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Universidad de Costa Rica

Sede del Atlántico

Recinto de Turrialba

Bach. en Educación Musical

Metodología de la Educación musical

Ensayo Integrador

Sobre la educación musical y la educación especial

Estudiante:

José Pablo Jiménez Vásquez B74026

Profesora: Dra. Karla María Abarca Molina

I - 2020
Introducción

La música es más que una actividad recreativa del cual el ser humano hace uso para
su disfrute y goce; la música ha acompañado al hombre desde épocas sumamente antiguas, y
así como el habla se ha convertido en un lenguaje el cual todos consumen día a día. Aunque
su uso haya cambiado según las épocas, en el presenta su utilidad y lo que se conoce de los
beneficios que brinda al cuerpo y la mente humana es lo que nos concierne en esta ocasión.

Como educadores buscamos hacer participes a los estudiantes en la vivencia de la


música, convertirlos en escuchas activos y en algunas ocasiones, en ejecutantes. Arguedas,
C. (2013) nos menciona que: “llevar a la práctica experiencias musicales ayuda a comprender
el entorno, facilitando la adquisición de aprendizajes desde el ámbito cognitivo, psicomotor
y socio-afectivo”(p.3) por lo que la clase de música, en su mayoría, debe de ser practica por
su naturaleza e incluir a toda la población, esto incluye también a la población con algún tipo
de discapacidad, adaptando las actividades según sea necesario, pues gracias a estas
cualidades que posee la educación musical es de suma importancia en el proceso de inclusión
y un punto de apoyo para la formación del estudiante.

El sistema educativo como todo en la sociedad pasa por procesos de cambios y


evolución, y uno de los cambios más complejos es esta inclusión de la población con algún
tipo de discapacidad, esto debido a la gran cantidad de adaptaciones que se requiere, sin
embargo, debemos velar porque se cumpla y con la existencia de la Ley 7600 se procura que
así sea. Esta inclusión según Arguedas, C. (2013) contempla “las necesidades educativas
especiales, en las cuales se atiende a estudiantes con discapacidades como Síndrome de
Down, deficiencia visual, deficiencia auditiva, problemas emocionales, problemas
psicomotores, entre otros; así como también ofrece atención a estudiantes sobredotados.”
(p.9) además de las diversidades culturales. Por lo tanto, plantearemos algunas ideas sobre
como plantear nuestra labor docente a la posibilidad de encontrarse con un estudiante que
posea algún tipo de discapacidad.

Por lo tanto ¿Qué deberíamos hacer si nos encontramos con un estudiante que posea
una discapacidad como: síndrome de Down, discapacidad visual y auditiva y problemas
emocionales en un aula regular?
Desarrollo

Síndrome de Down

En principio podríamos tomar la siguiente definición de Síndrome de Down para tener


presentes y reconocerlos al verlos en un aula, tener presente que no podemos hacer un
diagnóstico de la condición, pero si tener en cuenta sus características para reconocerlo, por
lo tanto, el Síndrome de Down:

es la causa más frecuente de retraso mental; se trata de una alteración


cromosómica, caracterizada por un exceso de material genético… presentan un
conjunto de síntomas diversos: Cognitivo (bajo nivel intelectual), fisionómicos (ojos
almendrados, nariz pequeña con una gran depresión en el tabique nasal, forma
anormal de las orejas, etc.) y médicos (por ejemplo, cardiopatías). (Madrigal, A. 2004.
p.4)

Teniendo esto en cuenta podremos empezar a pensar en la adecuación adecuada para


la materia que queramos abarcar. Según lo que vimos anteriormente la practica musical ayuda
en diversas áreas del desarrollo, y si lo asociamos a los que nos menciona Madrigal, A (2004)
que “si, desde los primeros momentos de vida, estos niños/as reciben una atención adecuada,
que abarque todos los aspectos relacionados con el desarrollo…(aspectos cognitivos,
psicomotores, afectivos, educativos, sociales…), se lograrán grandes mejoras en su bienestar,
calidad de vida…”(p.5) Podremos darle un valor muy importante a iniciar con prácticas
musicales con estos niños o jóvenes ojalá desde el inicio de su formación, pero si no es
posible, en el momento que aparezca la oportunidad, hay que darle el mayor provecho
posible.

