritmo es la
exagera, es lo más íntimo que produce música por medio de la cual la
la inteligencia, está asida al pensamien- poesía cautiva los sentidos y obra
to, no necesita de calificaciones arbitra- con más eficacia en el alma. Ora
rias:  “Preciso es que  (la poesía) aparezca vago, pausado, remeda el reposo
revestida de un carácter propio y origi- o las cavilaciones de la melanco-
nal, que  reflejando los colores de la na- lía; ya sonoro y veloz, la tormenta
turaleza, física que nos rodea, sea a la vez de los afectos; con una disonan-
un cuadro vivo de nuestras costumbres, cia hiere, con una armonía hechi-

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za; y hace, como dice Schlegel, Es importante mantenernos


fluctuar el ánimo entre el recuer- atentos  para no caer en la tentación
do y la esperanza, pareando o al- de las certidumbres que limitan nuestra
ternando sus rimas. El diestro ta- aprehensión -lecturabilidad– del mun-
ñedor modula con él en todos los do, pues nuestras certidumbres impe-
tonos del sentimiento, y se eleva dirían que  nos percatemos de su com-
al sublime concierto del entusias- plejidad, que no puede ser únicamente
mo y de la pasión. (Echeverría, El nuestro mundo construido desde los
matadero. La cautiva. 1990, 120) prejuicios que producen las certidum-
bres absolutas.
El poeta tiene consciencia de su
poder y al mismo tiempo, de su respon- El escritor es el arqueólogo  o el
sabilidad; “el conocimiento del conoci- teólogo que hace hablar a los tes-
miento obliga”, nos recuerdan Maturana tigos mudos de la historia común.
y Varela (Maturana 2003, 163), “todo ha- ...Es el de desplegar un nuevo
cer es conocer y todo conocer es hacer”: régimen de adecuación entre el
significante de las palabras y la
...predomina en La cautiva la visibilidad de las cosas, el de ha-
energía de la pasión manifiesta cer aparecer el universo de la rea-
por actos; y por otra, el interno lidad prosaica como un inmenso
afán de su propia actividad, que tejido de signos que lleva escrita
poco a poco consume, y al cabo la historia de una era, de una civi-
aniquila de un golpe, como el lización o de una sociedad.  (Ran-
rayo, su débil existencia. cière. 2011: 32).

La marcha y término de todas las La mujer, subalterna en un espacio


pasiones intensas, se realicen o “otro”
no, es idéntica. ...porque el estado Henríquez Ureña señala que La
verdaderamente apasionado es cautiva tiene versos con sonidos opa-
estado febril y anormal, en el cual cos, que no hay magia en las imágenes,
no puede nuestra frágil naturale- que es simple, pero con limpieza de
za permanecer mucho tiempo, y trato, representa el espíritu del tiempo
que debe necesariamente hacer -Zeitgeist- y considera las voces de los
crisis. (Echeverría, El matadero. La pueblos –Stimmen der Völker- (Ureña,
cautiva. 1990, 117-118) 2014: 174)  Nuestra lectura se ha fijado

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también en el trabajo minucioso para las mujeres de la “tribu aleve” no pueden


