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En nuestra sociedad nos han inculcado que la regla, el ciclo menstrual, es “un
rollo”, o son “esos días” en los que todo es más gris. En culturas antiguas la
capacidad cíclica de la mujer se usaba como arma para estar más conectada con
el poblado y con la naturaleza.
Muchas autoras han sabido traducir nuestras 4 fases del ciclo menstrual completo
(menstruación/ días después de la menstruación/ semana de ovulación/ y semana
premenstrual) en palabras de hoy en día, para que utilicemos cada fase de
nuestro ciclo de la manera más práctica posible. O de la manera más acorde a tu
ser.
Cada mes tienes la posibilidad de reconciliarte con tus facetas y usar cada energía
en pro de tus proyectos (de vida o de emprendimiento): con la sabiduría interior
durante el sangrado, con tu fuerza y aptitudes físicas durante la fase de dinámica,
con la mujer empática maternal durante la fase expresiva, y con la mujer
altamente creativa durante tu fase premenstrual.
Se vive más en paz y se emprende mejor cuando sabes que lo que te pasa es que
eres una mujer, que como la Tierra, tiene sus estaciones. Pero la Tierra las tiene
cada año y tú cada mes. Si en invierno la tierra intenta dar flores, el desgaste
energético será mucho mayor que si lo hace en primavera, estación del año en
que todo va a su favor.
Toma como día 1 el primer día de tu menstruación, en los 28-30 días siguientes,
vas a pasar por cuatro fases, que te dan cuatro caras, cuatro comportamientos o
maneras de sentir la vida… te las nombro brevemente:
Somos cíclicas. Date cuenta que cuando sales de la menstruación, eres una mujer
renovada, con fuerzas que no tenías hace unos días, y eres capaz de lanzarte a
alcanzar todos tus objetivos y realizar gran parte de lo que te propones. En tu fase
dinámica eres “joven, capaz y arriesgada. Llamada también fase virgen.
El término “virgen” en este contexto se refiere a la mujer fértil, sensual, fuerte y
completa. Es un tiempo para ser libre, dinámica, energética y “hacia afuera”.
Con los demás también estamos así. Es una época más empática, receptiva,
cooperativa, y estamos listas para conocer mejor al otro así como para co-crear.
Es una época en la que somos más diplomáticas y podemos ceder para un bien
común.
Pero ¿qué suele ocurrir? Que no dejamos que la creatividad salga porque
tenemos 300 cosas que hacer dentro del estrés cotidiano. No nos permitimos
escuchar esa creativa y esa intuitiva que tenemos en ebullición…y entonces salen
sus energías de mala manera: enfados, lloros, pensamientos negativos
recurrentes…
Cuida tu creatividad (en todos tus ámbitos!) y cuidarás tus emociones en esta
fase: expresa, crea, dibuja, cose, teje, borda!
Puede ser que necesitemos estar a solas, que soñemos más, que nuestra
intuición sea mayor en esta fase, y que la sexualidad sea distinta (la
expresividad/creatividad llega a todos los planos). El velo entre el mundo espiritual
y el mundo físico se empieza a disolver…
Y puede ser que nos frustremos si en esta fase no tenemos espacio temporal para
estar a solas o para expresar en un lienzo o interactuando de forma creativa.
Es por ello que en nuestra sociedad de estrés y de “hacer lo que toca”, vivimos
mal la fase premenstrual (se nos ve frustradas), porque no nos permitimos
expresar y crear cuando es lo que más necesitamos en esos días del ciclo.
En cada menstruación nos renovamos. Es la semana del mes, la semana del ciclo,
que estamos más para adentro, que podemos ir a las profundidades de esa mujer
sabia que somos y escucharla. Es la fase más espiritual.
Una fase de limpieza y de “dejar ir”: durante la fase de sangrado podemos soltar
creencias, pensamientos y hábitos que ya no nos son útiles.
CARPA ROJA
Qué es una Carpa Roja
"En esta tradición se dice que una mujer resuena el mundo cuando menstrúa.
Revitaliza todos sus sentidos y le permite ver el mundo con nuevos ojos. Ella se
encuentra en un momento privilegiado de extraordinaria intimidad, puede observar
la particularidad de las cosas, como si estuviera sintiendo con todo su ser. Este
momento de amplitud y visión es completamente suyo".
Gracias al estado reflexivo, el interior de la carpa también se prestaba para que las
mujeres dialogaran sobre los problemas de sus comunidades y buscaran caminos
para resolverlos. Al concluir su estancia en el hospedaje lunar, las mujeres más
viejas compartían con la comunidad las soluciones y propuestas que habían
encontrado en ese estado de máxima sensibilidad y conexión.
De acuerdo a las narrativas estas carpas desaparecieron y son pocos los grupos
que conservan hoy en día esa práctica. Actualmente existen esfuerzos por
recuperar los hospedajes lunares y reivindicar la ciclicidad femenina y la
revaloración del cuerpo, centrando los esfuerzos en la valoración de la
menstruación.
Es un tema tratado como un tabú, o bien, como algo vergonzante que sólo se
reconoce y legitima si va asociado a nuestro rol reproductivo. El cuerpo femenino
suele considerarse como objeto dispuesto para el placer de otros y la violencia
hacia las mujeres se expresa en múltiples dimensiones.