Debemos tener claro que el hecho que exista un nivel intelectual inferior a su edad
biológica no es un impedimento para tratar con esta población, las clases hay que adaptarlas
al nivel en el que se encuentre el niño y su condición personal. Si vamos a trabajar el concepto
de ritmo podemos hacerlo mediante el movimiento y si vamos a hacerlo con ejemplos
auditivos y repeticiones lo ideal será ejemplificar de manera visual, para que acompañe la
visión a la audición, lo mismo si tratamos de reproducir una melodía, podemos usar colores
o movimientos a diferentes alturas para diferenciar las notas o el registro, pues estos
estudiantes van a procesar mejor la información visual que la auditiva, es decir que perciben
mejor lo que pueden ver, además su umbral de respuesta es mas elevado, es decir que
necesitan estímulos más intensos y duraderos (Madrigal, A, 2004. p.6) entonces usar
melodías lentas con notas mantenidas.

Al planear actividades didácticas hay que pensar en evitar una actividad muy extensa,
es preferible 3 actividades distintas sobre un mismo tema en un orden claro a una sola
actividad extensa, pues podemos perder su atención. Y resaltar la importancia del orden de
las actividades, es debido a que “tienen bien desarrollada la memoria operativa y
procedimental, lo que les permite llevar a cabo tareas secuenciales, es decir que siguen un
orden” (Madrigal, A, 2004, p.6) Por lo que tener una buena estructura y sentido va a ser sin
duda algo que el estudiante va a aprovechar.

Al trabajar con música donde usemos la voz debemos ser precavidos, y tener claro
que quizás no se logre una aprensión completa a la letra o más bien una reproducción exacta,
por algunas dificultades de lenguaje, pero con el hecho de intentarlo es un avance
significativo para el estudiante, y alentarlo a que el simple hecho de hacerlo en su mejor
esfuerzo es en sí un logro, y a su vez puede servir para trabajar esos problemas de lenguajes
con los que se pueda enfrentar. O bien si ejecutamos instrumentos, que por lo general serán
instrumentos de percusión menor, buscar aquel que sea más cómodo de usar para empezar,
por sus dificultades en la motora tanto fina como gruesa, si empezamos pidiéndole algo muy
complejo podemos causar cierta frustración, como sucedería con cualquier estudiante,
entonces se puede comenzar con unas claves marcando el pulso, aunque en principio no lo
haga estable completamente es un estimulo por el cual podemos comenzar.

Esta condición puede ser una a las que mas temor tenemos de encontrarnos en un aula
regular, generalmente por prejuicios que escuchamos en la sociedad y si bien, en los centros
de educación especial reciben una buena educación y están en un buen ambiente para ellos,
el deseo del estado de incluirlos a un aula regular es un proceso que debe empezar por aclarar
dichos prejuicios y empezar a tratarlos de la manera adecuada según cada caso individual.
Sordomudos y ciegos

Estas condiciones físicas son muy comunes de escuchar diariamente, pero cada una
de ellas pueden tener diferentes condiciones, por ejemplo, los problemas visuales pueden ser
totales, o sea, no tener la capacidad de ver, o de una manera parcial o problemas varios como
lo son el astigmatismo, la miopía, que depende del grado puede necesitar de una adecuación
de acceso, sin embargo, vamos a abordar únicamente la ceguera completa. La sordera puede
también variar mucho, ser completa o parcial, escuchar únicamente ciertas frecuencias y
sonoridades, etc. Suena contradictorio utilizar la música en la sordera, pero son casos que
podemos encontrar y necesarios de abordar. En el caso de la mudez habrá que adaptar
diversas clases donde sea necesario ver el canto, por ejemplo, así como nosotros instruirnos
en el lenguaje de señas que ellos manejan. Y casos especiales como una persona Sordomuda,
que no posee a capacidad de habla ni de escucha, y como educadores debemos instruir
también en nuestra materia a pesar de estas condiciones.

