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Introducción
A comienzos del Siglo XIV comenzaron a declinar las instituciones y los ideales que
caracterizaron a la Edad Media: el Feudalismo, la Caballería, el predominio del
Pontificado y la filosofía Escolástica
En su reemplazo, y forma lenta, se produjeron una serie de transformaciones que
caracterizaron el Mundo Moderno. Los cambios fueron en las Instituciones y la cultura.
Esta renovación se extendió, aproximadamente, desde el Siglo XIV hasta igual del Siglo
XVII y se conoce históricamente con el nombre de Renacimiento. En este período, las
artes, las letras y las ciencias se inspiraron en las obras de la antigüedad grecorromana.
Por diversos factores, este movimiento se inició en Italia y bien pronto se extendió por
toda Europa.
La palabra Renacimiento significa “nacido de nuevo”. Se atribuye a los italianos como
los primeros en utilizar este vocablo, pero otros autores consideran que fue Voltaire el
primero en usar esta denominación. De todos modos, no debe interpretarse como si
en la Edad Media se hubieran despreciado el arte y la sabiduría antiguos, sino en el
sentido de que renació una extraordinaria estimación de la antigüedad clásica.
El entusiasmo por las obras literarias y artísticas grecorromanas adormeció el espíritu
cristiano que caracterizó la Edad Media. El paganismo hizo sentir su influencia y surgió
una nueva forma de entender todos los aspectos de la vida.
En forma paralela y debido a estas manifestaciones culturales, se originó una corriente
de renovación espiritual que produjo una serie de movimientos religiosos separatistas,
que dividieron a la Iglesia Católica y provocaron la Reforma.
Causas
Caracteres
A mediados del Siglo XIII, el Sacro Imperio se hallaba en decadencia (debido a la caída
de los Hohenstaufen, ver Unidad Uno) circunstancia que favoreció la emancipación de
todo el Norte de Italia.
Las Ciudades italianas no supieron aprovechar esta circunstancia, y a pesar que
guerrearon sin tregua por la independencia, una vez conseguida, comenzaron a luchar
entre sí. A las antiguas discordias entre Guelfos Y Gibelinos, se agregaron los odios
entre Plebeyos y Nobles, las ambiciones de estos últimos por gobernar las Ciudades y
las perturbaciones ocasionadas por la Burguesía que pretendía aumentar sus riquezas.
Las intrigas favorecieron el advenimiento de los Tiranos los que en su origen fueron los
Condottieri o Jefes de Ejércitos mercenarios que terminaron por ocupar el Gobierno.
Al finalizar la Edad Media, los principales Estados en que se dividía Italia, eran los
siguientes: al Norte, la República de Venecia y los Ducados de Milán y de Saboya, en la
Región peninsular el Ducado de Toscana (Florencia) y los Estados Pontificios y el Reino
de Nápoles o de las Dos Sicilias, dominado por los aragoneses. También estaban la
República de Génova y los Ducados de Ferrara y Mantua.
Florencia
A comienzos del Siglo XIII fue un próspero Estado, que había extendido sus fronteras
con la anexión de territorios pertenecientes a los Gibelinos. En 1282 la burguesía
expulsó a la Nobleza del Gobierno y dictó una Constitución democrática. A partir de la
revolución de 1378 cambia la organización política. Tienen participación efectiva los
priores (representantes) de veintiún gremios, divididos en artes mayores y artes
menores. Los priores integran el Consejo O Signoría y eligen al Gonfaloniero como
Presidente y cabeza de la Ciudad. Este cambio político benefició a la industria y al
comercio.
Luego recuperaron el Poder los aristócratas, cuyos representantes los Albizzi (1382-
1429) fueron depuestos por Juan de Médicis, miembro de una familia de
comerciantes.
Su hijo Cosme se hizo cargo del Gobierno en 1434 y fue durante treinta años un
renombrado liberal, que patrocinó a sabios, artistas y filósofos. En 1444 organiza una
Biblioteca que llega a acumular más diez mil manuscritos y que queda abierta a todos
los estudiosos. Tenía agentes diseminados por varios países con el objeto de
coleccionar los más variados manuscritos. Cosme, más allá de las fronteras de
Florencia, se transforma en acreedor y árbitro de varias potencias europeas. Muere en
1463. Su hijo Juan estaba destinado a sucederle, pero muere prematuramente. Recibe
la herencia política su otro hijo, Pedro. Condicionado por su enfermedad, se dedica a la
educación de sus hijos Lorenzo y Juliano. Este es asesinado, Lorenzo, en cambio, a
quien la Historia lo llama el Magnífico, asume el Poder. Continúa y supera a su abuelo.
Funda la Universidad de Pisa (1472), promueve el estudio de la Antigüedad clásica y se
rodea de un gran círculo literario.
Lorenzo ejerce en Florencia un verdadero Principado, un Gobierno personal.
Terminaron las revueltas interiores y los conflictos exteriores. Gobernó durante un
cuarto siglo. Muere en 1492. Le sucede su hijo Pedro, el Infortunado. Perdió muy
pronto la adhesión de los florentinos y no supo resistir la invasión de Carlos VIII de
Francia. Los Médicis son desplazados y se inicia un nuevo período político.
