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1.

Construcción de la identidad dominicana y su contexto


histórico

Los debates sobre la identidad dominicana fueron recurrentes durante la década


de los ochenta del siglo 20 y se multiplicaron con el impacto de las migraciones
y la apertura a un nuevo modelo productivo. Durante la segunda década del siglo
21 el debate resurge en condiciones distintas y en medio de otras problemáticas,
donde la pregunta sobre la “esencia” de lo dominicano se enmarca en el contexto
de la mundialización cultural y la globalización económica.

Las estadísticas y demografía muestran que el 73% de la población, es


racialmente una mezcla de blancos y negros que ha estado ocurriendo por más
de 500 años.

Según la ONU, el dominicano tiene 58% de genes europeos, 35% del África
subsahariana y un 7% de origen indígena o asiático. Ese es el resultado de
medio milenio de mestizaje.

La República Dominicana es un enlace entre Europa y el Nuevo Mundo,


contando con primicias que la diferencian de sus vecinos del Caribe, jugando un
rol trascendental en su historia, al igual que ahora.

Su devenir como Nación ha sido en búsqueda de su identidad, desde Colón


hasta ser un destino turístico donde coinciden chilenos y rusos, europeos y
americanos.

En el caso dominicano tras la impronta de la colonización, las migraciones han


sido constitutivas, desde el principio, de la construcción de la identidad
dominicana y de la nación misma. El núcleo poblacional original de la nación,
tras la rápida exterminación de la población autóctona, a la cual es imposible
apelar para un retorno, fue el resultado del encuentro del colonizador español y
de los esclavos africanos en el territorio que hoy es la República Dominicana.

Sobre esta base inicial, diversas olas migratorias de diferentes procedencias o


«etnias» alimentaron la composición racial y cultural de la identidad y la nación
dominicanas. Estas migraciones fueron particularmente importantes en los siglos
XIX y XX, ligadas principalmente, o no ajenas, al desarrollo de la industria
azucarera moderna, y de políticas migratorias desde el Estado orientadas a
aumentar la población, «mejorar la raza», y/o favorecer los buenos hábitos de
trabajo entre los dominicanos. En el siglo XXI la migración, principalmente la
haitiana, continúa su presencia en la nación y aparecen nuevas corrientes
migratorias, a tono con la evolución de la dinámica de la región y del Caribe.
2. Cultura dominicana y sus características
Todas las sociedades tienen una cultura propia, que es consecuencia de la
capacidad creadora de sus integrantes, las circunstancias, la necesidad y
su historia. La República Dominicana tiene una cultura con una rica diversidad
que no nos deja de identificar.

La cultura está en constante cambio, éstos se acumulan para el


aprovechamiento de sus pueblos. Estas transformaciones se van transmitiendo
de generación en generación, es por esto que la cultura sea original o no, no se
pierde.

La cultura dominicana se basa, fundamentalmente, en la conformación de dos


culturas madres: la española y la africana.

Los dominicanos tienen la reputación de ser de las personas más amistosas que
puedes conocer. Destilan pasión, en la velocidad a la que hablan, en la forma en
que se visten y bailan, y en el abrazo a su prójimo, ya sea vecino o visitante. Su
energía explosiva podría explicarse en su mezcla de raíces taínas, africanas y
europeas.

Música
Los dominicanos son famosos por su talento para el baile: los verás bailando
en el parque, en la terraza de su casa o casi en cualquier lugar donde
escuchen su música. Los sonidos e instrumentos de República Dominicana
están influenciados por raíces de África Occidental, España y Europa. Dos
géneros dominan y son sinónimos de República Dominicana, aquí y alrededor
del mundo: el merengue y la bachata. Pero también existe el son y una multitud
de bailes folclóricos y música. Dondequiera que estés en República
Dominicana, experimentar nuestra música y nuestros ritmos es tan fácil como
salir a la calle.

Gastronomía
Uno de sus rasgos de la Cultura Dominicana más fundamental o destacada es
su música, pruebas en la forma musical y resaltado en su baile como el
merengue, esta cultura también es muy características de los cantos que
realizaban. En cuanto a la gastronomía, la dieta dominicana se basa en platillos
como “La Bandera” compuesto de arroz, habichuelas o frijoles rojos, carne,
ensalada y plátanos fritos. También debemos mencionar al Sancocho, una
especie de cocido español, el pescado con coco, el el Chivo de Azoa, el famoso
“manga” que no es más que el plátano verde hervido y luego prensado, el cazabe
que es una especie de pan elaborado con la yuca, entre otros.

