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Poco después del mediodía de ayer ocurrió el sensible e inesperado fallecimiento del

destacado intelectual, periodista e historiador arequipeño doctor Víctor N. Benavente.


Nada hacía presumir tan inesperado desenlace, ya que había ocurrido el deceso en plena vida
y actividad cuando el doctor Benavente, con mayor vigor espiritual y físico que nunca,
dedicaba sus esfuerzos a las actividades profesionales e intelectuales. Sólo el jueves le
sobrevino una ligera indisposición y ayer dejó de existir, víctima de un ataque cerebral.
La personalidad del doctor Benavente estaba sólidamente cimentada, por la reciedumbre de
su ideología, netamente católica, inconmoviblemente católica, de hombre definido, sin temor
a las flaquezas humanas y con la convicción de quien abraza una causa, con plena conciencia
propia.
Fue así como el doctor Benavente hacía gala de sus convicciones, las cuales supo defender
con valentía, en todo momento y terreno, con esa elocuencia que le era propia y con base
sólida, porque era de esos católicos que han estudiado profundamente la doctrina que
sustentan y la ponen en práctica con la amplitud que sólo el Catolicismo puede sustentar en el
terreno social, a base de caridad y de verdad.
Su piedad lo llevaba a propulsar, con gran entusiasmo, los cultos religiosos. Con su
dinamismo desmedido y con su propio aporte personal, contribuyó al esplendor de muchas de
las fiestas religiosas y es por eso que gran tiempo de vida lo dedicó a las manifestaciones del
espíritu al cumplimiento de sus obligaciones religiosas. Muy amigo de las congregaciones, en
los claustros de los conventos locales su figura era muy querida y apreciada.
Si hay dones especiales que admirar en el doctor Benavente, uno de ellos fue el admirable
autodominio que ejercía. Hombre humilde y de escasas posibilidades económicas, se formó
por sí solo. Desde sus primeros estudios destacó por su clara inteligencia y rápidamente
venció los escollos de su carrera profesional, hasta graduarse de abogado, comenzando
carrera ascensional y situándose rápidamente en sitial destacado.
De elocuencia innata el doctor Benavente era verdaderamente admirado por la facilidad de su
palabra y la fogosidad de su verbo. En especial en los discursos de carácter histórico su voz
se elevaba para referirse a los hechos patrióticos, destacando la figura de los próceres
arequipeños y tratando de colocar en su sitio a los hombres que, juzgados por sus
contemporáneos, son rehabilitados por la posteridad, encargada de hacerles justicia.
El Dr. Benavente fue una figura verdaderamente popular en nuestro medio. Tanto las altas
clases sociales como las masas proletarias le guardaban gran consideración, siendo atendida
su palabra con gran aprecio.
Arequipeño de fibra y corazón, era un apologista caluroso de Arequipa. Todo lo relacionado
con su terreño lo exaltaba arrebataba. Lo defendía con vehemencia, durante la discusión y la
polémica y no era corto para apreciar nuestros valores, nuestras bellezas, así como también
para fustigar con dureza, nuestros errores y valores falsos.
Sinceramente criollo y campechano, fue cicerone obligado de los personajes de importancia
que llegaban a nuestra ciudad, especialmente diplomáticos, intelectuales y sacerdotes.
Constantemente era posible verle mostrando los edificios coloniales de Arequipa, la belleza
en nuestra campiña o haciendo participar las costumbres de la vida mistiana a forasteros, en
quienes, el doctor Benavente, con su palabra fácil y convincente hacia adentrar el alma de la
Ciudad Blanca, en todos los aspectos.
Periodista desde mozo, su pluma la consagró a las investigaciones históricas, a la exaltación
de Arequipa y de los próceres de nuestra ciudad y a la defensa de los principios doctrinarios
que sustentaba.
Otra virtud adornaba al doctor Benavente su cariño filial. Tenía adoración por su anciana
madre, a quien sirvió de báculo y apoyo. Tenía orgullo de ser hijo del pueblo, de ese pueblo
que en todo momento supo elogiar y elevar y cuyas virtudes ensalzaba en sus discursos y en
sus escritos. En su hogar, fue un verdadero padre para los suyos y un ejemplo como hijo y
como hermano, recto y sincero.
Como ya decimos, la inesperada muerte del doctor Benavente ha causado profundo pesar en
nuestra ciudad, pues era estimado por todas las capas sociales. Difundida la noticia de su
muerte, la casa fúnebre se ha visto visitada por numerosos y connotados elementos