En el nuevo período ejerce una gran influencia un personaje enigmático: Fray Jerónimo
Savonarola. Miembro de la Orden de los Dominicos, exterioriza excepcionales
condiciones de catedrático. Entre 1494 y 1498 ejerce virtualmente el Gobierno de
Florencia sin desempeñar alguna magistratura.
Savonarola defiende el tiranicidio y auspicia una restauración republicana en la que las
magistraturas pero no llegan a tener clara sus competencias. Pero a este aspecto no le
asigna importancia, puesto que los florentinos debían primero empeñarse en una
profunda renovación interior que les llevará a abandonar las costumbres paganas del
Renacimiento. En 1497, en el último día de carnaval, los jóvenes partidarios de
Savonarola, organizan una gran fogata pública, en la que muchos libros, estatuas y
pinturas son quemados por lascivos. Este hecho lo aleja de los florentinos. Sus
enemigos no cesan de provocarle enemistades, como por ejemplo con el Papa
Alejandro VI.
La declinación de Savonarola aumenta hasta que con los Frailes Domingo Buonvicini y
Salvador Maruffi son sometidos a un proceso especial ante una Comisión de ocho
magistrados, a pesar que los cargos no eran suficientes. Finalmente, Savonarola y sus
discípulos son condenados a morir en la horca el 23 de mayo de 1498. Incinerados los
cadáveres, las cenizas fueron esparcidas en el Río Arno. Así terminó sus días este
personaje singular
LECTURA RECOMENDADA
Italia septentrional era más urbana e industrial que cualquier otra región de Europa
con la sola excepción de Flandes. Los fondos de los mercaderes, los banqueros y la
Iglesia, hicieron que Italia avanzara en riqueza, arte y pensamiento, un siglo a la cabeza
del resto de Europa.
El Renacimiento tuvo su primer hogar en Florencia. Mientras los venecianos de aquella
época consagraban sus energías casi por completo a la búsqueda de la riqueza y el
placer, los florentinos sin dejar de lado esas mismas ambiciones con ingenio y talento
convirtieron por consenso a su ciudad en la capital de la cultura de Italia. Las familias
rivales competían tanto por la búsqueda de poder como por el patronato de las artes.
El renacimiento no fue un periodo de tiempo sino una forma de vida y pensamiento
centrado ahora en el hombre más que en Dios y rescatando la cultura de la
antigüedad. Pasó de Italia al resto de Europa por la circulación del comercio, la guerra
y las ideas.
El arte clásico había logrado sobrevivir en Roma, Verona, Mantua y Padua, ahora
pintores, escultores, literatos concurrían a Florencia. A esto se sumó que Cosme de
Medici ofreció su fortuna y su palacio para alojar y atender a los prelados y eruditos
que participaron del Concilio de Florencia en 1439 en el que se discutió la unión de la
1
Durant, Will. Héroes de la Historia. Editorial Sudamericana. Bs. As. 2003. Durant comienza el
capítulo diciendo: “El dinero es la raíz de todas las formas de civilización”.
cristiandad oriental y occidental, sin lograrse. Parte de los asistentes provenían de
Grecia y Constantinopla, y dieron conferencias y la elite de la ciudad se congregó para
escucharlos. Cuando Constantinopla cayó en manos de los turcos en 1453 muchos la
abandonaron y rehicieron sus hogares en Florencia, llevando manuscritos de textos
antiguos de la literatura y la filosofía griega.
Cosme de Medici y luego Lorenzo de Medici destinaron dinero suficiente para
solventar obras públicas, para obras de caridad y fiestas populares para entretener al
pueblo, tanto como para sostener a numerosos eruditos, artistas, poetas y filósofos.
Así de esta confluencia el Renacimiento adquirió forma en Florencia.
La primacía cultural de Florencia estaba sostenida por la industria, el comercio y las
finanzas. Aproximadamente una cuarta parte de la población se dedicaba a la
industria. En el año 1300 Florencia contaba ya con dos fábricas textiles que empleaban
a unos 30.000 hombres y mujeres, había llegado a la etapa de las grandes inversiones,
la provisión centralizada de materias primas y máquinas, la especialización sistemática
del trabajo y el control de la producción por parte de los que aportaban el capital.
Para financiar esta revolución industrial Florencia contaba con ochenta casas bancarias
que desempeñaban casi todas las funciones de un Banco moderno, pagaban cheques
en efectivo, invertían los ahorros de sus depositantes, contribuían a estabilizar la paz y
financiaban las guerras. Entre los siglos XIII y XV Florencia fue la capital financiera de
Europa. En 1345 el Estado florentino emitió bonos negociables que pagaban un 5% de
interés y podían ser rescatados en oro a su término.
Los banqueros, comerciantes, fabricantes, profesionales y trabajadores capacitados se
organizaron en veintiún corporaciones llamadas oficios. Todos los ciudadanos con
derecho a voto debían ser miembros de una corporación reconocida. El gobierno
formal de Florencia organizado en una semi democracia, estaba encabezado por la
Signoría o Consejo de Señores, elegidos entre los líderes de las corporaciones y
refrendados de vez en cuando por un Consiglio o Concejo del Pueblo elegido entre los
miembros de las corporaciones.
Sin embargo, la Europa moderna no se construirá en torno a las ciudades. Del otro
lado está el Imperio Árabe, después transformado en el Imperio Otomano a partir del
siglo XIV formado por los turcos, pueblo subordinado en un principio a los árabes. Su
economía resulta superior a las Ciudades europeas con las que comercia por su
extensión, sin fronteras aduaneras, las caravanas se protegen de los asaltos.
