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Lectura Una Carta para Darle Las Gracias Al Hombre Que Me Convirtió en Madre Soltera A Los 19 Años
Lectura Una Carta para Darle Las Gracias Al Hombre Que Me Convirtió en Madre Soltera A Los 19 Años
Ahora, si te conozco de la forma que creo hacerlo, probablemente te estás preguntando por qué te doy las
gracias. Después de todo, me abandonaste ¿recuerdas? Pero eso es exactamente por lo que te agradezco. Al
haberme abandonado de la forma que lo hiciste, me has dado muchas cosas. Déjame explicarlo.
La mayoría de las personas a los 19 años se divierten y viven su vida universitaria al máximo. Mis amigas
hablaban de chicos con los que querían salir, fiestas en las que habían bailado con demasiadas personas y
noches en las que bebían tanto que no recordaban nada después. Solía envidiarlas, solía tener celos.
Solía sentarme en mi cuarto los sábados en la noche, con 6 meses de embarazo, y te maldecía por haberme
puesto en esta situación. Sabía que ibas a los bares, sabía que andabas por ahí embriagándote y juntándote
con esa morena… Y por cierto, deberías saber que sé la razón verdadera por la cual no viniste al hospital a
verme: estabas demasiado ocupado emborrachándote en una fiesta de Halloween.
Dejando eso de lado, he aceptado que hayas decidido no ser parte de la vida de nuestra hija después de
haber estado tres años juntos y me
abandonaras al saber que estaba
embarazada. Solía odiarte por ello. Pero
me gustaría agradecerte porque al
abandonarme, me diste la posibilidad de
experimentar la felicidad de criar a
nuestra hija y eso es algo que no tengo
como pagarte.
Dejar la universidad que amaba para ir a la universidad estatal que estaba cerca de mi casa no era el plan
ideal que había imaginado para mi futuro. Trabajar tiempo completo, tomar clases de noche y estar
despierta toda la noche con un bebé que no paraba de llorar no era necesariamente lo que había pensado
que estaría haciendo a los 19. Sin embargo, no cambiaría nada. Al haberme dejado, me permitiste encontrar
a alguien mejor para mi, alguien que compatibilizaba con la situación que vivía. Alguien que quería
ayudarme y que no sentía miedo ante mi situación.
Gracias por hacerme reevaluar mis prioridades, por permitirme entender que Whisky con Coca Cola es el
trago de mi pasado y que los jugos son mi futuro. Gracias por permitirme comprender que escuchar a una
pequeña niña hablarme siempre le ganará al sonido de un DJ en una fiesta universitaria. Gracias por
enseñarme que miles de pañales sucios son más
preferibles a despertarte solo y con el vomito de la
noche anterior.
Así que gracias por seguir con tu vida y ser el ser humano egoísta del que mi padre siempre me advirtió.
Nuestra relación nunca fue un cuento de hadas, pero al menos conseguí tener una pequeña princesa. De
alguna forma, me diste mi propio cuento de hadas, una vida llena de felicidad y un ‘y fueron felices para
siempre’ con mi hija. Me has enseñado que a veces el príncipe azul no es quien salva a todos y te hace feliz:
A veces el príncipe azul es una pequeña niña con un lazo en su cabello que te dice ‘mami’.
PREGUNTAS: