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Índice:
1. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………2
2. COMPONENTES PARA MEZCLAS SÓLIDAS……………………….2
3. COMPONENTES PARA MEZCLAS LÍQUIDAS……………………..4
4. COMPONENTES PARA SUSPENIONES DE PARTÍCULAS
SÓLIDAS EN LÍQUIDOS…………………………………………………….6
5. CONCLUSIONES………………………………………………………………6
1. INTRODUCCIÓN:
Para poner de manifiesto la afirmación anterior, supongamos una disolución de una sal
iónica en un líquido polar. Una propiedad que va a dar cuenta de la calidad del mezclado es la
conductividad. Si la conductividad no se mantiene constante en cualquier punto de la solución,
es evidente que la mezcla no es homogénea. Esto se manifiesta de forma más general en la
concentración dentro de la mezcla; Si la conductividad no es homogénea, entonces la
concentración tampoco lo es, por tanto, la mezcla no es homogénea.
Se dice que las mezclas de materiales sólidos, generalmente pulvurulentos, son mezclas
neutras; No son mezclas que se formen (ni segreguen) de forma espontánea por la naturaleza
estática de sus componentes. Al tratarse de material sólido, dichos componentes no fluyen entre
si y, por tanto, necesitan una acción externa para obtener la mezcla.
Resultados teóricos acerca de este tipo de mezclas afirman que los factores con mayor
peso en este proceso son:
• El tamaño de partícula
• La forma y la rugosidad
• La densidad de cada componente
• La proporción de los componentes en la mezcla
• La posible formación de cargas eléctricas
Posibles pretratamientos:
Para conseguir un tamaño y forma adecuados de las partículas a mezclar, los materiales
sólidos deben ser sometidos a una(s) trituración(es)/molienda(s) para conseguir el tamaño
deseado.
Por otro lado, si bien la proporción en que los sólidos se encuentran en una mezcla no
se puede controlar, pues dependen de lo que se requiera en las especificaciones del producto
final, es posible realizar el mezclado de una forma determinada para garantizar una distribución
homogénea. Aunque estrictamente no se trate de un pretratamiento, en ocasiones se mezcla el
componente que estará en menor proporción, con una misma cantidad del componente
mayoritario. De esta manera, se asegura una mezcla homogénea que posteriormente se utilizará
en mezclados sucesivos con el resto del componente que se presentará en el producto final en
mayor proporción.
Por tanto, una mezcla de menores cantidades, en este caso, puede pensarse como un
tratamiento previo.
• De líquidos miscibles
• De líquidos inmiscibles y líquidos muy viscosos.
Las mezclas de líquidos que son miscibles entre sí son, de forma general, procesos
espontáneos. Por tanto, no necesitan un aporte energético para que ocurran, sin embargo, por
conveniencias relacionadas con la producción, se favorecen con medios mecánicos para que el
mezclado sea de mejor calidad en el menor tiempo posible.
Atendiendo a este caso, se ha de tener un mayor control con los parámetros críticos que
en el caso de las mezclas de sólidos. Aunque todos ellos sean importantes, la influencia de la
Temperatura de los líquidos es el factor de mayor peso, pues distribuciones heterogéneas de
temperatura favorecen distribuciones heterogéneas de densidad. Por otro lado, las mezclas no
se pueden realizar a temperaturas arbitrarias; tienen que estar limitadas por los puntos de
ebullición de los componentes, sus volatilidades e incluso su volatilidad relativa dentro de la
propia mezcla para garantizar la homogeneidad de las fases.
Por tanto, al ser la temperatura el más importante de los parámetros críticos en este
tipo de mezclas, el pretratamiento que se propone para este tipo de mezclas consiste en una
adecuación de las temperaturas de los componentes de la mezcla.
mezclados. Si esto es así, el intercambio energético entre ellos va a ser mínimo, garantizando
que el producto final tenga una temperatura homogénea por todo su volumen.
