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Alianza Forma E. H. Gombrich Imagenes simbdlicas Estudios sobre el arte del Renacimiento Version espaiiola de Kemigio Gémez Diaz Alianza Editorial Titulo original: Svnbolic Images - Studies in the Art of the Renaissance I Primera edicién en «Alianza Forma»: 1983 Primera reimpresion en «Alianza Forma»: 1986 © 1972, by Phaidon Press Ltd. © Ed. cast.: Alianza Editorial, S. A.. Madrid. 1983,1986 Calle Milan, 38: @ 200 00 45 ISBN: 84-206-7034-0 Depdsito legal: M. 9.235-1986 Papel fabricado por Celupal. S. A. Impreso en GREFOL. S. A.. Pol. I] - La Fuensanta Méstoles (Madrid) Printed in Spain Indice BEERACIG © oes cases (ssn wtess a cennt a BOS SOON Ob aie UNE SENS Wie A wate d WTO ee 9 Introduccidn: objetivos y Ifmites de la iconologfa...............050 2005 13 La indefinicién del significado — Iconografia ¢ iconologia — La teorfa del decorum — La falacia del diccionario - Filosoffas del simbolismo — :Niveles de significado? — La dptica psicoanalitica - Cédigos y alusiones — Los géneros. Apéndice: El programa de Annibale Caro para Taddeo Zuccaro 48 Tobias y el dngel 0.2. eee eee 53 Las mitologfas de Botticelli: Estudio sobre el simbolismo neoplaténico de su efkeule sams sowie os aka We Lemme dea aR saw aeawO i wesERe 63 Una postdata a modo de prefacio 63 Introduccién 68 «La primavera» 69 Interpretaciones anteriores —- La Optica histérica: la carta de Ficino al mecenas de Botticelli - Venus, segtin Apuleyo — ;Interpretaciones erré- neas del texto? — Descripcién y simbolismo en Apuleyo — Las Gracias y cl problema de la exégesis — Explicacién tipoldgica .. 2.2.0.0... La Academia platénica y el arte de Botticelli 102 Ficino y el mecenas de Botticelli - Marte y Venus ~ Palas y el Cen- tauro — El nacimiento de Venus — Los frescos de la Villa Lemni — Fi- cino y el arte. Apéndice: Tres cartas de Lorenzo de Pierfrancesco de Médicis no publicadas hastaahora 118 Una interpretacién del «Parnaso» de Mantegna. ..... 6.66.66 eee eee 131 La Stanza della Segnatura de Rafael y la indole de su simbolismo.......... 135 Hipnerotomaquiana . 2.0... 66 ce eee eee 175 Bramante y la Hypnerotomachia Poliphili 175 E] jardin del Belvedere como arboledade Venus 177 Giulio Romano y Sebastiano del Piombo 188 La Sala dei Venti del Palazzo del Te... 0.0.0.0. 0c ccc cece cee eee 191 8 — Imdgenes simbdlicas El asunto del Oridin de Poussin. 2.2.26... 25ers trees vs, F 6 er 4 atte. Icanes Symbolicae: Las filosofias del simbolismo y su relacién con el arte. 213 Introduccién = 213 L La personificacién de las ideas 216 IL Latradicidn diddctica 219 — La sociedad de los conceptos — Los atributos — La deseripcién y la definicién cn cl arte medieval — Ripa y la tradicién aristotélica. UL. El neoplatonismo: Giarda y sus antecesores 233 El universo platénico — La’ interpretacidn cristiana — Dionisio cl Arco- pagita — Las dos vias - El simbolismo analégico — La imagen mistica. IV. La confluencia de tradiciones 263 ; / La filosofia de la impresa - La funcién de la metdfora — La paradoja y la trascendencia del lenguaje. V. Elsignificado y la magia 273 7 El poder del simbolo — Efecto y autenticidad — Apariciones y por- tentos — Arte y creencia. VI. Laherencia 281 / De Giarda a Galileo — La Era de la Razén — Alegoria versus simbolo — El resurgimiento del neoplatonismo, de Creuzer a Jung. : Apéndice: Introduccin a Christophoro Giarda, Bibliothecae Alexandrinae Icoues Symbolicae 292 FN (or ee ee ee ee 297 Nota bibliografica. .... 0.0.5. ee eee tenner sete n eet e ene 333 Lista de ilustraciones.. 2.0.62. 60sec eee eee enter ener e tenes 335 339 Indice alfabético . 