representativos de todas nuestras actividades, para testimoniar su pésame a la familia
doliente.
Un grupo de la guardia civil hace cuerpo de guardia de honor en la capilla ardiente, por el
carácter de defensor de oficio de la zona de Policía. El cadáver del doctor Benavente ha sido
embalsamado y vestido de etiqueta y cubierto con hábito mercedario, por cuya orden
guardaba gran predilección.
Esta mañana a las ocho, la comunidad mercedaria ofreció una misa por el alma del Dr.
Benavente, en la casa mortuoria. Celebró la Misa el R. P. Comendador Dr. Pedro Nolazco
Rodríguez.
Mañana a las 11 am. se realizará el acto de sepelio. El cortejo fúnebre partirá de la casa
mortuoria calle Ejercicios N° 309, para su inhumación en el Cementerio General. Durante
dicho acto se pronunciarán varios discursos. El Dr. Luis de La Jara hablará en nombre de la
Zona de Policía.
El Colegio de Abogados ha enviado una ofrenda floral a la capilla ardiente. Hablará en
nombre de dicha institución el Dr. Eduardo Indacochea Zarauz.
El Director, redactores, empleados y obreros de EL DEBER ofrecerán mañana a las 8 am.
una misa por el alma del Dr. Benavente en la Capilla del Buen Pastor.
Los datos biográficos del doctor Benavente son los siguientes:
Fue hijo del señor Roberto Benavente, ya fallecido y de la señora Beatriz Flórez de
Benavente; hermano de la señora Candelaria B. de Ticona y de los señores Francisco y
Manuel Benavente Flórez y hermano político de los señores Eduardo Benavides Cuadros y
Luis Ticona.
Hizo sus estudios primarios y secundarios en el Centro Escolar N° 952 y en los Colegios
Seminario de San Jerónimo y de la Independencia Americana. Continuó sus estudios
profesionales en la Universidad del Gran Padre San Agustín, distinguiéndose por su
inteligencia y contracción al trabajo.
Se graduó de abogado el año de 1929 en la Universidad de San Marcos y abrió su bufete
profesional el cual pronto se vio muy solicitado, adquiriendo sólido prestigio. Ha muerto
desempeñando el cargo de defensor de oficio de la Zona de Policía, asimilado al grado de
teniente coronel.
Tuvo actuación destacada en la política, habiendo sido elegido diputado regional por
Tahuamanú, el año de 1930, durante el período presidencial del señor Augusto B. Leguía.
También intervino en las elecciones de 1936 y 1939, lanzando su candidatura a una de las
diputaciones por Arequipa, obteniendo crecida votación.
Sus primeras armas periodísticas las realizó en EL DEBER, habiendo sido nuestro Cronista y
Redactor desde 1920 hasta 1928, bajo la dirección del que es ahora Obispo de Huánuco
Exemo. Mons. Francisco Rubén Berroa. Durante su permanencia en nuestra redacción el
doctor Benavente prestó muy importantes servicios, por su diligencia, contracción y cariño a
la causa que sustenta este diario y por la inteligencia demostrada al manejar su pluma.
El año de 1928 pasó a prestar sus servicios en “El Pueblo”, escribiendo en diversas secciones
de ese colega, en especial en lo tocante a artículos históricos y anecdóticos.
Ha colaborado en la revista “Mundial” de Lima, en sus ediciones extraordinarias, en “El
Comercio” de la capital y en otros órganos de prensa. Muy aficionado a la fiesta brava
escribía sabrosas crónicas taurinas en “El Pueblo”, con el seudónimo de “Don Tancredo”, el
habiendo pertenecido a muchas otras cual se hizo muy popular. El año de 1929 fue elegido
Secretario General del Círculo de la Prensa, cargo que ocupó con tino, durante un período de
esa extinguida institución.
Fue socio del Club de Arequipa, del Jockey Club de Arequipa y Secretario del Aero Club de
Arequipa, habiendo pertenecido a muchas otras instituciones caritativas, piadosas, sociales y
deportivas. Presidente nato del F.B.C Melgar, colocó a dicha institución en alto sitial, pues
supo trabajar por su progreso con verdadero cariño y desinterés, durante muchos años.
Ha sido profesor del Colegio Mercedario de San Pedro Pascual, del Colegio de La Salle y de
otros planteles locales.
El año de 1940 obtuvo el primer premio, medalla de oro, en el concurso promovido por el
Concejo Provincial, para la publicación de la Historia Sintética de Arequipa, con motivo de
las fiestas de cuarto centenario de nuestra ciudad. También, nuestro Municipio le otorgó otra
medalla de oro con motivo de sus investigaciones históricas.
Igualmente ha merecido otras distinciones de diversas instituciones históricas y mantenía
relaciones con numerosas sociedades culturales.
RAGG.
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Ecos del sepelio del Dr. Víctor N. Benavente

