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La muy sensible muerte del que fuera Dr. Víctor N. Benavente ha sacudido a Arequipa en
todas sus esferas sociales. La desaparición del escenario de la vida de un hombre joven lleno
de condiciones para rendir óptimos frutos en las diversas actividades en que le cupo actuar
con brillo, ha sido muy de lamentarse. El desfile de innumerable gentío ante la capilla
ardiente levantada en su domicilio de la calle los Ejercicios, para testimoniar el afecto y el
reconocimiento de sus altas cualidades, ha sido demostración amplia y rotunda de los valores
que en vida lució Víctor N. Benavente. El pueblo, este pueblo arequipeño que tiene certero
instinto de los acontecimientos ha puesto la nota emocionada al rendir tributo a los restos del
Dr. Benavente. Desaparece un factor que tenía hondo arraigo en las masas populares un
hombre que fue bueno y que dio muestras de las virtudes íntimas de su pueblo.
Pocos podían competir con él en el cariño por su tierra y su talento, su voluntad y sus anhelos
más caros fueron siempre puestos al servicio del bien de su ciudad querida.
Como profesional, periodista, escritor, como maestros, historiógrafo y orados, ocupó en la
vida de Arequipa de los últimos cuatro lustros, destacada posición. Cuando lanzó su
candidatura, primero a la Diputación Regional y posteriormente en los años de madurez
intelectual y política, para la Diputación Nacional por Arequipa arrastró opinión y simpatías
generales. En el campo de la amistad era ejemplar su nobleza y para exaltar sus creencias
religiosas pocas fueron las oportunidades dado su entusiasmo y su sincerísima piedad.
Todo esto, se enmarcaba en una vida familiar que fue modelo para quienes gustaron de cerca
de la inefable sensibilidad filial de Víctor N. Benavente. Todos sus triunfos, las conquistas de
todos los afectos que supo merecer los ponía a los pies de su anciana y respetable señora
madre.
No podía ser pues, la demostración de condolencia colectiva, que todas las esferas locales
rindieron esta mañana a los restos del auténtico valor arequipeño que desaparece del
panorama urbano, dejando un vacío irreparable.
No queremos hacer comparaciones que bien podrían servir para dar una idea de la
grandiosidad que revistió el sepelio de los restos del Dr. Benavente, pero sí diremos que
después de muchos años vemos congregarse alrededor del ataúd de un hijo de esta ciudad,
con más espontaneidad y mayor sentimiento que en el acto realizado hoy. Elementos
oficiales, las instituciones religiosas, personas representativas de la localidad, comisiones de
las entidades en las que prestaba servicios, colegios y una muchedumbre con las expresión
contristada. Pocas veces Arequipa ha estado representada en forma más completa.
Desde antes de las 10 y 30 am. la tercera cuadra de la calle de los Ejercicios en la que está
situada la casa del extinto, se hallaba ocupada a lo largo de ambas veredas de inmenso gentío,
el cual iba creciendo conforme se acercaba la hora del sepelio. A la hora señalada se inició la
traslación de los restos, siendo sacado el ataúd en hombros de amigos, personajes y
compañeros del Dr. Benavente, visiblemente emocionados. Por delante de un doble cordón
de sacerdotes y detrás de comisiones de oficialidades de las fuerzas de Guardia Civil y
Policía. La Banda de Músicos del Regimiento de Infantería N° 13 ejecutó una marcha
apropiada y las fuerzas de la Policía rindió honores correspondientes al grado militar de
Teniente Coronel asimilado que ostentaba en vida el extinto. Los cordones en número de
doce fueron tomados por las siguientes personas: Dr. Alejandro Preundt Rosell. Prefecto del
Departamento, Mons. J. Arturo Gutiérrez Ballón, en representación del Exemo. Arzobispo
Mons. Fr. Mariano Holguín; Dr. Manuel G. Suarez Polar, Vocal encargado de la Presidencia
de la Corte Superior de Justicia; Sr. Alberto de Rivero, Alcalde de la Ciudad; General Luis F.
Escudero, Comandante General de III División; en representación del Ministro de
Aeronáutica General Fernando Melgar, el comandante Alejandro Valderrama Tudela,
Comandante de la Base Aérea de Vítor; Sr. J. Alberto Llosa, Presidente del Colegio de
Abogados; Sr. Luis S. Blaiselld; Coronel Manuel Ramírez Sicca; Jefe de Estado Mayor de la
Tercera División quien además tenía en ese acto la representación de la familia; Coronel
Edilberto Salazar Castillo, Jefe de la VI Región de Policía, Inspector de las Fuerzas de Policía
y Guardia Civil y el Capitán de Sanidad, Dr. Horacio Zegarra Ballón V. en representación del
diario “El Pueblo”.
Arrastraron el duelo los señores Francisco y Manuel Benavente Flores, hermanos; Sr.