La base económica de las ciudades europeas no bastará para asentar un poderío
político militar de primer orden, ni para establecer una fuerza económica de
envergadura, se necesitará de una entidad, de una organización más amplia, los
Estados.
NICOLAS MAQUIAVELO
Introducción
Este pensador tan original como demonizado, nació en Florencia en el año 1469 y
fallece en 1527. Sus dos obras principales son “Los Discursos sobre la primera Década
de Tito Livio” y “El Príncipe”. La primera comenzó a escribirla en 1513 y la concluyó en
1516. Pero en Junio de 1513 interrumpió el escrito para escribir “El Príncipe” y lo
concluye en apenas tres meses. “El Príncipe” trata de las Monarquías o de los
Gobiernos absolutos, en cambio en los “Discursos” se ocupa principalmente de la
expansión de la República romana.
La primera de las obras es una selección de las opiniones del autor hecha para una
finalidad determinada y que era la de conseguir un cargo público bajo el régimen de
los Médicis.
Maquiavelo escribe casi únicamente acerca de la mecánica del Gobierno, de los
medios con los que se puede fortalecer el Estado, de los políticos susceptibles de
aumentar el Poder y de los errores que llevan a la ruina o decadencia del Estado. Las
medidas políticas y militares son casi el único objeto de su interés y las separa de toda
consideración religiosa, moral y social. La finalidad de la política es conservar y
aumentar el Poder político. Que una política sea cruel o desleal o injusta es para
Maquiavelo cosa indiferente, con tal que esas cualidades lleven al éxito. Trata con
frecuencia de las ventajas que la inmoralidad, hábilmente utilizada, puede
proporcionar a los fines de un gobernante y es esto lo que ha causado la mala
reputación del florentino.
Indiferencia Moral
Lo más próximo que hay en la Historia del pensamiento político a la separación entre la
política y la moralidad , la encontramos en algunas referencias que hace Aristóteles en
su obra “La Política” en cuanto señala la conservación de los Estados, sin consideración
a la bondad o a la maldad. También hay coincidencia con Marsiglio de Padua acerca
del común odio hacia el Papado, por ser causal de la desunión italiana. Maquiavelo
creía que las virtudes cristianas producían un servilismo religioso. Nunca dudó de que
la corrupción moral de un pueblo no permite el buen Gobierno. Admiraba la pureza de
la vida familiar, la independencia de la vida privada, la simplicidad de las costumbres y
la honradez en la realización de las funciones políticas. Pero ello no implica que el
gobernante tenga que creer en la religión de sus súbditos ni que practicar sus virtudes.
Presenta el ejemplo de la doble moral: es distinta la moral para el gobernante y para el
ciudadano privado. Se juzga al primero por el éxito conseguido en el mantenimiento y
aumento del Poder; al segundo, por el vigor que su conducta da al grupo social. Como
el gobernante esta fuera del grupo, está por encima de la moralidad cuyo
cumplimiento debe imponerse dentro del grupo.
Egoísmo Universal
Los orígenes del Humanismo se remontan al Siglo XII, época en que surgieron en el
Norte de Italia trovadores y poetas, que en lengua provenzal-latina, recitaban temas
de la antigüedad. En la segunda mitad del Siglo XIII, comienza en Florencia el
verdadero movimiento humanístico, debido al gran entusiasmo por rehabilitar las
obras clásicas, en especial la literatura griega.
A través de sus diversas obras, Erasmo persigue una idea fundamental, que es el
renacimiento del hombre y, por lo tanto, también de toda la Sociedad con el doble
sentido de racionalista y cristiano.
Al igual que los autores medievales, Erasmo construyó idealmente un Cuerpo Cristiano.
El centro de ese Cuerpo Cristiano es Cristo. A su alrededor se extienden tres círculos
concéntricos, dos pequeños y uno grande. La primera zona está ocupada por los
Príncipes de la Iglesia y de los sacerdotes y es la zona interior. La zona exterior
contiene la gran masa de los laicos. Entre las dos zonas -interior o eclesiástica y
exterior o laica- la zona intermedia está constituida por los Príncipes temporales.
Cuando gobiernan justamente y sirven a Cristo, procurando la tranquilidad de sus
pueblos, están cerca de la dignidad sacerdotal y muy por encima de quienes forman la
zona exterior, donde se encuentran los laicos.
Para Erasmo se debe elegir un Príncipe por méritos auténticos. El primer mérito es ser
pacífico. Mientras Maquiavelo y otros que lo estiman que la gloria del Príncipe consiste
en apoderarse de nuevas tierras y gobernar en ellas, Erasmo condena las conquistas
.Dirigiéndose a Carlos V y a Francisco I, indica que no es ninguna ventaja para un
Príncipe extender sus posesiones. Sería mejor para él, restringir el territorio, ya que al
ser menos extenso, le será más fácil administrarlo, con lo cual reinará la paz y la
justicia, logrando el pueblo mayor prosperidad.
En realidad la obra de Erasmo es una tarea pedagógica y esto ha llevado a Paul Janet a
decir que la tarea de Erasmo ha sido un buen tratado de Moral política, pero no es un
tratado de Política.
