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José Luis Villacañas Berlanga, mente” (p. 25).

Y aquí el populismo es
Populismo, Madrid, La Huerta Grande, aprendiz de Carl Schmitt. En efecto, el
2015, 131 pp. pueblo, como “sujeto” y espacio de ac-
ción política, es constituido por el tre-
¿Qué es el populismo? ¿Cuáles son mendo poder formador de la distinción
sus rasgos y de dónde viene su fuerza amigo/enemigo. Esta distinción puede
irresistible y desconcertante? Lo que ser a la vez una operación sustantiva
el último libro de José Luis Villacañas, y una distinción puramente formal, o
Populismo, pone al desnudo no es una más bien, como muy bien comprendió
forma política que estalle aquí y allá, Schmitt, es una distinción formal que es
de un lado y otro del océano, azarosa- capaz de elaborar una “sustancia” o una
mente, como una irrupción milagrosa, y forma que opera como tal. Esta división
cuyas semejanzas estructurales puedan mantiene la cohesión populista frente a
agruparse bajo una categoría que pare- un enemigo interno: los enemigos del
cía en retirada y que vuelve ahora, de pueblo. Pero esta construcción política
manera inexplicable y esta vez para que- no sería efectiva si el suelo del popu-
darse. Lo que este libro pone al desnudo lismo no hubiese sido cuidadosamente
es la terrible continuidad del vacío, del preparado por los regímenes que lo an-
vacío como forma política, del vacío teceden.
neoliberal que prepara las condiciones En efecto, todo régimen populista
para el vacío populista. Lo que muestra tiene una antesalsa que lo hace posible
Villacañas es la continuidad que se esta- y que Villacañas llama “crisis orgáni-
blece entre neoliberalismo y populismo ca”. Un sentido de lo público precario
como consumación del nihilismo polí- o inexistente, vacíos institucionales
tico. Y lo que propone de manera clara que han ido quedando de las prácticas
es lo siguiente: la nada no se elude con ineficientes y corruptas de las castas
la nada. La verdadera respuesta al nihi- dirigentes, políticos que ven la política
lismo político no es el populismo. Es el como una prolongación de sus asuntos
republicanismo. privados, economías extractivas, redis-
Para mostrar el fondo de continui- tribución paupérrima o insuficiente: es-
dad entre neoliberalismo y populismo, tas condiciones han multiplicado en la
Villacañas analiza con cuidado los ras- gente demandas que no son satisfechas.
gos propios del populismo. En primer Y este es, muestra Villacañas, el segun-
lugar, destaca la elaboración de una do rasgo existencial del populsimo, su
fuerza homogénea que deshecha la cate- verdadera materia prima: la demanda no
goría aglutinante de “nación” y se vale satisfecha. Esta es el alma que lo anima.
de la de “pueblo”. Esta formación, que Una vez llegado a este punto, el tra-
prescinde de cualquier origen mítico o bajo analítico de Villacañas podría ha-
histórico, no está dada como fuente de ber desembocado en la conclusión más
homogeneidad disponible. La categoría obvia. Lo más obvio sería decir que el
de “pueblo” debe construirse “política- éxito del populismo se debe a la satis-

ISSN: 1576-4184 253 Res Publica. Revista de Historia de las Ideas Políticas
http://dx.doi.org/10.5209/rev_RPUB.2016.v19.n1.52216 Vol. 19. Núm. 1 (2016): 253-306
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facción de las demandas que sus an- cañas, no es nostálgico ni melancólico.


