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La neurosis histérica, como otros trastornos neurológicos funcionales no tiene una causa
exacta. Sin embargo, se cree que las partes del cerebro que controlan los sentidos y
músculos, pueden ser un factor.
También se ha determinado que algunas de las causas que originan la neurosis histérica son
los episodios estresantes, traumas emocionales y traumatismos físicos.
De igual forma, las alteraciones metabólicas, celulares y estructurales del cerebro se han
considerado causantes de este tipo de trastorno.
Existen factores que incrementan el riesgo de sufrir una neurosis histérica, a continuación te
los presentamos:
Los antecedentes de abuso físico o sexual durante la infancia, o haber sufrido de abandono,
incrementan el riesgo ante de la neurosis histérica.
Por último, hay que tener en cuenta que las mujeres son más propensas a sufrir de neurosis
histérica.
La represión
En otras palabras, el yo no quiere acoger ni dar trámite a una emoción pulsional que empuja
desde el ello. Lo que sucede es que el yo se defiende mediante el mecanismo de represión –
lo curioso es que después todo ese contenido reprimido se regresa contra ese sentido
represivo y logra de una forma u otra escapar a la represión a través de un compromiso
sustitutivo: el síntoma -. En el
La sustitución
Una característica distintiva de la neurosis histérica es que no son los síntomas somáticos
(físicos) en sí mismos, sino la forma en que los presentan e interpretan. La integración de
componentes conductuales, afectivos y cognitivos proporcionará una exploración más
amplia y precisa del verdadero cuadro clínico.
El malestar
Las personas con una neurosis histérica se caracterizan por la forma en como expresan y
perciben sus síntomas físicos (por ejemplo, manifestar con mucha angustia y ansiedad el
síntoma somático y así mismo manifestar pensamientos catastróficos del mismo «atribuir
como causa a su afección alguna enfermedad terminal» y así llevar a conductas de
exploración constante de su síntoma).
Hay que tener en cuenta que no es apropiado diagnosticar a una persona con neurosis
histérica solo por el hecho de que no se pueda demostrar una causa médica. Además, la
presencia de un diagnóstico médico no excluye la posibilidad de una neurosis histérica
concomitante.