conformar el poema: Echeverría ha cons- controlar en sus compañeros y que forta-
truido hipálages, metonimias, metáforas, lece los rasgos de inhumanidad.  
símiles, enumeraciones con gradación, 3.ª El puñal, con un epígrafe de
hipérboles, oxímora, utiliza el  hipérba- Calderón, anuncia muerte a manos de
ton, las preguntas retóricas, apóstrofes crueles bárbaros, pero también la her-
líricos, diálogos transtextuales para es- mosura y la valentía que salva, María nos
tructurar el poema en  9 “partes” o cantos recordará la dignidad de Lucrecia frente
y un epílogo -cada uno con un título y al último rey etrusco, incluso la posibili-
epígrafes que pueden conformar otra dad del suicidio si el destino se vuelve
historia por sí mismos, pues nos remiten contrario y no le permite salvarse junto
a la formación que define las elecciones a su esposo.  
estéticas que ha asumido el poeta sobre 4.ª La alborada presenta un epí-
el romanticismo europeo, pero también grafe de Manzoni que relaciona los muer-
sobre el renacimiento y sus referente tos y la sangre que cubre la planicie, los
clásicos –recupera a Platón en la ideali- protagonistas de la matanza son ahora
zación de la Belleza, en la búsqueda de lo los cristianos, cuyos “fieros cuchillos/ de-
esencial; a Aristóteles y su propuesta de güellan, degüellan, sin sentir horror”, una
mímesis que incorpora el carácter ana- venganza inexorable que se transforma
gógico del arte-: en perfidia, en miasma para la naturaleza
1.ª parte, El desierto, el epígrafe que tiñe la hierba con sangre hedionda y
de Hugo alude al espacio natural y a la recuerda la hybris de los criollos.
determinación de emprender un camino 5.ª El pajonal, nuevamente el epí-
inicial, el motivo del viaje implica el mo- grafe corresponde a Dante quien nos
tivo del conocimiento externo y el auto- recuerda que el ánimo cansado nutre y
conocimiento, el encuentro e interacción conforta: María salva a Brian, el dolor está
en las relaciones de alteridad, las pruebas, presente, se focaliza en los héroes, pero
los peligros, el desarrollo de la perseve- cuentan con el piadoso cielo como alia-
rancia y por supuesto, el regreso al punto do que alivia sus tormentos.
de partida como punto de llegada que 6.ª La espera, con un epígrafe de
descubrimos en la madurez sensata.   Moreto, anuncia la extensión de las horas
2.ª El festín, su epígrafe es de Dan- del deseo, la fuerza del amor que es fe
te y remite al tumulto altisonante, la ira, inspirada, religión, esperanza, fuente in-
las palabras de dolor, la transformación agotable que confía en el nuevo día y en
deshumanizadora desde el alcohol que su salvación.

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7.ª La quemazón, con un epígrafe el lugar de la muerte de María crece un


de Lamartine invita a contemplar cómo ombú cuya sombra espanta a los indios,
se extiende la llama que reduce los “pas- refresca a los caminantes, constituye el
tales”, los cardos, los pajonales y animales lugar de encuentro de dos luces que
a ceniza como si el día del juicio final hu- eternizan el amor de los esposos, que
biese llegado. nos recuerdan su trascendencia por me-
8.ª Brian, con un epígrafe de An- dio de la poesía y en apariencia, la cruz
tar alude a la victoria y la fama que se han que está en su base, se constituye en un
logrado gracias a la espada, representa el signo apotropaico frente a los “bárbaros
héroe paradigmático, que aunque debi- infieles”. Finalmente encontramos las
litado en su confrontación con los indios, notas que contienen la explicación de
añora el kalós thánatos, la bella muerte las palabras “autóctonas”, siete, que se
que le permitiría morir defendiendo a su han utilizado en el poema, y que la voz
patria, envuelto en su bandera, haciendo poética considera que necesita explicar,
sagrada su muerte. porque las conoce.
9.ª María, con dos epígrafes, uno Echeverría elige a Byron para
anónimo que enfatiza la extinción de la el epígrafe inicial que contextualiza y
esperanza y el crecimiento del tormento, engloba el poema, califica el corazón de
y el segundo de Petrarca que refiere la la mujer como suelo genial, fértil para
belleza de la muerte en un rostro bello, generar los sentimientos más amables,
estos  nos remiten también al motivo del siempre dispuesta –como la Samarita-
kalós thánatos para María, ideal propio na- a ofrecer vino y aceite; nos encontra-
de los héroes que han conseguido cum- mos frente a la afirmación de un poeta
plir su areté guerrera, … y ella lo merece, romántico que rompió esquemas, no
es la recompensa a su perseverante es- únicamente formales en su propuesta
fuerzo y renuncia para salvar la vida de poética. Curiosamente, la Samaritana
su esposo, para asumir la acción y el es- nos remite al Nuevo Testamento, la mu-
pacio público como su espacio natural, jer a quien Cristo pide agua y a quien Él
siempre y cuando tuviese una razón para se le revela como agua de vida. El vino
vivir, alguien a quien amar. y el aceite nos remiten al amor, a la co-
El epílogo tiene un epígrafe en el munión y a la unción, a la interacción
que Lamartine interrelaciona la luz y el entre lo espiritual y la alegría propia de la
alma de quienes murieron, la voz poéti- sensatez, pero también se abre la posibi-
ca asegura la trascendencia de la pareja lidad de considerarlos como dones otor-
criolla, incorpora un mito etiológico: en gados a los seres humanos: Dionisos, la