Artesanía
La artesanía es un pilar muy importante en República Dominicana. El ámbar es
una joya nacional que, según los sabios de la antigüedad, posee el poder de
contrarrestar las vibraciones negativas, siempre y cuando se reciban como
regalo. Solo en República Dominicana se han encontrado hasta 10 variedades
diferentes de ámbar, una de ellas, la azul, es la más valorada.

Religión
La mayoría de los dominicanos son católicos romanos, pero también hay otras
denominaciones cristianas, incluyendo los testigos de Jehová y los evangelistas.
Hoy en día, en las zonas rurales también se siguen practicando varias formas de
religión sincrética, una influencia africana. No importa la religión que practiquen,
los dominicanos son un pueblo de fe con una fuerte creencia en Dios.
Escucharás referencias a ese efecto en su lenguaje cotidiano.

3. Tipo de mezcla biología

La cultura y biología pueden ser complementarias, tiene orígenes en la gran


mezcla biológica y étnica que se produjo a partir de la llegada de los europeos
a América, y se sustenta aún en el proceso creciente de las migraciones
actuales. Por lo tanto, si en un momento histórico el mestizaje fue visto más
desde el punto de vista racial que cultural, hoy elementos étnicos, expresiones
biológicas y modos de vida se perciben como componentes de la sociedad
mestiza.

Mestizo
La palabra “mestizo” proviene del latín mixticius, mezcla, y fue usada
fundamentalmente por los españoles durante los comienzos del período
colonial para identificar a los hijos de españoles e indias. En la medida en que
la conquista avanzó y la ausencia de mujeres españolas obligó a una
hibridación racial, también los hijos de españoles, indios y africanos se
adaptaron a la cultura conquistadora aportando, igualmente, no sólo elementos
biológicos, sino de supervivencia, que se enmarcaban en tradiciones nuevas
aceptadas por la sociedad colonial por su funcionalidad.
Crioulo y criollo
“Crioulo” fue el nombre que los portugueses dieron en Brasil a los africanos
nacidos y criados en los territorios conquistados. Según el antropólogo y
lingüista cubano José Juan Arrom, el vocablo se extendió alcanzando el
significado que hoy posee. Criado y “crioulo” dan sentido posterior al concepto
de servicio que ejercían los negros encargados de las labores domésticas.
Como parte de la mezcla racial y cultural que genera formas nuevas de vida,
modelos de creencias nuevos y, fundamentalmente, la posibilidad de una
libertad que se desarrolla a partir del siglo XIX cuando las clases sociales
locales hacen definitivamente suyos los reclamos para la independencia
política, la “criollidad” es, en efecto, una identidad nueva que rechaza los
poderes de las metrópolis y las monarquías de las que dependen,
considerándose capaces de manejar los asuntos locales sin interferencias
foráneas.
Los negros libertos americanos durante la ocupación haitiana (1822-1844)
(1824-1826-puerto plata y samaná).

Los judios: Los piratas iniciales, la ruta comercial de la compañía Rothschild, el


tratado de Evian y los judios de Sosua

Los capitales franceses, holandeses, italianos, alemanes e ingleses ligados


a la industria azucarera o a casas comerciales

Los árabes: mayoritariamente libaneses (turcos, en referencia al imperio


otomano) hacia 1880. Se dedicaron principalmente al comercio de integraron
rápidamente, no trasmitieron su lengua, españolizaron sus nombres y apellidos
y tuvieron impacto en la gastronomía del país.

Los cogollos: mano de obra de la industria azucarera, tradición de Ligias y


formas de organización especificas, transmisión de elementos de danza, música
y comida.

Los haitianos: trabajadores del corte de caña. Fines del XlX y sobre todo a partir
de 1916. Desarrollo por parte de las clases dominantes de una ideología de
prejuicio racial

Japoneses: colonias en la zona fronteriza, jarabacoa y Constanza

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