Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
tiempo, la mujer perdida por Ra- una lapidaria fórmula próxima al los impulsos del último movi-
sero la noche en que muere Ma- laconismo? Podría ser una solu- miento que desafió a la Razón. ¿O
dame de Pompadour y la mujer ción, pero entonces la novela no será que la Historia es un eterno
reencontrada por el narrador dos- existiría. Rasero pertenece al tipo retorno a lo mismo? *
cientos años después. También se de novelas que, como Palinuro de
concreta en el juego del presenti- México o Noticias del Imperio, pre-
miento del otro: Rasero poco a tenden vencer al mal con el mal
poco descubre que existe gracias mismo. Pero, a diferencia de Del CHRISTOPHER DoMÍNGUEz
a, a través de y en su demiurgo, de Paso, Francisco Rebolledo no en- M I C HA E L
la misma manera que éste poco a carna el exceso en una materia
poco se desliza hacia la obsesión verbal de hiperbólicas excrecen-
de habitar a su personaje. Una cias: su lenguaje es llano, eficaz, y LOS RAROS, SIEMPRE
gran tentación, que no supo evi- se limita a ser el vehículo de su
tar Francisco Rebolledo, era ex- propósito narrativo.
plicitar el juego literario en una Si buscáramos precisar el diag-
historia anecdótica de trasmuta- nóstico que establece Francisco
ción casi propia de un thriller. Rebolledo acerca del siglo de las
Sucede al final de la novela, a Luces, la sentencia final resultaría Bm
propósito de una herencia inespe- inferior a la reconstrucción de los
rada, y constituye a mi juicio la síntomas de la enfermedad. Lo La muerte de un instalador, de Álvaro
mayor falla del desarrollo narrati- importante no está en desmentir Enrigue, Joaquín Mortiz, México, 1996,
vo. Todo iba bien cuando el artifi- el sueño de la razón, sino en revi- 163 pp.
cio literario regía a un tiempo la virlo en su doble vertiente de en- El topógrafo y la tarántula, de Patri-
reconstrucción del pasado y su soñación y pesadilla. Los juicios cia Laurent Kullick, Libros de la Man-
crítica soterrada, pero la inter- históricos que subyacen a la nove- cuspia, Monterrey, 1996,68 pp.
vención explícita del narrador se la no son novedosos ni originales.
T
antoja un innecesario afán de Desde diversas ópticas de análisis, Todos los fines de siglo
protagonismo, un engolosina- se han denunciado los límites del se parecen”, escribió
miento trivial, incluso ingenuo, conocimiento y, sobre todo, su in- Joris Karl Huysmans,
que sabotea la filigrana tejida has- debida explotación en aras del po- asombrado ante las bodas ne-
ta entonces. der, de intereses bélicos y expan- gras del positivismo y la magia, la
Pese a su ímpetu enciclopedis- sionistas o, simplemente, a causa Ciencia y las locuras de lo oculto.
ta, totalitario en cierto sentido, de una intrínseca imbecilidad hu- Cien años después de esa senten-
Rasero es ante todo una novela mana que debe revolcar a Rousse- cia los vigesémicos estamos a pun-
que le apuesta a la singularidad de au de risa o de espanto en las ti- to de convertirnos en hombres del
los destinos y comparte la convic- nieblas de su tumba. La proeza de siglo pasado; vacilantes y pertur-
ción de Lytton Strachey según la la novela reside en la imaginación bados, algunos nos preguntamos si
cual “los seres humanos no son narrativa que cumple una estrate- estaremos a la altura de ese espíri-
meros síntomas del pasado”. Por- gia crítica, como si cada uno de tu finsecular que los ancestros
que cuenta los excesos de la pa- los ladrillos que poco a poco re- consagraron al culto de la deca-
sión por el conocimiento, Rasero construyen el castillo de la Razón dencia.
es una novela excedida. A lo lar- contuviera una pequeña bomba No soy el primer crítico en ad-
go de la lectura y hasta en el lec- de tiempo. vertir que La muerte de un instala-
tor más resistente, surge la misma Tal vez los últimos y más radi- dor, de Alvaro Enrigue (Ciudad
duda que despiertan las novelas cales críticos de la Razón hayan de México, 1969) es una secuela
de Fernando del Paso: ¿una poda sido los surrealistas, porque su re- de A rebours, de Huysmans. La
no hubiera contribuido a fortale- beldía arrojó la discusión más allá mejor traducción al español es la
cer el tronco de la novela? Y si- de los fueros estrictamente histó- de Guillermo Cabrera Infante:
multáneamente, la misma obje- ricos y filosóficos, para instalarla Contranatura. Esta obra para de-
ción suspende la duda: ¿cómo en el meollo de la vida. Rasero votos del Mal, que ya leía Dorian
determinar lo prescindible y lo dista de ser un descendiente de la Gray en 1891, cuenta la vida se-
imprescindible en lo que consti- estirpe surrealista, pero algo de su pulcral del dandy Des Esseintes,
tuye la carne y el esqueleto del poder visionario, de su amor loco príncipe del artificio. Y en L a
monstruoso cuerpo de la novela? por Mariana, de su pasión por la muerte de un instalador, Enrigue