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euforia y el consuelo del vino y Atenea, por el contrato sexual en el que se defini-
el olivo que recuerda la perseverante y rían las relaciones de hombres y mujeres,
paciente sensatez reflexiva. El poema de nuevo, a través de sus cuerpos, pero
menciona varias cautivas, pero nomina en una relación de subordinación de los
únicamente a María, que se libera del primeros sobre las segundas.” (Loayza
cautiverio de los indios gracias a su deci- 2006, 931) Sommer refiere el sensorium
sión, su esfuerzo y su voluntad; pero no del siglo XIX sobre las mujeres:
del cautiverio de su amor, que señala sus
responsabilidades, le permite descubrir Alberdi hizo más que inventar
su fortaleza, y por supuesto, su incapaci- lemas; los explicó y los comentó
dad de vivir sin él. En el epílogo de Elvira hasta la saciedad en programas
o la novia del Plata, Echeverría ha citado prácticos destinados a incremen-
a Wordsworth: This said that some have tar hasta la saciedad la población,
died for love. (Jitrik, 1967) Pero, ¿María no solo por medio de una política
es acaso asumida como una subalterna de inmigración por la que pasa-
en el sentido que propone Gramsci?: ría a la posteridad, sino mediante
“[un grupo no simplemente oprimido] matrimonios entre los industrio-
sino carente de autonomía, sujeto a la sos anglosajones y el “ejército”
influencia o hegemonía de otro grupo de hermosas mujeres argentinas,
social, que no posee su propia posición eminentemente equipado para
hegemónica.” (Bhabba, 2002: 81) Loayza la campaña eugenésica de “me-
advierte que ni los hombres ni las mu- jorar” la estirpe local e “ineficiente”
jeres de La cautiva subvierten el orden, de los españoles. … Esto contri-
pues sostiene que la intencionalidad de buyó a resolver la problemática
Echeverría era “representar un tipo de legitimidad del hombre blanco
mujer distinta a los modelos clásicos y en el Nuevo Mundo, ahora que
socialmente aceptados; redefiniendo al los ilegítimos conquistadores
sujeto femenino en función a los reque- habían sido expulsados, Sin una
rimientos que precisa la nueva nación genealogía apropiada para arrai-
argentina en su proceso de imaginación, garlos en la Tierra, los criollos se
delimitación y construcción. (Loayza, veían obligados a sentar los de-
2006: 924). Menciona –utilizando el con- rechos conyugales y después
cepto propuesto por Carole Pateman- paternos, estableciendo así una
que, para las mujeres el contrato sexual pertenencia más generativa que
es la base del contrato social: “Es recién genealógica. Debían ganarse el

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corazón y el cuerpo de Améri- ría en toda su magnitud -incluso la que


