INSTITUCION EDUCATIVA TECNICO COMERCIAL VILLA DEL SUR
LENGUA CASTELLANA
GRADO 10-4
SANTIAGO DE CALI
2021 Introducción
El derecho a una muerte digna es consecuencia lógica del derecho a la vida.
En efecto, tener derecho a la vida no debe entenderse como tener derecho a la simple existencia, sino como el derecho a existir con una calidad de vida mínimamente digna. El siguiente ensayo es una reflexión personal acerca de si debería ser ilegal la eutanasia. Se analiza los argumentos a favor y en contra de esta práctica de manera a invitar al lector a elaborar sus propias conclusiones.
¿Debería ser ilegal la eutanasia?
La Asociación médica mundial se refiere a esta práctica en los siguientes
términos:
“La eutanasia, es decir, el acto deliberado de poner fin a la vida de un paciente,
aunque sea por voluntad propia o a petición de sus familiares, es contraria a la ética. Ello no impide al médico respetar el deseo del paciente de dejar que el proceso natural de la muerte siga su curso en la fase terminal de su enfermedad”.
Pero Cuando Una persona tiene conocimiento médicamente de que sufre
una enfermedad terminal o degenerativa, la cual le causa sufrimiento, agonía y no se espera una muerte próxima y natural (puede que sean enfermedades muy desarrolladas o personas que han quedado inmóviles e incapacitadas para tener una vida normal por algún accidente, o en caso que esa persona esté en estado vegetativo), el paciente y la familia tienen el derecho de decidir si terminan con su vida, al fin y al cabo, están ayudando a poner fin a ese dolor que el paciente ya no puede soportar, el cual manifiesta, y por el que sus días solo son de mas tortura para él/ella.
Desde el punto de vista religioso, la Iglesia Católica condena a la eutanasia de
la siguiente forma, en la encíclica Evangelium Vitae:
“La eutanasia es una grave violación de la ley de Dios, en cuanto eliminación
deliberada y moralmente inaceptable de la persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la palabra de Dios escrita; es transmitida por la tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal. Semejante práctica conlleva, según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o del homicidio. Adueñarse de la muerte, procurándola de modo anticipado y poniendo así fin dulcemente a la propia vida o a la de otros" Nos referimos hacia un tema controversial que requiere de un análisis adecuado y profundo. En el caso de que Por ejemplo, si una persona está en depresión, y con ciertos problemas físicos, y solicita un suicidio asistido. ¿Qué se debe hacer? ¿Se debe hacer caso a los deseos de esa persona y ayudarla en su propósito? En este tipo de situación mi posición sería distinta, en este caso, optaría por negarle a esa persona lo que está pidiendo, pues podría haber otras alternativas con respecto a la depresión y el bienestar del paciente.
La cuestión es complicada y cada caso es único. El respeto a la voluntad del
paciente es muy importante, sin embargo, muchas veces esa voluntad puede afectarse emocionalmente y puede llevar que el paciente tome decisiones, quizás, en un principio no aceptaría.
La experta en bioética Mónica López-Barahona, miembro del Consejo Directivo
de la Academia Pontificia para la Vida agrega o siguiente sobre la eutanasia:
“Se comienza por despenalizar situaciones ‘límite’ y se va avanzando hasta
convertir el morir en un derecho, de modo que el individuo pueda llegar a elegir cuándo y cómo morir”, dice López-Barahona. “Está comprobado que en los países donde está legalizada la eutanasia, el número de fallecimientos por eutanasia se incrementa de forma alarmante”.
La aprobación de la eutanasia no necesariamente tiene impactos negativos en
la sociedad, desde un punto de vista moral. No se trata de que cualquiera puede entrar a un hospital y solicitar la muerte porque se encuentra triste o deprimido, sino que requiere de condiciones médicas muy específicas.
Mi posición a favor de la eutanasia tiene que ver en su totalidad con la
liberación del paciente de todo dolor y sufrimiento (tanto físico como emocional y moral), de cara a una condición médica que no posee escapatoria y cuyo pronóstico apunta de todos modos a la muerte.
Conclusión
Coherentemente con todo lo que he sostenido antes, me parece una reforma
obligatoria la de despenalizar la conducta de terceros que auxilian a quienes manifiestan libre y expresamente que desean la muerte –mediante la eutanasia-, con todas las garantías para que podamos comprobar que se trata, efectivamente, de un acto libre del paciente, que decide optar por esa muerte decente, digna, una buena muerte. Eso supone, a mi juicio, reconocer el derecho a la eutanasia y que por lo tanto no deba ser ilegal.