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De Certeau, Michel “Travel Narratives of the French to Brazil: Sixteenth to Eighteenth Centu-

ries” en Greenblatt, Stephen [comp.], New World Encounters, Berkeley, University of California
Press, 1993, pp. 323-327.

Narrativas de viaje de los franceses a Brasil: siglos XVI al XVIII

Traducción de María Juliana Gandini


Para uso interno de la cátedra “Problemas de Historiografía: Expansión ultra-
marina y cambio sociocultural en la Modernidad Temprana (siglos XV-XVII)”.

Tema

El presente proyecto de investigación se sitúa en la intersección de la


historia y la antropología. Propone analizar un corpus que puede ser conside-
rado, desde la perspectiva de la larga duración, como una serie. Esta investi-
gación continúa un trabajo ya comenzado en el campo de la historia (mentalités
y espiritualidad en los siglos XVI y XVII; posesión demoníaca en el siglo XVII;
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pensamiento y prácticas religiosas en el siglo XVII; Leibniz; políticas y teorías


lingüísticas a fines del siglo XVIII) y de la antropología (posesión; hechicería y
misticismo; el concepto de “cultura popular”; investigaciones conducidas en
Brasil , Chile y Argentina desde 1966; las clases regulares de antropología
histórica y cultural dadas en la Universidad de Paris VII desde 1972; la funda-
ción de DIAL, un centro de información sobre América Latina).
El proyecto aquí presentado se origina a partir de una serie de preguntas
que podrían recibir respuestas a partir de un análisis de la documentación:
1) La información provista por los franceses respecto de los grupos étni-
cos viviendo en Brasil y sobre el propio Brasil en sí durante estos tres siglos de
relaciones con América Latina, cuestiona la relación establecida entre sistemas
de interpretación (aparatos conceptuales, mitologías, redes de análisis, ideas
dominantes, y preguntas) y sus contextos históricos (institucionales, económi-
cos, políticos, sociales, profesionales y religiosos). Al definir el corpus a estu-
diar a través de una bipolaridad geográfica, espero ubicar de forma más senci-
lla las modificaciones que fueron introducidas en las producciones textuales a
raíz de los cambios relativos a las formas de contacto (por ejemplo, entre los
franceses y los tupí), a la situación internacional, al reclutamiento de los “viaje-
ros”, etc., y de este modo estudiar qué elementos afectaron la reproducción de
un género científico y literario que se remonta tanto al itinerarium medieval (fa-
ses e el conocimiento de otro mundo), como a las odiseas antiguas de peregri-
nos, héroes y mercaderes, y cómo ellos producen estos cambios. De esta for-
ma, podemos apreciar el impacto de la historia en una estructura simbólica de
conocimiento: el viaje.
2) Las narraciones de viaje también constituyen laboratorios interdiscipli-
narios en los cuales tanto las categorías de análisis, los conceptos científicos y
los sistemas taxonómicos (que demarcan y clasifican observaciones sobre la
organización social, las formaciones lingüísticas y jurídicas, las tecnologías, los
mitos y leyendas, la geografía y una nueva experiencia sobre el cuerpo), como
también factores biológicos, zoológicos y médicos, pueden entrar en juego e
interactuar. Estas áreas de intercambio y de confrontación científica (dentro del
contexto de la ciencia del momento) son recopilaciones puestas en forma de
narrativas (en un período en el cual nacieron las colecciones de objetos y cu-
riosidades, como la colección escrita de información y conocimiento teorizada,
en forma notable, por Francis Bacon). Por esta razón, estas narrativas son de