Para empezar con la ceguera, si quisiéramos enseñar notación musical existe un


método que utiliza el sistema de braille adaptado para la música, llamado el método Abreu,
por Gabriel Abreu y este lo que hace es que “el código braille se basa en la combinación de
seis puntos en relieve discontinuos, dispuestos en dos columnas de tres, Abreu amplió los
puntos a ocho disponiéndolos en dos columnas de cuatro” (Zurita, P. s.f.) Y de esta manera
permite mayor combinaciones para incluir cada signo de la escritura musical, en caso de que
una persona quisiera empezar a leer música, si fuera un instrumento va a necesitar
experimentar mediante sensaciones y movimientos la memorización espacial de cada nota en
el instrumento, esto es algo que hasta un ejecutante con visión realiza, y automatiza ciertos
movimientos para producir un sonido, por lo que es algo que ya ocurre naturalmente al
ejecutar un instrumento, únicamente hay que velar porque los movimientos sean los
adecuados.

Con los sordos que tienen la capacidad del habla, se puede intentar fortalecer este
aspecto, mediante la recitación o entonación, aunque no tengan la capacidad de escucha y
por eso sea complicado tratar la afinación, y debemos recurrir a la sensación, a recordar el
cómo se hace y repetirlo así mismo usar la visión para la distinción de alturas, el tiempo que
hay que marcar, hay aplicaciones de metrónomo que utilizan vibración para marcar el pulso
o destellos de luz y no solo el clásico sonido de metrónomo. Las personas que no poseen
alguno de sus sentidos por lo general se fortalecen el resto de los sentidos, por ejemplo, como
lo dice la Fundación Canaria Personas con Sordera (s.f.), una persona sorda “dada la carencia
o merma de uno los sentidos, otros contribuyen en la asunción de sus funciones. La falta de
audición y su desplazamiento del centro de nuestro sistema perceptivo implica la ocupación
de este núcleo por parte de la visión” y como lo mencionaba anteriormente, la vivencia de la
música deberá ser mediante sensaciones pues “la percepción táctil también proporciona
información relevante de las ondas sonoras en su relación con conceptos asociados al tiempo.
Intensidad, frecuencia, duración e secuencia son conceptos aprehensibles por nuestro sistema
corporal por contacto” (Funcasor, s.f.) lo cual permite enseñar conceptos rítmicos y así la
adaptación de la materia se vuelve accesible y practica para las personas sordas y mejorar la
experiencia musical-sensorial.

Con respecto a la mudez la adecuación curricular es más enfocada a los aspectos del
canto, donde no hay posibilidad de entonar. La opción a esto puede ser por ejemplo, al ver
los himnos, se puede aprovechar para que todos los estudiantes aprendan no solo a entonar
el himno, si no además, mediante lenguaje de señas, lo cual puede dar el espacio a
concientizar a los estudiantes de la importancia de aprender lenguaje de señas.

Por último, en caso de tener un estudiante sordomudo, se toma las situaciones de


ambos casos para darle la inclusión necesaria.

Problemas emocionales.

Esta situación no es una discapacidad como tal, pero es un aspecto a tener en cuenta en cada
momento, al trabajar con personas el factor humano siempre va a estar presente e influye
mucho a la hora de llevar a cabo una lección, ya sea grupal o individual, Los problemas
emocionales se pueden dividir en diversos aspectos, pero vamos en esta ocasión lo que
analizaremos son los beneficios de la música para estas personas.

Dentro de las diferentes situaciones por las que puede pasar unas personas son: depresión,
ansiedad, ataques de pánico, terrores o fobia, situaciones de violencia, entre otras. En
ocasiones estas situaciones son menospreciadas o pasadas por alto, lo cual es un error grave
y aunque no podamos dar un diagnostico de la situación del estudiante, si llegamos a saber
que algún estudiante pasa por esto debemos brindarle el apoyo y atención necesaria. Pueden
existir indicios de cuadros de depresión o de violencia y podemos consultar al estudiante su
situación o enviarla donde una orientadora o psicóloga, para prevenir que el problema se
incremente.