Las mujeres tenemos mucho qué decir sobre la sagralidad femenina, sobre
nuestra salud. Hay que trabajar y compartir cotidianamente para lograr que las
mujeres podamos liberarnos de los múltiples prejuicios que pesan sobre nuestra
corporalidad femenina y sobre nuestra menstruación. Por ello, una de las tareas
del los círculos de mujeres borrar la idea de dolor que conlleva la menstruación y
buscamos apropiarnos de la sanación y respeto por nuestro cuerpo.
CICLO MESTRUAL
El periodo que pasa entre el primer día de una regla y el primero de la regla siguiente se denomina
ciclo menstrual. Nuestro ciclo menstrual es habitualmente de 28 días, pero se considera normal
que dure entre 21 y 35 días.
Se presentan cambios debido a las variaciones cíclicas de dos hormonas, los estrógenos y la
progesterona.
Gracias a esta actividad hormonal el endometrio se descama cada 28 días, apareciendo la regla y,
vuelve a regenerarse después.
La primera mitad del ciclo, del día 1 (primer día de la regla) al 14. El acontecimiento más
importante es la regla suele durar unos 5 días aunque puede oscilar entre 3 y 7 días. La cantidad
de flujo menstrual que se suele perder varía muchísimo de mujer a mujer. Por lo general, el 70 %
de las pérdidas se producen durante los dos primeros días de la regla y en los últimos días,
observamos cómo la cantidad de pérdida va disminuyendo. Desde el primer día de la regla hasta el
día 14 aproximadamente, nuestro cuerpo queda inundado por los estrógenos. Durante esta fase el
óvulo acaba de madurar y es expulsado del ovario. Esa expulsión es la ovulación. El óvulo
comienza a desplazarse a través de la trompa de Falopio que lo conduce hacia el útero. Alrededor
de estos días, si un espermatozoide fecunda un óvulo y éste se adhiere a la pared del útero se
inicia un embarazo.
La primera semana, las defensas y la energía se resienten, mientras que la regla nos libera de la
incómoda retención de líquidos de los días anteriores. Los últimos días de la regla son ideales para
iniciar una dieta. La segunda semana se caracteriza por un tremendo subidón de la energía. Los
estrógenos mejoran la calidad de nuestra piel y del cabello. La hiperactividad se refleja en que nos
cansamos menos y rendimos más. La ovulación está cerca y la libido se dispara.
La segunda mitad del ciclo, del día 15 al 28. Durante esta segunda fase los cambios que se suceden
suponen la aparición de un cierto estado de debilidad. A lo largo de este período se produce un
aumento de la progesterona que empieza a los 2 o 3 días de la ovulación.
La tercera semana del ciclo menstrual, la progesterona nos produce nerviosismo, reseca la piel y
nos incita a comer más. Hay que aprovechar estos días para intentar quemar más adrenalina, para
que nos tranquilice, yendo al gimnasio o practicando nuestro deporte favorito. Y es que, hasta que
nos llega la regla, la progesterona se adueña de nuestro cuerpo. La cuarta semana y última
semana del ciclo, el síndrome premenstrual nos puede provocar angustia y decaimiento físico. La
acumulación de líquidos puede hacernos engordar algún kilito y provocar algunas molestias
digestivas como son sensación de pesadez, hinchazón, náuseas o estreñimiento. Afortunadamente
la llegada de la regla conlleva la desaparición de estas molestias por lo que resultan un alivio. La
regla es el punto de partida del siguiente ciclo...
Quizás una de las maneras más fáciles de entender las cuatro fases del ciclo menstrual está en su
gran proximidad con las cuatro estaciones. La semana después de tener la regla coincide con la
primavera, con la renovación, con un aumento en nuestra energía física y en nuestras capacidades
analíticas, de concentración y de planificación. Es el mejor momento de nuestro ciclo para
empezar proyectos nuevos, para tomar acción, trabajar sola y lograr resultados.
La semana siguiente, coincidiendo con la ovulación, corresponde con el verano y es nuestra fase
expresiva, sociable, empática y radiante. Podemos aprovechar esta fase de nuestro ciclo para
resolver conflictos, compartir con amigos o familia y presentar nuestros proyectos o ideas a los
demás.
Luego empieza la notoria fase premenstrual, quizás con la que más nos tenemos que reconciliar.
Esta encaja con el otoño, cuando empieza a bajar nuestra energía física y notamos la necesidad de
ir para dentro, de limpiar y soltar lo que no nos beneficia, tal como caen las hojas de los árboles. El
gran reto de esta fase es canalizar nuestras altas capacidades críticas hacia cosas concretas para
resolver problemas, pero no hacía nosotras o los demás. De una fase que puede ser muy
destructiva, la podemos reconducir hacia una fase creativa y liberadora, de conexión con nuestro
inconsciente e intuición.
Generalmente nuestro ritmo y energía van bajando hasta que llegamos al invierno, con la
menstruación, una fase para ir a lo esencial, priorizar, y en cuanto podemos, tomar más tiempo
para descansar y simplemente estar. Esta es la fase reflexiva, el final de un ciclo, un momento para
parar, evaluar y conectar con lo que realmente es importante para nosotras.
En cuanto más conozcamos y respetemos nuestra naturaleza cíclica, aunque sea solo con
pequeños pasos o actos, más recuperaremos dentro de nosotras una fuente de poder y
autoestima que irá creciendo con cada ciclo.