Publicamos el discurso pronunciado en el Cementerio General por el Dr. Marcial Barriga en


representación del cuerpo docente del Colegio Mercedario de San Pedro Pascual, en donde el
doctor Benavente fue profesor de Historia del Perú desde 1923. El texto del discurso es como
sigue:
Doctor Benavente:
Tu ex alumno, amigo y compañero trae en este momento de profundo silencio, la
representación del Cuerpo Docente del Colegio Mercedario de San Pedro Pascual, para
despedirte para siempre del seno de tus compañeros de aula, en donde hasta ayer bregamos
juntos en la obra fundamental de los pueblos, sembrando en el cerebro de generaciones
jóvenes y útiles para el porvenir, las semillas del saber, encausando a esa juventud por el
sendero del bien y hacia el cumplimento del deber para contar con elementos capaces,
responsables y leales ante la sociedad y ante la Patria.
Señores: el Colegio Mercedario de San Pedro Pascual, el magisterio de Arequipa y del Perú
pierden un auténtico valor, un maestro que arrancó de las páginas de la Historia Nacional sus
principales capítulos para exponerlos a sus alumnos con esa emoción propia y espontánea
nacida al calor de su entrañable condición de peruano y de su inigualable arequipeñismo que
lo supo gastar con verbo elocuente y fervoroso cuando caía algún punto relacionado con la
Historia de nuestra tierra y a la cual amó como pocos la aman. Supo adentrarse en el alma
popular para levantarla y estremecer su espíritu con sus arengas de fuego que encendía en el
corazón de las multitudes la misma que alumbró a nuestros próceres y al caudillo colectivo
del Sur en los momentos que se luchó por la libertad y cuando fue necesario salvar el honor
Nacional.
Arequipa pierde un abogado, un maestro, un historiador, un político, un orador, un periodista
y un católico de verdad. Pero ante todo y sobre todo su querida madre nevada con el clima de
los años, pierde a su hijo cuando su esfuerzo, talento y sacrificio habían abierto el camino del
bienestar familiar. El dolor que agobia a sus hermanos e inunda de lágrimas sus mejillas
también cruza sus amigos y a su pueblo e inunda de lágrimas a la juventud mercedaria que
está de duelo porque ha muerto su profesor de Historia del Perú y que dentro de breves
minutos se apartara de nuestros ojos.
El doctor Víctor N. Benavente se perfiló en primera línea entre los actuales historiadores de
Arequipa, ameno, elegante y conciso, volteaba las páginas de la Historia con la nitidez
diáfana de nuestro cielo. Orador de verbo encendido llevó en su corazón el fuego sagrado del
patriotismo y tuvo la divisa de glosar con hondo sentimiento arequipeñista, cantando las
glorias de nuestro suelo desde los primeros días del incario hasta el paso y fundación hispana
de nuestra ciudad. Fue un brillante panegirista de Mariano Melgar y del Deán inmortal Juan
Gualberto Valdivia levantó en alto el nombre de Arequipa en las grandes jornadas cívicas
haciendo resaltar la brava acción del paisanaje en las barricadas. Honró en multitud de veces
con la pluma y con su verbo a los hombres ilustres de la Ciudad Blanca, perfilando la
personalidad de los varones con acopio de datos y de crítica. Se enroló en las memorables
manifestaciones ciudadanas y allí lo vimos como un niño vivando a la patria, y después
desbordarse ante la multitud en oleadas de espíritu cívico inyectando en el alma popular, la
vitalidad del patriotismo e inculcando el derecho y la justicia que nos asistía para defender
con honor y valentía la integridad nacional.
Recogedor incansable de nuestra tradición y de las virtudes singulares de Arequipa jamás
torció su brazo. El pueblo en donde se confundía con amplio sentido cristiano y democrático
lo ha llorado y lo llora porque comprendía la realidad social y sabía compartir su trabajo son
los desheredados y con los que piden pan. Ese fue el doctor Víctor N, Benavente, que hoy se
va a la mansión de los justos para unirse con las almas de los grandes hombres.
Doctor Benavente:
Tu ex alumno, amigo y compañero te despide en nombre del cuerpo de profesores y de los
alumnos del Colegio Mercedario de San Pedro Pascual. con el alma enlutada y con el pesar
doloroso de haberte perdido. Baja tranquilo a la tumba.
¡Adiós querido maestro y compañero!
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ALCANZÓ GRANDES PROPORCIONES LA MANIFESTACIÓN DE DUELO
TRIBUTADA HOY A LOS RESTOS DEL DR. VÍCTOR N. BENAVENTE