Eduardo Benavides y Sr. Luis Ticona, hermanos políticos; Sr. Pastor Delgado Benavente
primo y los señores Benjamín Benavente Alcázar, Alberto Rivero Delgado y Angel Vinicio
Cornejo Ibáñez, amigos del extinto.
Entre las varias comisiones que acompañaron el ataúd algunas de ellas con los estandartes de
las instituciones a que pertenecían, pudimos notar las de la Universidad, Colegios de la
Independencia, San Francisco, San Pedro Pascual, en pleno con su estandarte, San Francisco
de Sales, Escuela de Segundo Grado N° 963. La directiva y socios del Club Melgar y de otras
instituciones deportivas.
El batallón de Guardia Civil que rindió los honores fúnebres respectivos estuvo a cargo del
mayor Ramón Llerena C.
El inmenso gentío recorrió las calles del tránsito de la casa mortuoria a la esquina de la calle
28 de julio y San Juan de Dios, poseído de consternación. En dicho crucero se detuvo la
comitiva y al depositarse el ataúd en la carroza, pronunciaron discursos necrológicos las
siguientes personas:
Comandante Enrique Rodó, por las fuerzas de policía urbana y rural el Dr. Luis de la Jara,
por la Zona de Policía; el Dr. Eduardo Indacochea Zarauz, por el Colegio de Abogados; el Sr.
Juan José Núñez Chávez, por el diario “El Pueblo” y el Sr. Ángel Vinicio Cornejo Ibáñez en
representación de los amigos íntimos del extinto. Todos los oradores transparentaron la honda
emoción causada por la irreparable muerte del Dr. Benavente y en la imposibilidad material
de publicar en esta edición todos los discursos pronunciados en este acto insertamos por
ahora, los que dijeran los señores Dr. Indacochea Zarauz y Ángel V. Cornejo V.
Un alto parlante instalado convenientemente, permitió al inmenso gentío escuchar las
sentidas oraciones fúnebres pronunciadas allí.
Despedido el duelo en la esquina indicada, partió el cortejo al Cementerio General en
extraordinario número de autos particulares y de plaza. En dos carros especiales fueron
conducidos los aparatos florales que fueron remitidos a la capilla ardiente.
En el Cementerio llevaron los cordones las siguientes personas Sr. Alberto de Rivero,
Alcalde de la Ciudad: Coronel Manuel Ramírez Sicca, Jefe del Estado Mayor Divisionario;
Coronel Edilberto Salazar Castillo y Dr. Juan Manual Polar Ugarteche, en representación de
la Zona de Policía; Comandante Alejandro Valderrama, Drs. Alberto Ballón Landa, Alberto
de Rivero D. y Edilberto Zegarra Ballón V. vocales de la Corte Superior de Justicia;
comandante Enrique Rodó, Dr. Juan A. Bustamante de la F., Sr. Benjamín Benavente Alcázar
y Dr. Horacio Morales.
Después de los responsos entonados por los numerosos sacerdotes que asistieron al sepelio
delante del cual pronunciaron sentidos discursos los siguientes señores: Dr. Marcial Barriga,
en representación del Colegio de San Pedro Pascual, Dr. Alfredo Corso Masías, en nombre
del Club Melgar y el comandante Sr. Alejandro Valderrama, representando al Sr. Ministro de
Aeronáutica y en nombre del Aéreo Club.
Damos a continuación el texto del telegrama enviado por el General D. Fernando Melgar C.
Ministro de Aeronáutica, al Comandante C. Valderrama con motivo de la desaparición del
Dr. Víctor N. Benavente:
Comandante Valderrama-Base Aérea Vítor-Sírvase expresar familiares doctor Benavente mi
sincera expresión condolencia irreparable pérdida de un valor nacional y distinguido
miembro del Aero Club Perú Stop. Ud. me representará en duelo-General Melgar, Ministro
de Aeronáutica.
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Ayer se reunió el jurado formado por los señores doctor Francisco Mostajo, doctor Manuel G.
Suárez Polar y el doctor Santiago Martínez, para examinar los tres trabajos presentados al
concurso para la historia Sintética de Arequipa promovido por el Concejo Provincial con
motivo del cuarto centenario de la fundación de Arequipa.
Dichos trabajos fueron presentados con los seudónimos de “Bachiller Cantalapiedra”.
“Dómina” y “García”.
El jurado aprobó por mayoría trabajo presentado bajo el primero de dichos seudónimos, por
considerarlo completo, documentado y escrito en buen estilo, haciéndose acreedor en
consecuencia a la medalla de oro acordada por el municipio a su publicación, por cuenta de la
comuna, para ser repatriado durante las fiestas cuatri centenarias.
El doctor Mostajo estuvo en discordancia con los otros dos miembros del jurado, opinando
porque se declarara desierto el concurso.