Tomás Moro
Es también un humanista cristiano con una profunda amistad con Erasmo. Nació en
Londres en 1478 y muere decapitado en 1535 por orden del Rey Enrique VIII.
Conversador brillante, lleno de humorismo, poeta y artista, logra los favores de
Enrique VIII y que lo nombra Canciller de Inglaterra en el año 1529. Pero el apoyo fue
de corto tiempo, cayendo en desgracia por instigación de Ana Bolena, esposa del Rey.
Finalmente es apresado y condenado a muerte. La Iglesia lo declaró “beato” y luego
“santo” en 1935. La influencia sobre Enrique VIII fue limitada, hasta tal punto que el
soberano lo hizo condenar a muerte en cuanto le opuso una resistencia respetuosa
pero inflexible, por su unión con Ana Bolena.
Tomás Moro ocupa un lugar destacado en la Historia del pensamiento Político, como
autor de una célebre obra: “La Utopía”
La palabra “Utopía” proviene del griego “ou topos” cuya traducción literal significa “en
ningún lugar” “lugar inexistente”. Todos los personajes de la obra e, incluso el país,
tienen nombres fantásticos que revelan la irrealidad de lo relatado.
Según Moro, en casa de un amigo, un tal Peter Giles, encuentra a Rafael Hitlodeo, que
acababa de llegar de un viaje realizado en compañía de Américo Vespucio. Pero
Hitlodeo se separó de sus compañeros y permaneció por cinco años en Utopía.
El relato del viaje de Vespucio, en el que se supone Hitlodeo ha participado, se publicó
en 1507. En el texto se halla la descripción de la Sociedad, sencilla y sin clases sociales,
de las tribus indias descubiertas allí.
¿Por qué, entonces, haber imaginado esta isla cuando resulta tan parecida a
Inglaterra? ¿Por qué no haber representado directamente a este país? La respuesta
está dada por el puesto que tiene Moro en Inglaterra y ante la sutileza de su espíritu,
optó por la simulación.
La “Utopía” expresaba en realidad el disgusto del autor hacia una Sociedad adquisitiva
en la que estaba resultando buena moral “comprar reses flacas y baratas en un lugar y
revenderlas a precio alto en otro lugar”. La sátira sigue un plan que podría servir para
cualquier período de desajuste económico.
Resulta difícil distinguir las ideas políticas de Moro de las que ha profesado sobre la
familia y la propiedad. Señala que la Sociedad utópica se funda en la familia y sobre
una moral muy tradicional, que nada tiene de Utopía. La República ideal se funda
sobre la familia y sobre una concepción que hoy nos parecería patriarcal: Si en la
familia no hay un perfecto acuerdo, corresponde al Jefe de la familia un derecho de
corrección sobre su mujer e hijos. Entiende que todo sea regulado y ordenado dentro
de la familia sin que quepa recurrir a la Justicia pública sino cuando la gravedad del
crimen haga necesario la intervención del Estado. No condena el divorcio ni tampoco
el matrimonio de los sacerdotes, pero es severo con el adulterio y debe ser penado
con la muerte.
Sobre estas premisas familiares se podría pensar que Moro haría la defensa de la
propiedad privada, sin embargo adopta una posición diferente: el pueblo de Utopía es
una confraternidad de amigos. Lo que el pagano Platón ha considerado como un ideal
entre amigos, debe serlo con mayor motivo entre los cristianos. En consecuencia,
Moro abandona la posición tradicional de los aristotélicos y de los escolásticos, para
quienes la propiedad individual es un elemento esencial de la libertad.
Tratando de satisfacer su ideal de comunidad amistosa, Moro imagina un sistema
comunitario en el cual, trabajando todos, cada uno trabajará menos. Solamente hay
quinientos hombres exceptuados del trabajo para que se dediquen a la metafísica.
Naturalmente, a partir del momento en que hay comunidad de bienes, la vida queda
severamente reglamentada para evitar los abusos. También hay que reglamentar las
uniones, establecer la comunidad de las comidas y a fijar a cada uno el lugar
correspondiente. “Los hombres de espalda a la pared y las mujeres en el lado libre de
la mesa, a fin de que puedan dejarla rápidamente para atender las necesidades de los
niños o resolver las disputas entre ellos”. Con este ejemplo, se puede indicar la
envergadura que debe tener la reglamentación.
También existe un poder espiritual formado por sacerdotes electivos. Presiden las
cosas divinas y también conocen de las causas humanas, como por ejemplo, cuidar de
las buenas costumbres. Pueden excluir a un Utópico de la comunidad religiosa, lo que
representa la mayor desgracia para él.
Todas estas autoridades son elegidas entre los letrados que estudian la metafísica. Los
letrados no constituyen una casta o una clase social propiamente dicha ya que se
reclutan abiertamente.
El éxito de la obra fue enorme, hasta el punto de que algunos tomaron muy en serio el
cuento de Moro. No faltaron personas que quisieron flotar una expedición para ir a
evangelizar a esos utópicos y hacerlos pasar de la religión natural a la religión cristiana
Sin embargo, George Sabine no tiene opinión muy favorable. Señala que la obra es un
ideal moral que aparece en el umbral de las guerras religiosas y la expansión del
comercio moderno. Según Sabine hay un fracaso ante la marea ascendente de las
luchas teológicas y los nuevos problemas de la organización política. Según este autor,
“Utopía” constituyó un episodio aislado y no de envergadura en la Filosofía política de
su tiempo. Afirma categóricamente que es el canto del cisne de un viejo ideal y no la
voz auténtica de la época que estaba surgiendo.