Todos los círculos locales estuvieron representados en el acto de sepelio.-Asistió enorme


muchedumbre popular en forma espontánea y sentida.-Sentidos discursos fúnebres

La muy sensible muerte del que fuera Dr. Víctor N. Benavente ha sacudido a Arequipa en
todas sus esferas sociales. La desaparición del escenario de la vida de un hombre joven lleno
de condiciones para rendir óptimos frutos en las diversas actividades en que le cupo actuar
con brillo, ha sido muy de lamentarse. El desfile de innumerable gentío ante la capilla
ardiente levantada en su domicilio de la calle los Ejercicios, para testimoniar el afecto y el
reconocimiento de sus altas cualidades, ha sido demostración amplia y rotunda de los valores
que en vida lució Víctor N. Benavente. El pueblo, este pueblo arequipeño que tiene certero
instinto de los acontecimientos ha puesto la nota emocionada al rendir tributo a los restos del
Dr. Benavente. Desaparece un factor que tenía hondo arraigo en las masas populares un
hombre que fue bueno y que dio muestras de las virtudes íntimas de su pueblo.
Pocos podían competir con él en el cariño por su tierra y su talento, su voluntad y sus anhelos
más caros fueron siempre puestos al servicio del bien de su ciudad querida.
Como profesional, periodista, escritor, como maestros, historiógrafo y orados, ocupó en la
vida de Arequipa de los últimos cuatro lustros, destacada posición. Cuando lanzó su
candidatura, primero a la Diputación Regional y posteriormente en los años de madurez
intelectual y política, para la Diputación Nacional por Arequipa arrastró opinión y simpatías
generales. En el campo de la amistad era ejemplar su nobleza y para exaltar sus creencias
religiosas pocas fueron las oportunidades dado su entusiasmo y su sincerísima piedad.
Todo esto, se enmarcaba en una vida familiar que fue modelo para quienes gustaron de cerca
de la inefable sensibilidad filial de Víctor N. Benavente. Todos sus triunfos, las conquistas de
todos los afectos que supo merecer los ponía a los pies de su anciana y respetable señora
madre.
No podía ser pues, la demostración de condolencia colectiva, que todas las esferas locales
rindieron esta mañana a los restos del auténtico valor arequipeño que desaparece del
panorama urbano, dejando un vacío irreparable.
No queremos hacer comparaciones que bien podrían servir para dar una idea de la
grandiosidad que revistió el sepelio de los restos del Dr. Benavente, pero sí diremos que
después de muchos años vemos congregarse alrededor del ataúd de un hijo de esta ciudad,
con más espontaneidad y mayor sentimiento que en el acto realizado hoy. Elementos
oficiales, las instituciones religiosas, personas representativas de la localidad, comisiones de
las entidades en las que prestaba servicios, colegios y una muchedumbre con las expresión
contristada. Pocas veces Arequipa ha estado representada en forma más completa.
Desde antes de las 10 y 30 am. la tercera cuadra de la calle de los Ejercicios en la que está
situada la casa del extinto, se hallaba ocupada a lo largo de ambas veredas de inmenso gentío,
el cual iba creciendo conforme se acercaba la hora del sepelio. A la hora señalada se inició la
traslación de los restos, siendo sacado el ataúd en hombros de amigos, personajes y
compañeros del Dr. Benavente, visiblemente emocionados. Por delante de un doble cordón
de sacerdotes y detrás de comisiones de oficialidades de las fuerzas de Guardia Civil y
Policía. La Banda de Músicos del Regimiento de Infantería N° 13 ejecutó una marcha
apropiada y las fuerzas de la Policía rindió honores correspondientes al grado militar de
Teniente Coronel asimilado que ostentaba en vida el extinto. Los cordones en número de
doce fueron tomados por las siguientes personas: Dr. Alejandro Preundt Rosell. Prefecto del
Departamento, Mons. J. Arturo Gutiérrez Ballón, en representación del Exemo. Arzobispo
Mons. Fr. Mariano Holguín; Dr. Manuel G. Suarez Polar, Vocal encargado de la Presidencia
de la Corte Superior de Justicia; Sr. Alberto de Rivero, Alcalde de la Ciudad; General Luis F.
Escudero, Comandante General de III División; en representación del Ministro de