tecesores no supieron o no quisieron No responde con lamentos al implaca-
atender. Pero el populismo, argumenta ble avance del neoliberalismo. El popu-
Villacañas, no puede operar así. Ningu- lismo es una poderosa fuente de afec-
na demanda puede ser satisfecha porque tos que se contrapone ya no a la aridez
es la demanda insatisfecha la que acti- afectiva de la racionalidad instrumental
va y mantiene la cohesión populista. El propia del capitalismo clásico, sino a
populismo no transforma la demanda la radicalidad de un neoliberalismo pu-
insatisfecha en contento y adhesión por rificado de cualquier razón política, de
gratitud hacia un nuevo Estado. Lo que cualquier lazo afectivo, purificado en-
hace es que desvía la frustración hacia tonces de cualquier vestigio de una rea-
el gozo por la participación en una nue- lidad social.
va hegemonía y hacia la proyección de Así, el populismo “es un aconteci-
“todos” en la figura disponible del líder. miento interno de la modernidad y una
El populismo no hace sino prolongar respuesta a sus dilemas y problemas es-
el vacío político de las formas prepopu- tructurales” (p. 32). El populismo es una
listas, pero con un agravante: el poder respuesta a ese vacío que ya estaba en el
real de la exigencia se desactiva, pues la corazón de la monumental teoría política
gente siente de manera fantasmática que de Thomas Hobbes, un neoliberal avant
sus demandas ya han sido satisfechas. El la lettre. Y es ese nihilismo el que deriva
populismo apaga el fuego insurreccional hacia el populismo, el que deriva tam-
que supo capturar, pero mantiene la ilu- bién de manera inquietante hacia los na-
sión de que una llama está viva, de que cionalismos identitarios, y el que deriva,
algo está en marcha. Villacañas desencu- como antídoto extremo, hacia las formas
bre así la paradoja del populismo: bajo teocráticas, verdadera consumación del
la apariencia insurreccional celebrada en nihilismo político de la modernidad.
las universidades de París, el populismo Villacañas esquiva sin problemas
oculta un espantoso quietismo. la trampa de una defensa dogmática y
El populismo es entonces una má- candorosa de la democracia liberal. Pero
quina de quietud. Mantiene una indivi- evita también -y no todos tienen la mis-
sión hegemónica a partir de la fuerza ma suerte- el patetismo o el cinismo que
de las demandas no satisfechas, pero lo tan fácilmente pueden convertirse en las
hace no satisfaciendo ninguna, dejando damas de compañía de la lucidez.
las cosas tal y como están. La conclu- La reflexión política que encie-
sión es dura. rra este libro ofrece lo que ofrecen las
El fondo vacío del populismo es di- buenas reflexiones políticas: un cierto
fícil de ver, porque el populismo sí ge- poder explicativo que no cierra las sa-
nera afectos reales. El populismo está lidas creativas. Las apuestas teóricas
envuelto por una apariencia de vida, de implícitas en Populismo guardan un alto
energía, de gozo. Es una movilización potencial creativo. Con mucha razón,
real de afectos. Como bien señala Villa- Villacañas señala discretamente a Max

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Weber como una fuente teórica no ago- niendo en jaque al marxismo vulgar o
tada para nosotros hoy. Porque Weber, al marxismo escolástico, planteando la
a la par que despliega sus descripciones necesidad de conjugar marxismo con el
desengañadas, nos ofrece la clave para proyecto político de la Ilustración: Marx
sortear el desafío que supone el avance está en diálogo constante con autores
del proyecto moderno. La clave está en como Immanuel Kant, Jean-Jacques
no dejarse atrapar por la contraposición Rousseau o John Locke. La tesis defen-
entre inteligencia y afectividad, entre dida por Fdez. Liria, con uñas y dientes,
responsabilidad y convicción, entre ins- tanto en la Academia como en entornos
titucionalidad y carisma. Y esta es jus- militantes de izquierda, es que el comu-
tamente la propuesta de Villacañas. La nismo no es un fin en sí mismo, sino
inteligencia, dice bellamente, “es siem- que es un medio para otra cosa, para la
pre afectiva con aquello que reconoce” socialdemocracia, por ejemplo; la lucha
(p. 118). comunista tiene que ir encaminada a la
Que el proyecto moderno tenga otro construcción de un Estado de Derecho,
chance en el republicanismo dependerá para proteger frente a un torbellino neoli-
de la reactivación de la ciudadanía como beral la condición de ciudadanía. Y esta
capacidad analítica y como compromiso obra que presentamos aquí es la última
afectivo que se libere de todo fatalismo consecuencia de esta tarea intelectual
anímico –incluído el fatalismo freudia- y militante de Fdez. Liria que pretende
no. Y aunque, a mi juicio, Villacañas reflexionar, con Gramsci y Althusser,
le concede demasiado a la metafísica sobre la situación y lo que debe decir
freudiana (porque a lo mejor Carl Sch- el marxismo en nuestros días. El autor
mitt no es otra cosa que una reelabora- nos hace la siguiente propuesta: “resca-
ción política de Freud), este libro es una tar a Marx del marxismo”. En esta pelea
muestra y un avance de esa ciudadanía. ideológica entre diferentes tradiciones
Es un libro importante, sobrio, que de- marxistas tendrá vital importancia el
bería ser leído por todos los que, desde concepto de “hegemonía” del autor ita-
un bando o de otro, o desde el bando liano denominado como “el marxista de
cada vez más nutrido de los sin bando, las superestructuras”.
se interesan en la política. La tarea que se propone el autor es
la de señalar qué elementos del pensa-
Andrea Mejía miento marxista (y marxiano) quedaron
obsoletas y cuáles son de la máxima ac-
Carlos Fernández Liria, El marxis- tualidad, a pesar de un pensamiento post-
mo hoy. La herencia de Gramsci y Al- moderno que tuvo determinado éxito en
thusser, Madrid, Bonalletra Alcompas, los ambientes académicos pregonando
141 pp. en las aulas que las categorías marxistas
como “obreros” o “capitalistas” queda-
Carlos Fernández Liria lleva más ron desfasadas o incluso que el discur-
de tres décadas haciéndonos pensar po- so de las clases sociales ya habría sido

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