LOS ESTADOS NACIONALES
Otros procesos, un poco periféricos, es el caso de Suecia que surge en el año 1523,
cuando se separa de Noruega y Dinamarca. También Rusia se organiza en el Siglo XVI
bajo el reinado de Iván el Terrible.
LA REFORMA RELIGIOSA
Antecedentes
Por otra parte, la Iglesia Católica reconoció la necesidad de una reforma en su seno
8no de una separación) con el objeto de corregir los errores, sin alterar la doctrina.
Esto dio origen a la Contrarreforma o Reforma Católica.
Huss fue profesor de la Universidad de Praga y predicó las ideas de Wiclef en la región
de Bohemia, hasta que fue apresado como hereje y pereció en la hoguera. Después de
su muerte se produjo una guerra de carácter religioso y que duró diecisiete años.
Tres procesos simultáneos tuvieron origen en el Siglo XVI. La Revolución religiosa, que
modificó profundamente la estructura del comportamiento religioso del hombre,
sobre la base de la libre interpretación de las Sagradas Escrituras. La Revolución
económica, que aniquiló el sistema estático de las corporaciones y gremios y
determinó el establecimiento del sistema capitalista y la Revolución Intelectual, que se
cristalizó con los grandes movimientos de emancipación política de 1688 en Inglaterra,
1766 en Estados Unidos y 1789 en Francia, o sea, las grandes Revoluciones Liberales.
Causas
Adoptamos el criterio de distinguir entre causas externas, así llamadas porque sin ser
religiosas, ejercieron poderosa influencia en el movimiento y las causas internas, que
son las propias de la Iglesia.
Causas externas
También estaban las causas sociales: 1) los campesinos de Alemania se aliaron a los
que propiciaban la libre interpretación de los textos bíblicos, ya que de esa forma
buscaban la solución de los problemas que sufrían 2) el Renacimiento fue
acompañado por un relajo de las costumbres, cayendo en inmoralidades con
inclinación hacia el paganismo
Causas Internas
Son las que se encontraban en el seno de la propia Iglesia: 1) los Papas de esa época se
dejaron dominar por las pasiones terrenales, cayendo en actitudes ambiciosas de
carácter material. Después del Cisma de Occidente, los Papas cayeron en el
desprestigio. El estado del clero era deplorable. Los hombres religiosos deseaban
acrecentar sus riquezas, no se respetaba el celibato religioso y eran frecuentes la
simonía y el nepotismo. El primero consiste en la venta ilícita de cargos u objetos
sagrados. El término deriva de Simón el Mago, que trató de adquirir a los Apóstolos el
poder de hacer milagros. El nepotismo es la gran influencia que tenían los parientes de
las autoridades eclesiásticas para obtener cargos y honores. 2) los humanistas
propiciaron una cultura laica que no estuviera sometida a la Iglesia. Destacaron los
valores individuales sobre los espirituales. Por ejemplo, podemos citar a Erasmo de
Rotterdam que, si bien murió como católico y no atacó el dogma, con lo cual no pudo
ser juzgado como hereje. Este pensador censuró a clérigos y fue partidario de la libre
interpretación de la Biblia. Sus escritos contribuyeron a la Reforma. 3) la corrupción
religiosa se traducía en la venta de indulgencias, que era el negocio del perdón de los
pecados 4) la libre interpretación de la Biblia también fue una causa. La invención de la
imprenta permitió la difusión del texto bíblico. Se calcula que en los últimos cincuenta
años del Siglo XV se imprimieron cerca de quinientas ediciones. Esta libre
interpretación favoreció el libre examen y que cualquiera pudiera salvarse, si
interpretaba la Biblia con su propio entendimiento.
Martin Lutero
Dominado por sus pasiones, llegó a la conclusión de que era insuficiente la voluntad
humana, ya sea por ayunos o vigilias, para conseguir la salvación. Es entonces que una
enseñanza de San Pablo le permite arribar a la clave de su prédica. De acuerdo con
esto, solo la fe en Cristo y en sus méritos, permitirá conseguir la salvación eterna. De
esta forma, los hechos y obras del cristiano carecen de valor. Así surgió la Teología
Luterana.
Para financiar la terminación de la Basílica de San Pedro en Roma, el Papa León X envió
religiosos por toda Europa en busca de donativos y concedió, a cambio,
”indulgencias”. Según la doctrina cristiana, la indulgencia es la gracia que otorga la
Iglesia a sus fieles para redimirse de los pecados, mediante limosnas, rezos o
peregrinaciones.
La medida fue bien recibida salvo en Alemania, donde los Dominicos se encargaron de
predicar sobre las indulgencias. Actuaron con escasa prudencia, porque en vez de
recoger las limosnas en las Iglesias, decidieron imprimir una serie de folletos en los
cuales figuraba el monto de indulgencias que se podían obtener proporcionalmente a
la cantidad de limosnas. Además agravaron su situación al encargar a los banqueros la
tarea de recibir el dinero.
