Dentro de lo analizado podemos mencionar que el Estado dentro de sus actividades debe procurar
en materia de política económica el incremento de la efectividad de las inversiones en cuanto a
productividad se refiere. El Estado también debe garantizar las condiciones propicias para la inversión productiva generadora de riqueza, es decir que contribuya a la generación de inversión rentable, evitando la erogación del gasto público improductivo que no solo frena el desarrollo sino también evita el ahorro. En este orden de ideas podemos decir que la actividad del Estado debe ir encaminada a favorecer la inversión privada tanto como desarrollar la capacidad de inversión pública productiva siendo estas complementarias con la finalidad de generar una infraestructura económica y social que viene a distribuir riqueza tanto por las opciones de empleo como de emprendimiento privado y el desarrollo que llega a las comunidades beneficiadas.