Aeronáutica General Fernando Melgar, el comandante Alejandro Valderrama Tudela,
Comandante de la Base Aérea de Vítor; Sr. J. Alberto Llosa, Presidente del Colegio de
Abogados; Sr. Luis S. Blaiselld; Coronel Manuel Ramírez Sicca; Jefe de Estado Mayor de la
Tercera División quien además tenía en ese acto la representación de la familia; Coronel
Edilberto Salazar Castillo, Jefe de la VI Región de Policía, Inspector de las Fuerzas de Policía
y Guardia Civil y el Capitán de Sanidad, Dr. Horacio Zegarra Ballón V. en representación del
diario “El Pueblo”.
Arrastraron el duelo los señores Francisco y Manuel Benavente Flores, hermanos; Sr.
Eduardo Benavides y Sr. Luis Ticona, hermanos políticos; Sr. Pastor Delgado Benavente
primo y los señores Benjamín Benavente Alcázar, Alberto Rivero Delgado y Angel Vinicio
Cornejo Ibáñez, amigos del extinto.
Entre las varias comisiones que acompañaron el ataúd algunas de ellas con los estandartes de
las instituciones a que pertenecían, pudimos notar las de la Universidad, Colegios de la
Independencia, San Francisco, San Pedro Pascual, en pleno con su estandarte, San Francisco
de Sales, Escuela de Segundo Grado N° 963. La directiva y socios del Club Melgar y de otras
instituciones deportivas.
El batallón de Guardia Civil que rindió los honores fúnebres respectivos estuvo a cargo del
mayor Ramón Llerena C.
El inmenso gentío recorrió las calles del tránsito de la casa mortuoria a la esquina de la calle
28 de julio y San Juan de Dios, poseído de consternación. En dicho crucero se detuvo la
comitiva y al depositarse el ataúd en la carroza, pronunciaron discursos necrológicos las
siguientes personas:
Comandante Enrique Rodó, por las fuerzas de policía urbana y rural el Dr. Luis de la Jara,
por la Zona de Policía; el Dr. Eduardo Indacochea Zarauz, por el Colegio de Abogados; el Sr.
Juan José Núñez Chávez, por el diario “El Pueblo” y el Sr. Ángel Vinicio Cornejo Ibáñez en
representación de los amigos íntimos del extinto. Todos los oradores transparentaron la honda
emoción causada por la irreparable muerte del Dr. Benavente y en la imposibilidad material
de publicar en esta edición todos los discursos pronunciados en este acto insertamos por
ahora, los que dijeran los señores Dr. Indacochea Zarauz y Ángel V. Cornejo V.
Un alto parlante instalado convenientemente, permitió al inmenso gentío escuchar las
sentidas oraciones fúnebres pronunciadas allí.
Despedido el duelo en la esquina indicada, partió el cortejo al Cementerio General en
extraordinario número de autos particulares y de plaza. En dos carros especiales fueron
conducidos los aparatos florales que fueron remitidos a la capilla ardiente.
En el Cementerio llevaron los cordones las siguientes personas Sr. Alberto de Rivero,
Alcalde de la Ciudad: Coronel Manuel Ramírez Sicca, Jefe del Estado Mayor Divisionario;
Coronel Edilberto Salazar Castillo y Dr. Juan Manual Polar Ugarteche, en representación de
la Zona de Policía; Comandante Alejandro Valderrama, Drs. Alberto Ballón Landa, Alberto
de Rivero D. y Edilberto Zegarra Ballón V. vocales de la Corte Superior de Justicia;
comandante Enrique Rodó, Dr. Juan A. Bustamante de la F., Sr. Benjamín Benavente Alcázar
y Dr. Horacio Morales.
Después de los responsos entonados por los numerosos sacerdotes que asistieron al sepelio
delante del cual pronunciaron sentidos discursos los siguientes señores: Dr. Marcial Barriga,
en representación del Colegio de San Pedro Pascual, Dr. Alfredo Corso Masías, en nombre
del Club Melgar y el comandante Sr. Alejandro Valderrama, representando al Sr. Ministro de
Aeronáutica y en nombre del Aéreo Club.
Damos a continuación el texto del telegrama enviado por el General D. Fernando Melgar C.
Ministro de Aeronáutica, al Comandante C. Valderrama con motivo de la desaparición del
Dr. Víctor N. Benavente:
Comandante Valderrama-Base Aérea Vítor-Sírvase expresar familiares doctor Benavente mi
sincera expresión condolencia irreparable pérdida de un valor nacional y distinguido
miembro del Aero Club Perú Stop. Ud. me representará en duelo-General Melgar, Ministro
de Aeronáutica.

