En numerosas veces queremos llevar a cabo actividades y obtener un
resultado deseado en particular, tenemos directrices y apuntamos a ciertos objetivos, pero en estas ocasiones es común encontrar que nuestros resultados no son en realidad lo que esperamos, por tanto cuando nos falla algo decimos que tenemos un problema. Es de naturaleza humana afrontar estos problemas, puesto que estos son el factor común de toda nuestra existencia, siempre en cualquier espacio y tiempo. El arte de solucionar problemas de Ackoff introduce a la solución de problemas como factores que se deben visualizar siempre a la hora de solucionar un problema, como variables que generan cambios en los resultados y puedan ser controladas, incluso aquellas que no podemos controlar, induce a la creatividad como virtud de aquellos que son capaces de dar solución a las dificultades de manera más impresionante, aquellos que son capaces de convertir una situación problemática en oportunidades. Es necesario comprender nuestro sistema, identificar las variables que somos capaces de controlar, también incluso identificar las que se nos salen de las manos, pues a nuestro parecer no somos capaces de influir en estas, pero en realidad lo que es cierto es que no logramos solucionarlas porque no las entendemos, por lo que es necesario comprenderlas y estudiarlas, llegados hasta este punto nos daremos cuenta que somos capaces de solucionarlas. Es necesario también establecer conexiones en nuestro sistema, analizarlo desde el enfoque sistémico y no simplificar nada para garantizar la visualización de un campo más amplio, pues los grandes problemas requieren de grandes soluciones.