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Laura Rios Ospina- PRACTICA INVESTIGATIVA

FICHA 1: La Marcha LGBT: contrapropuesta para ampliar el canon de la


ciudadanía más allá de la diversidad sexual

TEMA NOMBRE AUTOR O EDITORIAL AÑO LOCALIZA


AUTORES CIÓN
El La Marcha Claudia Pontificia Septiembre de https://reposit
potencial LGBT: Hurtado Universidad 2010 ory.javeriana.
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Resumen
En este cuarto capítulo la autora investiga sistemáticamente el potencial que tiene la
Marcha LGBT para derrumbar las lógicas de la supuesta inclusión del multiculturalismo,
basándose en la premisa de como el potencial de la marcha amplia el canon de la
ciudadanía incluyendo las diversidades sexuales.
En una primera parte Caycedo define la marcha como un caminar con fuerza política. En
efecto el caminar como una acción política permite comprender cómo la inclusión de las
diversidades sexuales aumenta los límites que definen la ciudadanía, y de este modo se
permite analizar distintas acciones sociales. Lo que da cabida a que la marcha la integren
varias organizaciones.
Ahora bien, Hurtado hace un incognito para entender más el canon de la ciudadanía y de las
diversidades sexuales y se pregunta ¿cómo se define una marcha?, a lo que cita a Martha
Cecilia García, investigadora, la cual define el caminar como un repertorio de lucha social.
Es decir que este tipo de acciones se acercan a la ciudadanía, a la vez que se desvinculan de
los procedimientos institucionales de participación política. Estos son los verdaderos
significados de lucha que desafían el sistema y permiten captar señales sobre sus
situaciones conflictivas. Por ende, el caminar muestra de forma explícita los problemas en
la relación del Estado y el ciudadano.
Es claro analizar y entender lo que distingue García, al caminar como acción política que le
da un significado de resistencia y emancipación y otra cosa son los espacios públicos
convertidos en campos de guerra, es decir, a los ataques violentos dejando a quienes son
espectadores la difícil elección entre participar como aliado o simplemente, retirar su
solidaridad. En cambio, el caminar con sentido político al que García se refiere, exige la
organización y el conocimiento de los sujetos sociales, sus necesidades para confrontar al
Estado. Tal como la Marcha LGBT preserva una batalla semiótica para definir qué es la
ciudadanía y sexualidades diversas en ella.
Como la autora trae a colación la Marcha de 2003 un hito por ser la primera que arriba a la
Plaza de Bolívar, donde los actores de la comunidad LGBT actúan como articuladores,
porque hubo un movimiento en paz, además, le dio una particularidad con respecto al
contexto global. Y donde también están presentes cuatro regímenes de subjetividad que son
en primer lugar la identidad política y políticas de la identidad, donde se abarca la sociedad
civil, la vida pública, y los derechos humanos con los desarrollos recientes de los
movimientos por la identidad y los derechos de los homosexuales.
El segundo sistema de subjetividad es el discursos de derechos, demostrando varios
métodos de apropiación de los derechos, no sólo a partir del acto de demandar sino en el de
la averiguación de otro tipo de relaciones con el estado y sus maneras de conceptualizar la
ciudadana.
El tercer régimen de subjetividad son las narraciones de violencia y paz, en lemas en los
que aparece cierta narrativa del conflicto que se enmarca en un llamado a la pertenencia de
la nación. Una narrativa que parte de un lugar específico, que asocia la discriminación, a las
violencias que vive el país, afirmando la igualdad y el reconocimiento de la diversidad
como acción de paz. Y finalmente, el cuarto régimen de subjetividad son los cuerpos,
sexualidades y géneros, que traen a colación unas historias de discriminación y negación de
derechos de la mano con performance, fiestas y carnavales.
Si comparamos la imagen que Caycedo trae a esta parte del capitulo se puede observar a
una persona de la comunidad LGBT (Mona jojoy) la cual conforma un tipo de subjetividad
de significación debido a que hace alusiones al conflicto colombiano con llamados a la paz
(su atuendo militar), afirmaciones de identidades nacionales e identidades globales (la
bandera colombiana y la del orgullo), enunciaciones de lo masculino feminizadas con las
identidades políticas (el llamado a experimentar el cuerpo como lugar para la construcción
de paz). Y lo hacen en un contexto social en el cual la homosexualidad y el transgenerismo
son aún vistos como condiciones estigmatizadas es decir Colombia. El performance de la
Mona Jojoy en particular irrumpe en lo público como acto de visibilizarían que contrasta
con los derechos con que se asocia la homosexualidad y el transgenerismo. A la vez,
convoca diferentes regímenes de género y política remiten a la cotidianidad de la violencia
que vivimos en el país y que hace del lenguaje y los símbolos del conflicto parte de
nuestras identidades y modos de relación.