0... eee ee eee e ree Prefacio En el prefacio de mi obra Norm and Form, dedicada a los problemas del estilo, el mecenazgo y el gusto en el Renacimiento italiano, decfa que se hallaba en preparacién una segunda parte sobre el tema del simbolismo renacentista. Resulté luego que tardé més tiempo del previsto en terminar esta continuacién, pues decidi apartarme del principio al que me habjfa atenido en el libro anterior y también en Meditations on a Hobby Horse. Eran éstos recopilaciones de trabajos ya publicados, mientras que mds de un tercio de la presente obra es material nuevo. Senti la necesidad de actualizarla, no ya afiadiendo referencias bibliograficas (que nunca pueden ser completas), sino tratan- do de clarificar la situacién actual de esta importante rama de los estudios sobre el Renacimiento. Para el siglo XIX el Renacimiento era un movimiento de liberacién del frailuno dogmatismo medieval que expresaba su recién hallado: goce del placer sensual en la celebraci6n artistica de la belleza fisica. Algunos de los historiadores mas importantes de la pintura renacentista, tales como Berenson y Wélfflin, se mantuvieron bajo el hechizo de esta interpretacidn, para la que ocuparse del simbolismo resultaba una pe- danterfa irrelevante. Uno de los primeros eruditos en reaccionar enérgicamente contra este esteticismo fin de siécle fue Aby Warburg, fundador del Instituto Warburg, al que he estado ligado durante la mayor parte de mi vida académica. En su biografia intelectual, publicada por mf recientemente, he puesto de relieve lo penoso que le re- sulté emanciparse de esta dptica histérica para hacernos comprender Ia importancia que los mecenas y artistas de la época concedifan a ciertos asuntos que ya no se pueden explicar sin recurrir a tradiciones esotéricas olvidadas. Fue esta necesidad la que dio origen al estudio sistemético del simbolismo del Re- nacimiento, estudio que frecuente y unilateralmente se suele identificar con las actividades de] Instituto Warburg. Tuvo su representante mds influyente en el gran Erwin Panofsky, a quien debemos que esta nueva y fertilfsima disciplina sea conocida con el nombre de Iconologfa. Este nuevo planteamiento también hubo de modificar necesariamente el cardcter de la literatura artistica: mientras que a los antiguos maes- tros del género les era dado analizar las armonias formales de las obras maestras del Renacimiento en fluidas paginas de lucida prosa, los estudios iconolégicos tienen que llevar un nutrido ntimero de notas a pie de pdgina en las que se citan e interpretan textos oscuros. Este trabajo detectivesco tiene, por supuesto, sus peculiares emociones, 10 Inmdgenes siinbélicas y espero que mi extenso y polémico ensayo sobre Las mitologtas de Botticelli transmita parte de la alegria que sentf al reemprender este tipo de investigacién después de seis afios de trabajo durante la guerra. Sin embargo, ya en aquellos momentos tuve la sensacién, y dejé constancia de ello, de que la relativa facilidad con que podia recurrirse a textos neoplaténicos para encontrar las claves de las pinturas mitolégicas renacentistas planteaba un problema de método: écédmo decidir si en un caso concreto estamos autorizados a usar esta clave y cudl de las muchas posibilidades que se nos ofrecen elegir? El problema se agudizaba cuando distintos expertos nos presentaban interpretaciones dispares, todas ellas susten- tadas por un enorme caudal de erudicién. El ntimero de relaciones nuevas entre pinturas y textos que un tribunal de justicia aceptarfa como prueba resultaba lamenta- blemente bajo. El paso del tiempo y la asiduidad con que se ha aplicado el método sin los controles adecuados no han hecho més