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Fragmento La casa de la piedra Bocona

El chino le contaba a la tierna contaba las historias del tío Pancho sobre la
vieja Managua, lo alegre y bonita que era allá, cuando era un chavalo el
viejo Pancho, y en Nicaragua se vivía bien, había plata, la gente trabajaba y
comía caliente todos los días.

–Te imaginás, tierna, ¡qué lindo sería!


A pesar de los cuidados del Chino, la tierna no mejoraba. La tos la ahogaba
y tenía calentura, así que se la llevó al hospital, a uno que le dijo el tío
Pancho. Quedaba bien lejos pero se fue caminando. Llegó empapado por
un gran aguaje que les cayó encima. Menos mal que fueron cariñosos,
agarraron a la tierna, la secaron, la envolvieron en una colcha limpia y se la
llevaron a curar. Al Chino le dieron una toalla para secarse y hasta ropa
limpia para que se mudara. Esperó durante horas, sentado en un rincón, y
cayó la noche. Un médico se acercó y le preguntó:
–¿A quién estás esperando, cipotito?
–Es que traje a mi hermanita, la tierna, que está enferma y estoy esperando
que la curen.
–Pero es que te tenés que ir a tu casa. No te podés quedar.
–Es que vivo bien lejos y de noche no sé llegar, no hay luces.
El médico comprendió y le dijo:
–Te dejo quedarte y voy a buscarte algo para que comás, pues seguro que
no has probado bocado.
–Gracias, señor doctor. Gracias.
Al día siguiente nadie le decía nada. Pasaban y pasaban, como si él no
existiera, hasta que, por fin, vio al doctorcito de la noche y corriendo le fue
a preguntar:
–Doctor, doctorcito, ¿ya me puedo llevar a la tierna?
Se rió y le dijo que no tardaría. Iba a averiguar cómo estaba la niña. Al rato
volvió y le explicó que la niña se tenía que quedar en el hospital, que se
fuera a su casa y que podía venir a visitarla todos los días.
–Bueno, si se tiene que quedar y usted me la cuida, me voy tranquilo. Pero
no voy a poder venir a verla, vivo bien lejos y tengo que trabajar, soy
lustrador. ¿Cuándo cree usted que puedo venir a buscarla?
El doctor lo abrazó y le prometió cuidar a la tierna. Le dijo que volviera en
diez días.
–¿Cómo te llamás?
–Chino.