Desde nuestro campo de la música, podemos brindar un apoyo desde la expresión musical,
“es cierto que la música contribuye tanto a la adquisición de la palabra en la niñez, así como
a la expresión de emociones, permitiendo a la persona encontrar rutas alternativas para
externar apropiadamente sus sentimientos.” (Abarca, K. 2011. p.36) y sin duda alguna, el
externar los sentimientos puede contribuir al estudiante incluso a entender como se siente y
por lo que está pasando.

Aunque la etapa de la niñez y la adolescencia sean muy distintas la música sigue siendo un
factor a las que ambas poblaciones están expuestas, de muchas maneras, por ejemplo, la
doctora Abarca, K. (2011) nos dice “mediante el baile se busca devolver el equilibro interno
de aquellos niños y niñas que enfrentan un problema emocional, en particular, en los casos
de depresión y de ansiedad.”(p.65) y aunque sea enfocado en niños, el expresarnos a través
de baile y movimiento es una manera de liberar tensión y estrés, ojala con música que sea del
agrado de la población, si bien en la adolescencia puede existir cierta resistencia a participar
de este tipo de dinámica, la autoridad del docente y el plantear bien la dinámica al grupo para
que los estudiantes les sigan. Otro ejercicio que nos brinda Abarca, K. (2011) es “la
representación de obras musicales como forma de interiorizarlas, pero las representaciones
musicales también servirán como medio para que los niños y niñas puedan representar
personajes que les permitan olvidar sus problemáticas y preocupaciones” (p.65) La
interpretación y ejecución de la música es sin duda una gran terapia, sin necesidad de ser
instrumentistas o músicos profesionales es una actividad que permite expresar los
sentimientos.

Por lo tanto si se identifica alguna situación de problemas emocionales, poder tener claro que
la clase de música si se abarca de una manera dinámica y hasta cierto punto reflectiva, quizás
sin saberlo o verlo de manera directa, puede ser un apoyo y espacio de expresión y liberación
para los jóvenes y niños.
Conclusión

Aunque no podamos diagnosticar ninguna de estas condiciones o discapacidades, y por


supuesto hay que realizar las adecuaciones necesarias para toda la documentación, conocer
lo mejor posible la condición de cada estudiante, a la hora de realizar el planeamiento tanto
general como el adaptado el factor humano debe estar presente, pues la educación debe de ir
asociada al desarrollo integral de la persona. El peor error que podemos cometer es hacer
caso omiso a la existencia de estas situaciones y condiciones que vimos o juzgar a un
estudiante por su condición, primero por la falta de ética profesional, segundo por lo
irresponsable que sería.

Es importante a nivel nacional por parte del Ministerio de Educación brindar capacitaciones
para las adecuaciones y a nivel de instituciones de educación superior empezar a brindar
cursos donde se enseñe acerca de las discapacidades y el como adecuar los planeamientos,
dinámicas y aprendizajes para ellos. Ahora con la ley 7600 se vuelve más aun, un trabajo de
todos, estado, docentes e instituciones brindarles está inclusión y una educación de calidad.

Bibliografía:

Abarca, K. (2011). Aplicabilidad de la Música en el aula para la atención de los problemas


emocionales. San José, C.R.: Editorial Arboleda.

Arguedas, C. (30 de setiembre de 2013). EDUCACIÓN MUSICAL, DISCAPACIDAD Y


NECESIDADES E INTERESES DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA: UN
ANÁLISIS A PARTIR DEL ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS. Actualidades
Investigativas en Educación, V.13, N.3, pp.1-30.

Fundación Canaria Personas con Sordera. (s.f.). La percepción visual y auditiva en la


cognición humana. 2020, julio 8, de Funcasor Recuperado de
https://www.funcasor.org/lapercepcionvisualyauditiva/

Madrigal, A. (2004). El Síndrome de Down. España.

Zurita, P. (s.f.). Braille de 8 Puntos y Gabriel Abreu. 2020, julio 8, de Sientate conmigo
Recuperado de https://alamordelalumbre.es.tl/Braille-de-8-Puntos-y-Gabriel-Abreu-
-k1-Pedro-Zurita-k2-.htm

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