En la tercera parte del capítulo, la autora se dedica a enmarcar y sublimar cómo la marcha
tiene la potencia para poner en tensión uno y otro eje; cómo el caminar de las personas
LGBT, ha fortalecido las identidades de la comunidad y su posición fuerte ante el Estado.
Con relación a la solidaridad, se establecen los carnavales para hacer un llamado al Estado,
la marcha actúa como un factor que buscaba visibilizar ante el resto de la sociedad civil las
denuncias y los reclamos frente al Estado por las redadas ilegales de la policía en bares, que
incluían agresiones, detenciones, robos y abusos; así como los asesinatos. Entonces se
postuló, la estrategia de realizar la marcha como un acto de solidaridad, lo que llevo al
fortalecimiento de la identidad sexual. Asimismo, los carnavales, lograron la apropiación
del espacio social con una programación que incluyera actividades recreativas en diversas
universidades en Bogotá. A lo que concluyo la autora que, la misión de los Carnavales fue
promover la participación de la comunidad activa del movimiento LGBT.
Sin embargo, es usual que el “excesivo culturalismo” del movimiento presente debates y
discusiones en la sociedad civil, discusiones donde aparentemente marchar se convirtió más
en una “reafirmación vistosa y bulliciosa de sus derechos frente a la sociedad civil, más que
un caminar silencioso y en lucha con el Estado, un caminar que no quiere incomodar”

Dentro de este marco de la sociedad civil al Estado, donde Hurtado trata de resignificar la
ciudad con historias sexualmente diversas, hace una relación de la Carrera Séptima y la
Plaza de Bolívar ya que estos lugares centrales de la capital han sido testigos de infinidad
de protestas, huelgas, y las más importantes celebraciones patrias del país.
La Marcha de personas LGBT, celebrada anualmente, es una más de las tantas
manifestaciones que hacen uso del trayecto como práctica política y de visibilización de
intereses. No obstante, para las mujeres lesbianas, los hombres gays, las personas
bisexuales y transgeneristas, que comparten historias de discriminación por su opción
sexual, la misma práctica y el mismo trayecto tienen un significado diferente.
La Carrera Séptima es una vía principal que atraviesa Bogotá y tiene una gran importancia
histórica, simbólica, política y económica, razones por las cuales es común que las
manifestaciones se desarrollen en ésta. Los domingos esta vía adquiere otra connotación
pues es cerrada para el tráfico vehicular y habilitada a manera de ciclo vía para el disfrute
de los ciudadanos. La Plaza de Bolívar, el corazón de la capital del país está enmarcada por
instituciones de trascendencia histórica: la Casa del Florero de Llorente escenario del grito
de la independencia de la Nación, religiosa: la Catedral Primada, y política: el Capitolio
Nacional.
Es clave entender la importancia desde lo histórico y desde los significados simbólicos que
se tienen en estos lugares y que nos dan identidad a los colombianos, que recorrer la
Carrera Séptima y ocupar la Plaza de Bolívar no solo ha reclamado el uso del espacio
público, sino que al participar en estos espacios las marchas también han cambiado la
ciudad al ser añadidas al listado de hechos importantes que han sido acogidos por estos
espacios.
La autora menciona y lista un numero de lugares los cuales generan identidad e historia y
donde se ha instalado la marcha que son
Casa del Florero de Llorente, donde se dio el Grito de Independencia de la Nación el 20 de
julio de 1810, a la conquista se suma la voz de esta comunidad que proclama una
ciudadanía diversa.
Plaza Mayor de Bogotá que después de la independencia comienza a llamarse Plaza de la
Constitución. Desde 1946 alberga una estatua de bronce del libertador y un año más tarde
es rebautizada como Plaza de Bolívar. Desde el 2003 y sin interrupciones la Plaza se ha
convertido en el lugar de cierre oficial de la Marcha de la Ciudadanía de personas lesbianas,
gays, bisexuales y transgeneristas. Lugar que el movimiento encuentra representativo y
simbólico y al que acuden para reflexionar, respetar, denunciar, desde lo simbólico, de
nuestros cuerpos e identidades y del lenguaje corporal.
Tambien se meciona la Catedral Basílica Metropolitana de la Inmaculada Concepción, La
Marcha, con la Catedral, introduce significados, prácticas y cuerpos contrarios a lo que
representa la Iglesia.
Del mismo modo, el Palacio de Liévano – Sede de la Alcaldía mayor de Bogotá. La Mesa
de Trabajo LGBT, que coordina la Marcha, tiene un espacio instituido pues pertenece al
Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal.
De esta manera, las marchas se convierten en una crónica del centro histórico, político y
religioso de la ciudad. En efecto, la marcha reclama el uso del espacio público y logra
resignificar la ciudad con historias sexualmente diversas; con ello, vuelve a interpelar al
Estado para ampliar los límites de la ciudadanía de modo que incluya las diversidades
sexuales.
Para ejemplicar, el punto anterior la autora explica de lo jurídico a lo simbólico:
subvirtiendo las instituciones que recluyen las sexualidades. La Marcha LGBT, arrastra el
debate sobre esta noción al terreno de la sociedad civil donde la constituye en un campo de
lucha simbólica. La explicación de esto se da a partir de que la marcha LGBT y la relación
con el domingo es que le permite llevar a cabo el debate sobre la ciudadanía del ámbito
jurídico al simbólico. Como se sabe, el domingo es un día que la arraigada tradición
cristiana dispone para la celebración de la resurrección de Jesús, un día destinando al
descanso y a la asistencia a los servicios dominicales.
Con su realización en este día, la marcha interpela a tres instancias de gran importancia: la
Iglesia, por tratarse del día destinado a la liturgia y que directa o indirecta y
respetuosamente le da la espalda a la institución y los significados de la Iglesia. La Marcha
muestra por otro lado el ámbito simbólico que se puede ejercer una ciudadanía digna que es
enraizada con la moral de la iglesia conservadora y que esta actúa como generadora del
sentido social. A la vez, frente a dicha moral, la marcha ofrece sus propios significados de
lo que puede ser incluido en la ciudadanía. En otro sentido aparece la familia, y su relación
directa con la marcha es que todos tienen cabida en la plaza de Bolívar, como se
mencionaba anteriormente este es un día de descanso lo cual muchas familias en la capital
se dirigen hasta este punto para compartir el domingo con su familia y el aspecto que marca
la diferencia para la sociedad es si los grupos familiares participan o no dentro de la
actividad, es decir al entrar en una serie de posibilidades se sale de las manos del control
jurídico, y el ciudadano se enmarca en un significado especial de dichos acontecimientos
sucedan un domingo.
Y de manera análoga, encontramos al ciudadano o la ciudadana común, que se enmarcan en
el significado que trabajadores ya sean los funcionarios públicos o empleados del sector
privado que, al estar en servicio de una entidad, se ven obligados a ajustarse a un
comportamiento moral o a regular sus opiniones según los valores de sus empleadores. Pero
la marcha crea un escenario simbólico en el que, el ciudadano o la ciudadana común tienen
la libertad de reafirmar su propia identidad sexual y elegir su postura y participación.