que alimentar estos recelos. El mismo Er- win Panofsky manifest6 sus escruipulos con su cortesfa y agudeza inagotables en una observacién que he adoptado como lema de la Introduccién a la presente obra. Esta nueva introduccién sobre Objetivos y liinites de la iconologia va dirigida principalmente a los colegas estudiosos de una técnica que seguird siendo indispensable para los historia- dores del arte. En mi conferencia hasta ahora no publicada sobre la Stanza della Segnatura de Rafael, el mds importante de los ciclos simbélicos de] Renacimiento, se examina una cuestién estética que puede preocupar mds atin al amante del arte. Por incompleta que pueda resultar esta conferencia, basta para poner de manifies- co, creo yo, que los reparos que tantas veces se le han formulado a la iconologia por concentrarse supuestamente més en los aspectos intelectuales del arte que en los for- males nacen de un malentendido. No podemos escribir la historia del arte sin tener en cuenta las distintas funciones que las diferentes sociedades y culturas asignan a la ima- gen visual. En el prefacio de Norm and Form sefialaba yo que Ja creatividad del artista s6lo puede desenvolverse en cierto clima, y que é€ste tiene sobre las obras de arte re- sultantes tanta influencia como el clima geogrdfico sobre la forma y la indole de la vegetacion. Podrfa afiadir aquié que la funcién que se pretende cumpla una obra de arte puede orientar el proceso de seleccién y reproduccién no menos de lo que Jo hace en jardineria y agricultura. Una imagen con la que se pretenda revelar una reali- dad superior, religiosa o filos6fica, adoptard4 una forma diferente de otra cuya finalidad sea la imitacién de las apariencias. Lo que nos ha ensefiado la iconologfa es hasta qué punto ese objetivo de reflejar el mundo invisible de los entes espirituales sé daba por supuesto no sdlo en el arte religioso, sino también en muchas disciplinas del secular. Tal es el tema de mi trabajo Icones Symbolicae, del que recibe nombre la presente obra. Es el mas largo y me temo que el mds técnico de los ensayos aqui reunidos. En su forma originaria trataba concretamente del concepto neoplaténico de las imdgenes como instrumentos de una revelacién mistica. Luego he aumentado considerable- mente su alcance para tener mds en cuenta las también influyentes ensefianzas de la filosoffa aristotélica, que relacionan la imagen visual con los mecanismos didacticos de las escuelas medievales y con la teorfa retérica de la metdfora. He ensanchado asimis- mo el espacio cronolégico de esta investigacién para mostrar la supervivencia de estas ideas en el romanticismo y hasta en las teorias del simbolismo propuestas por Freud y Jung. En esto, confio, reside la justificacién de hacer accesibles al ptiblico en general es- Prefacio 11 la introduccién a su catdlogo (de Peter Bir apunta hacia un mundo invisible de sentin cional de los enigmaticos sfmbolos crea d): «Una imagen de algo trascendente que aento € imaginacién», La alabanza conven- dos por los artistas contempordneos sigue que conviene aceptar o rechazar tales pretensiones. Deseo alti i por ultimo agradecer a los editores de las publicaciones en que aparecieron per of the Waban ensayo, mr todo a mis colegas del Consejo Editorial del Jour- of the F nd Courtauld Institutes, el haberme itid i Sr. David Thee’ ad ; ; t permitido reproducirlos, El y la Srta. Hilary § ili pteparar el manuccrke, velit Ger aes tuvieron la amabilidad de ayudarme a 1 e la Phaidon Press, se 5 1 ; mostré ¥ perspicaz como siempre con su apoyo y su consejo. mn tmeansable Londres, junio de 1971 EHG.

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