DISCURSO DEL DR. EDUARDO INDACOCHEA ZARAUZ:-


Señores:
El Ilustre Colegio de Abogados de Arequipa, inclina reverente su estandarte enlutado ante la
memoria del que fuera uno de sus más prestigiados miembros: el doctor Víctor N. Benavente.
La Patria ha perdido a un ciudadano que puso su inteligencia y su verbo cálido al servicio de
su historia gloriosa, Arequipa ha perdido a uno de sus hijos que la amaba con los ímpetus de
su corazón joven u¿y con la inspiración del hombre idealista, cuyo amor por el terruño le hizo
penetrar en sus falsos épicos para cantar legítimos triunfos de la Ciudad Caudillo, de la
Ciudad Rebelde. Su hogar queda sumergido en la desolación, porque el Víctor N. Benavente
fue, ante todo, ejemplar hijo que supo hacer del cariño de su respetable madre, el altar en que
rindió culto al ser sacrificado y santo que desde sus primeros momentos le guió con amor y
ternura por este mundo paradójico de luchas e incomprensiones.
El doctor Benavente no se meció en cuna lujosa ni dio sus primeros pasos en la lucha por la
vida apoyado en brazo poderoso que hace todo camino suave y fácil. El doctor Benavente fue
acicateado por el hambre y la necesidad. Como niño modesto, pero de gran corazón, ingresa a
un Centro Escolar y después continúa su instrucción media. Llevado por sus ansias de cultura
y en lucha titánica por la vida, cursa estudios universitarios. Los seculares claustros de las
Universidades de San Agustín y San Marcos, son mudos testigos de la dedicación, esfuerzo y
talento que puso aquel estudiante en sus afanes académicos.
Por fin, en 1929 corona sus carrera obteniendo el título de Abogado, con el que durante
quince años ha cooperado en la administración de justicia, con serenidad y conciencia de su
responsabilidad. Bien entendía el doctor Benavente que la disciplina jurídica y los cuerpos
legislados no pueden ser jamás efectos de un comercio inescrupuloso.
Bien entendía el doctor Benavente que el ejercicio profesional no consiste en la defensa
incondicional de los intereses del cliente sino en la regulación y restablecimiento del
equilibrio jurídico quebrantado. Es así como el doctor Benavente prestigia pronto su bufete
´profesional y es así como nos deja una lección una enseñanza que cumplir, Por todo ello, el
Colegio de Abogados de Arequipa sufre un rudo golpe y también por ello detiene la marcha
de sus restos mortales para decirle su palabra de cálida despedida
El doctor Benavente se va de su amada Arequipa, de la Ciudad a la que tanto le cantó y de la
que tanto se enorgullecía. Se va de la Ciudad que como madre le puso en el destacado sitial
que el hijo había conquistado con esfuerzo propio y con auténtica nobleza de espíritu.
La Juventud de Arequipa tiene un ejemplo consolador, porque el doctor Benavente ha
demostrado que el infortunio en los primeros pasos de la vida, no es obstáculo para ascender
por el camino escabrosos de la existencia. Antes bien, ese infortunio es un prólogo magnífico
para la biografía del hombre que como el doctor Benavente ha comprometido para siempre la
gratitud de su pueblo que hoy le llora y que mañana le hará justicia, porque las envidias y los
odios por la cobardía que entrañan, no pueden penetran al campo sagrado en que yacen restos
venerados.
Ante tan rudo golpe, que parece arrancar de nuestros pechos un grifo de protesta, no nos
queda sino venerar la decisión del Altísimo que sabe regir a los soles en el Espacio y a los