Luego de casi dos años, Lutero no fue atacado por Roma, ya que León X no dio mayor
importancia al problema, ya que creyó que era una querella de monjes. Mientras tanto
Lutero continuó con su prédica a través de numerosos escritos. Es en esta situación
que el Papa promulga una Bula el 15 de Junio de 1520 por la cual no aceptaba las ideas
de Lutero y lo invitaba a retractarse. Lutero respondió quemando el escrito papal en
un acto público. Ante este hecho, el Papa procedió a excomulgarlo junto con sus
seguidores mediante la Bula del 3 de Enero de 1521.
En ese entonces, fue designado Emperador de Alemania Carlos V, nieto de los Reyes
Católicos de España. El nuevo monarca deseaba desembarazarse de Lutero, pero
antes de tomar una decisión prefirió consultar a la Dieta Imperial. La Asamblea citó a
Lutero para el 4 de Abril de 1521 y le facilitó un salvoconducto pues vivía oculto,
protegido por el Elector de Sajonia. La Dieta se reunió en Worms. Lutero defendió sus
ideas y manifestó que se retractaría si lo refutasen con argumentos de las Sagradas
Escrituras. Al terminar la agitada reunión, el Emperador publicó el Edicto de Worms
por el cual se condenaba a Lutero a sus seguidores como herejes. Pero el fraile ya
había abandonado el recinto y se refugió en el Castillo de Wartburgo, propiedad del
Elector de Sajonia. Allí Lutero continuó sus escritos tradujo la Biblia al alemán y
organizó a la nueva Iglesia rebelde. En aquel retiro abandonó sus hábitos. Al cabo de
un año y al haber desaparecido el peligro de ser arrestado ya que existían numerosos
partidarios. Finalmente se trasladó a Wittenberg y allí vivió hasta su muerte, ocurrida
en el año 1546.
Una de las consecuencias del luteranismo fue el despertar de los sectores sociales
contra las autoridades, así es que se desencadenaron insurrecciones con todas las
características de una revolución social. En 1522 y 1523 los caballeros empobrecidos
que culpaban de sus miserias al clero debido a que poseían gran parte de la propiedad
territorial, se rebelaron enarbolando la bandera del luteranismo. El levantamiento,
finalmente, fue sofocado por las armas.
Al principio, el movimiento tuvo todos los aspectos de una huelga destinada a dar
fuerza a las reclamaciones formuladas contra los patronos. Sin embargo, en 1525 la
agitación tomó carácter violento y los campesinos, bajo el liderazgo de Tomás Munzer,
saquearon e incendiaron Castillos y Monasterios.
La represión de los Nobles fue despiadada. Lutero se asustó por las consecuencias de
la insurrección, reaccionó mediante sus escritos, alentando a la Nobleza a “golpearlos,
estrangularlos y apuñalarlos en secreto o en público, para recordarles que nada puede
ser más ponzoñoso o diabólico que un hombre cuando se rebela”. Es obvio que las
palabras de Lutero estaban contradiciendo su propuesta de libertad religiosa. Los
campesinos habían sido defraudados por el fraile.
Influencia política
El luteranismo vino a acrecentar la fuerza del Poder civil, toda vez que las Iglesias de
los Estados luteranos se convirtieron en dependencias del Poder político. La religión
ganó en espiritualidad, pero el Estado ganó en tener más Poder.
EL ESTADO MODERNO ABSOLUTA
Durante toda la Edad Media se dan constantes el doble dualismo: primero entre el Rey
y el Pueblo y el segundo entre el Poder Temporal y el Poder Espiritual.
Su superación en un solo centro de Poder dio como resultado una nueva estructura, la
del Estado Moderno, concebido como unidad de asociación.
La lucha interna entre el Rey y la aristocracia feudal por la influencia de las Ciudades
concluye con el triunfo de la Monarquía, como resumen de todos los poderes,
alcanzando carácter absolutista con el advenimiento del Estado Nacional. Esta forma
de organización política es un largo proceso que tiene su propia fisonomía en cada
Estado particular. (ver los Estados Nacionales)
Herman Heller explica que el Estado Moderno, como forma de organización política, se
caracteriza por su unidad, presentando en su estructura un territorio, una comunidad
organizada, un Poder en quien se hace radicar la Soberanía y un Orden Jurídico. La
evolución que condujo al Estado Moderno consistió en que los medios reales de
autoridad y administración, que eran posesión privada, se convirtieran en propiedad
pública y en que el Poder de mando que se venía ejerciendo como un derecho del
sujeto se expropia en beneficio del Príncipe Absoluto primero y luego del Estado.
Pero para comprender este proceso es necesario destacar que para las Sociedades los
valores vinculados al Orden y la Seguridad eran considerados más importantes que la
Libertad. La Burguesía reclamaba estabilidad y protección para realizar sus
actividades. El Orden sólo podía lograrse mediante la centralización del Poder en
manos del Rey o del Parlamento, pero esos poderes debían ser ilimitados. Sin
autoridad ilimitada el gobernante estaba impedido de alcanzar e imponer la paz y
asegurar el Orden. Los valores supremos son así la paz, la seguridad, el orden. Los
desvalores son la guerra, la anarquía y el desorden.