–¡Ah, Chino! Yo soy el doctor Celaya, preguntá por mí. –Y vio alejarse al
chavalo, sintiendo una punzada en el estómago.
Las muñecas también se mueren
El Contador: (Con la máscara- Señor, hice todo lo posible para justificar el desfalco, pero la
verdad, que es demasiada la cantidad de dinero y no puedo hacer milagros.( se quita la
máscara). Qué lindo, él gastando el dinero con su secretaria, dándose la gran vida y a mi sólo
me toca estar justificando sus robos y todo por unos pesos demás. Que se vaya al infierno. Si
se descubre el desfalco que le caiga a él toda la responsabilidad. Yo me lavo las manos como
Pilatos. El Jefe: (al contador)- te voy a decir algo y que quede bien claro: si todo se descubre, te
vas conmigo en el saco. 46 El Contador: Pero, jefe… El Jefe: nada de peros…caemos los dos. A
si es que buscás como “hacer el milagro”. Voy a tratar de detener a los auditores para darte
más tiempo. Tenés que hacerlo por tu bien y por el mío. (El jefe se aparta la máscara y se dirige
al público). Estoy maquinando para que toda la culpa recaiga sobre él. Soy un zorro viejo y este
mequetrefe no puede conmigo. (Dirigiéndose de nuevo al contador y con una actitud
humillante). Acordate que tenés antecedentes penales. Si querés conservar el trabajo y no
caer preso tenés que justificar el desfalco. Cómo pude confiar en vos, que sos un mequetrefe,
un sirve para nada mediocre, pendejo de mierda, lame culo…. (Rodríguez, 24, 25). En los textos
anteriores observamos como al dejar de usar la máscara ambos personajes dejan ver sus
verdaderas intenciones. Luego en la escena entre la Niña, la esposa y los cómicos el suceso
principal se centra en la denuncia de violencia y maltrato a la que es sometida la pequeña por
parte de su madre y cómo esta situación desencadena un comportamiento antisocial en ella.
Veamos: La Esposa: (con desdén)- Andá juga con tu tío. La Niña: Es que él me hace feo.
Siempre que juega conmigo me agarra los dedos de las manos y me dice:” Había una vez una
hormiguita, dos hormiguitas, tres hormiguitas y las hormiguitas van bajando a meterse a su
cuevita…” La Esposa: (más colérica)-¡Mentirosa! ¡Sos una mentirosa! Y no hay comida.
(Rodríguez, p.34) Y más adelante leemos: La Niña: (viendo a la muñeca con odio)- Voy a
pegarte para que no andés cantando esas canciones. (Imitando la vos de la muñeca). “No me
pegues mamita”. (Sacudiéndola con furia). Te he dicho mil veces que yo no soy tu madre y que
no tengo la obligación de darte de comer a la hora que te dé la gana. (Recoge el cuchillo y
comienza a destrozar con ira a la muñeca). ¡Mal nacida! Sos una inservible como tu padre. No
olvides que yo no soy tu madre. Vos sos una recogida. Ya se te olvidó que te recogí de un
basurero.(La desbarata con un cuchillo)¡Perra! Si cuando seas grande vas a ser mujer de la
calle como tu madre; pero antes vas a sufrir a como yo sufro…. (Rodríguez, p. 35) En este
pequeño monólogo podemos ver como ha cambiado la actitud de la n
Érase una vez, en lo más profundo del bosque, tres cerditos que eran
hermanos.Como todos los animales del bosque, los tres cerditos vivían
asustados por la amenaza del lobo feroz, que acechaba día y noche para
comérselos. Un día, decidieron que la mejor manera de protegerse del lobo
era construirse una casa.El más pequeño de los tres hermanos, que quería
acabar pronto para poder irse a jugar, construyó rápidamente su casita con
paja. Y su hermano, el cerdito mediano, cuando vio a su hermano jugar se
apresuró para terminar su casita, que estaba construyendo con madera.
El más mayor de los tres hermanos, que estaba trabajando duro para
construir su casa de ladrillo, les advirtió: – ¡Ya veréis lo que hace el lobo
con vuestras casas!.Pero sus hermanos le ignoraron y siguieron jugando
alegremente. Entonces, desde detrás de unos arbustos, el lobo feroz se
abalanzó sobre el más pequeño de los cerditos. Éste consiguió escapar y
corrió hacia su casita de paja, donde se encerró.
El lobo, al ver la casita tan débil, sopló y sopló, y la casa de paja se
derrumbó.
El cerdito pequeño corrió por el bosque mientras el lobo le perseguía, y
llegó a la casita de madera de su hermano el mediano. Ambos se encerraron
allí, y de nuevo el lobo sopló y sopló y la casita derribó.
Los dos cerditos salieron pitando hacia la casita de su hermano mayor, y
cuando llegaron se encerraron los tres, cerrando puertas y ventanas.
El lobo sopló y sopló, pero esta vez no logró derrumbar la casa, así que se
puso a dar vueltas hasta que se le ocurrió trepar hasta el tejado para colarse
por la chimenea. Pero el cerdito mayor, que por una rendija había visto las
intenciones del lobo, colocó una olla con agua hirviendo en la chimenea, y
cuando el lobo bajó por el interior, se cayó sobre el agua hirviendo y se
quemó.
El lobo salió de allí dando unos aullidos terribles que se oyeron en todo el
bosque, y se cuenta que nunca jamás volvió a tener ganas de comerse a
ningún animalito del bosque…
¿Como afecta la contaminación a los
animales?
Las especies marinas son las más
perjudicadas pues actualmente 600
especies están en peligro ante los
desechos dejados en las orillas de las
playas. La campaña ha alertado que para
el 2050, 99 por ciento de la población
marina habrán ingerido plástico. 
Hace unas semanas, una ballena
murió en Tailandia luego de haber
engullido 80 bolsa plásticas; mientras
que en Vietnam las bolsas cubren los
manglares y las islas indonesias pierden
su aspecto paradisíaco gracias a la
basura marina. 
Clean Seas Campaign estima que hay
más de 51 trillones de micropartículas
plásticas en los mares, ingeridas por las
especies marinas más pequeñas, tales
como los Hippocampus o las Caridea
(camarones), entre otros.
Contaminación marina, la economía y
la salud
La contaminación marina no solo afecta la biodiversidad y
el medio ambiente, sino que podría convertirse en un problema
de salud pública, especialmente por la presencia de
micropartículas plásticas en los alimentos. 
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) emitió una
alerta indicando que de 102 alimentos de origen marino a los que
sometió a pesquisas de plástico, detectó presencia de
micropartículas plásticas en 69 de ellos. 
Las actividades económicas también se ven afectadas, ya que
muchas naciones viven del ingreso generado por el turismo, tanto
nacional como internacional, así como de la pesca, pero son cada
vez más difíciles de realizar por la contaminación. 
Es importante no contaminar el mar por las consecuencias que
provoca
El problema que la gran concentración de plástico en los oceános tiene es
que la vida marina confunde el plástico con alimento y lo engullen.
El problema es que su sistema digestivo no está preparado para digerir el
plástico y es muy habitual encontrar animales muertos con los estómagos
repletos de objetos de plástico.

Crear conciencia sobre el agua


Resulta fundamental que nos concienciemos de que esta forma de actuar es
realmente irresponsable y puede volverse contra nosotros, pues estamos
atacando parte de nuestra propia cadena alimentaria.
Y es importante tener en cuenta que nosotros, los seres humanos, tampoco
somos capaces de comer plástico.
Hay que atacar el problema por los dos extremos. Por un lado, dejando de
hacer nuestro tributo cotidiano al dios del plástico en cada playa o cada río.
Debemos asegurarnos de que lo que baja con nosotros a la playa, vuelve a
subir.
Hemos de hacer un chequeo de lo que queda tras de nosotros y debemos
explicar y concienciar a nuestros hijos de la importancia de cuidar las
playas porque de ello dependerá en gran medida la supervivencia de
nuestros mares.
Iniciativas para el cuidado del medioambiente
Por otro lado, se están llevando a cabo iniciativas para tratar de “pescar” el
e recurso y, sobre todo, para que deje el mar.
La más interesante y prometedora de estas iniciativas ha venido de la mano
de Boyan Slat, un estudiante holandés de tan sólo 21 años que ha planteado
utilizar precisamente las corrientes marinas y los puntos de concentración
para recoger allí el plástico en flotación.
En lugar de tratar de recolectar el plástico persiguiéndolo, algo que tendría
un coste energético brutal, lo que Slat plantea es ubicar una serie de
barreras flotantes y dejar que sea la fuerza de las propias corrientes marinas
la que haga el trabajo empujando el agua con las partículas de plástico
flotando hasta esas barreras.
Actualmente, ya tienen un primer prototipo de 100 metros de largo
construido por The Ocean Cleanup, la empresa que ha fundado, y que está
probando su funcionamiento en el mar del Norte. El objetivo es crear unas
barreras flotantes de 100 km para que vayan recogiendo el plástico del
océano.

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