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De Certeau, Michel “Travel Narratives of the French to Brazil: Sixteenth to Eighteenth Centu-
ries” en Greenblatt, Stephen [comp.], New World Encounters, Berkeley, University of California
Press, 1993, pp. 323-327.
interés para la historia de la ciencia: en ellas, configuraciones móviles de las
disciplinas en evolución se intersecan, diferencian y se ordenan; en ellas, como
en los archivos, las distintas unidades se definen, lo cual ejercerá sus límites
sobre las ciencias destinadas a expresarlas dentro de sistemas.
3) Como una narración científica, esta literatura se refiere a modos en
los cuales un relato “representa” operaciones técnicas (observaciones, contro-
les, reglas, procedimientos) y sus resultados. Tanto una puesta en escena (fic-
ción, en el significado inglés del término) como un ordenamiento (del discurso)
a la vez, las narrativas de viaje ofrecen al análisis varias combinaciones entre
prácticas de investigación científica (ese ars inveniendi, otra forma de la
búsqueda del methodus, que obsesionaba a autores que iban de Rodolphus
Agricola a Leibniz y Jena-Henri Lambert) y sus configuraciones en un espacio-
tiempo literario. Con el fin de establecer precisamente el estatus de esta escri-
tura científica, voy a investigar: a) la descripción narrativa de una serie de ope-
raciones que caracterizan un estudio (al comparar estos relatos con otras “his-
torias” de descubrimientos eruditos, médicos y químicos, etc.);1 b) el imaginario,
las creencias y las ideologías que una racionalidad postula, produce o critica; c)
la relación de estas representaciones de itinerarios (en las cuales los “trabajos”
de los investigadores/viajeros son expresados a través de “retratos” de socie-
dades visitadas) con los sistemas de configuraciones del período (de este mo-
do las descripciones literarias, las proyecciones cartográficas y las escenas y
figuras grabadas obedecen a las reglas de perspectiva, a la jerarquía de los
tipos de “pinturas”, formando juntos entrelazamientos de escrituras complemen-
tarias).2 ¿Cómo fueron producidas estas ficciones bajo en nombre de narrativas
de viajes, a la vez modelos y representaciones de operaciones científicas? Este
será una preocupación capital.
4) A través de una investigación específica (de las series Francia/Brasil),
me parece posible asir la lenta formación de lo que en 1836 recibirá el nombre
de “etnología”, en otras palabras delinear una arqueología de la etnología, y
mostrar cómo la ciencia del hombre se vuelve algo independiente, se modifica,
y especificada entre la ruptura del renacimiento y el fin de la ilustración. La de-
finición sucesiva de una diferencia étnica o de una “superstición”, la progresiva
elaboración de los conceptos de “fábula” o de “mito”, las distinciones entre lo
escrito y lo oral requerirán especial atención.3 Estos puntos involucran tanto
elementos estratégicos de la cultura Occidental como presentan clasificaciones
que refieren a las divisiones sociales que organizan el conocimiento, o a la in-
versa, que son divisiones que estructuraron la agencia de la ciencia.
5) Finalmente, dado que estos relatos se incluyen en la categoría más
general de la ciencia de los Otros o “heterología”, es importante preguntarse,
empezando por las fuentes del Brasil en particular o de la confrontación de do-
cumentos diferentes: a) cómo la especificidad de otra sociedad, por ejemplo, la
de la sociedad Tupí, resistió las codificaciones occidentales; b) cómo fueron
utilizados los fragmentos de una historicidad propia de otras sociedades (con
relaciones notablemente diferentes respecto al tiempo, el espacio, etc.), ele-
mentos capaces de inscribir estas sociedades dentro de la duración, de la me-
moria, y de un espacio propios; c) cómo, en el texto de un proyecto etnográfico,
originado inicialmente con el fin de reducir y preservar, aparecen detalles irre-
ductibles (sonidos, “palabras”, singularidades), son insinuados como faltas en
el discurso de la comprensión. Así la narrativa de viaje presenta el tipo de or-
ganización que Freud proponía para el lenguaje ordinario: un sistema en el cual

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los índices de un inconsciente, ese Otro de la conciencia, emergieran en la
forma de lapsus u ocurrencias.4 La historia de los viajes se presta específica-
mente a este análisis al tolerar o privilegiar como un “evento” el cual constituye
una excepción a los códigos interpretativos. Al hacerlo, constituiría solamente
una variable de formas más contemporáneas de viajes heterológicos.

Constitución del corpus

Fundamentalmente, el material del corpus será provisto por varios traba-


jos de referencia.5 Mi investigación se apoya sólo en las narrativas de viajeros y
no (a excepción de aquellos textos inaccesible de otra forma), en los innumera-
bles recueils o histories génerales des voyages que intentan, como compilacio-
nes y antologías, repetir el antiguo modelo cosmográfico o constituir una totali-
zación de tipo enciclopédico.6 La propuesta de investigación se extenderá así
desde el viaje de Paulmier de Gonneville (1504) hasta los viajes de Alexander
Humboldt (1799-1804): aunque este último autor no era francés, sus textos
serán explorados en tanto marcan una ruptura en la concepción de la explora-
ción etnológica. En Francia, esta misma división se delinea en los trabajos de
Démeunire (1776), Volney (1975), Dégérando (1800), y Jauffret (1803) en etno-
logía,7 y también en la nueva definición dada a la “antropología” (por ejemplo,
en la Anthropologie ou sciencie génerale de l’homme, de A. C. Chavannes de
1788).
Dado que esta investigación analiza la relación entre el encuentro de
hecho de una sociedad diferente (que se convertiría en el “terreno”, al final del
siglo XVIII) y un tipo de discurso (la narrativa), privilegiaré aquellos textos que
tratan sobre los grupos étnicos indios, aún si su progresiva desaparición y so-
breposición con colonos, mestizos y mulatos en las observations de los viajeros
(y cómo pudo haber sido de otra forma esto, considerando las mezclas raciales
características de la colonización portuguesa y la hecatombe demográfica traí-
da por los europeos), me impiden limitar el corpus a los textos que sólo hablan
de los indios. Agregaré que, durante los diferentes períodos de investigación
que tuve en América Latina a partir de 1966, presté especial atención a los ves-
tigios de las culturas indias presentes y a la situación actual de estos grupos.8
De forma similar, sería necesario investigar las relaciones entre las na-
rrativas de viaje y “filósofos” (por ejemplo, Jean de Léry y Montaigne, Bougenvi-
lle y Diderot), matemáticos (ver el caso ejemplar de Cook) y biólogos (Léry y
Wotton, por ejemplo) contemporáneos a ellas. Sobre este aspecto del proble-
ma, importantes estudios proveen ya sólidos fundamentos.9 Contaré con los
manuscritos contenidos en los Archivos Nacionales (series coloniales), en los
Archivos de los Territorios Franceses de Ultramar (depósitos sobre fortificacio-
nes en las colonias) y en los Archivos de Asuntos Externos (memorias y docu-
mentos) sólo para iluminar informes particulares. Los mismo se hará con los
archivos preservados en Lisboa (Biblioteca Nacional), en Porto (Museu de et-
nografia e história), en Río de Janeiro (Instituto Joaquín Nabuco de pesquisas
sociais) en dónde he hecho investigaciones preliminares, confiando en infor-
mación importante provista por historiadores brasileños.10