Jean Budín
Por otra parte, es necesario tener presente que la Soberanía, si bien es absoluta, ello
no quiere decir que no se encuentre sometida al Derecho Natural y al Divino. Dice
expresamente Bodín : “Todos los soberanos de la Tierra se hallan sujetos a las leyes
divinas y naturales y no alcanza su Poder a contravenirlas, si no quieren ser culpables
ante Dios, ante cuya grandeza todos los Monarcas del Mundo deben bajar la cabeza
con sumo respeto “. Otras limitaciones consisten en que el Soberano no podría alterar
las leyes del Reino referidas a la sucesión de la Corona (Ley Sálica, por ejemplo) . Una
tercera limitación surge en que no se podía afectar la propiedad privada sin el
consentimiento de sus propietarios.
El Bien Común: Sobre este tema, leemos al mismo Bodín : “Pero además de la
Soberanía, es necesario que exista alguna cosa común y pública, como lo son el
dominio público, el tesoro público, los cimientos de la Ciudad, las calles, las murallas,
las plazas, los templos, los mercados, los usos, las leyes, las costumbres, la Justicia, las
recompensas, las penas y otras cosas semejantes que son comunes o públicas, pues no
existiría Republica si no hubiese ese algo público”-
Formas de Gobierno: siguiendo su criterio existen tres clases, según que la Soberanía
sea ejercida por uno, por varios o por todo el pueblo y que son respectivamente la
Monarquía, la Aristocracia y el Estado popular. La mezcla de las tres Formas de
Gobierno, no forma una especie particular. Es simplemente, el Estado popular, porque
la Soberanía es indivisible y no puede repartirse entre los distintos cuerpos del Estado.
Quien hace la ley en definitiva, es el pueblo. Cada una de estas especies de Gobierno
tiene sus principios, que hacen a la unidad, proporción e igualdad. Bodín exalta las
bondades de la Monarquía. Además del beneficio que reporta la unidad de la
Soberanía, el Gobierno en manos de un solo Jefe asegura la proporción armónica
dentro del Estado, comprendiendo a la igualdad y a la semejanza, principios que sirven
de base, respectivamente, a la Democracia y a la Aristocracia.
Climas: Otra de las cuestiones incluidas por Bodín en su obra se refiere a los climas. Es
necesario, dice, que el prudente Gobernador de un pueblo conozca bien el humor del
mismo. Antes de intentar cualquier cosa o cambio en el Estado o en las leyes, es
necesario acomodarse al humor de los ciudadanos, a la naturaleza de los lugares y de
las personas. Acota que nada impide que se deban diversificar los Estados, conforme a
la diversidad de los lugares y las personas.
Thomas Hobbes
Introducción: Jean Bodín es la gran figura del absolutismo del Siglo XVI. En el Siglo XVII
es Thomás Hobbes la figura que lleva al absolutismo en forma extrema. Este autor
nació en 1588 y falleció a los noventa y un años en 1679. Entre sus escritos, su obra
cumbre es El Leviathán escrita en 1651. Leviathán , en realidad, es un monstruo
bíblico que aparece en el libro de Job, gobernando el caos inicial. En el pensamiento de
Hobbes, y así aparece en la tapa del libro, es un hombre artificial compuesto por
infinidad de hombres, una especie de gigante coronado, que todo lo domina sobre la
tierra
Hobbes señala que la naturaleza es el arte con que Dios ha hecho y gobierna el mundo.
La naturaleza está imitada por el arte del hombre y éste puede crear un animal
artificial. Gracias al arte se crea ese gran Leviathán que llamamos Estado o República,
que no es sino un hombre artificial, aunque de mayor estatura y robustez que el
natural para cuya protección y defensa fue instituido. La Soberanía es un alma
artificial que da vida y movimiento al cuerpo entero; los magistrados y otros
funcionarios de la judicatura y del Poder Ejecutivo son los nexos artificiales; la
recompensa y el castigo hacen que los funcionarios cumplan su deber y constituyen
los nervios que hacen lo mismo en el cuerpo natural; la riqueza y la abundancia de
todos los miembros particulares son su potencia; los consejeros que informan sobre
las cosas que se precisan, son la memoria; la concordia es la salud; la sedición es la
enfermedad y la guerra civil, es la muerte.
Los hombres son iguales por naturaleza y tienen igual derecho sobre todas las cosas
necesarias para la conservación de la vida, pudiendo usar de todos los medios sin más
limitación que la utilidad. La igualdad absoluta y el derecho sobre todas las cosas hace
del Estado de Naturaleza, un Estado de guerra de todos contra todos.
El hombre no es un ser social por naturaleza, sino por accidente. Su inclinación natural
es la dominación, la guerra. Por egoísmo se asocia a los otros hombres, no buscando
sino su propio bien
De este párrafo que acabamos de explicar se deducen tres leyes naturales. La primera
es que cada hombre debe esforzarse por la paz y cuando no tiene la esperanza de
obtenerlo, deberá utilizar las ayudas y ventajas de la guerra. La segunda ley natural
consistirá en desprenderse del derecho a la libertad con la condición que el otro haga
lo mismo. O sea, que la mutua transferencia derivará a lo que los hombres llaman
contrato. De la segunda ley natural, que nos obliga a transferir a otros aquellos
derechos que perturban la paz de la humanidad, Hobbes deduce una tercera ley y que
consiste que los hombres cumplan los pactos que han celebrado. En esta ley natural
reside la Justicia. La injusticia no es otra cosa que el incumplimiento de un pacto. De
ahí que deba existir un poder coercitivo que compele a los hombres al cumplimiento
de sus pactos, Poder que no existe antes de erigirse en Estado. Donde no existe un
Estado no hay propiedad, todos los hombres tienen derecho a todas las cosas y por
tanto donde no hay Estado, nada es injusto.