ca para fundarla y reproducirse supera la concepción de su autor-crea-
como hombres cultivados. Para dor–; podríamos recurrir a Showalter,
ser legítimo, su amor debía ser quien nos remite a este cuestionamien-
correspondido; si los padres da- to de Shosana Feldman: ¿es suficiente
ban el primer paso, las madres ser una mujer para hablar como mujer?
debían recibirlo de manera favo- ¿”Hablar como una mujer” está determi-
rable. (Sommer, 2004: 32). nado  por alguna condición biológica o
por alguna posición estratégica o teórica,
En la cautiva encontramos a Ma- por la anatomía o por la cultura? (Culler,
ría, la única mujer que es nominada y 1999: 48).  La voz poética recuerda el do-
¿tal vez por ello?- con derecho a hacer lor de María, su heroísmo, su fortaleza “va-
escuchar su voz, es un personaje femeni- ronil” a pesar de su juventud y su belleza,
no dispuesto al crimen para defender su insiste en su soledad: “Y no hubo humana
honor; al  suicidio desde la dignidad que criatura/ que te ayudase a sentir”, pero la
caracteriza sus acciones y decisiones, al poesía lo hará, consagrará su dolorosa
sacrificio -hacer sagrada– su vida por su muerte, la protegerá del olvido, se asegu-
esposo, su hijo, su  patria, pero no está rará de mencionar la trascendencia de su
dispuesta a sufrir la indignidad, ni la falta alma, la virgen poesía le asegurará el kléos
de sentido en su vida, ni la aceptación pa- de Cypariso, le tejerá  una corona de ci-
siva de la inexorable confrontación entre prés y conseguirá que admiren y veneren
las dos etnias que no se reconocen como su nombre; la poesía puede asegurar su
“otros legítimos”. Conservando las distan- memoria y trascender el olvido, María ha
cias pertinentes, hacemos referencia a las realizado ya una katábasis al inframundo
valerosas elecciones de Antígona, a la so- -el desierto-  donde ha debido  eliminar
lemne dignidad de Ifigenia, posiblemen- a quienes atentaban contra su digni-
te a la perspicacia y recursos de Medea dad.  Habría que recordar  que el viaje al
que le permitían medir las situaciones inframundo es la máxima prueba a la que
adversas y encontrar metis a inteligencia puede enfrentarse un héroe -en el Asno
recursiva-  para resolverlas. Pero, cómo de oro de Apuleyo encontramos la ka-
leemos las palabras de María, si perde- tábasis de Psyque y la superación de las
mos las alusiones a las mujeres trágicas pruebas que harían posible su reencuen-
helenas: posiblemente no alcanzaríamos tro con Eros-, también podríamos no per-
a leer las elecciones, las reflexiones, los te- der la alusión a Alcestes, quien decidió
mores, las acciones y las palabras de Ma- morir voluntariamente por su esposo Ad-

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meto, dio su vida para que las moiras no cia revela un intervalo, una divi-
tomaran aún la de él, pero fue restituida sión dentro de la mujer o de cual-
al mundo de los vivos por Heracles que quier sujeto lector y la experiencia
descendió al Hades y rescató a Alcestes de ese sujeto. (Culler, 1999: 61)
que representa la fortaleza, la entereza-.
Nosotros asumimos que es im- La literatura es indisolublemen-
portante no conocer única y exclusiva- te una ciencia de la sociedad
mente las dimensiones de subalteridad y la creación de una mitología
de María en una sociedad en la que “la nueva. A partir de eso se define
mujer, que nos introduce en la situación la identidad de una poética y de
humana y que al principio nos parece una política. El nuevo régimen de
responsable de todas esas desventajas significación que destituye de sus
de esa situación, carga por todos noso- privilegios a la voluntad de signi-
tros con un deber pre racional de res- ficar y la palabra en acto define
ponsabilidad culpable ya para siempre también una distancia por rela-
después (sic).” (Dorothy Dinnerstein. The ción a la escena político demo-
Mermaid and the Minotaur: 234.) (Culler, crática.  (Rancière, 2011: 39)
1999: 529).  Hemos intentado desarro-
llar una lectura de mujer incluyendo las
alusiones clásicas, para conseguir un El Desierto, un espacio de encuentro
sistema textual más amplio, que no esté con la subalteridad del otro
limitado por la visión que producen los El desierto juega un papel prota-
conceptos que ha producido la autori- gónico en la parte primera del poema,
dad del hombre: 180 versos. El epígrafe elegido es de Víc-
tor Hugo, de su poema Mazzepa (Eche-
Para una mujer leer como una verría, Rimas 1984, 85), contiene una re-
mujer no es repetir una identidad ferencia a la acción, a la determinación
o una experiencia ya dada sino de ir y adentrarse en un gran espacio
representar un papel que cons- ignoto, tan grande, que se convierte en
truye con referencia a su identi- un reto, o se lo conquista o se sucumbe
dad como mujer, que también ha en él:
sido construida de manera que la
serie puede continuar: una mujer Alberdi y Sarmiento coincidieron,
leyendo como una mujer leyendo esta vez, en la necesidad de po-
como una mujer. La no coinciden- blar el desierto, de hacerlo desa-

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