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LECTIO DIVINA

1 Reyes 3, 5-12
En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: "Pídeme lo que quieras."
Respondió Salomón: "Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en
el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio
de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para
gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este
pueblo tan numeroso?" Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo:
"Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus
enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te
doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti."
Palabra de Dios.

PARA MEDITAR
 ¿De qué manera presenta el texto el tema del discernimiento?
 ¿Cómo nos ayuda el texto a comprender que el discernimiento es un don y una tarea?
 ¿Qué luces nos regala la oración que hace Salomón para nuestro servicio?
 ¿Qué conclusiones me deja esta meditación sobre la necesidad del discernimiento
personal y eclesial

DIÁLOGO DESPUÉS DEL TEMA


Con el anhelo de hacer un discernimiento respondamos a las siguientes preguntas:
1. ¿Esta crisis en la que estamos viviendo, (pandemia y conflicto social) cómo nos ha
afectado?
2. ¿Qué cosas concretas son las que más preocupan a las personas con que compartimos,
desde estas dos realidades?
3. ¿Qué ha hecho la parroquia –seminarios a la que pertenecen frente a esta realidad
concreta?
4. ¿Qué puede hacer la Iglesia para acompañar estas situaciones?

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