El Estado: En el pensamiento de Hobbes el fin del Estado es la seguridad. Los hombres,
deseosos de abandonar ese Estado Natural de guerra de todos contra todos movidos por el
egoísmo, renuncian a sus derechos y construyen un Poder que los tenga a raya y los sujete, por
temor al castigo. Expresa Hobbes que el único camino para construir semejante Poder, capaz
de defenderlos contra la invasión de los extranjeros y contra las injurias ajenas, es otorgar todo
su Poder y fortaleza a un hombre o a una Asamblea de hombres. Esto equivale a decir: elegir
un hombre o una Asamblea que represente su personalidad y que cada uno considere como
propia y se reconozca a sí mismo como autor de cualquier cosa que haga o promueva quien
representa su persona.
Ninguna cosa que haga el Soberano puede constituir injuria para ninguno de sus súbditos.
Nada que haga un Soberano puede ser castigado por sus súbditos, ya que el Soberano es el
único juez de lo que es necesario para mantener la paz y la seguridad de sus súbditos. Es
inherente a la Soberanía, el poder de censura, instituir normas sobre la propiedad, hacer la
guerra y la paz con otras Naciones, fijar las cantidad de fuerzas que deben ser reunidas,,
armadas y pagadas y que con ese fin establezca cuánto se ha de recaudar de los súbditos para
sufragar los gastos necesarios, también elije a sus consejeros y Ministros, concede honores,
privilegios y preeminencias. Hobbes sale al paso de la objeción de que tal poder absoluto
aniquila o cuanto menos torna insoportable la vida. Puede objetarse que la condición de los
súbditos es muy miserable, ya que están sujetos a los caprichos y otras irregularidades que
pueda cometer el Soberano. Sin embargo, esto es preferible ante el horror de una guerra civil
o de la anarquía.
Formas de Gobierno: Las diferentes Formas de Gobierno son sólo tres: Monarquía, Aristocracia
y Democracia, según si el Poder soberano está en manos de un hombre, de una parte de una
Asamblea o de toda una Asamblea. Ni la tiranía ni la oligarquía son Formas de Gobierno, sino
las mismas formas mal interpretadas. Hobbes como Bodín, se muestra partidario de la
Monarquía.
Hobbes distingue entre el estado por Institución, aquél en que el Poder Soberano se origina en
el contrato y el Estado por adquisición, que es el que se toma por la fuerza, por el temor a la
muerte o a la servidumbre. Los derechos y consecuencias de la Soberanía son los mismos en
ambos casos
Libertad de los súbditos: Distingue entre libertad natural y libertad civil. La primera puede
definirse como la ausencia de oposición, es decir, de impedimentos externos para el
movimiento. La libertad consiste, así, en que el hombre no encuentra obstáculo para hacer lo
que tiene voluntad. Deseo o inclinación de llevar a cabo. En cambio, la libertad civil radica
solamente en aquellas cosas en que la regulación de sus acciones ha predeterminado el
Soberano, por ejemplo, contratar conforme a la ley, elegir residencia, etc.
No obstante esta particular concepción de la libertad humana, Hobbes señala algunas cosas
que, aún ordenadas por el Soberano, puede el súbdito negarse a hacerlas sin que cometa
injusticia. Así es que, el súbdito no hará nada que atentase a su vida, por ejemplo, si el
Soberano le ordena a un hombre que se mate, hiera o mutile a sí mismo, que se abstenga del
uso de alimentos, de la medicina o de cualquier otra cosa semejante. También se incluye aquí
que nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo.
La obligación de los súbditos respecto del Soberano se comprende que ha de durar lo que dure
el Poder mediante el cual tiene capacidad para protegerlos
La Ley Civil: Se la define como aquellas reglas que el Estado ha ordenado de palabra o por
escrito o con otros signos suficientes de la voluntad, para que las utilice en distinguir lo justo
de lo injusto, es decir para establecer lo que es contrario y lo que no es contrario a la ley.
Nadie puede hacer leyes sino el Estado. Y quien en ellos legisla es el Soberano, ya sea un
hombre o una Asamblea. Nadie puede abrogar una ley establecida por el Soberano. Una ley
para ser abrogada sino por otra ley que prohíba ponerla en ejecución y el Soberano de un
Estado no está sujeto a las leyes civiles, ya que teniendo el Poder para hacer y revocar las
leyes, puede cuando guste, liberarse de esa ejecución haciendo otras nuevas.
La interpretación de la ley, lo hacen los jueces y ella es auténtica porque dicta una sentencia
por autorización del Soberano, con lo que la sentencia pasa a serlo del Soberano y que termina
siendo ley para los litigantes.
En cuanto a las condiciones requeridas para ser un buen Juez, se necesita: 1) una correcta
interpretación de la ley natural 2) el desprecio por las innecesarias riquezas 3) estar despojado
en el juicio de todo temor, miedo, amor, odio y compasión y 4) paciencia para oir, atención
diligente en escuchar y memoria para aplicar lo que se ha oído.
Hobbes alude a la disolución del Estado. Cuando en una Guerra, exterior o intestina, los
enemigos logran una victoria final, entonces, el Estado queda disuelto y cada hombre queda
en libertad de protegerse a sí mismo pasando a otro Soberano.