Ahora sí, referido a intereses logísticos, es probable que la realización de la marcha el día
no laboral marque la diferencia entre el desconocimiento y el impacto. Es decir, cuando las
manifestaciones aumentan el tráfico y el desplazamiento de las personas, éstas dejan en
segundo lugar el motivo de la movilización y desatienden su contenido, incluyendo aquel
que convoca el apoyo de la sociedad civil, de igual forma estas movilizaciones suelen ser
rechazadas por la ciudadanía que se ve impedida para desplazarse y atender sus
obligaciones.
En cambio, el cierre los domingos en horas de la tarde de la carrera Séptima del Parque
Nacional a la Plaza de Bolívar, no tiene las mismas complicaciones para el funcionamiento
de la ciudad. Así, la realización de la Marcha LGBT hace de la marcha una actividad
respetuosa con otras formas; formas que no obstruyen el tráfico, ni las actividades
económicas, estudiantiles o laborales y que se suma también a la recreación y el deporte
ciudadano. De esta forma comparte otras maneras de aprovechar la ciudad, en las que
puede incomodar a quienes no están involucrados tanto como generar solidaridades de
quienes sí apoyan el disfrute de las libertades y derechos sin restricción de la
discriminación sexual.

Celebrar la marcha el domingo evoca una serie de significados más allá de lo jurídico, que
interpelan, ya no al Estado sino a la sociedad civil, dándole la posibilidad de hacer un
llamado a las instituciones que desaprueben y no acepten las diversidades sexualidades,
además ofrece la posibilidad de solidarizarse con las personas cuyas vivencias de la
sexualidad desbordan los parámetros heteronormativos y, en el mejor de los casos, le da
potencia para ampliar la noción de ciudadanía con nuevos significados.