espíritus en la Historia.
Doctor Benavente:
Habéis sido llamado a recibir el galardón con que el Supremo Juez premia a los buenos hijos
y a los hombres de buena voluntad. Junto a vuestra querida madre, os llora vuestro pueblo al
que amasteis con todo vuestro corazón.
Paz en vuestra Tumba…
DISCURSOS DEL SR. ANGEL VINICIO CORNEJO I.-
Señores:
Agobiado por el dolor vengo a cumplir encargo que me han dado los amigos del que fue
doctor Víctor N. Benavente, para que diga su palabra de pesar ante la desgracia que ha
conmovido nuestros corazones y ha dejado en nuestros espíritus una nota lacerante de
profunda pena.
En plena vida, cuando nadie podía esperar esta tragedia, ha caído nuestro llorado amigo
Víctor N. Benavente dejando la estela de su brillante obra como historiador, profesional,
periodística y orador prestigioso. Y ante estas cualidades que le abrieron paso y lo hicieron
destacar rápidamente en Arequipa, cabe resaltar en forma primordial sus dotes de excelente
amigo, lleno de nobleza y caballerosidad, que en todo momento hacía derroche de amistad y
afecto para los que tuvimos la honra de ser sus amigos y apreciar en la intimidad del hogar su
intenso amor a su venerable madre, a la que orgullosos presentaba a todos los que visitaban
su casa y la mostraba júbilo como su joya más preciada. Todos sus esfuerzos los dedicaba a
proporcionar momentos de felicidad y solaz a su respetable madre, rodeándola de halagos y
caricias para hacer dichosos los años de su ancianidad. Y nosotros al compartir esos delicados
momentos participábamos de la alegría filial de Víctor para rendir nuestro homenaje a esa
santa mujer, fuerte como las mujeres bíblicas que ahora con el corazón sangrante sufre
irreparable pérdida del hijo idolatrado.
Querido Víctor: En esta ora suprema tus amigos te hacemos la promesa que nunca
abandonaremos a tu digna madre y que siempre la rodearemos, para mitigar en lo posible su
acerbo dolor y curar la herida que destroza su corazón de madre abnegada y ejemplar.
Tu espíritu ha volado a las regiones celestiales donde Dios ya te ha discernido su justicia
premiando las buenas obras que tanto te distinguieron y tus arraigadas convicciones que te
caracterizaron como abanderado del catolicismo en Arequipa.
Descansa en paz.

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Falló el jurado en el concurso de historia sintética de Arequipa


Por mayoría aprobó el trabajo presentado con el seudónimo de “Bachiller Cantalapiedra”

Ayer se reunió el jurado formado por los señores doctor Francisco Mostajo, doctor Manuel G.
Suárez Polar y el doctor Santiago Martínez, para examinar los tres trabajos presentados al
concurso para la historia Sintética de Arequipa promovido por el Concejo Provincial con
motivo del cuarto centenario de la fundación de Arequipa.
Dichos trabajos fueron presentados con los seudónimos de “Bachiller Cantalapiedra”.
“Dómina” y “García”.
El jurado aprobó por mayoría trabajo presentado bajo el primero de dichos seudónimos, por
considerarlo completo, documentado y escrito en buen estilo, haciéndose acreedor en
consecuencia a la medalla de oro acordada por el municipio a su publicación, por cuenta de la
comuna, para ser repatriado durante las fiestas cuatri centenarias.
El doctor Mostajo estuvo en discordancia con los otros dos miembros del jurado, opinando
porque se declarara desierto el concurso.

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