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Metodología

Existe una abundante literatura científica sobre este tema.11 La riqueza


de estos estudios y de estos materiales acumulados permite y alienta una for-
ma alternativa para leer y discutir estas narrativas de viaje. Ampliando esta in-
vestigación, que pretende construir el corpus definido arriba (un corpus que no
ha sido objeto de ninguno de los estudios citados), deseo indicar tres preocu-
paciones que ayudarán a clarificar mi metodología.
1) La primera involucra el tratamiento de los textos. Los estudios que he
publicado y la docencia que he ejercido regularmente en el Centre international
de sémiotique en Urbino y París desde 1969, me han llevado a pensar que es
posible asociar un análisis semiótico de los documentos con una problemática
histórica. Como narrativas, estos textos se prestan a estudios particularmente
concernientes a la narratividad, a la enunciación y a las modalidades y el fun-
cionamiento del texto. De esta forma, espero definir una estructura literaria de
trabajo científico, una narrativa instrumental a la investigación, en suma, un tipo
de escritura que relate el proceso de investigación más que sus resultados. El
trabajo de Alian Girard en los diarios del siglo XIX, de Tzvetan Todorov sobre la
novela fantástica durante el mismo período, o de Philippe Lejeune sobre la au-
tobiografía ya demuestran el interés histórico de este tipo de análisis.
2) La identificación y las variaciones históricas de este “género” científi-
co, autorizan la comparación con otros tipos de narrativa de viaje y descubri-
miento: erudito, químico, astronómico, místico, etc. De esta forma, se vuelve
posible un tipo de investigación y de discurso que atraviese distintos campos, y
abra la posibilidad objetiva de un trabajo interdisciplinario. Entre ciencias dife-
renciadas, aparece una cohesión histórica que interesa no sólo postulados,
ideologías y objetos de conocimiento comunes a estas ciencias, sino una ma-
nera de proceder ligada a una manera de escribir, lo que es decir, un método.
Sin duda, referir los resultados a la manera de “producirlos” (lo que es decir, al
descubrimiento y a la manifestación de estos resultados) se corresponde con
un aspecto esencial de la modernidad, a una historización del conocimiento
(que precede a las teorías de la historia).12
3) Finalmente, investigaciones ya emprendidas para elaborar un concep-
to de “ciencia/ficción” (esto es, no una reducción de la ciencia a la ficción, sino
una mezcla de narrativa y prácticas científicas), me lleva a intentar ubicar en
las narrativas de viaje las formas que asume esta combinación de las reglas de
la producción literaria y de las que controlan la producción científica. La narra-
tiva de viaje oscila entre estos dos polos y permite la elaboración de una teoría
de esta asociación: la narrativa de viaje es un texto de observación hostigado
por su Otro, el imaginario. De esta forma se corresponde a su objeto, una “cul-
tura” obsesionada por su exterioridad “salvaje”. Parece ofrecer un campo parti-
cularmente interesante para la construcción de un modelo epistemológico que
“legitime” el funcionamiento actual de las ciencias humanas. La investigación
actual (por ejemplo, en el Departamento de Filosofía de la Universidad de
Cambridge) sobre la relación entre el discurso científico y la metáfora, la creen-
cia y el imaginario (como la obra de Gerlad Holton sobre el rol central del sus-
trato cultural en la creatividad científica), sugiere una promisoria simultaneidad
de trabajo en esta dirección.13
A través de la narrativa de viaje, un ideal de ciencia aparece disponible
al análisis, y con él una configuración de una organización del conocimiento.

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De Certeau, Michel “Travel Narratives of the French to Brazil: Sixteenth to Eighteenth Centu-
ries” en Greenblatt, Stephen [comp.], New World Encounters, Berkeley, University of California
Press, 1993, pp. 323-327.
Pero sólo un estudio local, parcial y preciso, puede permitir desmontar detalla-
damente los sutiles mecanismos que articulan narratividad, cientificidad y su
eficacia.

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