Estructura
La investigacion cuenta con la siguiente estructura: se trata de un capítulo denominado: La
Marcha LGBT: contrapropuesta para ampliar el canon de la ciudadanía más allá de la
diversidad sexual correspondiente al número 4, que hace parte de la tesis de Maestría en
Estudios Culturales, denominada: La Marcha Lgbt Para Ampliar El Canon de la Ciudadanía
Con Las Diversidades Sexuales, del cual constan otros 4 números de capitulos, mas la
introducción los cuales son: Capítulo 1. Las diversidades en las constituciones
latinoamericanas: pseudo-inclusiones del multiculturalismo. También el Capítulo 2. El
Caminar de personas lesbianas, homosexuales, bisexuales y transgeneristas. Por otro lado el
Capítulo 3. Tensionando la ciudadanía: las diversidades sexuales entre el Estado y la
sociedad civil, entre el ámbito simbólico y jurídico. Seguido del Capítulo 4. La Marcha
LGBT: contrapropuesta para ampliar el canon de la ciudadanía con las diversidades
sexuales y finalizando con una discusión: ¿la Marcha LGBT en procura de la nación que
queremos?

Metodología
La metodología utilizada para llevar a cabo esta tesis fue un enfoque cualitativo ya que se
baso en, descripciones de lugares, acontecimientos y hechos historicos de la marcha. De
igual forma Hurtado acudio a la entrevista para darle mas consolidacion al texto, asi
mismo, imagenes de la marcha que daban paso a una clara interpretacion para reconstruir la
historia de la marcha a lo largo de los años, sus actores relevantes y los performance en
estos lugares claves de la marcha en la capital colombiana.

Conclusiones
La intencion de la autora en el texto es que intentó mostrar la marcha LGBT en sus
distintos momentos, y la potencia que ha tenido para debatir en conjunto con la ciudadanía,
el Estado y lo simbólico. Por otro lado, la marcha ha logrado incluir el tema de las
diversidades sexuales en la sociedad. Siguiendo esta línea, para Hurtado lo canónico, en
este caso de la ciudadanía, es algo cuestionable, en tanto que es el producto histórico de
luchas por el sentido hegemónico, en este caso por el sentido hegemónico de quién es
ciudadano, por fijar los límites de quiénes tienen una ciudadanía de primera. Es decir,
donde se tiene mas privilegio unas personas sobre otras. La ciudadanía deja de ser algo
estático y se entiende como un proceso en formación.
Como lo plantea la autora que desde la marcha de 2003, por su nombre y sus lemas
procuran articularse abordando el tema de la construcción de nación a partir de 2003, los
marchantes autorratifican su pertenencia a la nación, otorgando sentido a la referencia de un
sentimiento de solidaridad “Por una Colombia incluyente”, no sólo en el sentido de reclamo
sino también en la búsqueda de otro tipo de relaciones con el Estado y sus formas de definir
la ciudadanía, es decir, la marcha implica una toma de conciencia como conglomerado
nacional. La marcha LGBT irrumpe en el escenario urbano de la ciudad de Bogotá, como
una expresión de organización colectiva que problematiza la manera limitada en la que la
fórmula multicultural de la Constitución aborda el tema de la diversidad. En si la tesis de la
autora pone sobre la mesa la complejidad real de cómo incorporar las diversidades sexuales
a los derechos de la ciudadanía. En definitiva, la marcha LGBT tiene la potencia para lograr
que Bogotá y seguramente otras ciudades del país, alcancen un nivel de inclusión de las
diversidades sexuales en la ciudadanía que se base en la sociedad deseada.

Comentarios
La autora es muy clara en este capítulo, creo que uso los mecanismos necesarios para
mostrarle al lector la finalidad de la marcha, es muy concisa en los temas que toca, me
interesa particularmente de la autora su interpretación de las marchas “como expresión de
acciones colectivas relevantes de resistencia y emancipación a través de acciones públicas”.
Hay que decir también que explica de manera acertada el significado del día domingo
dentro del canon social bogotano/colombiano, es interesante ver como el adecuado uso de
la metodología respaldada en elementos fotográficos, permite describir un conjunto de
significados que se dan a través del performance y como este representa la problemática de
la comunidad homosexual en un país donde es mal visto aún, paralelamente, la
implementación de mapas que ubican al lector en los lugares exactos que cita la autora para
la mejor comprensión y conocimiento de los lugares.
Otro ejemplo son los folletos de colegios los cuales informan sobre los hechos de
discriminación y los efectos de la discriminación de la población LGBT. En este apartado
no siento que haya algo por mejorar, todo está muy bien presentado y desglosado fue fácil
la comprensión del texto, además que menciona aspectos muy importantes de la marcha lo
que hace que la lectura sea interesante y amena de leer.

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