Por otro lado, si alguno de ellos proviene de algún proceso previo (como producto de
una reacción, por ejemplo) y la diferencia de temperaturas entre él y otro componente es
elevada, habría que intentar disminuir esta diferencia (enfriando el caliente y aprovechando ese
calor residual sería un método rentable). De no ser así, a la hora de realizarse la mezcla se
produciría un gradiente de temperaturas, es decir, una distribución heterogénea que,
dependiendo del calor específico de los líquidos, podría tardar más tiempo del disponible
(tiempo de residencia en el sistema de mezcla) en igualarse. Por lo tanto, la mezcla no sería de
calidad.
Las mezclas de líquidos inmiscibles o poco miscibles entre sí son conocidas como
emulsiones, que son un tipo de sistemas heterogéneos (se pueden distinguir sus componentes)
donde el líquido que se encuentra en mayor proporción se le denomina fase dispersante y el
otro componente es conocido como fase dispersa.
Existen varios tipos de emulsiones atendiendo bien al tamaño de las partículas dispersas
o bien refiriéndose a las sustancias que se utilizan para garantizar la estabilidad de esta mezcla.
Las microemulsiones son mezclas en las que la fase dispersa tiene un tamaño
comprendido entre 0.01 y 0.2 mm y son termodinámicamente estables, por tanto, bajo ciertas
condiciones se pueden formar de manera espontánea. El tratamiento previo sugerido para este
caso es preparar los líquidos a una temperatura adecuada (la óptima para la condición de
estabilidad termodinámica de la emulsión). De esta manera, el gasto energético posterior a la
hora de realizar el mezclado va a ser menor.
Para los casos siguientes, la manera de garantizar una buena calidad en la mezcla es
asegurar que la emulsión sea estable. Siempre es necesaria la adición de agentes estabilizantes.
Por tanto, el pretratamiento previo sugerido en este caso es la previa mezcla de los
componentes con los estabilizantes.
Por último, para el caso de los líquidos viscosos, que es posible clasificar como mezclas
neutras, de nuevo la influencia de la temperatura es crucial. Los componentes tienen que
encontrarse a una temperatura tal que garantice que puedan fluir, debido a su viscosidad. Como
además los procesos de mezcla de líquidos viscosos consisten en agitaciones suaves para
obtener flujos laminares, se sugiere que el pretratamiento consista en una adecuación de
temperatura de los líquidos para evitar un posterior intercambio energético, garantizando una
temperatura de mezcla homogénea.
En este caso, hay dos parámetros críticos que puedan resultar más importantes, a saber:
La concentración y la fase.
Si pueden existir partículas que precipiten, se va a observar que la mezcla está formada
por varias fases; no presenta una homogeneidad. Y, si la concentración no es homogénea, puede
traducirse también en una apreciación de distintas fases. Por tanto, estos dos parámetros están
estrechamente relacionados, y el pretratamiento tiene que conseguir que los sólidos sean del
tamaño necesario para garantizar una posterior distribución de las partículas dentro del fluido.
Se sugiere que los sólidos sean tratados del mismo modo que se planteó en el caso de
la mezcla de sólidos; circuitos de molienda, granulometrías y tamizados son vias útiles para
generar y seleccionar un determinado espectro de tamaños deseado. Para este caso, una
granulometría de tamaños reducidos evitará la formación de precipitados, facilitando una mayor
homogeneidad en la suspensión.
5. CONCLUSIONES:
Como en todo proceso químico, los componentes que van a intervenir en las mezclas
necesitan ser tratados de forma específica, en función de sus características fisicoquímicas, de
las características de los equipos, del proceso en el que van a intervenir, de su origen etc, no
sólo para garantizar la efectividad del proceso en cuestión, sino, además, para asegurar una
rentabilidad económica y poder convertirse en un producto para comercializar obteniendo
beneficios.
Por otro lado, cabe destacar que lo que es tan cotidiano como hacer mezclas, que uno
hace a todas horas todos los días (incluso para prepararse un café), no son procesos triviales. Es
decir, todo el mundo sabe hacer una mezcla, pero no es tan sencillo hacer una mezcla de forma
óptima y rentable.